Kara (4)

Creí que con el tiempo podría tener la oportunidad de que kara me comprendiera pero al “aparecer” perdí toda esperanza.

Me encontraba completamente solo en la casona, la ausencia de ella me era insoportable pero había aceptado la decisión de kara. Pasaron mas de nueve días, mientras me encontraba cortando el césped la vi cruzar el portalon, me quede paralizado. No por el hecho de verla allí, sino por que no se encontraba sola.

La presencia del joven me puso en guardia, tenia tomada a kara del brazo, sentí como si me hubieran dado una puñalada en el centro del pecho. Trate de disimular pero creo que ella se dio cuenta porque trato de alejarse del chico pero el la retuvo.

_ Hola Darién… _saludo con esa dulce vos que me llegaba hasta el alma_ ¿Será que podemos hablar?

Que distinto era todo entre nosotros ahora, recuerdo el día en que llegue de EE.UU. con que alegría me recibió en cambio hoy… si me regalaba una sonrisa era pedir mucho. Se que es mi culpa pero aun así no puedo aceptar que todo el cariño se haya perdido.

_Si…_ respondí melancólico

Se soltó del brazo que la tenia sujeta y camino hasta mí. Estaba tan hermosa, sus mejillas sonrosadas desbordaban vitalidad y belleza. Había recuperado su peso, note algo en sus ojos que me llamo la atención, al principio no me di cuenta de que era aquello hasta que al mirarla fijamente lo supe, estaba feliz… el brillo en sus ojos era de felicidad. No pude disimular el tremendo shock que eso me produjo.

Caminamos en silencio unos metros hasta que ella me detuvo.

_Darién… no se como decirte esto sin que te cause pesar… pero he decidido vivir en el pueblo, iré al colegio por la mañana y por la tarde conseguí un trabajo en la biblioteca, eso me dará un ingreso con lo cual podré pagarme un lugar en la posada de la señora Godoy, es muy buena y ella conocía a papa y mama_ se detuvo unos segundo como para darse un respiro y continuo_ no puedo volver a vivir aquí _ dijo mirando la casona_ no puedo después de lo que paso… por favor trata de comprender_ la voz se le quebró y sus ojos estaban cubiertos de lagrimas.

Solo escuche hasta que me dijo que había decidido vivir en el pueblo, mi mente se bloqueo por completo, me quede allí helado, sentí en mi cuerpo como si me hubiera golpeado un camión.

La mire, pero mi mirada era totalmente fría, luego voltee a mirar al tipo que la espera y volví a mirarla pero esta vez había fuego en mis ojos. Los celos me corroían el alma, solo tenía ganas de gritar y decirle cuanto la odiaba por eso, pero en cambio no pude porque era mi culpa, solo mi culpa.

Ella entendió a la perfección las emociones que me dominaban en eso momentos porque intento acercarse para tomarme la mano pero la rechace bruscamente

_No te atrevas a tocarme, no lo soportaría… mejor vete y ojala que tu puedas lograr la felicidad que tanto mereces _ dijo mirando al chico_ con el o con cualquier otro hombre porque a mi ya no me queda nada, acabo de perder lo mas importante de mi vida, sin esa persona mi vida esta completamente vacía_ me temblaba todo el cuerpo pero haciendo un tremendo esfuerzo continúe_ ojala que seas feliz pequeña…_ me di media vuelta y me encamine hasta la casona.

Se quedo allí parada por espacio de unos minutos hasta que el chico se le acerco y abrazándola dio media vuelta y cruzaron el portalon.

Cuando desaparecieron las piernas se me aflojaron y caí de rodillas, me di cuenta que lloraba como nunca lo había hecho. Lloraba porque la había perdido, lloraba porque yo fui el causante, lloraba por papa y mama… y lloraba porque era un completo idiota.

Cuando desperté ya era de noche, el cuerpo me dolía un infierno, estaba muy caliente y los espasmos me envolvían, al caminar por la casa, la oscuridad me mostraba siluetas inexistentes. La fiebre dominaba hasta mis sentidos.

Durante ese estado las imágenes de aquel día me acosaban, la veía acostada junto a mi, mientras yo acariciaba con ternura aquella piel que tanto me fascinaba, de repente la negrura volvía a atormentarme.

Me desperté aquella mañana por el llamado en la puerta, oía los golpes muy lejanos al principio luego conforme fui despabilándome se hicieron más fuertes.

Me levante como pude, la verdad no aconsejo a nadie dormir en el piso, uno amanece con los huesos en un solo grito de dolor.

Tambaleando fui hasta la puerta, trate de acomodarme un poco la ropa y abrí. Para mi sorpresa era nada menos que Clarissa.

_Como dice el dicho si mahoma no va a la montaña… la montaña va a mahoma _ dijo sonriendo

_Clarissa… que haces aquí _ pregunté algo boquiabierto

_Sucede que como se que tu hermana kara se fue a vivir al pueblo no soporte la idea de que estuvieras tan solito_ se acercó asediándome con los brazos

Que rápido que corren los rumores… bien esta el dicho que dice en pueblo chico infierno grande. Era irónico que los dos estuviéramos tan familiarizados con los proverbios ese día. Eso me provoco una sonrisa, gesto que ella mal interpreto. Sin ningún tipo de timidez se colgó de mi cuello ofreciéndome su boca. Sinceramente no se si fue por mi soledad o si fue por la rabia que volvía a mi al recordar como kara me había abandonado que no tuve reparos en corresponderle a esta chica que en ese momento se me ofrecía en bandeja de plata cuando justamente tenia la necesidad desesperante de tener alguien a mi lado.

La cargue en mis brazos mientras la besaba violentamente tratando de fundirme en ella, la coloque en el sofá, con premura comencé a quitarme la ropa mientras ella juguetonamente lo hacia a su vez. Me miraba deseosa de tenerme y no la hice esperar, me tire encima de ella para comenzar a besar sus labios, su bronceado cuello, atacando furiosamente sus casi perfectas nalgas, estrujándolas hasta hacerla gritar, por un momento desee con todo mi corazón que fuera kara quien estuviera debajo mío, se que no es de hombres pensar en una mujer mientras tienes sexo con otra, pero en ese momento mis emociones no tenían control. Comencé a morderla suave para luego aumentar la intensidad de mis caricias, me detuve a juguetear con su pezón, a diferencia de kara, Clarissa poseía unos pezones grandes, de un color mora, eran suaves y duros como piedras debido a la excitación que la dominaba. Pero jamás cambiaria los senos de kara por los de otra mujer. La ausencia de pezón me excitaba demasiado.

Se los mordí y chupe fuertemente que ella lanzo un grito de satisfacción, eso me calentó muchísimo, continúe excitándola hasta que me pidiera que la hiciera suya nuevamente, sus jadeos mezclados con ahogados grititos me volvía loco de pasión, no era exactamente el tipo de pasión que sentía por kara … la diferencia esta en que por kara sentía amor, un amor profundo y que para mi seria eterno, mezclado con deseo, pasión, deseo de tenerla en mis brazos y verla dormir con esa paz que tanto la caracterizaba y que yo había perturbado, deseo de vivir cada día de mi vida junto a ella y esta vez amargamente debo confesarme a mi mismo el deseo de querer formar una familia con ella… en fin que no solo que fuera mi esposa, mi mujer, mi amiga y compañera de la vida sino también la madre de mi hijos. Es un sueño que nunca se hará realidad eso ya lo tengo asumido. En cambio por Clarissa solo es un deseo pasajero, un deseo de satisfacer la carne.

Mientras pensaba esto no dejaba de succionar sus pezones alternando entre uno y otro. Ya no se aguantaría mucho más y yo tampoco porque estaba completamente empalmado. Baje hasta su intimidad y me di cuenta que estaba muy mojada, sonreí para mis adentro, nunca entendí que les cautivaba de mi a otras mujeres que kara no pudo reconocerlo, tanto pensé en eso hasta que di con la respuesta, era de lo mas sencilla, kara nunca pudo reconocerlo porque ella jamás me conoció o me miro como hombre hasta ese día, siempre me vio solo como hermano. Los quejidos de Clarissa me regresaron a la realidad, me ubique sobre ella y abriéndole las piernas la penetre de un solo envión. Me sujetaba por el cuello, mientras me pedía que lo hiciera más rápido.

_ ¡Por favor mi vida! … Sigue no te detengas… _ decía jadeando mientras me mordía la oreja.

Comencé a moverme dentro de ella, mis embestidas aumentaron bruscamente, no hubiera querido acabar tan pronto pero la excitación me sobrepasaba. La sentí estremecerse debajo mío, la mire y vi algo muy parecido al amor en esos ojos, era tan irónica la vida… había amor en los ojos equivocados para mi, si fueran esos ojos lo de mi dulce kara creo que gritaría a los cuatros vientos su nombre. Justo en ese momento nos avasallo ese inmenso estallido llamado orgasmo por lo que no pudimos contener nuestros gritos de pasión. Gradualmente los espasmos de Clarissa fueron desvaneciéndose, aun no me soltaba como queriendo mas… aunque no me agradaba mucho la idea tenia que reconocer que aun me encontraba empalmado por lo que decidí volver continuar besándola mientras ella intentaba tumbarme para colocarse encima, una vez que lo logro comenzó a moverse como una experta. Me introducía un par de dedos en la boca mientras se retorcía un pezón hasta gritar por el placer que se estaba provocando. Me comenzó a montar como una poseída, a su vez quería comer mis labios por la forma en que me besaba, de repente sentí un dolor, me había mordido debido a la extrema pasión que la embargaba. Me tomo ambas manos para poder sostenerse mientras ella se tiraba hacia atrás para tratar de que la penetrara profundamente, la verdad que la excitación también a mi me dominaba, le solté una de las manos para tomar uno de sus senos y apretarlo hasta que el pezón se endureciera, sus gritos me anunciaba que pronto volvería a llegar al clímax, yo también me sentía próximo a un nuevo y explosivo orgasmo, aumento el vaivén de su embestidas mientras jadeaba y gritaba mi nombre

_Así mi amor… mas fuerte por favor… no te detengas… ahhh, siii, que bien que se sienteee_ gemía y de pronto fue como una descarga y lanzo un grito_ ¡ahhhhh Darién! _y se desplomo sobre mi sudado cuerpo.

Luego no metimos en el baño a ducharnos. Solo nos quedamos charlando en la cama por espacio de un par de horas y luego ella dijo que debía regresar antes de que anocheciera. Por mi parte estaba de acuerdo porque no quería ningún tipo de compromisos con nadie y mucho menos cuando mi mente y corazón estaban ya ocupados por otra.

Treinta y cinco días después de que kara se fuera de la casona recibí una carta del hospital en EE.UU. en el que el año pasado había hecho la residencia antes de recibirme de medico. Me comunicaban para mi felicidad que había un puesto vacante en el área de neurocirugía, me alegro sobremanera que me tuvieran en cuenta y porque era el puesto al que yo ansiadamente deseaba.

Lo pensé por espacio de una larga semana, puse todo en una balanza antes de decidirme, sabia que al tomar el cargo perdería para siempre a kara, pero si me quedaba nada me garantizaba que el tiempo me daría una nueva oportunidad con ella. En estos casi dos meses en que no la vi ni tuve noticias por parte de ella, lo poco que sabia era por lo que me enteraba en el supermercado ya que una de las cajeras se había hecho su amiga. Gracias a eso pude pensar tranquilamente sin presiones.

La visita de Clarissa aquel jueves fue como una bocanada de aire nuevo ya que al estar tan animado porque había decidido volver a EE.UU.pude disfrutar plenamente del sexo aquella tarde de julio. Llego como a las cinco de la tarde con un pollerita bastante cortita que dejaba mostrar sus nada despreciables piernas, de arriba solo llevaba una musculosa sin brasier que dejaba revelar sus ya endurecidos pezones.

Corrió hasta mi y me tiro en el césped, me besaba con tanta ansiedad que me sentí culpable, pero ella sabia que esto solo era algo pasajero, que nunca le había hecho promesas de ningún tipo. A mi vez le mordí la oreja por lo que ella grito de éxtasis, se quito la musculosa y sus senos saltaron ante mis ojos, los agarre fuertemente con mis manos y me los lleve a la boca para chuparlos desesperadamente haciéndole daño ya que la oí quejarse pero no me importo, la gozaría hasta que ya no me quedaran ganas… ¿o no era para eso que venia?

Le quite la pollerita y su tanga, la acosté sobre el pasto y comencé a recorrer cada centímetro de su cuerpo con mi lengua deteniéndome en sus partes intimas por primera vez, esto la volvió loca y me alentaba que lo hiciera mas rápido aumentando así su excitación.

La verdad que me deje llevar y la besaba y mordía al mismo tiempo, ella se aferro a mi cabello haciéndome gritar pero eso no impidió que le metiera un dedo dentro suyo, le gusto tanto que se apretó mas contra mi. No me demore en penetrarla ya que mi excitación estaba descontrolada. Embestía esta vez suave al principio tratando de prolongar un poco el éxtasis pero aunque uno desee alargarlo mas el cuerpo manda, todo termino tan rápido como había comenzado, tal vez era porque a pesar de que quería desfrutar aunque sea por esta vez del sexo con Clarissa mi mente estaba a pesar mío en otra parte

Clarissa noto que yo estaba con mi mente en otro lado por ello no dijo nada solo se cambio y se puso a fumar, si hay algo que me molesta de las mujeres es que fumen o tomen mas de lo debido, las desvaloriza tanto ante mis ojos, pero bueno cada uno es como es y para tener la misa en paz debe aceptar a las personas como son.

Media hora más tarde la despedí con un beso mientras le decía

_me gusto mucho haberte conocido Clarissa… espero que alguna vez podamos contarnos como nos va en nuestra vida_

_Suenas como si te estuvieras por ir a algún lado _ dijo algo nerviosa

_No solo me refería a que esto no puede durar mas tiempo, tu tienes tu vida y yo tengo la mía en el norte _ dije esquivando la mirada porque no tenia ganas de dar explicaciones.

Un par de horas después de que se fuera Clarissa me senté en el jardín a mirar como oscurecía, pensaba en kara, como tomaría mi decisión.

En la mañana telefonearía a la biblioteca para hablar con kara. La noche cayo lenta y serena, sentado en la galería mientras cenaba, miraba al firmamento pensando en todo lo que había pasado desde que llegara hacia casi seis meses atrás. Sin darme cuenta el sueño fue venciéndome suavemente y mi último pensamiento fue la imagen de kara alejándose lentamente por el camino.

El tono del llamado repiqueteaba al otro lado de la línea hasta que una voz masculina respondió

_ Buenos días, ¿en que puedo servirle? _ me extraño que respondiera un hombre ya que uno de los trabajos de kara era atender el teléfono

_Buenos días… habla Darién el hermano de la señorita kara, ¿esta ella?_ pregunte algo ansioso

Hubo un largo silencio antes del otro lado de la línea antes de que respondiera.

_La señorita kara salio un momento, si desea puede llamarla en media hora_

_No esta bien… solo dígale que es urgente que yo hable en persona con ella _ recalqué la ultima parte

_Muy bien yo le doy su recado, buenos días_ y sin mas corto

Me dedique toda la mañana a dejar en condiciones la casona, había contratado un casero el día anterior junto con su esposa, así me mantendrían informado de todo, los aloje en la pequeña casita que se encontraba en el lugar mas alejado del jardín. Al entrar en ella me vino a la memoria que allí había vivido nuestro antiguo cuidador que al morir su esposa no dejo para irise con sus hijos al exterior. Desde ese día solo y debes en cuando la ocupábamos kara y yo en los días de lluvia para poder hacer lo que nos placiera sin que nuestros padres estuvieran todo el tiempo controlandonos.

Fueron tiempos verdaderamente felices.

Me encontraba en mi habitación cuando sonó el teléfono. Salí disparado porque sabía sin ninguna duda que era kara.

_Hola…_ dije casi ahogado por el nerviosismo que me embargaba. Hacia tantísimos días que no escuchaba su voz que me descubrí sofocado por la emoción de oírla nuevamente.

_Hola Darién… soy kara _ su voz… Dios que dulce que era, mis manos temblaban tanto que casi se me cae el teléfono

_Hola kara… como…como estas_ pregunte tartamudeando como un idiota

_Bien y tu_ respondió

_Bien… solo algo cansado porque estuve limpiado la casa para que cuando me…_ me interrumpí bruscamente, no quería decirle nada por teléfono, quería tenerla frente a mi cuando lo hiciera para ver su reacción

_ ¿Te vas?_ me dijo de repente

Me quede helado, ¡maldita sea! ¿Como sabia que me iba? la percepción que kara demostraba me aterraba cada día mas. Como podía ella haberse enterado, por el correo seria imposible porque la carta me vino directamente a la casona, es mas ella no tenia exceso a ninguna de las dependencia el correo.

Pasaron varios segundos para que me recobrara de estupor

_kara…quiero que hablemos, si no es algo forzoso para ti me gustaría que vinieras… por favor_ suplique temiendo que su respuesta fuera negativa. El alma regreso a mi cuerpo cuando escuche su respuesta

_Esta bien veré que puedo hacer pero no te aseguro nada ¿si? _dijo casi susurrando. Solo un segundo tarde en escuchar el tono del teléfono nuevamente. Ella había cortado.

Su actitud me dolió, porque cortar así tan fríamente

Mientras me encontraba enfrascado preparando mi equipaje en mi habitación, no la oí entrar tanto así que creí que mi mente como tantas veces me estaba jugando una mala broma. Estaba hermosa, con un vestido natural que le llegaba justo a las rodillas donde podía uno maravillarse admirando sus bellas piernas, usaba zapatos de un acentuado tacón sin ser muy alto ni corto. Una cinta del mismo tono del vestido rodeaba su pequeña cabeza, ¡Dios mío! ¿Acaso pretendía provocarme un infarto? Como si el ponerse tan seductora lo hubiera hecho deliberadamente.

La mire varias veces de arriba abajo admirándola sin malicia, me había quedado sin aliento al verla, me miro con cierta timidez, se adelanto unos pasos observando la habitación hasta que sus ojos bajaron hasta las maletas que estaban sobre la cama.

Su rostro de niña se ensombreció drásticamente, me miraba a los ojos escrutando mi rostro.

_Me voy… regreso a EE.UU._dije sonriendo forzosamente _ me salio el cargo por el que yo tanto luche y trabaje todos estos años, es en el mismo hospital donde hice la residencia el año pasado, es el puesto de jefe de neurocirugía, es muy importante y muy difícil de rechazar_ continué mientras volvía a colocar prendas en una de las valijas tratando de que no se diera cuenta el enorme esfuerzo que hacia para controlar mis emociones.

_Entonces te vas… ya lo decidiste… ¿Cuándo?_ pregunto de improvisto

_Mañana…al medio día…solo quería despedirme y decir varias cosas_ comencé a explicar_ quería pedirte perdón por lo que te hice, pero si tengo que ser sincero no me arrepiento porque llevare conmigo el sabor de tus besos, el recuerdo y la dicha de que yo fui el primero… el primero que te robo un beso, el primero que te hizo mujer, mi mujer…_ el solo hecho de decir estas palabras hacia que mi garganta se cerrara evitándome así seguir hablando. Inspire profundamente para recobrar el control antes de continuar_ se que para ti fue doloroso y traumático pero si te sirve de algo lo hice por amor, no fue un acto vil de mi parte, me enamore kara… ¡me enamore perdidamente de ti! _ grité.

Me acerque y sin tiempo a que ella se diera cuenta le tome ambas manos para llevarlas asidas con las mías hasta mi pecho

_Solo quiero que tengas bien en claro que te amo…¡¡te amo!! Y te amare por siempre. Ya no te veo como la dulce hermanita que siempre fuiste, te veo como la mujer que siempre amare, como mi mujer _ no pude controlarme y caí de rodillas abrazando su cintura. Me aferraba a ella con impotencia mientras lloraba. Y lo peor de todo era que no me importaba comportarme otra vez como un completo idiota.

No se el tiempo que estuvimos así, hasta que ella se arrodillo junto a mi, me tomo la cara entre sus manos para besarme dulcemente en la frente, beso cada uno de mis ojos, tomo con sus calidos labios una a una mis lagrimas para terminar por besar mis labios. Fue un beso suave, tierno, lleno de amor.

Cuando se aparto me quede mudo mirándola atónito hasta que oí su vos

_No puedo corresponderte… no por ahora… desde aquel día ya no soy la misma, he pensado mucho en lo que paso y también debo ser sincera no solo contigo sino conmigo misma, fue también mi culpa… me hiciste sentir cosas que nunca había sentido, despertaste en mi el deseo y la pasión, sensaciones que nunca imagine sentir, tal vez me horrorice en el momento porque me habían enseñado que esas cosas no podían pasar entre hermanos, pero pasaron… tampoco puedo negar que hay instantes en que me encuentro a solas en la habitación de mi pensión rememorando ese momento para descifrar hasta donde estaba yo opuesta a ello, me di cuenta que en aquel momento te sentí dentro _ dijo apoyando su mano en mi pecho_ no se lo que eso puede significar Darién… quiero descubrirlo por mi misma, sin presiones, por eso lo mejor seria que te fueras para yo tener paz y descubrir que es lo que me pasa y siento cuando estoy contigo _ se detuvo para acariciarme con ternura la mejilla _ por favor Darién deja que el tiempo me muestre si lo que siento es lo que tu realmente esperas de mí _ terminó dándome un profundo beso que me dejo sin respiración y salio corriendo.

Al principio no entendía nada, me tomo por sorpresa sus palabras, nunca me imagine que ella estuviera tan confundida con respecto a los sentimientos que sentía por mí. Mi reacción llego tardíamente, cuando intente ir por ella ya no se la podía ver, como fue que desapareció tan de repente del camino… a menos que alguien la estuviera esperando

_¡¡kara!!... kara espera _ grite pero solo el silencio me respondió

Me volví a la casona confundido. Kara había dicho que le diera tiempo… ¿tiempo para que descubriera que es lo que sentía por mi?

Esa noche no pude conciliar el sueño, solo cuando aparecieron las primeras luces del amanecer, me levante para darme una ducha. Una vez ya en la cocina escuche el ruido de un motor de auto que se acercaba, me asome a la ventana y vi que era el auto de Clarissa.

_ ¡Diablos! ¿Que es lo que hace hoy aquí? _maldecía

Abrí la puerta y ella ya se encontraba en la galería, sonreía descaradamente, gesto que me molesto sobremanera.

_Hola amorcito como estas. ¿Porque no me llamaste? Eres muy desatento ¿no?

_Hola Clarissa… ¿Que haces aquí? pregunté franqueandole la entrada. No estaba de ánimos y además había cosas por hacer antes de irme al medio día.

_Huy que poco amable _ dijo sardónica mientras trataba de colgarse de mi cuello

Le sujete los brazos antes de que llegaran a destino, mirándola seriamente la saque hacia la galería nuevamente

.

_Clarissa… creo que tienes que saber que entre nosotros ya no puede haber ni habrá nada, me regreso a EE.UU._la sonrisa de sus labios desapareció.

_¡¿Como?!. ¿De que hablas?_interrogo furiosa

_Fui muy claro… me regreso al norte, por lo tanto no podemos seguir con todo esto, además lo que sucedió era solo un aventura, algo sin compromiso _ aclaré hoscamente_ y disculpa que no te lo dije antes, no estaba seguro de la decisión que tenia que tomar.

Me di la vuelta y le abrí nuevamente la puerta del auto, ella se quedo mirándome por unos segundos sin decir nada luego

_ ¿Así?... sin despedirnos como es debido, pensé que tu eras diferente_ dijo entristecida

_Es mejor… nunca me gustaron las despedidas porque alarga lo evidente _ dije con una dulce sonrisa para evitar que se fuera de mala manera después de todo ella fue muy paciente y compasiva conmigo.

Bajo la cabeza al darse cuenta que yo tenia razón de nada servia alargar las cosas. Se acerco y me dio un suave beso en la mejilla

_Espero que encuentres lo que buscas… y si alguna vez regresas al pueblo… ya sabes donde encontrarme _ dijo guiñándome un ojo

Sentí como que se me quitaba un peso de encima ya que no quería hacerle daño a Clarissa también ya suficiente carga llevaba con lo que le había hecho a kara.

Una hora mas tarde después de darme una ducha y vestirme para el viaje llame un auto para que me llevara hasta la estación que me dejaría en el aeropuerto.

Puntualmente veinte minutos después tocaba bocina en la entrada de la casona. Salí con mi equipaje y le pedí al chofer que lo pusiera en el auto, volví a entrar a la casona, recorrí cada una de las habitaciones, cuando me detuve en la mía los recuerdos de aquel día volvieron a mi memoria tan nítidamente que me estremecía de solo imaginarme a kara en mis brazos. Seguí por el pasillo y entre en la de mis padre, la tristeza me embargo por unos segundo… ellos ya no estaban y por mi parte no había sabido cuidar a kara como un buen hermano… le había fallado a mis padres, ojala algún día pueda sentir en mi corazón que me han perdonado. Después de tomar una de los retratos de ellos que estaba sobre la cómoda salí cerrando la puerta.

Al llegar hasta la puerta de kara entre… la paz y el perfume que en esa habitación residía me produjo una tremenda agitación. Tuve la sensación de que ella me estuviera observando, me senté en su cama, aun conservaba el perfume de su piel, de repente algo me llamo la atención sobre el escritorio de ella, la cajita musical que le había regalado cuando cumplió diez años estaba llena de bisuterías, de entre todos tome una especie de relicario que le mande con papa y mama cuando fueron a Canadá. En el había una foto de ella y para mi sorpresa una mía… encima de la foto delicadamente enrollados había dos mechones de cabellos, supuse que eran de ella pero al mirarlos mejor me di cuenta que uno era exactamente como el mío, no recordaba haberle dado un mechón de mi cabello, cómo es que estaban en su poder.

Lo tome y me lo colgué al cuello, luego busque en uno de los tantos cajones una fotografía de kara, revise uno tras otro hasta que al fin di con una. Se veía verdaderamente bella, estaba en el jardín cortando rosas cuando se la saque hacia ya más de tres años. No había cambiado mucho su rostro aunque si maravillosamente su cuerpo

Me aleje de allí bajando las escaleras. Recorrí el resto de la casona y salí cerrando con llave, ya en la escalinata de la galería me esperaba el casero con su esposa, después de darles un afectuoso abrazo les entregue las llaves

_Quiero que me mantengan al tanto, si ocurre algo no duden en avisarme, los teléfonos están sobre la mesita de living _ dije tranquilamente

_No te preocupes muchacho que todo estará bien _ respondió el buen hombre

_No se si kara volverá… si lo hace quiero que la cuiden como si fuera su hija ¿si?, por favor lo que ella necesite hágamelo saber _ recalque algo ansioso

Me subí al auto y no mire atrás.

Al llegar al pueblo le pedí al chofer que se detuviera un momento en la biblioteca. Me baje y camine nervioso hasta la entrada, mire a través del ventanal, kara estaba detrás del escritorio de atención al publico dándome la espalda, como si presintiera mi presencia se dio vuelta y miro directamente al ventanal. Yo le sonreí y salude con la mano desconcertado, ella dudo unos segundos y luego se levanto para venir hasta donde yo me encontraba, abrió la puerta y salio mirando al auto que me esperaba

_ ¿Te vas?_ pregunto con tanta tristeza que quise tomarla en mis brazos para evitar que llorara, pero me quede allí parado, sabia que no podía dar marcha atrás

_Si… vine a despedirme, dudaba si debía hacerlo pero después me decidí que no podía irme sin saludarte _ respondí haciendo un gran esfuerzo.

Ella se acerco lentamente y me abraso, y yo no pude más y también la abrasé casi hasta hacerle daño pero ella no se quejo, la bese en la mejilla demorándome como si se me fuera la vida si me apartaba tan bruscamente.

_Sabes que te amo y que siempre te amare ¿verdad? _dije roncamente_ te llevo conmigo_ agregue mostrándole el relicario que llevaba en mi cuello junto a una de las medallitas que mama me regalara antes de partir a la universidad. Para mi sorpresa ella sonrío y asintió, pero lo que mas me dejo paralizado es que mientras me quitaba la cadena de la medalla tenia su mirada fijamente en la mía. Se la colgó a su vez alrededor de su delicado cuello y sonrío después de besarla

_Tu te llevas algo mío… yo me quedo con algo tuyo…_me susurro al oído para luego darme un beso en la frente. Dio la vuelta y volvió a entrar a la biblioteca.

Me quede unos segundos allí hasta que reaccione, no estaba apenado ni dolorido por dejarla, al contrario me sentía feliz porque había visto un brillo especial en aquellos ojos… un brillo que solo poseían las personas enamoradas