Juntos

Una noche de placer en tu compañía

Vivimos juntos, aunque cada uno tiene su propia habitación, en un pisito céntrico de 85m cuadrados con salon-cocina con barra americana y una terracita, en la que muchas noches repletas de alcohol y locura hemos cumplido muchas de nuestras fantasías, claro está, rodeados de nuestras plantitas algo más que decorativas que con tanto amor cuidamos y podamos. Estoy durmiendo placidamente en mi cama de 2x2, probablemente soñando con mis dedos enredados en el pelo de su cabeza que descansa entre mis piernas, cuyo centro anhela un final feliz que él no duda darme sin prisas. Tras este sueño semierótico que golpea mi subsconciente cada noche, despierto, y para mi propio asombro y disfrute, ahí está él, entre mis piernas, dándome los buenos días a las tres de la madrugada con uno de sus típicos calentones. Me muerdo el labio inferior y cierro los ojos, con mi piel ahora desnuda acariciada por la brisa que entra por la ventana semiabierta, pensando que acabe ya esta dulce tortura que se cuela hasta mis entrañas, hacièndome gritar de placer una vez más.  Va subiendo por mi vientre, trazando una linea de besos tras de sí, no descansa en su empeño por buscar, una vez màs, su propia saciedad, lo que le lleva a sacarme de mi soporífero despertar, penetrándome de una sola vez y con fuerza, mientras suelta por esa boquita suya palabras y frases obscenas que sabe que tanto me ponen. Con una mano me tapa la boca y con la otra me tira con crueldad del pelo a la vez que le araño la espalda inconscientemente. Una, dos, diez, veinte... Cien, doscientas... Pierdo la cuenta supuesta de sus embestidas mientras me regozijo entre gritos y gemidos en lo bien que me esta follando, y, sin previo aviso me la saca, me da la vuelta a tirones de pelo hasta yo quedar a cuatro patas, totálmente expuesta a él, y escupe, acariciándome el ano para relajar el esfínter, ayudado de un vibrador. Cuando acaba su exploracion y estoy totálmete lubricada, me mete la polla con delicadeza, mientras pasea el vibrador por mis labios y mi clítoris, como para distraerme. Ya la tiene toda en mi culo, y por el coño ha insertado el vibrador a la vez que empieza con suaves movimientos de vaivén que se van haciendo cada vez más fuertes.  Un escalofrío recorre mi espalda y empiezo a sentir un cosquilleo desde el fondo de mis entrañas que desencadena en mi segundo orgasmo de la noche.  Al ver como me corro, y mis fluidos resbalando por mis piernas, también él llega al punto de culminación, y atenta a dos sencillas palabras: " me corro ", me doy la vuelta, me meto su polla hasta la garganta, y, apretando sus nalgas con mis manos, dejo que se corra en mi boca casi con ansia. Me lo trago todo, porque se que a él le encanta, y que coño, a mi me pone a mil. La dejo dentro hasta que noto que se empieza a poner flácida y la relamo con mi lengua hasta limpiarla totalmente. Acto seguido, me dejo caer sobre la cama de espaldas mientras sigo con la mirada a mi principito que se aleja por el pasillo, con la mirada fija en esas nalgas que tanto me gustan, mientras se me van cerrando los ojos y me abandono hacia otro sueño probablemente "semierótico".