La 2da vez con Daniel
La 2da vez que estuve con Daniel, fue aún mejor que la primera, y ya verán porque.
La segunda vez que vi a Daniel, el chico que conocí en la app, estaba muy emocionada.
Me había dado una cogida deliciosa y su leche era un manjar, yo no podía esperar más para probar aquel semen.
Lo vi en el metro, pasó por mí y me llevo a su casa. Desde la sala me empezó a besar, a tocar, me tocaba los senos y el cuello. Luego me subió la blusa y el bra para poder dejar al aire mis senos y poder mamar, lo hacía delicioso, a veces me mordía los pezones y yo gemía, era una mezcla de dolor y placer. Ponía sus dedos en mi boca mientras mordía y con la otra mano se abría paso en mis pantaletas.
Me metió un dedo y luego dos, su boca estaba en mis senos y metía los dedos de su otra mano en mi boca, ¡me hacía sentir una total puta y me encantaba.
Después fue mi turno, y ahí en la sala me arrodillé y empecé a mamar. Primero la punta, luego empecé a meter más y más, aquella verga me llegaba a la garganta y me ahogaba, era algo que realmente me excitaba y a él también, porque veía sus ojos llenos de lujuria y soltaba gemidos ricos. Chupe y mame hasta que acabó, sin dudarlo, me trague el semen, estaba calientito y rico.
Al terminar, me llevó a su habitación para poder cogerme bien. Me sacó toda la ropa, me siguió besando toda, toda. Y yo empecé a mamar para ponerlo firme, cuando por fin estuvo erecta esa verga, me monté en ella, saltaba y mis senos saltaban conmigo, él los sostenía con una mano y presionaba, yo soltaba gemidos, era algo que disfrutaba.
Luego me puso en 4, me encanta que me la metan en 4, empezó duro pero lento, y luego poco a poco me la metía con más fuerza y yo gritaba de dolor y placer. Seguimos así, con nalgadas, metidas rápidas, lentas, duras, suaves, y yo acabe, estaba escurriendo y entonces se vino lo bueno.
Me pidió que me quedara quieta para poder hacerme un anal, aquello me aterraba, pero quería hacerlo, así que empezó; metió un dedo mientras me decía que todo estaba bien, lo hacía cada vez más rápido, y cuando estuvo seguro de que podía entrar, metió la punta, grité un poquito y me cerré, pero dijo que debía estar tranquila, así que lo hice, me relaje y empezó a penetrarme más.
Me encantó sentir como me abría, como entraba en mi culito. Una vez seguro de que todo iba bien, empezaron las embestidas, cada vez más rápidas y fuertes, me dolía, pero en verdad lo disfrutaba y yo me dejaba, él tocaba mi clítoris y yo sentía que me iba a venir, me pidió que esperaba para poder acabar juntos, me la seguía metiendo y tocando, y por fin los dos explotamos!
Me encantó aquel anal y haberme tragado su semen de nuevo. Yo quería más, pero él debía ir a la universidad, así que nos vestimos, me llevó al metro y dijo que nos veríamos de nuevo.