Juntos por fin
Después de unos meses de largas charlas por internet, al fin voy a estar con mi Dueño
Te escribí por el Whatsapp:
- Ya estoy aquí, esperame en la cafetería del aeropuerto.
Me contestaste que ahí estarías.
Los nervios del viaje, se me acumulaban de cintura para abajo, no solo en mi coño, sino que también en mis piernas y en mi vejiga. Por fin iba a ver a mi Dueño.
Entré en el baño, me arreglé el pelo, la falda y las medias, me retoque el poco maquillaje que llevaba puesto y salí dispuesta a conocer a la persona que mas deseaba en este mundo.
Ese mundo que tanto necesitaba.
Ahí estabas tu, con tus vaqueros y tu camiseta azul y una sonrisa de oreja a oreja que hacía ver que nuestra complicidad era recíproca.
Pedí una cerveza, los nervios que tenia no me dejaban decidir si fumar un cigarro (cosa que necesitaba) o quedarme ahí embobada y sonriendo como una tonta. Opté por lo segundo, por que sabía que una cervecita me calmaría los nervios.
Hablamos, nos miramos, te miré, te observe tanto que me dolían los ojos, quería todo de ti, quería absorber todo lo que me dijeras, quería estar tan segura de lo que pretendia hacer, que no albergase ninguna razón para no entregarme a ti por completo.
Nos fuimos del aeropuerto en el taxi no dejábamos de mirarnos, había tanto deseo entre ambos que hasta el taxista se dio cuenta ( no parabas de tocarme las piernas y meterme mano)
Mi tanga, rezumaba olores y jugos que me daba vergüenza que pudieses olerlos. Y claro evidentemente te diste cuenta, cuando al entrar con tu dedo en mi entrepierna lo sentiste caliente y horadaste mas en el hasta llegar a mi rajita.
Llegamos a una dirección de la costa, a unos minutos del hotel que habías reservado para mi y dimos un paseo por la playa hasta un chiringuito, Tomamos algo, nos relajamos, hablamos y nuestras caras y sonrisas eran la misma en ambos. Esa mezcla de deseo, complicidad y tortura que tanto habíamos hablado.
Me dijiste al llegar al chiringuito que me quitara el tanga y te lo diera, así lo hice, fui al baño y me lo quite, no sin antes limpiar mi xixi con él, por que estaba chorreando y no queria manchar mi falda con mis flujos ( a parte sabía que tu lo utilizarías bien).
Cuando terminamos esa cerveza nos fuimos a comer algo ( yo estaba hambrienta) pero en la cena ya empezaste a calentar motores.... me pediste que fuera al baño y quitara mi sujetador y te lo diera. Yo cada vez mas caliente y tu cada vez mas mi Dueño, tu me diste de comer, tu me metías tu dedo en mi coño y me lo dabas a chupar junto con la pizza que habíamos pedido. Me pusiste mi entrepierna pingando... chorreante y deseosa de ser usada por ti.
Salimos del chiringuito y directamente al hotel. Subimos en el ascensor y me besaste en mi boca con una mezcla de pasión y desesperación que no había sentido en mucho tiempo. Me agarrabas el culo con una mano, con la otra una teta y tu lengua jugaba con la mía de una manera desesperada.
Mis jugos corrían por mi entrepierna y me los dabas a chupar a la vez que tu también los chupabas, nos deseábamos tanto que cuando salimos del ascensor estábamos como locos y no sabíamos donde ir... si a derecha o a izquierda.
Abriste la habitación y te quitaste la camiseta, te quedaste sentado en la butaca mientras me decías: arrodillate y ven hacia mi. Y así lo hice, cada paso que daba era un éxtasis, una mojadura mas, una necesidad de ser tuya que me invadía por completo.
Me puse a tus pies, y baje la cabeza, me agarre a tus piernas y las abrace con ansia, como si me fueran a quitar las mías ( por que tus piernas en ese momento eran mías)
Me sentiste (sentiste mi sumisión y tu posesión era toda tuya). Me alzaste la cabeza, me besaste de nuevo y susurrando me dijiste:
- Desnudate mi cachorrita
Sin dudar un momento lo hice, tranquila, dulce y sexy.... lentamente como sabia que a ti te gustaba. Mis medias y mis taconazos resaltaban mi cuerpo, mis muslos, mis piernas.... vi tu aprobación en tu cara de satisfacción, y no solo por mi cuerpo, si no también por mi entrega y lo que esperabas que te diera.
Mis pechos estaban hinchados y mis pezones duros como piedras esperando tus manos, mi cuerpo firme y a la vez relajado por la confianza en mi Dueño. Mi coño.... mi coño era un mar de sensaciones y mojaduras constantes. Era como el Mar Cantábrico embravecido.( ola va y ola viene, salpicándolo todo).
Tu estabas henchido, tu mástil a toda vela se te notaba el bulto del pantalón lo que se veia venir, lo que deseabas ( tenias unas ganas locas de metérmela en la boca) pero como eres un poco cabrón, no me dejaste hacerlo aunque yo lo deseara y tu mas...).
Pero tu, para hacer mas agónica mi espera te dedicaste a sacar un antifaz de mi bolsa y a colocármelo. Me ataste las manos y los pies a las cuatro esquinas de la cama y sacaste del minibar unos hielos.
Empezaste a pasármelos por los pies y por las manos... por los sobacos ( sabias que el frio pondrían mas duros mis pezones) por la cara interna de mis brazos y muslos, por mi tripa, y por mis pechos.... oooh dios... que sensación el que recorrieras mi cuerpo con ese hielo....
A la vez tenias tu flogger y me dabas ligeras azotadas con el... para calentarme, para ir abriendo boca , yo lo sentía por cada poro de mi piel, yo lo agradecía, lo deseaba, lo necesitaba...
Estaba a punto de correrme cuando paraste y me volteaste poniéndome boca abajo en esa cama. No querías que me corriera tan rápido, querías que te lo suplicara. Seguías pasándome el hielo por mi coño y por mi culo, por mi espalda, me tenias mojada por completo y seguías dándome con el flogger, dios que sensaciones me dabas.... calor y frio, calor y frio... ummmmm. Mi piel tensa esperando en cada momento la cosa que tu hicieras conmigo, la incertidumbre de no saber cuando o donde me darás o me rozarás....( cada vez mas mojada y deseosa por que me metieras algo para poder correrme como la perra que soy).
Tu estabas con la polla henchida y decidiste dármela a probar solo un poquito. La rozaste sobre mis labios y pude olerla y saborear el liquido preseminal que tenias (una delicia) casi no me diste tiempo a ello por que sabias que si me la metías en la boca no habría marcha atrás y no querías que fuera así, con lo cual te cabreaste y te quitaste tu cinturón, me diste en la espalda, por que sabias que eso me gustaba con locura, Me dejaste marcadas unas alitas en ella, y después me diste una buena tanda de azotes en mi culo.
Escupiste en mi culo y fuiste entrando en el con tu polla hasta metérmela entera, suave pero de una vez, esperando a que mi culo se adaptara a ella, mientras seguías poniéndome rojas mis nalgas. Con una mano pellizcabas mi pezón fuertemente mientras me culeabas y con la otra seguías nalgueándome. ( tenia el culo mas rojo que un tomate, como a ti y a mi nos gusta).
Te ibas a correr de nuevo, con lo que sacaste tu polla de mi culo y me volviste a dar la vuelta.
Boca arriba, me metiste mi tanga en la boca y me la sellaste, para que no gritara ni de placer ni de dolor y empezaste a torturar mis pezones, que estaban bien duritos para ti, te deseaban desesperadamente, los agarrabas, los pellizcabas, los mordías, estabas como loco con ellos, mientras me metías un dedo... dos... tres.... no pude aguantarme mas y te pedí permiso para correrme y me lo diste.... salió todo a chorro, moje toda la cama y te moje a ti. Y tu viendo eso te tiraste a comérmelo ( me lamias y me besabas, y intercambiábamos mi sabor entre ambos)... dios que placer.... que dolor en mis pezones mientras los apretabas, y yo sin poder parar de correrme.
CONTINUARA....