Karola (3)

Pude sentir en una de mis piernas como en su short, algo se ponía duro, el subió un poco la bata-franela y la dejó caer casi sobre mi estomago, tenía mi sexo completo a su vista, entonces colocó su mano muy suavemente sobre mi área púbica y sus dedos empezaron a rozar mis escasos suaves y finos pelitos claros.

Karola 3

Continuación de:

Karola 1: http://www.todorelatos.com/relato/44458/

Karola 2: http://www.todorelatos.com/relato/44760/

En el capitulo anterior vi a mis hermanos teniendo sexo con chicas y eso aumento mas mi deseo de sentir e incluso los desee a los dos, y una noche viendo una película de terror me dio una oportunidad con mi hermana.

CAPITULO III

Dedos Traviesos

Ella se metió lentamente bajo la sabana y se acomodó como estaba antes. Mi corazón iba a mil, estaba asustada, emocionada, ansiosa. Ella pasó su brazo con mucho cuidado por debajo de mi cuello nuevamente y lo colocó muy cerca de una de mis teticas. El calor que sentía bajo la sabana era sofocante. Ella se quedó quieta y yo parecía desesperar por su actitud.

Los minutos fueron eternos, cuantos pasarían? 10 o 15 no lo sé, pero me parecieron demasiados.

Había empezando a tranquilizarme y resignarme, cuando su mano se acercó a mi seno lentamente y comenzó a acariciar el botoncito, eso me hizo estremecer como nunca antes y di un pequeño sobresalto, ya que no la sentí moverse, si no hasta que tocó mi pezoncito, ella de inmediato retiró su mano.

Estaba tan ansiosa, que me tomó por sorpresa sentirla rozarme el pezón, me maldije por haberme asustado, ahora seguro se había arruinado todo, o tenía que esperar unos eternos minutos más. Rogué por que fuera lo último.

Después del sobresalto no me moví para nada. Esta vez mi hermana tardó menos, volvió a acercar su mano, tocó mi pezoncito que ahora estaba más que duro, ella lo acarició suavemente por encima de la tela de seda de mi pijama, con la punta de los dedos, haciendo circulitos y dándole suaves golpecitos.

Mi humedad iba en aumento, al igual que el calor, sus dedos me estaban matando, quería meterme mano y acariciar mi sexo que lo pedía urgente. Ella siguió haciendo lo mismo por largo rato y no veía la hora en que hiciera algo distinto.

Estaba de buenas, mis ruegos fueron escuchados. Pude sentir como su otra mano se posaba en mis caderas, y empezaba a acariciar una de mis abombadas nalgas, recorriéndola muy suavemente, como si apenas la tocara, era una caricia muy suave.

Su mano recorría el canal por completo hasta donde mis piernas se lo permitían. Yo quería moverme, pero no sabía como lo tomaría mi hermana, además de excitada estaba también asustada, mi corazón parecía saltar de mi pecho.

Ella no tardó en intentar ir más lejos, su mano empezó a desabotonarme la camisa del pijama, el roce directo de sus dedos sobres mis pezones subían en unos grados más mi penuria.

Ella empezó a meter la mano por el borde del pantalón a la altura de la cintura, pero tenía el cordón enlazado y solo podía meter los dedos, ella llevó su mano hacía la parte delantera y muy lentamente jaló uno de los cordones, el lazo se deshizo fácilmente, como estaba en posición semi-fetal no hizo nada por delante era difícil, luego ella metió un dedo por el frente y haló un poco el pantalón dejándolo más holgado.

Lentamente su mano fue de nuevo a mis nalgas y sutilmente metió la mano entera, de inmediato la metió debajo de mi pantys rosado y me acarició nuevamente, con más suavidad mi nalga.

No sabía de qué estar pendiente, si de sus dedos en mi pezón o su mano en mi nalga, solo sé que un solo sitio parecía explotar y era mi sexo. Tenía una gran necesidad de tocarme o ser tocada allí. Me provocaba mover las caderas, quería apretarme las piernas o meterme mano yo misma, pero el miedo a que se asustara y dejara de acariciarme no me dejaba hacer nada.

Sí, ya sé ustedes dirán, pero por que no me voltee y le dije que me gustaba lo que hacía que yo también quería sentirla y hasta tocarla, pues a esa edad el miedo era mayor, ahorita si una chica me hace eso, mucho antes me volteo y le zampo un beso con todas las de la ley, pero en ese entonces no pensaba de esa manera, además esa era mi primera vez con alguien, a pesar de haberla visto a ella con la amiga, yo realmente no sabía que hacer.

Volviendo a ese momento, ella pasaba sus dedos por el canal de mis nalgas, y lo recorría por todo lo largo, intentaba meterlo pero estaba seco y era difícil, yo quería abrir mis nalgas, pero no atrevía, entonces sacó su mano, y traté de adivinar que estaba haciendo, o por qué la había sacado.

Metió su mano nuevamente, se colocó entre mis dos nalgas y metió un dedo, el dedo pasó como cuchillo en mantequilla y llegó directo a mi huequito apretadito, por un momento sentí un escalofríos impresionante, haciéndome erizar por completo cuando ese dedo me tocó allí.

Se había humedecido el dedo con saliva, y ahora lo movía en circulitos pequeños y leves movimientos de presión para entrar, por el karate no le permitían tener las uñas largas, así que sentí como la punta del dedo ganaba terreno muy lentamente.

Como tampoco me esperaba eso apreté el esfínter como acto reflejo, ella se detuvo nuevamente y nuevamente me maldije. Lo mejor fue que ella no sacó la mano si no que se quedó quieta esta vez, al igual que los dedos que tocaban mi pezón. Un gran alivio sentí cuando ella de nuevo empezó a mover los dedos de ambas manos.

Una serie de sensaciones recorría mi cuerpo y se concentraba en mi culito, era algo nuevo, lo había visto en la película de Ron Jeremy, y estaba clara que algún día alguien entraría por allí, es más era algo que me excitaba, pero que mi hermana fuera la primera persona que invadía mi culito con sus dedos, no me lo esperaba para nada y me tenía al borde de un reprimido cataclismo espasmódico.

En mi pechito sus dedos pellizcaban ahora muy suavemente los pezones, había intercambiado de pezón y no me había dado cuenta, estaba muy pendiente de su dedito en mi culito, pero me dio un pellizco que me hizo caer en cuenta que estaba en mi otro pezón.

Aquello era la locura, estar pendiente de cada movimiento en mis senos y mi culito me traía loca, trataba de respirar profundo y lento, contrarrestando la agitación del momento, a veces me temblaba la boca al respirar y mi cuerpo se moría de ganar por menearse al compás del dedo en mi culito, que cada vez lo sentía más adentro.

Una serie de sensaciones recorrían mi espalda por todo lo largo, y sentía como si se me erizaban los vellitos de la espalda, como si fuera una gata y sentía la humedad salir de mis labios apretaditos, y allí se concentraba todo lo que sentía, parecía desesperar por no poder tocarme allí.

Ella sacó la mano nuevamente, obviamente la saliva se seca, y nuevamente entró renovando sus intensiones, pero esta ves con más firmeza, metió un nudillo, lo sentí milímetro a milímetro, segundo a segundo, ahora entraba y salía lentamente con la dificultad típica, ella además de entrar y salir, flexionaba si dedo rápidamente en mi culito.

Tenía tenso los músculos para evitar que los reflejos delataran lo que estaba sintiendo y espantar a mi hermana. El dedito en mi culito ganaba más terreno, sentía que estaba a punto de desfallecer, había abierto los ojos no quería tenerlos cerrado.

La oscuridad del cuarto era casi absoluta, solo la hora parpadeante en el radio de mi hermana y muy poca luz de reflejo en la ventana, hacía que algunas sobras tomaran forma en el cuarto, eran las 11:47 en ese momento, nunca he podido olvidar esa hora.

El dedo en mi culito entró un poco más, fue entonces que empecé a sentir como ganas de ir al baño, me estaba ya tocando las entrañas vivas y lo que sentí lo había sentido antes cuando iba al baño a hacer mis necesidades por esa salida, fue indescriptiblemente muy extraño y demasiado placentero.

Un reflejo me hizo apretar el esfínter nuevamente y eso me causó algo de dolor en mi culito, entonces solté nuevamente los músculos, mi hermana se quedó quieta, pero casi de inmediato continuó, por un momento pensé que se iba a salir y dejarme al borde, al borde de un orgasmo.

Ese borde parecía que se alargaba, a veces parecía aumentar las sensaciones, pero luego bajaba un poco la intensidad, algo faltaba y era tocarme si lo hubiera hecho al menos por 5 segundos mi clítoris seguro hubiera explotado violentamente, pero no me quería mover y arruinar ese momento.

Mis pezones estaban extremadamente sensibles y también parecían llevarme al orgasmo.

Entonces ella sacó el dedito y luego la mano, supuse que esta vez entraría más profundo, y así lo deseaba, lo quería más adentro. Aproveché para apretar y soltar mi culito varias veces, fue algo que se sintió muy bien.

Nuevamente ella metió la mano, pero no sé dirigió a mi culito pasó de largo, su dedo acarició mi sexo muy húmedo y pude sentir como un dedo entró fácilmente en mi cuquita, nuevamente me sentí llegar rápidamente al borde del orgasmo.

Sudaba como nunca, a pesar del aire acondicionado, bajo la sabana el calor era impresionante, mi respiración era inevitablemente más acelerada y más de una vez me contuve de gemir, mordiéndome los labios, y tenía la boca sumamente seca, deseaba besar a mi hermana y conseguir humedecer mi boca con su boca, pero estaba más pendiente de lo que estaba sintiendo.

Ella sacó el dedo y lo arrastró hacía el culito nuevamente impregnándolo con mis flujos, lo hizo tres veces más, luego metió mucho más fácilmente el dedo en mi culito y lo sacó rápidamente, metió el que pensé era el dedo medio en mi cuquita, otro dedo se dirigió a mi culito pero lo sentí algo más grande esta vez. Era su pulgar, estaba húmedo, con sutileza y algo de fuerza lo fue metiendo, sentí esta vez que me traspasaba y no había casi dolor, pero era igual de placentero y gracias al otro dedo que ahora nadaba en mi cuquita muy húmeda y caliente.

Metió casi todo el pulgar, por que sentí su mano muy pegada entre mis nalgas y el otro dedo adelante entraba y salía rápidamente, rozándome el himen y causándome un ligero ardor.

Mi respiración se hizo entrecortada y una ola de espasmos invadió mi cuerpo, un inevitable gemido se oyó en mi boca cerrada, no pude evitar apretar los esfínteres, temblar, arquear mi cuerpo y estremecerme toda, fue el orgasmo más intenso que hasta ese momento había sentido.

Mi hermana sacó los dedos casi de inmediato y pude escuchar claramente como se chupaba los dedos, su otra mano descansaba plenamente sobre uno de mis casi inexistentes senos, como si le perteneciera por completo.

Mi respiración se fue calmando hasta entrar en una etapa de serenidad, mi hermana sacó la mano de mi pecho y la sacó por completo debajo de mi cuello, y se movió un poco en la cama, pendiente de sus movimientos me di cuenta de que se estaba masturbando, porque uno de sus codos me rozaba con un movimiento rítmico, entonces me armé de valor y me moví un poco buscando girar hacía ella y participar.

Pero ella al sentirme moverme, giró rápidamente dándome la espalda y quedándose muy quieta. No supe que hacer, más que levantar un poco la sabana y dejar entrar aire frió, el olor de mi sexo invadió mi nariz, me acomodé nuevamente, pero esta vez boca abajo, tenía mucho sueño y así es como generalmente duermo.

Me fui quedando dormida con la sensación aun palpitante del dedo de mi hermana en mi culito y dibujada en mi mente me dormí profundamente.

Al otro día me levanté muy tarde, eran las 11 de la mañana, muerta de hambre y unas ganas enormes de orinar. Fui al baño oriné y me lavé la boca, luego me dirigí a la cocina muerta de hambre. Allí había un plato en la mesa tapado con otro, era mi desayuno me senté y me lo comí, luego me dispuse a buscar a todos.

No había nadie en casa, me asomé al patio y estaba mi papá acostado en una hamaca bajo de los árboles de mango, estaba roncando, regresé y fui a mi cuarto y me acosté en la cama otra vez y allí repasé en mi mente lo que había pasado la noche anterior.

Me desperté nuevamente en la tarde por que mi madre nos estaba llamando para comer, por lo general los fines de semana hacemos solo dos comidas al día, en el comedor busqué la mirada de mi hermana, pero ella estaba como si nada, más de una vez la sorprendí mirándome, pero rápidamente desviaba su mirada.

Casi era de noche cuando ella salió con las amigas, le pedí que me llevara y me dijo que no, eso me molestó mucho, pero luego se me pasaría.

Esa noche estaba, estaba inquieta y deseosa de placer, quería estar acostada con mi hermana nuevamente, pero ella no estaba obviamente, así que pensé en mi hermano, estaba en su cuarto haciendo planos, me acosté en su cama y me estaba quedando dormida cuando siento que se levanta de su mesa de trabajo, va a su closet, y mirándome a ver si estaba dormida, procede a cambiarse de ropa, se pone un short y una franela, y sale del cuarto.

Me quedé dormida esperándolo y desperté el domingo en la mañana acostada en mi cuarto, me desperté de mal humor, un sábado perdido sin nada de nada después de lo ocurrido el viernes anterior.

Los días pasaron más lentos que nunca, mi hermana como si nada y yo también como si nada, pero por dentro ardía, me moría de ganas de nuevamente estar con ella, mis sesiones masturbatorias en esos días fueron muchas, nada más recordar sentir sus dedos jugando en mis huequitos acababa rápidamente, eran orgasmos fugaces y muchos.

Un nuevo jueves llegó y vi la película nuevamente, ver esa película me encendió de nuevo, sobretodo ver las penetraciones anales que allí había y recordar claramente los dedos de mi hermana en mi culito hizo que me hiciera varios dedos.

Tenía las ganas a mil, pero pasó una semana nuevamente donde casi no me toqué, y donde no había actuado para nada con ninguno de mis hermanos, estaba en una etapa de calma, además era la época de exámenes y tenía que estudiar.

Un miércoles mi hermano entra a mi cuarto y me pregunta que iba a estar ocupada mucho tiempo, le dije que terminaba en un rato y por qué preguntaba, el me dijo para que lo ayudara a hacer unas piezas de una maqueta en madera balsa, ya que el sabía que me gustaba trabajar con la madera balsa y le gustaba como lo hacía cuando las piezas con las que tenía que trabajar eran muy pequeñas.

Cuando terminé de estudiar, me puse una faldita y sin nada debajo, era de noche ya, así que no había razón para ponérmela, puesto que ya tenía un short, pero quería seguir intentando, estaba lejos pensar en darme por vencida, y me dirigí al cuarto de mi hermano.

Allí me senté como siempre en la alfombra del piso frente a él y el de lado, a hacer mi trabajo con las piernas cruzadas y dejando al descubierto mi sexo, al principio todo normal como siempre, pero en un momento que le dije que me alumbrara con la lamparita, una que él tiene sobre la mesa, cambiaría todo.

Al momento de él tomar la lámpara y bajarla al piso y colocarla frente a mí alumbrando la pieza con la que estaba trabajando, la lámpara se le cayó y la recogió algo nervioso. Él dejó la lámpara frente a mí y se puso a seguir en lo que el estaba haciendo, yo noté que desde ese momento él me miraba de reojo y miraba hacía donde estaba mi cuquita.

Mi alegría fue inmediata, al fin se dio cuenta, al fin!!! Eso fue un éxito para mí.

De inmediato me sentí ansiosa, por que hiciera algo, pero por pensar mucho decidí esperar a que el solo intentara, y fue mejor así.

Al rato él colocó la maqueta en la que estaba trabajado frente a mí, con la excusa de que también necesitaba la luz, ahora trabajábamos de frente, con decir que él no estaba haciendo bien los detalles en los que trabajaba, es suficiente para que comprendan al igual que yo lo hice entonces, que ahora si estaba pendiente de mi entrepierna.

Había caído en cuenta que lo que hacía falta era la luz, entonces empecé a trabajar, esmerada y más inspirada, total que rápidamente terminé lo que me había tocado hacer, el pensó que me iba a ir, pero me quedé a esperar que el terminara, pero entonces el cayó en cuenta que yo sin hacer nada iba a estar más pendiente de él, así que él entonces evitó mirarme allí, siempre me miraba a ver que estaba mirando yo y nuestras miradas se encontraron casi siempre.

Él no me estaba mirando donde yo quería, -¿por qué? me preguntaba, pero comprendí rápidamente que era por que yo lo estaba mirando entonces decidí dejarme caer hacía atrás y acostarme en la alfombra del cuarto dejando mis piernas abiertas de la misma manera, de reojo miré el único espejo que tiene en una de las puertas del closet y donde podía vernos a los dos, allí vi que él me miraba fijamente hacía donde yo quería.

Estaba un poco excitada por a situación, entonces a veces movía las piernas luego procedí a flexionar una rodilla, luego de un momento, pude ver que llevó su mano hacía su entrepierna para acomodarse algo, la erección debió haberle dolido un poco, ya que estaba en jeans aun.

Entonces me hice la dormida, y al largo rato, sentí que se movió de su puesto y se cambio de puesto, se puso casi a mi lado, miré disimuladamente al espejo y estaba un poco inclinado mirando más de cerca, entonces me tocó un poco y dijo mi nombre, como verificando si estaba dormida.

Al no obtener respuesta de mi, el pareció llevar su mano hacía mi entre pierna, pero algo lo detuvo, aprecia no atreverse, tenía miedo, solo esto me faltaba me dije.

Entonces procedió a cargarme para llevarme a mi cuarto, allí me colocó en mi cama y quedé boca abajo, entonces allí si se atrevió a acariciarme las nalgas, pero solo un poco y al rato se fue. Dejándome allí como novia de pueblo, vestida y alborotada.

Nuevamente mi hice el dedito correspondiente esa noche.

De nuevo el jueves el día que más me gustaba, pero no pude ver la película ese día ya que mi madre no salió, nunca me había molestado con ella tanto como ese día, ese día ya era para mi sagrado, claro ella nunca se enteró, no me quedó más remedio que ponerme a estudiar en la sala, eran ya como las 7 cuando llegó mi hermano, me saludó muy cariñosamente como siempre y yo deseosa de que tuviera trabajo que hacer con la maqueta, pero la había entregado ese día.

Que carajo, ahora ver cuando podré nuevamente mostrarle mis atributos a mi hermano, y ya que mi hermana ni pelotas me paraba iba y venía y yo como si nada, lo mismo de siempre.

Al rato de haber cenado, procedí a darme un baño y acostarme, me puse una pantys viejitas y una franela larga viejita que a veces mi hermano me regalaba, eran ya como las 10 y estaba apunto de quedarme dormida cuando me paré y fui a la cocina a tomar agua y cual es mi sorpresa que veo a mi hermano viendo una película en la sala, pasé frente a él y seguí a la cocina, allí tomé agua y antes de salir sin pensarlo mucho me quité el pantys y lo dejé en el cesto de la ropa sucia en el lavadero.

Me senté a su lado y me acomodé como siempre con mis piernas sobres las suyas y la cabeza en un cojín, esperé un rato y me fui haciendo la dormida, y poco a poco iba dejando caer una de las piernas hacía un lado formando el rombo respectivo, de reojo pude ver a mi hermano que ahora trataba de mirar, pero se me había olvidado que la camisa es bastante grande y casi me llega a las rodillas, pero entonces al rato sentí como el lentamente movía la bata-franela.

Pude sentir en una de mis piernas como en su short, algo se ponía duro, el subió un poco la bata-franela y la dejó caer casi sobre mi estomago, tenía mi sexo completo a su vista, entonces colocó su mano muy suavemente sobre mi área púbica y sus dedos empezaron a rozar mis escasos suaves y finos pelitos claros.

Hacía suaves movimientos circulares y cada vez bajaba más hacía mi rajita cerradita, ya que no tenía las piernas completamente abiertas, poco a poco el dedo fue ganando terreno y casi ya me tocaba mi pequeño, duro y rebelde botoncito.

Nuevamente me sentí en la gloria, y empecé a disfrutar del placer que me estaba proporcionando mi hermano, su dedo fue bajando y empezó a acariciar la entrada húmeda y cuando me había metido apenas unos milímetros escuchamos pasos de alguien que se acercaba por el pasillo de las escaleras, él sacó su mano y estiró la franela sobre mis piernas tapándome, era nuestro papá que iba a la cocina, al pasar le dijo a mi hermano que no me dejara tan tarde allí, este le respondió que ahorita me despertaba.

Al pasar de nuevo mi papá hacía los cuartos, se acercó a nosotros y me despertó, no me quedó más remedio que irme a dormir.

Que arrechera tenía, primero mi madre no sale y no pude ver mi película y ahora mi papá me manda a dormir cuando sentía que iba camino a la gloria, lo bueno es que sentía que todo iba por muy buen camino.

Los siguientes días fueron de pura provocación, empecé nuevamente a pasearme semi desnuda por la sala, frente a mi hermano, ahora el me seguía con la mirada, por primera vez creí sentir lo que era ser deseada con la mirada, y más de una vez mis padres me dieron nuevas nalgadas por andar de nudista por la casa y me propinaban fuertes regaños, yo igual continuaba haciéndolo.

A veces me paraba detrás de la puerta de mi cuarto a esperar a que pasara mi hermano y cruzar para el baño completamente desnuda, los mismos resultados, a veces me encontraba con mis padres, pero otras veces me encontraba a mi hermana o a mi hermano, mi hermana se sorprendía, pero mi hermano empezó a darme suaves nalgadas, a veces apenas lo veía me volteaba y paraba un poco más mi colita para que me diera mi respectiva nalgada.

Empezó a haber entre nosotros un dejo de complicidad, una complicidad que iba en aumento, los roces eran más evidentes, más por mi parte que por mi hermano, me gustaba tocarle las nalgas, se las agarraba con las dos manos, y el solo me acariciaba con una ternura que me derretía.

Mi hermano a pesar de ser gordito tenía su atractivo, muy lindo de cara incluso su descuidada barba de varios días me mataba y cuando sonreía era como ver un rayo de sol.

A pesar de esas complicidades, el juego no iba más allá, hacía falta una nueva oportunidad, pero era difícil ya que mi madre no trabajaba entonces y estaba todo el día en la casa, el día jueves que era cuando ella salía mi hermano por lo general tenía clases o mi hermana llegaba temprano a veces.

Con mi hermana pasó entonces un momento de bajo interés, aun la recordaba claramente, pero ella parecía no tomarme en cuenta, así que yo tampoco lo hacía.

Llegó un domingo y sabía bien que ese día por lo general todos veíamos alguna película, pero ese domingo todos estaban cansados por que habíamos ido a la playa, así que era poco probable que todos viéramos una película esa noche.

Yo por mi parte no perdí las esperanzas de que mi hermano si vería una, y salía cada 15 minutos de mi cuarto a la cocina a tomar agua a ver si estaba viendo películas, no fue si no como a las 9 y media que lo vi viendo una película, acababa de ponerla en el VHS.

Nuevamente la suerte estaba de mi lado, me puse nuevamente una bata que en algún momento fue una franela de mi hermano, pero más pequeña que la anterior y sin nada debajo y bajé a ver la película con mi manito

To be Continued.

El próximo capitulo relataré el encuentro de mi hermano en el sofá mientras veíamos la película y algo que me pasó en una fiesta de una compañera de clases.

Chic@s no sean pichirres con los comentarios.

Karola.