Jugando con fuego (12)
Continúa la historia.
A la mañana siguiente me desperté con un dolor de garganta terrible y más resaca de la esperada. María ya se había levantado y la escuchaba trastear por la casa. No tardé en darme cuenta de que mi novia estaba tan cariñosa conmigo como siempre o incluso más. Se metía conmigo por mi resaca, decía que ella estaba perfectamente, y decía que era un quejica por mi dolor de garganta.
A mi se me venían a la cabeza escenas y frases del día anterior... obviamente lo más importante era aquello de que le había dicho a María que quería ver como Edu se la follaba... no sabía que me pasaba, ni yo mismo sabía que quería; llevaba desde marzo con aquello y estábamos a escasos días de entrar en julio y en lugar de tener las cosas más claras me pasaba lo contrario. También recordaba que María me había dicho que a veces me comportaba como un crío y pensaba no le faltaba razón.
Fuimos a dar un paseo por la tarde y nos acabamos sentando en una terraza. Yo sentía que hacía verdadero calor pero a la vez sentía escalofríos. Estaba el tiempo de tormenta y me parecía que aquello no ayudaba a mi malestar, hacía sol pero podría caer un chaparrón en cualquier momento.
Otra cosa que tenía en la cabeza era aquello de que María había dicho que le había parecido morboso el gemido de Edu en su orgasmo. Le saqué el tema sin más, pero ella no estaba muy por la labor.
-Bueno, ya estamos... -dijo aunque en un tono medio de broma.
-¿Qué? Solo es curiosidad.
-¿No habíamos dicho de darnos un descanso de ese tema hasta la semana que viene?
-Sí, pero esto no es fantasear con nada.
-Pff... bueno... pues... no sé, sí, tuvo su punto, tampoco tiene ninguna importancia.
-¿Pero por qué te puso? ¿Cómo fue?
-Tampoco es que me pusiera... no sé... fue... muy masculino, muy varonil, no sé.
-¿No son varoniles mis gemidos?
-Jaja... yo que sé Pablo, solo me faltaba hacer ahora comparación de vuestros sonidos cuando... cuando eso.
-Y también te puso que el otro chico os mirara.
-Bueno, Pablo, venga, ya está, ¿no?
-Está bien, está bien. -me acerqué a ella y le di un beso que ella respondió con otro, nos dimos varios picos y varios besos en la mejilla.
Cada vez me fui encontrando peor y me metí en la cama muy pronto. A la mañana siguiente si no llamé al trabajo para decir que no iba fue porque solo llevaba dos meses allí. Aquel lunes pensaba en que sexualmente estaba siendo muy injusto con María, entre unas cosas y otras llevábamos como diez días sin follar porque a los dos minutos del sábado por la noche no se le podría llamar follar, y menos para ella que no se había corrido. Por ello le escribí diciéndole que la iba a compensar aquella noche. Me respondió en broma diciéndome que si tan enfermo estaba como podía pensar en eso y después me acabó diciendo en serio que de compensación nada... que estaba con la regla.
Pasaban los días de la semana con la única novedad de que María me había dicho que Nati se había apuntado a su gimnasio. Era un gimnasio cerca del despacho de María al que iban Paula y ella a veces en el descanso de después de comer. Nati estaba opositando y parecía ser que se había hecho amiga de Paula a través de Amparo y la había convencido. Le pregunté a María si la había visto en el vestuario... desnuda o casi... y me dijo que era muy pudorosa, bueno, que todas lo eran.
María no me dijo nada sobre si le daba pena o no verla ahora, sabiendo como se las gastaba su novio. Lo cierto era que el tema Edu había desaparecido por completo, como si no existiera, y yo estaba jodido porque temía que la cosa se enfriase. Además íbamos a entrar en julio, y en agosto cogerían vacaciones en el despacho... sentía que iba un poco a contrarreloj. Además ni Edu y yo nos habíamos escrito en toda la semana cuando en otras habíamos tenido casi contacto diario, escribiéndonos sobre cómo iba de potente María a trabajar... que planes tenía con ella, etc.
Llegó el viernes y María se fue a casa de sus padres. Entre mi medio gripe, que tampoco sabía bien como catalogarlo, y la regla de María, no habíamos hecho nada en toda la semana, lo cual no evitaba que yo recordase constantemente todo lo que había dicho de Edu y demás cosas morbosas que habían pasado.
Estaba cenando en casa cuando Edu por fin me escribió. Por lo visto él sabía que María se había ido de fin de semana y me preguntó si quería tomar algo, le pregunté si tenía novedades con María y me dijo que no, que además la había notado "un poco tontita y seca". Yo estaba algo convaleciente y tampoco me veía con Edu de amiguito por ahí si no tenía demasiado que contarme de María. Le di largas, diciéndole que quizás al día siguiente podría.
-Mañana yo no puedo tío, que tengo visita. Viene Alicia, la andaluza esta.
-¿Qué Alicia?
-Joder, la tía esta que me tiré en las jornadas esas. Está encoñadísima. Así que mañana estaré follando todo el día, que Nati va a estudiar todo el fin de semana.
Me quedé un poco pensativo... aquello no me gustaba... De nuevo temía que pudiera perder interés por María.
-¿Y está buena? -le pregunté.
-Jaja, míralo tú mismo... 24 añitos... para morirse -E inmediatamente me escribió su nombre y apellidos.
Entré en las redes sociales y pronto la localicé. La chica estaba buena de narices. Una cordobesa muy morena, de pelo negro, largo y algo rizado. No sabía por qué me la había imaginado más menuda pero sin ser alta tampoco era baja. Eso sí, una pija de cuidado... con fotos montando a caballo... sus camisas de rayas... su feria y su familia bien. Y unos ojos muy negros y un lunar en la mejilla muy morboso. No parecía tener demasiadas tetas pero sí un buen culo. Menudo cabrón follarse a esa tía... además de estar follándose a Nati... Seguí buscando entre las amigas de Edu y encontré a Nati que tenía todo bastante cerrado pero en sus cuatro o cinco fotos se veía que era guapísima... pfff una rubia impresionante... ¡Menudo hijo de puta!
Estuve mucho tiempo mirando aquellas fotos y temiendo que al aparecer Alicia Edu perdiera el interés en María. Después estuve buscando fotos de María en el ordenador y encontré una del verano pasado, que estaba sentada en la silla de un chiringuito... con un bikini verde oscuro de triángulos que no dejaba nada a la imaginación... con gafas de sol, el pelo recogido y mojado y con una mano hacía el gesto de V como de victoria y con la otra levantaba un mojito... Joder... ¡le salían unas tetazas tremendas! no recordaba aquella foto... lo más brutal de aquella foto era que se le marcaban un poco los pezones a través del bikini. ¡Joder... estaba brutal! Es que salía como con gesto inocente pero a la vez muy muy sexual.
No era una foto de mal gusto... no era una foto que María me hubiera mandado en privado... así que decidí enviársela a Edu y simplemente le escribí: "Me preguntabas si tenía alguna foto..."
Pronto Edu me escribió:
-¡¡Jodeeer....!! ¡¡La madre que la parió!! ¡¡Qué tetaaas!! Gracias tío... Dios... está para reventarla en esa foto...
-Ya ves...
-Joder tío... me voy a hacer una pedazo de paja esta noche con esto...
-Jajaj.
-Dios... es que me la tengo que hacer joder... me la tengo que follar...
No escribimos en un par de minutos hasta que volvió a escribir él.
-Joder, me la tengo que follar, ya me veo follándome un lunes a Nati... los jueves a Alicia y los sábados a María...
-Joder, no estaría mal.
-No, no, a María todo el fin de semana, que es la que está más buena. Y tú mirando, quieres..., ¿no? ¡Cabrón!
-......
-Jajaja... vas a ver como me la follo tío... ¡¡Vas a ver lo que es reventar a polvos a una pedazo de hembra como María!!
Me senté en el sofá... ¡Dios...! Aquella frase me había dejado impactado... la imagen que me venía a la cabeza era brutal... en seguida me imaginé a Edu montándola... follándose a María a lo bestia y ya tenía la polla a reventar... Me la tuve que sacar allí mismo y me hice una paja a toda velocidad imaginándome a María recibiendo polla de Edu en todas las posturas que se me ocurrían... Me corrí en menos de un minuto y tuve que ir al baño a limpiarme intentando no pringar el suelo con aquello que se me escurría... Sabía desde hacía meses que aquello que me pasaba no era normal. No suficiente con eso, como una hora más tarde, me fui a la cama y volví a mirar las fotos. Miré las fotos de Alicia y... joder... no era ni medio normal lo buena que estaba... es que aquella mirada... desprendía un morbo... y comencé a hacerme una paja pensando en ella... Mañana el cabrón de Edu se la follaría durante horas... qué hijo de puta... hacía como cinco meses que no me hacía una paja pensando en nada que no fuera Edu con mi novia... pero aquella chica estaba... bufff... tampoco tardé mucho en correrme imaginándome que aquella pija andaluza me montaba la polla como loca...
El sábado estuve con unos amigos, y de nuevo María super aburrida con sus padres no dejaba de escribirme. Estaba bastante melosa y me decía que la tenía sexualmente a pan y agua. Le pregunté que cuánto llevábamos sin hacerlo, pues supuse que lo del sábado no querría ni contarlo.
-Pues hoy hace dos semanas.
-¿Ya?
-Ya ves...
-Bueno, tu viaje... tu regla...
-Anda sí... no me hagas hablar tú, jajaja.
Esa noche de sábado salí algo más con otros amigos y llegué a casa de noche pero relativamente pronto. Le escribí a María diciéndole que estaba bastante cachondo... y ella me dijo que también lo estaba. Sin embargo no me atreví a sacarle el tema de Edu, no quería que pensase que sin Edu por medio no me apetecía escribirme y fantasear con ella sobre cosas entre nosotros, pero tenía algo de cierto. Y es que no me veía escribiéndole a María cómo me la follaría... me sabía a poco. Me ponía más que nunca pero sentía que me faltaba algo. Le escribí diciendo que hacía tiempo que no usábamos el consolador y me dijo que no nos hacia falta. Al final nos desviamos un poco del tema y no llegamos a hacer sexo telefónico ni escribiéndonos. Cuando dejamos de escribir busqué la foto en la que salía con Edu cenando, aquella con aquel mono marrón y Edu le tocaba la espalda... y me hice una paja tremenda imaginándome que yo estaba también en aquella cena... veía como la tocaba y no decía nada... y ellos se iban al baño del restaurante y yo iba tras ellos... y el muy cabrón de Edu me decía que vigilase la puerta... y yo escuchaba como se la follaba en los baños... escuchaba los gemidos y jadeos de María por la polla que le daba Edu, mientras yo vigilaba que nadie se acercaba... ¡¡dios..!!. ¡¡Me hice una paja brutal imaginándome eso!!
Al día siguiente hablé por teléfono con María por la tarde. En un determinado momento saqué lo que tenía permanentemente en la cabeza:
-Bueno, mañana se acaba el pacto.
-¿Qué pacto? -preguntó con un emoticono de una sonrisa con una gota de sudor cayendo.
-Jaja, no te hagas la tonta...
-Jaja... bueno, a ver... yo creo que deberíamos hablarlo.
-¿Hablarlo? ¿Qué hay que hablar?
-Hombre... pues todo... si quieres lo hablamos ahora.
-Vale, dime -le dije.
-Pues a ver... es que... a veces dices cosas que quiero creer que son solo una fantasía o un juego.
-Ya...
-¿Ya que es solo un fantasía o ya que lo dices?
-Ya que... no sé, María... -la verdad era que me había cogido por sorpresa, no sabía qué decirle.
-A ver, Pablo, yo solo quiero que me digas que es... o sea... qué quieres que pase.
-Pues... Quiero que él crea que te puede tener... como a todas, y le pares los pies... pero cuanto más al final mejor, cuanto más hecho crea que lo tiene pararle... que sepa que puede tener a todas menos a ti. Forzar al máximo pero que por ejemplo no te bese.
-¡¡Pero como me va a besar!! ¿¡Se te ha ido la cabeza!?
-A ver María es que es eso... si te toca un poco el culo... o te mete mano... ufff... es que me pone tanto que lo haga y se quede con las ganas...
-No me voy a dejar tocar el culo porque a ti te ponga cachondo, Pablo. Me parece de locos.
-Si no digo que no suene como una locura, lo sé, pero reconoce que los calentones que estamos teniendo no son normales. ¿A ti no te pone que el crea que te pueda tener y al final pararle los pies?
-No sé, Pablo...
-Piénsalo... imagínate que te mete algo más de mano, imagínate que aquel día en vez de los muslos llegara incluso a tocarte algo las bragas y que... cuando pensaría que ya vas a caer... le paras... es que es eso, cuanto más lejos llegue sin tú caer es más morboso.
-No sé... me parece...
-Además -la interrumpí- él, si no te besa... ni te folla... es que lo va a tener ahí... por mucho que te toque... por mucho que te dejes tocar... hasta que no consiga besarte y no digamos follarte lo vas a tener a raya y humillado...
-¿Humillado?
-Sí, para alguien como él, estar con una mujer que al final no se deja del todo es como una humillación. Todo lo que para él no sea follarte no significa nada.
-No sé, Pablo. A mi me parece una locura.
-¿Pero por qué?
-Porque sí. Imagínate además que lo va diciendo por ahí. Imagínate que no sé... una noche me... dejo tocar el culo y después le aparto... vale, te lo cuento, te pones super cachondo... y eso hace que me acabe poniendo a mí... pero va él y se lo cuenta a alguien.
-¿Qué va a contar? ¿Le toqué el culo a alguien del trabajo?
-Pues sí. Aunque bueno, también tienes razón en que que lo cuente no sería el mayor de los problemas.
-Vamos, María, hemos echado unos polvazos impresionantes... el día que usamos el consolador este grande fue apoteósico... el día que tuvimos sexo por teléfono con esto fue increíble...
-Ya... pero podemos hacer eso sin necesidad de que yo me deje meter mano.
-Pufff... es otro nivel, María... si te toca el culo... o algo... las bragas... o te roza las tetas... y se cree que te puede tener... ¿te imaginas lo que nos pondría?
-A tí.
-Y a ti un poco también... y además de eso... no quieres también joderle un poco... que él crea que te puede tener como a todas...
-No sé... me parece meternos en un lío... en un no sé... en un jardín que yo qué sé.
-Bueno... yo ya te he dicho más o menos... como lo veo.
-Ya, bueno... ya hablaremos.
Me sorprendió esa respuesta. Como si se hubiera enfadado. Y le escribí:
-Bueno, vale, María.
-Bueno, un beso.
-Un beso.
Nos despedimos y yo no sabía muy bien ni si me había expresado bien ni cómo se lo había tomado realmente ella. María vendría al día siguiente por la mañana a dejar la maleta en casa y después se iría al trabajo pero no coincidiríamos hasta la noche. Tenía un poco de mal cuerpo por como había acabado la conversación, y ella debió sentir lo mismo porque en seguida me escribió.
-Mira, Pablo, lo siento, ¿sabes lo que más me jode? Que por culpa de ese imbécil discutamos.
-Ya, bueno... tampoco es discutir.
-Bueno, lo que sea, pero me he quedado mal.
-Y yo.
-Bueno eso, que te quiero mucho mucho mucho ¿vale?
-Y yo también, María, te quiero más que nunca, de verdad.
Ella me puso unos emoticonos de una cara con ojos de corazones y yo también esos y unos corazones grandes y uno que tira besos... Era cierto que la quería y estaba más enamorado de ella que nunca.
Al día siguiente contaba las horas para verla. Estaba en el trabajo pensando en ella, pensando en que quería estar con ella, abrazarla, pero también follar con ella... compensar aquellas dos semanas sin hacerlo.
A media tarde le escribí, le dije que tenía muchas ganas de verla y le escribí también:
-Llevamos quince días... dios... me muero por...
-¿Pooor? Jajaj.
-Por... follarte.
-Uufff, no me digas eso... yo también estoy... salidísima, en serio. -Y puso un emoticono de una cara avergonzada.
Iba en el coche de vuelta a casa cuando anochecía, y llovía que estaba cayendo el diluvio, cuando María me escribió al móvil:
-Edu me está acercando en coche a casa, nos vemos en un rato. Te quiero.
Me quedé bastante sorprendido. Era cierto que María iba siempre caminando al despacho, vivíamos cerca, a unos quince minutos caminando y estaba lloviendo... pero sin duda era sorprendente que la acercara Edu y no cualquier amiga. Más sorprendente fue que yo llegara a casa y ella aun no hubiera llegado, y que pasaran los minutos y yo siguiera sin saber nada.
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Calculaba que ya hacía fácilmente media hora que María tendría que haber llegado a casa. Fui al dormitorio a desvestirme y cuando estaba en calzoncillos y camiseta me llamó un compañero de trabajo. Estuvimos hablando un rato de unos detalles del proyecto para el día siguiente y yo de vez en cuando miraba por la ventana y veía como poco a poco iba amainado la lluvia.
Escuché entrar a María en casa, sus tacones avanzando por el pasillo, y cuando entró en el dormitorio casi se me cae el móvil al suelo. La estampa era brutal. Iba con una falda de tubo oscura y una camisa blanca, que estaba empapada, como también tenía todo el pelo alborotado y mojado. La camisa estaba calada de verdad y se le pegaba al cuerpo que no es que se le notase así el sujetador, es que del sujetador se podía diferenciar claramente las tiras, las copas... el encaje... pero dios... no solo eso... si no que... ¡se le notaban brutalmente los pezones...! Dejó el bolso sobre la silla y le dije automáticamente a mi colega que hablaríamos al día siguiente... Ya no era la imagen de María, era su mirada... tenía una cara de estar cachonda increíble... nos acercamos y nos besamos... ahí me di cuenta de lo mojada que estaba... tenía la ropa húmeda y fría pero los labios y las manos calientes... Nuestras lenguas se juntaban en su boca de manera desesperada, llevábamos días deseando aquel momento; yo quería saber lo que había pasado en aquel coche pero antes de aquello quería sentir a María...
No tardó en bajarme el calzoncillo y comenzar a pajearme con fuerza... estaba realmente muy muy cachonda, pocas veces la había visto así. Mis manos iban a su cuello para besarla y sobre su camisa mojada le apretaba las tetas mientras ella comenzaba a hacerme una paja brutal. Al estar en tacones estaba a mi altura y era aun más mujer, como más poderosa... y le tuve que susurrar que parara si no quería que me corriera ya. No solo no obedeció si no que inmediatamente se arrodilló y sin más contemplaciones, sin besar mis huevos, sin lamer el tronco, sin nada, directamente se metió mi polla en la boca y comenzó a hacerme una mamada que hacía que me temblasen las piernas... tanto que tenía que apoyar mis manos en su cabeza... ¡Dioos! ¡La mamada era bestial! Se podía escuchar el sonido de mi piel y de mi preseminal con su saliva, haciendo ese sonido hueco... que se escuchaba por toda la habitación... yo le decía "joder... María... más despacio o me corro ya..." pero ella no paraba...
Estaba impactado, pensaba qué habría pasado en el coche de Edu para que ella estuviera así, no podía creer que aquel morbo y aquella lujuria con la que me devoraba la polla obedeciera solo al deseo que ella sintiera por mí... Ella ni miraba hacia arriba, ni se paraba... solo chupaba y chupaba y solo la sacaba de su boca un segundo de vez en cuando como para coger aire... yo miraba hacia abajo y veía el vaivén de su cabeza adelante y atrás... su camisa empapada y sus pezones queriendo atravesar la camisa... Se lo anuncié. Le dije "¡¡dioos, María... joder... me voy a correr...!!" pero ella ni se inmutó, siguió chupando con más lujuria si cabe y yo sentí primero un espasmo y después un torrente que me sacudía y cómo me abandonaba al placer al sentir que salía el primer chorro de la punta de mi polla... flexioné un poco más las rodillas y sentía como otro, y otro, y otro chorro salía de mi cuerpo e invadía la boca de María que acogía todo el líquido sin dejar de llevar su cabeza adelante y atrás... ella seguía chupando y mi orgasmo llegaba a su fin... seguía chupando que yo ya había acabado de echar y ella seguía mamando de mi polla... le tuve que pedir que por favor parara y me retiré un poco hacia atrás. Ella se puso en pie con total entereza y se fue al lavabo a escupir allí todo lo que yo había echado en su boca...
Yo estaba en shock, por el orgasmo y por verla así... Fui al baño y ella se quitaba la ropa que estaba empapada... Nos dimos un beso más dulce y hasta un abrazo... y le dije:
-Joder, María... como estás... no sé si alguna vez te había visto así.
-Pablo, llevamos más de quince días.
-Ya, bueno....
-De ya bueno nada... me voy a la ducha, cenamos, y me follas.
Yo no la reconocía. Quizás era un simple calentón y era cierto que nunca habíamos estado tanto tiempo sin hacerlo, pero me había parecido una locura como me la había chupado.
María se duchó, se secó el pelo y se puso un camisón azul claro que tenía similar al marrón y nos sentamos a cenar. Nos dábamos besos, más cariñosos eso sí, y le pregunté por aquello de que Edu la hubiera traído en coche. Me dijo que había salido ella del despacho y se había quedado en el portal esperando a ver si paraba un poco porque no tenía ni paraguas ni nada, de hecho había hecho sol todo el día. Y entonces había bajado Edu y le había insistido en acercarla en coche. Que ella prefería esperar a Paula, a ver si bajaba y la llevaba ella, pero ante su insistencia accedió.
-Mejor para mí -sonreí.
-Ya... pero no veas como llovía Pablo, el coche estaba a dos manzanas y solo cruzar la calle dos veces para llegar a los soportales era como si nos echaran cubos de agua. Y llegamos al coche y yo sentía que estaba empapada y disimulaba como podía.
-¿Pero cuando entraste en su coche estabas tan mojada como cuando entraste en casa?
-¿Cómo? Mucho más.
-¿Más?
-Sí... ya me había secado bastante cuando llegué a casa.
-Joder, María... tú sabes como se te notaba todo al estar mojada...
-Ya... ¿te crees que no lo sé? Pero lo peor no fue eso... Lo peor... bueno, sabes que él no se podía meter en nuestra calle porque es de residentes y multan... entonces aparcó un poco más arriba, donde el descampado del centro comercial, para ver si paraba y ya bajar yo andando hasta casa esos cincuenta metros.
-¿Y te miraba?
-Mientras conducía no. Pero espera. Es que en el descampado ese había varios coches y me dice: "los del coche negro ese están follando seguro", ¿te parece normal que me diga eso?
-Hombre, María... ese descampado es un picadero. No me digas que te enteras ahora.
-¿Cómo que un picadero?
-Joder... allí va la gente a follar, lo sabe todo el mundo.
-Bueno, pues no lo sabía. Creía que me estaba tomando el pelo. Me quedé en plan no sé porque me saca ese tema este ahora...
-¿Y qué pasó en el coche? ¿No intentó nada?
-No...
-¿No? ¿No te puso ni la mano en la pierna, ni nada?
-¿Por qué no vamos a la cama y te cuento el resto?
Fuimos al dormitorio, nos tumbamos en la cama y nos estuvimos besando muchísimo tiempo. Acariciándonos con suavidad... sobre la ropa, acariciaba su culo, sus bragas, sus tetas con delicadeza y ella hacía lo propio sobre mi calzoncillo, mi culo mi pecho... No sabía si había sido la mamada o quizás la ducha, pero estaba mucho más tranquila.
La besé en los labios, en el cuello, el escote... junté sus tetas y besé sus pezones sobre el camisón, saqué mi lengua y humedecí esa parte... seguí reptando hacia abajo y besé su vientre... recogí su camisón en su cintura y descubrí una bragas negras... besé el interior de sus muslos y posé un beso sus bragas. "Cuéntame", le dije.
-Umm pues... lo primero... jaja, lo primero es que no puedo usar ese tipo de sujetadores...
-¿Poor? -pregunté yo, ya comenzando a sacar mi lengua y lamiendo muy sutilmente la seda de sus bragas.
-Porque son muy bonitos... finos y con encaje y tal... pero se me notaba todo. Tengo que tener algunos con copas más gruesas porque no puede ser.
-O sea que te dabas cuenta que se te veía todo.
-Pablo... una cosa es que se me transparente el sujetador... pero es que sabía que se me estaban viendo los pezones.
-Ya...
-Cómo que ya... no sabes las peripecias que hacía para poner el pelo por delante y para intentar despegar la camisa de las tetas...
-Joder... María... y no te miraba mientras hacías eso... -yo seguía lamiendo sutilmente sobre las bragas... pero ya comenzaba a notar como sus labios se iban hinchando y comenzaba a reconocer aquel olor...
-Pues no... él conducía... me preguntaba por donde meterse para llegar a casa... En algún semáforo sí que me miró pero lo normal.
-Lo normal es a la cara.
-Jaja, sí... Bueno, eso, hasta que le dije que en nuestra calle no se podía meter, subió la cuesta, se metió en la explanada esa y paró el coche. Y allí decidimos esperar a que parase de llover un poco.
Le quité las bragas y apareció ante mí aquel coño que me parecía especialmente delicado... con sus labios algo hinchados pero aun muy juntitos...¡Dios... me moría de ganas por separárselos con mi lengua! Y no tardé en hacerlo... Con la punta de mi lengua comencé a dividirlos y ella continuó:
-Y al, ufff... Pablo, en serio... lo haces increíble... uff... pues al parar el coche sí que se giró hacia mi y hablábamos... que qué raro había empezado el verano, que no se qué...
-Y te miraba.
-Sí...
-¿Te miraba las tetas?
-Mmm... Pablo...sigue... uff... sí... bueno, me miraba todo...
No puedo describir con palabras la excitación que sentía al imaginarme a María transparentando sus tetazas en el coche de Edu y el muy cabrón mirándoselas sin cortarse... Ya lamía el clítoris de María y ella se retorcía del gusto cuando alargué mis manos para sobar sus tetas y ella me facilitó la operación bajándose las tiras del camisón... dejando que mis manos acariciaran sus tetas desnudas y quedase su camisón en su cintura. Ella llevaba sus manos a mi cabeza y comenzaba a jadear sutilmente...
-¿Qué te miraba?
-Mmm... me miraba las tetas sobre todo...
-¿Y se te transparentaban los pezones?
-Ufff... sigue... sí, pero...
-¿Pero qué?
-Que había puesto todo el pelo por delante para que no se me notaran... pero... él... uff... mmmmm, sigue..
Aquel "mmmm" de María junto con sus pequeños movimientos de cadera me anunciaban que estaba cerca de correrse...
-Pero... -prosiguió- el muy cabrón me dijo que mirase, que en el coche negro seguro que estaban follando... y... y miré a mi derecha por la ventanilla... le dije que no se veía nada... joder, Pablo... en serio... me lo comes increíble...
-Sigue... -yo me deleitaba lamiendo su clítoris, apretándolo con mi lengua, y contemplando como tenía el coño abiertísimo aun sin haberle metido ni un dedo.
-Pues... volví mi mirada hacia él... y él me miró... y dioos...
-¿¡Quée!?
-Ummm, que el muy cabrón me apartó el pelo... joder... me retiró el pelo y me miró las tetas... sin cortarse...
-¿¡En serio!? ¿¡Y no te tocó!?
-Mmm.... joder... Pablo... ¡¡me voy a correr...!! ¡¡Diooos!!
-¿¡No te tocó!?
-Mmm... no, pero... ¡¡Dioos!! ¡¡¡Ahhh...!!! ¡¡¡Me corroo!!! ¡¡¡Me corrooo!! ¡¡¡Ahhhh!!!
María llevó sus dos manos a mi cabeza y literalmente me metió su coño en la boca y comenzó a retorcerse totalmente ida... yo sentía como su coño se deshacía en mi boca y un olor tremendo a coño me invadió de una forma brutal... estuvo gimiendo y casi gritando con mi boca en su sexo durante unos segundos benditamente interminables...
Me retiré de ella... Yo obviamente tenía la polla a reventar... y veía su coño sonrojado y abierto y sentía que me llamaba... pero le pedí que se diera la vuelta y fui a la mesilla a por el consolador. Ella parecía hasta mareada por su orgasmo pero obedeció. Se puso a cuatro patas sobre la cama, miraba de reojo como cogía el consolador pero no dijo nada. Me puse tras ella con el consolador en la mano y le dije:
-Sigue contándome.
Comencé a besar sus nalgas desnudas con cuidado, con delicadeza... el tacto de su piel allí era fresco y terso... tanto que me ponía cachondísimo... le daba pequeños besos allí esperando un poco a que ella se recuperarse y ansiase que volviera a estimularla.
María comenzó a contarme que en general se veía sorprendida porque él no intentase nada.
-¿Y tú querías que intentase algo?
-Pues no, no sé. No era que quisiera o no quisiera, solo me sorprendía.
Mi boca pasó de besar sus nalgas a cada vez ir besando más cerca de su coño... Dios... era increíble lo abiertos que tenía los labios... en aquella postura se veía perfectamente como caían sus labios abiertos hacia abajo. Llevé allí mi lengua con dificultad y María soltó un suspiro... hasta que comencé a usar el consolador para penetrarla... metí la punta de aquella polla de plástico enorme... que para mí representaba y siempre había representado la polla de Edu.
Metía aquel objeto con cuidado y lentitud y María soltaba unos "uff" "ufff" muy rápidos y morbosísimos. Yo me pajeaba con una mano y la penetraba con la polla de plástico con la otra... mi polla era minúscula comparada con aquello...
-Dios... Pablo...
-Qué... ¿no vas a seguir contándome...?
-No sé... Dios... fóllame... quítame eso y fóllame tú...
-¿Yo...? ¿Quieres que te meta mi mierda de polla?
-Mmm... sí... quiero sentirla... -Yo le había metido el consolador hasta la mitad y lo había dejado quieto... era María quien se movía despacio adelante y atrás y ella misma se lo iba metiendo...
-Dilo... di que quieres meterte mi mierda de polla...
-Joder, Pablo... métemela, anda...
-Dilo...
-Mmmm... méteme tu mierda de polla...
-¿Síi?
-¡¡Síi... joder...!! ¡¡Méteme tu mierda de polla.!!
-No sé... después... Sigue contándome ¿que pasó cuando te apartó el pelo? -le dije metiendo más aquel consolador.
-Uff... mmm ¡Despacio! Pues... pues... joder... me apartó el pelo y me... me las miraba... yo sabía que me estaba mirando tetas...
-¿Y qué sentiste? ¿Te gustó?
-Ufff, Pablo... no lo metas más ¡eh...!
-Está bien... ¿pero te gustó que te mirara las tetas?
-Mmm... no sé... pensé que...
-¿Pensaste que qué?
-Pensé que intentaría algo, pensé que iba a tocarme... a tocarme las piernas... o no sé...
-Pensabas que iba a intentar tocarte las piernas... o las tetas...
-Sí...
-¿Y no lo hizo?
-Mmm... -María se echó ella sola hacia atrás y se metió aquella polla completamente- emitió un suspiro en un tono altísimo- ¡joder...! No... ¡uff...! Mételo y sácalo más rápido...
-Yo comencé a meter y sacar la polla de plástico a más velocidad... María se moría del gusto... casi la sacaba entera y se la metía otra vez, no podía creer como su coño abarcaba y acogía aquellos casi 20 centímetros y el tremendo grosor de aquella polla... era sencillamente brutal... parecía que cada vez que la metía, al sacarla, salía más embadurnada del flujo que soltaba María sin parar. De rodillas tras ella con una mano me pajeaba y con la otra metía aquello cada vez más rápido.
-¿Te jodía que no te tocase, María?
-Ufff. No sé....
-¿Te habrías dejado tocar?
-Mmm... un poco... un poco sí...
-¿Cuanto?
-Mmm... las piernas un poco... y después...uff... ¡ahhh! ¡dioos!
-¿Después qué?
-Después le pararía.... Mmm... le dejaría con la ganas...
-¿Y dejarías que te tocara las tetas?
-Mmmm... no.... -María ya jadeaba y yo de verdad no daba crédito como se dejaba taladrar a toda velocidad por aquella enorme polla.
-¿No dejarías que te las tocara un poco?
-Ummm... un poco... un poco y le pararía... dios...
-¿Le dejarías que te acariciara un poco las tetas?
-Mmm... sí... un poco sí... dioos.
-¿Síii?
-Mmm... solo un poco... sobre la camisa...
-¿Síii?¿Y te gustaría eh? ¿Disfrutarías de que te las tocara?
-Mmm... no sé... dios...me voy a correr... uuff... ¡¡siguee...!!
Cuando le iba a preguntar si le pondría cachonda que Edu le tocase las tetas, María estallaba en un orgasmo y yo me pajeaba, pero no quería cortarle el placer y seguí moviendo aquel objeto para que ella siguiera disfrutando. Mi novia se corría y se corría llevando su cuerpo adelante y atrás totalmente entregada gritando unos "¡Dioos me corro!!" que resonaban por el dormitorio y casi hacían que me corriera yo.
Acabó su orgasmo y yo saqué aquel objeto de su interior con cuidado, y ella dejó caer su cuerpo hacia adelante. Yo no aguantaba más sin correrme y aceleré mi paja dispuesto a correrme en sus nalgas; cuando ella se giró, se quitó el camisón que seguía en su cintura y nos colocamos de tal forma que yo pudiera correrme de frente, en su torso... Miraba su cara totalmente acalorada por su orgasmo y sus tetas más hinchadas que nunca...
-Dios... María... me voy a correr...
-Córrete... córrete aquí... -dijo invitándome a correrme sobre su cuerpo...
Yo la miraba... y miré el consolador que estaba a nuestro lado... Lo cogí con una mano y seguí pajeándome... lo acerqué a su boca y ella lo cogió con la mano... con mi mirada le decía que lo chupase... quería que chupase aquel pollón mientras yo eyaculaba sobre ella... pero ella dijo...
-¿Sabes qué?
-¿Quée...? -Yo solo quería que se lo metiese en la boca y derramarme de una vez sobre ella...
-Que en el coche... Edu estaba empalmado....
-¿Síii? Dios María, me voy a correr...
-¿Ya?
-Sí... ¡¡Me corro!! ¡¡dioos!! -Dije rápidamente pues aquella frase había sido demasiado para mí y comencé a descargar sin parar una multitud de chorros blancos y espesos que caían aleatoriamente sobre su pecho, tetas y abdomen... ¡¡Dioos una corrida bestial!! No paraba de derramarme sobre sus tetazas y el chorro más espesos embadurnó y pringó uno de sus pezones y aquella areola enorme... empapando uno de aquellos pezones que Edu había estado mirando sin cortarse un par de horas antes.
María, sorprendida por todo lo que había echado se fue directamente a la ducha.
Una vez en la cama creo que ambos de nuevo estábamos sorprendidos por el nivel de morbo al que habíamos llegado. Le pregunté por aquello de que Edu estaba empalmado y me dijo que sí, que se le notaba bastante, que en pantalón de traje además esas cosas se notan mucho.
-¿Te acuerdas cuando te pedía que cuando te cruzaras con él por el pasillo le miraras el paquete?
-Jaja, sí...
-Joder... parece que fue hace un mundo...
-Pues hará tres meses.
-Oye... pues... no hemos follado al final...
-Jaja.. ya... No quisiste... no sé que te pasa -me dijo dándome un beso.
-Jaja, lo hago por ti. Te llena más nuestro juguete que yo.
-No digas chorradas... casi te tengo que rogar que me la metieras tú y tú venga con meterme eso.
-Ya... pues mañana.
-No lo dudes que mañana. Mañana lo vamos a hacer normal... y con esto -dijo rozándome el miembro bajo las sábanas- y sin Edus ni... penes de plástico.
-Bueno, María... no me digas que fantasear con esto no es increíble.
-Fantasear sí, pero que me pidas cosas raras no.
-¿Qué cosas raras?
-Pues lo de dejarme tocar por ejemplo... eso no lo veo.
-Bueno, ya se verá, pero sería otro nivel.
-Jaja, otro nivel... todo es otro nivel para ti -dijo María riéndose.
Nos dimos unos besos en la mejilla y unos picos hasta darnos las buenas noches.
-Buenas noches, María, te quiero muchísimo, este juego es... la leche...
-Jaja... Buenas noches, Pablis... descansa... Madre mía... tendría que haberme buscado a otro con menos imaginación.
-Jaja... te aburrirías...
-Mmm... no sé si me aburriría... pero no lo querría tanto.