Karola (4)

El ruido de la puerta abriéndose en el cuarto de nuestros padres, me hizo pegar un brinco y recoger mis piernas dentro de la franela y acurrucarme del lado contrario a donde estaba mi hermano en el mueble.

Karola 4

Continuación de:

Karola 1 : http://www.todorelatos.com/relato/44458/

Karola 2 : http://www.todorelatos.com/relato/44760/

Karola 3 : http://www.todorelatos.com/relato/45018/

En el capitulo anterior mi hermana logra meter sus dedos en mis agujeritos arrancándome el mejor orgasmo hasta entonces y mi hermano al fin se da cuenta de que yo existo, y empezamos a juguetear.

CAPITULO IV

Dedos y Penes

Llegué a la sala y mi hermano al verme sonrió sublimemente, le pregunté que veía y me dijo que la película se llamaba Trainspotting (ahora una de mis favoritas), un poco nerviosa pasé a la cocina y me tomé un vaso de jugo. Decidida regresé a la sala a ocupar mi lugar correspondiente. Como otras veces me acosté en el sofá con las piernas sobre las gorditas piernas de mi hermano, y esta vez me recibió con una sonrisa.

El colocó su mano sobre mi estomago de inmediato y empezó a hacerme cariñitos, me fascinaba cuando el me hacía cariñitos, como a los 15 minutos más nerviosa que emocionada, me empecé a hacer la dormida. Otros largos minutos pasaron antes de que mi hermano ampliara el radio de sus caricias en mi estomago.

Sus dedos llegaron rápidamente a mis apenas abultados senos, pasándolos suavemente, de uno a otro senito. Como otras veces con algunos movimientos supuestamente involuntarios, lentamente fui abriendo las piernas.

Por la posición pude abrir una rendija en mis ojos y veía a mi hermano viendo la película por momentos y por momentos mirando sus manos sobre mis senos, su otra mano la tenía puesta en una de mis delgadas piernas y me las acariciaba por todo lo largo, y todo lo veía, veía su mano en mi seno y la otra en la pierna, a diferencia con mi hermana un nuevo nivel de excitación se apoderó de mi.

Ahora podía disfrutar plenamente de lo que me estaban haciendo en ese momento, pude sentir a través de su short, como su pene se puso duro lentamente y él empezó a apretarlo con mi pierna haciendo presión hacía su sexo.

A veces su mano en mis piernas subía un poco más y metiéndose bajo la tela de la franela llegaba muy cerca de mi conchita caliente y que sentía humedecerse, sin tocarla y volvía de nuevo a recorrer el camino de vuelta hasta mi rodilla.

Su mano en mis senos, me apretaban sutilmente los pezones y con los dedos los presionaba contra mi pecho haciendo movimientos circulares, eso me estaba acelerando rápidamente, por un momento él despegó su mano y apenas lo hizo ya la extrañaba en mi pecho, pero fue mejor lo que hizo.

Con esa misma mano levantó la falda de la franela y me la subió hasta mi estomago, dejando mi sexo completo y semi abierto a la vista, una sorpresa se dibujó en su rostro, pero no fue tanta, quizás ya se lo esperaba con las demostraciones anteriores.

Procedió a meter la mano debajo de la tela para apoderarse de mis teticas nuevamente, apenas me rozó la retiró de inmediato nuevamente, pensé que algo malo pasaba, y vi que se metía los tres dedos medios en la boca y los sacaba brillantes de la ensalivada que les dio.

Creo que me pudo ver sonreír muy levemente de la alegría que sentí, acompañada de un vuelco en el corazón y algo más de humedad en mi sexito, la otra mano esta vez se acercó hasta rozarme los inexistentes pelitos de mi sexo, cuando sus dedos húmedos se apoderaron de mis pezoncitos.

Sentí en mi sexo cada milímetro que su dedo recorrió, por los suaves pelitos, por mis labios gorditos, y por el borde de mi rajita y estaba subiendo lentamente hacía mi pepita caliente.

A la par sus dedos húmedos recorrían libremente mis pezones intercambiándolos y apretándome levemente mis casi planos senos y dejando un rastro de saliva sobre ellos.

No sé si era peor que cuando estaba con mi hermana, el no saber de que estar pendiente, pero esta vez, el que su dedo grueso me tocara el clítoris fue explosivo, sentí recorrer un chorro de corriente que iba de mi sexo a mis senos y de estos a todo mi cuerpo, haciéndome estremecer levemente.

Nuevamente me estaba resistiendo a demostrar lo que estaba sintiendo, esta ves todo sucedió más rápido y ya estaba al borde de un orgasmo potente.

Su dedo se seguía moviendo en circulitos sobre mi clítoris, haciéndome estremecer más intensamente y llenarme de reprimidos espasmos.

Mi hermano se debió haber dado cuenta, no podía reprimir las expresiones corporales que denotan la llegada de un clímax y aceleró su dedo y apretó más fuerte mis pezones, manteniéndome vivo el orgasmo, yo me resistía más fuertemente y parecía que el orgasmo estaba aumentando su intensidad.

El dolor de mis pezones era más fuerte, pero me estaba gustando mucho esa nueva sensación, el dolor mezclado con el orgasmo fue mucho más fuerte que yo y un gemido se escapó de mi boca a las par de fuertes espasmos musculares, que no pude reprimir más. Pero eso no quedó allí.

El ruido de la puerta abriéndose en el cuarto de nuestros padres, me hizo pegar un brinco y recoger mis piernas dentro de la franela y acurrucarme del lado contrario a donde estaba mi hermano en el mueble.

Mi cuerpo siguió temblando preso de los estertores del orgasmo, y cualquiera que me hubiera visto en ese momento hubiera pensado que tenía frío, ya que era presa de temblores característicos, pude sentir como un flujo de humedad salía de mi cuquita caliente y sentí humedecerse mis pies que los tenía pegado a mi sexo.

Mi hermano se me quedó viendo, dándose cuenta de que había estado despierta, pero desvié la mirada hacía la película, ante la inminente llegada de alguien que había empezado a bajar las escaleras.

Mi hermano tomó uno de los cojines y se lo puso sobre su entrepierna para tapar la erección que claramente se veía en su short. Y dirigió su mirada al televisor donde en la película, una pelea se desarrollaba en un bar.

Mi padre, casi a los pocos segundos pasó por el frente de nosotros hacía la cocina sin decir nada, fue a tomar agua, de regreso con cara de estar más dormido que despierto, me dijo que no me quedara hasta tarde que tenía clases al día siguiente y siguió su camino.

Nosotros no quitamos la vista del televisor, ya todo estaba dicho, mi hermano sabía que estaba despierta y conciente de todo lo que me hizo, así que apenas escuchamos cerrar la puerta nos miramos fijamente por un momento, mi hermano no sabia que decir o hacer, hasta que yo sonreí inocentemente.

Entonces se quitó el cojín de donde lo tenía puesto, su erección había bajado un poco y aun se notaba, yo no sabía que hacer en ese momento, aun esperaba que mi hermano no sé hubiera dado cuenta, no sé una esperanza algo estúpida, pero aun así la albergaba, entonces el con sus manos me hizo señas para que me acostara en su pierna nuevamente.

Sin pensarlo mucho yo empecé a acostarme de la misma manera como estaba antes, pero el me tomó de la mano y me hizo colocar con la cabeza sobre sus piernas, me acosté boca arriba y moría de deseos por subir yo misma la franela.

Ahora ya no hacía falta que me durmiera, el de inmediato puso su mano derecha sobre mi sexo por encima de la franela y empezó a acariciarme la rajita nuevamente, pero luego de un momento el subió la franela dejándola a la altura de mi estomago y volvió a colocar su mano en mi inundado sexo.

Esta vez estaba más sensible y sentí algo de incomodidad al ser tocada, pero no dejaba de gustarme ser tocada, sus dedos de inmediato se posicionó en la entrada de mi rajita y empezó a hacer circulitos y un poco de presión.

Un dedo se fue colando lentamente, mi excitación se aceleró de nuevo de manera vertiginosa, yo lo miraba y el me miraba también.

-Te gusta? –me dijo en voz baja.

-Si. –le dije sonriendo y asintiendo también con mi cabeza en sus piernas.

-Vas a ver que rico es.

Volví a sonreír sabiendo que se siente bien, su dedo ahora estaba tocándome la ultima barrera y un ligero dolor agudo me hizo estremecer, tenía grueso su dedo y apenas podía pasarlo más allá de la frágil barrera. Poco a poco fue pasando lentamente, podía sentir el roce de su dedo por completo, nuevos espasmos me estaban asechando cuando su pulgar se posó sobre mi clítoris haciendo fuerte presión de forma circular.

En un dos por tres otro orgasmo me hizo estremecer, cerré fuertemente las piernas sobre su mano y el no dejaba de mover sus dedos, el que tenía adentro me estaba haciendo daño pero el orgasmo no me permitía quejarme del dolor.

Dios! Aquello era más fuerte, el no dejaba de mover sus dedos, el de adentro lo movía entrando y saliendo además de doblarlo dentro y el pulgar machacándome la pepita, empecé a gemir rítmicamente, con una de mis manos traté de que sacara la mano, pero el tenía más fuerza y la mantuvo aumentando la fuerza. Empecé a gemir más fuertemente.

El me tapó la boca con la otra mano y así pude gemir con fuerza y mi gemido se ahogaba en su mano, presa de convulsiones, ardores, dolores, pataleos y espasmos, creí que me iba a dar un calambre generalizado en todo el cuerpo.

Con las dos manos traté de sacar la suya y él aplicando más fuerza me metió todo el dedo, sentí desfallecer cuando sentí un dolor tan agudo como una fuerte punzada, y grité en la mano de mi hermano ya con lagrimas corriéndome hacía mis orejas.

Solo entonces el se quedó quieto, mientras yo era presa de convulsiones, mis ojos estuvieron perdidos en los suyos que durante ese momento "climáxtico" y sin embargo el me sonreía, y una sonrisa quedó descubierta en mi boca.

Estaba sudando, sentía el frío recorrer mi cuerpo, agitada y respirando rápidamente me fui calmando.

Fue algo increíble, todo parecía ser mejor a medida que sucedían las cosas, lo que acababa de vivir superaba lo que mi hermana me había hecho, ya estaba deseando que mi hermano me metiera sus dedos en mi culito.

Mi hermano sacó con cuidado su dedo dentro de mí y tenía un pequeño rastro de sangre, se lo limpió de la franela que yo tenía porque era negra con dibujos de dragones, y procedió a taparme, con la misma franela la metió entre mis piernas y me limpió mi sexo.

Acercó su boca a la mía y me dio un suave beso en los labios, quería besarlo largamente, tocar su lengua y que el me metiera la lengua en mi boca, pero solo fue un suave beso en los labios y se puso a ver la película, yo hice lo mismo y rápidamente me quedé dormida con la rica sensación de ser más amada por mi hermano.

Desperté muy contenta en mi cama, con la imagen viva del día anterior en mi mente, y pasé el resto del día en las nubes, me sentía enamorada de mi hermano, lo adoraba y no esperaba la hora de estar en casa y verlo.

Él llegó en la noche temprano y después de cenar me fui a su cuarto, el estaba un poco frío conmigo, pero pensé que era porque aun era temprano y todos estaban despiertos, así que vestida con otra de sus viejas franelas me acosté en la cama.

Mientras el trabajaba en su mesa de dibujo, sentado en su banquito, rememoré todo lo que había pasado la noche anterior, y luego con mi hermana, también a mi hermana Clau con su amiga Nailda y a mi hermano con su amiga, y también pensé en la película, y una de las escenas se dibujó muy clara en mi mente.

Recordé claramente que al doctor le chuparon su gran sexo y la chica recibía su leche en la cara y en la boca y recordé que a mi hermano no le había visto su sexo desde el día que estuvo con la chica, ni tocado, ni chupado. Las ganas de hacer eso me hicieron mojarme rápidamente, por que me imaginé de rodillas debajo de la mesa haciéndoselo a mi hermanito.

Al rato, un poco tarde ya, mamá pasó por el cuarto mandándome a dormir, le dije que en un ratico, entonces ella le dijo a mi hermano que no me dejara tan tarde en su cuarto, ella procedió a irse entre cerrando la puerta.

Cuando sentí que mama cerró la puerta de su cuarto, esperé un rato más y me dirigí a la mesa de dibujo, mi hermano estaba concentrado entre líneas y reglas y yo empecé a acariciarle la espalda, el me miró sonriente y me dijo:

-te gustó lo de anoche?

-si. –Le dije sonriendo.

-Quieres hacerlo otra vez?

-No. –Le dije sonriendo aun.

-Y por qué no?¡ no me dijiste que te había gustado. –Me dijo el un poco confundido.

-Si me gustó, pero quiero hacer otra cosa.

Mi hermano se quedó un poco sorprendido, seguro pasó por su mente estar teniendo sexo conmigo.

-Pero aun eres muy pequeña, te va a doler. –Me dijo algo preocupado.

En ese momento la sorprendida era yo, como me iba a doler lo que yo quería hacer en ese momento, será que también en la boca se rompe algo?, pensé algo confusa.

-Como me va a doler?

-bueno por que la primera vez que… en el momento que… –mi hermano no hallaba que decir- bueno cuando un pene entra en la vagina algo se rompe, eso que se rompe es una membranita como una telita llamada himen y causa mucho dolor, pero es solo la primera vez. –esto último lo dijo apurado.

Solo entonces comprendí lo que quería decir mi hermano con lo del dolor.

-No, eso no es lo que quiero, bueno si, pero ahorita no.

-ah no? –dijo un poco más sorprendido mi hermano.

-No.

Y procedí a agacharme y meterme bajo la mesa, mi hermano tenía un short corto de pierna ancha, y en el se notaba una pequeña carpa, el intuyó lo que iba a hacer y separó las piernas dejándome ver parte del interior entre las telas del short.

Él mismo metió su mano entre las piernas del short y con los dedos jaló le interior y el short hacia un lado dejando libre su pene, nada más verlo me excitó mucho, un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Tomé su pene que rápidamente seguía creciendo y poniéndose muy duro, lo empecé a pajear lentamente como había visto en la película.

-Sabes que es lo que vas a hacer?

-Si.

-Como lo sabes?

-Por que he visto una película.

-Que película, donde, cuando, con quien? –esto ultimo lo dijo con más énfasis.

-Es una película llamada Backdoor que mi hermana tiene escondida en su cuarto, no vayas a decir nada.

-No te preocupes.

El pene de mi hermano no era ni la mitad de grande al del actor Ron Jeremy, que tantas veces vi en la película, en mi mano a esa edad parecía un poco grande, le media alrededor de 12 cm, y era de un grueso normal, pero eso fue lo que supuse en ese entonces, ahora estoy conciente que es un poco pequeño, dentro de lo normal pero pequeño, aun así me gusta mucho.

En ese momento, mientras acariciaba el sexo de mi hermano, una gran gota cristalina se asomó en la mini boquita de su roja cabeza, la tomé con el dedo y la olí, no percibí ningún olor conocido, era suave y procedí a probarla, no me supo a nada, solo una muy ligera sensación salada, pero nada desagradable, y la manera como se disuelve en la boca me gustó mucho.

La cara de mi hermano era un poema, no me miraba sorprendido, ni excitado, a lo mejor ni fascinado, era como si estuviera una concentración budista no sé, pero recuerdo que solo me miraba a los ojos.

Decidida me acerqué y sin dejar de mirarlo procedí a pasarle la lengua alrededor de la cabeza, lamiendo si cristalino líquido, que parecía salir rápidamente, le empecé a dar besos a su cabecita, y antes de que reaccionara me la metí en la boca y procedí a chuparla como había visto tantas veces en la película.

No sé como lo hice, si bien o regular, pero se que mal no lo hice, chupaba suavemente, y subía y bajaba tanto como podía, casi me cabía toda en la boca a veces podía sentir sus pelitos en mi nariz y labios, hubo un momento en que parecí lastimarlo y su reacción me hizo entender que tenía que tener cuidado con los dientes.

Había dejado de pajearlo con las manos, entonces el tomó una de mis manos y me la llevó a su pene para que acompañarla el movimiento de mis labios por lo largo de su tronquito. Sentí que el me apretaba con fuerza su mano sobre la mía haciendo más presión, claramente comprendí que tenía que hacer presión sobre su tallo mientras lo pajeaba y chupaba.

A partir de allí nuestras miradas se fijaron, mientras lo chupaba el me acariciaba la cara con sus manos, yo sentía que necesitaba ser tocada en mi sexo y mi otra mano fue directo a mi sexo y empecé a acariciarlo lentamente, tenía un charco de flujos abajo.

Mi hermano se había agitado rápidamente y las expresiones de su cara me demostraron que estaba disfrutándolo, eso fue gratificante para mí, en algún momento después, empecé a ver la expresión en su rostro que parece dolor, pero que no lo es, y sabia bien que estaba a punto de acabar.

Estaba dispuesta a tragármelo, aunque también tenía miedo, no sabia a que iba a saber, lo de la película podía bien haber sido una actuación, pero estaba dispuesta a probarlo.

Justo cuando vi a mi hermano cerrar los ojos, pude sentir en la mano que apretaba su sexo como algo pasaba y de inmediato sentí llenarse mi boca de algo caliente, cerré los ojos como esperando algo desagradable, pero sentir ese liquido viscoso, caliente y abundante en mi boquita me sorprendió un poco, desee que no le saliera más por que se me iba a empezar a botar.

Luego separé mi boca de su sexo y pude sentir mejor todo lo que tenía en la boca, jugué un poco con el liquido espeso con la lengua y procedí a tragarlo, abrí un poco la boca y pude saborearlo mejor, tenía un sabor algo dulce y acidito, el sabor me pareció conocido, pero de momento no supe a que se parecía.

Me gustó, era algo extraño, pero me gustó mucho.

Mi hermano estaba en las nubes al verme tragarlo todo, me tomó por lo brazos y me trajo hacía él y me dio un beso, esta vez el beso era como lo quería, me besó suave en los labios y luego procedió a pasarme la lengua por los labios y entrar en mi boca, donde se encontró con la mía.

Me abrazó con sus gruesos brazos, y me apretó con fuerza, y me empezó a acariciar mis nalgas redondas metiendo sus manos debajo de la franela.

Empezó a meter sus manos entre mis nalgas, cuando escuchamos la puerta del cuarto de nuestros padres, de inmediato nos separamos y me paré a su lado viendo lo que hacía en la mesa de dibujo y él se puso a trazar líneas en una hoja tan grande como la mesa.

De inmediato entró mi madre a decirme que me fuera a dormir de forma autoritaria, me despedí de mi hermanito con un besito en el cachete y de mi mami de la misma manera, luego pensé que pudo haber olido el aliento de semen que yo aun yo sentía presente, pero no sé dio cuenta, me dije a mis adentros, que era una loca.

Loca de felicidad entré a mi cuarto y debajo de las sabanas procedí a darme un buen dedo.

Pasé una semana de completa felicidad, tenía muy buen humor, andaba sonriente por todo. Ya no tenía necesidad de andar desnuda por la casa, ya mi hermano me deseaba.

A mi hermana no le paraba bolas, ella era indiferente conmigo y eso realmente no me importó, además ya tenía quien me quisiera y me sentía enamorada de mi hermano.

Pasaron los días y al final de esa semana una compañera de clases que vivía a unas cuadras, estaba de cumpleaños e invitó a casi todo el salón de clases, la fiesta era tempranera, empezaba a las 5 y tenía estimado terminar a las 9, éramos unos niños aun de 11, 12 y 13 años.

Mis padres fueron conmigo y luego de un rato de socializar con otros padres se fueron, para venirme luego a buscar.

En la fiesta habían muchos chicos, pero habían también familiares de la cumpleañera, entre ellos estaba un primo de la agasajada de 16 años, era un mulato muy lindo, tenía facciones finas y era alto y los ojos marrones claros que resaltaban mucho, el estaba con otros primos y primas hablando con cara de fastidio, ya que la mayoría eran niños.

Yo la verdad no me sentía como una niña, yo me sentía toda una mujercita, por haber experimentado el sexo o parte de él, con mis hermanos, además que el haber visto la película me hacía instruida de cosas de adultos.

Y no estaba participando con los demás niños de la fiesta, estaba pendiente de este chico, llamado José Luis, empecé entonces a estar más cerca de él y sus primos, para ver si me tomaba en cuenta, pero no.

Me sentía agitada, deseosa de probar más, pensaba solo en llegar a casa y ver a mi hermano, pero el resto de la fiesta fue igual, apenas disfruté de unos juegos y refresco en cantidades.

El patio de la casa de la cumpleañera era grande, y habían varios árboles grandes, como a las 8 y algo de la noche, vi a los grandes ir para allá, tenían rato haciendo algo, a veces algún adulto iba para allá y regresaba de inmediato, entonces presa de curiosidad me dirigí hacía allá, pero no por donde iban los adultos así que rodee el patio y me acerqué a donde estaban ellos.

Estaban sentados en círculo en la grama detrás de un árbol y había una botella en el medio, y varias cartas regadas en el medio.

Eran 6, tres chicos entre ellos José Luis, dos chicos más y tres chicas, ellos no sé dieron cuenta de mi llegada hasta que estuve casi detrás de uno de ellos, se asustaron al verme pero de inmediato se tranquilizaron.

-Que juegan?

-La botellita. –Dijo José Luis, como la voz cantante del grupo.

-Y como se juega?

-Colocamos la botella en centro y la hacemos girar, y a quien le toque el culo de la botella le manda una penitencia a quien le toca el pico.

-Y cuales son las penitencias?

-Unas que escojamos. –Recalcó José Luis.

-Y si no la cumples?

-Tienes que cumplirla si no, no juegas más. –remató José Luis.

-Puedo jugar?

-Estas dispuesta a cumplir las penitencias sea cuales fueran?

-Si.

-Ok, siéntate en ese lugar.

Al primer giro le tocó a uno de los chicos mandar a una de las chicas, le dijo que tenía que besar a otro de los chicos, este tipo de penitencia me pareció fantástica, no me lo esperaba, pero estaba dispuesta.

Giran otra vez la botella y le toca a una chica mandar a uno de los chicos, lo mandan a que se baje el pantalón y se masturbe por un minuto, se me iba a caer la quijada con semejante penitencia, el chico con mucha confianza se lo baja y empieza a masturbarse su insipiente penecito, que rápidamente se pone duro y grande, tenía muchos pelitos y bueno, el chico prometía.

Giran de nuevo, y me toca a mi mandar a una chica, no sabia que mandar a hacer, así que la mando a que haga lo mismo que el chico anterior, ella protestó un poco pero dos de chicos protestaron y la hicieron cumplir la penitencia.

La chica se desnudó rápidamente, apenas se dejó ver su cuquita con bastantes pelitos claros por que se tapó con la mano y procedió a moverla como si se estuviera masturbando, no salía de mi asombro, me estaba excitando.

Luego de que la chica terminó, giraron de nuevo la botella y le tocó a José Luis mandar a una chica, y le dijo que tenía que besarle el pene al chico que se había masturbado dos turnos antes, la chica protestó enérgicamente y no quería hacerlo, la convencieron de que lo hiciera detrás de unos arbustos cercanos.

Solo se veía al chico de pie, con una gran sonrisa y miraba hacía el grupo, yo estaba emocionada, no veía la hora que me tocara a mi hacer algo, lo que fuera.

Giraron la botella de nuevo, y le tocó a la chica que recién había cumplido la penitencia anterior mandarme a mi, y me mando a hacer lo mismo con José Luis. No protesté, si no que me paré y fui al sitio donde había estado ella y el otro chico, sin que nadie me mandara.

José Luis vino tras de mí y el se colocó en posición frente a mi y procedió a desabotonar el pantalón y bajar el cierre, yo estaba emocionada nada más verlo, apenas bajó el cierre una pequeña carpa hizo su aparición en su ropa interior, deseaba verlo y ver cuan diferente era, ya tenía dos ejemplos uno era inmenso, comparado con el otro, y este otro era simplemente divino.

José Luis metió su mano dentro del interior y sacó un pene más o menos del tamaño de mi hermano un poco más alargado, delgado y algo cabezón.

Me arrodillé frente a el y sin pensarlo me lo metí a la boca, de inmediato me invadió un olor característico y de sabor algo salado, aun así estaba extasiada y procedí a mamarlo, rápidamente se puso duro y creció un poco más.

Tendría como tres minutos en plena acción, José Luis esperaba a que yo dejara de chuparme su pene, pero nadie dio tiempo límite, así que yo estaba inspirada, cuando los chicos gritaron que alguien se acercaba.

José Luis me haló, me puso de pies y me empujó hacía donde estaban los demás chicos, y el se tiró en el suelo a acomodarse la ropa.

Me senté corriendo con los demás chicos y estos habían escondido la botella y todos tenían cartas en las manos, me pusieron unas en las manos y todos simularon jugar cartas y yo también seguí la corriente.

Era la mama de la cumpleañera que llamaba para cantar cumpleaños y picar la torta. Todos nos fuimos hacía el resto del grupo, molesta no me quedó más remedio que seguir al resto mirando hacía atrás tratando de ver a José Luis.

Estábamos todos alrededor de la mesa donde estaba la torta y empezando a cantar cumpleaños cuando sentí una mano posarse sobre mis nalgas y apretarlas suavemente, del susto voltee y era José Luis que me sonrió pícaramente muy pegado a mí

To Be Continue

El próximo capitulo relataré lo que me hicieron una noche mis hermanos que llegaron algo tomados de tragos.

Gracias a todos por sus comentarios y por sus votos, son un gran impulso a seguir escribiendo, no dejen de hacerlo, aunque sea para decir dos palabras.

Había tardado en escribir por que estoy en exámenes, espero poder seguir sacando algo de tiempo para poder complacerlos como merecen.

Karola.