Kindan No Koi XXVII
David y Oscar empiezan una relación sentimental después de haber sido amigos de toda la viada, pero al transcurrir de los días el sexo y un fallo en la mente humana logra hacerlos pasar por un sin fin de errores. molestia, tragedias y miserias. El amor y la locura siempre van de la mano.
Kindan No Koi – 27 - El inicio del final.
Payasos. Los detesto. No sé si es por sus narices rojas o por tanto maquillaje, pero simplemente los detesto.
Recuerdas tu primer día de escuela? No? Bueno. Yo sí. La primera persona en hablarme fue Oscar. Tal vez estábamos destinados a estar juntos. O tal vez es simplemente que el destino quería jugar sucio con nosotros.
Él se me acerco y me pidió un lápiz. Como yo me negué a prestárselo, él me dijo que si quería que fuera mi mejor amigo tendría que prestarle el lápiz… Lo ame desde ese momento…?
Se fue con uno de mis lápices y al día siguiente me lo regreso, con una nota que citaba “Gracias mejor amigo”.
Crecimos juntos, es cierto. Fuimos compañeros de travesuras y amigos desde que nos conocimos. Sin embargo mientras más pienso en todo esto más seguro estoy de lo siguiente: Soy una amenaza para Oscar.
Corrí persiguiendo esa silueta que aparentaba ser Oscar. Lo seguí entre la multitud. Empujando y recibiendo empujones. –Karma- Pensé.
La persecución de Oscar resultaba más difícil de lo que parecía. Pero a juzgar por la cantidad de veces que miraba hacia atrás sabía que lo seguía alguien. Subió a la rueda de la fortuna, y me apresure a subir detrás de él. Una vez la atracción empezó a moverse él se quitó la capucha que cubría su rostro.
-Me encontraste…-Dijo Oscar.
-Tenía que.-Respondí.
-Qué esperas?-Pregunto
-A que te refieres?
-Bésame…-Ordeno, y yo, obediente, hice lo que él me pidió, me acerque a él y lo bese. En ese momento desee que hubiera un apagón y quedáramos varados en el aire, y que, seguramente, tuviéramos que dormir en aquella cabina flotante, hacer el amor con él una vez más.
-Aun no es el momento. Solo espera, un poco más, se darán por vencidos, y te dejaran en paz.-Dijo Oscar.
-A que te refieres?
-A la los que te buscan. Cuando se rindan, te esconderé conmigo y podremos estar juntos.
-No quiero esconderme toda la vida… Oscar, No puedo. No voy a esconderme como una rata toda mi vida. Quiero conocer el mundo contigo. Quiero poder hacer lo que quiera cuando quiera. No me voy a esconder.
-Si te atrapan te encerraran en un Psiquiátrico de por vida. No me hagas eso… No quiero ir a visitarte de nuevo a ese lugar. No quiero… No quiero tener que verte encerrado. No lo soportaría… No otra vez…
La atracción estaba llegando a su fin. No tendría más de dos minutos antes de finalizar.
-Ama a alguien más.-Dije.
-Qué?
-Ama a alguien más. Alguien con quien puedas estar alguien que te haga feliz. Si tú eres feliz, aun sin mí, yo daré por finalizada mi misión.
-De que hablas claro que no hare eso!
-Si no lo haces. No cuentes con que puedas volver a verme… te amo.-Lo bese una vez más.
Un beso húmedo y tierno, un beso que le dijo que tendría que quedarse en la ruleta una vuelta más, o seguramente correría a detenerme.- Estoy más cerca de lo que crees. Me encantan las alturas… Recuerdas?-Dije con lágrimas saliendo de mis ojos y cayendo por mis mejillas
Salí corriendo de ese lugar. Y él se quedó, esperando… confuso… Desilusionado.
Vi como llegaba a su apartamento por la puerta principal y sus “escoltas” lo abordaban. Él les gritaba y se metió en el edificio sin más.
Esa noche dormí tan placenteramente… Dormí feliz… sabiendo que me amaba. Pero aún más importante, que empezaría a amar a alguien más, alguien que no se desquiciara cada vez que le dan un poco de celos. Alguien que lo mantuviese a salvo… Alguien mejor que yo.
“Ya ha pasado una semana desde que nos vimos en la feria. Parece que la policía ya no me busca tanto. Y ya he entrado en el apartamento un par de veces, te he dejado notitas y me he ido de ahí corriendo. Aun no es tiempo para que me encuentres, aunque desearía que no fuera así. Solo quiero pasar una noche más a tu lado. Solo quiero que me encuentres. Solo quiero eso. Y poder terminar con todo esto.”
-Pa´… pa’… Despierta. Susurraba Jean Pierre.
-Cinco minutos más…
-No seas tonto. Despierta.
-Que quie… Como has entrado aquí?-Dijo Eliot incorporándose, y, dándose cuenta de que estaba desnudo. Automáticamente se tapó con la sabana.
-Pa’. Tengo que contarte algo.
-No puede esperar?
-A David no lo sacaron del hospital… Escapo…
-QUE?-Grito Eliot. Despertando a su novio.
-Que sucede?-Pregunto el joven rubio.
-Lo lamento mi vida. Vuelve a dormir.-Eliot se levantó, desnudo y fue al baño tomo una bata y mientras se la ponía salía de la habitación y le hacía un ademan a Jean Pierre para que le siguiera.-Explícame eso. Como que David escapo?
-Hable con mi tío. Dijo que escapo hace ya un mes.
-El vino y hablo conmigo hace un mes. Le compramos ropa y abrigos, porque su ropa ya no…
-Ejem… Pa’ Puedes cerrarte la bata?
-Qué?-Eliot miro hacia su torso desnudo y se dio cuenta de que la bata estaba abierta y se le veía absolutamente todo.-Porque? Te molesta?
-No. Para nada. Me gusta. Ese es el problema.
-También te gusta el helado de vainilla, y ese nunca lo rechazas…
-No tengo tiempo para esto. Pa’ tenemos que buscar a David.
-Seguramente un par de horas no van a cambiar nada. Porfa?
-Porque insistes en hacer esto?
-Hace mucho que te fuiste a la universidad. Ya no te veo casi nunca. No es justo que un padre no pueda disfrutar como es debido.-Dijo Eliot, acercando la silla de Jean Pierre a el.
-Y tu novio?
-Ah… se ira en un par de horas puedes esperar a que se vaya?
-Me harás el desayuno?
-Te quedas si digo que sí?
-Seguramente.
-Entonces sí..
-Bueno… a que esperas?-Dijo Jean Pierre, descapullando el pene de su padre.-Quieres que juegue con esto?. Ve a cumplir tu parte del trato!
Eliot se levantó, cerro su bata aun con su pene morcillón, y se dispuso a preparar un desayuno digno de su hijo. Calentó café, huevos, tocino, y panecillos. Hizo zumo de naranja y puso una tostada con mermelada de fresa y otra con mantequilla de maní. Obviamente calentó para tres personas, y eso le tomo cerca de una hora y media. Al terminar, puso todo en la mesa, mientras Jean Pierre y su novio se conocían y hablaban en la sala. Una vez todo listo, les llamo a desayunar y ambos obedecieron. En el desayuno Jean Pierre y su padre sostenían miradas bastante picaronas. Una vez que el novio de Eliot termino su desayuno, se metió a la ducha, y, se empezó a duchar.
-Ahora si…-Dijo Eliot mientras tomaba la mano de su hijo. Ya podemos empezar?-Dijo, metiendo la mano de Jean Pierre entre la bata, obligándolo a tocarle su verga.
-Hasta que se valla dije…
-Vamos. Se demorara treinta o cuarenta minutos.. Además, no se enojara si me ve haciéndolo contigo. Si acaso, se enojara porque no le invitamos.
-DIJE QUE HASTA QUE EL SE FUERA.-Dijo Jean Pierre, enfatizando sus palabras.
-Vale… Pero si te hago daño no puedes llorar.
-Entonces no me puedes tocar.
-Oye! No hagas eso!
-Qué?
-Calentarme y luego decirme que no me vas a dejar tocarte.
-Entonces no seas terco.
-Vale!... hace cuanto que no tienes nada?
-Un año? Nueve meses, tal vez.
-Sabes que tan difícil va a ser volver a…
-YA!... Lo haremos y serás bueno conmigo! Solo lo hago porque hace mucho que no eh disfrutado de un buen amante.
-Entonces… soy un buen amante?- Dijo Eliot, sentándose.
-Si.-Respondió Jean Pierre.-El mejor de todos.-Dijo, mientras se sentaba en las piernas de él, y le besaba.
Se levantó y se sentó en la silla que le correspondía.
-Al menos una mamada mientras esperamos?-Dijo Eliot. En eso sale su novio, y le da un beso en la mejilla, se despide, toma las llaves y sale de la casa.
-Ahora si…-Dijo Jean Pierre tomando a su padre de la mano.
Entraron en la habitación, y Jean Pierre lo acostó en la cama, se empezó a desnudar, hasta quedar en ropa interior. Se sentó sobre su padre y empezó a quitarle la bata, lo besaba, besaba su cuello y sus hombros, bajando por su pecho, lamiendo sus tetillas y mordiéndolas, haciendo que Eliot se retorciera de placer. Continuo bajando, besando y lamiendo el abdomen de su padre hasta dar con su verga, que, para entonces, ya estaba bastante dura. Jean Pierre tomo ese trozo de carne caliente y se lo metió en la boca, empezó a mamar como un bebe que no ha comido en días. Tomando de la saliva que se resbalaba por su pene y testículos lubrico el ano de Eliot y metió dos dedos de golpe, arrancándole un gemido de placer a Eliot, y un respingo a su pene. Jean Pierre hacia disfrutar a su padre como solo él sabía hacerlo, con su mano derecha metía y sacaba sus dedos del ano de su padre, y con la izquierda, jugaba con sus huevos.
Se sacó la verga de su padre y se quitó el calzoncillo que aprisionaba una erección monumental. Se sentó sobre el pecho de su padre, y, apuntando su pene a la boca de el mismo, le obligo a comérsela entera. Eliot chupaba la verga de su hijo y con sus manos pellizcaba suavemente sus tetillas, y acariciaba el pecho de Jean Pierre.
Separándose de la boca de su padre, Jean Pierre, se acercó al pene de su padre y se lo llevo a la boca una vez más, y, tras una corta mamada se intentó meter el pene de su padre, lentamente.
Después de un rato, y de darse cuenta de que su hijo no se podía meter su pene el solo lo levanto y se quitó.
-Acuéstate.-Dijo Eliot.
-Por?
-Déjame ayudarte.
-No… me vas a hacer daño…
-Lo hare si no me dejas ayudarte.
-Hazlo con cuidado si?.
-Tranquilo.
Jean Pierre se acostó en la cama, y Eliot se acostó sobre él, poniendo su pene en la entrada de su culito. Jean Pierre empezó a sentir como el pene de su padre empezaba a abrirse paso en su interior, sin embargo, no era dolor lo que sentía, más bien, placer, el placer más grande y profundo que hubiera sentido jamás, un placer que lo llevo a gritar que le diera más. Y Eliot, siempre tan obedeciendo, le dio más. Sin embargo, no parecía ser suficiente para Jean Pierre, así que su padre dejo la gentileza y el amor a un lado y empezó a embestirlo como si de una prostituta se tratara.
Jean Pierre había llevado a su papa a un nivel de excitación que ni él hubiera podido creer. Eliot se dio la vuelta y le pidió a Jean Pierre que le hiciera lo que quisiera, Jean Pierre lo miro con un rostro un tanto malévolo, y le pidió que se pusiera en cuatro, y, Eliot así lo hizo
Sin previo aviso, Eliot sintió como la mano entera de su hijo se metía de golpe en sus entrañas, haciéndolo dar un grito de dolor y placer. Jean Pierre, sacaba y metía su mano del interior de su padre, y con la mano que tenía libre lo masturbaba ferozmente. Quien los viera diría que intentaba hacerle daño, pero en realidad, a ambos les causaba un gran placer.
Eliot detuvo a su hijo solo para darse la vuelta y tirarlo a la cama, donde eyaculo todo lo que tres personas hubieran podido. Eliot se acostó sobre el abdomen de su hijo, manchado de su propio semen y se metió el pene de Jean Pierre en el ano. –Ahora te toca a ti.-Susurro Eliot y empezó a hacer que su hijo se lo follara rápidamente. Entre sudor y semen, Jean Pierre se corrió logrando que su semen cayera sobre el abdomen de su padre, y, agotado, puso sus manos sobre el abdomen de su padre y esparció su semen por todo el pecho y abdomen. Sudorosos y mojados con su propio semen, se quedaron dormidos, uno sobre el otro.
Un sueño del que jamás despertaron…
Ayer saliste por el la terraza de tu apartamento. No sé si me hayas visto. Pero me encanto verte recién levantado. Estabas casi desnudo. Solo tenías un pantalón corto. Te veías adorable, despelucado, y con los ojos entrecerrados puesto que te molestaba la luz.
Espero me encuentres pronto…