Kindan No Koi - VI
David y Oscar empiezan una relación sentimental después de haber sido amigos de toda la viada, pero al transcurrir de los días el sexo y un fallo en la mente humana logra hacerlos pasar por un sin fin de errores. molestia, tragedias y miserias. El amor y la locura siempre van de la mano.
Kindan No Koi - 6 - Una familia pervertida.
El viaje se hacía largo. Estábamos cansados, así que nos detuvimos en una estación de servicio a comer algo y que pudiera estirar mi pierna que a pesar de que debía descansar no podía dejar de moverla, así que salimos y entramos en la cafetería, yo pedí un chocolate y Oscar pidió un café, mientras mi papa llenaba el tanque de gasolina. Hablamos un rato hasta que mi papa llego y nos dijo que salíamos a casa de mi tío, Oscar me ayudo a levantarme y a subir al auto, yo me senté en el asiento del copiloto para poder recostarme en la silla reclinable, y eso hice, me recosté y tire la silla hacia atrás, Oscar empezó a acariciar mi cabeza y mi cabello hasta que me dormí. Me desperté porque se ti que el auto se detenía, abrí los ojos y mire hacia atrás, Oscar estaba dormido y mi papa estaba preparándose para salir.
-Chicos, a despertar-Decía subiendo el tono de la voz
-Ya llegamos?-Pregunte aun adormilado.
-Si ya estamos...-Respondió mi papa.
Sacudí a Oscar con suavidad para despertarle y una vez despierto salimos del auto y tocamos a la puerta, una voz familiar grito desde dentro de la casa-Ya voy-y tras unos segundos la puerta se abrió con un hombre en camisa de tirantes, un pantalón corto y sin zapatos.
-Eh! Hola! Chicos cómo están?-dijo mi tío
-Hola tío!
-Eliot como has crecido! Jajá-Dijo mi papa
-jajá pasen!
Entramos a la casa, era una casa grande, cálida, muy acogedora, en la entrada estaba el salón y detrás estaba el comedor y algunos separadores separaban el comedor de la cocina, a la izquierda de la puerta había una escalera que llevaba al segundo piso y allí había tres habitaciones, dos a los costados con dos camas, y una al fondo y el tercer piso, que era más un altillo de madera que era la habitación de mi tío Eliot, detrás había una pequeña cabaña que era un sauna, una piscina gigantesca en forma de automóvil y lo que simulaba los neumáticos eran dos jacuzzis, tenía un bar en el medio de la piscina y una decoración alrededor de esta. Espectacular, y aún más impresionante en la noche. Mi tío nos ayudó a subir las maletas y luego bajamos al salón a conversar y esperar que llegara la hora de comer.
-Y cuéntame hermanito que a pasado en tu vida?-pregunto mi papa
-Bueno Josué... Te cuento que hace unos siete u ocho meses me ofrecieron un trabajo como vicepresidente de una compañía de software a treinta minutos de aquí, pagan bien así que obviamente acepte.
-Vale, te ha ido mejor que a mí...-dijo mi papa
-Y a ustedes chicos?.... Eh espera.. No hemos presentado-dijo mi tío extendiendo su mano a Oscar.
-Mucho gusto, Oscar...
-Encantado!... Eliot
-Bueno está haciendo hambre!-Dije levantando la voz
-Qué?-Dijo mi papa
-Que tengo hambre pa’...
-Vale vamos a comer.
Salimos a un restaurante y ya que la casa quedaba a las afueras de la ciudad y el restaurante más cercano también, almorzaríamos en el campo. Una vez llegamos mi tío parecía estar muy apegado a mi novio, pregunta va pregunta viene, parecía querer sacarle algo, pero nunca se pasó de nivel con alguna pregunta, siempre preguntaba sobre gustos musicales, comida, películas y de más. Nos sentamos en una mesa en medio del campo fuera del restaurante, y miramos el menú, mientras miraba el menú, Oscar pasaba su pie en mi pierna, pero aun así fingía que nada pasaba en un momento se detuvo y una extraña sonrisa se dibujó en el rostro de mi tío, que al parecer solo yo detecte, mire a Oscar y el me guiño el ojo, yo respondí disimuladamente con un gesto para decirle que no entendía que pasaba, el miro bajo la mesa MUY disimuladamente y se dio cuenta que la pierna que acariciaba no era la mía... Era la de mi tío. No importaba que fuera el, lo importante es que no respondió públicamente, haciendo una broma o algún comentario, pero no hizo nada... Solo sonrío. Llego el mozo y pedimos la comida, en medio de la comida hablamos de todo un poco, popurrí, y salió el tema de las novias.
-Y Oscar- Dijo mi tío-Tienes novia?
-No señor
-Y tu David? No me puedes decir que no, eres un hico muy apuesto no me puedes decir que no tienes.
-Vale si quieres no te lo digo pero que sepas que no tengo.- mi tío me miro con esa cara típica de los tíos, esa cara de "tu chiste fue un asco" si, si, esa que nos dice inmediatamente que debemos callarnos.
-Vale... Y... Novio?-Sabia que mi tío había preguntado eso con un doble sentido, quería que delatara a Oscar también y quien sabe para qué...
-Vale Eliot que intentas decir?-Dijo mi papa
-No tranquilo... Si tío... Soy gay y si tengo novio, es Oscar.
-Eso me gusta, que mi sobrino sea franco y certero, UN BESO! Beso, Beso!
-Eliot no te pases- dijo mi papa
-Ven aquí-Dijo Oscar acercando sus labios a los míos y dando me un beso de telenovela.
-Aaaaaaawww que lindos! –Dijo mi tio.
Todos reímos felices y comimos hasta estar repletos, regresamos a casa y mi papa se quedó en el salón con mi tío hablando de su vida y de más cosas, Oscar y yo estaríamos en la habitación pasado bien el rato.
-Ya estamos solo...-Dijo Oscar susurrando.
-Y tienes que ayudarme a desempacar.
-Bah eso puede esperar-Dijo mientras me abrazaba por detrás.
-Vale.... Si quieres jugar... Juguemos-dije dando me la vuelta mirando hacia Oscar.
-Eso... Dame un beso-Dijo estira do sus labios.
-Cuando terminemos de desempacar-Dije poniendo mi mano en su boca.
-No seas aguafiestas! Quiero estar contigo... Si no tienes ganas solo dime-dijo sentándose en la cama con los brazos cruzados. Yo me empecé a desnudar frente a él, a lo que él me detuvo y me ayudo a quitarme el pantalón, lentamente bajaba por mis piernas para no lastimarme, me quito el pantalón y siguió con mi bóxer y mientras el bajaba iba besando lo que se le acercaba, hasta dejarme desnudo y empezó a desvestirse rápido, las ganas se le notaban a leguas de distancia.
-Ven... dijo extendiendo los brazos, a lo que me senté en sus piernas dándole la espalda, empezó a masturbarme lentamente, besándome el cuello y con la mano izquierda jugaba con mis pezones, puse mis manos en sus piernas, notaba como una erección crecía entre sus piernas, a mis espaldas.
Hazlo. –Ordene.
-Seguro?
-Sí.. Hazlo...
-Vale. – Dijo con una sonrisa dibujada en su rostro.
Se acomodó de modo que tenía mi culo a la vista y empezó a jugar con mi ano, lo lamia, lo acariciaba, hasta que empezó a meter un dedo, luego dos, y así hasta que tenía mi ano totalmente dilatado.
-Hazlo ya. –Dije empezando a desesperarme.
-Eso haré. -Dijo mientras se movía hacia mi oído y lo lamia, empecé a sentir como el glande de ese hermoso pene empezaba a empujar hasta estar dentro, era un dolor insoportable que lentamente se volvía más y más placentero, me empujo de manera que estaba acostado, Y empezó a meter y a sacar más rápido y seguía acelerando se recostó sobre mi sin detenerse y me beso suavemente, y en medio de ese beso sentí como un líquido caliente empezaba a llenar mi interior, seguido de un gemido, se tumbó encima mío y sentí como su corazón latía en mi espalda, y poco a poco su mano se acercaba a mi pene, cuando lo encontró empezó a masturbarlo de una manera en la cual sentía que lo hacía por diversión no por placer, por la diversión de tener a su amado cerca, aceleraba el movimiento de su mano, rápidamente me pajeaba, sentía el roza de su mano con mi glande y seguido de un gemido ahogado en las sabanas de la cama, un líquido espeso se empezó a repartir entre mi abdomen y las sabanas, era lindo estar los dos solos acostados en la cama, pero en realidad no éramos los dos solos, una sombra se movió tras la puerta y un aroma familiar pero no de Oscar ni mío...Me vestí, salí a ver quién había estado espiando y al salir mi pie descalzo sintió un líquido espeso en el suelo, me agache y mire que podía ser y me di cuenta de quien estuviera antes allí no solo estaba mirando... Si no que también lo disfrutaba, había rastros de una corrida y una de las buenas no solo en el suelo sino también en la puerta, regrese y me recosté junto a Oscar pensando quien era el que había estado allí, mi papa... O mi tío, no había más opciones a menos de que un tercero haya entrado a la casa... Pensé en eso hasta que me dormí. A la mañana siguiente me levante y me bañe, hice mi cama y baje a ver que estaban haciendo mi tío y mi papa, muy normal estaban viendo la tv y hablando de cualquier cosa.
-Buenos días. -Dije bajando las escaleras
-Hola bello durmiente. -Dijo papa
-Eh sobrino! Tu desayuno está en el horno. -Dijo señalando hacia la cocina
-Gracias tío. -Dije dirigiéndome hacia la cocina, al llegar a la cocina me di cuenta que había tres platos y uno en el horno de microondas, -Oscar debió haber bajado antes y desayunado-pensé pero Oscar no era de los que se levantaba y luego volvía a dormir, termine mi desayuno y tras dar las gracias subí a la habitación y a ver a Oscar para preguntarle si había bajado antes.
-Buenos días. -Dije mientras me sentaba en la cama junto a él.
-Buenos días amor. -Dijo metiendo su mano en mi camisa.
-Cómo despertaste?
-Bien y tú?
-Bien... Oye... Tú has bajado antes?
-Me acabo de despertar... No podría haberlo hecho.
-Alguien nos vio anoche...
-Estas seguro?-Dijo Oscar incorporándose en la cama
-Si... Y no solo eso, se estuvo pajeando mientras nos veía.
-Como lo sabes?
-Había lefa en la puerta y el pasillo...
-Tu tío?
-No... Tampoco mi papa... Creo si no estoy mal... Mi primo está aquí...