KAI EL CHAPERO (5) Experiencias de cada Uno
Cada uno, contó su relato mientras los demás escuchabamos atentamente ... Ahí me di cuenta de como eran cada uno de ellos,... lo que les calentaba la polla al máximo, ... y lo que les gustaba hacer en una buena follada.
KAI EL CHAPERO (5)
EXPERIENCIAS DE CADA UNO
Cada uno, contó su relato mientras los demás escuchabamos atentamente y de vez en cuando comentabamos algo cachondo. Ahí me di cuenta de como eran cada uno de ellos, ... lo que les daba placer, ... lo que les calentaba la polla al máximo, ... y lo que les gustaba hacer en una buena follada. ¿Pillaís mi estrategia?
Os contaré por encima, para no extenderme mucho las experiencias que contaron cada uno.
HECTOR: ¿Quieres contar tu experiencia primero Kai, o la cuento yo?
KAI: Me da igual Hector.
HECTOR: Pues venga ... cuentala tu.
Experiencia de Kai.
La follada que os voy a contar, la tuve con ligue que tenía mi madre, cuando yo tenía 17 añitos. Javier, que así se llamaba, era un tío de unos 35 años, alto, robusto, con buen cuerpo, bastante guapo con una cara muy morbosa. Al muy cabrón, aparte de tirarse a mi madre por el coño, le gustaba los culitos jóvenes como el mio, un chavalito chupa pollas que sabía darle gusto, y podía follarle el culito prieto, a poder ser virginal. Después de un par de meses saliendo con mi madre, la relación entre nosotros dos se estrechó bastante, me caía muy bien, y a parte me ponía caliente. Muchas noches escuchaba los gritos de mi madre, cuando se la follaba en el dormitorio contiguo al mio, y como siempre, terminaba cayendo dos buenas pajas en la polla, imaginandome el cipote del macho.
El muy cabrón, ya se había fijado en mi culito repingón, me daba cuenta de las miraditas que me echaba cuando me paseaba por la casa en calzoncillo, y yo que siempre he sido muy puta ... mas adrede lo hacía. Cuando mi madre se iba a trabajar y nos quedabamos solos en casa, charlabamos mucho, él conocía mi tendencia sexual por que yo nunca lo he ocultado, y me daba consejos sobre los tíos mas mayores que yo, para que tuviera cuidado. Discretamente se me insinuaba, le gustaba provocarme una buena erección, y mirarme el paquete creciendo poco a poco.
Aquél día salió de la ducha mojado, totalmente desnudo, con la toalla secandose los pelos, y la polla morcillona colgandole entre las piernas. No le podía quitarle el ojo al cipotazo del mamón, nunca había visto una polla como aquella ... gorda y super cabezona. Sin exageraros chicos, el capullo era el doble de grande que el tronco, de color granate, descapullado por completo sin piel, y sin un pelo ahí abajo ... todo depilado como a mi me gustan.
Me pidió un cigarro de lo alto de la encimera, ... lo saqué del paquete y cuando se lo alargué, se me cayó al suelo justo debajo de los cojones del machote. - ¡Joder que torpe soy! - le dije mirandolo. Me agaché a recogerlo y cuando miré hacia arriba, el paisaje que veían mis ojos era preciosos. Javier se agachó al mismo tiempo, pegandome sin querer con la verga y los huevos en la cara. Se rió burlandose de mi, con esa risa de pícaro que ponía cuando se me insinuaba, ... Me agarró de los brazos levantandome, atrapó mi mano con la suya y nos fuímos andando al dormitorío de mi madre.
De un empujón, me tumbó encima de la cama boca abajo, abrió mis piernas todo lo que pudo, separó con sus manazas mis nalgas, estirando el agujero con los dedos, clavó su lengua en el ojete y dió comienzo a las chupada mas placentera, que me han dado nunca en el culo. Lameteaba mi ano como un perro hambriento de chaval joven, yo gemía de gusto, por el placer que me hacía sentir su lengua insaciable, que recorría cada recoveco de mi culito. Hubo un momento que creí, que me corría en la sábanas del gustazo, con el movimiento de su lengua y el roce de mi cipote con el colchón.
Encima de la cama se puso de rodillas, sentando el trasero en sus talones, con los muslos abiertos de par en par, ofreciendome un suculento cipote en su punto. Javier, miraba mi cara deseoso de poseer mi boca, movía las caderas de un lado a otro, balanceando el cipote y pegándome en el rostro con los dos kilos de carne. Sujeté con la mano la base de la tranca, y pasé con delicadeza la lengua alrededor del glande, bajé lamiendo todo el tronco hasta llegar a los huevos, degustando, gozando y metiéndoselos uno a uno en la boca. Él grunñía de gusto cuando le estiraba los cojones con la boca, me provocaba un impulso agresivo y vicioso. Sin esperar mas, sujetó mi cabeza atrapando mis pelos con fuerza, y me obligó a tragarme de un golpe toda la polla dentro de la boca. Estaba violándome sin compasión, por cojones le tenía que chupar la polla, forzandome a tragar como me merecía, ... como una maricona chupa pollas.
Cuando se cansó de reventarme el hosico, me colocó en el filo de la cama con en el culo en pompa, bien abierto, y dispuesto a gozar de una buena follada con un macho. Como un cabrón vicioso y dejenerado, me envergó todo el cipotón en el culito de un solo golpe, el grito que dí de dolor hizo temblar las paredes, y muy cerdo no paraba de embestirme. Cogió mi polla por debajo y mientras se tiraba mi ojete, me la ordeñó frenéticamente. Me corrí al mismo tiempo que sentía el boquete de mi ano, inundado de esperma caliente y cremoso del hijo de puta. ¡Que bien follaba!
KAI: Espero que os haya gustado.
JULIO: ¿Javier fué el primero que te desvirgó?
KAI: Se puede decir que si, lo había intentado antes con un vecino de mi misma edad, pero nada de nada ... aquello no entraba en mi culo ni a la tres. Evidentemente la destreza que tenía Javier, y la experiencía no era comparable con la mi vecino.
AITOR: ¿Follastes mas veces con él?
KAI: Durante un año mas o menos, estuvo alternando el coño de mi madre con mi culo, hasta que lo dejaron, por que le salió un trabajo en Suiza y ya no lo volví a ver mas.
Recordando la follada, mientras se la contaba a mis colegas, notaba como me dolía el cipote de lo duro y empalmado que lo tenía ya. A mi ya me conoceís y sabeís mis gustos, así que continuemos con el relato de Hector.
HECTOR: Solo quedo yo ... ¿No? ... Pues allá voy.
Experiencia de Hector.
Había salido esa noche de copas, ... o mas bien de borrachera, con mi amigo y colega de juergas Dani. Con él, me lo pasaba genial, siempre nos metíamos en algún follón, ... como se dice en todos los charcos, ... pero con nadie me reía y me lo pasaba tan bien, como con él. Entramos de guasa, en un antro gay que habían abierto nuevo, y la verdad no sabíamos de que iba la historía. Pero como hablaban muy bien del sitio ... nos aventuramos. Era un antro de esos temáticos, que están tanto de moda, con habitaciones individuales de sado, orgías, cine porno, cuartos oscuros. retretes públicos, ... etc.
Nos pedimos una cerveza en la barra y echamos una ojeada a los tíos que merodeaban por el garito. Había de todo, ... tíos bajos, altos, gordos, delgados, musculosos, ositos, chaperos, ... en fin, hombres para todos los gustos. El material que veíamos era bueno y apetecible, así que fuímos a dar una vuelta y conocer el recinto, haber que nos encontrábamos.
Entramos en un cuarto bastante grande con poca luz, pintado de gris, con colchonetas en el suelo, ... y un olor a semen de varios días. La habitación era un poco asquerosa, pero todo en conjunto incitaba las gana de follar con varios tíos mas, en una buena orgía. Cuando mis ojos se adaptaron a la oscuridad, pude apreciar tres tíos mas con nosotros en el cuarto. Parecía como si estuvíeran esperandonos, por que se acercaron los tres en plan de ataque, sin presentaciones ninguna, ... sin palabras, metiendonos la boca mientras nos magreaban, y toqueteandonos con sus manos como pulpos. Dos de ellos, no tendrían mas de 30 años, altos entre 1´78 y 1´80 mas o menos, morenos de cuerpo, pelo corto los dos y morbosos de cara. El otro era muy musculoso, rondaba los 40 años, atractivo de cara con bigote y perilla, y la cabeza afeitada completamente. De pronto y sin darnos cuenta, Dani y yo estábamos de rodillas en el suelo, encima de las colchonetas y con los tres paquetones frete a nuestra cara. El tío musculoso se centró mas en mi amigo Dani, apartandose unos metros de nosotros para tener intimidad, y los dos chulillos que parecían skinheads me eligieron a mi, para someterme y doblegarme a sus deseos. Yo estaba encantado, eran los que mas me ponían cachondo, me había tocado el premío con los dos, ... pero ... lo que no sabía era lo puercos, cerdos y viciosos dejenerados que podían llegar a ser.
Mis manos magreaban las bragueta de los niñatos, poniéndolos cada vez mas calientes y cachondos, sobándoles la polla por encima del vaquero, notando la empalmaera de aquellos pedazos de cipotes sabrosos. No tardaron en sacarse la polla del vaquero, y ofrecercela a mi boca mamona. Yo sujeté un cipote en cada mano, los acerqué a mis labios, y comencé a chupar. Me metía una polla en la boca y después la otra, ... primero una ... después la otra ... mamando las trancas gordas con frenesí, apretándoles el capullo con mis labios, saboreando las gotas de pre-cum que se escapaban por sus rajas, y que mi lengua degustaba.
Uno de ellos me arrastró agarrandome de los pelos, con su polla todavía dentro de mi boca, y apoyó su espalda en la pared. El cabronazo seguia follandome la boca, el muy cerdo vicioso estaba descontrolado, la mamada que yo le daba en la polla lo tenía loco de placer, chillaba de gozo metiéndomela entera, envergándome la boca a cipotazos y restregándose en la pared de gusto. Mientras el otro chulo, me subió de las caderas con sus manos, y me despojó de las vermudas, dejando al aire libre todo mi rico culo. Noté un líquido caliente mojándome las nalgas, ... ¡El muy hijo de puta, se estaba meando encima de mi culo! ... me abrió la raja y continuó la meada dentro del boquete. Entró por mi trasero arrasando con su polla, deslizándola entre churros amarillos hasta sentirla toda dentro ... hasta sentir el calor y el roce de sus huevos. Me parecía asqueroso, me quemaba las paredes del ano y el esfinter, nunca se habían meado dentro de mi culo, ... pero la verdad, es que me gustaba, me ponía perra y muy guarrona.
¡Joder!, ... los cabrones estaban buenos de cojones, se notaba que sabían usar el cipote y trabajarse a una buena putilla calienta pollas como yo. ¡Coño ... como se me había empalmado el cipote! ... El sádico de mierda que me petaba la boca, sacaba y metía como una fiera la dura verga por mi garganta, parecía un potro desbocado cabalgando sin freno, un buen semental excitado por la buena chupada que le estaba proporcionando con la lengua. Se descargó en mi boca sin decirme nada, soltó todo el esperma pegajoso escupiéndolo por la raja del capullo, llenándome el hosico con una serie de embestidas brutales y violentas. - ¡Tragate mi lechazo maricón! ¡Asiiiii! … toda para ti, para que te la tragues bien. - me decía corriéndose el chulo, mientras el otro gamberro super excitado, no paraba de follarme el culo como un bárbaro, y meterme el cipote todo dentro. Cuando llegó su momento de vaciarse, me volteó poniéndome frente a su nabazo, e introduciéndolo en mi mamona boca. - ¡Ahhhh! … ¡Que gustooooooooo! … Te voy a llenar de lefa tu boca de puta ... ¡Siiiiiii! … ¡Toma, bebeee! ... ¡Que bueno estás chaval! -
Cuando me dijo eso mientras se corría, con esa voz de pandillero malo, ... ¡Que yo estaba bueno! ... no pude controla mi cipote, un gustazo increíble recorrió todo mi cuerpo, escapándose de mi polla varios chicate de leche, que golpearon el suelo. ¡Que gusto colegas!
No me dí cuenta con la follada que me estaban pegando los dos, de que habían entrados mas tíos en la habitación, y que el culito de mi amigo Dani era el reclamo de todos los cipotes. Se lo estaban jodiendo que daba gusto, le habían desgarrado los calzoncillos por el ojete, para envergarle una polla detrás de otra, y así disfrutando los cabrones de un culo con patas. Los dos chulos me llevaron junto a mi amigo y me colocaron como estaba Dani. El cuerpo boca abajo, con el pecho apoyado en una mesa de metal negra, las piernas espatarradas, y el culito en pompa bien abierto. No tuve que esperar mucho para recibir la primera, que me folló el culo hasta correrse dentro, y a partir de ahí, ya fué un no parar de joderme el boquete del ano.
Me follaron uno detrás del otro, abriéndo a pollazos mi agujero como les dió la gana, sintién el grosor de cada polla, la largura de cada verga, el ritmo de cada macho follandome, ... ¡Que maravilloso placer! ... Mientras, uno de los dos chulos que me había estado follando al principío, repartía a su antojo los turnos para poder tirarse y meterme el cipote en el culo. ¡Que cabrón! Todos sin excepción se corrieron en mi culo, ... en el culo de Dani, ... en su boca y en la mia, ... sin excluir a nadie, ... sin descartar a ningún tío, de los que allí estaban.
HECTOR: ¿Como se os ha quedado el cuerpo chicos?
JULIO: ¡Ufff! ...¡Que pedazo de putón estás hecho, mamón! ... ¿Esta experiencia es verdad?
HECTOR: Toda entera, hasta la última palabra.
KAI: Me has puesto la polla super dura colega, y creo que no soy el único en el camarote.
La relación de pareja entre Hector y yo, empezó un par de meses antes de esta noche que os estoy contado, ... pero presisamente esa noche me dí cuenta de lo vicioso y guarrillo que era el maricón.
Continuará...