Jugueteando

A veces lo mejor se hace esperar, pero… ¿cuánto tiempo puedes aguantar jugueteando?

Jugueteando. Siempre jugueteando. En el portal de mi casa, en el tren, en la calle… o en su casa. Como ahora. Cosquillas, caricias, mi aliento perverso calentando su piel, mis dientes probando el tacto su carne, mi lengua saboreando levemente su cuello… y nada más. Como deseo notar yo su aliento, sus dientes, su lengua en mi cuello, mis pechos, mis caderas, mi vientre, mi sexo… Estoy harta. Lo noto caliente, preparado, expectante pero retraído, incluso ahora los dos solos, en el sofá de su casa, bajo el único testimonio de 3 gatos ajenos a la parodia de bromas y carantoñas que se desarrolla en el sofá… mmm estoy harta de jugar como niños. Quiero follar como adultos.

Se acabo.

Dirijo mi mano a su pantalón. No, a su pantalón no. A su polla. El pantalón es solo el maldito y estúpido obstáculo. La noto! Esta dura y caliente, me gusta. Él se queda paralizado. “No no…” solo acierta a decir… Ni me molesto en contestarle. “No que, imbécil. No es esto lo que quieres?”  le respondería. Me peleo con su pantalón, con su cinturón, con el maldito botón. Ojala pudiera arrancarlo! Intenta impedirlo: “Mi nov… bueno ella, la…” Sigo ignorándole. Dios, esta temblando como un flan. Me gusta. Mando yo. Por fin consigo desabrocharle el pantalón y veo mi objetivo. Su polla… mmm… Lentamente me arrodillo en el suelo. Arrodillada, pero dominante. Inclinada, pero sometiendo. Mientras le miro fijamente a los ojos, con mis manos apoyadas en sus rodillas temblorosas, acerco al objetivo mi boca. La abro y saco mi lengua, húmeda. La acerco a su polla, sin tocarla. Dios, casi puedo verme reflejada en sus ojos, perversa y divertida. Una gota de mi saliva cae sobre su miembro, y recorre el tronco hasta llegar a su base. Se retuerce, como intentando escapar, pero sujeto sus rodillas con fuerza. Me decido a hablar

-“Quieres que pare?” le pregunto en un tono a medio camino entre serio y burlón

-“Como?” pregunta él sorprendido

-“Si quieres que pare, es tu elección…”

No se decide. Su cabeza parece totalmente bloqueada, es enervante… Decido darle un acicate, y mi lengua acaricia, levemente su polla. Mmm… cuanto tiempo…

-“No, por favor, no pares, no pares…”

Sonrió. Agarro suavemente su polla y la beso tiernamente. Me descontrolo… la paso por mi cara, mi cuello… te he deseado tanto… Vuelvo a besarla con frenesí, paso mi lengua, la muerdo con mis labios… estoy ardiendo… levanto mi camiseta como puedo, con una sola mano (no quiero soltarla, no quiero darle la oportunidad de pensárselo mejor…) y me acaricio a mi misma con su polla… mi vientre, mis pechos… me bajo el sujetador y casi me corro cuando alcanza mis pezones y noto sus primeros líquidos humedeciéndolos… mmm…

Me incorporo y me mira sorprendido. Pero no le doy tiempo a dudar. Con mi camiseta aun enrollada, me sitúo sobre él dejando mis rodillas a sus costados, con su cintura entre mis piernas (mmm, no es precisamente su cintura lo que quiero notar entre mis piernas…). Me entiende perfectamente, sabe que no se lo voy a dar así como así, que me debe las horas perdidas. Se abalanza sobre mis pechos, a duras penas acaba de bajar el sujetador y comienza a lamer y mordisquear mis pezones… mmm… si, no pares… me lo debes… déjalos bien limpios… los has manchado, chico malo, y ahora te toca limpiarlos con tu lengua…

…gimo, mi respiración se agita. Consigo librarme de la camiseta y el sujetador y me apodero de su cabeza para apretarla contra mi pecho (como si hiciera falta…) acaricio su espalda… no su espalda no, su camiseta… yo quiero su espalda, su piel, sus músculos, su carne… Me separo de él lo suficiente para quitarle la camiseta. Como me gusta tu cuerpo… terso, caliente y suave… Con mis manos y mi lengua acaricio su cuello, pecho, su vientre… no tu polla, no. Tendrá que esperar. Estas castigado y tienes que ganarte el perdón. Me pongo de pie frente a él. Vamos genio, ya sabes que tienes que hacer. Esta vez no hay dudas, se lanza contra mi pantalón y lo desabrocha como un poseído, me desnuda completamente. Ahora es el que esta de rodillas, dominado,  inclinado y sometido. Su boca y sus dedos hacen bien su trabajo en mi sexo. Abren los labios y juguetea en sus profundidades… mmm… me gusta… no es la mejor posición para disfrutarlo, pero si la mejor para dominarlo, para controlarlo, para demostrar quién manda. Que lengua… la agita en mi interior, saborea mi sexo… oh! joder…. Me esta penetrando con sus dedos!

“No pares, no pares”… grito como una histérica…

mmm, ahora es su lengua la que se mete en mi interior, me está follando con su lengua! Si! Pruébame, saboréame, cómeme! Qué bien… no puedo más… mmmm… demasiado tiempo esperándolo…

Me corro en un gemido largo y seco, mis piernas me fallan, me derrumbo sobre él, agradecida y satisfecha. Me da un respiro. Solo uno. Quiere vengarse… y disfrutar. Me levanta en brazos, me eleva como si fuera una muñeca. Sí, eso quiero ser ahora. Quiero que se sacie conmigo, que me utilice, que me folle. Se sienta sobre el sofá y me coloca a horcajadas, frente a él.

-“Métela” me ordena, con la cara desencajada y empapada en sudor

Le sonrió viciosamente. Con mis manos dirijo su polla a mi sexo. Mmmmm… si, por fin… trato de retrasar el momento, pero es imposible… no puedo, no quiero… Me dejo caer y me penetra sin ningún problema. Empiezo a moverme sobre el

-“Si” le digo jadeando… “déjame recompensarte, déjame a mi” mientras me agito para darle el máximo placer… y dármelo a mí.

No podemos más, no aguanto más, no quiero, y el tampoco. Nos corremos gritando, mientras lame y aprieta mis pechos. Noto su semen caliente… entre nosotros, empapándonos…

Nos miramos y sonreímos, tratando de recuperar aliento. Ha sido apresurado, salvaje. Ha sido bueno. Ha sido perfecto. Y los habrá mejores…