Jugando con mi madre
Un joven hijo cuenta cómo vive el sexo con la puerca de su madre.
Me llamo Jose, tengo 24 años y hace tres que me acuesto con mi madre. Lo hacemos generalmente cuando mi padre se va a trabajar como sereno. A través de todos estos años nos hemos convertido en excelentes amantes y el hecho de que somos madre e hijo le agrega más morbo a la cuestión, lo que nos excita mucho. No voy a contarles la primera vez, sino que voy a contarle una de las más recientes que ha sido la mejor cogida que tuve en mi vida, y nada menos que con mi propia madre.
Yo la esperé como casi todas la noches, en su cama, desnudo y con la verga muy dura. Ella vino de bañarse, en corpiño y calzones, y al verme en la cama dispuesto a cogérmela como hemos hecho tantas y tantas veces, ya se empezó a excitar. Me percaté de esto por la sonrisa lujuriosa que ensaya siempre que se da cuenta lo bien que la vamos a pasar juntos.
Cuando se acostó a mi lado, empecé a acariciarle la concha, el culo, las tetas, muy muy lentamente y a besarle el cuello para luego ir bajando y besarle las nalgas.
"¡MMMMMMMMM!", decía mi madre. "Me empezás a acariciar como un chancho y me hacés calentar" repetía mientras ponía una cara de puta que me encanta verle.
Afirmé mi poronga en su culo y empezamos a movernos rítmicamente.Mi pito estaba gordo, hinchado, violeta: parecía a punto de reventar. "¡AAAAAAHHHH!¡Movete asiiiii!¡AAAAAAAAAAHHHHHHH!", empecé a gritar yo mientras nos movíamos a un ritmo frenético. "¡SSSSSHHHHH!" dijo ella llamándome a silencio, porque tenía miedo que nos oyeran los vecinos, y cuando hizo esto puso una trompita divina que a mí me gusta besarle y que me vuelve loco.Le pedí que dejara la boca exactamente en esa posición, con la trompa estirada, y se la besé enloquecidamente. A ella la gustó el jueguito porque me pidió que nos volviéramos a besar así, pero ahora con mi pija dentro suyo.
Le saqué los calzones y toqué su concha que estaba mojadísima.Agarró mi verga y ella misma se la metió. "¡AAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH! , gritamos los dos juntos, al unísono.Y empezamos a darnos sonoros besos "de trompita" alternándolos con el mete y saca del coito, en forma tan excitante y sincronizada que parecíamos una máquina de coger.Nos besábamos, nos movíamos, nos besábamos, nos movíamos.Perdimos la noción del tiempo.Estuve como cuatro horas gozando de la peluda concha de mi madre, viendo como sus tetas se movían rítmicamente en el vaivén. En la habitación sólo se escuchaban nuestros jadeos, el rítmico ruido de nuestros besos y de mi pija entrando y saliendo de su concha, chapoteando en sus jugos, todo ello mezclado con alguna risa de placer mía, de ella o de ambos, que se oía de tanto en tanto.
"¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAHHHHHH!!!!!! ¡¡¡¡¡¡ASIIIIIIII!!!!!" , gritó ella de repente, mientras aceleraba sus movimientos. Yo me dí cuenta de que acababa.Tuvo un orgasmo como de cinco minutos.Mezclaba palabras incoherentes con risas y jadeos, con pedos y gemidos.Sentí sus jugos vaginales que corrían y me empapaban la poronga.
En un momento dado, le metí el dedo en el culo, aceleré el mete y saca hasta que se la metí hasta el fondo y acabé como un padrillo. Fue un orgasmo intensísimo, no paraba de largar leche.
"UUUUUUUUUUUUUUUHHHHHHHHH" "¡TOMMMMMMAAAAAAAAA!!!!!!!!!", grité.Mientras la cama crujía al ritmo de nuestros espasmos.
"¡¡¡¡¡¡OOOOOOOOOOOGGGGGGGGHH!!!!!!!", gritó mi madre, abriendo desmesuradamente su boca.
Caímos rendidos, transpirados. Uno al lado del otro.La imagen era muy excitante.No éramos madre e hijo, éramos macho y hembra.Al rato, y con una indescriptible cara de cerda caliente que yo no podía creer, me empezó a besar la poronga, que se me paró nuevamente enseguida.
Me monté sobre ella y se la dí un rato por el culo. Tuvimos otro orgasmo los dos juntos, y eso que cuando le hago el culo a veces tenemos que parar porque le duele.Esta vez no. Estaba apretadísimo y caliente. "¡¡¡¡¡A-A-A-A-A-A-A-A-AAAAH!!!!!!" gritábamos los dos, rítmicamente, al ritmo de las embestidas, llenos de morbo. Luego saqué mi pija de su culo, embadurnada con leche y con mierda, y luego de un pequeño descanso pedi a mi madre que se diera vuelta y le hice nuevamente la concha como hasta las cinco de la mañana. Tuvimos que dejar porque a las 5,30 vuelve mi padre.Cuando nos despedimos y yo volví a mi cama nos dimos unos cuantos besos "de trompita" de despedida.