Jugando al play con mi hijo

Mi hijo y yo jugamos play y apostamos, cada vez que uno hace un gol el otro debe quitarse una prenda.

Hola, este es mi primer relato. Mi nombre es Marisa, tengo 45 años, soy divorciada y vivo con mi hijo Leonardo de 21 acá en Caracas. Bueno, no es por ser soberbia ni nada pero me mantengo bastante bien: mido 1,71 mts, mis medidas son 96,62,92 y voy al gym diariamente. Desde que me dejó mi esposo que me preocupo por mi y por mi cuerpo y es que él me dejó en una grave depresión que solo con ayuda terapéutica y el apoyo de mi querido hijo pude sobrellevar. Debo admitir que desde que Leo, mi hijo, está haciendo ejercicios y yendo al gym me he sentido atraída en cierta forma hacia él. Y es que en estos 12 años de divorcio no he estado con ningún hombre, solo me he preocupado por mi hijo y mi trabajo y bueno él es ya todo un hombre y debo reconocer que a veces me excita ver sus hombros anchos y esa espalda grande. al principio fue doloroso pensar en mi hijo de esa forma y es que siempre ha sido lo más preciado para mí, pero últimamente con todo esos ejercicios que realiza y los resultados en su cuerpo debo admitir que poco a poco se me ha ido llenando la cabeza de sucios pensamientos.

EL otro día, estaba Leito jugando en la play un juego de fútbol. Tenía puesto solo un short pequeño y ajustado: su torso estaba desnudo y sus abdominales se marcaban. Yo al verlo así me excité de una manera terrible y me empecé a tocar mi cosita detrás de la puerta mientras lo veía jugar absorto. Luego de un rato ya estaba toda húmeda y me fui a mi pieza a darme una ducha y a cambiarme. Me puse una pantaleta ajustada y encima un camisón rosado transparente, sin sostenes. Mis pechos se veían duros y mis pezones resaltaban sobre la tela de seda. Si bien soy una mujer recatada y no me gusta hacer alarde de mis características, debo decir que me veía muy atractiva. Bajé a la pieza donde estaba mi hijo y me senté a su lado. Él apenas se dio cuenta que me senté pues estaba muy concentrado en su juego.

-Leito, mi niño, me dejas jugar a la play contigo?

-Lo siento mamá, estoy a la mitad de un partido, no puedo perder.

Viendo que no tenía opción comencé a tocar una de sus piernas y le dije al oido con voz suave:

-Que tal si jugamos a algo entretenido?

Enseguida me quedó mirando a los ojos y luego posó su mirada en mis pechos.

-Mamá!!-me dijo sorprendido- por qué estás vestida así? - aun sin quitar su vista de mis pezones duros.

-Mi amor, hagamos una apuesta: juguemos un partido entre nosotros y cada vez que alguno haga un gol el otro debe quitarse una prenda.

Me quedó mirando atónito. Su pene comenzaba a erectarse, era enorme.

-Si mamá, me encantaría.

-Ok, empecemos.

Configuró la play y empezamos:

-Golazooooo -  gritaba mientras se reía y miraba a mis pechos - Lo siento mamá pero debe quitar algo.

-Qué quieres que me quite primero amor?

-Sácate la blusa.

Me quité el camisón que tría y mis pechos quedaron al desnudo mientras una gran erección asomaba bajo su short.

-Debemos continuar -le dije mientras apretaba el botón start.

El siguiente gol fue mio asi que le dije que debía quitarse el short pero de una manera sexy.

-Tienes que bailarme mientras te lo quitas- le dije.

-Pero mamá, esas no fueron ls condiciones.

-Lo sé pero si lo haces, cuando pierda puedes pedirme lo que sea.

-Ya- me dijo con una sonrisa alegre en su rostro de niño malo.

Se paró del sillón y mientras yo aplaudía tratando de animarlo comenzo a bailar y a quitarse el short. Quedó solo en bóxer y me lanzó el short. Qué ganas de pasarmelo por el rostro y lamerlo.

El siguiente gol fue de él. Esta vez se vengó y me dijo:

-Debes quitarte la pantaleta pero esta vez debes bailarme.

-Ok.

Me paré del sillón y empecé el baile tal como una bailarina de un cabaret. Mientras imaginaba la música en mi cabeza pasé mis brazos por sus hombros y me senté encima de él suavemente. Luego me paré, me dí medía vuelta y me agaché sensualmente para que puediera ver mi colita con mayor profundidad. Luego, bajando lentamente comencé a quitarme la pantaleta lentamente y finalmente se la lancé en el rostro. Su rostro estaba absorto, perdido, sus ojos casi desorbitados. Yo estaba desnuda.

-Te gusto mi amor?

-Sí mamá, tienes un cuerpo increíble y tu baile me dejó muy caliente.

-Ay hijo, qué cosas dices... ya mejor sigamos con el juego.

El siguiente gol fue mio y esta vez lo grité con todo. Debía quitarse el bóxer y así quedar desnudo igual que yo.

-Mi amor, debes quitarte el bóxer.

-Sí mamá... cuál será la prueba ahora.

-Solo quitatelo esta vez, luego te diré.

Comenzó a bajarselo lentamente hasta quedar desnudo. Cuando terminó le dije que lo lanzara lejos.

-No hay prueba esta vez, solo sigamos.

-Como digas mamá.

El siguiente gol fue mio nuevamente. Esta vez mi cabeza calenturienta ya tenía preparada una prueba.

-Qué viene ahora mamá?

-Toma, ponte esta venda en los ojos. Deberás probar tres cosas y me dirás qué es. Entendido?

-Si mamá.

Le vendé los ojos y luego se aseguré de que no viera nada de nada. Luego fui a la cocina y traje limón y sal.

-Ya mi niño. Prueba esto primero.

Comenzó a lamer con desconfianza al principio y luego casi sonriendo dijo:

-Un limón!

-Bieen! Ahora prueba esto otro.

Al cabo de un segundo dijo:

-Sal!

-Bien mi amor! Ahora esto último.

Acerqué su nariz a mi vagina sin depilar y lo hice oler primero.

-Qué es?

-Mmm no sé, déjame probar.

Enseguida comenzó a pasar su lengua por mi vagina, saboreando los jugos que salían a borbotones en esos momentos. En ese instante tomé su cabeza con suavidad y lo atraje más hacia dentro, acercando su lengua hacia mi clitoris.

-Lame con fuerza hijo, prueba qué eeees....

Comencé a excitarme mucho sus lamidas mientars intentaba articular:

-No sé mamá que es?

-Sigue probando hijooooooo, pruebaaaa de tu madreeeeeeee.......Me vengoooooooooooooo

No tarde mucho en correrme y en dejar todo mojado el lugar. Mi hijo se quitó la venda y al ver lo que tenía enfrente tuvo una erección descomunal. Agarró mis piernas con fuerza y atrayendome hacia él me besó en la boca y luego comenzó a chuparme los pechos.

-Mamá estás riquísima, te amo mamá- decía entrecortado mientras chupaba y tironeaba mis pezones.

-Sigue hijo no te detengaaaas.

-Quiero hacerte mía mamá, dejame culiarte.

-Claro que sí hijo, dame por atrás, desvigame el culo.

Leo fue corriendo a su pieza y trajo condones. Cuando se iba a poner uno le dije:

-Espera, yo te los pongo.

Y comencé a lamer su pene mientras quitaba la protección del condón. Su cara se desfiguraba a cada lamida y parecía que se iría en cualquier momento.

-Mamá me voy a ir.

-Espera hijo, debes aguantar.

-Ok mamá por ti haré lo que sea.

-Lindo mi bebé, dame un beso.

Mientras lo besaba en la boca le puse el condón y luego me puse de espaldas en cuatro patas.

-Ahora sí mi amor, rompeme el culo.

Al principio le costó penetrarme pues mi ano era virgen y no estaba bien lubricada pero poco a poco su pene fue entrando en mi orificio y el dolor inicial se transformó en un placer infinito.

-Dame con todo amor, hazle el culo a tu madreeeeee.

-Si mamá, tienes rico culo

-Te gustaaaaan.... miiiiis... teeeetaaaas?

-Si mamá.... me encantan.

Al cabo de unos minutos nos fuimos casi simultaneamente. Mi ano estaba muy dilatado y Leo estaba exhausto. Nos quedamos los dos tendidos en el sillón abrazados, mientras veíamos el menú del juego de play en el televisor.

-Te gusto mi amor?

-Claro que sí mamá, cuando lo repitiremos?

-Cuando tu quieras bebé- le contesté mientras le daba un piquito en los labios.