Karp, el despertar del lobo

Alguien llamado Karp decide en un momento renunciar a una vida convencional para dejar salir lo que es en realidad, un lobo en busca de su manada.

Titulo: Karp, el despertar del lobo

Part I: Intro.

La vida da muchas vueltas, uno puede intentar ser de muchas maneras, inventarse una

vida pero pero el riesgo es muy alto si uno no es uno mismo, cada uno debe vivir su

vida siendo lo que es y aceptándose. Con esta breve plantemiento quiero establecer

la base de mis relatos, no son reales ni ficticios, algunos pudieron pasar y otros

pasarán. Por otro lado, no hay moral que valga cuando en el trato se es honesto

entre personas adultas, son las reglas del juego. Si quieres jugar tienes que

aceptarlas.

Me llamo Karp, ingeniero de profesión y financiero por pasión, vivo solo en Madrid

porque así lo quiero, la vida convencional la dejé atrás hace mucho, mucho tiempo

porque vi que era una mentira llena de convencionalismo e hipocresía que enjaula a las personar.

He visto a mi alrededor desmoronarse muchos matrimonios "ejemplares", con

hijos, con bonito adosado con piscina, y colegios caros, con un buen coche y buenos

trabajos. Pero cuando el instinto de la bestia que llevamos dentro sale nada ni

nadie la para y no hay instinto más fuerte que el sexo, creedme. Hace enloquecer a

la mejor madre de familia y al padre más atento y educado, cuando se escapa el lobo

o la loba ... ya nada importa, ni vuelve a ser como era.

Part II: Recuerdos de la playa

Recuerdo mi último verano en familia en una playa del sur, en Cádiz, con mis dos

hijos, mi mujer, buen hotel, buen buffet, muchas familias ... una auténtica burbuja

de felicidad comprada.

Los últimos veranos lo venía observando, me sentía enloquecer el calor, el mar y

ver a mi alrededor los cuerpos de muchas de la mujeres, algunas madres, otras hijas

acompañando a sus padres tostándose al sol. Las playas eran familiares pero siempre

he observado cierta calma tensa cuando todos esos cuerpos cubiertos por bikinis

minúsculos se mostraban de manera casi estática a mi alrededor. En la mente,

escrito, la ley: se mira pero no se toca.

Parte III: Algo pasó ...

El último verano fue más de lo mismo, pero algo ocurrió que cambiaría mi vida ya de

manera definitiva.Algo hizo tic y me cabeza.

El recuerdo es muy vivo, aquel día un matrimonio joven con un niño se pusieron muy

cerca de nosotros, apenas a tres o cuatro metros, ligeramente detrás de nosotros.

No les presté atención en ese primer instante, yo leía un libro sin mucho interés,

y en una pausa de mi lectura, tumbado, alcé un poco la vista de mi libro y vi justo

a unos metros de mi la mujer tendida, con un pequeño viquini, con las piernas

ligeramente separada y flexionadas con una maravillosa vulva vaginal apuntándome a

mi cerebro.Me quedé hipnotizado, por fortuna las gafas de sol que llevaba me

permitían disimular pero no podía dejar de mirar esa vulva abultada que apenas

mantenían tapados sus labios vaginales mayores, la adivinaba totalmente depilada.

Balanceaba sus piernas y cada vez más parte de su maravillosa vagina quedaba

expuesta a mi vista.Me estaba poniendo enfermo, así que me fui a darme un baño al

mar. A mi vuelta a la toalla vi que la parejita se había levantado para jugar un

poc con las palas, mientras peloteaban puede ver en pedazo pivón que tenía a mi

lado. Una chica no muy alta, pero espectacularmente proporcionada, con un culito

redondo y firme y unos pechos no muy grandes pero marcando unos buenos pezones.

Parte IV: Aparece el lobo

Yo creía enloquecer, veía a mi mujer, a los niños, y supe en ese momento que esa no

era la vida que quería llevar.Decididamente empecé a pensar como hacer esa mujer

mía aunque fuese mandando todo a la mierda, como así fue. Sólo habúa un pensamiento

en mi mente, esa mujer quería hacerla mía. En esas estaba,cuando dejaron de jugar y

vi como ella se iba al mar a quitarse el calor que el juego con su pareja le había

provocado, él se quedó cuidando al niño.

Vi enseguida que aquella sería una oportunidad de acercarme más, el mar estaba muy

agitado, soplaba levante y había mucho oleaje. Me metía al agua a los pocos minutos

yo también, ya en el mar, con las olas pasando por encima, y aprovechando que a

ella la tenía de espaldas, mirando hacia el mar, y me puse justo detrás de ella.

Buscaba una posición en la que solo se me viese a mí y no a ella desde la playa,

aunque veía muy distraido a su marido con el niño... me puese muy cerca de ella, me

día cuenta que yo hacía pie, soy bastante alto, pera ella no, me baje el bañador,

todavía no se había dado cuenta de mi presencia, y en un movimiento brusco

provocado por las olas la cogí de la cintura, de espalda, la pegue a mi y la deje

sentada sobre mi polla mientras con un brazo la sujetaba la cintura y con la otra

la tapaba la boca. Los que había más cerca de nosotros pensaron que eramos una

parejita jugando, desde la playa solo se me veía a mi. La mantuve firme, mientras

no paraba de patalear, cuanto más pataleaba mas se frotaba su coñito contra mi

polla, así que la dije al oido:

  • Si sigues pataleando me voy a correr, dejame follarte porque sino te voy a ahogar

aquí mismo.

Dejó de patalear de manera inmediata, y se quedo inmovil, mientras las olas nos

pasaban por encima, yo pegado a su espalda, y ellas sentada en mi polla.

La mano que tenía en su boca, vi que no hizo amago de gritar, la baje y muy

despacio le desaté el bikini, estiré un poco de él para sacarlo y pude sentir toda

su vulva sobre mi polla. No podía perder mucho tiempo, así que eché para atras un

poco mi cintura, y aprovechando una ola, la cogía con las dos manos de la cintura y

se la metía de un solo golpe. Cada ola era una embestida, ella todavía no sabía

como era mi cara, pero allí estaba yo, follándomela metido en el agua, clavándosela

hasta el fondo con cada va y ven las olas. No aguanté mucho, me corrí como un

animal dentro de ella, casi la ahogo del orgasmo que tuve, y ella, mientras,

dejándose hacer. Cuando terminé la solté y la di su bikini, se volvió para verme. Y

aquí vino lo que me haría cambiar para siempre, me miró con una media sonrisa y una

mirada de satisfacción, se anudó de nuevo el bikini debajo del agua y se fue

saliendo nadando como si tal cosa hacía la arena de la playa.

Yo volví a mi toalla, unos minutos después también, me tumbé boca abajo con mi

libro mirando en su dirección y ví como ella, otra vez tumbada, movía un poco, sólo

un poco su bikini, para dejarme a la vista todo su coño aún palpitante de la

follada que la había propinado. En seguida se fueron, el niño empezó a dar el

coñazo y empezaron a recoger, pero vi como al recoger sus toallas dejaba medio

enterrado un papelito. El papelito como podeis imaginar, tenía su direccion de

correo electrónico (pudo ser el número de teléfono, pero no, ella quiso dejarme una

dirección de email).

Todo esto me dejo muy trastornado, mi conciencia me decía que un acto así podría

haberme llevado a la carcel y sin embargo me hizo descubrir una cosa: el deseo

animal te hace buscar lo mismo en tus semejantes, aquella mujer era una loba

cautiva en su matrimonio y en su vida convencional, yo la descubrí, por eso

disfrutó con mi ataque, porque fue la única experiencia sexual gratificante que

había tenido en meses, quizás años.

Parte V: Resolución

A la vuelta de vacaciones le conté mi experiencia a mi mujer, quise ser honesto con

ella y aunque ella habría preferido que hubiesemos seguido con nuestro matrimonio

, yo decidí darlo por finalizado, vi que no encajaba en esa vida.

En ese momento comenzó una nueva etapa para mí.

Fdo.: Kapinski