Kristy y un maduro experimentado. 2.

Kristy empieza a conocer el placer que un hombre desconocido y bastante más mayor que ella le puede dar a su cuerpo y mente, usando su mejor herramienta como técnico, la mente de un hombre que nota como una jovencita desea que la usen a su antojo. Las fantasías echas realidad. Historia real.

Día 22 de febrero, en casa de Kristy, acabando de follar su boca mientras ella está sentada en una silla, con sus pies atados por unas cuerdas a las patas y sus manos atadas por un cable, una situación normal y corriente.

Mientras acaba de destrozar la garganta de esta jovencita, Joan quiere regalarle su mejor elixir, aparte que ya tiene ganas de descargar sus huevos, pero antes de darle el premio por haberse portado bien, le hace una pregunta importante para ella:

— Kristy, te voy a hacer una pregunta que dependerá mucho para que sigamos haciendo lo que a mí me gusta y a ti veo que también. Por ello te pido ante todo sinceridad y honestidad. Espero que lo entiendas claramente, porque si no es así, me visto y me voy, ya que no me gusta perder el tiempo con gente que no sabe lo que quiere en la vida. La pregunta es simple, ¿te gusta que te usen así o es tu primera vez y estás explorando un mundo nuevo para ti? — realmente Joan sabía que había traspasado algunos de los limites humanos mientras la sometía, pero era una fantasía que nunca había cumplido con una mujer, y está, que al ser joven parecía que, si iba a disfrutar, pues necesitaba saber si quería seguir o ya había sido suficiente para ella.

Eran ya casi las 21 horas, y había estado usando el cuerpo de Kristy al antojo de sus más oscuros placeres sexuales, por tanto, el saber la opinión de una mujer joven que estaba siendo usada de una manera no muy tradicional, hacía que Joan incluso se pensará si se había pasado en su fantasía, aunque ahora quedaba la parte mejor y la que ella necesitaba realmente. Por eso, cuando ella casi ahogándose por todo lo que le había hecho recibir tanto en su boca como en su garganta, vio que podía recuperar la respiración, incluso podía relajar su garganta y que ese hombre tan maduro, tan varonil y también tan grotesco y cruel le había usado como un agujero para la polla que gastaba, pues fue sincera, con lágrimas en los ojos no por dolor sino porque al fin un hombre había sacado de ella lo que ningún otro hombre había conseguido en su corta pero muy trabajosa vida sexual. Por eso, ella, mirando a los ojos de ese hombre, se dispuso a decirle con una voz suave pero enérgica, lo que realmente había sentido.

Por eso, Kristy, levantando su rostro tras recuperar su respiración normal y poniendo una sonrisa para que viera que le estaba gustando, le respondió:

— Sinceramente eres un cabrón. Si. Un verdadero cabrón, porque si esto que me has hecho me lo hubiera imaginado que me ibas a dar, incluso me hubiera excitado más, pero la sorpresa de cómo me has usado, de cómo me tienes atada, confiando en que no me iba a mover y no paralizar mis brazos, me ha hecho pensar que eres un verdadero cabronazo. Esto no quita que no me haya gustado, es más, estoy tan excitada y tan sensitiva que te voy a ser clara. Ningún hombre, chico o tío que me he follado en mi vida me ha hecho sentir un orgasmo dentro de mí con solo lo que me has dado. Me controlas perfectamente y eso a mí me hace sentirme obligada a recibir todo lo que me quieras hacer luego. Por otro lado, quiero que sigas haciendo más. Quiero incluso, no. Mejor, te suplico que me folles, por donde quieras, como quieras y con la brutalidad que desees, pero por favor, méteme ya tu pollón, ese que ha desvirgado mi garganta, porque sí, me has abierto más de lo que yo me he tragado en mi vida. Además, quiero ser tu puta. Si. Lo oyes bien. Quiero ser tuya, para cuando te apetezca. Para cuando no tengas donde meter tu herramienta, lo hagas en mí. Te estoy diciendo que te doy mi cuerpo para tu goce sexual. Pero lo que si te pido es que no me dejes marcas claras, ya que yo trabajo de cara al público y creo que una no sería buena, aunque realmente puedes hacer lo que quieras conmigo. Ahhhh, y te aviso, ya he tenido un par de orgasmos pequeños, pero necesito más. Sé que eres capaz de más, porque solo con usar mi boca y garganta, me hace saber que me vas a dar más. Así que, resumiendo, me ha gustado mucho, quiero más, quiero que me violes, aunque ya sé que lo vas a realizar, pero quiero que no me mires como una jovencita que le han jodido una cita, porque mi cita ahora es contigo, y quiero pasar todo el tiempo que quieras, contigo. Creo que he respondido a tu pregunta, de una manera sincera y honestamente, ¿o no?

Claro que había sido clara y concisa, tanto, que incluso Joan llego a meter su lengua dentro de la boca de ella, en señal de que le gustaba que también disfrutará. No le gusto que ella hubiera tenido esos orgasmos sin saberlo él, no por nada, sino porque a él le gusta que la mujer que folla diga o exprese sus orgasmos, pero como también pensó que, con la follada brutal de su boca, ella no podía expresar sus orgasmos, por eso le indico:

— Me gustaría que cuando tuvieras un orgasmo o varios, me hicieras saber que los tienes, no por nada, no es por mi ego ni cosas así, sino porque para mí, y creo que no lo vas a apreciar mucho, lo que más me gusta en una mujer no es su cuerpo, ya que hay millones de cuerpos distintos, sino tu interior. Me gusta que la mujer goce, disfrute y lo más importante, tenga orgasmos, y no un par de ellos, quiero que tu coño se corra todas las veces que pueda o desee, pero además soy tan cabrón como me has señalado, porque me gusta saber que realmente estás disfrutando. Y vas a ver que no soy como otros hombres que solo quieren su placer. Mi placer empieza cuando tus ovarios están agotados de tantas corridas que has tenido. Así que, ahora, voy a darte un premio, mi leche. Si. Me has aguantado bien y por eso, quiero descargar mi semen dentro de tu boca, para que la relamas, saborees y te deleites con su sabor, su espesor y, sobre todo, porque me encanta ver a una mujer disfrutando de mi elixir. Y voy a desatarte. Te voy a quitar tus ataduras. Voy a dejar que estés libre, pero pienso follarte de nuevo tu boca, fuerte, para llenarte un poco la boca. Que yo no descargo mucha cantidad, pero si con consistencia.

Acto seguido, desato los tobillos que se quedaron en la misma posición. Le quito el cable que ataba sus muñecas. Y dejo que ella se pusiera algo más cómoda, para así incluso que acariciará los testículos que almacenaban ese líquido que Kristy necesita ya saber cómo iban a depositar ese líquido como premio para ella.

Tenemos que recordar que ella tenía metido dentro de su coño, un rodillo de amasar, hasta la mitad y seguía teniendo metido, pero si es cierto que como Joan no le había dado permiso para sacarlo, pues siguió teniendo dentro de ella, pero esta vez fue ella la que se echó con sus rodillas hacia el suelo, haciendo incluso que ese rodillo entrará algo más dentro de ella, casi tres cuartas partes, lo que hizo incluso que se estirará su espalda, para así poner la boca de ella, abierta a la misma altura en donde estaba el capullo de esa polla.

Joan sabía que ella merecía ese premio más que nada, por tanto, sin agarrar de la cabeza de Kristy, metió su capullo, todo el tallo hasta que choco el pubis contra la nariz de ella. Se quedó quieto. Fue entonces cuando comprobó que la cabeza, boca y garganta empezaban a hacer una mamada gloriosa, enérgica, acelerando cada vez más rápido, chocando los labios contra los huevos y pubis, en resumen, si hay que ver una garganta profunda, esta mujer joven le estaba dando la mejor mamada de la vida de ese hombre. Incluso se agarró con sus manos de los muslos de él para acelerar más la follada de boca que le estaba realizando, para así cuando noto como se tensaba ese trozo de carne, como ese hombre miraba hacia el techo con los ojos en blanco y cuando noto que el conducto empezaba a hincharse por ese líquido grumoso circulaba en dirección hacia la salida del capullo, fue cuando ella paró y dejo su lengua fuera, para así recoger posibles líquidos que resbalarán.

Miro hacia arriba, intentando ver la cara de placer de ese hombre mientras descargaba la primera oleada de leche blanca.

Abrió la boca todo lo que pudo.

Dejo que el capullo estuviera reposando encima de la lengua.

Y aguanto la respiración para que no hubiera ningún movimiento y pudiera salirse ese chorro fuera de su cavidad bucal.

Recibió el primer chorro que choco contra la campanilla, cayendo hacia su garganta totalmente dilatada por la follada de antes.

Noto como el segundo chorro embadurnaba con un hilo su lengua.

Y recibió los siguientes goterones sobre sus dientes, pero no dejo en ningún momento que se saliera nada de ella.

Cuando Joan acabo de rugir tras su corrida, se separó de ella un poco. Vio que esa primera cantidad de semen tenia parte de la boca de ella impregnada.

Y sin que ella lo esperará, ya que ningún hombre se lo había hecho nunca, se agacho y arrodillo a su lado. Agarro del cuello y junto sus labios y metió su lengua mientras se daban un verdadero beso blanco, mezclando sus salivas, jugando con el semen que acaba de tener, pero no quería quitarle nada, porque este hombre apreciaba el premio que le estaba regalando, por eso, siguieron ambos besándose y cada vez que la lengua de él tenía un poco de su semen, se lo daba a ella.

Digamos que Kristy volvió a tener otro inesperado orgasmo, porque nunca la habían besado tras llenarle la boca de leche. Hizo ese simple gesto, algo no muy normal entre la gente que practica el sexo, que se sintiera incluso más deseada y más excitada de lo que ya lo había sentido antes. Y antes de que se tragará todo el semen, le dijo:

— Que cabrón eres. Me acabo de correr de nuevo con ese beso que me has dado. ¿Siempre eres así de cerdo y guarro o solo lo estás haciendo conmigo porque estás sabiendo lo que me gusta y me pone muy cachonda y muy perraca? Y me da igual lo que me digas, ya que quiero más de ti, más leche, más folladas, más besos, joder, que me has puesto súper cachonda, y ahora quiero follar, quiero que me folles, quiero follarte, quiero que me uses, quiero que me destroces, te quiero a ti en mi vida, espero que lo entiendas y no me dejes como otros que no saben lo que se están perdiendo por tener que estar con sus novias o esposas. Te quiero para mí. Y yo quiero ser para ti. — Le decía todo esto, mientras seguían metiendo sus lenguas en sus bocas, mientras el rodillo entraba y salía del coño de esta joven, mientras destilaba jugos blancos por sus orgasmos alrededor del rodillo, y mientras él le agarra del culo, le pellizcaba sus pezones y hacia que se sintiera la mujer más puta y deseada del mundo.

Son las 21:30 y Joan ha hecho otra de sus fantasías sexuales, realidad. Por solo comportarse con una joven muy atractiva, que cualquier otro hombre, chico o tío desearía tener para jugar sexualmente, él tiene a una jovencita que está disfrutando, que encima le está sacando orgasmo tras orgasmo y viendo que le gusta que la traten suciamente, estando incluso en un estado de éxtasis, ha podido cumplir muchas fantasías que nunca había tenido. Y por parte de Kristy empieza a saber cuáles son sus gustos sexuales, al menos con este hombre que le duplica la edad, que incluso supera la edad de su padre, que sabe cómo excitarla sin apenas tocarla, que realmente está descubriendo algunos actos que podría haber visto en videos porno, pero lo estaba viviendo en su cuerpo, en real, y encima le gustaba. Por eso, cuando se separaron de su beso blanco, ella se levantó, con el rodillo metido en su coño. Se acercó al rostro de Joan y subiendo una pierna por encima de la cabeza de él, dejando que se apoyará el pie sobre el hombro, dejo que ese hombre admirará los jugos orgásmicos que bajaban por la madera casi haciendo una gota de su elixir.

Joan abrió su boca, la puso en la punta del mango del rodillo y sacando la lengua, recogió esa gota que estaba a punto de caer. Notaba como también empezaba a salir parte de dicho utensilio de cocina del coño de esta jovencita, caliente y cachonda. Por eso, tenía incluso que ir bajando un poco la cabeza, para que la boca no tocará la madera.

Alzo su rostro para mirar la cara que tenía ella y fue cuando le dijo:

— Haz que salga todo de tu coño, expulsa de tu interior este trozo de madera y deja que vea como tienes abierto tu cavidad vaginal, porque si veo que está cerrada, tendré que meterte mi mano, pero si sigue abierto, entonces dejaré que caigan tus gotas de elixir sexual en mi boca, ya que me gusta el sabor que tienes.

Kristy hizo lo que le ordeno, pero no hacía ningún movimiento con su cuerpo, solo contraía y extraía sus músculos vaginales, haciendo que ese cilindro de madera se fuera deslizando por la gravedad hasta que se salió completamente de ella. Mientras caía camino del suelo, Joan lo agarro con una mano y cuando lo tuvo agarrado, entonces paso su nariz por los labios de ella, no para oler su coño, que realmente olía a sexo, sino para estimular su clítoris, por eso, subió su tabique nasal entre sus labios para apretar el botón que toda mujer tiene para encender su sexualidad al máximo. Kristy dejó escapar de su boca ese gemido de placer. Realmente era un jadeo placentero.

Llegamos a las 22 horas.

Kristy estaba con una pierna alzada, apoyada en el hombro de ese maduro que tenía su nariz pegada a su clítoris, y que los jugos de su coño empezaban a bañar el rostro y barbilla de ese maduro que estaba saboreando los jugos de una joven que seguía excitada, seguía cachonda y quería más, pero entonces fue cuando el cabrón se convirtió de repente en caballero, mientras le decía:

— Kristy, que te parece si paramos un poco, cenamos algo o pedimos comida para que nos la traigan y luego seguimos jugando? Lo digo porque, aunque no comamos aún, tendremos que hacerlo a lo largo de la noche, porque quieras o no, me falta violarte tu coño y tu culo y si te gusta, amanecemos follando, ¿qué tienes unas vistas maravillosas al mar y tiene que ser uno de los mejores despertares de toda la ciudad? — Todo esto se lo estaba diciendo casi sin apenas ser audible, porque la boca de Joan estaba entre los labios, mientras la nariz seguía pegada al clítoris.

Kristy entonces se sentó encima de las rodillas dobladas de Joan. Pasando los brazos alrededor del cuello de ese hombre que estaba sacando lo que muchas mujeres desean que les hagan y nunca se lo hacen. Estaba pasando del estado de cabrón guarro que la somete a vejaciones al estado de un hombre maduro, que aprecia todo lo que va a pasar a continuación pero que piensa en la alimentación diaria, que piensa que para poder seguir follando y violando sus agujeros, piensa en que se alimente ese cuerpo, que además le propone seguir haciendo sexo guarro durante toda la noche y que quiere estar con ella mientras amanece, viendo el sol sale por fuera del mar como horizonte, para estar con ella. Si. Es un momento en el que ella empieza a tener sentimientos hacia ese hombre, hacia ese maduro, hacia su nuevo amigo que, sin saberlo, le va a dar todo lo que ella quiera, sexualmente hablando, pero además que empieza a sentir una atracción sentimental, porque no la trata como un polvo, la trata como una mujer. No la trata como tres agujeros, ahora la está tratando como ella siempre ha querido sentirse, que se preocupan por ella, que realmente está sintiendo aprecio por quien la está violando, no contra su voluntad, sino que sin saber lo que su cuerpo necesita, sé lo da, con más brutalidad o más delicadeza, sea como sea, ella empieza a querer no apartarse de ese maduro que podría ser incluso casi parte de su familia, solo que no lo es. Kristy lo quiere como su amante.

Por eso besándose con besos suaves, Kristy y Joan empezaron a pasar de ser una jovencita que le habían plantado en una cita el día de los enamorados y dejando que se sintiera como muchas mujeres, usadas pero no para cuando ellas quieren, y Joan siendo un técnico de wifi, a ser una pareja con gustos que empiezan a descubrir y a ser lo que muchas personas pensarían que no se puede ser, un abuelo que se folla a una jovencita, y una mujer joven que no busca el sexo en hombres de su edad o algo más, sino que está follándose a un hombre que seguramente no ligue con mujeres de su edad o algo menos, pero realmente no es eso, simplemente es el nacimiento de una relación que fuera de tópicos sociales solo es para placer sexual, lo que actualmente se conoce con el sinónimo de “follamig@s” pero que antes era conocidos por amantes.

Lógicamente que pidieron un par de pizzas y cuando se las trajeron no salió ella desnuda a recibir la comida, sino que fue Joan quien pago al mensajero, ya que estaba vestido con el mono de trabajo, mucho más fácil y así no se entretendría nadie con nada. Dejo la comida en la cocina y cuando se acercó a Kristy, ella le dijo:

— Voy a ir al baño, tengo ganas de mear, por tanto, si quieres, en cuanto acabe, te ayudo a poner la mesa y cenamos algo, pero es que no aguanto más, ¿vale cielo? — se lo estaba diciendo mientras ella cerraba sus piernas en gesto de que realmente se estaba haciendo pis, pero Joan volvió a ser el cabrón que antes fue, para así seguir excitando a esa jovencita zorra que tenía delante de él con solo el tanga puesto.

— No. No vas a ir al baño. Tienes una maravillosa terraza en este ático, y aunque he visto a muchas mujeres mear, cosa que no me sorprende, pero quiero ver como lo haces, desnuda, porque te voy a quitar el tanga y quiero que sigas estando cachonda para mí. Así que, vas a ponerte a echar tu lluvia dorada mientras te metes mi polla en tu boca, y procura que se ponga dura mientras te meas, porque en cuanto la tenga dura, te voy a meter mi mano dentro de tu coño, así que, acaba pronto de mear, porque ya tengo ganas de violar tu coño.— Sabia que solo con oír lo que le iba a hacer, ella se pondría bastante caliente, por tanto, en cuanto le quito el tanga, salió moviendo su culo sensualmente y abriendo sus piernas, de pie, en mitad de su terraza, empezó a soltar su liquido amarillo, para así, abrir su boca, incorporarse hacia la cintura de ese hombre y tragarse de nuevo esa polla flácida para ponerla dura.

Continuamos en la siguiente parte, en donde ahora veremos cómo Kristy saca su lado más oscuro, ese que pocas veces las mujeres enseñan a sus amantes, pero que ella quiere demostrar de lo que es capaz de hacer por seguir sintiéndose una zorra para un hombre.