Jugando al castigo

Esta es una de las formas en las que Veronika y yo desahogamos nuestro corage cuando nos peleamos.

Hola,  me llamo Tatiana y ya anteriormente les había contado como mi mejor amiga Verónica y yo, mas que mejores amigas nos convertimos en amantes. Pues en esta ocasión les contare como animamos las perezas después de pelearnos sobre todo cuando es a consecuencia de una bromita realizada por mí.

La verdad es que Verónica es bien sensible, no mas no aguanta nada. Siempre termina o enojada o llorando y la verdad muchas veces llega a sacarme de mis casillas por esa forma de ser tan a los extremos. Nuestra relación no ha sido nada de fácil, estar juntas es como una bomba de tiempo entre pasiones y discusiones por cualquier bobería, lo mejor de esto es que siempre terminamos enredadas la una con la otra y encontramos el punto exacto donde coincidimos a pesar de las discusiones que honestamente no nos están llevando a ninguna parte y lo reconocemos. Lo mejor de todo esto, es el sexo. Honestamente nunca pensé que se podría sentir tanto por otra mujer, y que me dejaría llevar tanto por ella. Verónica simplemente me seduce y accedo a todo.

Bueno, para hacerles el cuento largo un poco más corto. El otro día se me ocurrió la grandiosa idea de jugarle una bromita a Verónica. La deje sin celular todo el día (se lo quite y lo escondí). Lo cual a Verónica no le pareció nada gracioso y se puso como leona, igual me quede todo el día con el aparatito ese que lo único que hizo fue sonar.  Todo el día transcurrió con normalidad, cada una por su lado. Y yo muerta de la risa de solo imaginar lo furiosa que debería estar por que no tenia su amado celular. Si, tengo que aceptar que me encanta provocarla, me gusta como se ve cuando se enoja. Hasta podría decir que me excita el hecho de pensar en su coraje y como desahogarlo causa que mi entrepierna se humedezca. Continuando con el relato. Pasadas las ocho de la noche se me ocurrió llamarla para devolverle su amado celular por que las cosas no salieron como yo quería y me canse del jueguito. Efectivamente, Verónica estaba hecha una fiera, me grito al punto de no dejarme hablar y me reclamo que le llevara su celular acto seguido. Fui hasta su casa y se devolví su aparatito. Me sentí ciertamente indignada pues le dio más importancia a su celular que a cualquier cosa y comencé a pensar que su celular era para ella más importante que yo. Y eso hiere. El caso es que casi me golpea, se que ganas no le faltaron. Ella me grito miles de cosas y entre ellas que no me quería ver la cara y que no quería hablar conmigo. So que también tengo dignidad y no le voy a estar rogando, así que me fui algo molesta y decepcionada. Cuando voy de camino a mi casa, recibo una llamada de un número desconocido, pensé no contestar pero se me despertó la curiosidad y a la segunda vez que llamo conteste. Para mi sorpresa era Pedro, un amigo no se que tan intimo de Verónica, para ser mas clara Pedro es mis cuernos y por quien sufro unos celos que nadie se imagina. No lo conozco bien y siento que no lo soporto por que presiento que me la va a quitar, pero ese es otro cuento que luego les relatare. El caso es que Pedro me pregunta donde estoy y que Verónica lo envío a llamarme para que yo fuera a un lugar que el me iba a indicar donde quedaba, al principio me resiste porque estaba herida (hacían 5 minutos me había dicho que no me quería ver y ahora encima envía a un entupido a decirme que debo ir a otra parte). Pero Pedro logro convencerme, luego de decirme varias cosas, y realmente se que lo hizo solo porque quería acumular puntos con ella haciéndole un favor a ver si ella le daba lo que el quería (llevársela a la cama). Pobre iluso que no sabe a ciencia cierta lo que realmente pasa entre nosotras dos. El caso es que Pedro me fue dirigiendo hacia un edificio de apartamentos que desconocía, le pregunte varias veces que quien vivía allí y este me dijo que no sabia que Verónica le había dado esa dirección le pidió que me explicara como llegar hasta allí. Me estacione y me dijo que en el tele entry que iba a encontrar en la entrada marcara el 704 y así hice y el portón se abrió. Me dio instrucciones de subir hasta el 7mo piso por el ascensor y cuando llegue al piso me dirigí hacia el apartamento 4. Cuando llegue Pedro colgó deseándome suerte y que tratáramos de hablar sin pelearnos mas porque el entendía lo buenas amigas que somos.

La puerta del apartamento estaba entreabierta y no sabia si entrar o irme de ahí corriendo, estaba demasiado asustada (lo acepto), mi corazón latía con fuerza, pero como mas grande fue mi morbo al imaginar que Verónica me podría estar esperando con un traje de piel y un látigo, me mordía los labios de solo imaginarlo y un cosquilleo recorría todo mi cuerpo así que no me contuve mas y empuje un poco la puerta sin aun atreverme a entrar, asome la cara y para mi sorpresa estaba todo oscuro, no se veía nada, di unos pasos hacia adentro buscando el interruptor de luz sin tener éxito. Entonces dije: “ ?Hay alguien en casa?” Se escucho la voz de Verónica que decía: “Entra no tengas miedo” pero no logre detectar de donde venia. Di unos pasos hacia adentro quedando parada sin moverme frente a la puerta y luego brinque del susto al sentir que la puerta se cerraba detrás de mi.

Estaba muy oscuro y no podía ver hacia donde dirigirme y mucho menos sabia si moverme. De pronto se comenzaron a encender las luces pero no por completo, se quedaron como a medias, yo seguí paralizada, me temblaban las piernas y no sabía ni siquiera si voltearme y mirar, me paso todo tipo de ideas por la cabeza. Fui observando detenidamente aquella sala mientras se encendían las luces, habían velas por todas partes, no habían muebles, solo una silla en medio de una alfombra color roja y cojines y almohadones por el piso alfombrado. Cuando me disponía a moverme me sujetaron ambos brazos por detrás. Era Verónica y me dijo: “A donde vas? Si esto apenas comienza” Me quede fría cuando pronuncio esas palabras. Paso sus manos con firmeza a lo largo de mis brazos hasta llegar a mis hombros. Sentía como mi piel se estremecía por el rozar de sus dedos. Pego su cuerpo al mío y metió sus manos por debajo de mis brazos y apretó mis pechos, no fue un apretón fuerte, pero si firme y me dijo al oído mientras me mordía la oreja: “Te gusta jugar con fuego, verdad?” , ya para esto el susto se me había pasado pero me quede sin pronunciar palabras, solo me estaba dejando llevar. Luego de esto con su mano izquierda me agarro por el pelo, lo que causo que soltara un pequeño grito de dolor, que paso pronto y con la otra mano continuo apretándome los pechos. Me fue dirigiendo poco a poco hasta el centro de la sala donde estaba la silla. Y lo único que pude preguntarle fue: ‘Que me vas a hacer?”. A lo que ella contesto con una carcajada. Se puso enfrente mío y me miro fijamente a los ojos y me dijo: -“tu no querías joderme? Pues ahora atente a los consecuencias”. Después de esto me mordió los labios y me beso pero sentí ese beso lleno de coraje. Honestamente me desconcerté muchísimo pero decidí seguirle el juego, quería saber hasta donde era capaz de llegar. Me sentó en la silla y me ato las manos hacia atrás. La verdad no había podido ver como estaba vestida porque primero estuvo pegada a mi espalda y luego solo la mire a los ojos y baje la mirada, pero cuando me senté y levante la vista, casi me quedo sin aliento. Traía puesto un courset negro que hacia lucir espectaculares sus curvas, traía medias que hacia juego color negras y un pequeño tanga color rojo que resaltaba a todo, traía el cabello suelto alborotado. Sentí como el susto se fue a un lado y volvió aquel cosquilleo profundo por todo el cuerpo a pesar de que me sentía un poco nerviosa. Yo, traía puestos unos jeans cortos con una camiseta y unas sandalias, mi cabello estaba suelto. Ella también ato mis pies y cuando me iba vendar los ojos, pensó y dijo: - “no mejor no, prefiero que lo veas todo”. Me quede sin habla, me sentía impotente y mi corazón latía tan fuerte que pensé que me desmayaría. Entonces, Verónica sentó en mis piernas a horcajadas de frente, me agarro por el cabello y sin decir palabra se prendió a mi cuello, mordisqueándolo, lamiéndolo, besándolo, con una pasión tal que la desconocía, yo estaba demasiado excitada como para pensar en lo que fuera, no podía mover mis manos ni mis pies y me moría por agarrarla a besos y mordiscos yo también a ella. De repente se detuvo y me paso las manos por la cara, luego de esto paso su lengua por mi mejilla y me dijo al oído: - “esto no era lo que querías? Te reíste mucho verdad? Te divertiste con tu bromita?, pero no dejaba de morderme el cuello y besarlo. Simplemente, yo no le podía contestar a sus preguntas. Solo se puso de pie de repente. Paso su mano por sobre mis pantalones tocándome la vagina y apretándomela. Y me dijo: “Vaz a ser mi perrita” y se hecho a reír. Luego fue caminando en silencio agarro un encendedor y comenzó a encender cada y una de las velas. Cada vez que encendía una me decía una frase. No me podía mover para ver que estaba haciendo, solo sentía cada vez que encendía y apagaba el encendedor. Me sentía impotente y comencé a desesperarme y le dije: “Vero ya deja el juego y desátame” a lo que ella no contesto nada y continuo encendiendo todas y cada una de las velas. Mientras yo estaba a la expectativa de lo que me haría.

Volvió luego de soltar el encendedor y se paro por detrás mío, me agarro el cabello nuevamente y me beso por el cuello diciéndome: -“ sabes que tienes un cuello riquísimo para besar” y me mordisqueo y beso, luego se paro frente a mi y volvió sentar en mis piernas pero completamente pegada a mi cuerpo y me mordió los labios, pero esta vez se sintió diferente. Me beso pausada y profundamente, yo solo respondí a su beso, pero de repente se detenía y me agarraba la cara como con coraje y volvía a besar más profundamente. Me tenía completamente húmeda y excitada. Luego se paro y se arrodillo frente a mí para desabrocharme el pantalón. Metió su mano por dentro de mi tanga y noto lo húmeda que ya estaba y me dijo: -“así te quería tener perrita”. Comenzó a frotar mi clítoris suavemente y yo solo movía las caderas al compás, mi respiración se comenzó a entrecortar y ella se detuvo y se lamió los dedos y solo dijo: “hmmm”. Se puso nuevamente de pie y de un tiron rompió mi camiseta dejándome solo con el brasier, se volvió a sentar en mis piernas y metió sus manos por este apretándome los pezones, luego saco mis tetas del brasier, primero una y después la otra para pasarle la lengua lentamente y succionar mis pezones que ya estaban mas que duros, hasta podría decir que me llegaron a doler de lo duros que estaban, lo único que era mas grande la excitación que el dolor que podría estar sintiendo, los mordió y apretó como le dio la gana. Luego se paro nuevamente y saco un consolador de debajo de la silla y de una me desato los pies. Me sentí liberada. Me agarro los jeans y me los bajo, agarro la misma tijera con la que corto la cinta con la que tenía amarrados mis pies y corto mi brasier dejándome solo con la tanguita. Abrió mas mis piernas, dejándome completamente espatarrada y comenzó a pasar el consolador por sobre la tanga y me decía: “ te gusta, yo se que te gusta” lo repetía una y otra ve y yo cada vez jadeaba con mas fuerza y de repente se me escapaba uno que otro grito en el que solo le decía “ya”, pero ella se hizo de oído sordos, mi respiración se agitaba mas y mas y pronto alcance mi primer orgasmo para aquella noche. Me retorcí contra aquella silla y ella lo disfruto al verme así. Solo decía mientras trataba de recuperar la respiración y los espasmos que recorrían todo mi cuerpo pasaban. “ Basta, basta’. Luego de esto me soltó las manos. Por fin fui libre y cuando ella se viro de espaldas a mi y comenzaba a hablar, fui tras de ella y de una la abrase por la espalda, metiendo mis manos por debajo de sus brazos y le agarre ambos pechos, ella se quedo tranquila y luego intento soltarse pero no se lo permití, comencé a lamerle el cuello y mordisqueárselo y ella solo le dejo. Luego baje una mano por su abdomen hasta llegar su vagina y le di unas palmadas. A lo que ella respondió diciéndome: -“ tu no estas en muy buenos términos que dejamos”. Entonces metí mi mano por dentro de su tanga y le comencé a pasar el dedo por el clítoris y note lo húmeda que estaba. Luego de esto se volteo, quedando de frente mío, me miro fijamente a los ojos y nos dimos un profundo beso, nos mordimos los labios y le bese todo el rostro. Fui bajando poco a poco por su cuello, luego le baje de un alón el courset dejando sus pechos que tanto disfruto al descubierto. Y comencé a lamerlos los agarre ambos y disfrute mordisquear sus pezones como de un manjar. Ella solo jadeaba y pasaba sus manos por dentro de mi cabello. Luego nos fuimos dejando caer al suelo. Ella se acomodo boca arriba y yo sobre ella, comencé a besarle el cuello y mordisquearle las orejas, luego fui bajando y me detuve en sus tetas, sus pezones ya estaban muy duros los mordisqueé nuevamente a lo que ella respondió con un suave gemido. No decía nada, solo se dejo hacer. Fui bajando hasta llegar  a su vagina, le quite la tanga y volví a primero a pasar mis dedos por su clítoris, ella solo se retorcía de placer y yo me disfrute el verla así, luego introduje un dedo en su orificio y pase mi lengua por su clítoris, bajando hasta llegar a su ano y luego volviendo a su clítoris pasándola suavemente por su orificio, me lo disfrute mas que en ninguna otra ocasión, quede empapada de sus jugos. Ella ya no jadeaba ahora gemía con fuerza, de repente se le escapaba uno que otro grito, que yo simplemente ni intente acallar. Creo que el edificio entero debió haberla escuchado. Seguí metiendo y sacando mis dedos de dentro de su vagina, hasta que se sentí como su vagina comenzó a contraerse sobre mis dedos con el suave latir de su orgasmos, poco a poco fue recuperando el aliento y yo subí por su abdomen y nos dimos un beso, que no sabría describir la sensación que me dio me tumbe junto a ella, nos quedamos viéndonos sin pronunciar palabra durante un rato. Luego Verónica se levanto se metió al baño sin pronunciar palabra salio vestida y se fue dejándome allí. Luego de esa noche estuvo como tres días sin hablarme y sin contestar mis llamadas. Creo que me quiso castigar pero no resistió mucho porque simplemente somos una adicta a la otra.

FIN