Jugando con el portero

Una parejita joven goza con un maduro...

JUGANDO CON EL PORTERO

A Adri lo conozco desde hace años, así entre juegos y risas nos hicimos pareja. El es un chico muy divertido y siempre anda de buen humor, además de ser muy sexual. No tiene complejos con el sexo, con los géneros, con los deseos. No se queda con las ganas de nada, pero eso yo lo sabía desde que éramos amigos.

Más de una vez lo encontré de rodillas dándole una buena mamada a otros amigos, parientes y algún que otro viejito que levantaba por los parques y plazas de la ciudad, que en las noches se volvían lúgubres y peligrosas pero él no tenía miedo alguno. Era mucho más joven, tal vez quince o dieciseises años.

Siempre nos llevamos bien, nunca tuvimos discusión hasta  ahora.

El está en sus veinte con cara de niño, lampiño, el pelito un poco largo que a veces le da ese encantador rasgo como de nena.  A los varones, eso les encanta, unos ojos alegres y vivaces , el cuerpo bien moldeado, y una pija encantadora.

Yo un poco más baja que él, igual de cuerpo moldeado con un buen par de tetas, un culo respetable, que a ellos y ellas les gusta mucho. El cabello renegrido hasta los hombros muy cuidado y sedoso. Mis ojos son de color miel, penetrantes y seductores, eso es lo que me han dicho más de un amante.

Ahora estamos conviviendo hace unos cuantos meses. El edificio está en pleno centro de la ciudad.

Allí trabaja Cucho, así lo llamamos todos. Es el portero o perdón como dicen hoy día, encargado de edificios. Cucho era encantador, simpático, un hombre maduro ya. Andaría cerca de los sesenta. Desde el primer día Cucho nos trató muy bien y se hizo cómplice de nuestras juergas. El sabía bien , es decir, se dio cuenta al toque de nuestros gustos y andanzas. Cucho era casado. Su mujer era muy bella, no tenía hijos. La esposa era bella, pero era bastante introvertida. Casi tímida. Nosotros teníamos mas trato con Cucho.

En realidad la que mas charlaba con Cucho era yo. Me gustaba hablar con el hombre, le coqueteaba es cierto y él se dejaba coquetear, porque no era ningún tonto.

__¿Como estas Linda?__ me saludaba siempre, aunque mi nombre no era Linda.

__¡Cucho estoy bien! ¿y tú?

__¡Muy bien viéndote venir y desde luego mejor viéndote  ir, ja ja!!! __ reía estruendoso

__¿Adri no pasó, no, lo has visto?

__¡Tu noviecita digo noviecito no lo he visto hoy, y estoy con ganas!

__¿De verlo?

__¡Siempre!

__¡Pervertido!

__¡A mucha honra!__ dijo riendo

__¡Eres un personaje!__ comenté sonriéndole

__¡Sabes que hemos estado hablando con Adri que cuando se diera la ocasión los invitaría a mi departamento!

__¡Algo escuche!

__¡Bueno…este sábado los espero!

__¿De veras?

__¡Sí claro!

__¡Adri se pondrá muy feliz!!__ yo sabía que el putoncito de mi novio estaría realmente contento. Y me había comentado que Cucho le gustaba y que sería muy feliz de darle una mamada y de darle su culito.

El sábado estuvimos en el departamento de Cucho, el muy hijo de puta nos esperaba en bata, con un perfume dulce y sensual.

Se sonreía de manera sensible.

__¡Ohh hermosas criaturas, pasen pasen, pónganse cómodos!

__¡Tu sí que no andas con vueltas Cucho!__ dije yo, ya oliendo mi sexo ponerse muy caliente. Mis hormonas se revolucionaban de manera constante y veloz.

__¡Chicos porque no se van quitando las ropas!

__¡Tu estas en bata!__ dijo Adri

__¡Pero abajo tengo la verga dura como tabla…estoy desnudito bebe!

__¡Ohh eso me encanta!__ dijo Adri. Mientras esto ocurría yo me quitaba la blusa dejando a la vista mi corpiño color rojo furioso con bordes en dorado. Un fuego que Cucho agradeció. Al momento quité tirando por ahí mis pantalones y dejando libre mi tanguita del mismo color. Mostrando mis curvas. Cucho sonrió con un hilo de baba cayéndole por la comisura de los labios.

Adri por su parte, comenzó una especie de danza, la muy puta, moviendo sus caderas de manera sórdidamente sensual, su culo, mostrando sus deseos de tener un macho como Cucho.

__¡Ohh mira como menea ese culazo!

__¿Te gusta chanchito?__ pregunté acariciando el pecho de Cucho que se sentó, casi tirándose, en un sofá amplio y mullido. Sus pezones estaban tan duritos como los míos. Llegué con mi mano inquieta hasta sus genitales, su briosa serpiente era gruesa, de un tamaño formidable, encantador, el gimió tragando saliva y reclinó la cabeza hacia atrás.

Lanzó un leve gruñido de su garganta en tanto yo me fui arrodillando a sus pies, metí en mi boca la gruesa vara que estaba como roca. Adri me alcanzó y también engullo la vara del macho que daba gemidos roncos y desesperados.

__¡Ahhh si, traguen este vergón que es para ustedes, ohhh, sí, me encanta!!__ nuestras bocas se apoderaron del sable. Nuestro macho se corrió bien la bata dejando libre sus muslos , los que yo recorrí con mi lengua larga. Los chupe, marcando la piel de aquel sabandija de Cucho que gruñía desaforado y recaliente. Adri en tanto jugaba con las bolas del hombre. Eran regordetas y se notaban llenas de leche. De vez en cuando cruzábamos nuestras desafiantes lenguas ardientes en besos cortitos y llenos de lujuria.

__¡Ahhh, siii, son maravillosos, mamen, mamen esta verga, ahhh!!!__ casi gritaba de forma animal aquel macho pervertido. La lengua de Adri llegó hasta el agujero de aquel macho que se abrió mas de piernas y bajo un poco su cuerpo, para que la lengua de Adri llegara a su ojete. Lo repasaba de forma minuciosa, como le gustaba hacerlo con cualquiera, yo lo sabía muy bien.

La serpiente de Cucho se ponía mucho mas rígida y yo la dejaba un poco, para que no acabara todavía.  Luego la tomaba y la masajeaba un poco y los gritos del hombre se escuchaban de manera brutal.

Me quite la ropa de forma definitiva mientras jugaba con el garrote y las bolas del macho. Llegué a su pecho y le comencé a chupar los pezones, mientras Adri seguí chupando y escarbando el ojete recio de aquel macho.

__¡Ohhh , ahh, ustedes sí que saben atender a un macho como yo!

__¿Te gusta papi?__ preguntó Adri sacando su lengua del orificio

__¡Si putita, sigue lamiendo mi culo, ya  chupare el tuyo y te entrare con mi verga…¿quieres?

__¡Es lo que espero papi!__ contestó el aputazado de Adri. Deje los pezones de Cucho y me refugie entre las piernas de Adri, mi pareja, y tomándole los huevos, empecé a lamerlos y a pasar mi lengua por su verga alzada y tan dura como la de Cucho que gruñía como loco con la lengua de Adri en su culo.

Pronto Cucho quiso moverse y pidió que Adri se levantara y le ofreciera su hermoso y carnoso culito. Adri se puso de pie y tirando la cola hacia atrás, llegó hasta la cara de Cucho. El maduro abrió las nalgas previamente  haberlas mordido y chupado y besado con enorme calentura y placer. Luego abrió por fin las medialunas y Adri aullaba gritando como loca emputecida. La lengua de Cucho se perdió dentro del agujero de mi pareja.

La verga de Adri se tenso mucho mas. Yo me apoderé de ella mientras el portero le daba lengua abriendo su ojete para meter la verga dentro.

La saliva del portero bañaba la entrada del orificio regalado y presto para recibir la manguera bruta de Cucho. Yo me ubiqué entre las piernas de mi pareja, el putoncito de Adri y agarré con mis labios su verga, que tanto me gustaba y la mame. El muy sacado y caliente enseguida , apenas pasados unos minutos se deslecho por completo en mi boca y regó el piso del departamento de Cucho.

Acto seguido el maduro portero hizo que mi novio hincara sus rodillas en el sofá y pusiera su culito en pompa. Lentamente su tranca, fue perforando la entrada de Adri. Este se movía cadenciosamente, sacando sus caderas hacia atrás, me acerqué a mi pareja y le planté un beso en su boca húmeda, gemía, y Cucho gruñía empujando su poronga, clavando, sodomizando a mi novio que lo disfrutaba de manera desgarradora.

Sabía que Cucho llenaría ese ojete de manera veloz, era tantas las ganas que le tenía que  el primer polvo sería rápido pero no por eso menos pasional.

Entonces me fui detrás del macho portero. Le lamí las nalgas. Las bese con mi lengua, las mordí apenas. Abrí sus nalgas y hundí mi instrumento hasta su orificio.

El ojete de Cucho enseguida se dilató y clavé un dedo, en ese instante frenético, Cucho taladro feroz el culito de Adri y enseguida lo fue llenando de su leche, el anillo de Cucho se abrió un poco más y yo le metí dos dedos unos minutos hasta que el hombre largo todo su néctar en el tubo cariñoso y caliente de mi pareja que cayó de bruces sobre el sofá.

__¡Ahhh que hermoso culito tienes putita!__ dijo Cucho y beso la boca de Adri. Luego me miro y me acerqué a él y también beso mi boca. Sacó su manguera chorreando jugos del ojete de Adri.

__¡Límpialo linda!!__ me lo metí en la boca. Estaba caliente y salado, pero sabia tan bien. Con los dedos alcanzaba a tocar las bolas un poco desinfladas, pero todavía duritas y redondas. El besaba a Adri y acariciaban sus pechos, se habían enderezado y sentado uno al lado del otro. Yo en los pies de Cucho chupaba su vergón que lentamente se despertaba. También ataqué la verga de Adri que se puso dura enseguida. Me monté en ella apenas pasados unos minutos. Cucho desde atrás acariciaba y apretaba mis tetas, pellizcaba los pezones y yo tenía cabalgando a Adri el primer orgasmo de la noche.

De pronto la lengua de Cucho hurgueteaba mi ojete, mi anillo, saqué la cola como pude sin dejar de ser ensartada por mi novio putito, en un momento de locura y pasión la vergota del portero se hundió en mi cola sin piedad, me serrucho, me poseyó como salvaje, urgente, mordiendo mi cuello. Yo gritaba de placer. El iba y venía dentro de mí y Adri también, en unos instantes de conmoción y electricidad sentí que me llenaban por delante y por detrás, no sé quien fue primero, lo que sí sé, es que rebalsaba jugos por todas partes y tuve otros orgasmos más.

Esa fue la primera vez que nos acostamos con Cucho, por supuesto no sería la última.-