Katherina...

Una salvaje violación... un placer indescriptible.

Mi nombre es Katherina, soy una chica venezolana, soltera, solitaria, independiente, de cara redonda, cabello crespo y hermosa sonrisa, no soy una beldad pero tengo un rostro agradable, de cuerpo con buenas formas pero algo pasada de peso, mis amigos, siempre me dicen que no estoy "gorda" sino que soy voluptuosa, eso, por mis generosas caderas y senos bien proporcionados con mi pequeña cintura, tengo lo que llaman por ahí figura de reloj de arena.

Cansada de la soledad me refugié en el Internet y ahí….bingo!!!!!...conocí al amor de mi vida, Daniel, un chico limeño, apuesto, delgado, de nobles sentimientos y hermosos ojos…..el amor entre nosotros detonó la chispa de la pasión, motivo por el cual siempre viajaba constantemente al Perú en busca de mi enamorado. Les contaré algo que sucedió en mi último viaje.

..Esa semana, el viernes era feriado, por lo que decidí tomarme el jueves libre y hacer un viaje rápido a Lima a visitar a mi enamorado, de sorpresa, como lo hacía cada vez que podía. La relación entre nosotros era realmente candente, separados físicamente, nos valíamos de todos los recursos inimaginables para mantener controlada nuestra libido, hacíamos el amor por teléfono, nos calentábamos en red contándonos nuestras fantasías eróticas, nos masturbábamos frente a la cámara web, todo con tal de satisfacer nuestros deseos reprimidos, así que teníamos una relación bien abierta sin ningún tipo de tabúes.

A Daniel le encantaba la lencería fina, y yo no perdía oportunidad para escribirle diciéndole la ropa interior que llevaba puesta a diario, eso nos calentaba a ambos, así que decidí que para ese viaje estrenaría un lindo conjunto de ropa interior. Me dispuse a arreglarme para mi viaje, ya había ido a la peluquería y estaba de vuelta en casa; seleccioné mi atuendo, el cual consistía en un minúsculo vestidito negro ceñido al cuerpo, el cual terminaba a la mitad de mis caderas y de ahí se desprendía el liguero, dejando la mitad de mis redondas nalgas al descubierto, combinado con un hilo dental y medias de malla a juego, unas sandalias de tacón alto, un hermoso collar y aretes completaron mi vestimenta…..me miré en el espejo y sonreí satisfecha, me veía provocativa, parecía una prostituta fina, precisamente la impresión que quería darle a Daniel, a él le encantaba decirme que yo era su puta y que debía hacer para él, lo que me pidiese. Luego de evaluarme frente al espejo por varios minutos, tome mi sobretodo, sería la única prenda que me acompañaría en mi viaje, pretendía llegar al encuentro de mi enamorado medio desnuda; nadie podría adivinar que debajo de mi sobretodo solo estaba mi ropa interior.

Llegué al aeropuerto con el tiempo justo, caminaba regia y sentía que las miradas masculinas se posaban en mi gran trasero, eso de alguna manera me excitaba, estaba logrando en desconocidos el efecto que quería lograr en Daniel, así que mi plan estaba funcionando.

Todo transcurrió normalmente, abordé mi avión sin problema alguno y la ansiedad ya estaba empezando a apoderarse de mi, no veía la hora en que aterrizáramos, por fin llegamos a nuestro destino, al caminar hacia inmigración volví a sentir que era el centro de las miradas, no podía verse nada a través de mi sobretodo, pero tenía la sensación de que las personas adivinaban que debajo de él, no había más que mi ropa interior, lo deducía por la forma despectiva en que me veían las mujeres y la lujuria con la que me veían los hombres a mi paso.

Pase el control inmigratorio sin mayor contratiempo y cuando llegue a aduana, ponche el botón y me salió rojo!!!!....eso no significaba más que, revisarían mi maleta minuciosamente, apenas llevaba ropa para 03 días, una gran cantidad de lencería provocativa y un vibrador de grandes dimensiones, que me había regalado Daniel, para los tiempos de soledad. Me hicieron colocar mi maleta en el aparato de los rayos x, supongo que el vibrador les despertó el morbo a los agentes, porque me vieron de arriba abajo con sonrisa burlona.

Me hacen las preguntas de rigor, ¿de donde viene? ¿cuánto tiempo se queda con nosotros? ¿trae sustancias prohibidas en su equipaje? ¿transporta algo ilegal? Cada pregunta la fui respondiendo según me las formulaban; una pregunta fuera de lo normal llama mi atención ¿señorita alguien viene por usted? No, respondí, he venido de sorpresa. Una mirada pícara, es intercambiada por los dos funcionarios, me dicen que han notado algo anormal en mi equipaje y que debo acompañarlos a la oficina de aduana, que es preciso que una agente me requise.

Protesto, sin mucha convicción, siento vergüenza por el vibrador que traigo en el equipaje, pero decido que cuando la agente me revise, le diré que no sabía que los juguetes sexuales no se podían transportar en el equipaje y que si quiere lo confisquen pero que me dejen ir pronto.

Al entrar a la pequeña oficina, noto que no hay ningún agente femenino, me pongo un poco nerviosa y exijo saber lo que sucede, me dicen, que es un procedimiento de rutina, que deben trasladarme a la delegación del cono norte, que es un delito transportar juguetes sexuales, que hay leyes rígidas en el país al respecto, yo ignorante en la materia y con una vergüenza enorme, decido cooperar con ellos, además Daniel, vive y trabaja en el cono norte, así que no me será muy difícil contactarlo.

Me trasladan hacia una unidad oficial, tres agentes, uno se monta conmigo en la parte trasera del vehículo y los otros dos adelante, uno obviamente es el conductor y el otro va de acompañante. Apenas abandonamos el perímetro del aeropuerto, el agente que va conmigo, empieza a deslizar sus manos sobre mi ropa, descaradamente las introduce debajo de mi abrigo, en ese momento exijo una explicación, una sonora cachetada es plantada en mi cara y me dicen que no me haga la estúpida, que se perfectamente lo que sucederá y que me adelantan que si me atrevo a denunciarlos sembrarán drogas en mi equipaje.

Empiezo a protestar, luego a suplicar y por último a sollozar por el destino que se me avecina, en un acto desesperado les invento que estoy embarazada y eso parece que lejos de producirles piedad los calienta aún más.

El toqueteo se vuelve descarado y sin ningún recato, se aparcan brevemente y un segundo agente se sube a la parte posterior del vehiculo, sigue la marcha, mientras el primero se apodera de mis senos, mordiéndolos sin piedad, el otro dirige su mano directamente a mi sexo, lo aprieta fuertemente obligándome a abrir las piernas, aún en contra de mi voluntad; el que se entretiene con mis senos, deja caer saliva por todo mi cuerpo, mientras exclama….

.- Abusiva la venequita esta!!!!...Que tal tetasas y mira el culazo que se gasta, aquí hay comida para los tres, ¿como puede creer la cojuda ésta que se puede saciar con una sola verga? Hay que llenarla toda ¿Qué opinan ustedes? Por respuesta solo escuché unas espantosas risotadas.

El primer agente, el que inicialmente iba conmigo en la parte de atrás, parecía ser el líder del grupo, el que mantenía el control, nuevamente hizo un comentario grotesco, miren como osa llegar a nuestro país, en ropa interior y casaca, la muy perra. Me vio fijamente a los ojos y me dijo, mira veneca, nuestras mujeres son damitas decentes, no como tú, te trataremos como la zorra que eres, te apuesto que venías buscando verga, pues aquí tienes tres buenas vergas, así que más te vale que nos trates bien y nos complazcas a todos.

En eso me dice, vamos, abre la boca y chúpamela, y no se te ocurra morderme porque le llegaras a tu novio con la cara llena de moretones, no me quedó más remedio que abrir tímidamente la boca, siento como se desliza dentro de mi garganta un pene, tieso, duro, no muy largo pero si muy grueso, me la mete profundamente como si quisiera ahogarme, siento arcadas, pero mi captor no me permite que la saque de mi boca. Rodeo el glande con mis labios y experimento un sabor añejo, desagradable, asqueroso.

Mientras le practico la felación al primer agente, el segundo, me masturba con frenesí, pellizca mi clítoris, lo hala, lo aprieta, lo escupe, lo sopla, muy a pesar mío, mi cuerpo empieza a reaccionar, me siento humillada, rebajada, sucia, me cuestiono a mi misma por la excitación que empiezo a sentir.

Estoy muy asustada, pero no puedo evitar que mi cuerpo me traicione. El segundo agente empieza a explorar mi vagina, primero con un dedo, luego con dos, después tres, y casi sin darme cuenta, cierra su mano en forma de puño y pretende penetrarme con él. Siento un dolor intenso y trato de gritar pero la verga que tengo alojada en la boca me lo impide.

El primero, acelera el paso, me está penetrando hasta el fondo de la garganta, empieza a gritar como síntoma de una corrida segura, el segundo agente le pide que eyacule en mi vagina, para usar su semen como lubricante, está dispuesto a penetrarme con su brazo, su compañero lo obedece y descarga todo su semen en mi vagina adolorida, profiriendo todo tipo de insultos, lo cual es aprovechado por el degenerado que esta profanando mi vulva, para introducir mas decididamente su puño en mi estrecho y maltratado coño.

Es muy doloroso, mis lágrimas brotan sin parar, les digo que me hacen daño, que me dejen ir ya, las piernas me duelen por lo incomodo de la posición, medio acostada en la parte trasera de un carro, con un hombre encima mordiendo mis delicados pezones y un salvaje tratando de forzar mi coño a comerse un puño cerrado; contraigo los músculos de mi vagina lo más que puedo para evitar la penetración,

El hombre se impacienta y me da un puñete en el estómago, lo que me obliga a relajar la vagina y él aprovecha el instante para introducir de un solo golpe y con una fuerza desmedida su puño cerrado hasta la muñeca.

El dolor es indescriptible, suelto un grito intenso y con ello consigo las risotadas de ellos. Mi verdugo empieza a mover el puño, como si de un falo se tratase, con fuerza y rítmicamente , entre risas dice, esta pendeja no tiene fin, hasta el brazo completo le entraría, miren ya le entra el antebrazo completo.

Siento vergüenza, humillación, dolor, ardor profundo, creo que voy a desmayarme, ha sido una experiencia devastadora, escucho risas, palabrotas, gritos, un liquido caliente empieza a resbalar por mi cara, es el primer oficial que ante la escena se ha estado masturbando y se ha corrido en mi cara, casi simultáneamente siento ese mismo calor en mi pecho rodando hacia mi vientre, es mi segundo violador que con solo ver como me penetra con su brazo, ha alcanzado el orgasmo.

Quedo desfallecida y creo que ha llegado el final de mi tortura….El vehículo se detiene en un paraje solitario y rezo internamente para que me dejen abandonada ahí, me cargan como una muñeca de trapo y me sacan del carro y me tiran en el suelo húmedo. De la parte delantera del auto, baja el conductor que hasta ahora, no ha hecho más que mirar y escuchar mientras conducía, es un hombre alto, fornido, de complexión fuerte, al parecer éste es él verdadero jefe del grupo, se nota superioridad en él.

Dice, ¿ya me prepararon a la puta esta?, pues mi verga no entra en cualquier lugar. Ya saben como es el trato, si logro metérsela toda, después pueden cacharsela a su antojo, pero eso sí, nada de marcas y no pueden matarla, solo divertirse un rato con ella, que luego yo me encargo que las cosas queden como si nada hubiese pasado, hace rato esperaba que llegase una zorra del calibre de ésta, desde que la ví, supe que era una calienta vergas y las putitas así deben conseguir su merecido.

Yo no entendía lo que querían decir aquellos despiadados hombres, solo notaba como destrozaban mis maltrechas y escasas ropas, mientras el "jefe" contemplaba la escena sobándose "su paquete" por encima del pantalón, se dio vuelta se bajó el pantalón y se presentó frente a mí triunfante, mis ojos parecían querer salir de sus orbitas, era la verga más enorme que jamás ví en mi vida, descomunal, asombrosamente grande, solo en ese momento comprendí porque me habían violado con un puño cerrado, me estaban dilatando, preparándome para semejante trozo de carne..

Sacaron de la maleta del carro una manta que extendieron en el piso, por lo visto, los degenerados éstos estaban acostumbrados a estos menesteres, el jefe se tendió en ella de espaldas, con aquella enormidad apuntando al cielo. Hablar de las dimensiones de aquel pene, sería absurdo, podría caer en las exageraciones, pero me atrevería a jurar que no podía medir menos de 30 cm. de largo y unos 08 cm. de grosor.

Me encontraba perpleja por la experiencia recién vivida y no podía comprender como aquel bárbaro podría introducir todo esa monstruosidad en mí; pronto salí de mi estupor cuando sentí como los dos secuaces del jefe me tomaban cada uno por un brazo y una pierna simultáneamente, me levantaron y me colocaron como en posición de sentada sobre la verga de aquel animal, me sostenían por piernas y brazos mientras acercaban el orificio de mi vagina hacia aquel glande descomunal; cuando estuve en posición, se miraron y a la cuenta de tres me dejaron caer sobre aquel pene erecto, en ese primer intento solo entró la cabeza y yo sentí que mi vagina se dilataba al máximo y que se desgarraba al mismo tiempo, me subieron nuevamente y luego escuche un uno, dos, tres AHORA y nuevamente me dejaban caer con fuerza, yo transpiraba, estaba como en un sueño, solo se que después de 04 o 05 AHORA pude sentir el tope de las bolas de mi violador, me dejaron unos segundos más de lo normal como para que me acostumbrara, me desmadeje sobre el pecho de aquel hombre, pero ellos no querían darme tregua.

El jefe giro sobre mi, invirtiendo la posición, dejándome atrapada bajo su cuerpo, sacó su verga por completo y observo mi dilatadísima vagina y me dijo, no me equivoqué, sabría que podrías comértela toda!!! Y acto seguido empujo su verga dentro de mí metiéndola de una sola vez casi hasta la mitad, sacándome un gran grito de dolor, un segundo intento y logró meterla completamente; él se me quedó viendo, en ese momento juro que vi ternura en sus ojos, probablemente nunca había logrado penetrar totalmente a una mujer y eso lo desconcertó, rozo mi mejilla con el dorso de su mano y acaricio mis senos adoloridos con mucha suavidad, empezó a moverse rítmicamente, en un movimiento lento y suave, se apoyaba en sus brazos y separaba su cuerpo del mió para poder observar mis gestos, poco a poco, mi cara de dolor se fue transformando en un gesto de placer, no puedo negarlo, mi violador se empeñó en revertir la situación, quería hacerme gozar, quería sentir que una mujer podía disfrutar con semejante tranca alojada en su interior y lo estaba consiguiendo!!!!!

Yo me negaba, me negaba a todo aquello, a sentir que todo eso estaba sucediendo, que yo estuviese gozando con aquel malvado, pero los flujos que empezaban a salir de mi entrepierna denotaban lo contrario, y cuando menos lo imagine los gemidos empezaron a escapar de mi garganta, eso era lo que el jefe quería escuchar, apenas oyó mi primer gemido, aceleró el ritmo, el dolor había desaparecido dando paso a un deseo irrefrenado, aquel taladro que me perforaba me estaba haciendo gozar como jamás en mi vida, no sé cuantos orgasmos tuve, solo se que se sucedían uno tras otro.

En el momento final, cuando sentí como la verga de mi amante se hinchaba, aún más, dentro de mí para explotar en un torrente de leche caliente que aliviaría las maltratadas paredes de mi vagina, gire mi cara hacia los otros dos oficiales, vi a dos hombres perplejos, asombrados de que una mujer pudiese estar gozando con aquel fenómeno, no había en ellos expresión de morbo o placer, solo una expresión de asombro genuino. Y el momento llegó, mi amante alcanzo un orgasmo muy intenso que lo dejo desplomado sobre mí, yo también quede rendida por el esfuerzo físico y por el placer infinito experimentado, no se cuánto tiempo estuvo así sobre mi cuerpo, solo se que, me llevo en brazos al auto y me vistió con delicadeza, ya no permitió que sus compañeros me tocaran y al parecer ninguno de ellos estaba dispuesto a enfrentarse con él.

Me pidió la dirección de Daniel, y se la di, me llevo a casa en un silencio profundo y cuando me iba a bajar del auto, me dio un largo beso en la boca y me dijo, toma, esta es mi tarjeta, cuando vuelvas no dejes de buscarme, quiero comerme tu culo, lo vi con cariño, le sonreí y me baje del auto.

Aun conservo su tarjeta, y estoy planificando viaje a Lima próximamente.