Kara (5)

nunca crei que nuestra historia tomara un giro de trecientos ochenta grados.hoy al recordar lo que sufrimos por sentimientos que no deveria haber existido entre hermanos y el cual nos obligo a alejarnos el uno del otro y tomar caminos diferente. Pero la vida tiene sus vueltas

Quiero aclarar que los nombres de los nuevos personajes son ficticios para conservar su anonimato Y pido mil disculpas por la tardanza, todo se debió al imprevisto viaje en que me vi en la urgencia de realizar. Para tranquilidad de los lectores de los cuales me siento agradecida por sus comentarios, le cuento que la historia posee siete capítulos. No puedo adelantar nada ya que se perdería el encanto de la trama.

De regreso en EE.UU. me dedique a trabajar, mis amigos estaban completamente desconcertados por mi nueva personalidad, me decían que la muerte de mis padres me había afectado profundamente como para que volviese mucho mas maduro y seguro de mi mismo, tanto así que cambie las salidas nocturnas por la lectura o ver algún programa en la tv. Me convertí en un asiduo asistente a la biblioteca.

En aquellos días, cuando me juntaba en casa con algunos de mis amigos, me daba cuenta de que para ellos todo seguía igual, la vida seguía siendo una gran fiesta donde pasarla bien sin preocupaciones ni tiempo para el drama según decía mi amigo Jonathan, por momentos era como si ya no perteneciera a ese grupo, pero pensándolo mejor no podía defraudarlos… eran mis amigos de toda la vida y les debía muchísimo mas de lo que en ese instante podía recordar. La amistad después de mi amor por kara era la cosa que más valor tenía en mi existencia.

Entre ellos se encontraba Sheila, era una persona amable, éramos amigos desde el primer día en la universidad, dispuesta siempre a sacarte de un apuro. Llegamos a intimar durante varios meses antes de mi regreso a la casa de mis padres, el día que me despidió en el aeropuerto la vi verdaderamente triste por mi partida, sino fuera porque en esos momentos mi corazón ya estaba ocupado, mas allá de que esa persona fuese mi hermana, creo que las cosas con Sheila serian distintas, porque la verdad ella es una excelente mujer… una mujer para casarse si se entiende lo que intento decir. Ella acababa de regresar después de ganarse una beca de seis meses para Londres por el que obtuvo el titulo de traductorado internacional, hacia casi ocho meses que no la veía.

Aquella noche al verme se sorprendió de mi tanto como yo de ella. Estaba muy cambiada, diría que había adquirido cierta madurez pero así a simple vista no podía descifrar bien a que se debía el cambio hasta que estuvo a solo un metro de distancia.

¡Dios que guapa que estaba!

Ya no era esa chica flacucha a la que todos cargaban de jirafa, el apodo se debía a su extrema delgadez y altura, media un metro setenta y cinco, en ese momento sus curvas no les era indifente a nadie, todos se volvían a mirarla aquella noche, las mujeres con envidia y los hombres… los hombres babeaban, que mas podemos hacer cuando ante nosotros aparece un monumento de este calibre.

_Darién que sorpresa no sabia que estabas de vuelta_ dijo con una amplia sonrisa en sus labios

_Regrese hace casi ocho meses _ sonreí también feliz de verla _ Tampoco sabia que habías regresado_ aclare

_Que bueno es verte… estas muy cambiado querido_ expreso dándome un beso casi en la comisura de los labios. Esa sola actitud me dio la pauta de que aunque estuviera muy cambiada físicamente seguía siendo la misma provocadora de siempre.

Una vez repuesto del momento algo embarazoso ya que todos nos miraban murmurando respondí

_También es bueno volver a verte Sheila, que es de tu vida, cuando regresaste_ pregunte varias cosas de manera atropellada, estaba algo nervioso porque no me gustaba que me observaran como aun bicho en estudio.

_Mi vida es demasiado tranquila para mi gusto _respondió guiñándome un ojo cómplice _ y regrese hace un par de días, no vi a nadie por eso no me entere de que tu habías regresado… pensé que te quedarías por allí ya que después de un par de meses sin noticias tuyas me decidí a tomar mi beca para Londres_cocluyo con ojos escrutadores

_Lo siento…_comencé a decir bajando la cabeza_ Tuve que quedarme porque mis padres fallecieron en un accidente y no podía dejar a mi hermana sola…_hice una pausa_ Volví hace apenas dos meses cuando me ofrecieron el puesto de jefe de neurocirugía_ concluí sin mirarla pensando en que hacia dos meses que no veía a kara… sentí una punzada de culpa, pero tuve que alejarla de mi mente porque Sheila era demasiado perspicaz y tan solo con un par de preguntas descubriría mi oscuro secreto.

Nos pusimos a charlar, me contó lo difícil que fue para ella no volverme a ver, estuvo sola en Londres dedicándose exclusivamente al estudio, los primeros días pudo sobrellevarlos, pero el tiempo lo cura todo… sino lo cura al menos atenúa el dolor. Al decir esto no estuve muy de acuerdo ya que cuando más transcurría el tiempo la pasión, el amor y profundo deseo de ver a kara se acrecentaba con cada día que pasaba y también se incrementaba el sufrimiento por el daño que le cause. Por supuesto no se lo mencione, Sheila era una buena chica pero no confiaba en su reacción si le contara mi historia con mi propia hermana, peor aun si le dijera que fue en contra de sus voluntad la mayor parte.

Primero conocería su desprecio y luego terminaría odiándome porque a pesar de ser algo liberal en su vida, aun en algunas cosas era profundamente conservadora hasta diría que casi igual a kara, en eso se parecían

De repente nos dimos cuenta que no quedaba casi nadie, eran aproximadamente las tres de la madrugada, solo quedaban un par de amigos que estaban terminando con el bar.

Nos miramos sorprendidos, y sonreímos a placer.

Al quedarnos solos la atracción entre ambos fue mas intensa, no eran realmente sentimientos los que sentía por Sheila solo atracción física.

Ella se acerco y me rodeo el cuello suavemente, como un buen bailarín al compás de la tenue música me fue llevando hasta el sofá al otro extremo de la sala, me miro sonriendo antes de darme un empujón que me hizo caer despatarrado. Ella ni lerda ni perezosa se tiro encima de mí.

Debo decir que ambos teníamos varias copas de más, una cosa llevo a la otra y cuando me di cuenta estábamos completamente desnudos. Sus caricias siempre fueron excitantes pero aquella noche estaban cargadas de pasión, como si con el tiempo transcurrido las hubiera guardado dentro de ella hasta el día en que nuevamente afloraran en su piel a su llamado. Sus besos calientes y embriagantes me invitaban a recorrer su cuerpo con mis labios, y así lo hice.

Comencé por su rostro, besando luego cada rincón de su cuello, el perfume a flores mezclado con el aroma de su piel me volvía loco, mas loco aun por pensar en esos momentos que estaba recorriendo la piel de kara… pero el aroma de la piel de kara por mas que no tuviese en ese momento alguna fragancia encima era extremadamente mas exquisito que cualquier otra mujer que hubiera estado en mis brazos, y estuvieron las suficientes como para yo reconocerlo en cualquier momento y lugar aun con los ojos cerrados, era el aroma característico que todo hombre busca encontrar en una mujer durante toda su vida y para mi entender de diez hombres solo lo encuentran dos. Trate de quitar esos pensamientos de mi cabeza y continué bajando hasta llegar al ombligo de Sheila, cuando introduje mi lengua sentí como se arqueaba de gusto lanzando una risita divertida.

La recorrí pasando por sus caderas… sus redondeadas nalgas, tracé círculos en sus rodillas y por detrás de ellas, Sheila disfrutaba inmensamente cada caricia, cada beso que yo le entregaba, hubiera querido amar así con tanto detenimiento, con tanta dulzura y libertad a kara… en los instantes en que me encontraba con otra mujer era como si ella se apoderara de mi mente, de mi cuerpo, como un ente comencé a amar a Sheila como si fuera ella quien estuviera en mis brazos.

¡Por dios!...

Debía controlarme, estaba siendo injusto con esta mujer que estaba disfrutando lo que le hacia sin saber que no era ella quien estaba en ese preciso instante en mi mente.

Respire hondo para recobrar el control al mirarla, ella me sonreía tiernamente, baje la cabeza para que no descubriera lo avergonzado que estaba por pensar en otra persona, seguí por su suaves piernas hasta llegar a sus pequeños pies, ella jadeaba con cada beso en sus dedos, me miraba extasiada por el deseo, me tire encima para volver a besar su boca, sus manos que arañaban mi espalda hasta llegar a mis nalgas me excitaban descontroladamente.

Me frote con su cuerpo tratando de excitarla aun más, cuando supe que ya no se aguantaría mas tiempo le abrí las piernas y lentamente la penetre. La sentí quejarse como si fuese la primera vez, debo confesar que muchas veces las mujeres me desconciertan sobremanera. Jadeaba y gritaba a la vez repitiéndome mi nombre en mi oído,

_Darién… no sabes cuanto te extrañe…tanto que casi perdí las esperanzas de verte de nuevo _ dijo mientras acariciaba con sus labios mis orejas

No me atrevía a responder porque lo que le dijera seria mentira. Cada vez la penetraba mas, tratando de satisfacerla totalmente lavando mi culpa por engañarla en esos momentos, no se lo merecía.

Me tiraba del cabello con cada penetración, mi descontrol se torno mas agresivo, cada vez aumenta el ritmo casi llegando al clímax, no pude contener el grito al sentir un agudo dolor cuando me mordió el hombro, eso me saco de quicio tanto que no me importo nada y con mis dos manos les apreté de tal forma los senos hasta hacerla gritar. Sus jadeos mezclados con los mío nos descubrieron gritando por el éxtasis que sentíamos al llegarnos simultáneamente el orgasmo que tanto ansiaba en ese momento.

Una vez calmados nos miramos y nos reímos como entupidos sin saber porque o de que, la verdad disfrute inmensamente del sexo con Sheila, salvo esta por el pequeño dolor que me quedo en el hombro. Al parecer ella se dio cuenta porque en ese instante fue a buscar un antiséptico y una gasa para evitar que la herida se infectara según me dijo porque al observarla bien sus dientes estaban claramente marcados.

Mi relación con Sheila era meramente física, lo habíamos dejado en claro, cada uno hacia su vida por su lado, sin que el otro interfiriera. Para mi eso era más que suficiente, tener alguien para no estar solo y a la vez no estar atado. Con el tiempo adquirí la costumbre de cocinar esperando la llegada de Sheila ya que del trabajo yo llegaba mas temprano, otras veces pasaba horas hablando por teléfono con el casero de la casona, así de esa manera me mantenía informado de la vida de kara. Hacia un mes que no sabia nada, lo poco que me contaba don…. que no era mucho ya que el tampoco podía verla, solo alguno que otro comentario hecho por la cajera del súper a su esposa.

Sabia al menos que estaba bien de salud, preparándose para los exámenes de fin de año, no había regresado por la casona cosa que me molesto un poco porque ese había sido siempre su hogar, en cambio para mí, el hogar era donde estuvieran ellos tres.

También comencé a investigar sobre casos de incesto como para tener una idea de lo que la sociedad piensa al respecto.

Debo decir que para mi sorpresa había miles y miles de historias como la nuestra, algunas consiguieron mantener la relación y los sentimientos a pesar del tiempo y de lo problemático que es afrontar una situación así. Pero a pesar de alegrarme por saber que en muchos casos se podía mantener una relación, me entristecía que mi historia no fuera una de esas

El tiempo pasó y mi relación con Sheila cada vez se iba enfriando, no porque ya no fuéramos amigos, porque seguíamos siendo buenos amigos, sino porque Sheila frecuentaba a alguien más. Eso me alegro por ella, al menos ella seria feliz con otra persona que la amaría como ella se merece ya que conmigo no tenía futuro.

Un año y seis meses después mi vida era "casi" perfecta. En el trabajo me iba de maravilla, el puesto que obtuve fue mejor de lo que yo me imaginaba, el personal que tenia a mi cargo se caracterizaba por ser muy eficiente, nada me faltaba… mejor dicho casi nada me faltaba en la vida para ser completamente feliz… solo ella.

Una tarde cuando comenzaban a correr los primeros vientos que anunciaban un invierno verdaderamente frío en New York, los cambios climáticos aquí son demasiado drásticos. Esta se encuentra ubicada junto al mar por lo que el agua es un gran amortiguador termico. La ciudad posee un clima húmedo continental por ello sus inviernos son bastante fríos y sus veranos demasiados calurosos y húmedos.

Caminaba por la gran avenida sin mirar detenidamente nada, solo salí a tomar un poco de aire fresco ya que en el apartamento me ahogaba, a pesar de la presencia de Sheila que por cierto eran cada vez mas esporádicas. Tanto me había acostumbrado aquellos meses al aire puro en la casona que ahora me sentía como un animal enjaulado deseando a cada minuto que estuviera abierta la jaula para poder escaparme. Suena algo loco y extraño pero así me sentía aquellos días

El día que recordé que kara cumplía dieciocho años, de tantas cosas que pensé en hacer en la noche mientras Sheila dormía a mi lado por última vez, me decidí por una… llamarla por teléfono.

Al despertar aquel día como a las diez de la mañana ya que era sábado, Sheila ya no estaba, solo una nota y una rosa reposaban sobre la almohada que ella ocupara mientras vivió conmigo, en ella me decía: "que me deseaba lo mejor del mundo y que no se había despedido porque yo sabia que no le gustaban las despedidas, además siempre seriamos entrañables amigos y que tratara de encontrar aquello que me mantenía tan sumido en la melancolía".

¡¡Diablos!! Porque las mujeres tienen que ser tan perceptivas. Eso me desconcertaba.

Para mi fue realmente un alivio, sabia que no regresaría, eso me daba respiro para poder recuperar mi control ya que el cumpleaños de kara me había quitado totalmente la ya casi acostumbrada tranquilidad salvo por algún momento en el día o la noche que ella regresaba a mi mente tan nítidamente para recordarme que no había dejado de ocupar mi corazón, tanto así que su recuerdo me provocaba escalofríos de placer lo que me ocasionaba que se me erizaran los pelos de la nuca y de mis brazos

Después de darme una ducha para despejarme y luego de desayunar tome suficiente coraje y agarre el teléfono.

Marque el número de la biblioteca con dedos febriles por la emoción que me dominaba. ¡¡Dios!! ¿Es que nunca podré dejar de amarla? Me dije para mi solo en voz alta sin darme cuenta hasta que escuche el sonido de mi propia voz.

La espera y el timbre de llamado aumento mi nerviosismo hasta que

_ Biblioteca buenos días, en que puedo servirle _ dijo una voz femenina de pronto. Tarde unos segundos en darme cuenta que esa voz me era completamente desconocida, no era la voz de ella… no era la voz de kara

_Si… buenos días, con la señorita kara por favor_ dije casi susurrando

_La señorita kara no se encuentra, se tomo el día libre, si usted quiere puede llamarla a su casa _ respondió la joven

_Perdón… ¿dijo su casa?... ¿acaso ella ya no vive en la pensión?_pregunte sorprendido

Por mi mente pasaron miles de imágenes y pensamientos que me estrujaron el corazón, una de ellas era que ella estuviera viviendo en la casa de otra persona… de otro hombre tal vez. La respuesta de la joven me volvió a la realidad.

_No señor ella regreso a su casa hace mas de un año y medio, si no mal recuerdo fue después de que su hermano volvió a los EE.UU._concluyo

La emoción fue tal que colgué de inmediato. Entonces porque el casero me había mentido diciéndome que no tenia muchas noticias de kara. Tal vez ella se lo había pedido… si eso tiene que ser…Comencé a pasear por toda la sala, una idea surgida desde lo mas recóndito de mi alma llego a mi cerebro, para cuando descubrí verdaderamente de que se trataba me hallé en mi habitación preparando una maleta. Me detuve un momento a pensar, si estaría haciendo lo correcto, por un lado no podía caerle de sorpresa a kara, talvez su reacción no seria la que yo tanto deseaba… ¿y si estaba con alguien mas? Podía ser, ya que ella era muy bella y tenía la edad suficiente para tener novio. No… No podría soportar verla junto a otra persona, talvez sea egoísmo de macho pero no creía que otro hombre la amara igual o mas que yo. Y por otro lado no podía irme sin decir nada en el hospital, se los debía por ser tan buenos conmigo.

Al final decidí no ir, lo mejor seria que la saludase por teléfono. Si… eso seria menos doloroso para ambos.

¡Dios sabe cuando deseo verla!

Fui hasta la sala y tome nuevamente el teléfono, marque el número de la casona. El timbre de llamado se me hizo desesperante, pero unos segundos después una voz masculina atendió.

_ ¡¿Hola?! En que puedo ayudarlo_ solo un segundo me tomo recuperar mi corazón y darme cuenta que era la voz del casero

Como un relámpago me vino a mi cerebro una idea.

_Con la señorita kara por favor _dije sorprendiéndome de mi mismo por el cambio de voz y por inventar aquella tetra

_ ¿De parte de quien?_ dijo a su vez el anciano

_De un compañero de la biblioteca_ mentí descaradamente

_Un momento por favor _ dijo y a continuación escuche el ruido cuando apoyaba el tubo sobre la mesita.

La espera se hizo eterna hasta que un par de minutos después escuche pasos extraños

Tomaron el tubo y pasaron unos segundos hasta que para mi desconcierto total escuche su voz que me decía.

_ Hola Darién

Me quede mudo, no podía articular palabra, la emoción me hacia perder las fuerzas que casi no podía mantenerme en pies. Un tiempo después pensé si a todos los hombres que amaban profundamente a una mujer les ocurría lo mismo cuando escuchaban su voz después de tanto tiempo. Por otro lado me quede pasmado porque una vez mas me demostraba que no había perdido su extraña percepción o sexto sentido como le llaman algunos

Se que ella se dio cuenta de mi conmoción porque mi respiración se oía entrecortada por eso estimo que se quedo callada también como proporcionándome tiempo para recuperarme.

_Feliz cumpleaños pequeña…_ me salio sin yo poder detenerme a tiempo antes de pronunciar la palabra pequeña.

_Gracias Darién_ sentí que ella también estaba perturbada

_Pensé en ir a visitarte, pero tenia miedo que no me recibieras_ dije nostálgico_ por eso opte por llamarte por teléfono.

_Nunca dejaría de recibirte… ¿Me crees capaz?_ dijo con voz desolada _ me alegra escuchar tu voz _ expresó de improvisto_ sabes me preguntaba si tendría noticias de ti, no se… toda la mañana tuve esa sensación y para serte sincera me siento muy feliz de que te acordaras de este día tan importante para mi.

Sonreí con tanta placidez que me fue imposible contestar rápidamente, solo quería que ella siguiera hablando, y como si Dios escuchara mis suplicas ella siguió hablando dulcemente como sabia hacerlo. No había rencor en sus calidas palabras, kara tenía esa virtud, su alma era tan pura que ese mero sentimiento dañino era imposible que habitara en ella.

_Sabes el año pasado termine mis estudios con honores, no quise inscribirme en una carrera de inmediato, quise disfrutar un año sabático sin responsabilidades solo la que tengo por la mañana en la biblioteca_ concluyo con tanta tranquilidad y soltura como si hubiéramos hablado todos los días. Me gusto que ella no tuviera reparos conmigo a la hora de contarme sus cosas. Deje que siguiera hablando, era tan hipnótica y a la vez placentera escucharla, que me senté en el sillón cómodamente como si inconcientemente supiera que la charla duraría horas.

_El otro día creí que…_ dijo de improvisto y por el tono de su voz una alarma interior me puso en alerta

_ ¿El otro día creíste que? _pregunte intranquilo

Hubo un silencio tan profundo que se me puso la piel de gallina hasta que la escuche otra vez.

_Tuve un pequeño accidente… pero no paso nada, solo que me caí de un caballo cuando estaba en casa de los señores Clusters, ellos perdieron a su hija que tenia mi misma edad y por eso se encariñaron tanto conmigo, dicen que yo les recuerdo tanto a ella_ comento

_ ¿Pero estas bien? Kara por favor dime la verdad, te vio algún medico_ era tanta mi preocupación que ya me encontraba de pie frente a mi habitación mirando la maleta que había dejado en la cama

_Si no te preocupes… no me paso nada, fue solo el golpe, tuve miedo si… y por eso tuve un impulso e intente en llamarte pero pensándolo mejor desistí _ explicó como tratando de no preocuparme, pero un temblor en su voz me hizo dar cuenta de que algo ocurría.

En ese momento tome la decisión.

Mientras charlaba con ella fui preparando la maleta, me contaba como el casero y su esposa la cuidaban y como habían cambiado el jardín_ cosas que por el momento para mi no tenían importancia porque en mi alma la ansiedad y el recelo ya habían hecho mella. Conversamos por espacio de una hora y fue allí cuando note su cansancio, la despedí con toda la dulzura del mundo y ella a su vez hizo lo mismo para mi satisfacción.

Una vez que corte con ella la incertidumbre era inmensa, aun ya en el baño no podía serenarme. Salí como un rayo, ya en mi habitación tome el teléfono y llame al aeropuerto y reserve el pasaje. Un minuto después llame al hospital y pedí hablar con el director, la charla fue corta pero agradable, no había ningún problema ya que yo no me había tomado vacaciones desde mi ingreso al mismo, y por ello cuando el director me dijo que me tomara quince días acepte de una.

Ya en el avión no pude conciliar el sueño, a pesar que el viaje seria largo no pegue un ojo. En el aeropuerto alquile un auto, cuando me hallaba en la carretera a quince kilómetros del pueblo una mezcla de optimismo y nerviosismo dominaba todo mi ser. Pase el pueblo sin detenerme, en el camino a la casona vi los campos más verdes que nunca, el riachuelo había crecido bastante.

Cuando crucé el portalon, lo primero que vi fue a kara sentada en la galería junto al anciano y su esposa.

Estaciones justo en la escalinata de la galería. El rostro de kara era una mezcla de incredulidad mas temor, pero no un temor de mi sino por mi, bueno la verdad era muy difícil de explicar realmente lo que ella expreso al verme.

Subí lentamente cada escalón hasta donde ellos se encontraban. Lo primero que vi fue un par de muletas al costado del sillón de kara, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, ella se dio cuenta donde dirigí la mirada, no dijo nada solo se quedo allí expectante a la espera de mi reacción.

_Porque… Porque no me dijiste cuan grave fue tu accidente_ dije mirándola fijamente. Ella sostuvo la mirada

Me arrodille junto a ella y la abrase. No me rechazo, me abrazo a su vez.

Se desasió de mis brazos y dijo

_No fue grave, solo uso las muletas por prevención hasta que mi rodilla sane por completo_

_Kara… soy medico y no debe ser por precaución que las usas_ dije severamente demostrándole que no podía engañarme solo para no preocuparme

_ perdona… no fue mi intención _ expresó afligida

En ese instante el casero y su esposa con un saludo de cabeza nos dejaron solos al darse cuenta que estaban demás

Acerque uno de los sillones junto a ella y me senté, en ese instante me quede mirándola en los segundos que ella dirigía su mirada hacia el inmenso jardín que por cierto estaba bellísimo. No había cambiado mucho, su rostro conservaba esa angelical mirada que me derretía el corazón de amor, pero así a simple vista por lo poco que podía observar ya que estaba sentada, estaba más voluptuosa y sus cuervas mas acentuadas como las de toda mujer cuando deja de ser niña.

_Te molesta que haya venido kara_ mi voz la saco de sus pensamientos, daría todo por saber que es lo que en esos momentos pasaba por su cabecita

_No… solo que nunca me imagine… aunque debo reconocer que desde que desperté esta mañana tuve esa sensación_ dijo sorprendiéndome una vez mas_ pensé que era causa de la emoción por tu llamada de ayer _ concluyó

_ ¿Mi llamado te emociono? ¿Por qué?_ interrogue nuevamente mirándola con firmeza

_ Si… mucho, que esperabas después de más de un año y medio sin hablar contigo_ respondió sin darme ninguna buena razón para mí, aunque me dolió porque lo que dijo sonó a reproche pero no dije nada porque tenia razón

En los grandes lapsos de silencio el nerviosismo se asía sentir con fuerza. Si ella pudiera caminar no me hubiera quedado con las ganas de pasear por el jardín en su compañía.

De pronto ella tomo las muletas para pararse, esa vez fui mas veloz que otras veces y la tome de un brazo para sostenerla, el contacto de mi mano con la piel de su brazo me produjo una placentera sensación, en esos momentos vino a mi memoria la noche en que por primera vez durmiera con ella, la noche después de mi llagada a la casona hacia casi dos años

_Por favor deja que te lleve _ le suplique

Ella primero me estudio unos instantes pero no le di tiempo para escuchar su respuesta. La cargue sin preocuparme por una negativa de su parte.

Pase uno de mis brazos por su cintura y la otra por sus piernas, la mire para poder descubrirle su rostro, y también para saber hacia donde quería que la llevara. Sin decir nada me señalo el jardín, más exactamente hacia una amplia hamaca bajo de un imponente sauce llorón.

Sonreí feliz mientras asentía con la cabeza. Se estaba tornando costumbre el entendernos solo con la mirada. Pero eso a mi no me molestaba en absoluto ya que me daba la certeza que nos entendíamos ampliamente sin margen de error.

Apreté su cuerpo con el mío, inconcientemente apoye mi cabeza en la suya después de besarla suavemente. En esos instante me di cuenta que mi amor por ella había crecido considerablemente pero con la diferencia que ya no había esa necesidad por hacerla mía, no… ya no era tan física la necesidad, mas bien era estar así junto a ella compartiendo en silencio ese momento tan especial que nos unía. Llegue hasta la hamaca y la deposite con tanta suavidad que apenas se movió, luego me senté a su lado sin preguntar si querría o no.

Fue ella quien rompió aquel delicioso silencio que comenzaba a disfrutar

_ Que te hizo venir

_Tu voz… te conozco tanto que sabia que algo sucedía porque tu voz temblaba por momentos, no querías decírmelo o no te atrevías, me dio miedo_ dije acariciando su mejilla y mirando sus bellos ojos

_Darién

_No digas nada kara, no puedo hacer nada en contra de lo que siento, por favor no te enojes, solo déjame que te cuide estos días que me tome para estar junto a ti _concluí besándola dulcemente aunque no me atreví a besar aquellos labios que tanto extrañaba y deseaba. No rechazo mi beso como así tampoco mis palabras. ¿Seria una buena señal? No estaba seguro pero por las dudas no me haría ilusiones

Nos volvimos a quedar callados, entonces ella apoyo su cabeza en mi hombro, por mi parte rodee sus cintura con un fuerte abrazo como si intentara retenerla así por siempre. La brisa que pasaba por entremedio de las ramas de sauce producía una leve melodía, la hamaca se mecía suavemente produciéndonos esa sensación de paz.

Nunca en mi vida me sentí tan feliz y en paz, daría mi vida por permanecer así con kara en mis brazos con sus ojos cerrados y el cabello danzándole en el rostro. No pude contenerme y bese tan suavemente sus labios que creí que ella no se había dado cuenta porque no se movió, cuando abrí mis ojos me sorprendí al ver los de ella abiertos mirándome.

Estuvimos allí por espacio de bastante tiempo hasta después de la puesta del sol.

Comenzaba a hacer frío, volví a cargarla, cruce todo el jardín, lentamente subí las escalinatas y atravesé la puerta para entrar a la sala.

Para mi sorpresa la cena estaba lista y la mesa preparada, al ver que solo había dos platos mire a kara.

_Hoy cenaremos en nuestra casita, kara_ dijo la mujer sonriendo mientras miraba a su esposo que estaba en el marco de la puerta de entrada.

La cena estuvo deliciosa, charlamos animadamente hasta la media noche. Me ofrecí para lavar los platos ya que kara no quería dejar todo sucio. Más tarde la vi bostezar.

_ ¿Quieres que te lleve a tu habitación?_ pregunte

_Si… estoy muy cansada, además creo que son bastantes emociones por un día_ concluyo levantando los brazos para que yo pudiera alzarla.

Subí la escalera rápidamente, era muy liviana, recorrí lentamente el pasillo hasta que me detuve en la puerta de su dormitorio, ella tomo el picaporte y la abrió.

Su habitación aun conservaba aquel aroma que me estimulara a cometer aquella locura, era suave, dulzón mezclado con el perfume que usaba Kara. Entre y la deposite en la cama ya abierta. Me quede embobado mirándola hasta que me di cuenta que ella se puso realmente nerviosa.

_ ¿Necesitas algo mas?_ pregunte recobrando la compostura.

_No… debes estar muy cansado, gracias Darién me alegro mucho que hayas venido… esta casona es inmensa debido a la ausencia de papa y mama_ dijo mirando a su alrededor_ y contigo en EE.UU. la verdad que me sentía muy sola… sino no fuera por la señora y el señor … no se como me las hubiera arreglado_ concluyo angustiada.

Nunca pensé o me imagine en la soledad en la que vivía, su voz sonó tan triste que sin darme cuenta me senté a su lado, le acaricie la mejilla para luego besarla. Un segundo después me levante de un solo impulso porque si no me iba de allí rápidamente no podría controlarme.

_Darién…_ escuche su voz cuando estaba por cerrar la puerta. Me volví a mirarla

_Gracias por estar aquí

Cerré la puerta lentamente, sentí como se me quería salir el corazón del pecho.

¡¿Dios como are para no cometer una locura?! _ me dije a mi mismo pensando que todavía tenia dos semanas por delante.

Pasaron cinco días, kara y yo volvimos a recuperar aquella confianza que creí perdida, pero había algo más detrás de nuestras charlas. Comencé a darme cuenta que kara cada vez que yo me le acercaba sus ojos brillaban intensamente. Al principio no me di cuenta de que significaba, pero aquella tarde lo vi claramente al descubrirla mirándome fijamente mientras ella creia que yo estaba distraído. La dulzura y el amor que vi en su carita me acelero el pulso. Esa mirada no tenia nada de fraternal, esa mirada la conocía muy bien en otras mujeres pero era la primera vez que se la veía a kara.

Tenia miedo aquella noche de que ella se diera cuenta de que yo sabia su secreto. Mientras cenabamos en silencio me decidí y le tome la mano como jugando, ella no se desasió, al contario dejo que se la acariciara suave, lentamente como queriendo hacerle sentir sensaciones que ella sabia muy bien. Para mi asombro se le escapo un suspiro pero yo hice como si no la hubiera escuchado, no quería que ella volviese a distanciarse nuevamente como aquella vez.

Estaba ya quedándome dormido cuando escuche un golpe muy fuerte en el pasillo, me levante de un salto pensando en kara. Al abrir mi puerta y asomarme al pasillo la vi tirada tratando de levantarse.

_¡¡Kara!!_ grite asustado, corrí hasta ella y la abrace tratando de consolarla porque al acercarme la escuche sollozar

_Solo quise ir a la baño… _ dijo

_Porque no me llamaste

_No quería molestarte

La ayude a ponerse de pie, pero el golpe había sido fuerte por lo que no pudo, a pesar de sus protestas la cargue y la lleve a su dormitorio.

Una vez acostada revise su tobillo, cuando intente ver su rodilla me aparto la mano

_Deja que te revise… te olvidas que soy medico_ dije seriamente. Lo dudo unos segundos, al ver que ya no oponía resistencia levante su camisón y examine la rodilla, estaba algo inflamada y un leve moretón comenzaba a aparecer

Le traje una crema desinflamatoria, un calmante para el dolor y un poco de hielo. Unos minutos después me di cuenta de que se estaba quedando dormida, el calmante estaba haciendo efecto y el dolor estaba cediendo.

Me acosté a su lado, su calor y aroma me nublaban el juicio, no podía cerrar mis ojos sin que se me apareciera la imagen de ella desnuda. Estaba a mi lado y no podía tocarla. Me acerque tanto a ella que sentí el leve movimiento de su pecho al respirar, no podía contenerme mas, levante mi mano y le acaricie su mejilla, luego continúe por su cuello, sentí un leve aleteo del pulso allí, continúe bajando hasta llegar hasta su camisón, lo hice aun lado bajando suavemente su bretel, su brasier de un blanco níveo era totalmente transparente. Podía contemplar extasiado su firme y redondeado seno, aun conservaba la forma de su pezón, pequeño con un diminuto orificio en su centro y con una abultada aureola que lo rodeaba.

La sentí moverse y me asuste pero eso no me detuvo. No se que es lo que sentí realmente cuando me apoyo su mano en mi pecho desnudo, la tome y la deslice suavemente pasando por mis tetillas que ya me dolían de lo duras que estaban, baje hasta mi abdomen, un cosquilleo me subió por las piernas llenándome de excitación.

_No quiero que te vuelvas a ir Darién…_ su vos me paralizo, la mire y sus ojos estaban abiertos de par en par

_Kara…_ balbucee tontamente

_ No quiero quedarme sola nuevamente… no podría soportarlo de nuevo _ volvió a decir _ si la condición es que sea tu mujer para que te quedes lo acepto… por favor _ suplico y vi sus ojos llenos de lagrimas.

Cuanto había sufrido para que se viera obligada a ceder de esta manera. No… no podía obligarla

Tome su cara entre mis manos y la bese apasionadamente mientras le susurraba

_ Sabes que te amo… pero no quiero que te entregues a mí por obligación, no podría hacerte eso nuevamente mi amor

_ No… no lo hago por obligación ni por miedo a quedarme sola otra vez… lo hago porque realmente te necesito aquí junto a mi y es de esta manera que quiero que te quedes_ señaló acariciándome lentamente el pecho

Sus palabras fueron fuente de vida para mi, de un solo pantallazo borro todos mis sufrimientos y los suyos.

No la deje contestar nada mas, presionaba cada vez mis labios a los suyos intentando abrir su boca buscando su lengua.

Comencé a quitarle suavemente la ropa, desprendí su brasier sin dejar de besarla, por primera vez la escuche jadear sin protesta, mi cuerpo era un mar de sensaciones que mezclaban amor, pasión y deseo, nunca imagine tenerla así… tan entregada a mi, por primera vez seria mía en cuerpo y alma. Era mi oportunidad de demostrarle cuanto la amaba y como era verdaderamente hacer el amor conmigo, porque seria para mí también la primera vez que haría el amor realmente como un hombre profundamente enamorado.

Ya desnuda la mire a lo largo de su cuerpo, me acerque de nuevo a ella acostándome a su lado, acaricie dulcemente su seno deteniéndome con movimientos circulares en su pezón. Lo vi endurecerse y borrarse por completo aquel diminuto orificio, sonreí por la forma en que reaccionaba aquel pedacito de piel al leve contacto con mi mano. Sentí como su calida mano me recorrió la espalda produciéndome un escalofrío que hizo que mis partes erógenas despertaran bruscamente. Deje sus labios para tomar su pezón, lo lamí suave, haciendo esta vez círculos con mi lengua, dejo escapar un gritito de placer, lo estaba disfrutando y yo al sentirla así me regocijaba plenamente con ella.

Tome con mi mano su seno y lo aprisione fuerte sin hacerle daño para comenzar a succionarlo, el ruido de mis chupones y la sensación que le producía la hacia retorcerse bajo mío. Mientras jugaba con un pezón le apretaba con mis dedos el otro sobandolo y estirándolo a la vez,

_Ahhh _ grito apretándose cada vez más contra mi cuerpo

_Te gusta…_ pregunte de improvisto dejando su seno de lado

Ella me miro y solo asintió jadeando, sus mejillas arreboladas me corroboro cuan excitada estaba.

Mis labios recorrieron lentamente su abdomen, sus costillas, hasta que llegue a su ombligo, introduje mi lengua jugando con el, ella tiraba de mis cabellos gritando que dejara de hacerle cosquillas. No pude reprimir una amplia sonrisa mientras la miraba y seguía hurgando esa abertura que me enloquecía. Después de ya maltratar aquel orificio continué mi trayecto hasta llegar a su campo de Venus. Fue allí cuando sentí como su cuerpo se tensaba y sus manos aprisionaban fuertemente mis cabellos hasta casi hacerme gritar pero no dije nada.

Al ir mas abajo el calor que emanaba de lo más profundo de su intimidad me empalmo brutalmente, deje escapar un ronco jadeo, sin detenerme mas me hundí en ella. No se cuanto tiempo estuve estimulándola con mi lengua hasta que ya no me aguantaba mas. Lentamente me ubique sobre ella sin dejar caer todo mi peso, acariciando sus esbeltas piernas las fui abriendo mientras ella me miraba con su carita roja por la excitación.

Esta vez no me apure por penetrarla de golpe, quería disfrutar cada segundo, sentía como si fuese la primera vez que incursionaría en su interior, para mi este momento fue muy sagrado, porque fue la culminación de mis sufrimientos y soledad, fue como recibir el regalo de su primera vez.

Sin mas preámbulos la penetre, fui tierno y dulce, no deje de mirarla cada segundo de esos momentos, vi rodar lágrimas por sus mejillas, pero supe que no eran de tristeza sino de confirmación de sus amor por mi. Me abrazo fuertemente casi sofocándome. Comencé a penetrarla cada vez mas aumentando mi impulso con mas fuerza. El movimiento de entrada y salida se hizo muy sonoro en la habitación mezclándose con nuestros jadeos y gemidos, por espacio de quince minutos en que fui aumentando el frenesís de mis embestidas sus gritos se hicieron mas continuos anunciándome la llegada de su orgasmo, no quise dejarla sola y aumente los embates, mi cuerpo se tenso junto al suyo y como si fuera una explosión nos sacudió como nunca, jamás había sentido con otra mujer esta sensación de éxtasis y de completa satisfacción...

Nos quedamos por espacios de largos minutos abrazados completamente bañados en sudor hasta que recobramos el aliento. La mire y vi ese brillo especial en sus ojos, la bese tiernamente.

_Te amo mi amor_ dije acariciando con mis labios su carita mojada.

_ No se si lo que siento por ti en este momento es amor, pero me siento inmensamente feliz, no quisiera que nunca mas te alejaras de mis brazos _ dijo abrazándome fuertemente mientras mimaba con sus calidos labios mi nariz. Nos quedamos dormidos. Creo que nos despertamos mucho mas tarde del mediodía, hambrientos. Ayude a kara a llegar hasta el baño y sin pensarlo dos veces me metí con ella en la ducha, sino fuera porque escuchamos la vos de la mujer llamándonos para almorzar juro que allí no hubiera perdido la oportunidad de hacerla mía nuevamente.

Mientras la secaba le acaricie el cuerpo, ahora que podía verla desnuda, podría decir que estaba para el infarto. En la penumbra de la noche y con la excitación de por medio no pude observarla con detenimiento. Pero allí estaba a mi merced, para su sorpresa le estampe un sonoro beso en esa sensual boca que me tenía trastornado.

Una vez vestidos bajamos

El almuerzo estuvo muy alegre, nunca había visto tan feliz a kara, y yo por ello me sentía el hombre mas dichoso del mundo.

Los días pasaron rápidamente, no intente hacer el amor con kara otra vez por miedo a que echara a perder toda esa felicidad y entrega que nos unía. El día anterior a mí regreso a EE.UU. kara se mostró melancólica y ausente, yo a mi vez sentía como si mi corazón se partiera en dos, debía tomar una decisión… y así lo hice.

_Kara… podemos hablar_ le dije en la espaciosa galería mientras la abrazaba

_ Si

_Tome una decisión

Ella se dio media vuelta para mirarme de frente, en sus ojos pude ver algo parecido al miedo y a la desesperación

_Iré a EE.UU. y presentare la renuncia en el hospital

No me dejo terminar porque se tiro encima de mí y comenzó a besarme cada centímetro de mi cara para terminar en mi boca. Sentí como su cuerpo, sus labios temblaban por la emoción, y sin importarme nada me deje llevar. La bese apasionadamente hasta hacerle doler, ella se aparto para poder respirar pero al hacerlo volví a ver en aquellos ojos llenos de esa luz que tanto amaba.

Llego el día de mi partida pero kara a pesar de eso estaba feliz, sabia que en dos o tres días estaría de vuelta junto a ella y esta vez para siempre.

A los dos días de mi llegada a EE.UU. después de mi renuncia en el hospital mientras preparaba la venta de apartamento y dejaba todo listo para mi regreso a casa sonó el timbre.

Me imagine que era un amigo/a pero la verdad no esperaba a nadie. Abrí la puerta y para mi asombro me encontré con dos hombres vestidos con trajes y una mirada fría.

_Buenos días… la señorita

Karalia… ¿se encuentra?_el nombre de kara pronunciado por esos tipo me puso en alerta.

_Ella no vive aquí, pero soy su hermano… que es lo que desean _pregunte desconfiado

Los dos se miraron.

_Esta bien… será mejor que le contemos que es lo que nos trajo hasta su casa_ dijo el hombre mas alto

_Mi nombre es Cortez soy abogado, y el es el señor Smith y es contador, somos originarios de Australia, mas exacto de Melbourne, como ustedes _ dijo y se me quedo mirando seriamente

Yo no entendía nada, que diablos hacen estos dos tipos de Australia buscando a kara. Mi curiosidad igualaba a mi preocupación, les hice una seña para que entraran al apartamento. Estos no se hicieron de rogar y fueron derecho hasta el sofá.

_Mucha gracias… bueno vamos a lo que nos concierne _ dijo haciendo una pausa el contador_ nosotros debemos entregar un sobre a kara de parte de sus padres _ acentuó enfáticamente

_ ¿Una carta de mis padres?... ¿para kara?... no entiendo _ respondí sorprendido. Si mis padres habían dejado una carta, porque estos hombres debían de entregársela a kara, al fin y al cabo yo también era su hijo y por lo tanto me correspondía y así se lo hice notar

_Pero si la carta es de mis padres, yo como hijo tengo el mismo derecho de kara a verla_

_No… creo que usted esta confundido_ comenzó el abogado _ nosotros hablamos de los padres de kara, déjeme explicarle… la señorita kara… era hija adoptiva del señor y la señora "Parker", o sea sus padres_ hicieron una pausa como para darme tiempo de que yo procesara lo que me acaban de revelar, en mi cabeza comencé a sentir una especie de aturdimiento, las palabras adoptiva retumbaban en mi cerebro como un taladro. Uno de los hombres al ver mi expresión se preocupo y miro en derredor como buscando algo, se levanto y lo vi dirigirse a la cocina, tomo un vaso de la mesada y lo lleno de agua, me lo acerco y yo como un ente lo recibí y la tome sin respirar. Se quedaron en silencio por bastante tiempo, hasta que estuvieron seguros de que ya me encontraba mejor.

_Veo que esto es lo primero que escucha ¿o me equivoco?, especulábamos que usted sabia por eso pensamos en buscarlo primero para que nos pusiéramos de acuerdo en cual es la mejor forma de informarle a la señoría kara. Ya que al fin y al cabo ustedes se criaron como hermanos _ concluyó apesumbrado

_ ¿Kara no es mi hermana?... ¡Dios!... jamás mis padres me dieron ni siquiera un indicio o motivo para yo pensar en algo así_ dije aun turbado por el shock. Nunca me hubiera imaginado ni en mis mejores fantasías con ella que podría ocurrirme una cosa como esta. Cavilando en estos momento me vino a la memoria que cuando yo iba a cumplir los nueve años mama dijo que pronto tendría un hermanito, que por cierto fue hermanita… en ese año yo estaba en EE.UU. debido a que había ganado una beca para poder especializarme idiomas, por lo que pase casi un año en ese país.

Nunca había visto a mama embarazada de kara… como era posible que mis padres me hayan ocultado al punto de mentirme con el embarazo y todo. También supe por una carta de mama que papa tuvo que viajar a Australia por negocios. Ahora entiendo que fue allí en busca de… kara. Los pensamientos se agolpaban en mi cabeza, pero uno sobresalía por sobre los demás… ¡kara no era mi hermana!

La cara de los dos hombres al verme sonreír era digna de filmarla ya que no entendían como hacia unos momentos estuve a punto de sufrir un ataque y ahora estaba de lo más feliz. Era comprensible ya que ellos nada sabían de mi historia con ella, y si es por mí así se quedaría.

Continuara