Juntos por Siempre (6)

"La danza de las luciérnagas" -Increíble la diferencia de una lágrima de felicidad… con una de tristeza

Primero que nada, Saludos a todos! Sé que les dije que subiría esta parte para finales de agosto o comienzos de septiembre y han pasados dos meses desde entonces, me disculpo por eso, la verdad que mis vacaciones estuvieron algo ocupadas.

Ahora si, con este capitulo continúa lo que sucede en “Una Semana a tu lado” si se perdieron y no lo llegaron a leer, aquí está:

http://www.todorelatos.com/relato/93213/

La lista de personajes actualizada hasta el capitulo 5 de JxS:

http://otroside.blogspot.com/2012/06/lista-personajes-juntos-por-siempre.html

Ahora si, espero les guste este capitulo.

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Ya íbamos de regreso a casa luego de toda una semana en casa de mis abuelos, Andrés se había quedado dormido apoyado en mi hombro... Yo miraba a través de la ventana del auto como poco a poco los rayos del sol iban abandonando las montañas dejándole paso a la oscuridad de la noche.

Una semana, una semana en la que te olvidas de todo y luego de golpe a la realidad, ¿por qué Jesús no tardó más días en resucitar? ¡Por qué tuvieron que quemar a Judas el domingo! ¿No podían extenderse un poco más?

Faltaba ya como media hora para llegar a casa y volver a la “rutina” aunque en realidad no lo consideraría rutina, cada día sucede algo diferente… Esos pequeños detalles que hacen cada día diferente del otro, el problema es darse cuenta, y valorarlo, hasta lo más pequeño.

Volví a mirar a Andrés que entresueños se rebullía en mi hombro y luego se reía un poco y abría la boca dejando caer un pequeño hilo de baba. Me dio un poco de asco al principio y luego caí en cuenta de ¡toda la baba que habíamos compartido!- jaja-. Le pedí una servilleta  a mi papá y con cuidado le limpie la boca y luego también mi camisa para luego recostarme y  poco a poco caer rendido apoyado sobre la cabeza de Andrés, aspirando el suave aroma de su pelo.

-Despiértate muchachito- llamaba mi mamá agitando un poco la pierna de Andrés.

Andrés abrió lentamente los ojos y luego miró hacia los lados

-¿Llegamos?

-Si…

Andrés se desperezó un poco limpiándose los ojos con las manos y luego estirándose.

-Gracias señora Lisbeth, muchas gracias por todo- le dio un beso en la mejilla a mi mamá y luego miró a mi papá.

-Igual a usted, muchas gracias señor Manuel- sonrío con los ojos algo húmedos, tanto por el sueño como por una emoción que no podía sentir, lo suyo con Marcos tenía cierta aprobación por él y eso le alegraba.

-No fue nada Andrés.

-Un placer conocer a su familia Sra. Lisbeth- puso una sonrisa.

-A todos les caíste muy bien, la próxima vez te mando a avisar con Marcos a ver si quieres ir.

-Con gusto- dijo ya saliendo del auto para ir al maletero tomar su bolso y luego cerrarlo.

-Me despiden de Marcos- lanzó volviéndose a colocar en la ventana.

-Si, está rendido.

-Si, es que no había podido dormir bien los últimos días- soltó Andrés sin pensarlo mucho, insinuando lo que hacíamos.

Mi mamá miró algo extrañada a Andrés y luego sonrió.

-Bueno nos vemos- concluyó Andrés.

-Saludos a tu mamá.

-Claro… Chao muchas gracias- volvió a agradecer mientras se tomaba el bolso y suspiraba feliz para subir a su casa.

-¡Me hubieran despertado!

-Dijo que te despidiéramos, no te quiso despertar.

Suspiré -Bueno…- tomé mis cosas junto con otras maletas y nos dirigimos al ascensor, una vez en la casa y luego de haber acomodado toda la ropa salí al balcón y me puse a mirar el paisaje mientras caía en cuenta que comenzaba mi ultimo lapso en el liceo,  con la mirada hacia los edificios y unas montañas al fondo, sumadas las luces de los faros y de vez en cuando el sonido de uno que otro auto. Escuché un silbido que me sacó de mis nebulosas mentales y automáticamente moví la mirada hacia allí, me saludaba con una mano algo entusiasmado, solo podía ver su silueta dibujada por la luz que había a sus espaldas.

Me reí negando con la cabeza y luego vi como levantaba la mano y ponía el dedo meñique en su boca y el pulgar en la oreja simulando un teléfono. Busqué el de mi casa y en solo cuestión de segundos presioné el botón de talk para contestar a la llamada.

-¡Whaaaatzaaaaap!

-¡Whaaaatzaaaaap!

-¡Hey we! ¿Que tal las vacaciones?

-Uhmmm…. – Excelentes, perfectas, sensacionales, placenteras, divertidas junto a mi amado Andrés- ¡Bien! ¡Chévere! ¿Y las tuyas que tal?

-¡Fenomenales!

Esteban comenzó a contarme de las cosas que había hecho en Margarita, mientras que yo le contaba lo que había hecho en casa de mi abuela y así estuvimos como por una hora hablando por el teléfono mirándonos los dos desde los balcones. Veía cada uno de los gestos que hacía con sus manos cuando me decía algo, casi que hasta podía notar las caras que ponía, también le conté a él lo que hice, como es de suponer, todo de forma “Normal”, sin mucho detalle de lo que había sucedido con Andrés, lo dejaba más hablar a él que lo sentía de cierta forma, entusiasmado…

3 semanas después.

-Marico, el proyecto coño-

-Shhhh- sisó Carlos.

-Coño yo sé que yo soy el que menos se preocupa siempre pero por favor… ¡Es para graduarnos!

-Bueno, nos quedan 2 meses y medio todavía…- soltó Esteban.

-¡Igual!- exclamó Julián.

-Vamos a terminar de ver la película y después hablamos de eso ¿Si?

Todos se quedaron callados, noté como Andrés se rebullía haciendo que me levantara de su pecho un momento mientras se estiraba a agarrar cotufas.

-Que llegue mi mamá y te encuentre así sentado en el mueble- reclamó Esteban a Julián, que estaba al contrario de como la gente normal se sienta, los pies en el espaldar y la cabeza colgando en el asiento cerca a donde estábamos Andrés y yo tirados en el piso, mientras Esteban estaba recostado del mueble al igual que Carlos.

-¿Se van a callar algún día?

Todos volvieron a hacer silencio.

Andrés puso una mano en mi cabello y disimuladamente comenzó a jugar con este mientras seguía mirando a la tv.

-Por Dios Marcos admite que la película es malísima, lo único que tiene bueno es Kishimoto que sale semidesnuda, porque siquiera pudieron dejarle ver una tética.

-Shhh, quiero ver cuando matan a la abuela con el niñito como en el anime.

-No lo pasan bien.

-¡Coño pero no cuentes Carlos, entonces para que trajiste la peli!

De nuevo hubo silencio mientras solo se escuchaban los disparos y los gritos de los personajes corriendo de un robot que parecía juguete de McDonald y disparaba rayos láser con los que mataba a todo el mundo.

Terminamos de ver la peli, y era verdad, mala como ninguna…

-Quizás la dos sea mejor…

-Nah…

-Que vaina más mala- se quejó Julián mientras bostezaba.

-Ya pues, está bien no hubiera traído la película- dijo Carlos con tono molesto

Un profesor había faltado al liceo por lo que la hora de clases con él nos quedaba libre, así que nos fuimos a ver una peli en casa de Esteban.

-Entonces… el proyecto

-¿De qué es que es?- pregunté haciéndome el distraído.

-Influencia de los videojuegos en las actitudes de los estudiantes del…

-Ah cierto… ¿entonces...?- preguntó Esteban

-Anota…- pedí a Julián.

-Tenemos por ahora que hacer una encuesta…

-Aja…

-Podemos hacer como un examen donde preguntemos que tipos de juegos juegan y que tipo de persona se consideran.

-Aja…

-También podemos dejar que le pongan el nombre o lo dejen anónimo si no lo quieren decir.

-Aja…

-¿Más nada? ¿Solo eso se nos ocurre?

-Si… creo…-dijo Julián mientras ojeaba la libreta donde había estado anotando.

-Vamos a tener que hablar con alguien que nos asesore…- sugirió Andrés.

-Mañana, el profesor de informática.

-Será…

-Mañana eligen los que van para la competencia de premilitar- nos recordó Carlos.

-Verdad.

-Yo quiero ir- dije.

-Tranquilo que sí te eligen seguro- dijo Andrés poniendo su mano en mi hombro mientras me sonreía.

-A mi me da igual…

-A ti no te van a elegir Carlos- se burló Julián.

-¿Por qué?

-Y todavía pregunta.

Todos volvimos reír para luego quedarnos callados, Julián comenzó a mirarnos a todos y luego suspiró…

-Solo van a elegir a 2 o 3 por salón.

-Si porque van de 4to y 5to año… por cada sección que hay, viene siendo como un equipo de 20 o menos…

-Aja, todas estas semanas nos han estado preparando para eso con los trotes y las carreras de obstáculos… yo creo que el profesor ya sabe a quienes va a elegir.

-¡Tú! mira la hora- nos dijo Julián algo alarmado.

-6:49pm… ¡Coño pero en que momento se hizo esa hora!

-Vámonos antes que se haga más tarde…

-Bah, yo vivo ahí mismo- dije.

-Vamoonos que nosotros si vamos más lejos- me dijo Andrés mientras me tomaba por el cuello tirándome de él.

-Ya, yaa suéltame- le pedí y me dejo libre sonriéndome.

Cada quien tomó sus cosas y salimos de casa de Esteban para pararnos frente a las puertas del ascensor, presionar el botón y esperar a que subiera, podíamos montarnos solo 5, y debía estar él de la llave dentro así que primero bajaron Carlos, Julián y Esteban.

Luego que se cerraron las puertas del ascensor con ellos adentro me acerqué hasta Andrés y lo tomé a él por el cuello, apretándolo ahora a él y haciendo que se quejara un poco mientras se trataba de reír haciendo como si no le molestaba, dando unos pasos hacia atrás chocando contra la puerta de otro apartamento.

Lo sostuve por ambas muñecas y le besé cerrando ambos los ojos mientras lo hacíamos, pero Andrés se aprovechó y moviendo rápido las manos las llevó a mis axilas donde empezó a hacerme cosquillas haciendo que me riera sin poderlo evitar, cayendo al piso y en pocos segundos, sufriendo, casi ni podía respirar de la risa mientras él se reía de forma macabra burlándose, intenté apartarlo y puse mis manos a ambos lados de su torso y comencé a hacerle cosquillas también, pero no le daban… No fue hasta que el ascensor amenazaba con llegar que se detuvo y antes de levantarse rápidamente se acercó a mis labios mordiéndolos y tirando de ellos de forma rápida.

Se paró como si nada y se quedo viendo a los leds mientras yo recuperaba el aire en el piso recostado sobre mi mochila, las puertas se abrieron y salió Esteban que se me quedó viendo extrañado…

-¿Y a este que le pasó?- le preguntó a Andrés.

-Pues no sé, se cayó al piso riéndose como psicópata- dijo pasando por su lado mientras volteaba a verme y me picaba un ojo.

Esteban se acercó tendiéndome la mano, me levanté y cuando los tres nos dirigíamos a entrar al ascensor se cerraron las puertas y comenzó a subir al piso 10, le marcamos de nuevo y de regreso venía un chico en él… se me hacía que lo había visto.

-Epa- saludó esteban, a lo que el chico no respondió mientras me miraba.

-¡Claro! ¡Silversurfer!- dije yo efusivamente haciendo que el chico me mirara echándose a reír.

-¡Águila de Hierro!- me dijo a mí dándome la mano mientras la estrechábamos, el ascensor ya se había cerrado e íbamos bajando.

-Tiempo sin verte ¿Qué tal todo?

-¡Bien!

-Andrés, él es Gabriel…

-Andrés, mucho gusto-

-Nos la pasábamos jugando por toda la urbanización hace tiempo.

-Si- dijo Gabriel.

-Recuerdo que todos se quejaban porque tenías el mejor nombre.

Gabriel se río también recordando.

-¿Estás en 4to año no?- le pregunté.

-Aja…

Me volví a dirigir a Andrés contándole.

-Todos nos la habíamos arreglado para pedir Walkie Talkies para la navidad de un año ¿Verdad Esteban?

-Si- respondió algo tajante.

-Y bueno, ahí sacamos ponernos nombres clave para hablarnos cuando jugábamos policías y ladrones, o nos hacíamos los agentes secretos ¿Te acuerdas aquella vez que encontramos a la…

-¡Hermana de Felipe manoseándose con el novio!

-En donde se guardan las cosas en el estacionamiento- nos completamos la frase.

-¡Exacto!- dijo.

Los dos nos reíamos a carcajadas mientras se abría la puerta del ascensor…

-Dale, nos estamos viendo- se despidió chocando las manos con Andrés y conmigo mientras se ponía los audífonos y salía del ascensor y luego iba a la salida del edificio.

-¿Y ese qué?- preguntó Julián.

-Un amigo de aquí del bloque.

-Ah ya…

-Tenía tiempo sin verlo, parece mentira que de un momento a otro dejamos de jugar, ni cuenta me di cuando ocurrió, fue como cuando pasamos al liceo ¿no Esteban?

Esteban entrecerró los ojos como haciendo memoria…

-Si, más o menos.

-No sé que habrá pasado- dije rascándome un poco la cabeza.

Salimos del edificio y frente a la parada estuvimos esperando al bus mientras Julián contaba un chiste haciéndonos reír a todos.

Llegó el bus y Esteban y yo nos despedimos de los chicos y luego entre nosotros para yo irme a mi casa, de camino miraba las luces de los autos al pasar, metí las manos en los bolsillos y saqué mi teléfono… pensé escuchar música pero igual el trayecto iba a ser corto, si acaso alcanzaría para una canción, vi 2 mensajes.

Andrés: -Hasta mañana bebé ;) i (l) u- sonreí mirando a la pantalla e instintivamente dirigí mi mano a mi cuello y saque de abajo de la camisa la piecita de madera que me llevé a la boca mientras leía el otro mensaje.

Ricardo: Epa Marcos! M tns abandonado dsd q andas con s chamo, Jajaja cmo ls va?

Desde que Andrés y yo habíamos comenzado a ser novios eran pocas las veces que me conectaba a un correo que usaba para conocer personas de ambiente, y Ricardo era el único con el que tenía la confianza suficiente para darle mi numero y era quien conocía todo acerca de mi “verdadero yo”… Así que comencé a escribirle y estuvimos conversando el resto de la noche.


-¿Y por qué no le dices a tú papá que te lleve temprano?

-¿A las 4:30am me va a llevar al liceo mamá? Tranquila, Andrés le preguntó a su mamá y ella le dijo que no tenía problema con que me quedara en su casa.

-Es que claro si se queja es una malagradecida, su hijo estuvo una semana entera con nosotros.

Yo reí un poco mientras negaba con la cabeza.

-Chau mami, bendición.

-Chao hijito, mi bebé, que te vaya bien en tu competencia.

-Gracias mami, me despides de mi papá.

-¿Agarraste el dinero que te dejó?

-Si.

-Bueno, hasta mañana.

-Chao- le dije dándole un abrazo y luego un beso en la mejilla para después salir de la casa.

El profesor de pre-militar junto con el de educación física me habían seleccionado para participar en la competencia inter-escolar, según dijo por el gran trabajo en equipo que había tenido el día en que Erick se había desmayado, a pesar de que sabía que nuestros grupos no se llevaban muy bien, por lo que también eligió a Jorge.

No había elegido a más ninguno de mi grupo, ni ninguno de los que más en forma estaban, aunque Michael quedaba descartado por haberse negado a ir conmigo a llevar a Erick…, de todas formas nos habían entrenado a todos los que habían elegido, quedándonos después de clases para los entrenamientos o a veces pidiendo permiso para sacarnos de otras por lo que luego Andrés o alguno de los chicos me iban a llevar los apuntes a casa, más que todos Andrés, claro.

Le había dicho a mi mamá que desde la casa de Andrés se me haría más fácil llegar temprano pues me podía ir a pie hasta el liceo, donde íbamos a tomar el bus para ir a la competencia y qué Andrés me acompañaría.

Claro, todo eso era verdad, pero obvio que no era solo por eso.

Me paré por donde pasaba el bus y mientras esperaba me puse los audífonos y coloqué música en mi teléfono. No tardó casi nada en llegar el bus, siquiera anochecía aún, aunque por la hora iba repleto de gente y me las tuve que arreglar para quedar dentro y no colgando en la puerta. Poco a poco la gente se iba bajando y otros subían, apenas vi la oportunidad me senté, no por mucho porque luego se montó una señora y no pude evitar sentirme mal y levantarme cederle el puesto mientras le avisaba por sms a Andrés que ya me faltaba poco para llegar.

Bajé del bus y allí estaba él, sentado en un banco con el cabello algo mojado, seguro y se acababa de bañar, lo comprobé al acercarme y aspirar el olor del champú en su cabello.

-Así que vienes a conocer a tu suegra y tú cuñado…- dijo Andrés levantando las cejas.

Abrí los ojos como platos… no lo había pensado, era verdad, iba a conocer a la mamá de Andrés y a su hermanito, hasta entonces nunca los había visto, y solo hablábamos por teléfono porque antes de semana santa ellos nunca estaban en su casa sino hasta muy tarde.

-Cierto-

-Tranquilo jaja, ni que te fueras a presentar como mi novio ¿O sí pensabas hacerlo?

-Noooo ¿Estás loco?- respondí nervioso.

-Pero espera, dame… tendré esto mientras tanto- se puso a mi espalda y me desabrocho la cadena del cuello.

-Creo que es demasiado sospechoso…

-Bueno…

-Tranquilo- me quitó la mochila de los hombros y se la colgó en un brazo para luego mirarme y picarme un ojo.

Sonreí intranquilo mientras le miraba, subimos a su casa en el ascensor, donde me besó antes de bajarnos –No te preocupes- dijo separando sus labios de los míos y sonriéndome.

-Anda Marcos, que tampoco es que te vas a arrodillar a sus pies a agradecerle por el chamo que parió, es una presentación normal, como la mamá de Julián, de Esteban, de Alejandro, De Carlos… ¡Coño no! Es tu novio, ¡MIERDAAA! ¡ES TU NOVIO!

-¡Marcoos! ¡Marcooos! ¡Hey!- Andrés me zarandeo un poco, ella es mi mamá.

Había estado tan concentrado en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta que ya la mamá de Andrés estaba frente mío, sonriente y algo despeinada, con el cabello teñido de rubio y que le llegaba a la altura de los hombros, algo rellenita, pero de solo verla ya te sentías en confianza.

-Hola señora.

-Hola Marcos, que gusto conocerte en persona por fin, que con tanto lío.

Andrés me miró haciendo gestos con la cara, ¡claro! Había olvidado el nombre de la mamá… con suerte pasaría desapercibido, y así fue. Andrés se fue a acomodar su cuarto y su mamá estuvo hablando un rato conmigo, haciéndome preguntas que me recordaban a las que hacía mi papá, los padres debían tener eso en común, todos les hacen las mismas preguntas a los amigos de sus hijos. Sin embargo la conversación fue muy amena y se explicó que con todo el problema del divorcio -como Andrés me había contado- no había tenido casi tiempo de estar en su casa hasta ahora, que quizás la vería un poco desordenada por eso. Aunque según me dijo Andrés era el que limpiaba cuando ella no estaba.

Estábamos hablando cuando de pronto salío Kevin, bueno, quien supuse que era él, porque se veía algo más grande a como aparecía en la foto que Andrés tenía en su cuarto.

-¡Mamáaaa! ¡Andy dice que voy a tener que dormir solo en mi cuarto!

-Claro, si ahí va a dormir Marcos que vino a quedarse hoy.

El chico me miró con cara de que jamás me lo perdonaría y luego se giró y se fue de nuevo por el pasillo.

Me explicó que kevin tenía su propio cuarto pero que comprando una litera porque todas las noches terminaba pasándose a la cama de Andrés… y seguía haciéndolo aún con 10 años.

Lo único que pensé fue que con mi sola presencia ya la había cagado con el hermanito así que trataría de caerle bien apenas hablara con él, mi cuñado –jaja-, de seguro le interesaban los videojuegos, o algo debíamos tener en común.

La señora Karina, como luego Andrés me recordó su nombre, y yo, seguimos hablando durante un rato, hasta Andrés se unió luego de haber acomodado su cuarto.

Luego de cenar Andrés me invitó a bajar a dar una vuelta por donde vivía, que quería mostrarme algo.  Yo ni corto ni perezoso acepté,  Kevin quería venir, pero al final de una corta discusión tuvo que quedarse arreglando el uniforme y los cuadernos para las clases del siguiente día.

Entramos en el ascensor y Andrés marcó el S1, haciendo que al botoncito brillara rojo alrededor, luego busco en su bolsillo y sacó el teléfono. Miro a la pantalla y mirándome dijo –Siempre salen como a eso de las 9- dejándome… no sé ni como me dejó

-¿De que hablas?

Se sonrío y luego miró al piso

-Espera ya lo verás.

Las puertas se abrieron en planta baja y Andrés con un tono dulce le dijo una señora mayor que estaba esperando para subir que nosotros íbamos bajando a lo que ella respondió que no importaba, aún le quedaba tiempo de vida ambos reímos y las puertas se volvieron a cerrar para bajar al siguiente piso. Andrés salío primero.

Estábamos en el estacionamiento de su edificio…

-Si, ya sé que no es un lugar muy romántico, pero espera…

El estacionamiento a pesar de llamarse S1, no era un sótano, o sea, si estaba bajo el edificio y todo pero tenía un espacio donde se veía hacia afuera, como unas ventanas, cómo todo es montañoso en la ciudad muchas veces nivelan ciertas partes del terreno para construir y lo demás lo dejaban así.

-No, no… creo que mejor vamos hasta allá…

-Oye, yo sé que te lleve a una montaña y todo pero… ¿Qué piensas hacer?

-Sígueme tonto… que no te voy a violar… o quizás si, pero en tal caso no sería violación porque no te opones ¿O si?

-¿!EH!?

-Ven tonto- Andrés entró por una puerta desapareciendo de mi vista, dejándome solo en el estacionamiento, voltee alrededor y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza así que corrí pasando por la puerta pero Andrés ya no estaba, supuse que bajó las escaleras así que también bajé y lentamente me iba acercando a la puerta… Bajaba un escalón tras otro lentamente, puse la mano sobre la manilla y fui tirando de ella, saqué un pie y poco a poco iba asomando la cabeza.

-¡WAAAAA!

-AAAAAAAAAAAh-

Andrés se comenzó a reír mientras yo lo miraba con cara de quererlo asesinar y con el corazón amenazando con salírseme de entre las costillas.

-Malo- puse cara simulando tristeza.

-Anda no seas marica- dijo para acercarse a darme un beso.

Lo separe mientras me reía.

-Bueno, si es por esto, marica me quedo… jeje-

Andrés se río mientras me tomaba por la muñeca y me tiraba obligándome a seguirle. Miré el pelo en su nuca, y en ese momento no sé por qué me pareció sexy… su nuca, lo mire de arriba abajo, todo él lo era, era perfecto… o quizás no, pero por lo menos para mí lo era…

Llegamos un espacio abierto como una ventana.

-¿Crees que puedas saltar?- me preguntó Andrés.

-Claro- respondí asomándome y midiendo la altura.

-No te recomiendo que saltes directamente, mira primero como lo hago, no me vayas a caer encima como en casa de tus abueloas.

-¡Ya! Que acaso uno no puede perder el equilibrio.

Andrés volvió a reírse y montándose sobre la ventana quedó primero guindado solo con las manos. Y luego fue deslizándose cuan gato agarrándose de no sé donde para aterrizar tranquilamente. Iba yo, me guinde de la ventana y fui buscando donde poner los pies, por suerte habían unas partes que sobresalían en la pared y un pequeño murito como de 2 cm donde apoyé  y agarrándome con cuidado bajar más hasta llegar al suelo.

-¡Lo hiciste! ¡Y sin caerte!

Me reí un poco –Agilidad del demonio la que tú tienes-

Andrés hizo como soltando el aliento en el puño cerrado y luego se froto la franela.

-No, vale, si ha sido nada para mí-

-¡Ridículo!- lo empujé suavemente haciéndolo retroceder un poco.

-Ven, que tampoco quiero que te vayas a dormir tarde- volvió a tirar de mi muñeca.

Me sonrojé cuando me dijo eso, fui caminando tras él y lo volví a mirar de pies a cabeza suspirando.

No fue mucho lo que caminamos hasta que llegamos a un árbol, un samán si no me equivocaba.

-Ni creas que nos vamos a subir, y menos esta hora- me advirtió

-Ahora que lo pienso, ¿como es que no puedes subir un árbol? O sea, mira lo que acabas de brincar como si nada.

-No sé, los muros son más confiables.

Quedé cómo –Poker face-

-¿Es que hablas con los muros?- me burlé.

-Tú me entendiste… Mira.- señaló hacia las hojas del árbol.

-¿Qué? No veo nada.

-Coño… ven, sientate aquí…

-¡Auxilioo! ¡Me quieren violar debajo de un arbolito!- dije en voz baja como si fuera a gritarlo.

-AAAh, idiota ven- Se sentó haciendo crujir un poco algunas ramas que estaban en el piso y tirando de mi muñeca me sentó a su lado y luego miró hacia arriba haciendo que yo también mirara…

-Mira con cuidado.

Nada, solo veía la oscuridad de la noche, la luna media y apenas y notaba las hojas del árbol como densas zonas negras…

-Sigo sin ver nada.

-Quédate tranquilo- me pasó el brazo por el pecho y me presionó contra él, forzándome a quedarme quieto mirando hacia arriba.

Miraba a todas partes buscando algo, pero no había nada más que sombras… espera…, miré y de pronto una luz pasó de un lado a otro y enseguida se apagó, luego apareció otra y se movía en otra dirección, seguida de otra y otra más, se movían entre las hojas y las ramas del árbol me quedé viendo intrigado y noté que eran muchas las luces que habían por todo el árbol.

-Luciérnagas- dije.

-Si.

Andrés bajó la mirada y yo le seguí, no solo en el árbol las había, también abajo, lo rodeaban, estaban por todas partes alrededor de este, y por lo tanto, de nosotros…

-Nunca había visto tantas juntas.

Andrés río mientras acercaba su pulgar y lo ponía sobre mis labios para tirar suavemente del inferior y acercase a besarme en la mejilla. Voltee a mirarle, sus ojos brillando con algunos punticos de luz moviéndose en ellos reflejando a las luciérnagas.

Por algún motivo ninguno de los dos exclamó palabra alguna, solo nos miramos y fui yo quien se acercó a su mejilla a besarle como él había hecho conmigo, solo unas cuantas ramas y hojas secas crujiendo bajo nosotros delataban nuestra presencia. Aun así Las luciérnagas habían comenzado a volar muy cerca de nosotros.

Andrés tomó mi mano derecha y la fue levantando estirándola junto con la suya y luego apretándola para acercar el dorso de mi mano hasta su boca y dar un pequeño beso en él. Estiró mi brazo y fue recorriéndolo con besos, desde la muñeca fue subiendo por mi antebrazo pasando por mi bíceps y besando aún por encima de la franela continuo subiendo hasta llegar a mi cuello lamiendo por lo bajo y subiendo con su lengua hasta volver a llegar a mi mejilla y volverme a besar allí.

Las luciérnagas revoloteaban a nuestro alrededor, turnándose para iluminarnos con su luz, daban pequeños saltos en el aire creando pequeñas líneas que al cerrar mis ojos dejaban pequeñas estelas que poco a poco se iban desapareciendo mientras miraba a Andrés, puse mis manos en su cuello y lo atraje hacia mí juntando solo nuestras frentes, chocando la nariz, cerré los ojos… las luces aún quedaban en ellos como pequeños resplandores, volví a abrirlos y allí estaba él, aún con los ojos cerrados, pero al sentir mi mirada los abrió también, riéndose, deslumbrándome con su sonrisa… Haciendo que muriera y volviera a vivir al saber que lo tenía, que era para mí… que estaba allí para él y él para mí, suspire pensando lo afortunado que era mientras lentamente subía mi mano y la colocaba en su oreja, haciendo un poco de presión, sonrío, aún no había dejado de mirarme, separó su frente sin hacerlo con su nariz haciendo que nuestros labios se juntaran… de nuevo…, como si nunca pudieran estar separados… al menos una vez al día necesitaba tenerlos, necesitaban juntarse… necesitaban hacerlo para que mi día estuviera completo.

Andrés me fue bajando hasta hacerme quedar acostado en el piso, mirando al árbol, las pequeñas luces, los pequeños destellos… tan solo segundos podían brillar y en ese corto tiempo ya hacían que todo se viera hermoso… Andrés se acostó a mi lado, sobre mi pecho… mirando también al árbol. Me sentía raro, yo siempre era quien me recostaba sobre él, estiró sus labios y me besó en el pecho y luego giró hacia mí… Sonrío de nuevo, de seguro al ver como sonreía como un tonto mirándole… me reí y volví a mirar hacia arriba… No había nada… ni una luz, como si se hubieran ido con el viento, o desvanecido en la oscuridad de la noche…

Andrés sacó el teléfono del bolsillo y miró la hora…

-Diez en punto-

Iba a preguntar por qué lo decía,  pero pronto me di cuenta… las luces se habían multiplicado, eran cientos, miles quizás, una farola no les haría competencia, parecía que el árbol brillaba y todo a nuestro alrededor también, parecía como si algunas luces se chocaran entre sí y luego se separaban, haciendo círculos al chocarse unas con otras, como bailarines que intercambiaban entre parejas,  daban pequeños brincos en el viento, haciendo creer que se transportaban mágicamente de un lugar a otro… aunque si eso, ese momento, no era magia, entonces la magia no existía… levanté una mano y rebullí en el cabello de Andrés tirando de un pequeño montoncito de cabellos y soltándoles de nuevo. Sentía la respiración de él acoplada con la mía…

Cerré los ojos mirando de nuevo todos los destellos ¿Todo… todo esto… en verdad lo merecía?...

Una pequeña lagrima escapo de mis ojos, Andrés se giró y se dio cuenta, no preguntó nada… solo la recogió con su dedo índice y con el pulgar la deshizo...

Pero…, en sus ojos, también había una lagrima… quizás por el mismo motivo, sonreí y mirándole a sus oscuros ojos fui aproximando mi mano para deslizarla recogiendo la lagrima, que con ella había dejado un camino  húmedo que se iluminaba reflejando las luces, seguí subiendo hasta sus parpados, deshaciendo el camino que la lagrima había dejado con ella, Andrés cerró sus ojos y termine por pasar el pulgar sobre sus pestañas… También deshaciendo las lágrimas…

Me acerqué a él y juntando de nuevo nuestras frentes me dijo…:

-Increíble la diferencia de una lágrima de felicidad… con una de tristeza…

Cerré los ojos y volví a buscar sus labios, perdiéndome en ellos al encontrarlos.

Hacía frío, demasiado… tiritaba sin poderlo evitar a pesar de llevar un suéter encima, al igual que Marcos, él iba cruzado de brazos metiendo las manos bajo estos y caminando a paso apurado, mientras yo llevaba las manos en los bolsillos, solo las  luces de las farolas amarillas nos acompañaban en la oscuridad.

Por suerte llevábamos el mono escolar y no protegía un poco más del frío. La noche era perfecta para continuar durmiendo arropado con un edredón, mucho mejor teniéndolo a él tan cerca, pero se veía tan emocionado con la competencia desde las semanas anteriores que hasta tuve que cortar la noche anterior para que nos fuéramos a dormir, no podía hacerlo gastar energía ni mucho menos trasnocharse… haciendo… cosas, se negó al principio, pero terminó aceptando que sería por su bien y decidimos subir a dormir.

Por lo menos había guardado una foto del momento, ya iban tres a mi colección, la primera en la montaña en casa de sus abuelos, una besándonos y la otra abrazados que había colocado de perfil en Facebook y ahora se sumaba esta bajo el samán…

Y aunque el clima invitaba a dormir, era mucho mejor estar ahí, con él, así fuera solo caminando a su lado…

-Voy a morir con una hipotermia.

-¡Hey! no exageres, tonto- dije estirando mi mano y apretando su nariz con los dedos índice y medio. El sólo se río haciéndome reír también y juntándome a él tiré un poco de su cabeza haciéndola chocar con la mía.

-Te amo, recuérdalo.

Marcos se río un poco mientras los ojos se le tornaban más brillantes.

-Creo que se te olvidó peinarte- le dije señalando su cabello.

-¿En serio?

-Si mira- puse mi mano y le alboroté todo el cabello, despeinándolo.

-¡Hey!

Le saqué la lengua burlándome un poco de él y luego salí corriendo con él persiguiéndome hasta que estuvimos cerca del liceo.

Llegamos y mientras esperábamos a que los demás que iban a la competencia llegaran nos sentamos a hablar en una mesa del área de la cantina… Miraba la foto en la pantalla y luego lo miraba a él frente a mí.

-Ya los veo en la tarde, van a venir celebrando su victoria ya vas a ver- le dije sonriendo, entusiasmándolo.

Marcos sonrío y bajó un poco la cabeza mientras la movía de lado a lado negando.

-Tengo miedo-

-¿De qué?

-No sé… si no lo hago bien, recuerda que junto con Jorge somos jefes de escuadra.

-¡Ya!, Si estuviste preparándote toda la semana

-Si… pero igual…

-Anda, todo va a salir bien, ya verás… lo vas a hacer bien, sólo no te pongas nervioso.

-Ni que fuera tan fácil.

-Si, mira… cuando te sientas nervioso solo respira hondo, cuantas veces sea necesario para calmarte…

-Bueno… cualquier cosa te escribo al cel…

-Claro…

Todos los demás estudiantes se levantaron y sin motivo aparente comenzaron a correr, al parecer había llegado el bus al liceo y todos desesperados por quedar sentados corrían.

-Corre que quedo sin puesto- Marcos pasó por mi lado tirándome del suéter haciendo que me levantara para perseguirlo.

-Ah no, es que se están formando- dijo Marcos al ver que todos los demás se estaban poniendo en fila, llamaron a los Jefes de escuadra, Jorge y él.

Jorge me saludo al pasarme por al lado y se fue hacia donde estaban los profesores.

-RAPIDO- gritó con euforia el profesor Ezequiel hacía Marcos que se despidió con un –Chao- nervioso para luego irse corriendo hasta el comienzo de las filas.

-Ateeeencion, firme- Gritó Marcos poniendo la voz gruesa, un ligero escalofrío me recorrió al escucharlo.

Sonaron todas las palmas de las manos al chocarse contra los pantalones al mismo tiempo, en un solo sonido, perfecto.

-A discre… ción- Mandó la voz de Jorge ahora.

De nuevo un solo sonido, pero esta vez de todos los zapatos chocándose contra el suelo.

-Personal a mí mando buenos días- gritó el profesor Ezequiel y todos los alumnos gritaron al mismo tiempo

-Buenos días mi instructor…

Acto seguido el profesor dio la orden de subirse al autobús, en solo unos minutos todos estaban acomodados adentro,  Marcos me miraba por la ventana, sonreía mientras Jorge a su lado parecía decirle algo.

El sonido del motor del bus al encenderse pareció resonar por todo el lugar en la luz del alba.

El autobús arrancó y Marcos se despidió moviendo la mano de lado a lado, de pronto pareció acordarse de algo rebusco por lo bajo según pude ver por la ventana y asomó el teléfono. -Me escribes- pude leer en sus labios antes de que el autobús diera una vuelta y dejara de verle. Había alcanzado a verme asentir con la cabeza… diciéndole que le escribiría.

Ya habían comenzado a llegar algunos otros estudiantes al liceo, tanto de camisa azul como beige… Debía estar cerca la hora de entrada, metí la mano en mi bolsillo y me dio ese mini infarto…

-Puede ser en el otro-

Con la otra mano busque en el bolsillo izquierdo, sentí como la piel se me erizaba… y el escalofrío me recorría de pies a cabeza…

-Mierda… mi celular…

Fue solo cuestión de segundos para asimilarlo…

-La… las… las fotos…

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En el próximo capitulo,  todo se desarrolla entre la competencia inter-escolar de Marcos y un Andrés desesperado por encontrar su teléfono que tantas cosas esconde…

Otra vez el secreto de estos dos chicos está en peligro…

La próxima parte la subo en dos semanas, y espero adoptar ese tiempo para publicar.

Gracias por su lectura, recuerden valorar y comentar, sus sospechas, criticas, suposiciones, todas son bien recibidas :)

Saludos.