Jugando con la vida: Capitulo 2: El Desastre
Desiré y Darek empiezan a tomar consciencia de supervivientes, aunque aún no sabemos si sobrevivirán, ni siquiera ellos lo tienen muy claro, mientras tanto los policías siguen intentando recuperar el control de la ciudad sin éxito, las fuerzas del orden, pierden el control.
Jugando a vivir
Capitulo 1: El Comienzo
Llevaba la pistola en la mano a pesar de que tenia la mano temblona, mi mano se cernía de manera recia sobre la pistola no dejándola escapar, tenía que controlarme porque si tenía que usar la pistola que era lo más probable, no podía usarla así. Llegue al borde de la puerta, suspire y me mentalice en que era policía, gire el pomo, le di una patada a la puerta y encañone a un tipo sorprendido, que estaba esperando a la derecha que entrara un cualquiera como yo para darle con un ladrillo en la cabeza, claro que no un cualquiera que fingía ser un profesional a buen nivel por lo visto, por que el tipo al ver la pistola apuntándole a la cabeza, soltó el ladrillo.
-. Soy policía, os habéis equivocado de casa (Dije con una sonrisa)
Mientras miraba el resto de la escena, uno de ellos apuntaba con una navaja al cuello de Desiré y la sujetaba con fuerza por los brazos y el estomago con un solo brazo. El tío que tenía delante, se arrodillo y suplico que le perdonase.
-. Suelta a la chica o te meto una bala entre ceja y ceja a ti y a tu amigo (Dije sin dejar de apuntarle a su amigo)
.- No puedes hacer eso eres policía (Argumento el otro)
-. La sociedad se está yendo al carajo, ya no soy nada, suéltala o le disparo, no te lo repito mas (Su amigo comenzó a llorar)
Este la soltó tras pensárselo un poco, ella se giro, le metió una cachetada, que lo tiro al suelo y se escondió detrás mía, abrazada a mi hombro izquierdo, una vez ella estaba a salvo…
-. Ahora largaos de mi puta casa (Amenace yo)
El de al lado mío dejo el ladrillo en el suelo y a su amigo allí tirado y salió corriendo, el otro sin embargo cogió la navaja y salió por la ventana también, detrás de su amigo. Al principio ella empezó a llorar, en mi hombro una vez que se calmo, le dije.
-. Ve al salón, voy a fortificar esto (Le di una orden)
.- voy, pero yo no vuelvo a dormir ahí, sola (Ella me advirtió)
-. Vale, lo comprendo (Dije bajando la cabeza como si esto fuera culpa mía, porque así lo sentía)
Clave unas maderas que tenia de antiguas obras que había echo mi padre en casa, las corte, las pegue con pegamento y las clave, aunque no sabía mucho acerca de eso, las cruce entre sí, para darles más resistencia y pensé que más adelante, le haría algún apaño mas, clave los cristales rotos en la ventana, para que si alguien intentara entrar se cortara y en el suelo entre la cama y el suelo, añadí algunos mas.
Tras eso me dirigí a la cocina le prepare una taza de té caliente, me senté a su lado y le pregunte: ¿Qué ha pasado? (Ofreciéndole el té con una mano, que cogió con ambas manos)
.- Pues estaba durmiendo, cuando golpearon las ventanas desde fuera, entraron y me agarraron antes de que saliera corriendo a llamarte, empezaron a magrearme las tetas, pero escucharon el ruido de tus pies y entonces uno le ordeno al otro con gestos que te esperara y ya lo demás lo has visto tu… (Dijo aun muy asustada)
-. A partir de mañana, voy a empezar a fortificar esto, si nos vamos a quedar aquí, tenemos que hacer de esto nuestro bunker (Ella solo asintió)
.- ¿nos vamos a la cama? (Dijo con prisa, para intentar dormir, algo)
-. Vámonos… (Dije yo, sabiendo que me tocaría dormir con ella)
Cogimos el camino hacia la cama y dormimos, yo en calzoncillos, ella totalmente vestida, lejos de lo que siempre había imaginado dormir con una chica no es incomodo, aunque esta por el susto de antes era una lapa y no se me separaba ni a tiros, yo estaba cómodo y mas calentito. Creo que fue gracias a ella que logre conciliar el sueño ya bastante avanzada la noche o mejor dicho la mañana, porque lo que había pasado anoche y el ruido exterior, me mantenía tanto en euforia como en alerta.
Fue ella la primera que se levanto, para luego subir la persiana para llamarme:
.- Despierta dormilón, que ahí mucho que hacer hoy (Me dijo ella con una radiante sonrisa)
-. Si…vamos (Dije aun con las sabanas pegadas)
Me levante y fuimos juntos a la cocina, estaba en calzoncillos con la pistola al lado
.- ¿Cuál es el plan? (Pregunto mientras desayunábamos)
-. Bueno, primero voy a comprobar, que vecinos están en su casa y cuáles no (Dije sin mirarla)
.- ¿para qué? (Pregunto, intentando entender mi plan)
-. Necesitamos más suministros y fortalecer al menos las ventanas que dan a la escalera de incendios (Señalando con la cuchara al cuarto donde intento dormir anoche)
.- si, tienes razón, ¿Qué hago yo? (Ella quería ayudar)
-. ¿Te parece hacer inventario? (yo no quería arriesgarla)
.- vale, pero en misiones de riesgo te acompañare (Me advirtió ella)
-. ¿Y que harás, gritarles hasta matarles? (Me reí de ella)
.- Muy gracioso (Cogió un cuchillo grande de cocina) ayudarte… (Me dio hasta un poco de miedo con esa voz tenebrosa que puso)
-. Gracias (le acaricie el pelo de la cabeza)
.- tenemos que colaborar los dos (Contesto con una sonrisa)
Puse la televisión para ver como iba todo, las noticias… “Anoche la policía en su excelente actuación estuvo a punto de controlar la situación en Cádiz pero unos terroristas fuertemente organizados ayudaron a los gaditanos que se manifestaban a poder contra la policía, la situación, se ha vuelto más cruda. Por supuesto que las ayudas seguirán llegando, la orden es la misma permanezcan en sus casas, dada las dimisiones de ayer de muchos policías que estuvieron en la batalla campal de ayer, la policía recibirá hoy, la ayuda de algunos agentes americanos, el resto de la policía española y ya que algunos gaditanos consiguieron llegar hasta Puerto Real, Puerto de Santa María y San Fernando, la guardia civil va a reforzar a la policía local, que seguirá encargada de las fronteras de Cádiz, en las fronteras de los pueblos anteriormente dichos… ”
.- ¿la cosa va a peor… verdad? (Pregunto preocupada, con la televisión aun de fondo)
-. Va a peor, pero todavía puede solucionarse (Dije intentando ser positivo para ella, ya que para mí lo positivo era que no se arreglara, todo había empezado a mejorarme desde que todo se estaba yendo a la mierda)
.- pensemos que no y si no se soluciona, estaremos preparados (Ella me busco la mano y puso la suya sobre la mía)
-. Buen plan… (Dije sin ser capaz de mirarla, porque estaba colorado en el primer contacto, que había buscado ella, hacia mí)
La noche en la comisaria había sido brutal, las llamadas a emergencias habían sido continuas, tanto era así, que de madrugada se envió a los tele-operadores a descansar a la fuerza, ya que eran las tres de la mañana y las cuatro y algunos seguían exhaustos, pero haciendo su trabajo. La mayoría de policías nos negábamos a abandonar la “seguridad” de la comisaria, sobre todo porque algunas patrullas de policías valientes que salieron a socorrer a la gente de las llamada, jamás volvió y no contestaban a la radio tampoco.
Algunos pensábamos que habían dimitido, otros que estaban muertos y otros que se habían quedado allí, directamente. Yo me quede en la comisaría para cuidar a mis hombres, ya que era el deber de un buen compañero, los que estaban muertos fueron llevados directamente al hospital, los que estaban mal heridos murieron y el cincuenta por ciento de los que estaban heridos nada mas, murieron también, la moral estaba por los suelos, aunque la levantaba el hecho de que mañana recibiríamos refuerzos.
Por la mañana recogerán a los heridos que han sobrevivido a la primera noche y los llevaran a atenciones mas especializadas, ya que el hospital esta total y absolutamente desbordado, estamos tratando a los heridos policiales aquí y se los llevaran a: Chiclana, que estará protegida por el ejército. La gente necesita lo mejor de nosotros, ya que si no lo conseguimos hoy, el siguiente plan es refugiar a la gente en la comisaria y que el ejército, barra todo lo que haya por las calles, un plan desesperado, pero técnicamente eficiente.
Mientras Desiré se había quedado en casa, muy a disgusto suyo, haciendo inventario, yo me puse el uniforme de policía aunque sabía que en este edificio no engañaría a nadie, el chaleco antibalas, las esposas, la porra, la radio y la pistola, agarre el escudo antidisturbios que tenia por allí y baje al bajo, llame a ambas casas pero estaban vacías o al menos nadie contestaba, desde allí podía ver, que afuera estaba armada la guerra mundial, contenedores ardiendo, la gente matándose por las cosas, haciendo barricadas, se estaban matando entre ellos y preparándose para la guerra contra la policía, que hoy no habían dicho, cuando atacarían.
En el piso número uno, Paquita me abrió la puerta, una viejecita entrañable, aunque estaba horrible, como si llevara toda la noche llorando y sin dormir…
.- ¿Qué quieres, David? (Ella sabia mi verdadero nombre)
-. ¿Qué le pasa, Paquita? (No me gusta ver sufrir a nadie)
.- Anoche entraron dos rufianes por las escaleras de incendio, mataron a mi perro y me robaron algunas cosas (Dijo aun poniendo cara de pena)
-. ¿Necesita algo? (Pregunte amablemente a la ancianita, aunque era lo que menos necesitaba ahora, más trabajo, no podía verla así y resistirme a ayudarla)
.- ¿te has hecho policía? (Pregunto extrañada)
-. Sí, soy voluntario, lo han pedido por la tele (Me invente, para seguir con la mentira)
.- pues si puede ser atrápalos, eran… (Me describió a los dos, que entraron anoche en mi casa)
-. Vale, gracias por su descripción, usted cierre bien las ventanas (Avise a mi vecina, si los volvía a ver, ya sabía qué hacer con ellos)
.- gracias hijo (Cerro la puerta, tenía una menos de la que preocuparme)
En la otra puerta no contestaba nadie, así que no había nadie. Subí al segundo piso en este me abrió una mujer, con gesto preocupado.
.- ¿Si, David? (Pregunto sin cambiar el gesto)
-. ¿Cómo estas, María? (Quería sacar toda la información que pudiera, ya que así, mientras, sacaría partido a esto)
.- Bien, pero mi marido no ha vuelto a casa desde anoche (Dijo aun más preocupada)
-. Las cosas están mal de verdad, ¿necesitas algo? (Dije un poco preocupado, aunque en realidad, lo estaba, no por lo mismo que ella, yo solo tenía miedo a fracasar)
.- que lo busques (Sus ojos me miraron de forma suplicante)
-. Bueno, la policía está un poco desorganizada, pero, haremos lo que podamos (Sin embargo si salía allí afuera y mas vestido así, acabarían conmigo, así que, le di largas)
.- suerte (Ella pensó que de todas formas yo lo intentaría)
-. Igualmente, cierre puertas y ventanas (Aconseje para su supervivencia)
.- gracias, hasta luego (Ella me agradeció y cerro)
La otra puerta la abrió Paco, un chico joven.
.- ¡ala! ¿David, te hiciste poli? (Dijo el chico de doce años, sorprendido)
-. ¿y tus padres? (Me extraño que me abriera el, siempre abrían la puerta sus padres)
.- salieron afuera ayer y no han vuelto aun (Este parecía estar en la gloria)
-. ¿Quieres venir a casa, con nosotros? (Invite a venir a casa, porque no me sentiría bien si le pasara algo, por dejarlo solo)
.- no, estoy bien en casa (El chico no parecía estar preocupado)
-. Si pasa algo, ya sabes donde vivo, ¿no? (Le señale hacia arriba de todas formas)
.- si, si ves a mis padres, diles que los estoy esperando (El parecía convencido de que sus padres volverían)
-. Vale… (Dije sabiendo que seguramente si estaban allí afuera, no volverían)
.- Adiós David (Se despidió el chico)
-. Adiós Paco (Me despedí yo)
Llevaba tres pisos y había libre tres casas que tendría para investigar, iba al tercer piso para seguir con mis comprobaciones, pero una de las puertas estaba abierta y otra cerrada, dándole la espalda a la cerrada
-. ¿Hola? (pero nadie contesto)
Aunque Desiré me había pedido para entrar que la llamara a ella, no podía dejar una puerta abierta, sin hacer nada, el deber me llamaba. Así que seguí hablando mientras avanzaba…
-. ¡Soy policía!, ¿te encuentras bien, Alfonso? (Se escucho un ruido al fondo que no supe identificar, pero nadie, contesto, de eso si estaba seguro)
Saque la porra un poco nervioso, prepare el escudo y le di una patada a la puerta…
-. ¡¿Hola?! (Dije mas alarmado) del lateral de la puerta salió Alfonso, un poco pálido, con tez blanquecina, la verdad es que no tenía muy buena cara, al mirarme, si es que eso se podía decir que me estuviera mirando, ya que sus ojos se movían perdidos, dentro de su propia cavidad, ya que no conseguía centrarlos en mi, hizo lo más parecido a un rugido y empezó a correr contra mí. Mi primer impulso fue retroceder y di dos pasos hacia detrás, pero luego, prepare el escudo, el embistió el escudo y empezamos a forcejear, pero yo le daba con la porra en la cabeza con todas mis fuerzas, aunque no parecía inmutarse.
-. ¡Suelta, Alfonso, no quiero hacerte daño! (Le pedí a mi vecino con un grito por partes, entre forcejeo y forcejeo)
Todas sus intenciones eran intentar quitar el escudo de delante, para poder alcanzarme, pero no lo conseguía, por fortuna para mi, quería arañarme la cara, pero el escudo lo impedía, lo golpee con el escudo, haciendo que lo soltara un momento, haciéndole sangrar por la nariz y retrocedí un poco más, teniendo a mi derecha las escaleras pensé que sería buena idea tirarlo por las escaleras. Gruño con la nariz sangrando, pero volvió a empujar contra mí, yo empezaba a cansarme, el no parecía cansarse, lo fui empujando contra el borde de las escaleras con todas mis fuerzas, ya que no aguantaría mucho mas y luego lo empuje con el escudo, se quedo en el borde haciendo equilibrio y le metí una patada en el pecho que lo hizo rodar escaleras abajo y sonaron rompiéndose los huesos, se desangro allí abajo, mientras yo recuperaba el aliento.
No mucho más tranquilo entre en su casa, mirando para todas partes rápidamente me cerciore que no hubiera nadie más o mejor dicho, nada más en el salón, luego registre el baño allí que estaba vacío, la habitación del matrimonio donde estaba en la cama, comida viva, la mujer.
-. ¡Oh, dios mío! (Tuve que ir al baño a vomitar de la impresión)
Mire el cuarto del niño en él había una cuna, pero estaba vacía, el niño o la niña, tenía que estar por alguna parte. Lo busque por todas partes, pero no estaba, tras lamentarme un poco, salí dejando la puerta encajada, mire que el cadáver siguiera donde estaba y tras asegurarme fui al cuarto piso, a mi puerta no llame y en la de en frente no contesto nadie. Subí hacia la quinta planta en casa de mi tío, no contesto nadie y en la de enfrente nadie, subí a la sexta planta y ático, donde contestaron mis vecinos que eran un matrimonio homosexual y un ancianito jubilado y viudo.
Antes de volver a casa tenía que confirmar que el cadáver siguiera allí y que el crio no estuviera, tras comprobar una cosa y volver a buscar por todo el piso, lagrimas cayeron por mi cara, cuando vi un lacito de bebe en el cuerpo destrozado de la madre, seguramente cuando el padre perdió la cabeza, ella intento protegerlo con su cuerpo, pero no lo consiguió… volví un poco bajo de moral hasta casa, saque las llaves y entre, me senté en el salón y comencé a llorar, simplemente, no podía evitarlo, tenía que llorar.
.- ¿Qué te pasa Darek? (Acudió a mi preocupada)
-. Ni te imaginas lo que he visto (Dije con los ojos brotando lagrimas por doquier)
.- Cuéntamelo, comparte tu carga conmigo (Hizo el intento de abrazarme)
-. No, solo déjame solo un poco… (Pero yo me quite, ahora no era el momento de tocarme)
Ella comprendió que necesitaba un momento a solas y simplemente se largo a la ducha, me dejo desahogarme. Cuando salió en calzoncillos y con una camiseta larga mía, salte yo.
-. ¿Quién te ha dado permiso para ponerte eso? (Reí, intentando olvidar lo del bebe)
.- ¿Algo me tengo que poner, no? (Protesto ella con un gesto muy gracioso arrugando la nariz)
-. Eh…si (Dije mas por quedarme embobado mirándola, que por costarme aceptarlo)
.- ¿Cómo que eh…si? ¡Si y punto! (Dijo enfadada, pero terminando por reír)
-. ¿De qué te ríes? (Pregunte extrañado)
.- de cómo me miras… (Ella termino de secarse el pelo con una toalla y me la tiro a la cara)
-. ¿Y cómo te miro? (Quitándome la toalla de la cara y volviéndola a mirar)
.- como me miraba mi novio (Dijo sentándose a mi lado y poniendo un poco cara de tristeza)
Tras un pequeño silencio
.- ¿vamos a comer? (Pregunto ella tras sonarle un poco el estomago)
-. ¿Esta echa? (Pregunte interesado)
.- si, pero no te creas que voy a cocinar yo siempre, ¿eh? (Aviso protestando ella)
-. Vale, vale, luego salgo de nuevo (Avise a Desiré)
.- Luego salimos, juntos… (Exigió ella)
No le conteste, pensé en lo que me había encontrado fuera, pensé hasta que punto ella podría con una violencia así o acabaría como la mujer…
.- ¿En qué piensas? (Pregunto mientras comíamos)
-. ¿Qué tal fue el recuento? (Mentí, para no decirle lo que me preocupaba)
.- Tenemos para unas veinte comidas en total, con suerte un uso del botiquín, para unos diez baños, para ir al servicio unas ocho veces, no tenemos medicinas, ni antibióticos y para limpiar la casa entera un par de veces… (Ella se lo había tomado realmente en serio)
-. Vale, veremos con las casas vacías, que más tenemos (Comente en voz alta)
.- ¿Cuántas casas vacías, ahí? (Pregunto ella)
-. No se… seis o siete, perdí la cuenta (Le conteste, aunque me molestaba tanta pregunta)
.- ¿Qué te hizo perderla? (Era una chica demasiado curiosa)
-. Si vienes conmigo, lo veras (Respondí mirándola a los ojos)
Tras una comida movidita y antes de salir ahí fuera…
-. Siempre iras detrás mía y si hay algún peligro, subes a aquí arriba sin arriesgarte, si yo tengo problemas, huye, yo me las arreglo y voy con algo de blindaje, tu no. (Me había puesto el traje de antidisturbios, que tenia para arreglar, prácticamente arreglado)
.- ¡siii, papaaa! (Dijo como si yo fuera muy pesado)
-. Muy graciosa (Proteste yo)
Salimos en la posición que yo había decidido con dos mochilas de instituto cada uno, al principio se la noto asustada aunque se iba tranquilizando rápido.
-. No te relajes mucho, ¿vale? (Dije preocupado)
.- vale… (Respondió ella, molesta por el exceso de mi preocupación)
Seguimos avanzando hasta el cadáver y la puerta entre abierta, gracias a dios la puerta seguía como estaba y el cadáver también.
.- ¡¡Qué coño es eso!! (Grito ella, nada más verlo, mientras yo no perdía de vista la puerta, sin terminar de fiarme)
-. ¿Me dejas el cuchillo? (Le pedí con amabilidad)
.- ¿para qué? (Pregunto ella asustada)
-. ¿Me lo dejas o no? (Le pedí el cuchillo algo molesto, a pesar de que era de mi propia casa)
.- tómalo (Lo soltó, sin terminar de soltarlo, pero yo se lo quite de las manos)
Recogí el cuchillo, sin fiarme demasiado baje con el escudo por delante, como si se fuera a mover y atacarme violentamente de nuevo.
.- ¿Qué haces? ¡No me dejes sola! (me pidió asustada)
-. Cállate y vigila la puerta que está abierta (Le pedí, preocupado)
.- ¿Por qué? ¿No irá a salir algo de allí, no? (Pregunto aun mas asustada)
-. Cállate y vigila (mientras pensaba, espero que no)
Termine de bajar y le clave el cuchillo en la cabeza con gran dificultad, luego puse la pierna sobre su cabeza y saque el cuchillo, casi me caigo al sacarlo y resbalarme con su sangre, para mi alivio no se movió en todo el proceso, entonces empecé a subir y le devolví el cuchillo, manchado de sangre.
.- ¡puag!, podrías haberlo limpiado primero (Con gesto de asco)
-. ¡Shhh! y sígueme (Le hice el gesto del silencio y comencé a avanzar hacia la casa)
Primero entramos y cerré la puerta, mire por todas las habitaciones ligeramente, todo estaba limpio, tal y como lo deje.
.- ¿Qué hacemos aquí?
-. Primera norma, primero entro yo y al ver que está limpio, te doy paso, segunda, si te digo no entres ahí, no entres ahí, ve a la cocina y mira que tienen dentro y por cierto, no entres ahí (Señalando al cuarto del matrimonio)
.- vale, voy… (Ella hecho un vistazo al cuarto prohibido y se metió en la cocina)
Yo registre el salón donde encontré un par de cajas de medicina y una de antibióticos que no estaba mala, una linterna y un par de pilas para la linterna, las guarde en la mochila y luego me puse a mirar que mueble podía reutilizar o desarmar, para reforzar la ventana y atascar las escaleras de incendios.
.- ¿aquí vivía un niño, no? (Pregunto Desiré)
-. Si, ¿Por qué? (Pregunte yo)
.- porque ahí leche en polvo, potitos, biberones… (Enumero todo lo que veía)
-. Llévatelo todo (Nunca sabemos que nos puede ser útiles)
Me dirigí al baño, allí vi producto de higiene femeninos: 1 caja a medias de compresas y otra casi entera de tampones, un champú y un gel usados, que podíamos utilizar también, un par de rollos de papel y un paquete de toallitas, cogí un perfume que me gusto, para Desiré. Mire el botiquín, pero solo pude salvar un par de usos de botiquín, estaba mirándome al espejo, viendo lo guapo que estaba de uniforme, cuando escuche a Desiré gritar, mientras que yo hacía todo esto…
Desiré investigaba la cocina, tal y como le había mandado, encontró comida para diez veces, 1 caja de leche en polvo a medias, cuatro potitos y un par de biberones llenos de leche materna, lo guardo todo en su mochila, encontró productos de limpieza casi acabados y cuando escucho que salía del comedor, empezó a dirigirse muerta de curiosidad hasta el cuarto prohibido. Entro en el cuarto abriendo la puerta y entonces cuando la luz que entraba desde el salón fue iluminando progresivamente el cuarto cerrado, pudo ver lo que había sobre la cama y como lo poco que quedaba sobre ella, la miraba e intentaba revolverse, al no poder levantarse para ir a por ella, ella por el pánico que esa escena le provoco, grito y cayó al suelo de culo… las piernas no le respondían, tan poco el resto del cuerpo, estaba en pánico.
La mañana en la comisaria había sido tal y como dijeron, vinieron refuerzos, se llevaron a los heridos que seguían vivos y quemaron los cadáveres, aunque eso fue un poco anti productivo para la moral, no teníamos mas opción, mi grupo y yo nos quedamos, tardamos unas horas en organizarnos, tras la comida, nos preparamos y cargamos contra la gente e íbamos ganando, éramos demasiados para ellos, pero, cuando heríamos a alguien, ese alguien se levantaba y nos volvía a atacar y ya no paraba hasta la muerte. Este ataque fue el mayor desastre que he visto en mi vida, la mitad de nuestros efectivos huyeron con el rabo entre las piernas cuando la cosa se complico y nunca más se supo de ellos, un tercio fue herido grave por ataques en la retaguardia, que tuvimos que dejar allí para que murieran a su suerte y el otro tercio, fue herido leve, que provoco que huyeran como sus anteriores compañeros.
Solo un tercio de la mitad de los mil que éramos, sobrevivimos ilesos… y en la huida perdimos a algunos más.