Jugando con hermanitas

Como cambió mi vida tras conocer a las grande hermanas.

Este es un relato basado en hechos reales que me ocurrió a mí, un chico de ciudad que jamás había tenido contacto sexual con una mujer.

Mi historia ocurrió hace 5 años, acababa de cumplir 17 años y me esperaba una vida de intensas relaciones a las que esperaba con impaciencia. Que inocente era en aquel entonces, jamás sabía lo que me iba a ocurrir. Yo era un chico mas o menos alto, 1’73 pero era muy gordo, deficiencia que pasaba desapercibida por mis ojos azules claros, pero no era suficiente para que se fijaran en mi. Las chicas de esos tiempos eran mucho más reacias que las de ahora a todo tipo de relaciones pero eso será otro próximo relato.

Aquel día celebrábamos el final de curso, pero no todos estabamos felices puesto que un colega nuestro acababa de dejar a su novia por cuernos. No podíamos ver a nuestro amigo así; de tal manera que nos fuimos de borrachera, sabiendo la famosa frase: "por la cerveza, causa y a la vez solución de todos los problemas de nuestra vida". Cuando íbamos muy cocidos, nos cruzamos con unas chicas de unos 15 años, más borrachas que nosotros y claro, el macho español salió a relucir, y ante nuestras narices pararon a hablar con nosotros, después de todas las burradas dichas, pero algo tramaban, luego lo descubrimos.

Ellas eran 5, nosotros 4 por lo que muy mal se tenía que dar para que no triunfásemos, pero... las únicas que ligan cuando quieren son las mujeres. Dos de ellas tenían un cuerpo escultural, y mi amigo Miguel y yo, estabamos a todo por lo que pasamos rápidamente a la acción: más alcohol.

Cuando iban muy mal empezamos a buscar todo; empezamos a acercarnos, sobar, etc. A los 5 minutos ellas se miraron y asintieron con la cabeza. De repente se lanzaron abriendo sus bocas frente a nosotros, nos empezaron a besar de una manera que yo jamás había conocido, ya que había tenido pocas relaciones y las que tenía eran muy cortas y simples; yo me dejé llevar por mis impulsos, y me convertí en un verdadero pulpo, y todo con mi amigo al lado, dándose el palo con la otra, empecé a sobarle sus pechos con mis manos y descubrí que no tenía sostén, lo que me puso aún más todavía. Sus pezones estaban muy duros y jadeaba mientras se los acariciaba; la excitación era tan grande que de repente paró de besarme y me susurró al oído que me fuese con ella a su casa, que estaba sola.

Yo no me lo pensé ni un momento y ante mi sorpresa descubrí que a mi amigo Miguel le dijeron lo mismo. Pues nos fuimos a su casa sin pensarlo. Eran hermanas y se notaba que no era la primera vez que llevaban a alguien a su casa en dúos digamos. Nos hicieron esperar en su salón, muy bonito por cierto, a quien le gusten los salones rústicos, claro está. Y aparecieron con un camisón negro cada una. Nos llevaron a sus habitaciones y ahí empezó la fiesta.

Ana, que así se llama, me pidió que me quitase la camisa, a lo que yo respondí con un tirón que me la cargué, pero eso era lo de menos. Se abalanzó sobre mi y se me comportó como una diosa, me lamió el pecho, recreándose en los pezones, algo que nunca había probado pero que fue delicioso. Mi excitación era tal que empecé a expulsar líquido preseminal manchando mis pantalones. Ella se dio cuenta y con una sonrisa pícara me besó y empezó a descender poco a poco hacia mi verga. Yo sabía lo que iba a pasar pero ella demoraba el tiempo haciendo que cada segundo me atravesara el alma.

Por fin me desabrochó el pantalón, y mi polla salió como un resorte. Ella se quedó mirándola como si se esperase otra cosa, y exclamó: "vaya, no pensaba que fuese tan apetecible". Eso me mató. Fue agachándose lentamente hacia ella y a lamerla por todos los sitios hasta que se la metió en la boca, Dios que sensación!! Jamas la había probado y fue espectacular, subía y bajaba a gran velocidad para luego quedarse seca en un momento, lo que me hacía perder la paciencia pero... una vez no paró y empecé a gemir sabiendo que me iba a correr pero ella siguió y siguió aumentando la velocidad y me corrí, salió tal cantidad de semen que en un primer momento comenzó a ahogarse pero la gustó mucho ya que no quiso dejar nada dentro de mi.

Tras un breve espacio de tiempo en el que intente recuperarme de tamaño orgasmo, comencé mi fiesta particular y como no podía ser menos, su preciosa conchita no se podía quedar así. La subí el camisón y pude observar como se estremecía a cada caricia mía. La gustaba realmente lo que la hacía y no pude resistirme más a su clítoris. Empecé a lamerlo, primero en movimientos alrededor de él pero ella me pidió que lo atacase directamente, que estaba muy excitada, a lo que respondí con su misma moneda, demorando el placer al máximo, pero yo no pude aguantar y le comí el coño como jamás lo he hecho hasta ahora. Tuvo tres orgasmos en apenas 5 minutos y ya fuera de si me pidió que solo llegara hasta ahí. Que al día siguiente habría más pero que estaba muy borracha para disfrutar de mi como yo me merecía así que me fui a casa sabiendo que acababa de empezar una bonita amistad.

El resto en mi segundo relato gracias

Si quieren hacerme preguntas: Jaimetrompa@hotmail.com