Juguemos con hielo 2

El ansiado finde a llegado y ahora si voy a jugar de verdad.

Ya sabéis que me encanta jugar y ha llegado mi tan ansiado momento. Hoy toca jugar con  Javier. Los días no han pasado tan rápido como me hubiera gustado, pero estoy intranquila, excitada y nerviosa.

Anoche estuvimos hablando y me dijo que llegaría a primera hora de la mañana. Me desperté muchas veces por la noche y al final me levante temprano, me di una ducha y me prepare un café. Necesito cafeína pare ser persona antes de que llegue mi chico.

Escucho la llave al abrirse la puerta y voy hacia ella.  Le recibo con una sonrisa maliciosa y el ya empieza a inquietarse.

-Vamos Paola, dime que tramas. No me gusta nada esa sonrisa. Llevas días muy rara y me tienes impaciente por saber que es.

-Tenemos todo el finde, ya hablaremos de ello.

Nuestras bocas se funden en un beso intenso, mientras nuestras manos se mueven. Las mías sin duda a su culo y las suyas a mi espalda. Nos disfrutamos por un momento. Lo miro fijamente mientras pongo cara de “esto no puede ser”. Aunque se perfectamente de que si y de que puede ser mucho más. Digamos que Javier y yo somos como los componentes de una bomba. Por separado no pasa nada, pero juntos somos explosivos. Su cuerpo pegado al mío ya hizo su efecto y siento como su polla se hincha bajo el pantalón marcándose cada vez más. Me separo un poco para intentar no ir a más.

Me paso la mano por el pelo y me relajo como puedo. Otra cosa que no sabéis, es que soy un despiste. Después de jugar el otro día, me olvide de comprar hielo.

-¿Javier te importa si vamos a comprar y picoteamos algo por ahí? No me apetece cocinar y necesito algunas cosas para el finde.

Javier me mira con cara de no sé qué voy a hacer contigo y me da un azote en el culo.

  • Tendrás que compensarme por esto, porque estoy agotado del viaje.

  • Claro, no te preocupes. Me portare muy bien contigo cariño.

Ve como mi cara se transforma, se llena de vicio y le escucho resoplar mientras cojo mi bolso.

Llevamos cerca de dos semanas sin vernos. La salida no es para nada tranquila. Besos, caricias, palmadas, toqueteo. Pasamos la mañana fuera. Javier no había desayunado y decidimos hacer una especie de desayuno comida. Durante todo el tiempo no dejamos de regalarnos miradas que hablan más que las palabras. Nos tenemos muchas ganas, demasiadas. Charlamos de todo un poco y de las cosas que vamos a comprar después. Como siempre que nos vemos, lo que menos hacemos es comer. Nos pasamos el tiempo disfrutándonos sin parar. Al final siempre terminamos pidiendo algo de comida preparada. Pero necesito mi hielo. Hace un calor horroroso. Siento como el sudor se me desliza por el canalillo. Esta mojado, brillante y Javier desliza su dedo por él.

-Necesitas una ducha. – me dice

-Sí, lo sé. Una fría para relajarme.

Sonríe y me da un pico.

Cuando terminamos nos vamos a comprar y seguido a casa. Al llegar a casa, llevamos las bolsas a la cocina y guardo el hielo. Antes de que pueda darme la vuelta, Javier me abraza por detrás.

-Te eche mucho de menos, me susurra.

Sonrio y le digo que yo a el también.

  • Nos damos una ducha juntos? Me propone

  • Creo que es mejor que sea por separado. Así organizamos la compra.

Me da un azote en el culo – anda ve tu o no respondo de mis actos.

Me doy una ducha rápida. Cuando salgo, me lo encuentro desnudo y ha organizado toda la compra. Le abrazo por detrás, le doy un beso en la espada y le digo que ya puede ducharse el. Se gira, me mira y me da un beso en los labios. Sus manos abren la toalla que cae al suelo, aprieta mis pechos y pellizca los pezones.

-auuuu, no seas malo

-Pues no me hagas sufrir - me dice.

Sonríe mientras se dirige al baño. No puedo evitar comérmelo con la mirada, su cuerpo me vuelve loca.

Mientras se ducha, yo preparo todo lo que necesito para jugar con él. Voy al cuarto y busco unos pañuelos de cuello que dejo sobre la mesita de noche. Después me dirijo a la cocina y pongo hielo en la cubitera y un pelín de agua en el fondo. La llevo al cuarto y la pongo junto a los pañuelos.

Al girarme, lo veo entrar en el cuarto. Lo miro fijamente y lo recorro con la mirada. Soy una descarada sin remedio, pero él me puede. No puedo evitar morderme los labios mientras subo la mirada por su cuerpo. Le miro fijamente mientras el resopla.

-ufffff, no eres nada discreta. ¿En qué estás pensando?

  • En todas las cerdadas que te voy a hacer.

-Me das miedo y lo sabes, ¿verdad?

Me acerco a él, le rodeo entre mis brazos y le beso.

-Quiero que juguemos y necesito que confíes en mí. Prometo darte todo el placer que pueda, pero debes dejarte hacer.

Deslizo la mano por su brazo y lo cojo de la mano. Lo llevo hasta la cama.

-Túmbate bocabajo, por favor.

Hace lo que le digo y me subo a la cama desde los pies. Mis manos se deslizan por sus piernas y subo poco a poco hasta llegar a su culo, el cual agarro con ambas manos y lo aprieto. Mi boca baja instintivamente y lo muerde.

-auuu Paola, ten cuidado.

-Por dios!!!! Como me gusta este culo.

Me muevo sobre él y me siento sobre su culo. Mis manos se deslizan por la espalda hasta los hombros. Pego mi pecho a su espalda y la rozo con mis pezones que están duros. Muerdo su oreja y deslizo la lengua por su cuello. Jadea al sentir mi lengua.

-no sabes cómo te deseo, le susurro

Alargo la mano y cojo los pañuelos que deje en la mesita.

-Cariño, necesito atar tus manos. No sé si te vas a portar bien y necesito que me dejes hacer.

-Paola no lo dirás en serio, ¿verdad?

-Me temo que sí. Vamos, deja que ate tus manos.

Ato una de sus muñecas y como el pañuelo es lo suficiente largo, lo paso por una de las barras de la cama y ato la otra muñeca. Están lo suficientemente separadas como para no poder deshacer los nudos. Sonrío maliciosamente

-¿Ojos tapados o prefieres ver todo lo que hago?

-Quiero verlo todo, me dice.

-¿Preparado para disfrutar?

-No sé para qué estoy preparado, pero te dejo hacer.

Sonrío y alargando mi mano agarro un hielo. Lo hago girar en mi mano y dejo caer las gotas en su espalda. Al tener un poco de agua en el fondo de la cubitera, me ayuda a que el hielo no este seco. Se contrae al sentir las gotas. Me muevo y me echo un poco hacia atrás.

Comienzo a deslizar el hielo por sus hombros. Enseguida comienza a derretirse y llevo mi boca a la línea de agua que va dejando el hielo. Deslizo la lengua recogiendo lo que puedo con ella.

-Me encanta el olor y el sabor de tu piel. Me excita.

-Y a mí lo morbosa que eres

Veo como sonríe. Deslizo el hielo por su cuello, por la parte de atrás de su oreja y con mi lengua sigo la marca de agua que dejo. Lo hago con vicio, con deseo. Mi lengua se desliza por el lóbulo, lo meto en mi boca, lo mordisqueo y lo estiro suavemente. Su piel se eriza al sentir mi respiración. Jadea suavemente, su cuello es un punto muy erógeno para él.

Agarro otro hielo y lo hago rodar en mi mano. Me muerdo el labio y me incorporo, quedando sentada sobre él. Con un hielo en cada mano, comienzo a dibujar su cuerpo. Cada mano se mueve en dirección opuesta. Lo llevo al centro de su espalda y los deslizo por sus hombros, siguiendo por sus brazos. Jadea al sentir el frio del hielo. Su cuerpo esta tan caliente que derrite el hielo con facilidad. El agua se desliza por sus brazos, por sus hombros bajando hacia su pecho.

Tiene una espalda preciosa, musculada y ancha. Sus brazos son fuertes y marcados. Llevo los hielos al centro de su espalda y comienzo a deslizarlos por cada lado de su columna vertebral bajando poco a poco. Su piel se eriza con fuerza, se retuerce y jadea.

-Paola por dios!!!

Mi cuerpo reacciona a cada jadeo que suelta, erizando toda mi piel con fuerza.

Sonrío y me muevo hacia atrás.

-abre las piernas cariño

Separa las piernas y me pongo de rodillas entre ellas. Apoyo mi mano izquierda en la cama y bajo mi boca a la parte baja de su espalda. Saco la lengua y la deslizo por el centro de su columna. Recojo la marca de agua que va dejando el hielo al deshacerse desde la parte baja y subo poco a poco, jadeando sin poderlo evitar. Paro besándolo y sigo. Mis pezones están duros y van rozando por su espalda mientras subo por ella.

Gime, se retuerce y su piel se eriza. Desvío mi boca a uno de sus omóplatos y después al otro. Deslizo la lengua y los beso. Subo a su hombro derecho y lo muerdo mientras lo miro. Mis manos están heladas. Me incorporo un poco y acerco las palmas de mis manos a sus costados, sin tocarlos. Su piel se eriza al sentir el frio de mis manos. Sonrío y deslizo los dedos helados por cada costado arañándolos.

Agarro un par de hielos, los hago girar en mi mano y dejo caer agua en su culo. Sonrío al ver como aprieta su precioso culo. No puedo evitarlo, dejo los hielos y agarro sus nalgas apretándolas en mis manos. Bajo mi boca y muerdo su nalga derecha

-Paola me las pagaras!!!! Ufffff resopla

Sonrío. Sé que no le gusta que le muerda con ansia. No digo nada.

Vuelvo a subir las manos y dejo caer gotas sobre sus nalgas. Están se deslizan por los lados, otras a la parte baja de espada, otras entre sus nalgas. Sigue apretando su culo y aprovecho para deslizar el hielo por él. Hago círculos que voy abriendo poco a poco en ambas nalgas. Los paso por sus caderas y voy terminando el poco hielo que me queda subiendo por sus costados. Bajo acariciándolos con mis manos heladas. Gime sin parar. Agarro otro par de hielos y esta vez los deslizo por la parte de atrás de sus muslos hasta las pantorrillas y subo hacia arriba por la parte exterior de estas.

Su piel se eriza, resopla y protesta.

-me pones enfermo ¿Cuándo me vas a soltar?

  • aun no

Dejo caer un poco de agua entre sus nalgas y se desliza hacia sus huevos. Esta vez sus piernas se aprietan contra las mías y yo sonrío al verlo. Resopla mientras se aprieta contra la cama.

-Por favor Paola, no aguanto más.

Bajo mi boca y beso su culo mientras lo aprieto con fuerza.

Me muevo y me pongo a un lado. Le doy un pequeño azote y le digo que se dé la vuelta.

Mmmm protesta.

Como el pañuelo es lo suficientemente largo, no necesito soltarlo para que se gire.

Recorro su cuerpo son la mirada, negando con mi cabeza al ver tremenda erección.

-Por lo que protestabas, pensaba que no te estaba gustando.

-uffff me estas martirizando. ¿Me dejas follarte ya?

-No

Deslizo la mano por su vientre y la bajo por su ingle sin dejar de mirar su polla.

-Paola por favor!!!

Sonrío maliciosamente mientras le miro. Relájate y disfruta.

-¿Que me relaje? ¿Pero cómo quieres que me relaje? Resopla. Cuando te folle, te voy a reventar el coño.

Le miro mientras agarro un par de hielos y le doy vueltas en mis manos. Me muevo y me siento de nuevo sobre el… pero no sobre su polla. Lo hago sobre sus muslos. Dejo caer gotas sobre su pecho, sobre su vientre.

Se contrae y resopla. Estoy de tal forma sentada, que sus huevos rozan mi coño mojado de tanta excitación.

Sonrío y meto un hielo en mi boca. Con el otro empiezo a deslizarlo por el centro de su pecho, recorro el contorno de su pectoral izquierdo. Saco el hielo de mi boca y lo llevo a su pezón derecho. Lo rodeo y lo abro círculos hasta recorrer el contorno de su pectoral.

Jadea y se contrae. Resopla. Se retuerce al sentir el hielo y mi boca fría sobre su cuerpo, tensa el pañuelo con sus manos.

Vuelvo a meter el hielo en mi boca y le doy unas vueltas para enfriarla. Lo saco y la llevo a su otro pezón. Esta vez llevo cada uno de los hielos a sus costados. Subo y bajo por ellos mientras se retuerce bajo mi cuerpo resoplando.

-Joder que cabrona eres!!!!

Sonrío

Su polla no deja de frotarse contra mi vientre cuando se retuerce. Lo tengo mojado del presemen. Subo las manos y dejo caer gotas sobre sus pezones.

Le miro fijamente mientras los pequeños hielos de mis manos los llevo a mis pezones, los rodeo y los pongo mucho más duros de los que están. Dejo caer gotas sobre ellos, con la mala suerte de que algunas gotas lo hacen sobre sus huevos.  Mis manos están heladas y no me queda hielo en ellas. Acerco la palma de mi mano sobre los pezones sin tocarlos, solo para sentir el frio. Muerdo mi labio y jadeo. Se erizan con fuerza. Muevo mi cadera rozando sus huevos con mi coño.

El me mira sin quitarme ojo y agarro mis pechos apretándolos, pellizcando mis pezones y estirándolos.

Resopla sin parar

-Por favor déjame tocarte, - me pide casi suplicando

-No, aun no

Pega un tirón del pañuelo de ambos lados.

Me muevo y me coloco entre sus piernas. Su polla esta como una barra de acero. Le miro fijamente. Cojo otro par de cubitos y meto uno en mi boca. La enfrió, mientras con el otro hielo lo deslizo por su pubis. Bajo por una de sus ingles y por la otra. El agua se desliza hacia su ano. Su piel se eriza, se retuerce mientras su vientre se contrae. Saco el hielo de mi boca, pongo los dos en la misma mano y con la mano derecha agarro su polla.

Al sentir mi mano helada comienza a gritar y se contrae. Bajo mi boca y deslizo la lengua por su glande. Lo recorro, la deslizo plana por él, rodeo el contorno, lo meto en mi boca como si fuera un helado, mientras mi mano no deja de subir y bajar por su polla. Le miro buscando su mirada, sus gestos. Ve como meto un hielo en la boca y resopla. Sus manos no dejan de dar tirones al pañuelo. Me separo un momento y con el hielo que tengo en la mano, dejo caer gotas sobre su polla. Caen en el glande y se deslizan por el tronco. Sonrío y dejo caer gotas sobre mi vientre que se deslizan hacia mi coño.

-Solo te pido que me dejes tocarte, por favor. No seas zorra.

Saco el hielo de mi boca, lo restriego por mi coño y lo llevo a su boca. Es un trozo pequeño, pero está lleno de mis flujos. Agarro de nuevo su polla, bajo mi boca y esta vez la hago entrar hasta el fondo. Siente como mi boca helada engulle su polla.

Grita con fuerza.

-Está muy fría joder!!!!!

Su polla palpita en mi boca. Mi mano sube y baja por ella girando. Mi boca sube y baja succionando al sacar y soltando al meter. Mis labios se adaptan perfectamente.

Solo se escuchan sus gemidos y los tirones de sus muñecas.

Yo jadeo en su polla sin dejar de chupársela y alargando la mano agarro otro hielo.

-Otro no joder!!!!!

Su polla cada vez está más babeada. Empujo mi boca un poco más, siento una arcada y la saco. Meto el hielo en la boca para enfriarla. Su mirada es desesperada. Saco el hielo de nuevo, deslizo la lengua por sus huevos, por la base, subo por el tronco, rozo el frenillo y la meto dentro de nuevo. Mi boca enfría su polla y su polla calienta mi boca.

Se retuerce de placer, su piel se eriza, resopla y maldice. Controlo la mamada para que no se corra. El hielo que tengo en la mano esta redondito y un poco más pequeño. Saco su polla de la boca y me echo a un lado. Con una mano suelto uno de los nudos del pañuelo y con la otra deslizo el hielo por mi coño. Veo que salta sobre la cama y estirando la mano para frenarle, ve como meto el hielo en mi coño.

-No me jodas ¿en serio?

-Debes meterla y empujar el hielo para que se derrita y no me haga quemadura por el frio. Despacio y hasta que se derrita.

Resopla mientras coloca su polla dura como una barra de acero en la entrada de mi coño y empuja despacio. Gime con fuerza al sentir el frio hielo en su glande.

Yo gimo al sentir como me abre y me llena.

Se mueve con cuidado. Lo empuja mientras el hielo se deshace y en cada movimiento sale agua helada del interior. El hielo se deshace rápido. Mi coño está ardiendo. Gimo en cada uno de sus movimientos. En uno de ellos,  el siente que ya no queda nada dentro y veo como su cara se transforma.

-Ahora es mi turno

Me agarro a las sabanas mientras tira de mis piernas y pone mis pies sobre sus hombros. Las abraza mientras se mueve con fuerza clavándose en mí. En cada embestida choca en el fondo, retorciéndome de placer y haciéndome gritar con fuerza. Aprieto mis pechos, los estrujo. Mi piel se eriza con fuerza. Su polla sigue cada vez más rápido, hasta que suelta mis piernas y comienza a follarme como un puto animal.  Deja caer el peso de su cuerpo, entrando y saliendo toda su polla. Grita sin poder contenerse. Mi cuerpo se tensa, mi coño se contrae en su polla en cada embestida. Comienzo a gruñir con fuerza hasta que estallo a gritos corriéndome. Él se pega a mi cuerpo moviendo sus caderas sin parar y gritando.

-Me corro joder!!!

Siento como su polla se hincha y me llena con los chorros calientes de su corrida. Mi coño no deja de contraerse. Me mira moviendo la cadera, hundiendo su polla cada vez más despacio hasta que siente que mi coño deja de contraerse en ella. Esta un ratito así, hasta que se para con ella dentro.

Me besa aun con las respiraciones aceleradas.

-Recuérdame, que no te vuelva a dejar atarme.

Sonrío.

Me abrazo a él y estamos así un ratito mientras nos besamos. Nuestros cuerpos están empapados de sudor y necesitamos una ducha.  Así que como podemos, aun con las piernas temblando, nos duchamos juntos.

El finde no ha hecho nada más que empezar.