Karl
Carlos es un adolescente que por accidente,por no entrar a la escuela una mañana, descubre que afuera hay gente que se interesa en los jovencitos y que hacen lo posible por obtener favores sexuales de ellos, y eso a el le ha gustado, es bello,y tambien es calculador, veremos como termina,
Mi nombre es Carlos, pero para efectos de trabajo me puedes llamar “Karl”, desde antes que me salieran espinillas o la barba me empezará a crecer yo ya sabía que me gustaban los hombres, no todos, algunos, en la secundaria donde estudiaba los últimos meses del curso, me sentaba al fondo y empezaba a fantasear, a veces dejaba que me vieran el bulto, en alguna ocasión la maestra me
pasó
al pizarrón y oh ¡vaya problema! El pantalón dibujaba mi bulto totalmente, en ese tiempo de unos 16 centímetros, claro, ya lo había medido, el grosor igual ya prometía mucho, cabezón y circuncidado, el problema fue, que aparte de eso, tenía una mancha enorme del líquido que ya me escurría cuando me tocaba y fantaseaba, se armó una serie de comentarios y burlas, pero lo más, eran comentarios algunos morbosos pero la mayoría fueron de
admiración
, total por estar de caliente, me pasaban esas cosas.
Cuando entre a estudiar la preparatoria, a veces me daba flojera ir, en alguna ocasión pasaba por la alameda central, a eso de las ocho de la mañana, me compré un café y galletas, estaba feliz desayunando , justo a un lado de mi se sentó un hombre, llevaba un portafolios, lentes de lectura, leía un periódico de deportes, pero si había más bancas, ¿porque se sentó justo en la mía?, me decía
yo, total
, que estaba enfadado con ese cuarentón ahí a un lado mío.
Me estaba terminando mi café, y el hombre comenzó’ a mirarme y a hacerme preguntas; que si no fui a la escuela, que si ya iba para mi casa, que si me gustaba el futbol, que si llevaba yo dinero, que si me gustaría ganarme mucho dinero, sin hacer nada, eso me intereso, había visto en una tienda cerca de ahí, unos tenis para el futbol y mi playera favorita de mi equipo ya había salido y aun no la compraba, Y ¿Cómo me ganaría ese dinero que usted dice?, pregunté, Pues bien, fácil, solo acompáñame a mi casa y ahí te explico a detalle, me dijo.
Pero cuando me dijo eso, mi mente
comenzó
a trabajar y claro que
entendí
lo que me estaba proponiendo, pero me daba miedo, el hombre tendría unos cuarenta años, feo no era, guapo tampoco, y había un problema, yo no había tenido sexo con nadie aun, mi verga era nueva, solo me la jalaba a cada rato y pues en eso estaba pensando cuando él dijo, Entonces ¿te animas a ir a mi casa?, Bueno, vamos, pero solo voy para saber, nada más, el hombre sonrió y me dijo, Está bien vamos, con esa condición.
Esa mañana yo llevaba un pantalón de algodón, mis 1.68 de estatura estaban bien repartidos ya, mi bulto se marcaba siempre, porque mi verga dormida mide nueve centímetros casi y es bastante gorda, entonces al caminar se me marca siempre el bulto, me di cuenta porque en la escuela mis amigos me hacían burla de eso y algunas chicas se sonrojaban o se comentaban entre ellas y volteaban a verme cuando yo me distraía, mis brazos no son flacos, tengo algo de musculo, ya que he trabajado a veces en un taller mecánico, por si creyeron que les iba a decir que son de
gym
, no pero, no se me ven nada mal, mis nalgas son redondas y mis piernas se marcan, ya que juego futbol y juego muy bien, cuando juego futbol y meto goles, mis amigos me gritan,”
Ey
wero
” eres la verga, eso quiere decir que soy bueno jugando, mis cabellos chinos y castaños me estorban a veces al jugar, ya que sudo y no me dejan ver, por eso me gusta andar casi rapado siempre,
Bueno el hombre iba a un lado mío, e iba contemplando mi cuerpo y sonreía, llegamos a su casa, Pasa, me dijo, Aquí en la entrada explíqueme lo del negocio , ya que me da miedo meterme, que no, que entre me dijo, que no que yo le dije que me da miedo, que no te hare nada me dice, que aquí está bien, total me tomo de un brazo y sin hacer mucha fuerza me metió a su casa, es grande, una sala espaciosa, bonita, hasta podría jugar futbol aquí con mis amigos, pero yo estaba nervioso aun, Siéntate te serviré un refresco , Gracias, no se moleste, me trajo una bebida, sabor naranja con hielo, me pidió me la tomara, por no ser grosero la tomé.
Él sonreía mientras yo tomaba refresco, él también tomaba una bebida, me dijo que estaba contento porque confíe en él, Antes que nada, déjame decirte que me gustan los chicos como tú, así delgaditos, marcaditos, y con cara de niño, y la verdad observe que se te marca un buen paquete entre las piernas, me puse algo colorado con lo que dijo, La verdad tengo ganas de observarte desnudo, y si me dejas, agarrarte la verga y las piernas, y pues si te apetece, me gustaría chupártela hasta que te vengas, ¿ya te la han mamado? Preguntó, entonces ya habían pasado algunos minutos, y ya sea por la sensación de sobresalto, de nunca haber escuchado esas palabras, esa proposición, me di cuenta que la verga la tenía dura, y que, en el pantalón de algodón, se marcaba el bulto, parecía que se saldría, para eso el no quitaba la mirada de mi entrepierna y de mi cara, ¿Así que ese es el negocio que me quería proponer?, pregunté, el asintió con la cabeza, y sin dejarme dar respuesta, puso una mano en mi pierna, al ponerla sentí una corriente eléctrica y mi verga dio otro respingo y el líquido de la cabeza de mi
verga se
salió y manchó el pantalón, ante la complacencia del hombre,
No me dejo darle respuesta, su boca se posó en mi cuello, y mordió levemente, subió a mi oreja, mientras su mano apretaba mi muslo, y subía, y de pronto atrapo mi verga atreves del pantalón, la apretó fuerte, tan fuerte que sentí dolor y placer, enseguida me puso de pie y me quito la camisa del uniforme, los zapatos, y sin darme tiempo de nada, me bajo el pantalón, dejándome en
boxer
y los pantalones bajados, ambas manos me aprisionaron las nalgas y las apretaba, jamás había sentido ese calor, esa vergüenza, ese placer de sentirme deseado y sentir que era importante, puso su boca en mi abdomen ,bajo y bajo hasta mi verga, se la metió a la boca, sentía algo húmedo, algo caliente, sentía cosquillas, mientras sus manos hurgaban en mis nalgas, yo no sabía, pero se había ensalivado un dedo y sentí de golpe, que ese dedo estaba entrando en mi ano, lo aprete, pero el me mordió el glande, al morderlo, solté un grito de dolor y placer, entonces el aprovecho y metió ese dedo meñique en mi culo, me retorcía, de dolor, de placer, no sé, que era, pero me retorcía, siguió mamándola, casi
eyaculaba, mi
verga estaba que explotaba,
Cuando más placer estaba experimentando, entonces él se detuvo, me quito por completo el pantalón, me acariciaba las nalgas y me acostó en el sillón boca arriba, se puso sobre mí y me empezó a besar el cuello, la boca no, no sé porque, yo esperaba lo hiciera, pero se pasó al cuello, bajo a mis pectorales, los mordía con saña, me dolía pero se sentía bonito, bajo a mi abdomen, de ahí me empezó a mamar la verga de nuevo, bajo a mis huevos, bajo más, yo sentía su lengua en mis testículos, era una sensación riquísima, luego sentí la lengua en mi oyó, jamás creí se sintiera tanto placer ahí, yo estaba entretenido en ese placer, en mi mente estaba la idea que yo sabría lo que es penetrar un culo por primera vez, pero en los planes del hombre, no estaba hoy eso, de pronto, me tomo de las piernas y las puso en sus hombros, fue entonces que entendí que se proponía, para eso ya se había desabrochado sus pantalones y se estaba sacando una verga gorda y venuda, si yo tenía 16 centímetros, esa cosa fácil media unos 20 centímetros y muy gorda, trate de zafarme y le dije, Oye suéltame en eso no quedamos, suéltame, pero para entonces el ya no escuchaba nada, ya no entendía, su verga estaba en la entrada de mi ano, y yo trataba de quitarme, apretaba con fuerzas, pero una segunda mordida, ahora en mi pezón, me hizo dar un alarido de dolor, mismo que fue reemplazado por un dolor quemante en mi ano, así sin más, me había penetrado de golpe, y la sensación era de miedo, dolor, ardor, enojo, sorpresa y vergüenza, todo junto, me tapo la boca, y comenzó a entrar y salir violentamente, mi ano se resistía, pero entre tanto vaivén, tanta entrada y salida, al cabo de unos tres minutos, el dolor disminuía y empezaba a sentir ganas de ir al baño, tan fuertes que creí me haría ahí mismo, después pasó esa sensación y comencé a sentir placer, él se movía, rápido, me mordía despacito los pectorales, el cuello, me apretaba las piernas, me acariciaba el cabello, los labios, después aumento la velocidad de las embestidas, creí ya había terminado, pero no, se sentó en el sillón y conmigo encima viendo había el, y me tomó de la cintura, y me subía y bajaba, a cada sentón, sentía que su verga me desgarraba y que intentaba entrar más, era solo la sensación, porque pase una mano rápidamente en mi ano, y los huevos pegaban a mil nalgas, toda esa cosa gorda estaba adentro, mientras el me penetraba así, me mordía, besaba mi cuello, mis orejas, me agarraba el cabello sudado, yo observaba frente a mí, los diplomas, las fotos, los adornos, era ingeniero, estaba casado, en la foto había un chico parecía de mi edad, su hijo, guapo, al igual que yo, delgadito y fibroso, pareciera que desde la foto, junto a su madre y hermanita, nos observaba, furioso o extrañado, me dio vergüenza sentirme observado por esos del retrato, el hijo, me
gusto
, se veía lindo, en eso el aumento los jadeos, aumento las embestidas , sentí algo tibio dentro y me apretaba contra él, me estrujaba, jadeante, comprendí que había terminado,
Yo ya no sentía dolor, ahora era placer y
el
estaba masajeando mi verga, la masturbaba más fuerte y un chorro de líquido salió disparado, le lleno el pecho a él y me salpico la barbilla a
mí
, Me gusta que terminen también, soltó el, y en eso, me atrapo la boca, me dio un beso largo, al cual correspondí, nunca había besado a nadie, hasta ese
día
, era mi primer beso, mi primera cogida, mi primer hombre,
Me temblaban las piernas, me dolían las mordidas, de mi culo escurría semen, me limpie con papel higiénico, aun temblaba, Estas riquísimo, no creí que estuvieras tan apretadito, dijo el sonriendo, yo solo lo miraba, pero no conteste nada, me vestí , me puse mi camisa, estaba mi pecho rojo y mordido, me dolía todo, me dio lo prometido, anoto su número de teléfono y me lo puso en mi bolsa del pantalón, al salir, sentía que aun llevaba en el culo esa verga metida, esa sensación me duro toda esa mañana, no
podía
apartar de mi cabeza lo que
había
pasado,
Con mi mochila al hombro, me fui a casa, mis planes era decir que venía de la escuela, después comer, cambiarme e ir a jugar futbol con mis amigos, ah y darle de comer a “
Gonzalez
”, mi perro, y no contarle a nadie lo que me hicieron, pero de ahora en adelante iría más seguido a ese parque, a la alameda, el culo me
dolia
,