Kindan No Koi XXVIII
David y Oscar empiezan una relación sentimental después de haber sido amigos de toda la viada, pero al transcurrir de los días el sexo y un fallo en la mente humana logra hacerlos pasar por un sin fin de errores. molestia, tragedias y miserias. El amor y la locura siempre van de la mano.
Kindan No Koi – 28 - El inicio del final.
Recuerdo como era verte dormir. Era tan divertido. Tus ronquidos, y la manera en la que me abrazabas cuando hacia frio. Ahora veo eso cada vez más lejano. No sé si es miedo a que todo me salga mal y te pierda, o si es miedo a que todo me salga bien…
Durante mis citas con los psiquiatras del hospital, hablamos de eso varias veces. Como inducirme en ella y salir de ese lugar. Lamentablemente. No había muchas maneras de inducirme en ella de una manera sutil…
Si fallo… Sera el fin.
Oscar salió por la mañana. Dos policías lo seguían, como era costumbre, y David seguía a los policías.
Ese día, Oscar fue la estación de policía, y pidió que le dejaran de seguir, o de lo contrario, presentaría una demanda por violar su privacidad. Y así fue.
Ya no había policías ni alguien que le siguiera constante mente. O bueno. Al menos no de una manera consiente. Regreso a su apartamento y espero… y espero… y espero. Pero David aun no podía permitirse la audacia de entrar por la puerta principal.
-Estoy más cerca de lo que crees. Me encantan las alturas… Recuerdas?...-Recordó Oscar.
A David siempre le habían gustado las alturas. Ver desde arriba todas las cosas. Salió por el balcón y miro hacia los edificios más altos que encontró. Sin embargo no veía un edificio lo suficientemente cerca para que David se pudiera ocultar. O eso aparento.
Se dio una ducha, y, al terminar, se vistió con la ropa más elegante, pero, a la vez informal, que tenía. Tomo una manta y salió del apartamento, entro en el ascensor y bajo, salió por la puerta, y cruzo la calle. Dio la vuelta al edificio y empezó a subir por la escalera de incendios. Hasta arriba.
-Me encontraste.-Dijo David con una sonrisa que delataba su asombro y felicidad.
-Te gustan las alturas. Siempre te has sentido poderoso si estas en lo alto.-Respondió Oscar.
-Lo recordaste…
-No me interesa si estas demente o si no quieres tenerme cerca. Te amo y no me interesa que… Solo quiero estar contigo.
-Gracias.
-Cállate. Solo… bésame si?
David se lanzó sobre Oscar y lo beso con pasión y con amor, con la delicadeza que solo él puede tener. Entre besos y caricias se desnudaron, y con la manta de Oscar se arroparon bajo el cielo ya oscuro de la noche. Sus manos tocándose entre sí, sin dejar ningún lugar por ser acariciado. Sus lenguas, entrelazadas, fundidas, casi siendo una sola. Oscar, desnudo, solo a punto a pedir que lo hiciera suyo.
David solo quería sentir que su amor no se había desvanecido, y le daba igual que hicieran o como lo hicieran, con tal de que lo hicieran.
Oscar se paseó, besando todo su pecho y abdomen, hasta llegar a su pene, el cual ya estaba tomando forma y tamaño. Lo beso y lo lamio, con ternura, empezó a mamar como si fuera la primera vez que lo hiciera. Lento, y con cuidado. No paso mucho antes de que David lo quitara de esa posición y lo hiciera suyo de nuevo. Era una escena romántica, más que erótica. Era ver como se besaban y tocaban con cuidado. Con amor. Era ver como una pareja de amantes verdaderos se demostraban afecto real.
David, en su eterna inocencia solo quería estar con Oscar por siempre. Por siempre. Sin medir ni anticipar, como un niño. Sin ver sus consecuencias y sin tomar medidas para evitar un hecatombe.
Un niño cuando es pequeño, hace las cosas sin pensarlas, las hace tal cual las quiere y para él es el plan perfecto. Esa es la diferencia entre un humano inocente y uno que no lo es. Para el inocente, todo es perfecto.
David besaba a Oscar mientras proclamaba su cuerpo como suyo, hacía que el “Hacer el amor” tuviera un significado aún más profundo y bello.
David intentaba embestir con cariño pero con firmeza. Quería hacerlo lo mejor posible para que su amado sintiera que se esforzaba por él y que lo amaba realmente.
David empezó a acelerar las embestidas, indicando que estaba por llegar al orgasmo. Oscar empezó a gemir lenta y suavemente. Oscar se recostaba sobre el pecho de David y le besaba el cuello y acariciaba su cabeza, entrelazando sus dedos en su cabello castaño.
-Oscar, te amo.-Susurro David al oído de su amado, y Oscar sintió como se llenaba de la esencia de su joven y precoz amado. Pero aun la diversión no había hecho más que empezar…
Oscar dejo que David recuperara el aliento y luego lo tomo por la espalda, abrazándolo, besando su cuello, abriéndose paso al interior de su joven amante, y susurrándole cuanto le amaba al oído.
Esos dos cuerpos sudorosos chocando por las embestidas, una tras otra. Sus gemidos se entrelazaban con el ruido de los autos y de las sirenas de las ambulancias y de los autos de policía. El sudor que cubría sus cuerpos hacia que se vieran brillantes a la luz de la luna menguante que había esa noche.
Oscar seguía embistiendo con la pasión y el deseo de mil hombres. Seguía embistiendo aun cuando sabía que debía detenerse a hablar con David de lo ocurrido. Pero ambos sabían que si se detenían a hablar sería cuestión de tiempo antes de que los encontrasen.
La amnesia es la perdía de la memoria, antes o después del inicio de la enfermedad. Puede darse inicio desde un golpe en la cabeza, hasta un evento de gran estrés psicológico.
Estaban los dos, desnudos, abrazados, uno junto al otro. Oscar acariciaba el pecho de David con un dedo distraídamente, mientras miraba los ojos de David.
-Recuerdas cuando éramos más pequeños, y te caíste de un columpio por balancearte muy alto?
-Que me golpee la cabeza y quede inconsciente?
-Sí.
-Te bese.
-A que te refieres?
-En ese entonces yo ya sentía algo por ti. Estabas inconsciente, y tus labios se veía muy bonitos.
-Teníamos doce y ya sentías algo por mí?
-Sí.
-Y porque nunca me lo dijiste!?-Dijo David, golpeando a Oscar suavemente en el pecho.
-Porque tenía miedo de que no me quisieras y te alejaras por eso
-No tienes ni idea de cuantas veces pudimos haber jugado de noche mientras papa hacia sus turnos en el hospital…
-Solo quería que supieras que te amo desde que te conocí.
-Yo también. Solo que, yo a diferencia de ti, siempre te mande indirectas, y cosas que te dijeran que me gustabas. Pero parecía que las veías y las ignorabas…
-Te amo.
-Yo a ti.
Pasaron la noche abrazados, acariciándose el uno al otro, besándose, bajo la casita improvisada de David…
Desperté gracias a tres cosas. Numero uno: Estaba desnudo. Numero dos: Tenía una erección. Número tres: Me di la vuelta, y al darme la vuelta me torcí mi propio pene contra el asfalto, provocándome un dolor bastante considerable.
Note que David no estaba en la cama… bueno “cama” y decidí vestirme y salir a buscarle. Tan pronto Salí me encontré con él en el borde del edificio. Tenía tres pisos de altura, así que si se caía se haría mucho daño.
-Quítate de ahí!
-Ah esperaba un “Buenos días mi amor” como es habitual en ti.
-David. Quítate de ese lugar.
-Por?
-Me dejaras solo?
-La caída no me mataría. En el peor de los casos me dejaría parapléjico.
-Mi vida. Bájate de ahí. Q-que tal…Que tal si vamos a comer algo?
-La policía ya te encontró. Tardaran cerca de cinco minutos en bajar de tu apartamento arrestarme.
-Y te vas a matar?
-No seas ridículo Oscar! Nunca te dejaría solo.
-No creas que muerto vas a quedar como fantasma.
-Solo iniciare desde cero.
-David. Mi vida. Por favor.
-“La amnesia es un mecanismo de defensa, cuando una persona sufre una perdida muy grande, y traumática. Existen tres mecanismos de defensa. La depresión, la demencia, y la más efectiva: La amnesia.” Eso fue lo que me dijo el doctor minutos después de haberme violado.
-David. Bájate de ahí. Me pones nervioso.
-“Pero claro que… si deseas realmente inducirte una amnesia deberás darte un golpe en la cabeza. Lo suficientemente fuerte como para activar ese mecanismo, pero, lo suficientemente suave para que no atraviese ni quiebre el cráneo.”
-De que hablas? DAVID BAJATE DE AHÍ!
-Peso casi 58 kilos y este edificio mide casi 20 metros de altura. El golpe que me daría sería suficiente para inducirme…
-Me quieres olvidar?
-Es la única manera de estar juntos…
De pronto comprendió todo. Si chocaba contra el asfalto de la manera correcta se quebraría un par de huesos, sin embargo, el cráneo, es de los huesos más duros del cuerpo. Si caía correctamente el golpe activaría un sistema de defensa, induciéndole una amnesia que no solo haría que le exoneraran de los cargos por el asesinato de Natán y el escape del psiquiátrico, también su “problema” de los sueños y la paranoia, desaparecerían. O eso esperaba.
-P-promete que no me dejaras de amar. – Dijo David.
-Siempre te he amado y siempre lo hare… - Respondió Oscar.