Klaster 001: Capitulo 1
Dani entra en el callejón y se encuentra una desagradable sorpresa, tras eso, acaba en el hospital pero no está solo tampoco, su grupo ahora ha crecido en un miembro más, luego tras la rehabilitación, se va de casa de Raquel, acaba en Pandorum, la aparente solución para volver a vivir con Raquel.
Klaster 001 : Capitulo 1
Mientras entraba en el callejón no podía evitar recordar aquel fatídico día que cumplía los dieciocho años, salimos huyendo del callejón siendo perseguidos por Dylan, Omar y Enrique, hartos de que nos pegaran cada día, quizás lo recordaba ahora porque tenía ganas de salir corriendo igual, tenia los huevos por corbata, pero sin embargo seguía para adelante, igual que ese día…
Intentamos despistarlos dividiéndonos, pero ellos también se organizaron para seguirnos a cada uno, yo corrí hasta que llegue a mi casa siendo perseguido por Dylan. Pero al abrir la puerta, la escena que vi acabo con mi vida escolar para siempre y eso no fue lo peor, lo que vi me aterro de manera increíble durante años después, Dylan choco conmigo al haberme parado en seco, tirándome sobre un charco de sangre.
Había manchado mis gafas, mi uniforme escolar y mis manos, levante las manos para mirármelas aterrado, volví en mi al ponerme los pelos de punta solo de pensarlo el miedo había vuelto a mí, seguí caminando cada vez mas asustado, mientras escuchaba ruidos extraños al fondo del callejón, para rematar la situación la farola fallo en este instante, no es que hubiera funcionado bien del todo nunca, pero ahora avanzaba a ciegas.
La oscuridad junto a los extraños sonidos ayudaron a que volviera al terrible recuerdo, al mirarme las manos de fondo vi a mi padre tirado sobre mi madre, con una cerveza en las manos, bebiendo y llorando, diciendo cosas ininteligibles, totalmente manchado de sangre, al lado de mi madre un botellín de cerveza totalmente roto y manchado de su sangre, mientras que Dylan huía asustado a toda velocidad y pedía perdón a gritos, no sé si por lo que había visto o por dios sabe que, yo me levante como pude con las lagrimas brotando de mi cara y mientras me lanzaba contra él, gritando: ¡¿pero qué has hecho, desgraciado?! El simplemente, me derribo de un guantazo.
.- ha sido un accidente (dijo arrastrando sus palabras)
-. ¡Mientes! Pagaras esto…
Arrastrándome, intente agarrar el teléfono de casa, el a pesar de estar borracho soltó la cerveza sobre el cuerpo de mi madre, la cual se quejo demostrando que seguía viva, contra todo pronóstico y salto sobre mí con toda la fuerzas que le quedaban.
.- ¡No denunciaras a tu padre, hijo de puta desagradecido (consiguió pronunciar)
-. ¡Suéltame, que sigue viva, déjame llamar a una ambulancia!
.- ¡No, tu quieres que me detengan!
Estuve mucho tiempo intentando dialogar con él, forcejeando pero no hubo nada que hacer, mi madre murió desangrada ese día, yo no conseguí quitarme a mi padre de encima de ninguna manera, ni agarrar el teléfono y fue Dylan el que llamo a la policía ese día, cuando llego a su casa, pero por desgracia, llegaron tarde, mi madre murió ese día, mi padre fue a la cárcel, porque yo testifique contra él, aunque hubiera ido de todas maneras quería que le callera la máxima pena posible y yo estuve viviendo con el seguro de vida de mi madre, hasta ahora.
Tropecé con el cubo de la basura del callejón, justo cuando la luz volvía a encenderse y la escena que vi frente a mí, me hizo revivir las palizas, que nos daba mi padre y la muerte de mi madre. Un tipo alto, moreno, con una cicatriz en la cara, con un cuerpo bastante corpulento y vestido con un esmoquin blanco, digo vestido por decir algo, porque estaba más desnudo, que vestido.
Estaba sobre una chica bajita, con el pelo castaño rizado por los hombros, con gafas, a la cual tenía más inconsciente, que consciente, no tenía idea de porque motivo se encontraba así, la chica intentaba forcejear sin éxito le tenía las manos sujetadas por una cuerda y apenas conseguía cerrar las piernas para que no le sacara las bragas, las mismas que iban ya por las rodillas, también la tenia amordazada, los vaqueros estaban por el suelo y por el ruido, del cubo el tío, ahora me miraba a mí, aunque por lo que me había recordado, ya estaba pegándole un puñetazo en la cara, que lo hizo caer de culo al no esperárselo.
-. ¿Está bien señorita? (ella me dijo que no con la cara)
-. ¡Ayu…! (cuando iba a pedir ayuda el tío cargo contra mi)
Me di contra el cubo de basura de metal, quedando un poco atontado, mientras el tío, me golpeaba a placer, me rompió las gafas, pero esta vez, sabia donde tenía al enemigo, lo tenía encima y esta vez, no me dejaría vencer por nimiedades. Busque su corbata, palpando su cuerpo mientras recibía golpes de él, en el cuerpo y en la cara, jale de su corbata y di un cabezazo hacia delante a ciegas con la esperanza de dárselo en la cara y efectivamente di un golpe que me dolió mas a mí, que a él.
En un primer momento conseguí que se me quitara de encima, mientras el tipo profería maldiciones contra mí, seguía sin ver nada, así que di golpes hacia donde escuchaba el sonido más o menos, di un par de golpes al aire, aseste uno que por lo blando que estaba juraría que era el estomago y otro en su espalda.
Escuche como caía al suelo, no pude más que sonreír, esta vez incluso ciego estaba ganando, pero de repente, ella hizo un ruido extraño y un breve momento después mi gesto cambio al notar como algo me perforaba el estomago, en ese momento mis piernas temblaban, ya no podían sostenerme, así que mareado por un extraño dolor, caí de rodillas. Escuche como el tipo se levantaba su respiración era agitada, lo que quiera que me hubiera clavado lo agarro clavándomelo hasta el fondo mientras me decía en el oído: Esto es lo que le pasa a los entrometidos que se meten con el esmoquin blanco, acaban muertos, y en ese momento me saco lo que me había clavado notando segundos después, un liquido brotar de la herida.
Caí de lado, mientras escuchaba a la chica hacer sonidos de nuevo sin poder hacer nada, mientras veía mi vida pasar por delante de mis ojos, a la vez que sentía la vida que había en mi irse por la herida, mientras que empecé a sentir frio, mi vista se nublo más de la cuenta, no sé cuánto tiempo paso hasta que me recupere un poco, seguía sintiendo el frio, pero el mareo y el embotellamiento mental habían mermado lo suficiente para reaccionar.
.- Te has portado bien bonita, lástima que no podamos dejarte viva para repetir, porque por desgracia, serias un testigo (escuche como le decía él a ella)
Escuche como él se estaba vistiendo, mientras ella no hacía más que intentar gritar inútilmente con la mordaza, yo mientras rezaba para que no me estuviera mirando, comencé a palpar el suelo buscando algún resto de mis gafas. Hasta que lo encontré, me lo lleve a los ojos, consiguiendo ver al tipo y a ella, mientras el dándome la espalda recogía su cuchillo
.- Así que ha sido un placer (sonidos de la garganta de ella) si se que mutuo (con una sonrisa que daba miedo hasta ver)
Mientras se acercaba a ella, yo me levantaba en silencio aun algo mareado por la pérdida de sangre, en ese momento, la farola volvió a fallar, en total silencio, me puse sobre ella, ella al notar cómo me ponía encima creyendo que era él, intento gritar justo en el momento en el que él, me clavaba el cuchillo en la espalda a la altura del corazón de ella, evite gritar mordiéndome la mano, para que no supiera que la estaba protegiendo con mi cuerpo, luego lo saco y diciendo: ha sido el mejor polvo de mi vida, se largo. Intente desatar las manos de la chica con las fuerzas que me quedaban, pero justo cuando la farola se volvió a encender quizá minutos después, yo perdí el conocimiento.
Volví a despertar en una habitación de hospital privado, ya que solo había una cama en ella, era de noche, porque las luces estaban encendidas y la chica del callejón estaba con mi mano cogida y con la cabeza en los pies de mi cama, parecía haber caído presa del más puro agotamiento, tenía el rímel corrido como si hubiera llorado, no entendía nada, me destape como pude con la otra mano, aunque me dolía moverla bastante.
Tenía todo el cuerpo vendado, un gotero en la mano que movía, estaba sondado, no quería moverme más para no despertarla, si lo que había visto no lo había soñado, a la chica la habían violado, por culpa de mi debilidad. Intente dormir sin mucho éxito, no podía dejar de pensar en lo que había pasado, en que estaba vivo, en quien habría pagado todo esto, pero supuse que por la mañana llegarían las respuestas.
Tras muchas horas con los ojos cerrados y sin moverme nada ya que cualquier movimiento dolía, ella me soltó con suavidad, escuche como bostezaba, se ponía en pie e iba al baño, al poco escuche como se abría la puerta, antes de que abriera los ojos, escuche la voz de Cristian.
.- ¿Cómo esta nuestro pequeño héroe?
.- Sigue inconsciente, estoy en el baño (contesto ella con una voz muy afeminada)
Note como Cristian, me acariciaba el pelo y en ese momento escuche como ella salía del baño.
.- Deberías irte a descansar, lo necesitas Raquel (comento Cristian)
.- No, no hasta que el este bien (contesto ella)
En ese momento me sentí muy egoísta por hacerme el dormido, pero claro quería saber un poco que estaba pasando, así que, hice como que despertaba y mientras que Cristian se emociono, solo pude ver la sonrisa de ella, ahora que estaba despierto era mucho mas tímida, que esta noche.
.- Hola, campeón nos has tenido esta semana muy preocupados. (Mostrando su alegría por verme despertar, con un abrazo, al que yo no pude corresponder)
-. ¿Llevo una semana inconsciente? (pregunte aun aturdido)
.- Entre inconsciente y sedado, te han operado dos veces (contesto ella)
.- Bueno, os dejo solos, tenéis cosas que hablar (dijo Cristian)
Iba a decir que no me dejara solo con ella, que tenía miedo de que podía decirme, ya que le falle, pero entendiendo que necesitara hablar conmigo, ya que estaba aquí y parecía que llevaba varios días sin dormir en una cama, me calle. Al pasar por al lado de ella, Cristian le dijo: avísame cuando termines y ella solo asintió, tras salir y cerrar la puerta tras de él, ella se sentó a mi lado, sin tocarme.
.- Ante todo, gracias por salvarme ¿Por qué lo hiciste?
-. No te salve, te falle… ¿pero hace falta una razón para intentar salvar a alguien?
.- No fallaste, sigo viva y si sigo viva es gracias a ti, ¿crees que cualquiera intentaría salvarme a costa de su vida?
-. Bueno, pero te… (Iba a decir te violo, pero lo pensé dos veces) yo tampoco sabía que iba a matarme, por salvarte
.- ¿me violo? Sí, pero todo tiene arreglo menos la muerte (se puso en pie, apretando los puños) ¿acaso te arrepientes de haberme salvado?
-. La verdad, si te soy sincero no, lo haría de nuevo, solo que esquivaría el cuchillo (dije riendo, parando por el dolor del pecho)
.- (ella sonrió) Solo necesitaba saber eso, gracias, soy Raquel
-. Encantado, soy Dani
.- Encantada (me dio dos besos)
Aprovechando que estaba de pie, abrió la puerta a mi amigo para que entrara, cuando entro, les pregunte a ambos: ¿Qué tengo?
.- Un pulmón perforado y una puñalada profunda en el estomago, pero tuviste suerte, nada que no se cure con un par de meses de reposo. (Informo Cristian)
-. Maldita sea, no tengo dinero para eso, tengo que buscar trabajo ya…
.- No te preocupes por eso, te vendrás a mi casa y hasta que te cures, pagaremos tus facturas entre los tres (contesto ella)
-. ¿Tres?
.- La conmoción de la cabeza fue más fuerte de lo que creía, ¿quién crees que pago tu habitación, amigo? (bromeo Cristian)
Alberto, claro, tendría que ser Alberto
-. Os pagare a los tres (dije decidido, aunque sabía que no tenía dinero para eso)
.- La habitación corre de cuenta de Alberto, yo pagare la rehabilitación y ella te va a cuidar, no aceptaremos una negativa en esto. (Informo Cristian seriamente con la cara de que no se bajaría del burro)
-. Pero las facturas de mi casa las pagare yo
.- Como quieras (Sonrió Cristian, sabiendo que no aceptaría menos)
Poco después de esto, Cristian convenció a Raquel para que fuera a casa a dormir, ducharse, diciendo que se quedaría conmigo, refunfuñando obedeció y por la tarde vendría Alberto, minutos después apareció el médico, tras examinarme, el médico informo: todo va bien, la semana que viene si sigues yendo igual, te llevaran a casa
.- ¿Cómo va todo? (pregunto Cristian)
.- El pulmón es lo que más tardara en curar, quizás nunca lo haga del todo pero es algo normal, la contusión de la cabeza parece que todo está bien y la herida del estomago, parece que todo va bien, de todas formas seguirá una semana aquí, por si le entra fiebre o surgen complicaciones de algún tipo, bueno hasta mañana.
El médico tras apuntar alguna cosa en su carpeta se fue, no antes de decir: pase agente. Al mirar para la puerta vi, pasar a dos policías, uno viejo, gordito y bajito, otro alto, más joven y medianamente en forma.
.- ¿Qué desean, agentes? (pregunto Cristian)
.- Ante todo venimos a felicitar al héroe que salvo la vida de la chica (comento el viejo)
-. No creo que merezca felicitación alguna, no conseguí salvarla del todo (proteste yo)
.- No sea usted tan duro consigo mismo, demasiado hizo, el cuerpo de policía ha decidido hacerle una condecoración por su valor y eso no se lo dan a cualquiera. (Informo el agente joven)
-. No la quiero… (Estaba enojado conmigo mismo por que perdí a mi madre y la chica fue violada, por culpa de mi debilidad)
.- ¿seguro? Tiene una prima ciudadana (al oír eso, aunque no quería la condecoración, el dinero si que lo necesitaba)
-. ¿Cuánto me dan?
Cristian sonrío por mi cambio de actitud, el viejo no se sorprendió ya estaba acostumbrado pero el joven se quedo mirando a su compañero como si yo estuviera bromeando, al poco volvió a arrancar:
.- mil dólares
-. Vale, pero… el tío pensó que nos mato, si me dais el premio por salvarla a ella, seguro que va a por nosotros. (Argumente yo)
.- Tranquilo, esta todo pensado, la historia no saldrá del cuerpo de policía, por lo menos hasta que lo capturemos. (El viejo volvió a unirse a la conversación)
No me gustaba la idea, porque no me sentía como un héroe, más bien como un perdedor, pero necesitaba desesperadamente el dinero, así que acepte. Me interrogaron para ver que recordaba yo para ver si podía recordar algún detalle que ella no y luego me volví a dormir, para descansar.
Cuando desperté estaba solo, en un principio pensé que Cristian estaría en el baño, así que lo llame: ¿Cristian, estas en el baño? Pero nadie contesto, alguien llamo a la puerta, sin esperar a que contestara entro un hombre de espaldas, al volverse hacia mí, todo mi cuerpo se tenso, empecé a gritar pidiendo auxilio, a lo que el respondió: grita todo lo que quieras, nadie puede oírte, saco de su esmoquin un cuchillo un poco más grande que la otra vez y mientras yo temblaba sintiéndome indefenso, el se acerco a mi diciéndome: esta vez no te salvas, ni de broma y en ese momento que se acerco a mí, cuando me clavaba el cuchillo, en el mismo lugar que la otra vez, desperté temblando.
Y las enfermeras se asustaron por mi movimiento brusco, me estaban haciendo las curas, Cristian no estaba, pero no había ni rastro del hombre del esmoquin, por suerte. Mire la puerta asustado hasta que las enfermeras se marcharon y entro Alberto con una sonrisa en su cara.
.- ¿Quién se ha muerto? (pregunto)
-. Nadie, que yo sepa (conteste yo)
.- nadie y eso es gracias a ti (Volvió a decir la frase, que tanto odiaba escuchar últimamente)
-. Alberto, yo perdí la pelea, ¿sabes? (quise aclarar)
.- eso te crees tú, pero en realidad el creía haberos matado a ambos y estáis vivos los dos (argumento él, intentándome convencer de lo que vi)
-. Pero, ¿de qué modo viviremos? (señalándome el cuerpo dentro de mis posibilidades)
.- Eso no importa, tú te recuperaras y ella también (dijo Alberto muy convencido)
-. Si tú lo dices… (Pensé dejarlo por imposible, ya que nada de lo que decía les parecía bastante a ninguno)
.- ¿sabes? Desde niño sabia que eras un héroe (el me dijo su opinión sobre mi)
-. Guárdate eso, para cuando me vaya a morir (le dije evitando sentimentalismos)
.- (Alberto rio) si pensabas morirte en el callejón donde Dylan y sus compinches nos daban guerra, habérnoslo dicho y hubiéramos estado a tu lado (dijo con las lagrimas saltadas)
-. (Ahora fui yo el que reí, mientras nos dábamos un abrazo) no pensaba morirme, no ves que estoy aquí.
Sin darnos cuenta, Raquel, había entrado e hizo un ruido con su garganta para que viéramos que estaba allí, Alberto que se podía mover se separo y tras un pequeño silencio incomodo…
.- ¿interrumpo algo? (dijo con una picara sonrisa)
-. Nada… (Dije algo ruborizado, por la situación incómoda de sentimentalismo masculino en la que nos había pillado)
.- Nada importante, bueno Dani, te dejo a cargo de la chica que salvaste, voy a atender a mi propia chica, que últimamente entre el trabajo y venir a verte, la tengo un poco desatendida. (Alberto que tenía mucha labia y seguridad en sí mismo, quiso devolverle un poco la situación incómoda, sin importarle mucho meterme en el saco a mi)
.- Oye, que entre nosotros no hay nada (quiso aclarar ella, roja como un tomate)
-. Eso… que estoy delante, ¿eh? (Dije yo, medio indignado por el ataque gratuito de mi amigo y el otro medio porque ella dijera eso sin importarle que yo estuviera delante)
Alberto nos guiño un ojo por toda respuesta y cogiendo su maletín de chico importante, como un rayo se marcho volando por la puerta.
.- Algún día tienes que contarme como te echaste estos amigos (dijo sorprendida)
-. No creo que te gustara la historia, es muy, muy larga. (dije mirándola a sus ojos verdes claro)
.- Bueno tenemos tiempo, ¿no? (dijo con una suave sonrisa, dibujada en su cara)
Le conté toda la historia, resumiendo todo lo que podía las partes más duras de mi historia.
.- Tu historia es increíble, deberías escribir un libro (mientras le contaba la historia había echado alguna lagrima)
-. Nada, no se me dan bien esas cosas (dije resignado)
.- ¿y que se te da bien? (esa sí que era una buena pregunta, yo no era bueno en nada, solo…)
-. Buena pregunta… creo que, perder (dije con total sinceridad)
Luego el silencio se volvió incomodo, ella para cambiar de tema, tras un suspiro
.- ¿nos acostamos? (dijo provocando que yo pusiera una cara rara)
.- Me refiero a dormir (dijo arreglándolo del todo)
.- No sé porque ahora todo lo que digo me suena mal (con una inocente sonrisa en su cara)
-. Pues mejor no digas nada (dije acurrucándome y dentro de mis posibilidades dejándole hueco para dormir)
Ella apoyo su cabeza en el hueco que le deje, me quede dormido pero me desperté a media noche, porque soñé con mi madre, con el momento en que la encontré muriendo a los pies de mi padre, estaba temblando, ella con los ojos cerrados volvió a agarrarme la mano y me volví a quedar dormido.
Estuve toda la semana así, por la noche estaba ella, por la mañana Cristian, por la tarde Alberto, parecía que me había curado con pocas secuelas, para normalizarme tendría que hacer al menos un par de semanas de rehabilitación. Al salir podía caminar con normalidad, pero no correr y tenía problemas al mover el brazo derecho, la policía me condecoro en secreto y me pago, solo se enteraron las personas más indispensables, mis amigos, ella y los policías.
Ella me llevo a su casa en contra de mis protestas, su casa estaba en un barrio pobre de la ciudad, tenía solo una habitación, un baño y una cocina comedor, aunque debía admitir que para ser tan pequeña, estaba bien arreglada. Todos los días por las mañanas ella iba a trabajar, luego por la tarde me acompañaba a la rehabilitación y por la noche, yo dormía en su cama y ella en el sofá, a pesar de negarme no conseguí nada, la chica cocinaba bien, cuando hacia algo me echaba la bronca, así que no tenia mas remedio, que dejarme cuidar.
No teníamos mucho tiempo para charlar, pero nos fuimos conociendo un poco, me estuve enterando sobre todo de su vida hasta conocerla yo, su padre las abandono antes de que ella naciera, su madre murió una semana antes de lo que paso en el callejón, trabajaba limpiando escaleras y pisos, ganaba para mal vivir, pero al menos ganaba algo. Su vida no es que hubiera sido una jardín de rosas antes de conocerme a mí, ni la mía tampoco, pero yo cada vez que la veía no hacía más que pensar, que no había podido defenderla, que el mes que viene, no tendría dinero para colaborar en casa, ni para pagar mi casa, la había puesto en alquiler mientras estaba en casa de ella, pero nada no hubo suerte y no paraba de pensar que no podría protegerla.
Así que el día siguiente del último día de la rehabilitación, le deje una nota cuando ella estaba trabajando: Raquel, soy Dani, espero que no te tomes esto como algo personal, te agradezco muchísimo que hayas cuidado de mi este mes entero, te he cogido mucho cariño y por eso espero que entiendas él porque me voy, volveré cuando pueda colaborar en casa, cuando pueda protegerte y cuando pueda ser útil, no una carga.
Con cariño, hasta pronto.
Tras eso, había quedado con mis amigos en el bar de siempre, llegue algo serio, cosa que no paso desapercibida para ellos, les conté la situación, tomando algo los tres.
.- Cristian, creo que te ha cogido cariño, no deberías de hacerle eso, Dani (Cristian me aconsejo)
-. Cristian, cada vez que la miro, siento que le falle, que volvería a fallar… (Dije mi opinión sincera)
.- Creo que te equivocas en lo que haces, pero ya sabes que nunca me meto en tus decisiones (Resignado ante mi respuesta)
.- ¿es solo eso o algo más? Que te conozco Dani (Salto Alberto)
-. No tengo dinero, ni trabajo, ya tiene bastante con tener un trabajo de mierda, para que encima tenga que cargar conmigo (conteste yo)
.- Ya sabes que el dinero no es problema, que te ayudaría (Dijo Alberto)
.- Te ayudaríamos (Cristian corrigió a Alberto)
-. Yo no quiero dinero, ya lo sabéis, nunca he aceptado ese tipo de ayuda.
.- Bueno… no me dejas más opción, tengo un amigo que me ha dicho que la empresa Pandorum, una empresa de tratamientos genéticos en experimentación, contrata cobayas humanas a las que le mejoran pequeños defectos como la vista en tu caso, si estas un mes, te pagan un año de trabajo, si estas dos meses, te pagan tres años y si estas tres meses, te pagan seis años y tranquilo que lo han probado de sobra en animales sin efectos segundarios.
.- No sé yo si eso sería una buena idea (Dijo Cristian)
-. No sé si lo es, pero no tengo muchas más opciones (Dije yo)
Tras un rato, hablando con ellos sobre el tema, en el que quedamos que si Raquel les preguntaba le dirían que estaba trabajando, me dirigí a la empresa y tras negociar con la chica de recepción, conseguí que me cogieran, tengo que admitir que venir de parte de Alberto y la medalla al valor, ayudo mucho, ya que no cogían a cualquiera, por lo visto.
Al llegar me hicieron una prueba de la vista y tres meses después, me hicieron una prueba en la que mi vista había mejorado bastante, el que había estado los tres meses conmigo, me dijo: aquí tienes el dinero, las pruebas han sido todo un éxito sin efectos segundarios, gracias por todo y llámanos, si notaras algo raro. Me dieron su tarjeta y me acompañaron hasta la calle, fui hasta mi casa, pero como me lo temía estaba embargada por el banco, llevaba tres meses sin contacto con mis amigos, sin salir a la calle, más que al patio de las instalaciones y sin saber nada de Raquel, probé mi memoria y recordaba perfectamente donde vivía ella, con el maletín del dinero aun en las manos llegue hasta donde vivía ella, para ver a un señor que clavaba algo en su puerta, justo cuando llegaba ella, que aun no me había visto.
.- ¿Qué está pasando aquí? (pregunto ella)
.- Tiene usted tres días para abandonar el domicilio o abonar lo que debe
-. ¿Cuánto debe? (pregunte yo)
Haciendo que ella me mirara asombrada y que él se girara hacia mí
.- Debe tres meses, 1800 Dólares
Abrí el maletín, le page 2400 Dólares de lo que había cobrado
.- De acuerdo con esto salda la deuda y tiene el mes que viene pagado
-. Y mandara a que arreglen el agujero que hizo usted al clavar eso en la puerta (Exigí yo)
.- No te la juegues, que según el contrato, no ponía que trajeras a nadie (dirigiéndose a ella)
Hice un ademan de placarle, sin hacerlo y salió huyendo diciendo: vale, no te pongas así, ¡mandare a alguien!
Tras un silencio incomodo
.- ¿Qué haces aquí? (pregunto Raquel)
-. ¿Puedo pasar? (Pregunte yo)
.- Es tu casa (me hizo el gesto de que pasara con una sonrisa)