Karina, tres gringos y un mexicano II

Roberto levantó mi blusa y comenzó a devorar mis pezones, haciéndome gemir, mi ropa salió de mi cuerpo sumamente rápido, al igual que la de él, me dio un delicioso sexo oral en mi culito que me hacía perder el control, y sus manos jugaban con mis pezones

(Este relato es una secuela de la saga de Las aventuras de Daniela y Karina, si quieren que continúe esa saga déjenlo en los comentarios)

El teléfono de Roberto sonó y eso nos despertó, le di un beso a Roberto y me metí a bañar, (por curioso que parezca esa mañana no me mire al espejo, y es una de las primeras cosas que hago pues soy muy vanidosa) el baño me refrescó y Roberto estaba sentado en la cama cuando salí del baño, le di un beso y tenté mi ropa interior para ver si aún estaba mojada, pero afortunadamente lo estaba, entonces Roberto llamó mi atención y me dijo…

-Putita hermosa, ¿Ya te viste las nalgas?

-No, porque de… -entonces las vi y corrí al espejo del baño.

Mis nalgas estaban moradas, con la marca de las manos de Roberto, y no hablo de pequeños moretones, literalmente mis nalgas eran moradas…

-Creo que se me paso la mano un poco.

-No, a mí me gusta, hace ver que soy tuya.

-¿Estas segura?

-Tan segura que quiero que me sigas nalgueando.

.Como tú digas putita. –dijo dándome una fuerte y sonora nalgada.

-Huy papi, encendiste el boiler, ahora lo tienes que apagar.

-Pues si quieres dolor, dolor te voy a dar.

Roberto me arrojó a la cama boca abajo y me dio un rico sexo oral en mi culito por unos dos minutos, apunto su verga a mi culo, metió la punta, tomo mis muñecas y…

-Espera Roberto ¡no harás lo que creo que vas… ¡AHHHHHHH!

Me la había clavado de golpe, y no contento con eso comenzó a cogerme con fuerza, mis gemidos tenían una mezcla de dolor y placer, eso me encantaba, y mis gemidos lo excitaban para seguir, pero quería verme así que me puso de frente al espejo del tocador, para seguir cogiéndome con fuerza al mismo tiempo que me daba más nalgadas, las cuales ardían de una manera deliciosa, sus manos también aprovechaban para pellizcar mis pezones y su boca atrapaba la mía para meter su lengua, sus embestidas me dejaban ir su verga hasta el fondo, dejándome mucho placer pero su fuerza era tal que sentía que me iba a dar contra el espejo, era sumamente fuerte, levantó mi diminuto cuerpo y me llevo a la cama para ponerme de piernas al hombro y disfrutar de mi cuerpo a placer, era un manjar de sensaciones, y el dolor había desaparecido, sus manos habrían mis piernas casi en un Split completo, y empujaba su verga hasta el fondo, sacándome gemidos fuertes y una maravillosa sensación dentro de mi cuerpo, mis gemidos ya eran gritos, y él estaba eufórico gimiendo y bufando como todo en brama…

-¿Te gusta putita?

-Si papi me gusta mucho.

-¿Quieres leche putita?

-Si papi, lléname de leche, préñame.

Roberto me tomó por la cintura, y aceleró sus movimientos, yo sentí que me iba a venir, y entonces ambos comenzamos a explotar Roberto dentro de mí, y yo sobre mi vientre, pecho y rostro.

Luego de besarnos, Roberto y yo nos bañamos, y nos pusimos de acuerdo para el viaje que habríamos de hacer al día siguiente, partiríamos de noche en autobús, y llegaríamos por la mañana al puerto de Veracruz, pero antes debía atender asuntos con mi estética, y además de hacer mi maleta, nos vestimos y Roberto me llevo a mi edificio, donde por fortuna el elevador estaba solo, mi culito se sentía aun abierto, me desnudé, (excepto por los tacones claro) y con música hice mi maleta, pura ropa provocativa como Roberto había pedido, varias minifaldas, mis bikinis, varias sandalias de tacón alto, y un par de sandalias de piso, mi maquillaje y utensilios personales, así como varios conjuntos de lencería para excitar a Roberto.

Luego de eso me puse una tanga negra, una minifalda, mi blusa ombliguera y salí rumbo al trabajo, Carolina ya me esperaba, pues abríamos a las 10 y ya eran las 12…

-Y ¿Cómo estuvo?

-¿Cómo estuvo qué?

-Hay cariño como si no lo hubiera notado ya, solo te pones minifalda los días que fuiste acoger la noche anterior, además… ¡no te pases! Mira tus nalgas.

-Hay que fijada.

-Ya dime como estuvo.

-Pues estuvo fenomenal, pero quiero preguntarte, ¿Quieres ganarte sueldo extra?

Le platique a Carolina lo que haría con Roberto, así que ella aceptó pero diciendo que tenía mucha envidia, luego de lo cual comenzamos el ajetreo, hicimos dos bases y varios cortes y siendo lunes a las cuatro de la tarde venía un cliente especial…

-Buenas tardes jovencitas.

-Buenas tardes don Javier. –saludó Carolina.

-Buenas Tardes papi, hoy será lo de siempre ¿Verdad?

-¿Qué comes que adivinas mi hermosa Karina?

-Caro, hazte cargo voy a darle su corte especial a Don Javier.

-Claro amiga.

Pasamos al cuarto de atrás, y subimos una escalera que daba a una habitación, donde Javier comenzó a desnudarse, yo solamente me quedé en tanga, como a él le gustaba, luego de lo cual me puse de rodillas y comencé a mamar su verga, que me di cuenta que tenía el grosor de la de Roberto pero no su largo…

-Cuando me harás el favor de vestirte de colegiala y salir conmigo a pasear preciosa.

-Cuando compres la ropa papi.

Seguí en mi felatio, y la verga de Javier estaba lista, me puse boca arriba en la cama, y el haciendo a un lado la tanga me la metió rápidamente, (aún estaba algo dilatada) pero note que no tocaba ese punto que me hacía explotar de placer con Roberto, Javier se movía torpemente, causándome placer sí, pero no de la misma manera que Roberto lo hacía, ¿Me estaría volviendo adicta a su verga? Los empujones de Javier me hacían vibrar y gemir, pero aun así sentía que faltaba algo, eso sí Javier sabia como estimular mis pezones, los acariciaba, los pellizcaba, los chupada de una manera deliciosa, me cambio de posición en cuatro y se dio cuenta de mis nalgas moradas…

-Pero Karina ¿Qué te paso?

-Nada papi estoy bien tu sigue, no pares.

Siendo una amante de las nalgadas me decepciono un poco que Javier no quisiera propinarme algunas, pero lo deje pasar, siguió cogiéndome por espacio de una hora, hasta que finalmente se vino dentro quedando exhausto, le di un beso, y nos vestimos, para luego bajar la escalera, y regresar a la estética, luego de lo cual me agarro una nalga y se fue.

Ya por la tarde llego el “Cliente especial” de Carolina y luego de atenderlo le encomendé a Carolina cerrar, pues yo debía prepararme para el viaje; por petición de Roberto, me puse muy sexi, minifalda, y blusa entallada sin brasier, sandalias de tacón alto y bien maquillada, Roberto toco la puerta de mi departamento a las 6:30 de la tarde, tomo mi maleta y la suya, abordamos un taxi a la central de autobuses, abordamos un autobús de dos pisos y nos sentamos en la parte frontal superior y para sorpresa nuestra (o mía más bien) la hora de salida del autobús se acercaba y éramos los únicos dentro, varios días después me enteraría que Roberto lo había arreglado para quedarnos solos, y como el autobús tenía la cabina del conductor aislada, pues no nos quedó más que disfrutar del viaje, salimos ya con algo de oscuridad, y comenzamos el viaje de seis horas hacia el puerto de Veracruz, Roberto y yo platicamos un rato y cuando entramos a carretera Roberto bajó un momento y regresó directo a besarme…

-Roberto, aquí no.

-¿Por qué no?

-Qué tal si sube el conductor.

-¿Mientras conduce?

-Ah… buen punto.

Roberto levantó mi blusa y comenzó a devorar mis pezones, haciéndome gemir, mi ropa salió de mi cuerpo sumamente rápido, al igual que la de él, me dio un delicioso sexo oral en mi culito que me hacía perder el control, y sus manos jugaban con mis pezones…

-No aguanto más Roberto métemela ya como en la mañana de golpe.

Roberto me puso en posición apuntó su verga, sostuvo mis muñecas y le metió hasta el fondo, yo ahogue un grito, y me dediqué a gozar de la verga de Roberto, una vez acoplada, Roberto se sentó en el asiento, y yo cabalgué de espaldas a él, disfrutando como su verga entraba hasta el fondo, y sus manos jugando con mis pezones, luego nos pusimos en el pasillo, Roberto empujaba su verga con mucha fuerza, y sus manos caían como palos en mis nalgas, generándome muchísimo placer, y le suplicaba que no dejara de nalguearme y eso me hacía sentir más placer, luego nos pusimos en el área frente a los asientos, me puso de piernas al hombro y siguió cogiéndome delicioso, yo no podía más mi éxtasis era demasiado, hasta que comencé a explotar sobre mi cuerpo, Roberto esparció la leche como crema, y luego empujó con fuerza hasta el fondo y comenzó a preñarme de manera deliciosa, nos besamos me sacó la verga y me dio una fuerte nalgada. Luego de lo cual con unas toallas húmedas limpio mi cuerpo, para después pedirme tomarme unas fotos lindas.

Luego de eso nos sentamos desnudos a platicar por espacio de una hora, y entonces decidí recompensar a mi hermoso hombre, poniéndome de rodillas frente a él y comenzando a mamar su verga, mi macho me tocaba la cabeza y gemía suavemente disfrutando mi boca, era difícil meterla a mi garganta, pero sabía que si lo hacia disfrutar lo suficiente, me cogería por la boca cuando estuviésemos cómodos en el hotel, lo deseaba mucho, mi boca no lograba comerse toda esa verga, y alargue el placer casi cuarenta minutos hasta que me aviso que se vendría, yo no saque su verga de mi boca, y él exploto en mi boca y yo hice todo lo posible por tragar toda la leche, luego de lo cual me besó y me pidió que nos vistiéramos, así lo hicimos, dormimos un poco y cerca de las seis de la mañana estábamos arribando a Veracruz, entonces me arreglé y para sorprender a mi Roberto fui al baño y me puse un bikini de hilo dental, y me quite la blusa, solo quedándome con mi minifalda y el bikini, así como mis sandalias de tacón, al verme Roberto me beso y me dijo que quería ver esa actitud todo el tiempo, bajamos del autobús y abordamos un taxi que nos llevó al hotel emporio de Veracruz, Roberto y sus clientes habían contratado la suite presidencial, por lo cual teníamos mucho espacio, apenas entramos a la habitación me quité la minifalda y anduve por la habitación en bikini, (para deleite del botones que no paraba de verme las nalgas, una vez que el botones se fue dejándonos los tragos de cortesía, Roberto me hablo…

-Ok hermosa putita, te traje no solo para gozar contigo, como ya te conté trabajo para una empresa de cosméticos, nuestros amigos llegan hoy por la noche, y quiero que los atiendas, sedúcelos, coge con ellos, y créeme tendrás una maravillosa recompensa, pide todo lo que quieras, dentro y fuera del hotel, no importa el costo, quiero consentirte, pero al mismo tiempo, quiero que no les niegues nada a mis clientes.

-Lo hare si me sigues haciendo feliz en la cama.

-Lo hare putita, ¿Sabes hablar inglés?

-I can speak English perfectly fluently, and with a British accent. (Sé hablar inglés perfectamente fluido, y con acento británico.)

-Perfecto, ellos no hablan español así que mientras ellos estén presentes habla siempre en inglés.

-Como tú digas mi amor.

Luego de instalarnos, Roberto y yo estrenamos la cama (si ustedes entienden) y fuimos a desayunar, luego de lo cual regresamos a la habitación a relajarnos en la tina de hidromasaje, después a comer y ya cerca de las 6 de la tarde, mi macho me pidió ponerme sexi, así que me maquille me puse un par de coletas como una colegiala, y un baby doll rojo transparente, así como una cinta blanca como las que usan las modelos de certámenes de belleza, pero con el nombre de la empresa de Roberto.

Esperamos un rato, hasta que el teléfono sonó avisando a Roberto que sus clientes habían llegado, así que diez minutos después, la puerta era abierta por Roberto, yo esperaba en la habitación en espera de la señal de Roberto para salir, pasaron otros diez minutos y entonces escuche…

-Now you can go out baby. (Ahora puedes salir cariño)

Sali contoneándome sensualmente y los tres gringos me vieron extasiados, exclamaron y aplaudieron, me acerque a ellos y les di un beso en la mejilla, para luego decirles…

-Welcome, feel comfortable and free to ask me anything you want, my body is totally at your disposal to fulfill all your most ardent desires. (Sean bienvenidos, siéntanse cómodos y en libertad de pedirme cualquier cosa que deseen, mi cuerpo está totalmente a su disposición para cumplir todos sus más ardientes deseos.)

A nuestros amigos de inmediato se les marcaron los paquetes, seguramente sería una noche muy movida, pero eso lo sabrán en el siguiente relato.

Si les gustaría que continúe alguna otra de mis sagas o solo decirme algo lindo déjenmelo saber en los comentarios, besos a todos.