Karla, mi ama trans me usa como juguete sexual
Después de varios encuentros con Karla, le pedí que me convirtiera en su puta, en su golfa, en su esclava sexual, quería que me tratara como la zorrita ninfómana que soy.
Antes que nada, quiero contarles que actualmente vivo como una putita permanente y mientras escribo este relato, llevo unas leggings rosas bien apretatidas, un top chiquitito que marca mis tetitas y un plug anal bastante grueso pues me encanta sentir mi culito siempre lleno.
Después de mi primer encuentro con Karla (relato anterior), seguimos teniendo encuentros deliciosos en los que ella me follaba como una mujercita y además me daba consejos para ser más femenina y putita. Ella siempre me cogía apasionada y amorosamente por mi culito inexperto, pero con cada encuentro mi lujuria crecía más y más hasta que le dije que quería que ella me sometiera y me follara como una vil puta, como su perra, como su esclava sexual.
Ella aceptó y quedamos en vernos en un motel. Me prepare con lencería de encaje rojo, una minifalda de colegiala, una blusa blanca apretadita de las que se amarran en la cintura y por su puesto unos tacones altos negros. Para ese entonces ya no me daba miedo salir a la calle vestido como mujercita, al contrario, me excitaba mucho atraer las miradas de lujuria de cuanto hombre me cruzaba en el camino.
Al llegar a la habitación, Karla ya me esperaba preparada con un atuendo de latex negro que paraba sus tetas, su culo y dejaba ver su enorme vergota por un agujero. Inmediatamente me ordeno ponerme de rodillas a lo cual accedí y bruscamente metió todo su pene en mi garganta, yo sentía que me ahogaba pero ella no paraba de penetrar violentamente mi boquita de zorra, unos minutos después saco su verga toda babosa de mi boca y se vino en mi cara. Cuando termino su abundante semen de salir Karla dijo “Esto es solo el comienzo, hoy te voy a tratar como la puta que eres, eres mi esclava y yo tu ama y voy a dejarte tu colita adolorida de tanta verga”.
Sin dejarme limpiar su semen de mi cara, me tomo fuertemente del cabello y apretó mi cabeza contra el piso dejando mis nalguitas abiertas y al aire, lubrico mi hoyito escupiéndome y empezó a follarme con el tacón de su zapato lo que me puso loca de lujuria, me hizo sentirme degradada y humillada tal como había soñado. Después de varios minutos me ordeno subirme a la cama a lo que obedecí rápidamente, me coloco una “cock cage” en mi penecito y con un poco de trabajo, un plug anal bastante grueso, aunque su zapato ya me había dilatado bastante. Me ato de manos y pies a la cama y así comenzó nuevamente a follar mi boca con su deliciosa verga. Mi penesito estaba muy apretado y comenzó a soltar líquido, cuando Karla lo notó me abofeteo y dijo “¿Con que te gusta esto zorrita? pero esto no es para tu placer, la única que recibe placer hoy soy yo” comenzó a follar aún más fuerte mi boca hasta que se vino y yo me trague toda su lechita caliente pero era tanta que comenzó a escurrir por lo que Karla saco su verga de mi boca y me ordeno “Límpiame la verga y mi culo con tu lengua zorra, quiero quedar bien limpia” yo no cabía de placer y lamí con gusto todos esos 25 cm de verga y su ano lo recorrí ampliamente con mi lengua.
Al terminar de limpiar a Karla, se levanto y tomo una caja que había traído ella, contenía 5 dildos de diferentes tamaños, el más grueso debía tener unos 10 cm de diámetro. Se puso detrás mío y comenzó a follarme con cada uno de los dildos, escupiendo en mi hoyito siempre para lubricar. Yo gemía de placer, pero cada vez que lo hacía, Karla me nalgueaba muy fuerte y me hacia gritar por lo que intentaba contenerme, pero cuando llegamos al ultimo dildo mi culito no podía mas y sentía que me partía en dos, eso no detuvo a Karla y después de varios minutos logro meterlo completo hasta el fondo. Mis piernas temblaban de cansancio y placer, por poco termino viniéndome pero Karla saco el dildo y me dijo “Ahora sí, viene el evento principal”, comenzó a penetrarme con sus dedos que entraban fácilmente pues mi colita estaba muy dilatada pero de pronto comenzó a empujar su puño por lo que sentí un dolor en mi anito que jamás había sentido, incluso corrieron lagrimas por mis ojos y yo gritaba y suplicaba a Karla que se detuviera pero ella seguía empujando sin misericordia hasta que su puño completo entro en mi cola. Mis piernas no pudieron más y me desplome, Karla saco su puño y dijo “Ahora eres toda una puta con tu colita rota”, alcance a ver que Karla se levantó, tomo su celular y tomo una foto de mi colita dilatada.
Unos segundo después comencé a sentir golpes en mi culito adolorido, era Karla golpeando mi colita rota con su enorme verga se río y dijo “Mira golosa, tu culito esta tan abierto que mi verga queda chica”, siguió golpeando mis nalgas y colita con su verga hasta que se corrió dentro de mí, sentí todo su semen caliente adentrarse fácilmente en mi hoyito, aunque yo para ese entonces estaba más desmayada que despierta pues Karla solo me usaba como su juguete sexual. Termine desmayándome y cuando desperté aun me dolía mi colita, aun la tenia entumecida, me toque con cuidado con mis dedos y sentí un plug anal. Karla ya no estaba, pero dejo una nota que decía, “Deje mi leche caliente dentro de tu colita y la tape para que no se salga ni una gota, vete así a tu casa, llena de mi semen como mi puta que eres”, eso me prendió muchísimo e hizo que mi penecito se pusiera duro. Sintiéndome toda una puta golfa con mi culo lleno de semen y mi penecito duro, me puse mis braguitas y así salí a la calle, mientras caminaba recibí un mensaje de Karla con la foto de mi colita super dilatada y mis nalguitas moradas por las nalgadas que me había dado. Eso me puso muy caliente y prácticamente corrí a mi casa para masturbarme pues ya no aguantaba más. Cuando llegue me metí a mi cuarto, me saque el plug y un gran chorro de semen se rego por el piso, al parecer Karla se había venido muchas mas veces dentro de mi mientras estaba desmayada, no pude mas y mientras penetraba con mis dedos mí ya lubricado ano con la leche de Karla, frotaba mi pene hasta que me vine super rico y volví a desmayarme entre espasmos de placer.
Mi siguiente encuentro con Karla fue el último, pero el mejor, fue una experiencia inolvidable que incluye una orgía de chicas trans que llevaron mi lujuria y mi colita al límite.