Juntos por Siempre (11)

"Y hasta ya no respirar... Yo te voy a amar" Andrés le tiene una sorpresa a Marcos... En varios sentidos.

Aja! En menos de dos semanas, aquí la continuación de Juntos por Siempre, aunque la verdad este capítulo podría considerarse algo “especial”, ya se darán cuenta.

Por si a alguno le quedaron dudas acerca del capítulo anterior, he aquí una explicación: http://otroside.blogspot.com/2013/05/explicacion-juntos-por-siempre-10.html

//////////////

-Pasa- le invité a mi habitación.

-¡Oh! Este lugar sí que no lo conocía- hizo una mueca burlándose…

-Mmm… jaja, cierto… pero espera, siéntate aquí- le di unos golpecitos a la cama de debajo de la litera, la de mi hermanito…- y cierra los ojos… No los abras hasta que yo te diga-.

-¿Qué? ¿En serio?

-Claro, por qué bromearía con eso, y tranquilo que no voy a meter ningún insecto a tu boca ni nada parecido…

-¡Hey! ¡Yo no he dicho nada de eso!-

-Anda tapate los ojos y listo.

-¿Con la mano?-

-¡Marcooos!

-¡Andréees!

Puse cara seria mirándole…

-Ay si, me vas a pegar Watch out, tenemos un chico malo aquí-

-¡Con que sí! Mira si quieres te tapo la cara con un bóxer usado para que te quedes tranquilo Marcos

-¿Eh?

-jaja, anda- me acerqué hasta él y le cubrí  los ojos con un pañuelo. Él se quedó sentado en la cama y con un dedo golpeaba el colchón esperando, sin quitar una media sonrisa de su rostro.

-¿Qué vas a hacer Andy?

-Shhh- sisé -solo quédate callado-

-Bueno…

-Espera.

Abrí mi armario y saqué mi guitarra, Marcos no sabía que la tocaba, nunca se lo había mencionado así que seguro y le sorprendería bastante, sobretodo porque en los últimos días había practicado una canción justo para dedicársela, y cantarla para él… No sé si lo hacía bien, pero de vez en cuando me gustaba hacerlo, los únicos que me habían escuchado eran mi mamá, Kevin y Andrea… Sin embargo la canción que le iba a tocar la había aprendido sólo para él… Suspiré, iba a carraspear un poco pero así se daría cuenta así que salí un momento del cuarto y cerré la puerta tras de mí.

-¿Andrés? ¿Sigues ahí?

La boca se me había secado, comencé a temblar un poco, y de un momento a otro estaba sudando frío, sólo por escucharle preguntar eso.

-Si si, ahí voy espera- apenas pude responder mientras pegaba una carrera hasta la cocina a beber  agua para luego regresarme, patiné un poco por andar en calcetines y terminé parado frente al pomo de la puerta, carraspee un poco y me decidí a entrar.

-Listo.

-Ya me puedo quitar la venda-

-¡Noooo!- corrí hacia él y puse la mano sobre el pañuelo sin dejar que se lo quitara –ya va, ya va-

Busqué un banco y me senté en medio de mi habitación mientras lo veía a él sentado en mi cama, medio agachado por la cama de Kevin que estaba arriba, vestido con su uniforme del liceo de donde acabábamos de salir, dentro de poco ya dejaríamos atrás esa camisa Beige y ese pantalón de Gabardina y toda esa historia en el liceo para comenzar una nueva fuera de él, haría todo lo posible por verlo, y siempre tendría tiempo para él, muchas veces me encontraba a mí mismo pensando eso.

///////// Todos deben haber escuchado esta canción alguna vez, pero por si no lo han hecho, o lo quieren volver a hacer aquí el link http://youtu.be/NAjJXrJu-Yk //////////

Coloqué la mano izquierda en la escala de Re mayor y comencé a tocar con la derecha, cambiando la mano de escalas hasta completar el intro y comenzar a cantar.

Cuando sientas tristeza

Deje de mirar a la guitarra y voltee hacia Marcos, estaba sonriendo y se había puesto algo colorado.

Que no puedas calmar…

Cuando haya un vacío

Que no puedas llenar

No había dejado de verlo, él seguía aún con el pañuelo en los ojos sin dejar de sonreír, puso las manos a los lados y siguió escuchando.

Te abrazaré, te haré olvidar, lo que te hizo sufrir,

No vas a caer, mientras que estés junto a míi.

Si siente un frío, tu corazón

Marcos comenzó a susurrar el coro, movía los labios sin dejar de sonreír, sentí como un pequeño escalofrío me recorría, al mismo tiempo que una extraña sensación de felicidad al verlo así me hacía sonreír también.

Seré tu abrigo, tu ilusión

Hasta ya no respirar, yo te voy a amar

Yo te voy a amar.

Seguí tocando sin saber si continuar, la había sacado completa, pero que tal si se aburría o algo… o si no creía lo que decía, o si le parecía que no sería así, o si no le gustaba o algo…

No sabía qué hacer, si continuar o no; pero él lo hizo por mí…

Yo siempre te he amado

Comenzó a cantar con la voz algo chillona y desafinada, pero aun así me parecía hermoso, además que sabía conocía la canción, por lo menos el Coro, pero no pensé que se supiera también las estrofas.

Y amor, yo estaré

Se afinó un poco más, dejándome algo atontado porque en realidad cantaba bastante bien.

Por siempre a tu lado

Nunca me alejaré

Prometo mi amor

Te juro ante dios

Nunca te voy a faltar

Tu corazón

No volverá a llorar

Terminó de cantar la estrofa y continué yo con el coro.

Si siente un frio tú corazón

Seré tu abrigo, tu ilusión

Hasta ya no respirar

Yo te voy a amar

Sigo muriendo por ti

Comenzó él pero antes de que continuara le seguí yo.

Yo te quiero así

Y antes de que pusiera seguir, Marcos continuó él.

Sin tu amor en mi vida, mi vida

No sé cómo podré yo vivir

Comenzamos a cantar el coro de nuevo pero los dos juntos esta vez.

Si siente un frio tu corazón

Seré tu abrigo, tu ilusión

Hasta ya no respirar

Yo te voy a amar

Si siente un frio tu corazón

Seré tu abrigo, tu ilusión

Hasta ya no respirar

Yo te voy a amar

Y cada día yo viviré

Intentando como te voy a querer

Y Hasta ya no respirar, canté

Yo te voy a amar...

Culminó él la canción… Paré de tocar la guitara y un silencio invadió la habitación, lo miraba a él, aún con los ojos vendados, el pañuelo se veía algo humedecido por la parte inferior, no pude evitar que los ojos también se me humedecieran… Cuantas veces habíamos llorado los dos juntos, así… de verdad…

-Somos unos llorones- hice la guitarra a un lado y fui hasta mi cama, sentándome sobre la pierna izquierda de Marcos.

-Lo bueno es que lloramos de felicidad ¿no?- movió sus manos hacia la venda que llevaba en los ojos pero las tomé y lo detuve.

-Si- me acerqué a sus labios y lo besé, mordí el labio inferior por el centro y tiré un poco de él sin dejar de lamerlo muy suavemente, abrí la boca un poco y mordí un poco más hacia un lado … Sentí como una de las manos de Marcos se colocaba en mi cintura, e iba subiendo por mi  espalda. Abrió un poco su boca y con los dientes comenzó a responder también apretando mi labio superior con sus dientes.

Su mano dejó mi espalda y después las sentí sobre mi pecho, a la altura de mi cuello, sujetó mi camisa y tiró de ella, acostándose sobre la cama de Kevin y quedando yo encima de él, aun así nuestros labios nunca se separaron. Ya nuestras lenguas se habían vuelto a encontrar cómo muchas veces lo habían hecho, acoplándose, cómo si cada una supiera a donde ir, que hacer, y cómo hacerlo, justo cómo le gustaba al otro.

Dejé sus labios para comenzar a recorrerlo tocándolo solo con la punta de la nariz, soltando aire lentamente sobre él por cada lugar que recorría, aire que cada vez se iba haciendo más caliente, aspirando toda su aroma, su aliento, el aire que el respiraba y el mío eran el mismo, uno lo soltaba para que el otro lo recibiese.

Volvió a subir sus manos hasta el pañuelo, para tratar de quitárselo de nuevo, y lo volví a detener.

-Caca, eso no se toca- le aparté las manos nuevamente.

-¿Por qué?

No le respondí, simplemente volví a sus labios y le besé para después apartarme un poco de él, quedando nuestras bocas separadas por sólo centímetros, estuvo un momento así expectante a que yo hiciera algo, pero al sentir que no lo hacía decidió el inclinarse un poco para llegar a mis labios. Al separarnos volvimos a reír los dos.

Coloqué mis manos sobre sus hombros y las fui bajando hasta sus brazos, al llegar a sus manos tomé ambas y las levanté justo enfrente mío, juntando las dos y besándolas en la línea donde se juntaban para luego separarlas y dejarlas sobre mis hombros…

-Marcos- coloqué mis manos a ambos lados de su cintura y levanté las piernas para quedar sentado sobre él como podía, porque me chocaba con la cama de arriba.

-¿Qué pasa?

-nada…- sacudí un poco la cabeza…

-¿nada?...

-Es que… nunca…- suspiré – ¿nunca te has puesto a pensar en cómo podría acabar esto?

-¿Qué quieres decir?-terminó por subir sus manos y quitarse la venda, mirando  fijamente hacia mis ojos…

-No sé… que podría suceder… ya  varias cosas nos han pasado y se puede decir que hemos salido ilesos, pero… ¿y si llega el momento en que no?... aunque no es sólo eso…

-¿Qué más?- preguntó con voz temblorosa.

-No sé si a pesar de todo este tiempo que llevamos juntos, es poco… pero… es que…

-¿Qué?

-Te amo Marcos…

-Dime algo que ya no sepa- puso una mueca con los labios simulando a un pato.

-Ese es mi chiste pendejo- le tomé por la nariz.

-Ya ya- apartó mi mano- sé lo que piensas, y pues, yo tampoco quisiera que esto acabara nunca…

Sonreí mirándole.

-Te amo, Andy-

Volví a reír…

-Andrés- se tiró sobre la cama y yo me coloqué al lado de él recostado sobre su hombro mientras le acariciaba el cabello.

-¿Aja?-

-¿Qué piensas acerca del primer amor?

Parpadee un poco, no me esperaba esa pregunta, pero no tenía que tener una respuesta preparada.

-Dicen que es de quien realmente te enamoras, y todos los demás son solo para olvidarlo… jaja

-Eso lo vi en un estado de Facebook

-Por eso digo, dicen por ahí, jaja-

Marcos se rio un poco

-¿Y tú que dices?

-Yo digo que es falso eso… y que el primer amor no es aquella primera persona de la que te enamoras o con la que tienes una relación, sino con la que aprendes a querer incondicionalmente, con quien aprendes a seguir adelante en las buenas y en las malas, y que sin importar qué… siempre estará para ti. Sabes Marcos… he tenido la suerte de tener dos primeros amores…

-¿Cómo así?

-Bueno, Andrea y tú…

-¿Qué!?- preguntó Marcos algo descolocado.

-No puedo negar que gracias a ella soy quien soy, porque creo que cada persona llega a tu vida para enseñarte algo.

-mmm-

-Pero tú, tú fuiste quien me enseñó que para el amor no hay diferencias, ni igualdades, porque solo se da… y si sucede… no tienes por qué desaprovecharlo, ni mucho menos reprimirlo.

Marcos volvió a mirarme a los ojos y se acercó para besarme, duramos así unos cuantos segundos.

-Además, tú nunca has dejado de enseñarme cosas nuevas y creo que ese es el principio para decidir compartir tu vida con alguien.

Marcos se me quedo mirando, como recapacitando cada palabra de las que acababa de decir hasta que al final sonrió y yo le correspondí sonriendo también, acerqué mi nariz hasta la suya y la frote un poco.

-¿Y tú que crees que es el primer amor?- le pregunté ya separando nuestras narices.

-Pues… que es quien te demuestra que todo lo que alguna vez creíste sería imposible, y con lo que sólo soñabas, puede ser realidad…

Me acerqué hasta él y volví a besarle…

-Andrés… no dejaría que te hicieran nada malo por mi culpa- colocó la mano bajo mi mentón y con el pulgar dio una pequeña caricia sobre mi mejilla.

-¿Por qué lo dices?

-Nada, nada, sólo digo…- volvió a acercarse para besarme, cosa que continuamos mientras su camisa beige con el distintivo del liceo se iba deslizando de sus brazos al igual que la mía, nuestras franelillas se hacían hacia un rincón de la habitación, donde en poco también se encontrarían con nuestros pantalones de gabardina y sus respectivos cinturones.

Marcos lamía por encima de mis bóxer, mordisqueando mi pene con la tela de por medio, y en la cabeza dejando caer tanta baba que sentía una ligera sensación fría.

Para dejarle continuar con su trabajo oral, sin interrupciones, fui bajando  el bóxer de a poco, y al apenas liberar mi pene Marcos  se abalanzó sobre él, sujetándolo desde la base y chupando desde la cabeza mientras bajaba y me relamía por el frenillo.

-Que rico bebé-

-¿Si? ¿Te gusta?- preguntó él mirándome a los ojos sin separarse del todo de mi miembro.

Me agaché hasta su oído y entre susurros le respondí.

-Me encanta nene-

Marcos se giró hacia mí, dejando de explorarme el pene con su lengua, se fue hasta mi oreja y la lamió dando suaves mordiscos en mi lóbulo de vez en cuando, haciéndome gemir como un poseso mientras el hacía sonidos guturales provocándome de sobremanera.

Puse a Marcos tirado sobre la cama y yo me coloqué encima de él, tomé su bóxer por ambos lados y lo baje primero con algo de fuerza, su pene bajó y al quitarle el bóxer por completo salió disparado hacia arriba dando unos cuantos botes. Le miré a los ojos y luego al pene cómo pidiéndole permiso para chuparlo, él asintió y poco a poco fui bajando soltando mi aliento  sobre su pecho hasta sujetarme de sus caderas, marcos se recostó doblando una almohada y colocándola bajo su cabeza mientras yo le trabajaba su miembro, lamiéndolo y chupando como si de ello dependiera mi vida, buscaba obtener de esas gotas saladitas que tanto me gustaban.

Saqué su pene de mi boca sujetándolo con la mano mientras le empezaba a besar por los alrededores de su pelvis, olfateando los vellos que rodeaban su miembro y tirando de ellos muy suavemente con los labios mientras miraba a Marcos fijándome en las expresiones que ponía, apretaba los dientes junto con los ojos, los abría, tomaba aire, sonreía, suspiraba y luego me miraba de forma desafiante.

Pasé a sus testículos, los cuales me llevé al mismo tiempo a la boca, Marcos se estiró sobre la cama agarrando la sabana con ambas manos mientras apretaba los parpados y arrugaba la cara sin dejar de gemir.

-Dios, que rico- exclamó como pudo, animándome a continuar con mi labor, le pajee por un momento, dejando de chupar sus testículos para volver con su pene, llevándomelo todo a la boca. Con los labios le recorría desde la cabeza hasta la base deslizándome fácilmente gracias a la saliva con que ya estaba bañado su miembro, sentía cada vena, y sobretodo el calor que despedía. Deje tragarlo todo y me limité solo a lamer la cabeza, pasando mi lengua por el pequeño orificio tratando de introducirlo en él. Marcos aún no dejaba de gemir, y fue entonces cuando me decidí a decirle lo que tanto tiempo llevaba rondando en mi mente. Me separé de su miembro y besándole subí de nuevo hasta su cabeza, dándole un beso en la boca, introduciendo mi lengua en ella para recorrerla un poco y luego separarme nuevamente e ir hasta su oído.

-Marcos, hay algo que vengo queriéndote decir desde hace algunos días para acá.

Marcos algo dubitativo se alejó y me miró con una cara un tanto extraña.

-¿Qué?- preguntó algo asustado al parecer.

-Es que, bueno… ya sabes… este… ehmmm…

-¿Qué pasa?

-Es que yo, sabes… antes de llegarlo a intentar un día con otra persona, lo cual no creo que suceda… quisiera hacerlo contigo…

La expresión de Marcos cambió un poco, se había destensado pero igual seguía mirándome algo dudoso.

-¿Qué pasa Andrés?

-Es que yo… quiero…- suspiré, me costaba mucho decirle, y no sabía por qué.

-¿Qué quieres Andrés?- dijo con su pulgar derecho sobre mi mejilla y su mano bajo mi mentón.

Desvié mi mirada hacia al suelo y sin poder mirarle, se lo dije –Quiero que me penetres- cerré ambos ojos apretándolos fuertemente y abriendo uno sólo le miré de reojo.

Marcos comenzó a reírse a carcajadas, volteándose contra la almohada.

-Ay, tanto drama por eso-

Sentí que la sangre se me subía a la cabeza o algo así...

-¿Es que no me puede dar pena? ¡Ya tu estarás acostumbrado!-

-Jaja... La verdad es que te lo había querido pedir, pero algo me decía que te podía molestar- ambos nos sentamos como pudimos en la cama, algo encogidos porque chocábamos con mi cama, la de arriba en la litera.

-¿Preguntarme que si me podías penetrar?

-Aja...

-jajaja... No pues porque me... Ehmmm... Bueno... La verdad que no sé... Pero no me iba a molestar, creo...

-jajaja, tonto- me empujo por la frente tirándome en el colchón -A ver, abre el culo.

-¡Aaah, pero no me lo pidas así Marcos!-

-A ver... Mi amor, puedes aperturar tus piernas para yo tener una visión más amplia de tu precioso y delicado recto...

-¡Marcooos!

-Ya ya- se acercó hasta mí y yo me acosté en la cama, Marcos comenzó a besarme deslizando su mano derecha por mi cuerpo hasta colocarla en mi entrada, uno de sus dedos comenzó a deslizarse arriba y abajo haciendo que por reflejo apretara un poco.

-Quiero que me aprietes así otra cosa- dijo Marcos ya metido en el personaje de macho dominante. Yo solo sonreí y recordé alguno de esos videos en los que el tipo le decía mil cosas a la mujer y ella solo asentía riéndose, aun cuando en poco segundos seria atravesada por un pene de más de 20 cm, si, de alguna forma me sentía como toda una perra.

Marcos sacó el dedo que tenía en mi interior, lo llenó un poco de saliva y luego bajó para volver a introducirlo en mí, haciendo unos pequeños movimientos circulares metiéndolo poco a poco mientras me besaba, ahogando mis gemidos en sus labios.

-¿Te molesta?- preguntó.

-No, sigue...

Y así hizo siguió introduciendo su dedo sin dejar de besarme, fueron unos centímetros más hasta que por fin cesó y sentí como el resto de sus dedos chocaban contra mis nalgas.

Una vez estuvo todo adentro comenzó a moverlo dentro de mí, era un poco incómodo en un principio pero a medida que pasaba se iba tornando más placentero. Coloqué mi mano detrás de su cabeza y tiré un poco de su pelo, lo alejé un poco y solo lo miré directo a los ojos por unos segundos mientras no dejaba de gemir. El aire caliente que Marcos respiraba se estrellaba contra mi pecho que ya se estaba perlando por las gotas de sudor que comenzaban a asomarse en ambos.

-¿Listo para el otro?- preguntó.

-No sé- dejo de mover el dedo en mi interior y más bien lo sacó dejando una pequeña sensación de vacío que acabaría pronto cuando volviera a introducir el mismo dedo, iniciando un vaivén en mi interior.

Sin previo aviso introdujo el otro dedo, aun así pude notar algo de malicia en su mirada, como esperando a que me doliera.

-¿Te molesta?-

-En lo más mínimo... Estoy preparado para más- le guiñe un ojo a lo que el abrió más de la cuenta los suyos como sorprendido por mi respuesta...

-Así que quieres más...- Sacó sus dedos de mi esfínter y rápidamente posiciono la cabeza de su pene en mi agujero y empujo tan fuerte como pudo...

-¡AAAAAAAAAAAH EL COÑO E´SU MADRE!- el grito lo debía haber escuchado a la vecina, el vecino, la del edificio de al frente, y toda la urbanización. -¡MALDICION! ¡Sácalo! ¡Sácalo coño!

Marcos completamente asustado sacó su pene y se hizo a un lado de la cama mientras yo me sobaba las nalgas y apretaba el esfínter tratando de calmar el dolor que me quemaba por dentro. Involuntariamente las lágrimas brotaban de mis ojos...

-Eres una mierda Marcos.

-Disculpa.

-En serio que eres un hijo de puta-

Marcos bajó la mirada hacia el colchón...

-No fue mi intención... Pensé que ya estabas dilatado no sé.

Aún sentía el escozor en lo más profundo de mi ser, literalmente.

-Seguro y yo te hacía eso la primera vez y me, me, no sé, me cortabas el pene o algo...

Marcos peló los ojos...

-Ya, lo siento Andrés, no fue mi intención- se bajó de la cama y comenzó a recoger su ropa haciendo un ovillo y colocándoselo bajo el brazo. Abrió la puerta de la habitación, yo me levanté como pude y la volví a trancar con una mano.

-¿A dónde crees que vas?

Marcos me miró intimidado por unos instantes... Y justo cuando iba a decir algo me abalancé sobre sus labios comiéndomelos, recorriendo todo su cuerpo con mis manos mientras que el hacía lo propio con el mío, apretujando sus nalgas, pasando mis uñas por sus piernas, mordiendo su cuello y tirando de su piel, le chupé por un lado que de seguro e iba a dejar marca pero en ese momento ya todo eso había dejado de importar. Fuimos caminando como pudimos pisándonos los pies el uno del otro hasta llegar a la cama, me metí dentro de la litera dejando los pies aún en el piso, Marcos se arrodilló en el suelo y chupó mi pene bruscamente, haciendo que me aferrara a la cama, luego tiró de mis testículos con sus labios para acto seguido llevárselos por completo a la boca cómo había hecho minutos antes, por reflejo intenté cerrar las piernas encontrándome con su cuerpo el cual apreté entre estas, Marcos siguió recorriendo con su lengua hasta llegar a mi adolorido culo que al lamerlo no fue más sino como si todo el dolor cesara y me comenzara a llenar de placer.

-aaaf... Aaafff, dios mío-

Marcos me echó una mirada rápida sin dejar de lamer, bañando mi esfínter de baba, por el placer que sentía no podía evitar apretarle con las piernas y tirar de él más hacia mí.

-¿Puedo volver a intentarlo?- preguntó con algo de timidez, dudé un poco...

-Pero con cuidado.

-Sí, si... Lo haré despacito.

-Sí, es mejor que sea verdad, que sino...

-¿Sino?

-Te voy a dar castigo- sonreí.

-¡Ohh! ¡Qué miedo!- Marcos se levantó y me tomó por los tobillos, subió mis piernas apoyándolas sobre sus hombros, después bajó ambas manos y mientras con una trataba de hacerse espacio entre mis nalgas con la otra dirigía su miembro.

-Deberíamos comprar un lubricante un día de estos, sin duda se nos haría mas fácil- Marcos se sonrió un poco.

-Claro, vamos los dos juntos y le sonreímos al cajero cuando lo esté pasando por el lector.

Marcos se volvió a reír y pronto comencé a sentir su glande chocando contra mi agujero, empujando y abriéndose paso dentro de este, el ardor de unos minutos antes había vuelto, pero a menor intensidad, cerré los ojos y los apreté, trataba de relajarme, pero no podía, no mientras sentía centímetro a centímetro como el pene de Marcos me atravesaba. De pronto su mano comenzó a acariciar suavemente mi muslo subiendo hasta mi pantorrilla donde se giró y sentí como dejaba un beso. Sonreí, no entendía como coño Marcos soportaba esto cada vez, el sudor frío ya recorría mi frente y por lo despacio que iba Marcos parecía que aún no terminaba. Y dígame, mi pene era algo más grande y grueso que el suyo.

-¡Joder Marcos! ¡Hazlo de una vez si lo vas a hacer!-

Marcos abrió un poco más los ojos y empujo lo que faltaba. No pude evitar soltar un grito ahogado que resonó en la habitación. Marcos se metió bajo la litera y se acercó a besarme. Respondí a sus besos como pude, y a medida que lo hacía sentía como el dolor iba cesando.

Marcos dejó de besarme y solo dejo su nariz contra la mía.

-¿Todavía te duele?

-Un poco bebé- dije como pude mientras respiraba aceleradamente, Marcos se echó un poco para atrás y luego volvió a empujar haciéndome gemir de manera inevitable, y haciendo que él riera un poco.

-No rías coño, que en serio duele, no sé cómo le haces.

Marcos no respondió y volvió a embestirme, otro gemido involuntario escapo de mi boca. Él volvió a reírse, pero esta vez, sin detenerse volvió a moverse adelante y atrás, iniciando un vaivén como había hecho antes con su dedo, el dolor ya había cesado, aunque aún así no podía evitar gemir, estaba empezando a agarrarle el gusto.

-aafff... Afff.... Aafff- gemía a cada vez que exhalaba. A Marcos algunas gotas de sudor comenzaban a brotar de su frente cayendo sobre mi pecho, se mordía el labio inferior mientras entrecerraba los ojos. Estuvimos así durante unos minutos hasta que Marcos pidió cambiáramos de lugar, la verdad que estar en una litera no era mu cómodo así que nos levantamos y quedando los dos de frente, me acerqué a él para besarle antes de apoyarme en la cama de arriba, dándole la espalda, Marcos captó el mensaje y se volvió a acercar a mí, me arrime un poco hacia atrás para recibir unos cuantos besos en el cuello y luego baje la mano hasta su pene, el cual dirigí hasta mi ano. Marcos empujó y en cuestión de segundos estaba siendo penetrado de nuevo.

Marcos se agarró a la cama también y se limitó sólo a mover las caderas. Mientras sentía cada una de sus estocadas estiré mi mano y comencé a acariciarle por el muslo.

-¿Quieres que te llene de lechita?- dijo Marcos ya fuera de sus cabales.

-Déjame todo lleno, soy tuyo bebé- respondí yo también sin reconocerme a mí mismo.

Marcos aumentó el ritmo, así que volvía a gemir sin poder resistirme. Con sus manos comenzando por mis nalgas, empezó recorrer mi cuerpo, subiendo por la ingle, jugueteando con mis testículos, masturbándome un poco, para después seguir subiendo, haciendo un circulo con su dedo índice alrededor de mi ombligo, apretar un poco mis tetillas hasta llegar a mis hombros donde tiró enterrándome su miembro hasta lo más profundo, marcando su embestida con un leve grito que avisaba el fin de le faena, sentí su respiración acelerada sobre mi hombro y entre susurros me lo confirmó.

-Ya-...-fff- dio unos cuantos besos en mi espalda y yo girando la cabeza di unos cuantos en su mejilla -¿Te gustó?-

-Sí, mucho bebé- le di un beso en la boca y sentí como su pene ya flácido abandonaba mi esfínter, me giré y tiré de él pegando su pecho contra el mío, con mi pene aún erecto, frotando al suyo. Pasee mis manos por su culo y seguí besándole.

-¿Y cómo hacemos con esto?- terminé por preguntarle, mirando de reojo mi pene. Marcos rio y se sonrojo un poco.

-Pues te resuelves tú solo- terminó por decir en tono burlón.

-Ah con que si- le miré de forma amenazante, Marcos aún riéndose se bajó poniéndose a la altura de mi sexo empezó a pajearme, colocando su boca rodeando la corona de mi pene, moviendo su mano rápidamente mientras succionaba.

Coloque mi mano en su pelo y tiré de él enterrando mi miembro en su garganta, Marcos tosió un poco pero no retrocedió, dio unos cuantos lametones y sin dejar de succionar fue tirando de mi polla con sus labios hasta sacarla completamente de su boca, volver a tomarla entre su mano y seguir pajeándome.

Fue solo cuestión de segundos para que unos cuantos chorros de semen salieran disparados y el los recibiera gustoso en su boca, saboreándolos y degustándolos un poco para acabar subiendo hasta mis labios, y compartir el sabor de mi corrida.

Estuvimos así, juntando mi frente con la suya. Y estirando nuestros labios para alcanzar a besarnos por unos cuantos minutos, saboreando el resto de mi semen que se había esparcido por nuestros labios hasta que los dos subimos a mi cama donde nos tumbamos durante un rato.

-¿Te dejo de doler?-

-Si ahora sólo me siento vacío- Marcos se rio un poco -Es que tú por maldad a la primera lo metiste así, y por más que sea coño, era mi primera vez- puse cara de bebé, o al menos eso traté. Marcos volvió a reírse.

-Ya, para la próxima verás que no te va a doler tanto, además tendré más cuidado.

-¿Para la próxima? ¿En serio crees que habrá una próxima vez Marcos?

Marcos cambió su expresión, se puso un poco confuso y algo serio.

-Ya, ya, a ver cuándo lo volvemos a hacer mi niñito hermoso- apreté su nariz entre mis dedos y giré su cabeza hacia los lados, haciendo que volviera a reír.

//////////////

En el próximo capítulo… Ya la última semana de clases, exámenes de lapso, desorden, estrés, amenazas, nervios, el proyecto escolar, y una expulsión que pondrá en riesgo una amistad…

Espero les haya gustado este capítulo. Y me gusta que me digan sus suposiciones, así que anímense a decir sus opiniones y lo que creen que pasará en los siguientes capitulos en los comentarios :).

Saludos!