Kara

En esta historia cuento de como me henamore de mi propia hermana, de los buenos y malos momentos que tuvimos que vivir hasta consolidarnos como pareja.

Esta historia me fue contada por un amigo en confidencia, yo le comente que conocía una página en la Web donde mucha gente contaba historias de su vida y si querría hacerlo. El después de charlarlo durante bastante tiempo accedió. También le comente que seria para mi la primera vez que escribiría un relato de este tipo, debo destacar que me entere de este sitio por mi hermano, cuando un día sin querer entre a su habitación sin llamar buscando un libro que necesitaba para mis tareas, el estaba leyendo uno de los tantos relatos. Si tengo que ser sincera debo decir que mi curiosidad fue más grande que mi vergüenza ya que leer el relato que estaba viendo mi hermano era realmente erótico, quiero dejar en claro que las distintas preferencias sexuales o de vivir la vida de la gente no me molestan, pero la verdad nunca me imagine que existieran tantas diversidad de gustos en la vida real por llamarlo de alguna forma. Ahora no solo se que algunas son creaciones de la imaginación de las personas, también se que son verdaderas historias de vida

A continuación les contare esta historia como si la contase mi amigo para poder expresar mejor cada sentimiento, detalle o hecho.

Espero les guste. Esta historia tiene varios capítulos. Pueden mandarme algún comentario al respecto, serán bien recibidos aun aquellos que sean críticos

Aclaro que hoy los protagonistas de esta historia actualmente tienen 31 años el y ella 22 y son hermanos.

Vivíamos en una casona cerca del pueblo, mis padres, mi hermana menor y yo. Los nombres por cuestiones de privacidad los cambiare por otros, Darien será el mío y el de mi hermana kara. En ese entonces yo tendría 25 años recién recibido de medico, era un joven de 1,78 de estatura, mis ojos eran de un turquesa oscuro, cabello castaño claro y de piel bronceada ya que me gusta mucho la playa y cuando salgo de vacaciones me gusta ir a surfear. De cuerpo creo que soy del tipo atractivo ya que tengo mis músculos bien marcados, así y todo soy más bien delgado.

Mi hermana kara en aquel entonces tendría casi 16 años, ¡no era hermosa sino bellísima! y hoy a pesar de los años no a cambiado casi nada. De 1,70, cintura estrecha y largas y bien torneadas piernas, a pesar de tener cara de niña su cuerpo estaba muy desarrollado para su edad y me refiero a todo aquello que a los hombres los vuelve locos... Sus ojos eran del color del cielo que cuando te miraban reflejaba la más profunda ternura que te puedes imaginar. Su cabello de un color oro con rulos en las puntas lo tenía hasta la cintura pero casi siempre lo tenía recogido. Tenia unos labios carnosos de un color rosado que cuando los miras sientes el deseo intenso de besarlos. Por supuesto que en ese entonces yo nunca había pensado o sentido nada en ese sentido por ella. Era muy inocente, pero el no entender o saber a ella eso no le molestaba, vivía con su inocencia como si fuese una de sus mas preciadas virtudes, poseía una personalidad extremadamente misteriosa, era de una naturaleza desconcertante ya que nunca dejaba entrever sus sentimientos o pensamientos cuando estos estuviesen comprometidos, en esos casos es extremadamente introvertida, con el correr de la historia sabrán como y porque me enamore perdidamente de ella.

En esa semana que yo regrese a casa después de cinco años de universidad en EE.UU., encontré al pueblo igual que cuando me fui, era eterno sin cambios, hasta causaba fastidio. Estando acostumbrado a las grandes ciudades y a las salidas nocturnas eso para mí fue un bajón. Mientras caminaba por el camino que me llevaba a la casona de mis padres, pensaba que hacías mas de tres años que no veía a mi hermanita kara, a mis padres hacia poco que los había visto ya que ellos fueron de visista cuando fueron a Canadá al casamiento de una pariente lejana.

Al doblar la cuerva pude ver la entrada de la casona, en ella se encontraba una joven arrodillada que por la distancia no podía discernir que estaba haciendo. En uno de esos segundos levanto la cabeza y me vio, su rostro denotaba extrañeza y sorpresa al principio pero luego una inmensa sonrisa se dibujo en sus labios. Salio corriendo a mi encuentro y de un impulso salto sobre mí rodeándome con piernas y brazos como siempre lo había hecho de niña.

_ ¡Darien!_ grito abrazándome.

Yo algo confundido tarde en darme cuenta que era kara. Como había crecido y la verdad me descoloco su belleza.

_ ¿kara?… pero pequeñas como has crecido_ dije yo aturdido

Ella se me quedo mirando con una sonrisa un tanto picara como juguetona, al entrar yo a casa aun la llevaba a ella en alzas

Después de saludar a mis padres y charlar un rato me di un buen baño y me dispuse a descansar, cuando tuviste un viaje de más de catorce horas, es lo único en que piensas, me quede inmediatamente dormido.

Me despertó unos leves golpecitos en la puerta, ya había oscurecido. En eso entra kara a mi habitación sin hacer el más leve ruido, camino directamente hacia mi cama y como si no me pudiese distinguir en la penumbra dijo:

_Darien… despierta dormilón, llevas seis horas durmiendo y ya esta lista la cena_ poso su mano en mi cabello con tanta suavidad y ternura que no pude contenerme, le agarre la mano y dándole un tiron la tire sobre la cama haciéndole cosquillas.

_ ¡pequeña diablilla! Porque no encendiste la luz para entrar a la habitación de un hombre_ grite cuando acrecenté aun mas las cosquillas.

Ella se retorcía sonriendo sin decir nada ya que le era imposible hablar, aunque balbuceando dijo

_¡¡Tu no eres un hombre… eres mi hermanooo!!_ grito ya que no aguantaba las cosquillas en sus costillas

_¡¡Síiii es cierto soy tu hermano… pero primero soy hombre!!_ recalque sonriendo

Bajo mis manos pude sentir una piel suave, tibia y sedosa, instintivamente comencé a recorrer su abdomen tocando con placer su ombligo, para luego seguir mas arriba, el roce con el soutien de encaje me hizo reaccionar porque, fue allí donde por primera vez sentí que una corriente me corría a lo largo de mi columna para terminar en mis partes erógenas. Me detuve en seco mirándola, desconcertado no entendía como podía sentir deseo, porque eso era, deseo de ella. No tenia explicación mas allá de ser un hombre activamente sexual me caracterizaba por ser muy racional y en control, la sensación que tuve fue la de tomar desesperadamente su seno entre mis manos y sobarlo a placer. Estaba completamente loco, no podía seguir sintiendo estas cosas por ella… era mi hermanita. Me levante apartándola bruscamente que casi se cayó de la cama.

Sin decir nada fui hasta mi maleta y saque una bermuda y una remera ya que estaba solo con el eslip, hasta ese momento no me habían percatado que tenía una incipiente erección.

Dándole la espalda le dije a kara que me daría nuevamente una ducha. Que por cierto seria helada.

Ella no dijo nada solo me sonrió tímidamente y salio de la habitación.

Que me estaba pasando, jamás ninguna mujer me puso en ese estado solo porque le haya tocado un poco de piel y peor aun sabiendo que era de mi propia sangre. Debería hacer algo al respecto, porque no solo me volvería loco sino que me podría haber pasado delante de mis padres. Eso seria mi fin.

En la ducha sentí dolor en mi miembro que estaba muy duro y completamente erecto. Comencé a sobarmelo suavemente dándome placer, a cada segundo la frotaba con mas fuerza, sentía que me iba a estallar, pequeñas gotas de liquido preseminal comenzaron a escapárseme, señal de que pronto acabaría. Un espasmo recorrió mi cuerpo y no pude contener mis jadeos, la excitación que sentía era en demasía. ¡Ah!... ¡ahhh!...grite por lo bajo y me vine como nunca, el orgasmo que tuve casi hizo que me cayera de rodillas tuve que sostenerme de las llave de la lluvia cuando la fuerzas de mis piernas casi me abandonaron, cuando me recupere unos minutos después tuve que limpiar la pared de la ducha porque había dejado un reguero increíble.

Estaba completamente fuera de mi, nunca acabe de esa forma y lo peor de todo era que mi propia hermanita me había excitado de esa manera.

Una vez duchado y vestido baje hasta el comedor donde ya me esperaban sentados. Mis padres me miraron con tanta alegría que me sentí pésimo por lo ocurrido hacia unos momentos atrás. Sentí como que había traicionado su amor y confianza.

Al dirigir mi mirada hacia kara esta me miraba con tanta dulzura que tuve miedo de volver a sentir que mi miembro se despertara nuevamente.

Luego de cenar les dije a mis padres que saldría a dar una vuelta. Entonces papa dijo que me llevara el auto y con un movimiento me tiro las llaves.

Una vez ya en el asfalto me sentí aliviado. Estuve dando varias vueltas por la plazoleta del pueblo, había gran cantidad de gente, sobre todo chicas jóvenes, eso me alegro bastante, buscaría la oportunidad de desahogarme con alguna.

Pare mi auto en una esquina, di una mirada a mí alrededor y observe que varios pares de ojos femeninos me miraban descaradamente. ! Bien! Pensé… alguna de esas me servirá.

Sin hacer mucho esfuerzo una de las tres que estaban en el banco cercano se me adelanto

_hola guapo… andas solito? Quieres algo de acción

Vaya con las pueblerinas, nada que envidiarle a las capitalinas cuando se trata de levante.

Nos metimos en el auto y nos dirigimos a un lugar descampado que ella parece conocía muy bien.

No había detenido el auto cuando se me tiro encima. Comenzó a buscar mi boca, metió su lengua buscando la mía, cuando la tuvo en su poder comenzó a chuparla con frenesís, jadeaba tanto la muy condenada que un segundo mi bulto hacia presión en mi bermuda, bajo su mano hasta el y comenzó a sobarlo de tal manera que parecía que era una experta en la materia. Me dejo con la boca abierta cuando bajo su cabeza hasta mi cremallera. Con pasión enloquecida me la bajo y saco mi pene que ya estaba duro, sentí como lo aprisionaba con sus labios, la humedad de estos me excitaba al punto que al estar ella agachada pude levantar su corta mini y sobarle su concha por encima de la tanga. Estaba completamente mojada,. Bruscamente la empuje al asiento trasero y le abrí las piernas tanto que ella se quejo, de un tiron le quite la tanga y me dispuse a chupar sus labios entreabiertos mostrándome su primoroso clítoris abultado. Se lo chupe de tal manera que se retorcía y jadea enloquecida.

Sii… mas asiii ah ah ahhh… que rico que me la chupas cariño. Méteme mas la lengua siiiiiii ahhhhhhhhh creo que voy acabar primor

Ni loco dejaría que acabara tan rápido, primero me la follaría hasta partirla.

¡Nooo! chiquita te aguantas. Le dije. Ella me miro y saco su lengua húmeda para pasarla a lo largo de su boca como incitándome a follarla.

Desesperado busque en mi bolsillo un preservativo ya que nunca había tenido sexo sin precaución, hombre precavido vale por dos

Le levante las piernas y ubique mi polla en la entrada de su vagina, de un solo golpe se la metí, era tal mi excitación que no me importaban sus quejidos y protesta. Solo quería follarla para sacarme toda esa calentura que kara me había despertado. La cabalgue como un enloquecido, el ruido del mete y saca era descomunal, los jadeos de ella pidiéndome que se la metiera mas me cegaron de lujuria.

Abre mas las piernas chiquita… quiero partirte en dos... Ábrelas!!!!! Se las abrí todo lo que pude y me tire encima fallándola cada vez mas adentro

Ahhh!!! que rica estas putita, que caliente que estoy, voy a llenarte la boca de mi leche hasta la ultima gota… grita… grita

Ahh si papi métemela hasta el fondo… ahhhh que ya no aguanto … dale así así papi sigue que ya llego

Siiii siii que acabo!!!! Y con un brusco movimiento se la saque quite el preservativo y se la coloque en su boca, con un fuerte chorro le inunde hasta su garganta de semen.

La verdad fue un buen polvo, muy corto para mi gusto pero efectivo.

Sin decir palabra alguna nos vestimos, arranque el auto y regresamos al pueblo, la deje en la plazoleta donde la encontré, la salude con la mano y me fui.

Al llegar a la casona estaba muy relajado, el polvo me había desahogado bastante, la luz de mi habitación estaba encendida. Quien diablos estaría allí, solo esperaba que no fuese kara, no podría controlarme delante de ella el deseo que había instalado en mi era incontrolable, acababa de confesarme a mi mismo que mi hermana me atraía como ninguna otra mujer lo había hecho.

Entré a mi dormitorio y me di a pesar de todo con la agradable sorpresa de kara profundamente dormida en mi cama. Al entrar puse llave, la verdad fue algo inconsciente, me quite la remera y me acerque a ella, llevaba un camisón blanco casi transparente, de escote en ve que dejaba ver parte de sus inmaculados senos, su espalda estaba completamente descubierta a excepción de dos finas tirillas que las surcaban, el camisón le llegaba hasta las rodillas y en ese momento estaba recogido hasta la mitad de su muslo, dejando al descubierto las esbeltas piernas. Se había soltado el cabello que caía como una cascada ocupando casi la mitad del ancho de la cama.

Al verla allí en mi cama el deseo que sentía por ella se acrecentó y no solo eso, sentí un intenso amor que me desconcertaba cada vez mas porque no era nada parecido al amor fraternal que unos años atrás sentía por ella.

Lentamente sin hacer ruido me quite la bermuda y me acosté a su lado, el suave aroma que despedía su cuerpo me empalmo nuevamente. Me apoye en mi brazo para acariciar su cabecita, tome impulso y me acerque tanto a su cuerpo que mi piel pudo sentir la suavidad y la tibieza del de ella. Para mi placer mi pene se fue a ubicar entre sus nalgas, si fuese mas audaz creo que hubiera sobado mi pene contra sus redondas y endurecidas nalgas, pero no me atreví, me aterrorizaba la idea que se despertase y gritase alertando a mis padres.

Coloque mi brazo izquierdo sobre ella tratando de abrazarla, para mi sorpresa ella se dio vuelta y fue a colocarse tan cerca de mi cara que sus labios estaban solo a escasos centímetros de los míos. El aroma de su aliento me excitó tanto que sin darme cuenta la bese. Fue un beso suave tierno pero cargado de pasión, deseo y frustración por no poder amarla libremente como quisiera.

Baje mi mano hasta mi pene y comencé a sobarmelo en silencio sin dejar de mirarla, estuve jalándomelo por espacio de quince minutos cuando sin aviso me corrí dentro de mi slip no sin antes sentir un placentero orgasmo. Me acerque nuevamente a su boca y volví a besarla pero esta vez aprisione su labio superior con los míos y se lo chupe delicadamente

Creo que después de aquel beso me acomode de la manera que la rodee con mis brazos y coloque mi cara en su hombro, el perfume de su fino y esbelto cuello fue un sedante natural tanto así que lo bese delicadamente rozándolo con mi lengua produciéndole un estremecimiento, sonreí porque me sentía pleno de felicidad al haberle producido esa sensación y por tenerla así de esa forma en mi lecho… eso fue lo ultimo que recuerdo antes de quedar dormido.

Los primeros rayos del amanecer se perfilaban por la ventana entreabierta, uno de ellos, fino, dorado y calido se perdía sobre el cuerpo de kara, fue la imagen mas bella que pude observar en mi vida al abrir mis ojos aquella mañana, su cabello brillaba como hebras de oro, sobre el color del dorado suave de su cuerpo, donde sus casi transparentes bellos que cubría su piel hacían unísono con el color de su cabello. Me quede largo tiempo extasiado contemplándola, tratando de grabar en mi mente cada centímetro de sus rostro, un placer inmenso me embargaba cada vez que la descubría sonriendo, su sueño era tranquilo, su respiración pausada solo podía saberse que ella respiraba por el suave movimiento de su pecho.

Sin hacer ruido alguno trate de levantarme al escuchar los pasos de mi padre por el pasillo, no seria bueno que el descubriera que kara no durmió en su habitación, que escusa podría inventar… de seguro ninguna para unas mentes tan conservadoras como las de mis padres.

Suavemente deslicé mi brazo que cobijaba su cabeza, sonreí a comprobar que aun dormía profundamente.

Me puse mi bermudas y luego me dirigí a la puerta que lindaba con la habitación de kara, nuestros cuartos se comunicaban por medio de una puerta interna ubicada en la pared y cubierta por unos largos cortinajes, la misma puerta que años atrás quedaba abierta para yo poder cuidar a mi hermana cuando mi padre se ausentaba de casa y kara tenia mucho miedo, era eso o que ella durmiese conmigo, pero por decisión de nuestra madre se hacia lo primero alegando que no estaba bien que durmiéramos en la misma cama aun siendo hermanos, nunca entendí cual era el miedo de mi madre, pero hoy le doy completamente la razón ya que sin dormir con kara me enamore perdidamente de ella. La abrí, me dirigí hasta su cama que estaba tendida, corrí las sabanas y volví a mi habitación. Con la mayor suavidad del mundo me agaché y pase uno de mis brazos por debajo de sus tersas piernas y la otra por su espalda, de un impulso la alce en brazos, la mire un momento por las dudas se hubiera despertado pero para mi tranquilidad seguía dormida, siempre kara se caracterizó por tener un sueño profundo, mi padre alegaba que era por que su alma tenia paz.

Me encamine hasta su cuarto y la deposite en su cama con sumo cuidado, al hacerlo su camisón se deslizo hasta su cintura y pude ver para mi deleite su tanguita, era de encaje color blanca, a través de ella pude ver que su intimidad estaba cubierta por un bello fino y al parecer sedoso del mismo color de su cabellera.

No podía decidirme a volver a mi habitación, con sumo cuidado me agaché hasta quedar solo un par de centímetros de su boca, tome coraje y la volví a besar por tercera vez en mi vida. La tibieza de esos labios carnosos me llevo a perder el control, con mis labios hice presión en los suyos hasta que para mi sorpresa se entreabrieron y fue allí cuando deslice mi lengua en el interior de su boca, su aliento, el sabor de su saliva y el calor que de ella emanaba me erizaron los bellos de mis brazos. En esa fracción de segundo que pude saborear su lengua ella soltó un gemido que me excitó hasta volverme loco, continúe acariciando su boca con la mía presionando cada vez mas hasta que logre meter totalmente mi lengua en su interior, los gemidos de ella pasaron a ser jadeos de placer, temiendo que se despertase y en contra de mis deseos me separe de la tibieza deseable de su boca.

Me enderece y por unos segundos me quede mirándola, hasta ese momento no me había percatado que el dolor que sentía en mi entrepierna era debido a la tremenda erección que tenia, había estado tan compenetrado en saborear su boca que no me había dado cuenta hasta que el dolor comenzó a ser insoportable.

Los pasos en el pasillo me volvieron a la realidad y me dirigí a prisa a mi cuarto, me quite el slip y entre al baño, mi miembro estaba duro como un bate de béisbol, el solo rozarlo me producía escalofríos. Con la mayor de la suavidad comencé a masturbarme, primero subía y bajaba delicadamente luego a cada subida y bajada aumentaba el ritmo, comencé a tocarme de manera sugestiva y lasciva mi pecho, mis tetillas estaban tan duras que me producían escalofríos al pellizcarlas imaginando para agrandar mi locura que era kara quien me acariciaba y mordía mis tetillas, no podía aguantar mucho más mis gemido iban en aumento y de imprevisto sentí como mi semen salía con tremenda presión que cayó más allá del lavabo. No pude contener mis jadeos al principio y una vez que me poseyó un tremendo orgasmo lance un ahogado grito.

Me aterraba la idea que me hubieran escuchado, trate de recuperar el aliento y serenarme para poder escuchar, el silencio me dio la certeza de que no… no me habían escuchado.

Una hora mas tarde entre en el comedor, mi padre leía un viejo diario y mi madre servia el desayuno, ni rastros de kara.

_¿kara no se ha levantado aun?_ pregunte a mama

_no… dejare que duerma un poco mas antes de de irme al pueblo_ respondió

_¿vas al pueblo? Quieres que te lleve madre_ pregunte abrazándola por la espalda

_no te preocupes querido… tu padre y yo debemos hacer unos tramites, cuando regresemos hablaremos de ello contigo y tu hermana- ¿esta bien? _dijo con una sonrisa picara

Al ver aquella mirada recordé que tanto se parece kara a mama, mi madre a pesar de sus cuarenta y dos años poseía una firmeza en su rostro que muchas mujeres envidiarían tanto como su belleza.

Mi padre no se quedaba atrás aun siendo quince años mayor que mama. Conservaba la fortaleza de un hombre joven y muy atractivo, ojala yo a su edad me viera tan guapo.

Media hora mas tarde terminamos el desayuno y mama levanto la mesa para lavar las tazas

_querido me haces el favor de ir a despertar a tu hermana, tu padre y yo ya nos vamos_ pidió dulcemente mi madre

Yo le sonreí ya que era lo mejor que me podría pedir… despertar a kara

Entre al cuarto aun en penumbras, kara estaba acostada en la misma posición en que yo la dejara, dormía placidamente.

Me arrodille al costado de la cama y con sumo cuidado aparte el cabello que cubría la mitad de su bello rostro. Se lo acaricie con inmensa ternura, roce sus labios con mis dedos, tibios, suaves y deseables, así los sentía con el deseo desesperado de que alguna vez recorrieran toda mi piel.

_despierta pequeña dormilona… abre esos ojitos traviesos_ dije dulcemente casi a unos centímetros de sus labios

Ella como si me hubiera escuchado desde lo más profundo de sus sueños comenzó a moverse como una gatita desperezándose giro todo su cuerpo quedando con su camisón más arriba de la cintura.

Mis ojos no podían dar crédito al ver su firme y redondeado culito, la tanga cubría muy poco de sus nalgas, y como era de esperarse comencé a empalmarme. Respire hondo tratando de controlarme porque debía despertarla ya que mis padres esperaban para despedirse de ella. Con enorme esfuerzo le dije

_oye tu, despierta princesa, mama y papa se van al pueblo y quieren que te levante_ acaricie su cabecita arremolinándole todo su cabello.

Abrió los ojos que eran brillantes como un cielo limpio después de una tormenta, me sonrío y se sentó en la cama. De pronto su sonrisa se desvaneció al ver que su camisón estaba levantado hasta la cintura, de un solo tiron lo bajo evitándome la mirada, se sonrojo desde el cuello hasta las raíces del cuero cabelludo.

Dulce niña… pensé… no tienes porque avergonzarte si solo te vi yo que soy tu hermano del alma.

Mientras pensaba eso le tome el rostro para voltearla así me pudiera ver antes de hacérselo saber.

_oye no tienes de que apenarte yo no vi nada, además soy tu hermano o me dirás que a mi también me tienes vergüenza_ dije escrutando su mirada

Ella no dijo nada solo tomo impulso y salio de la cama dejándome desconcertado, nunca me hubiera imaginado una reaccion así de ella.

Talvez no estaba totalmente dormida anoche… no, no creo que fuera así, si ella supiera todas las cosas que le hice hubiera gritado como enloquecida, conociendo lo vergonzosa que ella era. Además no me hubiera recibido al despertarse con esa maravillosa sonrisa. Lo que sucedió es que yo le había visto su tanguita y esto para ella era humillante.

Me levante y me dirigí hasta la puerta cuando siento que una mano me toma la mía

_perdón no quise ser grosera Darien… es solo que sentí tanta vergüenza que me vieras mi ropa interior_ dijo ella con tanta tristeza que no pude mas que abrazarla

_chiquita eso no tiene nada de malo_ dije yo acariciando su espalda desnuda_ hagamos de cuenta que no paso nada esta bien?_ concluí tomando su rostro entre mis manos y dándole un sonoro beso en aquella suave frente de niña.

Ella me miro y me dedico una radiante sonrisa que me desarmaba totalmente

_ ve a cambiarte que papa y mama nos esperan_ dije dándole una suave nalgada que por cierto desahogo un poco mi excitación

Veinte minutos después aparecía kara en el rellano de la puerta de entrada

Corrió hasta papa y lo abrazo con todo el amor del mundo, este le dijo algo en el oído que hizo que ella me mirara con tanto cariño, luego le toco el turno a mama, con ella el abrazo fue casi eterno, no se decidía a soltarla hasta que mama le dio un suave beso en su cabecita que hizo que kara la soltara de una vez no sin antes decirle algo también en el oído.

La verdad en ese momento me intrigo bastante pero pronto me olvide al ver subir al auto a mis padres. Los salude con la mano junto a kara quien tenía la cara cubierta de lágrimas y una inmensa tristeza. No sabia porque pero algo la preocupaba tanto así que se retorcía las manos hasta que los nudillos quedaban de un blanco níveo

De repente se abrazo y vi. la palidez en su dulce carita de ángel. Que le sucedía y fue allí cuando dijo

_tengo miedo Darien… tengo mucho miedo_ repitió dando vueltas y corrió hasta la casa.

Yo quede perplejo, no entendía nada pero como un aguijón sembró la preocupación en mí. Regrese adentro y la busque. No la encontraba hasta que llegue a la habitación de nuestros padres, allí estaba hecha un mar de lágrimas y yo no entendía porque diablos estaba en ese estado

_kara que sucede pequeña... dime, háblame por favor no soporto verte así_ dije casi suplicando

Ella poco a poco se incorporo mientras se secaba con las manos las lágrimas

_ tengo un gran vacío en el pecho… es como si nunca mas veré a papa y a mama… no se como explicarlo Darien… fue como un presentimiento de que ellos están en peligro_ dijo llorando nuevamente pero en silencio

_kara no te preocupes ya veraz que no pasara nada, a lo mejor te sientes así porque nunca estuviste sin ellos dos a la vez_ trate de consolarla

_no… es algo más Darien. Por favor abrázame fuerte_ suplico

Al escuchar eso de sus labios fue como si me volviera el alma al cuerpo, mi corazón empezó a latir muy fuerte lleno de felicidad, de amor, de un amor nada fraternal, un amor de hombre.

Nos recostamos abrazados en la cama de nuestros padre y estuvimos así hasta que me di cuenta de que kara se había quedado dormida, acaricie su espalda para luego continuar con su abdomen, no podía seguir haciendo eso porque me estaba comenzando a excitar, pero no me detuve, tome su carita y la acomode de la forma que tuviese cerca sus labios de mi boca y sin pensarlo la bese apasionadamente, me deje llevar acariciando nuevamente su espalda para luego bajar hasta su deseables nalgas que apreté hasta que la oí jadear. No me importaba ya que se despertase, mi calentura era demasiada, presione sus labios con los míos e introduce mi lengua buscando la suya, los jadeos de ella iban en aumento y por mi parte ya me encontraba completamente empalmado.

En uno de esos momento que mis caricias y mis besos dejaban de ser cautos abrí los ojos para miarla y me di con la mirada aterrorizada de ella. Su mirada decía todo, no decía nada solo me miraba tratando de entender que era lo que yo le estaba haciendo.

Sin preámbulos volví a besar su boca pero esta vez no fue un beso casto al contrario recorría cada uno de los rincones de su boca mientras mi mano comenzó a subir por su muslo. La sentía temblar debajo de mi mano lo que no sabia era si de deseo o terror. Continúe subiendo hasta que llegue hasta su tanguita y metí mi mano dentro de ella, la sedosidad de sus pelitos que por cierto eran muy pocos me enloqueció. Aparte con dos de mis dedos sus labios vaginales para luego introducir el mayor en su vagina. Lo más sorprendente era que estaba completamente mojada. Nunca lo hubiera creído. Introduci lentamente mi dedo, ella gimió abriendo su boca momento que aproveche para quitar mi dedo de su vagina para introducírselo en su boca.

Tras ello kara reacciono violentamente dándome un empujón. Salio de la cama como alma que se la lleva el diablo y yo tras ella.

_kara… kara espera déjame explicar por favor _ suplique sabiendo que no conseguiría nada

Escuche como sollozaba ahogadamente. En ese momento me sentí un monstruo, como había sido capaz de hacerle algo tan espantoso a mi propia hermana que era lo más hermoso y puro que tenia en la vida

_perdón… perdón pequeña_ dije llorando mientras apoyando mi espalda en su puerta me agarre de la cabeza y me deslicé hasta quedar despatarrado en el suelo llorando como si se me fuera el alma de cuerpo

Continuara