Juntos por Siempre (7)
"Traición" Entre la competencia de Marcos y la desesperación de Andrés ¿Ocurre algo más?
Tal como les prometí, después de dos semanas aquí está JxS 7 :) Espero les guste.
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Salía corriendo al colegio, iba hacia la cantina y allí estaba, sobre la mesa, allí donde lo había olvidado cuando salí corriendo con Marcos.
-Eso era lo que debía pasar, eso era lo que iba a pasar…- corrí dándome esperanza a mi mismo de encontrar el móvil aún sobre la mesa… pero no.
Cerré los ojos y deslice la mano entre mi pelo apretándolo con los dedos y tirando un poco de él, pensando en todas las consecuencias… para remate, estaba sin clave… se la había quitado para poder ver las imágenes y lo había dejado así… y no se bloqueaba por si solo.
-Joder-
-Te pasa por descuidado- habló mi conciencia.
-A cualquiera le pasa-
-Claro, a cualquiera que esté tan pendejamente enamorado-
-¡Oh! L´ amore!-
Sacudí la cabeza y me acerqué a la mesa, tal vez lo había dejado en la silla o algo así. Revisé y… tampoco estaba
-Mierda, mierda…. Mierda…-
-Alguien lo tiene que haber tomado… ¿Pero quien?-
-Cualquiera que quiera un celular nuevo-
-Coñoo-
Volví a sacudir la cabeza… a veces me perdía tanto hablando conmigo mismo. Corrí a avisar en la dirección del plantel, pero aún no llegaba nadie así que me fui al cuarto del conserje, que por suerte iba llegando, pero no sabía nada, de todos modos me dijo que si lo encontraba o alguien se lo llevaba me avisaba.
Me fui hasta el centro del patio, habían ya varios otros estudiantes más alrededor… sería imposible preguntarle a cada uno, además… las probabilidades de que me lo devolvieran eran casi nulas… Pero no importaba si se perdía… lo que verdaderamente importaba es que no vieran la foto donde Marcos y yo salíamos besándonos.
Respiré hondo y sentí como todo me daba vueltas alrededor, comencé a sentirme mareado mientras casi sin darme cuenta comenzaba a inhalar y exhalar más rápido.
-Andrés, conserva la calma-
Respire hondo, tal como le había dicho a Marcos que lo hiciera, siempre me funcionaba… debía haber alguna forma, pero mi cerebro solo pensaba en consecuencias, consecuencias y más consecuencias…
Nos descubren que somos novios, se burlan de nosotros, comienzan a insultarnos, quizás hasta nos golpeen, pueden herir a Marcos… Nos pueden hasta expulsar... -Dios…-
-Epa Andrés.
Me sacudí de pies a cabeza, me pasaba cuando tenía los nervios de punta… -joder-
- Epa Esteban.
-Llegas temprano.
-Si, es que estaba acompañando a Marcos que se iba a lo de la competencia.
-Ah... ¿y a ti que te pasa?
-¿Por qué lo dices?
-Estás pálido, digo, más de lo normal- Esteban estiro la mano y la coloco sobre mi frente –Y también bien frío-
No, no podía decirle nada… no… no…
-Perdí mi celular- Esteban parpadeo un poco.
-¿Eh?
-Coño que se me perdió el teléfono… me lo robaron, lo deje sobre la mesa y luego me fui y cuando vine ya no estaba, que tan difícil de entender es eso- me pasé la mano por el cabello y luego me crucé de brazos.
-Ya ya, cálmate… ¿Por eso estás así?
-Si…
-Bueno… tranquilízate ahorita, igual no vamos a poder hacer nada mientras todos estén aquí en el patio- colocó una mano sobre mi hombro y apretó un poco –cuando todos estén en los salones pedimos permiso al profe y salimos a buscarlo… será más fácil.
-Ok…
-Vamos a sentarnos por allá mientras- dijo cabeceando hacia unos asientos.
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Esa sensación de que algo andaba mal no se me había quitado… desde que habíamos arrancado estaba así y ni sabia por qué…
Me saqué el teléfono del bolsillo y le iba a escribir a Andrés, no hacían ni 30 minutos que nos habíamos despedido y parecía ya una eternidad. Sin él al lado los minutos se hacían horas. Antes de escribirle un mensaje se me ocurrió publicar eso en Facebook así que abrí el Opera mini y entrando a la pagina de Facebook lo coloqué de estado. Cerré la aplicación y cuando iba a entrar en mensajes Jorge me comenzó a hablar.
-Estoy nervioso marico ¿Tú no?
-Un poco también…
-No había sido jefe de escuadra.
-Bueno pero hemos practicado bastante… Además, el profesor dijo que no íbamos a tener que mandar mucho… sino hubiera elegido los que ya son jefes de escuadras, vamos es a dirigir a todo el grupo.
-Aja.
Guardé el teléfono en mi bolsillo.
-Si, mira, la carrera según me han dicho es un circuito, hay que pasar bajo cercas de alambres arrastrándonos por el pantano, cruzar un río, lanzarnos por una tirolesa, saltar cauchos, escalar una pared, subir una montaña… cosas como esas… para lo que nos prepararon, nosotros sólo tenemos que dirigir a los demás y procurar que haya trabajo en equipo.
-Y como crees que vamos a lograr que nos hagan caso todo este poco e´gente.
-Motivándolos…
-mmm…
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-Profesora por favor, no puede dejar que Esteban y yo salgamos… es que perdí mi teléfono y vamos a pasar buscándolo por los salones- le hablé a la profesora Alzira, una mujer exigente, prepotente, histérica, odiosa, tronchatoro de “Matilde” debía ser su hermana, sin duda.
-No sr. Rios, tome asiento por favor- me dijo sin siquiera mirarme por lo que resignado me fui hasta mi puesto y Esteban me siguió.
-Maldición- me dije para mí mismo…
-Vamos a esperar un rato más, a lo mejor en un rato te deja- trató de animarme Esteban.
Respiré hondo y traté de calmarme.
-Señores, les recuerdo que el reglamento del liceo expresa de manera muy clara que en esta institución no está permitido el uso de teléfonos celulares en los salones de clases.
Ni la cólera de Aquiles podía compararse con lo que sentí en ese momento... Vieja puta.
Pasó como media hora en la que a duras penas copiaba y prestaba atención a lo que decía la Alzira… movía la pierna intranquila, el lápiz se me había caído un montón de veces de tanto moverlo rápido de lado a lado, me iba a quedar sin cabello de tanto rascarme la cabeza, no podía seguir allí sin hacer nada.
Esteban volteó desde su pupitre a mirarme…
-¿Es que tienes algo muy importante allí?
Asentí cerrando los ojos y botando aire para luego mirarlo. Esteban me devolvió la mirada y asintió sin preguntar qué era, cosa que me esperaba que hiciera y había comenzado a pensar en una respuesta, pero él luego volteó hacia donde estaban Julián y Carlos, Carlos se giró y pareció contarle a Alejandro, que a pesar de estar hablando con Geraldine también pareció interesarse, mientras yo miraba todo, sin saber que planeaban.
-Mira- se acercó Esteban a mi pupitre, aún sentado en el suyo, me susurró al oído –Vamos a cambiar de puestos allá adelante, cuando la profesora esté copiando en la pizarra y apenas veas que yo salgo, tú sígueme…
-Está bien- respondí algo nervioso.
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-Un, Un, Un dos tres.
-Un, un, un dos tres- repetía el grupo que tenía trotando atrás de mí para marcar el ritmo de trote, nos habíamos bajado del bus y ya debíamos ir trotando hasta donde estaban el resto de estudiantes de los demás colegios.
-Tres, tres, tres dos un.
-Tres, tres, tres dos un.
Andrés aún no me había escrito, ni siquiera le había puesto like a mi estado de Facebook, bueno, debía estar en clase, y algunos profesores eran algo estrictos con eso, pero normalmente me hubiera escrito de apenas subirme al bus, tan pronto tuviera la oportunidad le mandaría un mensaje.
Llegamos al punto de encuentro y allí estaban, debían ser como 7 u 8 colegios, cada uno identificado con su uniforme con la insignia del colegio, en cambio, todos los de nuestro colegio nos habíamos puesto de acuerdo para comprar pañoletas azules, resaltando del resto…
Estaba hablando con Jorge sobre música, lo único en lo que apenas coincidíamos, sin embargo se hacía muy amena la conversación. También en el bus me prestó uno de sus audífonos e iba pasando canciones que suponía me iban a gustar. Me contó que había descargado todo el álbum de BEP porque ya varias canciones le gustaban, sobretodo la de The Time… De ahí salió el tema del baile, me contó que las vacaciones anteriores había estado junto con Erick en una academia o algo así, era salsa casino y terminaron aprendiendo de todo un poco…
-Pero en los satines lo que bailan es reggaetón ¡Y ni siquiera necesitas moverte! Yo creo que perdí mi dinero con esas clases- dijo haciéndome reír y luego me preguntó si yo sabía bailar para terminar dándome el numero de la academia.
-Mejor es que aprendas al menos un poco antes de la graduación, a menos que te quieras pasar toda la fiesta sentado.
Eso ultimo no lo había pensado ni siquiera, y la verdad me importaba muy poco, si quería bailar con alguien era obvio con quien, y también era obvio que eso sería imposible, además de raro.
En la competencia me había encontrado con un montón de conocidos, chicos con quienes Esteban y yo jugábamos de la urbanización, viejos compañeros de clases, y hasta el Jesús de la obra andaba por ahí, ni recordaba su nombre… creo que era difícil.
Y buscando entre todos los estudiantes a ver si veía algún otro conocido fue cuando di con él, Henry, sentí un nudo en la garganta sin saber por qué… era el chico que me gustaba…
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Intercambiamos de puesto con dos chicas que Esteban les hizo ojitos y quedamos a dos pupitres de la puerta del salón, la profesora volteó y ya las dos chicas ocupaban nuestro lugar y nosotros el de ellas. Volvió a girarse para escribir en el pizarrón y no pasaron unos segundos cuando pasó una bola de papel cerca de mí, seguida de otra. Esteban se volteó y riéndose lanzó una de regreso a Julián para luego agacharse.
-A mi señal.
Asentí mirándolo.
En los últimos puestos Carlos y Julián comenzaron lanzándose taquitos (como se les llama a las bolas de papel aquí) e hicieron que otros chicos se unieran a la “batalla”, en solo unos segundos ya se escuchaban las hojas de cuadernos siendo arrancadas por sus propietarios para arrojarlas con la velocidad de un proyectil hacia los otros.
Algunos se refugiaban cubriéndose con bolsos y otros con los cuadernos, él ruido de las bolas de papel al chocar contra algo sólo te hacían pensar que de darte un ojo podías perderlo.
Y fue ahí cuando en cámara lenta vi como una de las bolas se aproximaba a la profesora… era enorme y dura sin duda… e iba directo a su cabeza…
-¿¡QUIEN INICIÓ ESTO!?- preguntó la Alzira recogiendo la bola de papel y luego mirando todo el piso del salón, donde habían otro montón de pelotas.
Seguía en el mismo sitio parada en el pizarrón, Esteban y yo con la mirada solo le pedíamos que caminase hacia atrás pero al parecer no lo haría… -Joder -…
-Creo que ya todos aquí están mayorcitos para esta clase de gracia, será mejor que si no quieren que dé clase vista (no dar la clase) y haga examen la semana que viene, me digan quien fue.
Todo el salón se había quedado en completo silencio, fue cuando voltee hacia atrás y vi como Julián levantaba la mano, decidido, haciendo que la profesora caminara hacia él.
-Mierda-
-Dale vamos- me avisó Esteban tirando de la manga de mi camisa a lo que los dos nos levantamos caminando doblados para escondernos entre los demás que seguían sentados en sus pupitres, hasta que salimos del salón.
-Y Ahora…- musitó Esteban esperando que completara la frase.
-Pasamos de salón en salón y tú me repicas al teléfono.
-Aja.
-¿Tu tono suena fuerte?
-Si…
-Dale, tú entras y te haces él que está hablando con el profesor preguntándole cualquier cosa y estás pendiente si suena el teléfono.
-¿Y si cuando lo escuchen que suena lo ponen en silencio?
-Ah coño…
-…
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Henry, llegó a estudiar con nosotros… de hecho, era uno de los del grupo también, siempre estaba con Julián, Esteban, Carlos y conmigo, porque a Alejandro se hizo más amigo de nosotros luego de que él se había ido.
Antes de que creyera estar enamorado de Esteban, lo estaba completamente de él… Era tan… con esa cara inocente, los hoyitos que se le hacían al reírse, el cabello… Llegamos a coincidir ambos en su casa en construcción que no tenía puertas en los baños y el solo sonido de cuando orinaba me excitaba… -jaja-.
Sin embargo era todo un “Don Juan”, andaba siempre de chica en chica y nunca lo vi más que como un amor platónico, porque era solo eso.
Sonreí por todos los recuerdos que me trajo de solo mirarlo y luego volví a mirar hacia Jorge que no había parado de hablarme.
-Disculpa… ¿Qué me estabas diciendo?
-¡Coñooo! Agüevoniao… ya qué…
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-Podemos pasar preguntando a ver si alguien lo encontró y te lo regresa- propuso Esteban.
-Por favor, claro que no lo van a hacer.
-Podemos pagarles.
-No coño, acaso tienes 800 bs en el bolsillo.
-¿Fue lo que costó?
-Si...
-Espera llamo a mi papá…
-Coñoo no, que vergüenza. Vamos a buscarlo. Ven.
Caminamos hasta el salón más próximo y hablé primero con el profesor para luego pararme frente a la pizarra y preguntarle a todo el salón… Esto iba a ser eterno.
-Buenos días, Quería preguntarles si ninguno se había encontrado un teléfono Nokia 5230, pantalla táctil, se me quedó esta mañana por la cantina…
-¿Este?- dijo uno de los chicos sacando otro teléfono que también era pantalla táctil… pero no el mío, burlándose, solo para hacer reír al resto de los chicos que como idiotas lo hicieron, un payaso, o al menos eso quería parecer, pero era un completo idiota.
-Pendejo- moví los labios mientras miraba al chico haciéndolo cambiar un poco la expresión en su rostro para luego darme la vuelta. Agradecí a la profesora por dejarme preguntar y salí del salón.
-Vamos, animo…- me alentó Esteban… -Se me acaba de ocurrir una cosa…
-¿Eh?
-Mira, pidamos niñitos prestados en primaria…
-¿Qué que?
-Si mira, vamos mientras te explico….
El plan de esteban consistía en buscar niños de segundo grado para ayudarnos a encontrar el teléfono, colocaríamos a cada niño en un salón, para que estuviera atento al sonido del móvil. Necesitaríamos unos 10 o 12 niños, con suerte de que el patio de los de primaria era distinto a los de bachillerato y era imposible que uno de ellos lo encontrara.
Y así hicimos, una de las profesoras era amiga de Esteban por lo que solo le pedimos el favor y Esteban convenció a los niños de que se trataba de una misión espía y que no debían decir nada. Les enseñé la canción que tenía de tono buscándola en internet desde el Blackberry de Esteban y en unos pocos minutos teníamos nuestro “ejercito” preparado.
Subimos al área de bachillerato y pasando por la dirección nos encontramos a Julián esperando a que lo pusieran a firmar no sé que papeles, que si lo hacia tres veces lo suspendían… Nos dijo que por suerte la profesora no se había dado cuenta que no estábamos pero que igual nos apresuráramos y que no importaba, igual el año ya casi terminaba y no iba a volver a pisar ese liceo en su vida.
-Si en 5 años sólo lo he firmado una vez, no creo que en mes y medio lo vaya a firmar otras dos veces- dijo riéndose para luego hacernos señas que nos fuéramos que la profesora podía venir.
Esteban y yo repartimos a los niños, si alguno lo escuchaba debía gritar… pero nada… -mierda-.
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-Vamos a demostrar que nuestro liceo es el mejor.
-Siii
-Vamos a enseñarles que nosotros somos los mejores.
-Siiii
-¡Y nos vamos llevar ese trofeo por que no los llevamos! ¡Si o si! ¿¡Quien está conmigo!?
Todos gritamos a la voz de Jorge mientras nos preparábamos para la carrera haciendo estiramientos.
A la final éramos un grupo de 20 personas, de nuestro salón nada más Jorge y yo habíamos sido seleccionados.
-En sus marcas, listos, fuera…
Comenzamos y lo primero era subir trotando una montaña, el camino, de tierra, por como iba daba vueltas alrededor de esta y en la cima me imaginaba que estaba la tirolesa o algo así. Jorge comenzó a cantar el ritmo del trote mientras seguíamos subiendo, para ganar debíamos llegar todo el equipo completo a la meta. Los pies se me hundían a cada pisada, el piso era húmedo y en una que otra parte se hacía resbaloso, no llevábamos ni 5 minutos de haber empezado y más de uno se había resbalado llenando todo el uniforme de pantano, haciendo que las camisas blancas se pusieran de color marrón.
Llegamos a la cima, ya casi todos se habían dispersado así que Jorge y yo gritábamos pidiendo que se apresuraran a reunirse, como supuse, la tirolesa estaba allí pero sólo debía ir la mitad del grupo mientras los otros diez debíamos bajar la colina con un tronco en los hombros. Hicimos piedra, papel o tijera y me tocó la tirolesa así que gritando formé una fila y comenzamos a lanzarnos mientras el grupo de Jorge iba colina abajo con el tronco en los hombros.
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Nada… de nada había servido el plan, mientras Esteban llevaba los niños a sus salones fui a la grada de una de las canchas y me senté… Marcos y yo estábamos expuestos y todo por mi culpa. Llegó Esteban y se sentó a mi lado.
-Vamos a clases, tranquilízate.
-Tú no entiendes.
-Bueno, no sé que tengas allí, pero de todas formas no creo que sea algo de vida o muerte, así que vamos, mira que ya viene la próxima clase, de todas formas preguntamos a la hora del receso.
-…-
-Coñoo que te vengas piazo e loco- Esteban me agarró por la patilla y tiró de ella mientras se levantaba y me hacía caminar con él de nuevo hacia las escaleras para ir al salón mientras me quejaba del dolor. Tiré de su mano quitándola de mi patilla.
-Ya pues que yo sé caminar- me adelanté a sus pasos y llegué al salón, allí los chicos preguntaron que había pasado pero le explicamos que nada.
-¿Tú de casualidad tratabas mal a tú teléfono?- preguntó Julián.
-mmm, no tanto.-
-Pero si, allí está la respuesta, le salieron paticas y se fue corriendo cansado del maltrato- se echó a reír mientras el resto nos le quedábamos mirando con la boca abierta -¿en serio un chiste tan malo?-
- Bueno, yo sólo trataba de hacerlos reír un poco.
-Creo que ha sido el chiste más malo que has dicho en toda tú vida.
-A falta de Marcos- dijo Alejandro burlándose, era cierto, Marcos a veces también hacía chistes de los que sólo yo me reía, no sé si porque eran graciosos, o de verlo cómo evitaba reírse al contarlo y no se resistía.
Entró el profesor al salón y todos en silencio dirigieron la mirada hacia él… teníamos un examen, había olvidado repasar por estar pendiente del teléfono… Todo me salía mal –mierda-.
-Por favor acomoden sus pupitres bien en la fila y guarden todo, les recuerdo que esta es la ultima evaluación antes de la exposición de su región y el examen final.
Todos asintieron mientras se movilizaban guardando sus cosas y mirándose unos a otros poniéndose de acuerdo para sentarse en posiciones estratégicas donde pudieran copiarse fácilmente..
Carlos debió notar mi cara de preocupación y sin yo decir nada se ofreció a pasarme las respuestas si no me la sabía, copiarme no era lo mío, sin embargo asentí.
El profesor pasó los exámenes y mandó a no voltearlos hasta que todos tuvieran su hoja.
-Ya pueden voltear sus hojas- dijo al terminar de entregarlas y parándose frente al salón para comenzar a explicarlos.
Di un vistazo rápido a todas las preguntas… y de diez recordaba 3... –Maldita sea- bajé la cabeza hasta el pupitre y recordé que por estar con Marcos había olvidado también estudiar en casa…
-Pendejamente enamorado- se repitió en mi cabeza.
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Más de uno del equipo había tenido miedo de lanzarse pero a la final todos lo hicimos, lo único malo era que habíamos perdido tiempo y al menos otros 4 equipos debíamos tener por delante, unos policías nos indicaron que siguiéramos corriendo por un pequeño sendero que nos llevaría a un río que debíamos cruzar así que eso hicimos, marcando el ritmo del trote llegamos hasta el rio, había una soga que por encima pasaba de un árbol a otro al otro lado del río, al parecer debíamos sujetarnos de allí para cruzar, miramos y otro de los equipos estaban cruzando de 3 en 3, di la orden de que fuéramos de 4 en 4 buscando que en cada grupo hubieran dos mas delgados que los otros haciendo el peso equitativo.
Mientras tanto, esperaba a que todos cruzaran, para todo tenía que ir yo al último por ser el capitán. Me había distraído un poco pero seguía con esa sensación de que algo andaba mal, sin saber por qué. Volví a pensar en Andrés, de seguro al regresar al bus revisaría el cel y tendría un mensaje suyo, sonreí y uno de los chicos me llamó para comenzar a cruzar. Habíamos ganado algo de tiempo por cómo nos habíamos repartido para cruzar el río, no podíamos ser demasiados porque la soga podía romperse, ni muy pocos porque perdíamos tiempo. Apenas cruzamos todos continuamos nuestra marcha hacia el punto de encuentro con el resto del grupo.
Llegamos al lugar y al parecer ninguno de los demás habían llegado, uno de los profesores nos informó que seguían en la ruta. Aprovechando los pocos minutos que tendríamos de descanso me acerqué hasta donde estaba un grupo de otro colegio y saludé a Henry, que me saludó algo incrédulo, estuvimos charlando por unos minutos… y sí, no había punto de comparación entre un amor verdadero y… eso, cada vez estaba más seguro que amaba a Andrés, que haría cualquier cosa por él… que sin duda éramos
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-El uno para el otro-…
No creo en las casualidades, todo sucede por una razón, todo ya está escrito, es el destino, el destino era conocer a Marcos, todo lo que hemos pasado está escrito y es porque así es que debe pasar, pero igual, daría cualquier cosa por ver sólo un poquito hacia adelante y fijarme si todo esto no iba a traer grandes consecuencias.
Sin poderlo evitar últimamente estábamos demasiado juntos, en todo, para todo… sólo los fines de semana, y algunos nada más no nos veíamos. Todos los días de clases y hasta los lunes por las tardes luego de la labor social no veíamos, para pasar el rato, viendo tv, jugando wii o haciendo cualquier cosa con él sólo para estar juntos, estar sólo unas horas sin él era insoportable, hoy con nada más despedirlo ya todo había comenzado a ir de mal en peor.
En el examen, ese, el primero en mi vida del cual no sabía una mierda, apenas Carlos intentó pasarme una de las respuestas, abriendo el papel, los nervios me traicionaron y miré al profesor, que curioso se acercó a mi pupitre y me encontró con las manos en la masa. Salí del salón con ganas de arrancarme el cabello y me fui de nuevo al patio hacia las gradas donde había estado hace rato. El examen estaba casi que comenzando, así que hasta que salieran los demás pasaría un largo rato.
Involuntariamente una de mis manos rebuscó entre mi camisa y sacó la pequeña pieza de puzzle que me llevé hasta los labios y en donde deposité un suave beso para luego volverlo a guardar, una pieza de puzzle, que sola no era más que eso, pero junto con la de él completaban una “&” que iba en medio de nuestras iniciales, me había costado una barbaridad hacerlo y tuve que poner en practica los conocimientos nulos que tenía en carpintería, había buscado en una que otra tienda pero lo único que encontraba eran corazoncitos y llaves o cosas parecidas, quería algo con otro mensaje, y fue cuando se me ocurrió el “Tú me complementas” que unas piezas de rompecabezas bien expresan. Me apoyé hacia atrás con los codos y comencé a mirar hacia el cielo… otra cosa que se hacia aburrida sin él.
Pasó la hora más larga de mi vida y hasta que al fin salieron los demás que trataban de subirme los ánimos, fracasando en el intento.
-Vamos a llamar a Marcos para ver como les está yendo- propuso Julián.
-Dale- dijo Carlos rebuscando su celular en el bolsillo para luego marcarle y ponerse el teléfono en el oído.
-No contesta- la alegría que sentí cuando dijeron que lo llamarían se desvaneció completamente.
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Después de haber sido llevado cargado por otros dos chicos del cole, otra parte de la carrera, llegamos hasta donde debíamos pasar bajo los alambres, luego de allí salir y correr sobre cauchos para luego pasar por algo así como un circuito de entrenamiento donde teníamos que subir una pared inclinada con ayuda de uno soga, correr entre unos postes, subir por unas redes, ir de cabeza por unos tubos y otras cosas.
Comenzamos y luego de que todos los demás se arrastraran por el suelo era el turno de Jorge y mío, entré yo primero y logré avanzar un poco, toda la ropa se me estaba llenando de pantano, al parecer mojaban la tierra, porque el día estaba húmedo pero tampoco era que había llovido. Me pareció ver algo como un ratón muerto entre el pantano y por reflejo me levanté un poco, haciendo que la franela se me enredara entre los alambres, pero no podía girarme para sacarlo.
-Coño Marcos apurate- me gritó Jorge desde atrás.
-Me enredeeee.
-Jorge se echó a reír y termino acercándose para ayudarme a zafarme, tirando de la franela hasta romperla.
-Ahora me la pagas- bromee haciendo que se riera mientras seguía arrastrándome hacia la salida.
-¡CORRE COÑO E TU MADRE!- escuché la voz del profesor Ezequiel a lo que por reflejo aceleré el paso, pero antes de todo y sacando el Rambo que cada uno lleva por dentro deslicé el dedo índice en el pantano y me hice dos líneas a ambos lados de la cara para luego salir corriendo dirigiendo a todo el equipo por el resto del circuito.
Las gotas de sudor me recorrían toda la frente, la pañoleta me la había quitado y la puse amarrada a mi brazo derecho, ya estaba completamente exhausto y tan ronco de tanto gritar que casi me había quedado sin voz.
Y aún faltaba la última parte, devolvernos, donde nos esperaba la meta. Viendo que no teníamos chance de descansar unos minutos apenas todos terminaron el circuito, cuando ya los brazos de nadie respondían, y las piernas nos flaqueaban, salimos trotando de regreso. Una chica de nuestro equipo se cortó un pie por lo que le coloqué mi pañoleta a modo de torniquete, y para que no perdiera mucha sangre al pisar la cargaron entre dos chicos, pero el resto no podíamos adelantarnos, y ellos no podían correr.
-Nos jodimos- dijo Jorge mientras golpeaba un árbol con algo de rabia.
-Que la cargue uno solo y cuando se canse cambiamos, así podremos ir más rápido- propuse a lo que obedecieron y retomamos el trote con el chico que la cargaba y ella delante de todos.
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Bueno, al menos las últimas clases luego del receso no habían sido tan malas, como el grupo lo dividían en dos partes a la primera hora entraron unos y me quedé hablando con Julián que junto con Marcos era uno de los que quedaba en mi grupo, al rato se nos unió Bryan y otro chico de su grupo, y más tarde Brenda con Zugey con quienes estuvimos hablando un buen rato hasta que llegó la hora de entrar a clases.
Vimos la clase y no hubo nada fuera de lo común, excepto que no sé quien ni como se habían enterado que nuestro colegio iba entre los primeros ya casi terminando la carrera, los jefes de escuadra, o sea, mi novio, debían estar haciendo un gran trabajo. Después de allí quedé sonriendo hasta que salimos a la hora del almuerzo, me fui hasta la cantina y compré algo entre toda la chatarra que vendían para después irme con el resto de los chicos a comer.
-¿Nada del teléfono?- preguntó Esteban.
-No… ya lo di por perdido.
Esteban torció un poco la boca como lamentando mi perdida.
-Bueno, qué sabes, quizás aparezca, todavía queda clases hasta las 4, puede que en ese tiempo lo consigas.
-Ya sería muy tarde…
Todos se quedaron callados.
-Ya, que no importa.
-¿Vieron que el año que vienen van a sacar la película de los vengadores?- dijo Carlos algo entusiasmado y cambiando el tema.
Estuvimos hablando de lo que sería la película y que la íbamos a ir a ver todos al cine… Se me ocurrió invitar a Marcos al cine en los próximos días, luego vendría la preparación del proyecto de grado y no íbamos a tener tiempo de nada. Hoy al llegar le diría.
Entramos a la clase y terminé cayendo en cuenta que todo era aburrido sin él, ya no veía la hora en que llegara.
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-¡¡Corta el maldito teléfono y corre!!- le grité a Jorge.
-¡Es que le estaba diciendo a Erick que íbamos entre los primeros!
-¡¡CORRE!!
Ya en la última parte de la carrera íbamos en primer lugar y otro colegio iba pisándonos los talones, habíamos ganado tiempo luego del circuito, sin embargo tardamos mucho en el río cuando la chica tuvo que cruzar con la pierna como la tenía.
Ya casi todo nuestro equipo había cruzado la línea de meta, ayudamos cargando a la chica entre Jorge y yo y pudimos pasar, sin embargo para ganar la posición todo el equipo debía cruzar la meta y ya otro colegio lo había hecho así que quedamos algo decepcionados en el segundo lugar.
Aun así el profesor nos felicitó por nuestra labor y por el esfuerzo de todos. Que sabía que Jorge y yo no lo íbamos a dejar mal, y que era la mejor posición que había conseguido nuestro colegio en esa carrera.
Jorge me dio un apretón de manos y luego un abrazo para terminar levantándome la mano y gritando el nombre de nuestro colegio haciendo que los demás también nos siguieran.
Luego de eso fuimos a algo como un comedor, tan grande que hubo espacio para que todos los estudiantes de los nueve colegios quedáramos sentados. Una mujer inmensa, con una gran verruga en la barbilla servía la comida, de sólo verla me asustaba, peor fue el caso cuando me sirvió la comida y me sonrío enseñándome su sonrisa con si acaso unos 3 dientes. Se me quitó el apetito de solo verlo, Jorge que se había dado cuenta de mi impresión sólo se burlaba y me decía que comiera por lo que terminé haciéndolo y la verdad que o estaba muy sabroso o yo tenía mucha hambre, pero me terminé todo el plato y quedé completamente lleno.
Después de eso fuimos a una cancha, donde había una tarima e hicieron la entrega del trofeo a los primeros lugares. Jorge y yo subimos y levantamos nuestro trofeo del segundo lugar haciendo que todo nuestro liceo gritara celebrando. Nos tomaron unas fotos junto con el profesor y después bajamos para celebrar junto con los demás antes de que nos llamaran a entregarnos las medallas a cada uno.
Luego de eso colocaron música a todo volumen y todos comenzaron a gritar haciéndose círculos donde en el centro bailaba alguna pareja, por supuesto, reggaetón… por suerte logré alejarme de todos y sentarme a un lado.
-¡Llégate Marcos!- me gritó Jorge que había salido de entre la multitud –Anda, vamos a celebrar un rato, que nos lo merecemos- dijo ya más cerca de mí.
-Prefiero celebrar de otra forma- dije con sólo Andrés en mi cabeza, seguro iba a estar muy orgulloso de mí.
-Epaaaa- dijo Jorge algo descolocado.
-Coño no, que coño, no lo malinterpretes- no había caído en cuenta que lo que le había dicho tenía demasiado doble sentido.
-Ya dijiste, vamos a celebrar Marquitoo- dijo riéndose mientras me tomaba una oreja y la apretaba un poco. Estiré la mano aparté la suya de mi oreja.
-Dale, vamos pa´lla pal montecito que no hay nadie.
Yo lo miraba riéndome, y negando con la cabeza, él también se río y terminó por devolverse a donde todos estaban bailando, recostándose el pantano entre todos, como era que podían bailar así de sucios… Que locos.
Me escapé allí, pero una vez en el bus la celebración continuó y se corría el rumor que en la tarde habría una fiesta en casa de Erick. Claro que ahí ya si después de que cada uno se bañara en su casa y regresara.
Estaba sentado en el bus tratando de entrar en internet al ver que no tenía ningún mensaje de Andrés, a ver si al menos tenía el like, pero tampoco. Vi que tenía una llamada perdida de Carlos, hasta él me había llamado y Andrés no… me preocupaba porque podía haberle pasado algo, aunque también sentí algo de celos. Terminé por llamarlo, el teléfono repicaba y al cabo de unos segundos parecía como que cortaban la llamada, con una pequeña chispa de rabia devolví la llamada a Carlos.
-¿Epa Marcos que pasó?- contestó Carlos entre susurros.
-No nada, vi que tenía una llamada tuya.
-Si es que te llamaba para preguntarte como iban, ya vimos que llegaron en segundo lugar, felicidades.
-Si si, jaja, gracias- mientras hablaba vi como una de las chicas me miraba y me señalaba y luego giraba a ver a Jorge como tratando de confirmar que era yo.
-¿Y ustedes que están haciendo?
-Aquí en clases, no puedo hablar muy duro por eso.
-Ah ya… ¿Y Julián?- pregunté para que no preguntar por Andrés a la primera.
-Está haciendo aquí un taller conmigo.
-Ahmm ¿Y Andrés?
-Está mas adelante se puso con Brenda y Zugey, sabes que…
Antes de que pudiera escuchar Jorge me arrancó el teléfono de la mano y dijo que más tarde yo los llamaba para luego cortar mientras la chica me comenzaba a restregar las nalgas en el paquete aún yo sentado en el asiento del bus. No sé como pero tiraron de mi y me levantaron y ahora todos en el bus estaban grabando como me “perreaba” a la chica mientras que gritaban mi nombre –Dale Marcos, es toda tuya- al tiempo que la chica sólo se reía sin dejar de deslizar las nalgas sobre mi miembro.
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Ya habían terminado las clases y todos en el liceo estábamos expectantes a la llegada de todos los que habían ido a la carrera, claro que para mí sólo uno de ellos importaba, aunque sonara algo egoísta. Él verlo sería lo único quizás que me alegrara el día.
Cuando ya el autobús se acercaba Brenda fue hasta donde yo estaba, el resto de los chicos se había ido hacia donde se estacionaría el bus.
-¿Andrés tú me dijiste que se te había perdido el celular no?
-Si ¿Por qué?
-Creo que se lo consiguió un amigo es uno Nokia 5230 ¿no?
- Si si ese mismo.
-Si pero ya se fue, tenemos que ir a buscarlo a su casa.
-Si no importa ¿Donde vive?- pregunté entusiasmado.
-Vamos yo voy contigo- tiro de mi brazo levantándome y pasándose mi brazo por sus hombros, lo deje allí por no ser maleducado. Salimos del liceo y vi como ya se abrían las puertas del bus y todos los que estaban afuera esperando gritaban celebrando. Pero el teléfono no podía esperar, así que acelere un poco el paso con Brenda a mi lado y ella comenzó a hablarme.
-Ay Andrés gracias por ponerte con nosotras para el taller, sabes que sino Zugey y yo lo raspamos, yo me reí un poco y voltee a mirarla.
-Tuvieron suerte que ese estaba fácil, esta mañana en el examen si no pude contestar nada.
-Ay Andrés, el amor te tiene loco.
-Jajaja, ¿Por qué lo dices?
Brenda se río un poco.
-Esos estados que subes a Facebook y por cómo te pierdes mirando nada, esa chica debe ser bastante afortunada, además que eres muy lindo.
Me reí entrecerrando un poco los ojos mientras seguíamos de camino hacia la parada de buses.
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Afuera todos pedían a gritos que saliéramos, Jorge y yo no pusimos de primeros y tras nosotros el profesor Ezequiel, y allí se abrieron las puertas, todos gritaron como locos al vernos. El profesor sostuvo el trofeo y luego comenzaron a bajar el resto del equipo y aunque estábamos todos empantanados nos abrazaban y gritaban celebrando. Pude ver entre la multitud a mi grupo, Julián trataba de ir hacia mi colándose entre la gente. Sin embargo todos comenzaron a brincar y lo perdí de vista. Brinqué también y apenas pude ver hacia un lado, iba Andrés saliendo del liceo, con Brenda… abrazado, los celos se apoderaron de mí, como pude llegué hasta mi grupo y les pregunté disimuladamente que hacían los dos juntos cosa que ninguno sabía, sólo me dijeron que habían trabajado en equipo para el taller de Física y Alejandro dijo que seguro y se estaba cuadrando a Brenda.
No contestaba el teléfono, no me había llamado, ni siquiera un mísero “me gusta” y ahora tampoco me esperaba y se iba con Brenda, los celos me consumieron y traté entre la multitud de caminar hacia donde ellos iban pero alguien tiró fuerte de mi franela.
-Marcos llégate para la fiesta en casa de Erick…
-Me tengo que ir a bañar.
-Vamos ahorita, Erick está organizando todo, allá le pedimos el baño prestado, igual todos van con el uniforme, te presto una camisa.
En un principio no me había interesado en lo más mínimo… pero ahora… los celos tomaron el control de mis pensamientos.
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¿Y ahora que será capaz de hacer Marcos?...
En dos semanas la próxima parte.
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