Julio mi conquistador

Cuento como Julio el amigo de mi padre me desvirgó

Hace diez años…

Llegó el sábado y tocaba reunirse en casa de Julio para la barbacoa. Durante toda la semana no tuve noticias de él y tampoco quise agobiarlo. Supongo que se sentía confuso y lo estaba asimilando, pero yo estaba loco por comerle la polla de nuevo. Cuando llegamos a su casa él me saludó normalmente y yo me fui al jardín donde estaba Laura con sus hermanas. Después salieron mis padres junto con Julio y su mujer Clara.

  • Quién me acompaña a comprar la carne? - preguntó Julio y entonces me miró. Me estaba invitando a ir con él.

  • Yo voy papá que tengo que comprar unas cosas en la papelería - dijo Laura. Yo también me ofrecí a acompañarles. Subimos al todo terreno de Julio, Laura detrás y yo de copiloto. Durante todo el viaje Laura iba hablando y yo mirando el paquete de Julio, que además llevaba un pantalón de chandal y se le marcaba bastante. Llegamos al pueblo y dejamos a Laura en la papelería y seguimos conduciendo hasta la carnicería. El semáforo se puso en rojo.

  • Me vas a gastar la polla de tanto mirarla - me dijo Julio.

  • Es que tengo unas ganas locas de volver a comértela. Cómo estás? - le pregunté.

  • Raro, pero pensando en ti, bueno en tu boca comilona - se rio - me gustó mucho lo del otro día y quiero volver a hacerlo aunque me parece una locura. - Le agarré el paquete. Él suspiró y se dejó hacer. Yo empecé a sobárselo. El coche de atrás nos pitó avisando que el semáforo estaba verde. Julio arrancó pero yo no solté su bulto. Le bajé la goma del chandal y los calzoncillos y me metí su polla entera en la boca. Julio puso su mano en mi cabeza e hizo presión. Su polla fue creciendo en mi boca. Cuando su mano me liberó empecé a chupársela despacio mientras él seguía conduciendo. La posición no era muy cómoda pero estaba disfrutando mucho.

  • Hemos llegado a la carnicería - me dijo Julio. Pero yo no pensaba detenerme.

  • Está pasando la gente nos pueden ver - insistió pero mi única respuesta fueron los ruidos de la baba en mi boca. No podía ver la cara de Julio pero supongo que estaba disimulando mientras la gente pasaba por al lado del coche. Yo seguí chupando con ganas.

  • Oooooh lo estoy pasando mal de gusto - dijo Julio. Esas palabras me ayudaron a chupar su rabo con más ganas. Julio empezó a retorcerse. Pensé que estaba a punto de correrse y saqué su polla de mi boca y empecé a pajearlo rápidamente. Él empezó a gemir y su polla empezó a vibrar. Me la metí de nuevo y empezó a llenarme de su leche caliente. No dejé escapar ni un chorro. Todos en mi boca. Me lo tragué y seguí chupándole la polla. Esta vez si que saboree bien su lefa y me gustó mucho su sabor amargo.

  • Hacía tiempo que no hacía una locura así - me dijo Julio mientras recuperaba el aire y se subía el calzoncillo y el pantalón. Yo me incorporé en mi asiento y realmente sí que había gente paseando. Seguro que más de uno se asomó para ver qué estaba pasando en ese coche.

  • Yo no lo había hecho nunca. Ha sido una pasada. Mientras te la chupaba pensaba en si alguien nos hubiera pillado y me daba un morbo.

  • Eres un exhibicionista - me acarició el pelo.

  • Creo que sí y espero que me enseñes a hacer más locuras - le dije. Fuimos a recoger la carne y después a Laura que se quejó por nuestra tardanza.

  • Lo siento cariño, hemos parado a poner gasolina. Después volvimos a casa de Julio. Nos reunimos todos en el jardín y mientras hacíamos el aperitivo Julio, mi padre y mi hermano se pusieron a hacer la barbacoa. Yo hablaba con Laura por un lado, mi madre y su madre por otro. Y la hermana pequeña de Laura jugaba sola en el césped. La comida fue genial, reímos, bebimos…Yo me senté al lado de Julio y de tanto en tanto iba rozando mi piernas con la suya pero él la apartaba. Era divertido ponerle nervioso. O cachondo. Porque cuando acabamos de comer, de los postres, de los cafés y todo lo demás Julio vino a buscarme al baño. Yo estaba acabando de lavarme las manos cuando entró él.

  • Marcos nos van a pillar, deja de ponerme nervioso.

  • Lo siento, me gusta el juego.

  • Y a mí pero vayamos con cuidado.

  • Quieres jugar esta noche? - le pregunté. Me miró extrañado - Cuando todos duerman vamos a la cochera - yo le abracé y empecé a besarle la perilla y después a pasarle la lengua. La cochera es donde guardan los camiones de empresa Julio y mi padre.

  • Te inventas una excusa de trabajo y nos vemos allí sobre las doce - Julio empezaba a suspirar.

  • Sabes que es una locura.

  • Es perfecto. Después de las barbacoas todos acabamos super cansados. Por cierto hueles a chuletas - le quité la camiseta y descubría su pecho fuerte y peludo. Empecé a besarle los pezones y a pasarles la punta de mi lengua.

  • Para Marcos por favor - se quejó pero. Dejé de ponerle cachondo.

  • Tú disfruta de la tarde pero no te canses mucho que esta noche tienes que rendir - le besé en la boca y me fui. La tarde siguió muy divertida, decidimos cantar al karaoke hasta que nos dieron las nueve de la noche y decidimos acabar la fiesta. Mi familia y yo nos fuimos para casa.  A eso de las once de la noche mis padres ya dormían y yo me quedé un rato viendo la tele hasta que recibí el mensaje de Julio. A las doce allí, estoy super cachondo. Le contesté OK y me fui a dar una ducha limpiando a conciencia mi culo. Metí el chorro de agua tibia por mi ano varias veces hasta que el agua saliera limpia. Cogí la moto y me fui hasta la cochera. A las doce en punto vi los faros del coche de Julio acercándose. Bajó del coche y yo seguía montado en la moto. Iba tan guapo como siempre con una camisa blanca de lino y unas bermudas beige. Se acercó hasta mí y me besó.

  • Me has embrujado? No sé cómo estoy haciendo estas locuras a mi edad - me dijo. Entramos en la cochera. Todos los trailers estaban aparcados en semi batería. Al final del todo estaba el despacho de recepción. Entramos y Julio se quedó apoyado en la mesa. Yo me acerqué hasta él mientras me iba quitando la ropa. Llegué desnudo hasta Julio.

  • Qué le has dicho a Clara? - empecé a besar su cuello. Olía a muy bien.

  • Qué había saltado la alarma de uno de los camiones - me abrazó por la espada. Yo cogí sus manos y las bajé hasta mis nalgas.

  • Mi alarma también ha saltado justo aquí - apreté fuerte sus manos contra mis glúteos. Él empezó a manosearlos.

  • Vaya culazo tienes! Estás seguro que quieres hacerlo? - preguntó.

  • Nunca he estado más seguro - le dije y me arrodillé delante de su bragueta. Le bajé la cremallera y le desabroché el pantalón. Saqué su polla del calzoncillo y empecé a chuparla haciendo que creciera en mi boca. Julio empezó a desabrocharse la camisa mientras iba jadeando. Yo acabé de quitarle el calzoncillo y el pantalón y abrí un poco más sus piernas, para empezar a lamer sus pelotas mientras pajeaba su rabo. Él se quitó la camisa y cogió mi cabeza empezando a follarme la boca lentamente hasta que su polla se puso dura. Yo me levanté y me dirigí hasta mi pantalón mientras iba moviendo el culo. Me agaché para coger el pantalón y Julio se me pegó detrás rozando su polla en mi raja.

  • Eres una provocón -  me dio una palmada en el culo y me mantuvo con la espalda doblada mientras seguía rozando su polla. Yo cogí un condón y un sobre de lubricante y me incorporé. Seguí moviendo mi culo sobre su polla.

  • Te atreves a comerme el culo? - seguí moviéndolo sobre su polla. Vaya si se atrevió. Me hizo doblar la espada de nuevo y separó mis nalgas.

  • Huele muy bien - me dijo mientras volvía a aspirar.

  • Aceite de coco - le dije a la vez que empezaba a gemir notando como la punta de su lengua me hacía cosquillas.

  • Qué sensible eres, me encanta - pasó toda su lengua por mi ano haciendo que yo empezara a temblar de placer.

  • Oh qué gusto Julio, no pares. Me empezó a chupar el ano con ganas dejándolo muy babeado, mientras yo notaba las cosquillas que me provocaba su perilla. Mordisqueó mis nalgas y también las lamió.

  • Pensé que me daría asco pero tienes un culo - lo miró bien aguantando una nalga en cada mano - no es muy diferente al de mi mujer.

  • Lo habéis hecho mucho por detrás?

  • No mucho pero las veces que lo hemos hecho me ha encantado.

  • Dicen que os da mucho placer en la polla.

  • Sí porque lo tenéis tan estrecho que apretáis y da mucho gusto - se chupó un dedo y empezó a meterlo. Yo me lo tragué con facilidad.

  • El tuyo es estrecho y tragón -  y metió otro dedo. Los movió un poco y los volvió a sacar, se los chupó y los volvió a meter. Entraron con tanta facilidad que Julio no tuvo reparo en empezar a moverlos rápido.

  • Joder qué gusto, no pare no pares - le pedía mientras me retorcía de placer.

  • Pues si con los dedos estás así cuando te meta la polla.

  • Hazlo, métemela ya lo estoy deseando - Julio se incorporó y yo también. Me cogió de la mano y me llevó hasta el sofá. Lo abrió y se convirtió en cama.

  • Ponte en posición fetal - me coloqué como dijo y él se colocó el condón. Echó un buen chorro de lubricante en su polla y en mi culo, dándome un pequeño masaje.

  • Estás listo?

  • Si, métemela.

  • Esta postura no debería dolerte - empezó a jugar con el capillo en la entrada de mi ano hasta que se decidió a metérmela lentamente. Yo agarré fuerte la tela del sofá y cerré los ojos. Cuando noté que todo el capullo estaba dentro comencé a soplar. Él empezó a besar mi cuello y con sus dedos a pellizcar mis pezones. Eso me relajó. Abrí los ojos y respiré normal. Su polla fue entrenado un poco más. Un poco más. Un poco más hasta llegar al final. Yo empecé a gritar. Julio dejó de pellizcarme los pezones y puso su mano en mi boca. Yo empecé a morder sus dedos gordos.

  • Shhhhh ya está dentro. La voy a dejar unos segundos que se adapte bien.

  • Me duele mucho - me quejé - pero me gusta.

  • Esa es la sensación dolor más placer - fue sacando la polla de mi culo lentamente sin sacarla del todo y volvió a empujar hasta llegar al tope. Cuando vio que dejaba de gritar sacó su mano de mi boca y me acarició las piernas. Me gustaba lo bien lo que estaba haciendo, preocupándose más de mi placer que del suyo.

  • Ahora voy a ir follándote lentamente y verás que al hacerlo seguido te gusta más - y empezó a mover sus caderas chocando con las mías haciendo que su polla fuera adaptándose a mi recto.

  • Me estás desvirgando no me lo puedo creer - yo estaba un poco más relajado y aquello me estaba encantado. El dolor iba despareciendo y una sensación de calor se apoderaba de mi cuerpo. Me sentía muy excitado. Con mi mano derecha agarré los glúteos de Julio e hice que sus caderas fueran empujando más fuerte. Al poco ya estábamos adaptados a la postura y empezó un mete saca muy placentero. Cuando se cansó de esa postura me giro boca abajo quedando su cuerpo sobre mi espalda. Pesaba mucho pero me gustaba esa sensación de apisonamiento. Apoyó sus manos en el sofá y levantó su cuerpo sacando un poco la polla de mi culo volvió a metérmela hasta el fondo. Aquella postura también me gustó porque sentía que me dominaba.

  • Te gusta? - me preguntó

  • Mucho y a ti?

  • Muchísimo, me da tanto gusto - y siguió haciendo flexiones sobre mí haciendo que su polla entrara y saliera muy bien.

  • Date la vuelta quiero verte la cara - me dijo. Se salió de mí y yo me di la vuelta.

  • Me lo has abierto - le dije mientras tocaba mi ano. Julio abrió mis piernas y lo miró.

  • Sí te hecho un buen agujero jeje. - Volvió a colocar su polla en la entrada de mi ano y empezó a empujar hasta el final. Así como estaba arrodillado, aguantando mis piernas abiertas y penetrando mi culo, lo vi super sexy. Su cuerpo sudado y su cara de placer me hicieron pensar cómo habíamos llegado hasta aquí. Como el hombre al que deseaba había llegado a meterse dentro de mí. El caso es que ahí estábamos disfrutando del sexo. Tanto admirar a mi macho follándome no me di cuenta que Julio sacaba la polla de mi culo, que se quitaba el condón y empezaba a correrse sobre mi cuerpo. Toda la lefa cayó sobre mi abdomen, mis tetas y alguno en el cuello. Yo sonreía admirando la virilidad de Julio mientras esparcía su leche mi cuerpo. Toqué mi ano y lo noté mas abierto todavía. Empecé a meterme los dedos y a masturbarme.

  • Quieres correrte? - me preguntó. Y saco mis dedos de mi culo y metió dos de los suyos. Los fue moviendo rápido haciendo que mi mano fuera mas rápido pajeándome hasta que, arqueando mi espalda y levantando mi culo mi polla empezó a ayacular. Mientras yo gritaba. Acabé de correrme y Julio sacó con cuidado los dedos de mi culo y se estiraba al lado mío.

  • Ha sido brutal - me dijo.

  • Me gusta que hayas disfrutado. Yo he sentido dolor pero después cuando te he visto disfrutar me he sentido más a gusto. - le miré fijamente - gracias - le besé.

  • No sé cómo hemos llegado hasta aquí - me dijo - pero me ha gustado.

  • Lo mismo pienso yo y espero repetir - le dije.

  • Habrá que ir con cuidado, pero sí, quiero repetir.

Y con ese cuidado ya son diez años los que llevo acostándome con Julio en su casa, mi casa, en la oficina, en algún viaje, al aire libre,…en situaciones que ninguna actriz porno se atrevería a hacer.