Jugando al póker con mi hermano. Final
Continúa el relato donde se quedó, me follo a mi hermano sin saber que yo también recibiría.
Al entrar me vio y se incorporó al ver que me desnudaba dispuesto a hacer realidad su fantasía.
-No me lo puedo creer -pensé -voy a follarme a mi hermano.
Me tumbé sobre él y empezamos a besarnos y tocarnos por todo el cuerpo.
Nuestros penes se tocaban y nuestras lenguas jugaban en el interior de nuestras bocas.
Separé mis labios de los suyos y los deslicé por su cuello, su pecho y su vientre hasta llegar a su polla que volví a besar y lamer.
-No aguanto más, necesito que me folles -pidió Manuel entre jadeos.
Me aparté de él y sin necesidad de decir nada se giro colocándose a cuatro patas.
Lo agarré por las caderas y escupí en su ano hasta que lo vi suficientemente lubricado.
-Aquí viene -dije.
Coloqué la punta a la entrada y no sin dificultad se la fui clavando poco a poco.
-Haaau -se quejó.
Sentí como la punta entró. La dejé ahí unos segundos para coger aire y volver a empujar.
Se notaba
q
ue era virgen,
y
era
y
o
q
uien lo estaba desvirgando.
Aquel pensamiento me excitó muchísimo.
Empujé y de un golpe mi pene acabó dentro.
-Haaaa -gritó Manuel.
Dentro lo noté caliente y como su ano abrazaba la dureza de mi miembro.
Lo saqué in poco y volví a clavárselo, esta vez mas fuerte.
Mi hermano volvió a gritar y me miro resoplando con una mirada entre excitado y dolorido.
-¿Te duele? - pregunté.
-Si, pero no pares -respondió sumiso.
Empece a follarlo. Cada vez que se la clavaba él emitía un pequeño grito que se fueron transformando en jadeos.
-Hooo, hooo, hoooo.
Mi pelvis chocaba contra su culo y su polla se movía con cada penetración, sentía como mi polla se abría paso en sus entrañas y mis manos ahora acariciaban su espalda.
Se me ocurrió que podría masturbarlo al mismo tiempo, agarré su polla por detrás y sentí como ese trozo de carne caliente que me había comido momentos antes latía en mi mano.
Empecé a masturbarlo.
-Oh, siii, no lo creo ohhh.
Estuvimos así varios minutos, disfrutando de aquello. Alguna ves pasaba uno de mis dedos por la punta de su miembro y me llevaba a los labios el líquido lubricador que salía.
Cuando lo vi conveniente pasé mi otro brazo por delante de su cuello y le obligué a levantar su torso.
-¡Cabrón! ¡Me traspasa! -exclamo Manuel lleno de placer.
Aceleré el ritmo preso de la lujuria y ambos empezamos a sentir como el momento del clímax se acercaba.
-Me corro hermano -dije extasiado.
-Siii, yo también. Besame.
Giró su cara y nos besamos mientras nos corríamos al mismo tiempo.
Mi semen entró en su culo y Manuel se corrió escupiendo chorros de semen que salieron disparados. Nuestros gemidos fueron ahogados por nuestras lenguas dentro de nuestras bocas.
Caímos los dos sobre el colchón, y con mi polla aun dentro nos quedamos uno sobre el otro jadeando y satisfechos.
Saqué mi polla de su culo y me quedé tumbado a su lado.
Nuestros padres no vendrían hasta mañana así que me quede dormido con la intención de levantarme de madrugada e irme a mi cuarto.
Fueron las manos de él las que me despertaron. Me acariciaban el culo y con atrevimiento un dedo hurgaba en mi ano.
-¿Que haces? -pregunté alarmado.
-Ahora me toca follarte a ti -respondió.
Abrí los ojos y vi que eran las 4 de la mañana. A Manuel le había dado tiempo a recuperarse y también quería sentir como su polla desvirgaba el culo de su hermano.
-Nooo, déjame -dije sin muchas ganas.
-Venga hermano -rogó -tendré cuidado.
Tras negarme unas cuantas veces y rogarme él otras cuantas, me agarró de las caderas y levanto mi culo sin hacer mucho caso a mi negativa.
-Me va a doler -dije.
-Pues si -respondió Manuel -como me dolió a mi, pero después te va a gustar.
Manuel escupió abundantemente en mi ano y yo sentí un escalofrío.
Ahora era yo el sumiso y me dejé hacer. He de admitir que me negaba pero una parte de mi quería sentir como mi hermano me penetraba y follaba.
Colocó su polla a la entrada de mi culo y empezó a empujar.
-!Haaaaay¡ -grité al sentir el dolor de mi ano abriéndose -¡No! ¡Para!
Manuel ignoró mi súplica y metió la punta de su polla.
Yo mordí la almohada para ahogar otro grito.
-Un poco más -dijo él jadeando.
Volvió a empujar y su polla entró entera. Yo alcé el rostro para gritar pero no recuerdo si lo hice.
Sentía como la polla de mi hermano me había roto el culo y la podía sentir dentro de mí como un visitante inoportuno de mi ano.
Aquel temor que tenía al empezar a jugar la dichosa partida de cartas se hizo realidad. Mi hermano me estaba follando.
En aquel momento no supe interpretar si me gustaba o no pero ahora lo recuerdo con gran placer.
-Chhhh, ya está -dijo él intentando callarme -relajate.
-Vale -respondí obediente.
Empezó a moverse, dentro y fuera, dentro y fuera.
Podía sentir como mi ano pasaba del dolor a un extraño hormigueo. E intenté disfrutar con aquello.
Me follaba despacio, como queriendo disfrutar la experiencia y que durara lo máximo posible.
Yo gemía para disfrute de Manuel que jadeaba y decía de vez en cuando guarradas:
“Siii, te follo cabrón, ¿te gusta? Eres mi puta. Eso es gime, gime de gusto”
Manuel me obligó a tumbarme y se tumbó sobre mi sin sacar su polla.
De esa forma sentí como si su polla explorara otras zonas de mi interior.
-Hauuuuch -me quejé.
Me empezó a follar mas fuerte, chocando su cuerpo con el mío.
El colchón rechinaba a cada embestida y hermano gruñía como una bestia.
Estuvimos así bastante tiempo hasta que Manuel empezó a agitarse y adiviné que se corría.
-Argggg -gruño.
Sentí como me llenaba el culo de su leche.
Se quedó sobre mi, como yo había echo antes con él y su polla descargó hasta el último gramo de semen en mi interior.
Se separo y me miró.
-¿Que tal?
-Ha sido horrible -contesté yo, mintiendo.
-Ya estamos en paz.
-Si, esto será nuestro secreto.
Nos besamos un rato como despedida de aquel incidente y me levanté para irme al baño.
Allí inspeccioné mi ano, que no estaba muy dañado y me dí una larga ducha.
Me fui a mi cuarto me tumbé desnudo sobre la cama y me quedé dormido hasta que vinieron nuestros padres.
Este es el fin de la historia. Manuel y yo nunca volvimos a mencionarlo, nos queda el recuerdo con el que nos masturbamos asiduamente pues me consta que él también lo hace.
Si algunas vez volverá a ocurrir, lo desconozco pero si mi hermano me lo pidiera volveríamos sin duda a disfrutar del sexo juntos.