La aceptación de corazón de perra{tx_mdt} cap 2

Siguen las pequeñas anécdotas de la aceptación y entrega de la perrita con su ofrecimiento explícito

Ella se había callado y era evidente que tocaba algo.

-       Venga, niña Nuestra ¿qué esperas para prepararte?.- preguntó el Sr. Txiria sacándome del embobamiento con el que miraba a la Sra. María.

-       ¿Tardarás mucho???.- preguntó la Sra. siempre más práctica y más directa

-       No, mi Señora, no mucho pero sí un poquillo de tiempo.- contesté sintiendo nuevamente las mariposas en el estómago.

-       Pues venga, a prepararte y date toda la prisa que puedas.- me indicó, mi Amo.

Asentí con la cabeza; era la hora de prepararse, no venía sin pensar lo que iba a hacer; para nada. No sabía si lo que había pensado los días anteriores serviría de algo o de nada pero mi Dueño había dicho que preparara yo mi parte y que Ellos harían la Suya.

-       mi Amo, ¿podría darme una aguja, por favor???.- pedí mirándoLo suplicante

-       Claro, Mi perra preciosa; supongo que el uso que le quieres dar es algo que reservas para luego, ¿no???

Nuevamente, asentí en silencio ante Su pregunta.

-       Bien, pues espera un momento para que te la traiga.

Al cabo de unos instantes volvió con varias agujas esterilizadas de las que utiliza para adornar las téticas que Le pertenecen y me dió a escoger cual era la que deseaba usar por su grosor y tamaño; escogí la más pequeña que vale para lo que voy a entregar.

No sabía lo que hacen Ellos en la sala mientras yo, en la cocina, me arreglaba de forma completa cara al importante paso que iba a dar. Se oían ruidos de mueble y movimiento de cosas; se oía hablar en voz baja.

-       “respira profundamente, niña, respira profundamente y tranquilízate”.- pensé para mí misma antes de iniciar mi preparación.

me preparé con rapidez pero con mucha atención a los detalles; fui a por el bolso y tomé el perfilador de labios que llevo y marqué el cuerpo que Les pertenece; pinté Sus iniciales en tetas y palma de las manos y unas llaves tanto en los muslos como a ambos lados de las téticas; a continuación, saqué el vestido de lack y me lo coloqué con cuidado, ajustándolo bien al cuerpecito; luego calcé los botines que traía, negros del mismo color del vestido; me miré en el espejo, ya estaba casi lista.

Con cuidado de que no se borren las marcas que he hecho, alisé el pelo con las manos con el fin de que estuviera lo más presentable para poderme ofrecer a Ellos; ofrecerme para ser Su perra, Su sierva fiel y entregada; dispuesta a entregarles mi voluntad y mi ser, mi alma toda.

En silencio y con cierto apresuramiento, revolví el bolso tomando de él el collar de prueba que, anteriormente, me impusieron; lo cogí en la mano derecha, conjuntamente con la aguja que me prestó mi Dueño, y me dirigí al salón donde Ellos se encontraban; al llegar y sin decir palabra, me arrodillé y esperé con la cabeza gacha y las manos sobre los muslos.

Los Señores no habían acabado aún de preparar la habitación donde iba a tener lugar el desarrollo de todo lo que sucedió en Su casa; este paso tan importante en mi vida, quizá el más importante que nunca he dado.

Estaba nerviosa y tensa y, mientras Ellos acababan de preparar la habitación, no se me ocurrió otra cosa que ponerme a jugar con el perrillo que también poseen. Le quité la pelota, la hice rodar por el pasillo o por la sala y… que más quería él que qué le hicieran caso, corría a recogerla y me la traía; yo lo provocaba y él… él se me subía encima intentando coger la pelota.

Quiso empezar a lamer mi cara cuando se escuchó la orden directa y seria de mi Ama mandándolo a su sitio; yo también me sentí reprendida por Ella y comprendí que debía de dejar de provocar con la pelotita regresé a la posición de partida, de rodillas, la cabeza gacha y las manos en los muslos; tonta de mi, vi que las letras de las palmas se me borraron por jugar, grrrrrrrrrrrrrrrr.

Miré las manos compungida y supe que debía rehacer las señales que había hecho en ellas se habían emborronado con el juego con el perrillo; me mosqueo conmigo misma y, sin levantar la cabeza, dije:

-       Perdón, mis Señores, ¿podría volver un momentito a la cocina a retocar una cosita que se me ha difuminado???.- pregunto con voz humilde.- “seré tonta, tonta y tonta; solo a mi se me ocurre ponerme a jugar con el perrillo en un momento como éste”.- pienso para mi coleto.

-       Y eso… ¿es imprescindible en tu opinión???.- preguntó el Sr. Txiria.

-       Sí, mi Amo, lo es.-contesté con voz queda.

-       Y si lo es, ¿por qué no has tenido cuidado????.- me reprendió más que pregunta mi Ama

me encogí ante el tono de su voz y contesté lo más humildemente que pude:

-       mi Señora, es que me he puesto a jugar con el perrillo y…

-       Mira, niña, vete a hacer lo que debas pero lo más rápido posible.- me cortó Ella mientras el Amo se partía de la risa.

Fui volando que no corriendo; remarqué mis marcas de sumisión y volví aún más rápido a la sala; los Señores se habían sentado juntos en el sofá cuando yo adopté la postura que debía esta vez con un exquisito cuidado de cómo colocaba mis manos.

Miré a mí alrededor con cuidado de mantener la cabeza gacha y vi que la mesa de centro había sido apartada y colocada a mi izquierda con todas las velas encendidas encima de ella; a la derecha vi que se hallaba colocada la cruz de San Andrés como llamándome. Sin embargo, lo que realmente me llamó la atención fue que las persianas estaban levantadas lo que daba una sensación de normalidad, de hecho habitual, que me tranquilizó como por ensalmo.

Entre mí y los Dueños de mi alma no había ningún obstáculo que se interpusiera.

Los miré con el rabillo del ojo y se me cortó la respiración de lo que apareció ante mis ojos; estaban, a la vez, guapos e impactantes… no sé como describir lo que sentí ante la visión que se presentó ante mi vista; solo sé que, instintivamente, agaché la cabeza y la metí hacia el pecho como desapareciendo ante Ellos.

El Amo estaba enteramente vestido de negro; camisa negra de manga larga, pantalones de cuero negros (me impacta solo la visión de los mismos pues no los había visto hasta ese momento y se los puso solo para ornamentar el momento, la situación) y zapatos negros. Tenía una de las piernas cruzada sobre la otra y la balanceaba con un ritmo suave e hipnótico mientras mantenía las manos con los dedos cruzados encima de la rodilla más alta.

mi Señora, mi Dueña, estaba sentada recta con ambos pies apoyados en el suelo y  un cigarrillo encendido en Su mano izquierda. Vestía como la Gran Dama que siempre se me presenta, con sencillez pero elegancia. Llevaba botas blancas, un leggin negro grabado y una camisola suelta en colores azules y negros; al cuello, un collar con una rosa negra y plata y los adornos habituales (excepto un gran anillo con una rosa) en los dedos y las muñecas. Iba ligeramente maquillada y muy atractiva como cada vez que la veo.

Y… allí estaba yo; de rodillas con las manos sobre mis piernas, de frente a mis Señores mientras permitía que el momento adecuado llegara llenando mi ser.

Por Su parte, Ellos se mantenían sentados y atentos a lo que iba a decir o hacer… dejé que la boa que me recorría el cuerpo asfixiando mis capacidades realizara su recorrido y que los escalofríos que generaba se fueran diluyendo mientras las palabras pugnaban por salir de la garganta.

Pasó el momento y conseguí arrancar y empezar; mi voz sonaba diferente a como habitualmente suena… creo, no, no creo, estoy segura que era la voz del alma la que hablaba, tenía miedo de hacerlo mal y, este miedo, atenazaba mi capacidad de expresarme haciendo que creciera en mí la duda de cómo lo estaba haciendo.

-       “Ellos se merecen lo mejor”.- pensaba.- “Pero… ¿cómo expresarlo??? ¿cómo poner en palabras lo que mi alma pugna por dar y entregar???”

A decir verdad, no recuerdo las palabras exactas que dije; si los gestos que hice, que, además, se correspondían con lo que tenía pensado. Lo que recuerdo entre brumas fue algo como lo que sigue:

-       mis Señores, aquí me presento ante Uds., para ofrecerles todo mi ser, si tienen a bien aceptarlo.-empecé, más o menos.

-       sé que mi valía es limitada pero Les ruego que acepten todo lo que tengo, todo lo que soy.- continúe.

-       Es por ello que marcada con Sus señales.- extendí las palmas de las manos para que se vieran bien las marcas de Sus iniciales.- en manos y pecho (que incluye el corazón). Les presento mi vida entera, empezando por mis sentimientos reflejados en las llaves que abarcan el pecho; mi sexualidad por las que se reflejan en mis muslos; y mi vida toda pues toda yo deseo pertenecerles.

Al tiempo que hablaba abría el vestido para enseñar las marcas de pertenencia con las que había adornado las tetas; lo bajaba de los hombros para enseñar el pecho abarcado por las llaves; levantaba la falda mostrando el pubis depilado, abierto y desnudo que, de la misma manera, estaba abarcado por las llaves de las que Ellos eran Dueños. Ellos… Ellos me miraban intensamente, sin decir palabra y con una sonrisa en la boca.

-       Así mismo, Les ofrezco mi sangre como muestra de mi deseo de que solo abandone mi cuerpo para ser Suya y servirles.- continúe mientras pinchaba la yema del dedo índice de la mano derecha hasta hacer surgir una gota que ofrecí al tiempo que agachaba la cabeza para que la tomaran.

-       Sé que Les ofrezco lo que ya no es mío.- continúe.- pues han entrado en mi vida y no me ha quedado otra opción que darles todo de mi; sin embargo, Les ruego, Les suplico que lo acepten pues, sin Uds., mi vida dejará de ser tal para convertirse en pura supervivencia.

Dicho algo como lo anterior, desperté y… me vi besando los pies de mis Señores.

Empecé por besar y abrazarme a las botas de mi Dueña, luego besé y lamí los zapatos de mi Amo; así cambié y continué durante unos minutos mientras esperaba la respuesta a mi entrega, a mi oferta de servirlos como mejor pudiera y supiera.

El que rompió el silencio dando por sentado que me tomarían a Su servicio fue mí Señor con unas palabas como estas:

-       Bueno, Mi vida linda, ¿qué opinas de la oferta de esta perra?.- preguntó a la Sra. María.-

¿crees que merece que la tomemos a Nuestro servicio y la guiemos en su vida??? La verdad es que Yo opino que la oferta es interesante.

-       Sí, así lo parece, pero… ¿será capaz de contener esos cambios tan bruscos de humor que tiene???

-       Espero que sí; pero en el caso de que no lo sea….- los puntos suspensivos se reflejaron perfectamente en el aire.- estoy seguro de que no la importará que la corrijamos con firmeza y con dureza.

Fui a hablar pero la contestación de mi Señora cortó las palabras en mi garganta.

-       Eso espero, pues en caso de que no sea así ya sabe donde se encuentra la puerta de la calle.- oírla y que el corazón diera un vuelco en mi interior fue todo uno.

yo deseaba responder que aceptaría todo lo que fuera necesario pero, antes de que pudiera abrir la boca, el hecho de que mi Señor continuara hablando con Ella como si no fuera de mi de quien hablaran fue lo que me convenció de que la conversación era entre Ellos que a mí solo Me quedaba admitir la decisión que Ellos tomaran mientras una nueva boa recorría mi alma, angustiándome.

-       Sí, eso creo que lo sabe.- dijo Él.- pero, en el caso de que no lo sepa, ya Nos ocuparíamos Nosotros de enseñarla el camino.

-       Bien, en ese caso, deberá ser capaz de plasmar su compromiso con todas las de la ley, ¿no???

-       Sí, así es.- respondió Él.- para el caso de que nos convenciera, he preparado un contrato de sumisión por 6 meses para que lo firme y se comprometa con su nueva vida.

Y así fue como tuvieron a bien acogerme; sé que parecerá exagerado pero no me cansare de agradecérselo en toda mi vida; da igual como finalice esta historia común, Ellos han sacado a la luz la verdad de mi alma sumisa, de mis deseos de servir y ser guiada.

Antes de imponerme el collar mi Dama y mi Señor vieron correcto leer y firmar el contrato de sumisión; mi Amo me ayudo, dado que eran aun evidentes mis nervios y mi emoción, la cual tuve que controlar si no quería que mis lagrimas saldrían a flote.

Mientras mi Amo lo leía, nosotras escuchábamos; yo puse toda mi atención mientras mi Ama me cogía las manos apretándolas y acariciándolas. Y yo sentí… sentí intensamente que Ella me estaba sujetando, me estaba protegiendo; que nos decíamos con las manos lo que deseábamos ambas ese momento de la firma; Ella poseerme y yo… yo darme, darme sin condiciones. Fue tan intenso que aun tengo la sensación de Sus manos mientras sujetaba las mías.

A pesar de la atención prestada no conseguí enterarme de todo lo que decía el contrato; sí que hubo varios párrafos que permanecen en mi recuerdo como:

“corazón de perra” acepta obedecer y someterse completamente a Txiria y a María de Txiria…

“corazón de perra” comprende que todo lo que hace pasara de derecho a privilegio

“corazón de perra” hablará siempre a Txiria y a María de Txiria en términos de amor y respeto

Todos los orgasmos, momentos de placer y situaciones placenteras de “corazón de perra” serán producidas por sus Amos

En definitiva, la voluntad y el deseo de “corazón de perra” estarán sometidos a los deseos y voluntades de Txiria y María de Txiria

Este contrato tendrá una vigencia de 6 meses prorrogable hasta la firma de uno nuevo.

Pero del resto… del resto ni idea.

En ese momento mi Amo me mandó leer un párrafo que conseguí leer a duras penas; un pequeño párrafo donde decía que estaba conforme, y firmamos… firmamos los tres, cada uno en el lugar en el que le tocaba; por fin era Suya, Les pertenecía y mi alma se llenó de gozo y se elevó.

En ese momento, mi Señor saco el collar que mi Ama había preparado para esta perrita; un precioso collar de paseo con cadenitas y las iniciales de mis Señores cosidas; es precioso. me lo puso la Dama y cómo me sentí con él: fuerte, bella… una perra linda y más cuando vi que a Ellos también les agrado como me quedaba, me dejaron verme en el espejo.

-        “ainssssssssss, que bien”.- pensé para mí al contemplarme.-“mmmmmmmmmmmmmm, que guapa estoy y que buenorra me siento así, jajjaja.