Kindan No Koi - XVII
David y Oscar empiezan una relación sentimental después de haber sido amigos de toda la viada, pero al transcurrir de los días el sexo y un fallo en la mente humana logra hacerlos pasar por un sin fin de errores. molestia, tragedias y miserias. El amor y la locura siempre van de la mano.
Kindan No Koi - 17 - Una cruda realidad
Regresamos al hotel. Ya estaba de mejor humor gracias a los “mimos” de mi amado, me acosté en la cama rendido y poco antes de quedarme dormido recordé esos horribles sueños. Me levante de golpe. No quería dormir, no iba a dormir, tenía miedo de que esos sueños no fueran solamente sueños. En cualquier caso no iba a dormir, y pensé en pasar la noche en vela haciendo algo con mi novio, y por algo no me refiero a jugar pierda papel o tijeras, pero al ver hacia la cama me di cuenta de que él estaba dormido junto a Eliot. No iba a despertarlo para hacer el amor. Además también despertaríamos a mi tío y la verdad no estaba de humor para que el empezara a aprovecharse de la situación y volverme a empalar con todo su ego. Así que encendí la TV y me dispuse a ver televisión.
Desperté junto a un contenedor de basura. Era de noche, y ese lugar me parecía familiar, no sé porque. Escuche los característicos gemidos de Oscar cuando estamos haciendo el amor. Me levante y mira a mi alrededor. Había un callejón cerca de donde estaba. Mire hacia dentro de este y vi a Oscar, atado de manos y pies, amordazado y contra una pared, mientras un hombre de pelo castaño, pálido y muy fuerte se follaba a mi amado. Me paralice. Vi como el hombre empezaba a acelerar la velocidad de sus embestidas. Y de golpe se detuvo, gimiendo de placer. Se había corrido dentro. Saco una navaja y empezó a apuñalarlo, aun con su pene dentro de él, Oscar me volteo a mirar, con lágrimas de horror, dolor y angustia cayendo de sus ojos. Logre ver como con sus ojos, débiles y húmedos me pedía ayuda. Lo intente, lo juro, quise saltar a ayudarlo, moverme, pero no lo logre. Tras ver como lo apuñalaban quince veces, su cuerpo caño al suelo. Sin vida.
Desperté, pero esta vez sin el terror tan característico que me provocaba ese tipo de sueños. Me pregunte porque esta vez Oscar me había pedido ayuda en vez de rechazarme, usualmente me lo rechazaba. Y recordé de donde era ese callejón. El día que conocí a Brian.
Espante esos recuerdos con lo que habíamos hecho el día anterior en casa de Adriana, debo admitir que me excite casi de inmediato, y era una erección hermosa, no iba a perderla, y el hecho de haber dormido únicamente en bóxer hacia que me excitara aún más. Me baje el bóxer y lo deje a un lado, y empecé a acariciar y a sobar suavemente mi pene. Eran casi las 4 am, ni mi tío ni Oscar debían estar despiertos, así que no vi nada malo en masturbarme. Además si se levantaban lo peor que podía pasar era que empezáramos a tener sexo.
Mi mano subía ya bajaba a una velocidad que no era muy rápida para hacer que me doliera el pene, pero no muy lenta para que no pudiera correrme. Pensé que la calentura me estaba matando, así que acelere un poco el movimiento, y lentamente empecé a sentir como mi glande se empezaba a humedecer, luego sentí un lametón en los huevos, me detuve y me levante a ver quién era.
-Lo lamento. No te detengas.-Dijo mi tío.
-Que haces?-Pregunte.
-Me desperté y te vi, y me pusiste caliente.
-Acuéstate. Si Oscar despierta y te ve haciendo eso no le va a agradar nada.
-Si Oscar despierta lo convenceré de que se una a nosotros.
-No. Vete a dormir.
-Porfa…-Dijo juntando las manos. Suplicando.
-No.
-Y si quieres te dejo que me lo hagas tu a mí. Si?- La verdad me había encantado haberme follado a mi tío. Su trasero, siempre tan inexperto y tan cerrado, era como estar en el cielo cuando él se corría con mi pene dentro.
-Está bien. Pero mañana tú le dices a Oscar. Me sentiré que traiciono su confianza si no le decimos.
-Está bien. Yo le digo. Ahora continúa.
Me acosté de nuevo y me lleve la mano izquierda a un pezón, empecé a jugar con el y con la mano derecha me empecé a masturbar, mientras mi tío me lamia los huevos y alrededor del pene. En un momento mi tío me empezó a levantar las piernas, y yo le ayude levantándolas un poco. Sentí como su lengua bajaba de mis huevos hasta mi ano, suavemente empezó a lamer. No puedo decir que no me gustaba, estaba a punto de correrme, si no me detenía, así que deje de masturbarme y me lleve la mano derecha al otro pezón. Sentí como mi tío empezaba a intentar abrirme más y más el trasero, para que su lengua entrara más y más. Yo deje mis pezones, levante las piernas y me abrí el trasero lo mejor que pude.
-Así será más fácil.-Dijo
-Adelante.
Me empezó a lamer, sentía como su lengua entraba un poco y luego jugaba alrededor de mi ano. Luego metió lentamente un dedo sin parar de lamer, luego dos y luego tres. Ya me empezaba a doler cuando metió el cuarto.
-Espera… Detente, Me duele. Tío…
-Tranquilo. Relájate. Es para que no te vuelva a doler.
-No quiero… Espera, por favor… tío me duele…
-Solo no grites, o despertaras a Oscar-Dijo. Ya sabía lo que iba a hacer, lo había visto infinidad de veces en algunos videos y sabía que si llegaba a hacerlo conmigo me desgarraría y dolería de una manera infinitamente indescriptible.
-No. Eliot no lo hagas.
Empezó a introducir su mano entera más rápido. Un gemido e escapo de mi boca. Reprimí lo mejor que pude las ganas de gritar. No quería que Oscar se levantara y me encontrara en esa escenita con mi tío.
-Tío no más… me duele-Empezaron a caer lágrimas de dolor por mis mejillas. No es que fuera débil. Pero mi ano no estaba preparado para el pene de mi tío, y cuando él me follaba me dolía bastante, y su mano era mucho más gruesa que su pene.
-Relájate, o te dolerá más.
Intente relajarme y deje caer lentamente mis piernas, aunque no estaba acostado, parecía que iba a dar a luz a algún bebe. Aunque mi tío puso mi pierna derecha sobre su hombro y continuo. Me dolía mucho. Y no podía evitar apretar la mano que mi tío había pesto sobre mi abdomen. El me besaba la pierna que tenía en el hombro, algo que no pude evitar que me excitara. Entonces se detuvo.
-Ya está toda dentro.
-Ah. Gracias…
-Pero la metí extendida. Ahora la debo sacar y volverla a meter cerrada…
-Qué? No, no quiero… sácala y ya. Por favor.
-Si no lo hago te dolerá después.
-Tío por favor no me hagas esto.
-Lo dices como si te estuviera violando.
-Eso es lo que estás haciendo! Dije agitado.
-A que te refieres?
-No puedo gritar porque Oscar nos vera y se sentirá traicionado y tú no te detienes… me estas violando.
-Bien… entonces cállate y déjame trabajar.
-Eliot… por favor… no quiero… me haces daño-Agarre la mano que tenía sobre mi abdomen y me la acerque al pecho.-SI quieres follame, pero deja de hacerme eso con la mano… Por favor
-Si no lo hago te dolerá. Además no puedes opinar… te estoy violando, recuerdas?
-Tío. No… Tío por favor. No me hagas esto.
Empezó a sacar la mano lentamente, y el dolor se propagaba por mi espalda. Mi corazón estaba acelerado. Mi mente se concentraba en que estaba siendo violado por mi propio tío. No iba a gritar, no sabría cómo explicarle como había iniciado eso y no quiero que Oscar me vea con esa hermosa cara de reproche que pone cuando hago algo que a él no le gusta. No quería lastimarlo. Para empezar no sabía ni porque lo había dejado continuar, tal vez la calentura, la excitación.
-Te estoy haciendo un favor, deja de llorar.-Dijo Eliot.
-Me estás haciendo daño.
-Si no te hago esto no aguantaras mi polla dentro de ti…
-Ya la he aguantado antes!
-Y lloras como una perra!
-Qué?...
-Sí. Crees que no te veo cuando tienes mi pene dentro? Lloras… esta es la última vez que te hare llorar por esto. Lo prometo. Me lo vas a agradecer mañana.
-No pienso volver a hacer nada contigo.
-Venga, no te pongas así.
-Has lo que quieras hacerme y una vez que termines acuéstate a dormir.
-Supongo que si me detengo ahora no va a cambiar nada verdad?
-Tal vez. No lo sé.
-Ok
Saco lentamente su mano de mí, y con la otra mano me agarro el pene aun erecto y me lo empezó a chupar, me lo mamaba como si fuera un elixir de vida. Tal vez para compensar lo que me había hecho. Sin embargo me gustaba. Lo hacía bien y siempre que sacaba mi pene de su boca lo besaba y lamia con delicadeza y cuidado. Hasta que no aguante más y me corrí dentro de su boca. Él se tragó todo lo que descargue. Me estaba limpiando el pene con su lengua cuando me di cuenta de que sus ojos estaban soltando lágrimas. Al terminar de limpiar mi pene dejo que se callera, flácido. Se acercó a mí y se acostó a mi lado. Poniendo una mano sobre mí.
-Lo siento.- Dijo susurrando.-No pensé que te estuviera violando. Solo te quería ayudar a soportar mejor.
-No lo estabas haciendo. Solo me estabas haciendo daño.-Susurre.
-Lo entiendo. Perdóname, no me importa si no quieres hacer nada conmigo de nuevo, solo quiero que me perdones.
-Debiste haberlo pensado antes.
-Quería ayudarte… nada más… nunca he querido hacerte daño. Eres mi sobrino favorito. Eres el único que podría llegar a entenderme. Como podría querer hacerte daño?
-No te diste cuenta. Pero me hiciste daño. Y te avise y no te detuviste. Eso es lo que me dolió. No te detuviste.
-Perdóname.
-Prometes que la próxima vez que te pida que te detengas te detendrás?
-Si te lo prometo.
-Y si ves que me duele aunque yo no lo diga te detendrás?
-Sí, si te lo prometo.
-Bien… si crees que lo mejor para mi…
Levante las piernas como lo había hecho antes, mi tío se incorporó y me miro con intriga.
-Seguro?
Asentí con la cabeza. Él se hizo detrás mío. En la misma posición en la que estábamos un momento atrás. Empezó a meterme el puño cerrado con fuerza, yo me estremecí de dolor, él se detuvo y me miro. Yo asentí con la cabeza para darle a entender que estaba bien. Y él siguió metiendo el puño. Mi pene empezó a crecer rápidamente a pesar de haberme corrido unos minutos atrás. Mi tío seguía metiendo su mano, el dolor era insoportable.
-Ya está toda dentro. Quieres que la saque extendida?
-No… Sigue como ibas-Dije con voz entrecortada.
-Seguro?
-Si…
La saco lo más rápido que pudo sin hacerme daño. Sentí como mi esfínter se contraía.
-Listo… no sé si puedas dormir… pero ya puedes aguantar cualquier cosa… buenas noches…- Se acercó a mí y me dio un beso en la frente.
-Espera… no vas a terminar?
-A que te refieres?
-Dijiste que si yo te dejaba hacérmelo yo podría hacértelo a ti.. tienes que terminar dentro mio y luego me tocara a mí.
-Seguro?
-Sí. Porque no?
-Está bien... si quieres.
Puse mis piernas sobre sus hombros, y sentí como su glande se posaba por mi aun lastimado y abierto ano. Él lo metió rápidamente, pero esta vez no me dolió tanto como antes. Ni una cuarta parte del dolor de la última vez. Se inclinó sobre mí y me empezó a embestir. Se sentía muchísimo mejor que antes. Y el dolor desaparecía un poco más con cada embestida que me daba. Se inclinó sobre mí y empezó a lamer y a chupar el cuello. Y luego sentí como varias veces su semen chocaba en las paredes de mi intestino. Saco su pene y dejo mis piernas sobre la cama. Se sentó sobre mi abdomen y me pregunto – Listo?- y yo asentí con la cabeza. Se metió mi pene en el ano y empezó a cabalgar encima mío. Me encantaba como se sentía. Me encantaba sentir como su pene, morcillón, golpeaba mi abdomen cada vez que subía y bajaba, provocándome un placer inimaginable.
-Eliot me voy a correr.
-Hazlo.-Dijo acelerando la velocidad de la cabalgada. Sentí un orgasmo tan potente que me obligo a gemir como si me hubieran golpeado el estómago.
-Nene, deja de eyacular… se va a salir..
-No puedo…- el orgasmo continuaba, no se detenía. Habría contado quince tiros y perdí la cuenta. El semen se empezó a esparcir por mi cintura, cayendo en la cama. Podría haber sido un vaso de semen entero. Era algo inhumano. Me pregunte como mis testículos habían podido cargar esa cantidad de semen sin que yo me diera cuenta. Mi tío se quitó de encima de mí y salió una cantidad aún más escandalosa, se resbalo por mi cintura y cayó en las sabanas. Eliot se acercó a mí y me dio un beso en la cabeza y me susurro al oído.- Buenas noches, y lo siento mucho.- Se levantó y se pasó a la cama doble, donde estaba Oscar acostado con una mano colgando en el borde de la cama. Me levante, me limpie lo mejor que pude con las sabanas y me acerque al borde donde estaba Oscar. Levante su mano con cuidado y note que tenía mojada la mano. Me acerque y la olí. Un escalofrió recorrió mi cuerpo. Tenía que asegurarme de que era, así que me lo acerque a la boca y lo lamí. Era semen. Levante la sabana y tenía el pene flácido y dormido, su pantalón estaba debajo de sus rodillas aunque no se los había quitado del todo, y su pene tenia restos de semen colgando de la punta.
¿Estaba despierto?¿Se masturbo observándonos?¿se habrá enojado?... Demasiadas preguntas, y tenía miedo. Si estuvo despierto vio como me violaba mi tío, y no hizo nada, lo disfruto. ¿Qué clase de enfermo hace eso?¿Mi novio era ese tipo de enfermo?....Dios…