La administrativa (1)

A veces la vida nos brinda oportunidades, pero debemos estar muy atentos a las señales con que esas oportunidades se manifiestan, o corremos el riesgo de no enterarnos.

La Administrativa, 1ª Parte.

A veces la vida nos brinda oportunidades, pero debemos estar muy atentos a las señales con que esas oportunidades se manifiestan, o corremos el riesgo de no enterarnos.

Tengo 45 años, y trabajo de Ingeniero de ventas, con lo que casi cada día, visito dos o tres plantas de producción.

Me encontraba en la recepción de la empresa que visitaba, y había surgido un inconveniente. La persona que debía atenderme había sido convocada a una reunión urgente de dirección, por lo que me rogaba esperase un rato para poder vernos.

Era un contratiempo, pero había viajado desde Barcelona a Girona casi exclusivamente para esa visita, por lo que el mal menor era esperar.

En todas las plantas que visito, los departamentos de administración están compuestos mayoritariamente por mujeres, y aquella vez no era una excepción. La suerte con estos asuntos es muy dispar, y a veces (las menos) se ven autentico monumentos que quitan el hipo, lo normal (la mayoría) es un nivel medio, y en ocasiones no te las follarías ni cobrando. Vamos, mas o o menos como en cualquier otro sitio de la vida real.

En esta ocasión, me encontraba en uno de estos últimos sitios. Al otro lado del cristal que separaba el vestíbulo del departamento administrativo, pocas mujeres y poco agraciadas. Tan solo una, pude calificar como "aceptable", en torno a los 30 años, apariencia muy discreta, sobre el metro sesenta y cinco, con un físico normal, y un rostro mezcla de tímido-dulce, pero armonioso y agradable. Eso si, vestía casi como una monja, con lo que quedaba claro que no iba buscando guerra.

A ver si me explico, no hablo de una mujer que levantase admiración por la calle, pero el conjunto era decente, y ademas, note que mi cuerpo experimentaba cierta "química". Una atracción indefinible y sin mucha base solida, pero ahí estaba.

Al cabo de unos veinte minutos esperando, se levanto y salio al vestíbulo para dirigirse a otra parte del edificio. Apenas me miro, y apenas la mire.

Cuando volvió al cabo de unos minutos, no tenia intención de levantar la cabeza, pero la bioquímica humana que es muy lista, mando una orden a mi cabeza para que, al menos, prestase una mínima atención. Y valió la pena, porque en ese frugal vistazo aprecie perfectamente como sus pezones querían romper las dos capas de tela que les separaban del exterior.

Alarma, pensé. No hace frío, no hay cambios de temperatura, ….... ¿Porque se le ponen duras las tetas a esta tía? Vamos a fijarnos mas.

Tenia unas tetas de tamaño medio, pero la blusa que llevaba, presentaba un escote muy discreto, pero muy falso, pues cada vez que se inclinaba sobre la mesa, se despegaba del cuerpo, y si mi posición hubiese sido mejor, le habría visto hasta el ombligo.

Puede ser un descuido, o puede ser que no.

La maquina del café se encontraba al lado mio, y al cabo de un rato (no me preocupaba nada en ese momento el tiempo que llevaba esperando), veo que se levanta y se dirige hacia mi.

Atento. Venia a tomar un café de maquina (esos dispensadores automáticos con monedas que están tan extendidos y que tantas ulceras han provocado).

 Buenos días. (me saludo educadamente).

 Buenos días, (respondí clavando mis ojos en los suyos, lo justo para no resultar impertinente. Ella no aguanto la mirada ni dos segundos).

La suerte vino en mi ayuda y la maquina se trago su moneda sin suministrar la bebida, y como había venido solo con la moneda en la mano, no le quedaban mas. Ya daba la vuelta para volver a su mesa a buscar otra, cuando rápido como el rayo metí una moneda en la maquina:

 Por favor, permite que te ahorre el paseo hasta tu mesa.

 Gracias, no es necesario, mi mesa esta aquí al lado.......

 Insisto -puse mi voz mas persuasiva-, que tipo seria si permitiese que una dama perdiese su tiempo por una moneda de 50 céntimos, ademas, mañana me puede pasar a mi, y, ¿no harías tu lo mismo?

 Bueno.......si....claro..

 Venga mujer, no se hable mas, que ya nos están mirando tus compañera pensando que quiero ligar contigo.

Ante este comentario enrojeció por completo. Yo por mi parte me encontraba muy a gusto. Era un depredador, y ella una presa, tan tímida, tan evasiva, tan dulce........

Cogió su café con un escueto "gracias", y cuando se marchaba observe de nuevo como sus pezones comenzaba levemente a empujar de nuevo.

 De nada, ha sido un placer.

En eso que apareció mi contacto, y me fui con el hacia el interior de la fabrica, con la atención puesta en otra parte, para que vamos a engañarnos.

La visita fue muy larga, llego la hora de salida, y como estaban en horario de verano (lo que llamamos jornada intensiva), no volvían por la tarde.

Me acompañaron al vestíbulo, donde comprobé que la oficina estaba vacía, y me dirigí hacia mi coche con un punto de decepción.

Tenia el coche en la zona reservada a los visitantes, y cuando conducía hacia la salida, dejando a un lado la zona destinada a los empleados, veo que quedaban solo dos o tres coches, y entonces..........

el corazón me dio un golpe. Ella se encontraba en el mas alejado, con el capo levantado. La verdad es que verla fue un golpe de suerte, pues su posición me pillaba a contra-cuello, y si hubiese habido media docena de coches mas no me habría dado cuenta.

No os digo lo rápido que me dirigí hacia su posición:_

 Hola, parece que las maquinas hoy te han declarado la guerra.

 Eh, hola....., si, no se que le pasa. Arranca y al momento se para.

 Hace muchísimo calor (era cierto, nos encontrábamos en pleno verano, a las tres menos cuarto de la tarde, y el sol apretaba de lo lindo), ¿porque no te acerco al pueblo y llamas luego a la grúa?.

 No, mejor llamo desde aquí, y que vengan ahora.

 Como quieras, pero al menos dejame esperar contigo. Este lugar esta casi vacío, y no me parece correcto dejarte sola en medio de la nada.

 No es necesario, siempre queda alguien en la fabrica y yo no quiero que pierdas........

 Insisto (repetí la formula del incidente en la cafetera, pues allí me había salido bien), no me parece correcto y no me voy tranquilo, así que no se hable mas. Me espero.

Aquí note -mas bien confirme- que cuando el tono de voz era absolutamente firme, ella bajaba la vista y cedía. Un poquito sumisa me estaba resultando la chica, y eso me ponía cachondo, para que voy a negarlo.

Total que metió medio cuerpo en el coche para buscar el móvil y el numero de asistencia en carretera, momento que aproveche para pegarle un repaso visual completo. Llevaba una falda por debajo de la rodilla, que solo permitía apreciar unas pantorrillas correctas, y que en ese momento, estando inclinada, le marcaba un culo muy tentador.

Giro la cabeza desde dentro del coche, y no le quedo ninguna duda de que le estaba mirando el culo, lo que provoco un triple efecto.

A saber: enrojeció como un tomate, sus pezones se dispararon de nuevo, y a mi el nabo me dio un respingo.

 No tengo el numero de asistencia aquí., he cambiado de compañía de seguros hace poco y no habré ordenado bien los papeles.

 Perdona, pero todavía no nos hemos presentado, me llamo Carlos (y le tendí la mano)

 Inma ( y acepto mi mano)

Aquí aproveche para coger la suya, y acercarme para sellar la presentación con dos castos (en apariencia) besos en sus mejillas, que me permitieron embriagarme con su olor (olía a mujer de verdad) y sentir la suavidad de su piel. Nuevo respingo de mi nabo.

 Mira Inma, son las tres de la tarde, hace un calor insoportable, no hemos comido, y tu no tienes el numero de asistencia.

No me respondió, y mantenía la vista baja, mostraba tal azoramiento, que aun la hacia mas adorable.

 ¿Por que no permites que te acompañe al pueblo?, no soy un desconocido, sabes que he estado reunido largo rato con altos cargos de tu empresa y ademas no es la primera vez que vengo, ni la ultima........

 No quiero molestar....

 Pues entonces sube al coche y vayámonos antes de que cojamos una insolación.

Así que Inma cerro su coche, y se monto en el mio. La planta se encontraba a unos 10 Km del pueblo mas cercano, que ademas era una localidad importante.

 ¿Has comido Inma?

 No, con este horario, salimos a las dos y media y ya no volvemos, pero comemos un poco tarde.

 Pues hacemos una cosa, me invitas a comer en el sitio que tu elijas, y así cancelas tu deuda con la moneda del café y el transporte hasta el pueblo. ¿Vale?

No tenia ninguna intención de dejar que me invitase a comer, paro tampoco tenia ninguna intención de que se me escapase en esos momentos.

Me miro un ratito antes de responder.

 Vale, porque me parece que no me vas a dejar otra opción.

 Chica lista........y guapa, (le solté mientras apartaba los ojos de la carretera mas tiempo de lo que la prudencia hubiese aconsejado, para clavarlos en los suyos, esta vez con insistencia)

Nuevo enrojecimiento y nueva inflamación de pezones. Vaya con la niña......

Para no aburriros con los detalles, os diré que me llevo a comer a un sitio fuera del pueblo, donde a la hora que llegamos ya no quedaba casi nadie, lo que nos permitió comer un menú sencillo y correcto con bastante intimidad. Inma me contó que vivía con dos amigas, una de las cuales estaba de vacaciones y la otra se quedaba unos días en Barcelona por temas laborales, que tenia 31 años, y que no estaba casada, pues había tenido un largo noviazgo que no acabo bien (luego averigüe que estuvo con un gilipollas que después de casi 10 años de noviazgo, le puso los cuernos).

Inma se revelo como una conversadora agradable e inteligente ( generalmente las mujeres inteligentes follan mucho mejor ), con un punto de pudor o timidez o discreción o yo que se, que me ponía muy, muy cachondo.

Mi plan estaba trazado, aprovechando una visita suya al lavabo, pague la cuenta, y le dije al camarero que no le dijese nada, hasta que no pidiese la cuenta y estuviese lista para pagar, porque era una amiga mía y quería gastarle una broma. Añadí 5 Euros a la cuenta y conseguí la colaboración incondicional del camarero, un ciudadano rumano o similar que hablaba lo justo nuestro idioma.

Cuando salio del lavabo, le apremie:

 Bueno Inma, cuando quieras pagas y nos vamos.

 Camarero, por favor..

El camarero se acercaba con un papel en la mano, y entonces, un micro segundo antes de que yo mismo metiese la pata y le dijese que era una broma y que ya estaba pagado, me da por mirarla y la veo rebuscar en el bolso con gesto apurado.......

 Perdona -ahora estaba roja de verdad- me he debido dejar el monedero en casa........

Ahora la sensación fue brutal: la forma de sus pezones era visible perfectamente a través de su sujetador y de su blusa. Entonces, como un latigazo, me llego la inspiración: A ver si esta chica se me pone cachonda cuando esta en situaciones comprometidas.

Otro segundo antes de que metiese la pata, y le contase lo de la broma, va y me suelta:

 Si quieres acompañame a casa y te lo doy.

Su casa, donde sus amigas no están. Si hubiese hecho falta hubiese ido de rodillas, descalzo, caminando sobre las manos. No podía creerme mi suerte.

Decidí arriesgar un poco:

 Inma, esto era una broma. La cuenta esta ya pagada. ¿De verdad creías que te iba a permitir pagar la comida?. Pero te tomo la palabra en una cosa, te acompaño a casa y me invitas a tomar algo, antes de marchar hacia Barcelona.

Me miro, todavía con los pezones apuntándome. Esta vez creí ver un brillo en su mirada, o quizás algo en su expresión, o a lo mejor fueron imaginaciones mías.

 Vale, es lo mínimo que puedo hacer.

No, pensé, no es lo mínimo que puedes hacer, puedes hacer mucho mas, y a poco que pueda, me voy a encargar de que lo hagas.............