Julieta y Jessica dos chicas muy especiales

Dos chicas muy lindas en un desenfreno total.

JULIETA Y JESSICA DOS CHICAS MUY ESPECIALES

Julieta apenas tenía 18 años, ella era una chica que le gustaba decir las cosas de frente, no le gustaba ocultar las cosas. Como siempre Julieta salía a caminar por el barrio. Era una tarde que se prestaba para todo y ella buscaba un poco de compañía.

Cuando pasaba por el frente de una casa blanca con ventanales oscuros, ve salir a una chica, unos dos o tres años mayor que ella, de pelo rubio lacio hasta la cintura, con ojos verdes y una pollerita corta que volvería loco a mas de un hombre. Julieta al verla se quedó sorprendida, y por dentro de su cabeza le pasaban miles de cosas que no sabía como explicársela ella misma. Julieta era una chica que estaba dispuesta a lo que quería y sobre todo si se trataba de hacer amistades, en eso era experta.

Sin perdida de tiempo se acercó a la chica y sin vergüenza le preguntó su nombre:

Me llamo Jessica – Le contestó.

¿Y qué edad tenés? – Le preguntó Julieta.

Veinte años – Le contestó.

Después de un largo rato de charla, las chicas deciden hacer una salida; como para ir conociéndose un poco más.

Era un sábado por la noche en lo que todo podía suceder.

Julieta ya estaba preparada para salir, estaba todo una diosa, ella morocha, de excelentes pechos, y una cola bien paradita, tenía que pasar a buscar a su reciente amiga. Julieta al llegar a la casa e Jessica golpea la puerta y desde el fondo se escucha una vocecita dulce que le dijo: - ¡Ya voy!. Cuando se abrió la puerta Julieta sorprendida por lo que esta viendo frente sus ojos. Nunca había visto algo así, no tenía palabras, sólo le quedo saludarla y preguntarle como andaba. Jessica la invitó a pasar mientras su nueva amiga le servía una copa de licor, como para ir conociéndose un poco más. Al ser las doce de la noche deciden salir. Primero pensaron bien adonde ir. Pero justo a las dos se les ocurrió la idea de salir a bailar, sin saber que esa noche entre las dos podría pasar algo.

Al llegar al lugar Jessica le propone a Julieta a ir a un boliche solo para chicas, Julieta sin pensarlo dos veces aceptó.

Cuando ya estaban adentro del boliche se le acerca una chica a Julieta y le da un beso en la boca, lo cual a Julieta le gustó pero se quedó callada mientras Jessica la miraba con deseos de besarla ardientemente también.

Después de un rato, Julieta y Jessica empezaron a bailar, ya sus cuerpos empezaban a sudar y el roce entre sus pechos se empezaba a sentir. Julieta sin mas rodeo tomó de la cintura a Jessica, sus manos iban bajando al compás de la música hasta llegar al culo de Jessica. En ese instante Jessica miró a los ojos a Julieta y sin pensarlo la empezó a besar, sus lenguas jugaban en las bocas de la una y de la otra, pechos con pechos, desenfrenados en un ataque de locura que las llevaba a las dos al éxtasis total.

Jessica que ya tenía experiencia en el tema, agarró las manos de Julieta y la llevo hasta unos sillones en el que se sentaron y Jessica sin decir nada besó a Julieta mientras una de sus manos iba bajando hasta los muslos hasta llegar a su hermosa femineidad, que estaba empapada. Julieta en su calentura no se quedaba atrás y fue metiendo poco a poco sus dedos en la conchita que ya gozaba de placer y sus lenguas no dejaban de moverse. Entre besos y toqueteos Jessica le susurró al oído a Jessica si no quería continuar a su casa, por que ahí iban a estar más tranquilas y hacer mas cosas. Ella aceptó y para allá encaminaron. Cuando llegaron a su casa Jessica le pidió a Julieta que se sacara el abrigo y la llevó de la mano hasta una cama de dos plazas que parecía cómoda y muy confortable. Jessica le pidió a Julieta que se acostara en la cama, al ver que su amiga estaba a su lado, Jessica sin preguntar empezó a besar a Julieta con desenfreno, la tomó de sus hombros mientras le iba desprendiendo el corpiño hasta que sus hermosos pechos quedaron al aire, Jessica besó y mordisqueo los pezones de Julieta que ya estaban duritos y firmes y con su lengua que ardía fue bajando hasta llegar a su conchita que rebalsaba de flujo, y entre chupada y chupada los gemidos se volvían interminables.

Julieta era la primera vez que tenía esta experiencia así que en su loco frenesí acostó en la cama a Jessica y con mucha calentura le chupo toda la concha que hervía de antojos hasta acabar.

Al rato Jessica saco de su mesa de luz un gran consolador negro y brillante que podía satisfacer los deseos sexuales de las juntan. Jessica tomó el aparato y se lo puso en su boca para lubricarlo bien así descubriría la concha de su nueva amiga. Julieta miraba el consolador con ganas de ser traspasado por él.

Julieta veía venir la primera penetrada ya que su jugosa concha lo pedía a gritos. Quiero sentirlo más profundo le decía Julieta a su amiga que le cumplió su deseo. Su concha parecía una cascada de flujos que Jessica recorría con su lengua de punta a punta, después Julieta le pidió a Jessica que la penetrara más profundamente hasta donde pudiera y Jessica sin más vuelta se lo metió. El consolador entraba y salía muchas veces sin parar y los gemidos eran tan fuertes que se adueñaron de la casa. Julieta ya no resistía más las penetradas así que le sacó el consolador y fue directamente a probar la concha de Jessica que pedía la lengua de Julieta con ansias. Julieta en su excitación agarró de nuevo el consolador ahora fue ella que se lo metió a Jessica, la cual disfrutaba a lo máximo cada penetrada como si nunca lo hubiese probado. Y así fueron pasando las horas de gemido en gemido, de penetrada en penetrada hasta que las dos acabaron en un loco frenesí. Las dos quedaron exhaustas y como aún era temprano se quedaron mimándose hasta el amanecer.

Julieta le confesó a Jessica que era la primera vez que había tenido sexo con una chica, que le había gustado mucho pasar la noche con ella y que nunca es su vida iba a olvidar esos momentos.

Bueno llegó la hora de irme y espero que nos sigamos viendo. – Le dijo Julieta a Jessica.

Por supuesto, y cuando tu quieras venir acá te estaré esperando. – Le respondió Jessica con una bella sonrisa.

Y así se fue Julieta de la casa de la nueva amiga que había conocido recordando con felicidad los momentos agradables que había pasado con ella.

Y de pronto se le ocurrió y si invito a mi otra amiga Vicky que pasaría....... (Continuara).

AUTOR: JAVI, V.