Kim: Serie I - Capítulo (IV)
Mi putita prima ensartada por ambos lados disfruta como la zorrita que es
Después de tantas sesiones de sexo con mi nena —dado que se lo hacía cada vez que tenía oportunidad— ya era más “normal” el hacérselo en cualquier lugar que pudiéramos, ambos disfrutábamos mucho y ella era la más encantada de sentirse la más putita follando conmigo; así los días transcurrían con nosotros disfrutando en nuestros momentos de privacidad, gozaba cada vez más el cojerme a esa muñequita, tenerla ensartada ya fuera por el coñito o por el culito que es por donde más me gustaba hacérselo, que delicia, cada día me calentaba más mi chiquita.
Pero uno de tantos días que no estaba mi prima vino un amigo a la casa, a quien llamaremos Alejandro; él es amigo mío desde hace ya hace muchos años y siempre nos hemos llevado de las mil maravillas, nos contábamos de todo, desde lo más normal como que música nos gustaba y cosas normales, hasta cosas más morbosas, como quien de nuestra clase estaba “buena” para cojersela o cosas así.
Él siempre bromeaba diciendo que a mí me gustaban las niñas, y yo le decía que por supuesto que sí, pero todo iba en broma y sin más detalle, o en ocasiones yo se lo decía a él y el aceptaba que si bromeando, quizá eso me hizo que de verdad me gustasen un poco, quizá el influyó en mi sin quererlo, el caso es que nos teníamos toda la confianza del mundo; el caso fue que ese día que vino a la casa, estaba solo, pues mi madre, mi tía y mi prima andaban de compras y después irían a hacer otras cosas, el caso es que era mediodía y salimos un rato a dar una vuelta en una plaza-parque cercano, todo normal, regresamos a casa y estuvimos viendo fútbol en la televisión, comiendo algo y escuchando música, de pronto comenzamos unas de nuestras tantas bromas el uno al otro y salto la ya tan conocida de él hacia mí.
— Y a ti te gustan las niñas cabron jajá —
— Jajá sí, si me encantan wey — respondí siguiéndole el juego como siempre
Y siguió con sus comentarios.
— Oye y la chava esta de aquí cerca, imagínate para cojertela, es virgencita, ¿con madre no?… — dijo mi amigo refiriéndose a una conocida de nuestra edad que vivía (vive) cerca, la cual si está buenísima, como muchas otras, pero su familia es algo o más bien bastante religiosa, así que casi nunca la veíamos vestir provocativamente pero aun así se veía buenísima en jeans o shorts
— Jajaja y dices que yo soy el pervertido — respondí riendo
— Pues si eres wey, ¿pero ha de ser con madre cojerte una así no? — insistió mi amigo
Tardé un poco en responder pues me vino a la mente lo que hacía desde hacía tiempo con mi prima.
—…Pues sí, supongo — dije todavía pensativo
— ¿O qué?, tú ya te echaste una así, ¿o porque le piensas tanto? – preguntó riendo al verme tan pensativo
— Pues… mira, te digo, pero no vayas a decir nada wey eh, ¿okey? — dije decidido a contarle que me “echaba” a mi primita
— Si, si está bien, cuenta quien fue o que… — agregó impaciente mi amigo
— Okey, pues recuerdas que hace un tiempo te dije que había llegado aquí una tía, ¿verdad? —
— Si recuerdo ¿pero qué tiene que ver eso o qué? —
— Bueno, pues no sé si en alguna ocasión que hayas vendido viste que andaba por aquí mi primita, la hija de mi tía —
— Sí, creo, ¿es una niñita que andaba aquí en tu casa una vez que pasé a dejarte unas cosas? — respondió intrigado
— Si esa, bueno, pues digamos, que me comencé a llevar muy bien con ella y pues ya sabrás… — dije sonriendo levemente
— Jajá no mames, ¿apoco te echaste a esa chavita?, pero es tu prima cabron — río sorprendido
— Pues sí pero si vieras es toda una mujercita… —
— ¿No mames entonces es neta?, ¿pero no está muy chiquita? ¿Y apoco se dejó o qué? — replicó mi amigo por demás interesado
— Pues digamos que nunca la obligué y ahora le encanta a la muy putita — si la había obligado un poco, pero nadamas
— Wow jajaja no manches, y yo pensé que cuando te decía que te gustaban las niñas solo lo tomabas de broma jajaja, pero bueno ¿y que tal como fue con tu querida primita? —
— Bueno pues digamos que se dio y ya, porque dar detalles —
— Oye pero, ¿que nunca me vas a dar chance de echármela yo también o que?, porque la verdad cuando la vi si se me antojó un poco — dijo riendo mi amigo, tal vez no era el único al que de verdad le encantaban de esa edad
— Pues quizá, quizá mi amigo — dije un poco pensativo pero la verdad no desconfiaba de el
— ¿De verdad?, pensé que dirías que no, ¿pero seguro que si se deja? — respondió aun dudoso
— Jajá tranquilo no te preocupes, pero ya te dije que nada de esto a nadie wey ¿okey? —
— Jajá no te preocupes no hay problema y menos si me das mi “rebanadota” que me toca — respondió
— Okey, oye por cierto, ya casi son las seis… — le dije a Alejandro recordándole lo que me había comentado al llegar
— Sí, es cierto, se me hace tarde, creo que ya debo irme, aunque no quiera —
— Okey, te hablo luego para decirte cuándo, dónde y cómo, tú ya sabes que… — dije riendo
— Jajá okey okey… esperaré con ansias tu llamada, bueno me voy nos vemos — dijo mientras salía ya por la puerta a donde fuera que tenia el compromiso a las 6
— Okey que te vaya bien wey, nos vemos — dije cerrando la puerta
Bueno, ahora solo tenía que decirle a mi queridísima Kimberly que íbamos a ser tres en la cama, total para todo hay una primera vez, hasta para un trio.
El día transcurrió tranquilo, demasiado tranquilo y normal, mi madre, tía y prima llegaron pasadas las 7 pm y pues no tuve mucho tiempo con Kim más de lo normal, pero nada de tiempo para divertirnos y menos para yo plantearle lo que le iba a decir.
Fue hasta el día siguiente a eso de las 3 de la tarde que mi madre y mi tía se fueron a comprar unos regalos para una fiesta de nunca supe quien las había invitado, seguramente una de sus amigas, el caso es que dijeron que tardarían tal vez una hora y media o dos, así que me dejaron a “cuidar” una vez más de mi prima, lo cual ya era costumbre; en cuanto se fueron Kim comenzó a “juguetear” como sabía que lo hacía cuando quería algo más; se sentaba en mis piernas, me daba besos en la mejilla muy cerca de la boca y se subía la falda o se la acomodaba frente a mí, últimamente yo solo le veía usar minifaldas y falditas sueltas pero muy cortitas, obviamente no me resultaría extraño si se decidiera ella sola a besarme de lleno o a agarrarme la verga pues ya nos
teníamos confianza pero quizás aún le daba algo pena a la chiquitina.
No tardé mucho en corresponder a esos jugueteos y tomarla de la cintura para comenzar a besarla en la boca, mmmm que rica boquita de la chiquitina, mis dedos ya hurgaban en medio de ese par de piernitas acariciando sobre la tela ya tenuemente humedecida en ese delicioso hoyito, que rico que meneaba las piernitas de gusto al darle dedo ya sin tela de por medio en su pequeña conchita, ya no virgen pero siempre muy apretadita, sus leves gemidos se ahogaban en mi boca al estarla besando, en un instante cerró sus piernitas y su cochito me apretó los dedos mientras sus sonoros gemidos se ahogaban en el juego de nuestras lenguas, al tiempo que los calientes juguitos de su panochita escurrían por mi mano; le di a chupar mis dedos lo cual
hizo con gusto aun agitada por su orgasmo.
— Que tal princesa, ¿lo disfrutaste? — dije besándole la mejilla
— Si sii, me encanta lo que me haces en mi panochita, me encanta correrme — respondió agitada y excitada, cada vez parecía disfrutar más el venirse la preciosa chiquitina, era una mujercita floreciendo
— Que bueno que te gusta, ya que a mí me encanta hacértelo mi amor — dije sonriéndole a la nenita
— Si, primo pero ya méteme tu pene… me gusta que me metas tu cosa bien adentro y que me cojas bien rico, ¿sí… sí? — pidió golosamente mi pequeña putita
— Claro mi princesa, me encanta cojerme tus deliciosos hoyitos, pero antes tengo que decirte algo ¿okey? —
—… ¿Qué cosa?… — preguntó curiosa
— Bueno, lo que pasa es que un amigo mío dice que se enteró de lo que hacemos tú y yo, me dijo que quería “jugar” con nosotros porque si no le iba a decir a tu mami y ella se va a enojar mucho contigo preciosa — dije mintiéndole a la niña
— ¡No!, no… si mi mamá lo sabe me castigara feo… no primo, dile que no diga nada por favor… — dijo con cara de susto mi prima con los ojos ya llorosos, aunque inocente, bien sabía que lo que
hacíamos no debía estar haciéndolo conmigo
— No, no llores princesa, tranquila, el solo quiere hacer cositas contigo como lo hacemos tú y yo nena, y si haces eso el ya no dirá nada… —
— Pero tengo miedo, yo no lo conozco ¿y si es malo?, pero no quiero que diga nada primito… — digo aun llorosa mi tierna prima
— No chiquita, ya te dije que es un amigo mío y solo hará lo que yo te hago, lo cual te gusta mucho ¿no? así podremos gozar los tres y sentirás aún más rico… —
— ¿De verdad primo?… si es solo eso está bien, pero no me dejes sola con el porfa — dijo aun temerosa sujetándome fuerte
— No hermosa, yo te voy a cuidar y verás como te acaba gustando mucho mi amor… — dije plantándole un profundo beso en la boquita
— Está bien primo, pero que no le diga nada a nadie — respondió sumisa mi primita
— No te preocupes hermosa, ahora ven te voy a dar tu premio por ser una nena tan buena — dije viéndola sonreír mientras le quitaba su ropita y la cargaba subiéndola a mi cuarto
— Si primo métemela ya bien adentro y hazme correrme ya — dijo mientras la depositaba en la cama y con sus manitas ella misma me desabrochaba el pantalón y dejaba salir mi verga
— Mmmm… Que rica que sabe primo… — agregó al tiempo que se engullía mi verga hasta dejarla llenita de sus babas y comenzaba a mamar como una experta, había aprendido a mamármela siempre antes de cojermela, por eso lo hacía sin esperar mi indicación
— Mmmm… Que rica boquita princesa, que rico mamas mi amor… mmm… — gemí sujetándola por detrás de la cabecita
— ¿De verdad… te gusta como lo hago? — dijo entre chupadas
— Claro preciosa…mmm… si sigues así se me va a salir toda la leche… — dije sintiendo que casi me corría
— Si primo dame toda tu lechita y lléname la boca, me la voy a tomar todita, lléname la boca… — dijo chupando más fuerte, más profundo en su gargantita y más húmedo por su saliva
— No princesa espera…mmm… esta lechita te la voy a dejar en el fondo de tu panochita de princesa — gemí intentando separarme de su deliciosa boquita
— Primo yo me la quería tomar… — replicó algo decepcionada mientras yo separaba su boquita de mi verga porque si no si la hubiera llenado en ese instante
— No seas caprichosa princesa — dije besándola las piernitas, subiendo mi boca por sus muslos — deja me como esta rica conchita de muñequita que tienes… — añadí mientras le abría las piernitas con fuerza y comenzaba a chupar ese rosado manjar de delicioso olor y sabor
— Mmm… Que rico… mmm… chúpame más — gimió mi prima mientras se acariciaba su panochita a la vez que yo se la chupaba
— Ya estás lista princesa, ahora si te enterraré todita mi verga — agregué aun con el sabor de su conchita en mi boca
— Mmm… Si cojeme ya — respondió abriéndose sola sus piernitas con ambas manos, mientras me ayudaba de mi mano para bajar la cabeza de mi pene hasta la entrada de su cuevita, pues la verga me apuntaba al techo de la excitación
— Bueno aquí vamos hermosa… — dije mientras mi pene ya comenzaba a internarse esa caliente canalito
— Mmmmm… ¡ayy!… siiii…. todita métemela primo siiii… mass… soy tuya, dame toda tu verga…— vociferó mientras mi pene ya estaba en lo más profundo de su panochita, realmente no le entraba toda mi verga, solo que dentro de ella mi verga llegaba al tope de su canalito y no entraba más; ya llegaría el momento de poder hacer que esa conchita se comiera hasta el último centímetro de mi verga
— Ahh… Si princesa te voy a cojer por ser tan putita… porque te encanta mi verga y te dejaré bien cojidita esta panochita apretada — dije delirando de deseo, mientras mi verga ya entraba y salía de esa vaginita tan deliciosa y estrecha
— ¡Ahh! Que apretadita estás princesa… me encanta, es la panochita más deliciosa del mundo — dije sujetando con fuerza a mi mujercita en cada penetración
— Mmmm… siii… primo… ahhhh… estoy apretadita solo para ti… ¡ahhhy! siii… cojeme mas… mas… que rico siento en mi pancita tu vergota — gritó totalmente excitada mi hermosa primita mientras yo no dejaba de cojerla
— Si mi amor goza como la putita que eres… mmm… —
— Ayy… me ahy-!, primo siii ahh… — gimió mi primita meneando las piernitas y apretándome la verga con su panochita dejándome la verga llena de sus juguitos
— Si princesa córrete, córrete y disfruta hermosa — gemí mientras mi pequeña se venía contrayéndose alrededor de mi verga
— Ahhyy… mas… mass… primo hazme correrme otra vez… cojeme más fuerte y lléname de leche mi panochita primo… ahh que ricoo… — chilló de gusto mi nena mientras movía sus caderitas rogando por más verga
— Sii… goza mi amorcito — respondí encantado de ver como reventaba de gusto a tan pequeña muñequita
— Mmm… siii… que rico que siento con tu verga hasta adentro… mmm… cojeme mas fuerte… mmmm… — dijo totalmente fuera de sí y llena de placer mi princesita
— Ven mi amor, súbete sobre mí y muévete… — le indiqué mientras la cargaba y me acostaba colocándola sobre mí, clavándole toda la verga que le cabía
— Si… sii… primo… ahhh… métemela todita… — dijo brincando sobre mi verga cual putita, anunciando ya otro orgasmo, intentando meterse esos pocos centímetros de verga que su panochita aún no había podido recibir cada vez que la cojia, por tener su interior demasiado pequeño y ya completamente lleno de verga
— Si princesa comete toda mi verga por esta calientita panochita — gruñí de gusto apretando suscaderitas hacia abajo, sintiendo la cabeza de mi verga empujar el apretadísimo fondo de su conchita, quería romperla aún más, penetrarla aún más profundo, me desquiciaba esa niñita
— Ahhh… si… otra vez me vengo primo… mmm… siii… cojeme mass… me voy a correr — gritó mi prima meneándose sobre mí, comenzando a tensar su cuerpecito
— Eso princesa… ahh te voy a llenar la panochita de leche mi amor, córrete y gózalo…ahh… —
— Siii… dame tu lechita y lléname mi panochita… quiero que me la llenes… ahhh me corro… que rico primo me encanta ser tu putita — dijo mientras sus espasmos y su corrida ya iniciaban
— Si mmm… toma toda mi leche dentro de tu rica panochita princesa— dije mientras comenzaba a vaciarme en el fondo de su conchita
— Ahhh… si primo que rico… que rico que me echaste tu lechita dentro cuando me corría… — dijo aun entre espasmos
— Si bebita ahhh… estuve esperando para llenarte de leche al mismo tiempo mi amor —
— Mmm… me gusta sentir tu lechita dentro primo… — dijo mi prima despeinada, sudorosita, con la voz entrecortada y sonriendo de satisfacción
— Mmm… princesa, tienes la panochita mas deliciosa… y me encanta… — dije mientras le sacaba mi verga de su panochita saliendo con hilillos de mi semen, escuchando un característico sonido al destaponar su conchita
— Si primo… y es todita tuya porque tú me la rompiste, puedes cojerme como quieras porque me encanta – repitió, seguramente recordando lo que ya muchas veces le había dicho yo
— Ahora si princesa ven que te voy a llenar la boquita de leche —
— Mmmm… ¡Si primo que rico!, quiero lechita… — dijo humedeciéndose los labios con la lengua
— Ahh… si mi nena… chúpala toda… — dije viéndola arrodillarse sobre la cama entre mis piernas y sintiendo su lengüita húmeda y caliente comenzar a mamármela deliciosamente
Que rico que mamaba y mamaba, ella solita se la metía entera hasta la garganta, para sacarla llena de su saliva para seguir succionando enseguida, pasando su lengua por toda mi verga; chupó y chupó haciéndome alucinar de gusto durante un buen rato hasta que no pude más.
— Mmm… Mi reina ya no aguanto… ahh… te voy a llenar la boca mmm… —
— Siii… mmgh… quiero tomarme toda tu lechita calientita… — dijo mientras aumentaba la fuerza de sus mamadas, y en cuanto sintió el primer chorro de semen golpear su boca, aprisiono mi verga con sus tiernos labios y continuó con unas marcadas mamadas pero ya no tan fuertes, solo para sacarme toda la leche como yo le había enseñado que lo hacían las buenas putitas
— Mmm… si princesa trágate toda mi leche… no desperdicies nada — dije apretando del placer su cabello y acariciando su cabecita, mientras sentía mi semen salir dentro de su boquita
Ella solo siguió chupando hasta sacármela toda y abrió obedientemente los labios mostrándome sus lechosos dientitos, lengua y mejillas, e inmediatamente tragó toda mi venida, enseñándome su boquita vacía.
— Mmm… que rica y calientita tu lechita primo, y no desperdicie nada — sonrió coqueta
— Que buena niña eres princesa, por eso te quiero tanto — dije mientras le comía su deliciosa boquita de labios rosas — Ahora ven vamos a bañarte preciosa — añadí indicándole que entrara al baño
— Si primo báñame todita mira como quedé — dijo sonriendo caminando hacia el baño mientras veía mi leche salir de su panochita y escurrirle por las piernitas
Una vez dentro, la bañé muy bien mientras me deleitaba acariciando todo ese cuerpecito caliente, suave y de piel blanca; termine de bañarla y ya vestidita…
— Ven princesa que ya no debe tardar tu mami — dije mientras nos dirigíamos a la sala, donde entre manoseos a su conchita a través de su ropa, y las continuas caricias de mis manos a sus nalguitas; esas tiernas nalguitas que me hacian perder la cordura; terminó igual de caliente que al principio mi pervertida nena
Y así, 20 o 30 minutos después llegaron mi tía y mi madre sin gran novedad, mi prima tuvo que resignarse a pasar el resto del día con la calentura encima; y eventualmente el día concluyó.
A la mañana siguiente era domingo, y mi madre comentó que el día siguiente, ósea el lunes, sus vacaciones del trabajo ya se le terminaban y tendría que regresar a trabajar, cosa que yo ya sabía, pero lo que me quería decir era que como a mi quedaban todavía unas semanas de vacaciones tendría que hacerles una vez más el “favor” de cuidar a mi prima ya que ella llegaría ya tarde y mi tía tendría que viajar a la ciudad de donde se había mudado, en donde tiene otra casa, ya que debía traer algunas cosas que ocupaba, pero como quedaba algo lejos, unas 3 o 4 horas en
automóvil pues no quería llevarse a Kim para evitar contratiempos, y como ella tendría que ocuparse por allá, se iría un día por la mañana y regresaría hasta el siguiente día, así que prácticamente tendría que ocuparme de mi prima todo ese día hasta que llegara mi madre ya por la tarde.
La verdad no sé si mi madre notaria o no, pero yo en vez de molestarme por eso, obviamente me sentí el más afortunado y me sentía feliz, no iba a tener que esperar tanto tiempo para cumplirle la promesa a Alejandro.
— No hay problema ma’ — dije ya esperando el día
El domingo ya algo noche a eso de las 8:30 p.m. subí a mi cuarto y estaba viendo una película, un rato después llegó mi prima y se metió sin más a mi cama y comenzó a juguetear hasta que terminó dándome una buena mamada hasta dejarme bien seco, algo que hacíamos muy seguido cuando no había tiempo de cojermela, ella se tomaba con gusto todo mi leche, incluso hasta dos veces en algunas ocasiones; terminamos y ella se fue con su mama, ya yo más recuperado tomé mi celular y le marqué a Alejandro
“Que paso wey como estas?” respondió mi amigo al saber ya quién era
“Bien, solo llamaba para ver si podías mañana venir, ya tengo todo listo para que le des a mi primita, ¿como ves?”
“Wow que rápido!… claro, ¿a qué hora voy? me muero de ganas” respondió ya impaciente
“Pues te vienes temprano, como a las 10 de la mañana te espero”
“Okey ahí estaré ¿pero no habrá nadie o qué?”
“No, solo estaremos nosotros y tendremos buen rato jajá”
“Ya quiero ir, gracias por el regalito mañana ahí te caigo”
“Jajá okey aquí estaremos ya verás que no miento con todo lo que te dije”
“Okey bueno nos vemos”
“Nos vemos”
Ya estaba todo preparado.
Así pasaron las horas hasta que el día llegó, era de mañana y quizás por las ganas de que la diversión comenzara ya, el caso es que me desperté muy temprano, no serían ni las 7:30 am y ya estaba en pie, mi madre ya se estaba yendo al trabajo y mi tía se iría en un momento,; dieron las 8:30 mi madre se había ido ya, no sin antes recordarme lo que ya me había dicho, en eso llega mi tía con mi primita, ya que como he dicho su casa está al lado.
— Hola hijo, ya me voy, si te dijo tu mama que te ibas a quedar con Kimberly para que la cuides ¿verdad? —
— Si tía, ya estoy aquí para cuidar de esta niña traviesa — dije sonriendo mientras veía a mi primita muy bien arregladita, con un vestidito amarillo de verano que marcaba su cuerpecito y dejaba a la vista sus esbeltas y blancas piernitas, que rica se veía
— De acuerdo, me la cuidas bien sobrino, tu mama llega ya en la tarde y yo vuelvo mañana de seguro así que solo será hoy — dijo sonriendo
— Está bien tía, estaré muy al pendiente de Kim — respondí ansioso por que se fuera
— Bueno hijita ya me voy, te portas bien y no le des tanta lata a tu primo que ya estás grande he… —
— Si mami está bien, me estaré quietecita — “si como no” pensé yo, “tremenda putita que es la nenita, que quietecita ni que nada”
— Bueno preciosa ya me voy, te portas; y tú la cuidas bien sobrino; adios hermosa baii — dijo mi tía perdiéndose tras la puerta
— Bueno, ven Kim vamos a la sala —
—Sii—respondió obediente, pasando delante de mi, con su lindo y casi infantil caminar; cada acción de mi nena me excitaba de una u otra manera
Salí a la cocina por algo y regresé, sus largas y esbeltas piernas se meneaban inquietas sobre el sofa, mientras decia una y otra cosa, trancurriendo los minutos; y finalemente:
— Primoo— pronunció con su lindo timbre de voz— Y… emm…¿hoy no me darás besitos?… — dijo la muchachita calenturienta riendo coquetamente, era obvio que no se refería solo a los “besitos”
— Que princesa tan traviesa tengo eh — dije riendo
— Si estoy caliente y es por tu culpa… quiero tu verga — dijo mientras ya me agarraba la verga a través del pantalón
— Bueno bueno, espera, aun no, ya habrá tiempo en un rato — dije separando sus manitas que ya hurgaban en mi pantalón; sin duda mi nena podía pasar en un instante de ser la mas tierna y penosa, a ser la mas directa y ansiosa de caricias
— …Ya quiero que me cojas otra vez… — insistió melosamente, sabiendo que le cumpliría su capricho, ahora quería apresurarlo
— Te digo que esperemos un rato no seas impaciente Kim… —
— ¿Pero porque? — preguntó desconcertada — ¿Que ya no me quieres?… dijiste que me cojerías cuando yo quisiera… que seria tu mujer… — dijo haciendo un pucherito
— Si mi amor, tú serás mi mujercita por siempre porque yo te hice mujercita, pero todavía no porque te tengo una sorpresa —
— ¡Pero yo quiero que me cojas ya! — replicó malhumorada y pucherosa
— Shh… ya, tu solo espera hasta las 10 mi amor, y te la meteré todo lo que quieras, será como nunca — añadí acariciándole las mejillas
— Bueno… pero solo hasta las 10, no más — respondió de mala gana la señorita
— Si princesa — dije besándola humedamente, lo cual aceptaba más que encantada
Así pasó una hora y ya iban a dar las diez, así que llamé a Kim que tenia varios minutos en el baño, según ella peinándose mas bonita para mi; llegó enseguida y le dije que me esperara en la habitación desnudita, obedeció sonriente y dejando completamente de lado lo que estaba haciendo, se fue a mi habitación, no pasaron más de 5 min cuando “alguien” llamó a la puerta; rápido abrí y saludé a Alejandro.
— ¿Que pasó amigo donde está la muchachita? — dijo rápidamente sin siquiera saludar con un “Buenos Días” — No me saldrás con que era broma eh —
— Tranquilo, ya está esperándonos en el cuarto sin nada de ropita, solo para llegar y clavarla —
— ¡Uff!… déjame pasar ya — dijo impaciente mi amigo
— Jajá espera, ven, no hables tan alto, ella sabe que vendrías pero no lo dije que hoy, así que será algo inesperado y a ver cómo se comporta — dije advirtiendo a mi amigo
— Está bien, ¿pero que le dijiste como fue que acepto? —
— Eso no importa, pero ven vamos arriba, y no hables para que no te oiga, entraré yo y tú te quedas afuera hasta que te indique ¿va? —
— Está bien, pero apúrate jaja —
Así subimos las escaleras y entré al cuarto para ver a mi princesa ahí acostada de costado, mostrando su lindo y redoneado traserito en forma de corazón
— Ya llegué princesa — dije apretándole las pequeñas nalguitas con una mano
— ¡¿Ahora si lo haremos ya?! — se giró impaciente hacia mi
— Si, ya lo haremos, y haremos muchas cosas, pero tendrás que hacer tu algo por mí… —
— ¿Que primito, que hago?… — dijo arrodillada frente a mi sobre la cama, mirándome hacia arriba con sus hermosos ojitos
— Bueno pues, ¿recuerdas que te dije que un amigo vendría porque quería cojerte así como lo hago yo verdad? —
— Mmm… sii… pero no sé…— respondió bajando temerosamente su mirada
— Mira mi amor, yo te voy a cuidar mucho y tú lo sabes porque te quiero, pero quiero que seas buena niña con él, ¿entendido? sino ya no te voy a querer ni vamos a cojer —
— ¡No!, está bien primo… seré buena con él pero no me dejes sola… ¿cuándo vendrá? — preguntó nerviosa mi linda prima
— Está ahí detrás de la puerta y le diré que entre —
— ?! Primo pero tú-… — dijo asustada
— Alejandro entra ya — dije en voz alta y acto seguido apareció frente a nosotros
—… ¡Wow!… que muñeca tan hermosa que tienes… — dijo Alejandro despues de permanecer en silencio unos instantes; mientras no le separaba la vista a la desnudez de mi primita, quien se tapaba su panochita por pena y cerraba sus piernitas
— Hola hermosita, nos divertiremos mucho hoy — dijo sonriendo
— Primo no sé si quiero… es que… — volteó mi prima hacia mi con sus tiernos ojos temerosos
— No princesa, no tengas miedo ya verás cómo te gusta, no seas desobediente — respondí besando a mi niña
— Ahora quítate la ropa mientras comienzo con esta chiquita — dije a Alejandro, la verdad nunca había visto a ningún hombre desnudo que no fuera yo, pero bueno que me importaba
— Ven Kim sácame toda esa lechita que tanto te encanta, que vea él que bien lo
haces — dije a mi nena, la cual aún nerviosa se acomodó sobre la cama a cuatro patitas, me sacó la verga del pantalón y comenzó a chuparla tan bien como siempre aunque algo nerviosa
— Mmm… Kim… me vuelve loco como me la mamas chiquita… vamos chupa como te encanta mmm… — dije extasiado por sentir el contacto de su boca ya alrededor de toda mi verga, y el aliento de su boquita quemándomela
— Que putita que es esta nena Miguel, ya quiero darle por ese cochito… — añadió Alejandro
— Pues qué esperas, a ella le encantará tenerte dentro, ¿verdad princesa? — pregunté a mi nena quien mamaba y mamaba
— Mmm… phrmg… — vociferó incomprensiblemente mi putita prima sin poder sacarse mi verga de la boca
— Bueno déjame primero probarle la panochita — dijo Alejandro subiendo a la cama, colocándose detrás de ella y comenzando a mamar entre sus piernitas las cuales estaban entreabiertas por la posición
— Mmm… mmmm… primo… ahhhh…. — gimió Kim entre chupadas ahogando sus gemidos en mi verga
— Mmm!… que rica y hermosa panochita tienes putita… ¿te cabe una verga aquí?… — dijo Alejandro a mi nena mientras le devoraba la conchita largos minutos haciendo que se meneara y gruñera de gusto la muy putita
— Mmmh… aquí voy nena, no te muevas — dijo Alejandro sin esperar mas, mientras comenzaba a enterrarle la verga a mi prima, tomándola de las caderitas y guiando su venuda verga con su mano hacia la pequeña panochita de mi nena
— ¡Ahhh!… nooo… despacio… — dijo mi prima separándose de mi verga y quejándose de que Alejandro ya la bombeaba algo fuerte, ya que yo siempre comenzaba dándole suave
— Shhh… cállate… y sigue mamando Kim, que si no me voy a enojar — dije tomando su cabecita entre mis manos y haciendo que se engullese mi verga hasta la garganta una y otra vez
— Uff que calientita y apretada que está esta nenita he, siento que me va a reventar la verga… ahh tiene la panochita tan pequeña y cerradita mmm… se ve tan pequeña que pensé que una verga no le entraría…— gruñó mi amigo, reteniendo la cabeza de su verga dentro de mi princesa — Ahh… te debes dar unos festines con esta preciosidad Miguel — añadió, dándome el espectáculo de ver como empujaba su cadera contra el cuerpecito de Kim, que se vea aun mas pequeño al estar entre los nuestros — Uff… como menea el culito se ve que le encanta ahhh —
— Claro, mi princesita es toda una putita y le encanta cojer, ¿verdad mi amor? — le dije a mi nena que seguía con mi tranca en la boca, era obvio que su conchita sea habia enviciado a comer verga; y gracias a las incontables cojidas que le habia dado a esa tierna panochita, es que a Alejandró le fue facil entrar en mi nena sin las deliciosas dificultades que habia pasado yo para penetrarla en todas esas primeras veces donde su diminuta panochita se rehusaba a alojar mi glande dentro de ella
— Mmm… gip… es rico… — dijo sin aliento mi nena que no paraba de gemir por la buena cojida que le daba mi amigo, provocando que el pequeño cuerpo de mi primita se menease atrás y adelante por las arremetidas, empujándola así contra mi verga
— Ahh… ¡Toma, siénteme hasta adentro! que rica panochita tan rica tienes perrita ahhh… — le decía mi amigo a mi prima, tomándola con más fuerza por las caderitas y golpeteando sus nalguitas contra el al cojerla con mucha más fuerza, me encantaba ver como forzaban a mi princesita
— Mmm… ahh… me corro… ahh… si mmm… dame!… — gimió mi nena mientras se retorcía y comenzaba a correrse al tiempo que gemía y gritaba de placer
— Si córrete putita, ¿te encanta ser cojida verdad?… mira como me aprietas la verga… ahh… que putita eres — dijo mi amigo a mi primita que seguía corriéndose
— Ahh Miguel… creo que ya le voy a llenar la panochita de leche a esta nena… mmm… ¿puedo hacerlo dentro?… agh! — gimió mi amigo penetrando incesantemente la tierna panochita de Kim
— Mmm… si, ella encantada lo recibirá, llénala entera — respondí sin parar de follarle la boquita a mi muñequita
— Ahhh… sii… estoy llenando esta panochita tan linda y caliente… ahh… sii… toma toda mi corrida en toda tu panochita hermosa… — gimió mi amigo bombeando a mi primita mientras la inseminaba — Mmm… Que rica panochita, se tragó toda mi leche… — dijo agitado Alejandro después de unos instantes, dejando salir su mojada verga del interior de mi prima, si hay algo mas que hace excelentemente mi nena, es lubricar, su conchita es perfecta para eso
— Mmm… primo… nop… ¡Egpera!… — balbuceó mi prima cuando yo le apretaba la cabeza contra mí y comenzaba a llenarle la garganta de semen
— Agh!… Shh!… tomate toda mi leche hermosa… mmha… bébetela todita princesa, mama toda tu lechita de la verga de tu primito, ahh… sii uff… — gemí corriéndome en su boquita provocando se le inflarán los cachetitos con mi semen
— Mm… Nop… Agg… — balbuceó mi prima mientras tragaba y tragaba chorros de mi semen hasta que terminé de correrme
— Mmm… Qué manera de sacarme la leche bebita — dije sacando mi verga de la boca de mi nena al tiempo que ella recuperaba el aliento y aun así se relamía los labios sabiendo que no debía desperdiciar nada
Cambiamos de posición y ahora yo le di a mi prima por la panochita y él se degustaba con la boca de mi princesa.
— Ahhh… creo que esta nena va a hacer que me corra otra vez, que manera de chupar, tiene la boquita casi tan pequeña como la panochita… ahh que forma de mamarla — gimió mi amigo — Si fuera tú la tendría mamando todo el día — “pues eso hago”, pensé
Seguí reventando esa panochita que tanto extrañaba ya sentir aprisionando mi verga, cambiamos otra vez de posición y ahora tomé a mi prima y la senté sobre mí, dándome la espalda y comenzó a cabalgarme como toda una putita, gemía y gemía mientras meneaba las piernitas una y otra vez entre orgasmos, o solo por el gusto de sentirse tan llenita de verga, era una zorrita disfrutando que gozaran de su cuerpecito, sus gemiditos de niña me excitaban demasiado así que paré porque aún quedaba el “round final” que sería el mejor.
— Ven wey, recuéstate y échate a mi nenita encima, llénale la panochita de verga — indiqué a mi amigo
Así hizo mi amigo, sentando a la nena viendo hacia él, bien clavada en su tranca, se veía hermosa la panochita rosa y tan jugosa de mi muñequita llena de verga hasta el máximo; meneaba la colita de la manera mas deliciosa la muy zorrita.
— Ahhh… esto es muy rico… me encanta tu verga… — gritó mi prima sintiéndose llena de verga
— Ahora va lo mejor nena, sentirás lo que es tener dos vergas dentro de ti al mismo tiempo — dije al tiempo que mi verga comenzaba a hacer presión en su apretado y delicado culito cerradito
— Ahh… ¡No primo, por favor, al mismo tiempo no… me va a doler! — chilló mi primo tratando de evitar que la empalase
— Shhh… ya verás que te encantará… — respondí, pero ella no hizo caso así que tomé sus bracitos y los pasé hacia atrás de su espalda, dejándola recostada sobre el pecho de mi amigo con su colita bien paradita, la verga de mi amigo bien metida en su conchita y su anito entre sus pequeñas nalguitas ofreciéndoseme para penetrarlo
— Dame esas manitas, yo las sostengo — dijo mi amigo dominando a mi prima
— Ahhh… nooo… ¡ayy!… ¡me duele primo, ya!… no seas malo me duele mi colita… — gritó entre un poco de llanto mi prima al sentir como mi verga ya le profanaba las entrañas
— Ahora lloras nena… mmm… pero te encantará demasiado — dije a la nena que no paraba de menear las piernas de desesperación y de dolor por la cojida que le dábamos
— ¡Ahhh!… ahora está aún más apretado dentro de esta panochita… — comentó mi amigo que no dejaba de entrar y salir de mi prima igual que yo
— Ahh… que delicia… — gemí enterrándome en su estrecho recto
— Como llora esta nena amigo, pero se ve que le encanta, ya se corrió dos veces en este momento, aunque diga que le duele es una putita — dijo mi amigo dejándome saber de dos orgasmos que yo no me había dado cuenta, seguramente él si por sentir las contracciones vaginales y el líquido de mi prima directamente en su verga
Mi primita seguía lloriqueando pero ya menos, eso fue durante unos momentos ya que después comenzó a gemir como una putita, se corrió dos o tres veces hasta que nosotros estuvimos también a punto de corrernos; me encantaba mi princesa, era una muñequita perfecta para reventarla a base de sexo.
— Ahyy… ¡Si primo sí!, lléname el culito con tu vergota, que rico… denme por putita, ahhh… sii… me ahhy!!- — gimió encanta de que la dominarán, de que la llamáramos putita
— Si córrete mi amor… vacía tus juguitos y disfrútalo princesa — gemí apretándole los pechitos y bombeándole el culito
— ¡Ahhh… mmm… que rico siento en mi panochita y en mi culito estas dos vergas tan gruesas!… cójanme mas… soy su putita… ahhh… — digo totalmente loquita de gusto mi primita
— Ahhh… Miguel, creo que ya no aguanto más, voy a correrme dentro de esta panochita otra vez… ahh… — gimió mi amigo
— Yo igual amigo, llenemos de leche a esta nenita puta… — dije sintiendo que la leche que ya casi salía de mi verga, lista para bañar los intestinos de mi niñita
— Mmm… ¡Si… llénenme de su leche dentro de mi colita y de mi panochita, quiero su lechita dentro… córranse ya!… — gimió mi prima
No aguantamos más y mi amigo un poco antes y después yo nos corrimos dentro de ese casi adolescente cuerpecito, que delicioso sentir mi verga palpitar en los intestinos de mi primita una vez más, llenándola de leche hasta el fondo; mi amigo igual se vació dentro de su panochita, era una delicia que mi princesa aún no menstruara, me encantaba poder correrme dentro de ella, aunque en este momento era Alejandro quien lo hacía; creo yo que ella estaba corriéndose igualmente, pues seguía gimiendo y temblando como una total zorrita, meneándose en nuestras vergas; que delicioso, fue una de las mejores cojidas, tener a mi primita empalada por ambos lados y escucharla
gritar de esa manera había sido algo deliciosisimo, me encantaba esa vocecita chillona que me la volvía a poner dura.
— Ahh… que buena nena que has sido… — dijo mi amigo besando la boquita de mi prima quien correspondió obediente, sin recuperarse del todo aún
— Bueno mi amigo, creo que debemos asearnos un poco, ve tu primero ahí está el baño — le indique a Alejandro para que entrase al baño
— ¿Y qué tal princesa…? — pregunte a mi prima al estar solos
—…Me encantó… que me cojieran, que rico sentí, aunque… si me dolió bastante al principio primo… pero me encanta ser una putita para ti, por eso me dejé — dijo sonriendo mi prima subiéndose encima de mí
— Bueno nena ahora debemos bañarnos tú y yo — indiqué a mi prima
Después de asearnos todos, bajamos un rato y comimos algo para más tarde terminar dándole otra “pasada” a mi primita a petición de Alejandro, nos la cojimos otro momento hasta que ya era tarde y mi primita no daba para mas, terminó dormida del cansancio en la última follada; por nuestra parte Alejandro y yo nos arreglamos la ropa y mi amigo ya se iba pues ya era tarde para él.
— Wow Miguel… gracias por dejarme disfrutar de esta nena, es todo un manjar — dijo riendo mi amigo casi yéndose — Dale las gracias cuando despierte por ser tan zorrita conmigo… — dijo riendo un poco mi amigo antes de decirme que se marchaba
— Jajá, claro nos vemos luego — respondí cerrando la puerta
Regresé a velar el sueño de mi tierna nena, y horas mas tardé le tuve que despertar para ir a bañarla, pues su cuerpecito olía tanto a sexo como a semen; ya en la tina limpié con paciencia cada resto de semen que brotaba de su irritada conchita y de su abierto culito, mi nenita terminó hirviendo en calentura a causa de tanto roce de mis dedos, su carita que rogaba algo mas fue una invitación a devorarle el coñito, algo que no pude evitar.
Después de esa ocasión no hemos vuelto a estar con nadie más, solo ella y yo, creo que ahora en este momento si soy algo celoso de que alguien vaya o quiera a cojerse a mi prima; es mi mujercita, ella lo sabe bien, y como tal se comporta.