Jugando a ser protitutas (2)

Vea como los instintos y el mucho dinero de un convicto, logran sobornar el sistema y organiza un concurso de elegir los tres mejores penes, dentro de los prisioneros. el premio, fornicar a dos hermosas mujeres dueñas de casa que jugaron a ser prostitutas.

LO QUE NOS SUCEDIÓ POR JUGAR A SER PROSTITUTAS ... 2

VEA COMO LOS INSTINTOS Y EL MUCHO DINERO DE UN CONVICTO, LOGRAN SOBORNAR EL SISTEMA Y ORGANIZA UN CONCURSO DE ELEGIR LOS TRES MEJORES PENES, DENTRO DE LOS PRISIONEROS. EL PREMIO, FORNICAR A DOS HERMOSAS MUJERES DUEÑAS DE CASA QUE JUGARON A SER PROSTITUTAS.

(Nota : Es necesario leer el N° 1, para entender este relato) La autora.

Las dos amigas al verse acosadas por tan desiguales varones, se miraron entre sí con la idea de rechazar la oferta pues le producía repulsión el sólo pensar entrar en contacto con estos adefesios humanos, con excepción de Paglionni, pero pensando inteligentemente que su negativa les iba a traer mayores problemas, trataron de poner lo mejor de cada una para que lo que debía ocurrir allí, ocurriera y pudieran terminar luego esta desgraciada aventura y poder retirarse a casita. El mismo Paglionni efectuó un sorteo para ver quien fornicaba primero a una y cual a la otra.

El "Tuerto Dixon", alegó que por derecho propio él debía elegir con quién fornicaba primero y pidió para él a la bella Denny. Ahí intervino Paglionni, a quien Denny lo tenía muy excitado y dijo que sería él en su calidad de patrocinante del extraño evento quién haría el amor con la exuberante mujer , dándole la oportunidad al "Tuerto", para hacerlo con Jenny o tendría que esperar a que él saciara su apetito, para después entregársela. Al Tuerto no le quedó otra elección que quedarse con Jenny, cosa que no lo decepcionó por las bondades que le mostraba la deseable mujer.

Una exclamación de espanto y admiración lanzaron ellas al ver que sus hombres se quitaban el sobretodo y mostraban sus enormes trofeos, donde la gran verga de Ronny, si hubiese tenido que concursar no cabía ninguna duda que quedaba en cuarto lugar.

Los hombres a pesar de su horrible apariencia, sus cuerpos olían a limpios y hasta los habían hecho perfumarse para evitar el rechazo de las mujeres, el contacto de la suave piel y bella anatomía de ellas por tanto tiempo ausente del tacto de sus ásperas manos apuraban la excitación. Desde afuera de la sala elevaron la penumbra de luz existente, con el objeto de que los espectadores que se agolpaban detrás de la ventana polarizada tuvieran una mejor vista. Todos los actores ya se encontraban desnudos y fuertemente erotizados.

Pronto Deny se vio acosada por Paglionni, ella respondía bien y hasta contenta, ya que este podía ser un tipo normal para ella, pero a su vez estaba preocupada por la suerte de su amiga Jenny a quien veía que fue llevada hasta el borde de la cama y tendida con las piernas abiertas El Tuerto Dixon, fue a meter su cabeza a la zona pelviana y su lengua dio inicio a repetidas tocaciones sobre la entrada y clítoris de Jenny que ya empezaba a olvidarse de todo y dar paso a la excitación que se le venía encima. El grueso y largo miembro del hombre se balanceaba al aire libre y tomando cada vez mas bríos debido a la fuerte erección de que era objeto. Los hombres afuera apostaban que Jenny, no sería capaz de soportar tamaña cosa que ellos asemejaban a la de un potro reproductor. Paglionni ya había logrado penetrar a la exuberante Deny y daba rienda suelta a su placentero coito ante los incesantes gemidos de la mujer, mientras tanto los espectadores de adentro y fuera de la sala, se mostraban muy excitados por lo que presenciaban y especialmente por la forma en que Jenny, había dado alojamiento a la gran verga del Tuerto, aprestándose a ver ése mismo cuadro con la deliciosa Denny.

Pero algo imprevisto, precipitó presenciar las extraordinarias condiciones de Denny.

Paglionni, quiso que la joven mujer, le mamara su verga, por lo que se tendió de espalda sobre la cama, para ello, Denny debió inclinarse sobre el cuerpo del hombre dando inicio a grandes lamidos al miembro del italiano. En esta posición exponía su hermoso trasero y su excitante sexo a la vista directa de los otros dos hombres que observaban calientes las acciones de ambas parejas. Aaron Shake (El Oso Siberiano), que acariciaba manualmente su endurecido e imponente miembro, al tener frente a él y a su alcance la rica humanidad de Denny, no fue capaz de contener sus ardientes deseos de poseer cuanto antes a la bella y exuberante mujer y avanzando hacia ella la tomo por atrás de sus caderas y apuntando su verga al humedecido sexo de la joven, presionó lentamente hasta que este logró con verdadero esfuerzos y gemidos de ella meter su cabezota la que se fue perdiendo hasta tocar el fondo de la estacada joven, su calentura y enorme excitación que le producía ése momento tantas veces imaginariamente soñado y el hecho de sentir el contacto tan directo con las ricas formas de Denny y de poder manosear la delicada y sedosa piel de la hermosa hembra, lo impulsó a continuar sus embestidas, mientras ella daba gritillos ahogados al sentir ensancharse al máximo el canal vaginal y a pesar de eso, al hombre aún le quedaban un par de pulgadas de su miembro sin poder introducirla toda, pese a los desesperados enviones y bombeos de los que hacía objeto a su hembra, quién por unos instantes dejó de mamar al italiano pues el garrote del "Oso Shake", le impedía gozarlo como ella quería.

Pronto Shake, dio muestras de que su eyaculación era imparable y conforme a lo acordado anteriormente, retiró su gran verga del interior de la atribulada Denny y un blanco y espeso semen formó un singular globo en el condón que enfundaba su gran miembro. Para después muy agitado logró sentarse agotado sobre la cama, instantes que aprovechó El Enano Jules Bartlett, para ocupar ahora la posición que había dejado su compañero de prisión. Denny, sólo se dio cuenta del cambio de fornicador, porque le pareció que su gigantón, había sido reducido a su mínima expresión, no así su imponente verga que rellenaba su canal vaginal, sin notar la diferencia con el Oso Shake

Mientras tanto la pobre Jenny, que había sabido soportar al esquelético Tuerto, salía del cuarto de baño para ir a socorrer a su amiga con el italiano Paglianni, que sin pérdida de tiempo dio inicio a lo que sería su mejor lección de sexo de muchos años. Así nuestras dos amigas no cesaban de producir placer a esos hombres en cautiverio, que ni se lo habían soñado de tener la gran posibilidad que se le brindaba esa noche.

Denny, mostraba una disposición especial con El Enano Bartlett, Su pequeña estatura y su destreza para manejarla en el acto sexual, hacían que la bella mujer, entregara toda su fogosidad y su actitud escénica, al pequeño hombrecito, que a ella le parecía estar fornicando con un niño bien dotado.

El Tuerto y todos los demás espectadores se deleitaban con la maestría del Enano y como enloquecía a la mujer con su forma de fornicar. Esa visión hacía que El Tuerto, volviera a cargar su batería de excitación y con su gran miembro semi erecto, no perdía un detalle de observar la bella anatomía de Denny y se regocijaba, al pensar que pronto sería él a quién esa belleza le traería el ansiado placer.

El Enano Bartlett, vio sucumbir dos veces a Denny, antes que él también eyaculara con gran deleite, pero no quiso dar por terminada su sesión con la bella mujer, no sin antes extasiarce, mamando sus lindos senos y besando esa boca de sensuales labios hasta quedar impregnado su pequeño cuerpo con la ardiente piel de la mujer.

Cuando El Tuerto, reclamó su turno con Denny y el Oso Shake, se reponía para servirse a Jenny, las mujeres pidieron unos momentos de descanso y baño, que les permitiera recuperar fuerzas y ánimo, especialmente Denny, que sabía que se le venía la tarea más dura de la noche con el gran garrote de El Tuerto.

Después de un poco más de media hora de relajamiento, entre duchas, refrigerio con algo de alcohol de por medio y otra pequeña dosis de polvillos blanco para las mujeres, el grupo volvió a su festín sexual. Los hombres danzaban alrededor de las desnudas mujeres que sólo calzaban sus zapatos de tacones y eran objeto de tocaciones, restregar de cuerpos y tomadas de penes por parte de ellas, que con nuevos bríos daban placer a los convictos. Los tiesos miembros de los hombres competían por tratar de alcanzar con éxito el orificio vaginal de ellas, pero estas se mostraban coquetas y esquivas e impedían que los calientes tipos lograran su objetivo.

Sin embargo El Tuerto, reclamando su derecho a Denny, tomó a la bella mujer por la cintura y la llevó en vilo hasta el camastro, la mujer sin oponer resistencia, se dejó llevar y una vez recostada abrió al máximo sus lindas piernas. Los hombres que acompañaban al oficial Worttman, apostaban casi a unísono que la mujer no iba a resistir el falo del Tuerto, a lo que Worttman, refutó tal apuesta, dando por echo que si la resistiría, y rápidamente una buena cantidad de dólares cayó sobre la mesa. El Tuerto, semi enloquecido de una fuerte excitación apuntó su tremenda verga, al agitado sexo de Denny y con un descontrolado impulso la penetró de tal forma que sus dilatados testículos tocaron los dilatados labios vaginales de la heroica mujer, constituyendo para el hombre una verdadera admiración ya que estaba convencido que esa joven tan fina en sus rasgos y con un físico de Diosa Griega, no iba a ser capaz de resistir su aparato, como muchas veces ante lo había intentado cuando gozaba de libertad, a tal punto que hasta las viejas rameras lo corrían de su lado. Por lo que ahora daba gracias a todos los espíritus de sus creencias por tener esta tremenda oportunidad, de la que empezaba a disfrutar plenamente, excitándose doblemente al escuchar los quejidos y gemidos de Denny.

¡Oh! – Fue la exclamación de admiración que lanzaron los secretos espectadores al ver que Denny daba cabida al gran miembro del Tuerto, mientras el oficial, recogía entusiasta las ganancias de su singular apuesta. .

Era tal la calentura del Tuerto, que al contacto estrecho con la exuberante mujer, le vino encima una incontrolable eyaculación, cuando ella recién, le estaba tomado gustito a la cosa por lo que al empezar a notar que la verga del tuerto se ponía flácida, se lo quitó de encima y llamó al Enano Bartlett, para que ocupara su lugar, este no se hizo esperar y montó sobre tan buena y caliente hembra y la fornicó con más ganas que la primera vez, siendo aplaudido cada vez que ella caía en orgasmo.

Felices, volvieron los hombres a su encierro habitual, agradeciendo a todos quiénes posibilitaron este encuentro soñado.

La lascividad vivida por los espectadores era necesaria calmarla y a pesar que las mujeres estaban exhaustas por los momentos vividos y la serie de orgasmos que les produjo tan especial encuentro, El Jefe Worttman, dispuso de un reconfortante y relajador baño de tina para sus invitadas, era lo mejor que podía ofrecerle dada las condiciones de la prisión., Después dé ello, junto a su ayudante, se dieron un festín de sexo con las jóvenes para enseguida dejarlas en manos del encargado de la puerta de acceso y uno de los guardaespaldas.

Una buena cantidad de condones, se veían esparcidos por todos lados lo que al contarlos se podía sacar una rápida cuenta de cuanto habían soportado estas dos traviesas amiguitas, que por jugar a ver sus sueños convertidos en realidad, no apreciaron la sorprendente e inesperada experiencia que les tocaría vivir, que si no es por los estimulantes, el licor y su insaciable apetito sexual, la noche se les habría convertido en una brutal pesadilla.

Eran las cinco de la tarde de aquel Domingo, cuando el incesante ring-ring, del teléfono, despertó a Denny, que dormía profundamente junto a su abatida amiga Jenny, en el apartamento de esta última. Con grandes dificultades logró tomar el auricular, mientras su cabeza se le partía de un molesto dolor, su garganta reseca imploraba cualquier líquido que le refrescara. Su cuerpo no obedecía a sus ordenes cerebrales. Hubiese preferido no contestar, pero en su agenda figuraba que Harold, le llamaría a esa hora para darle algunas indicaciones sobre las actividades a desarrollar al día siguiente con respecto a su sociedad comercial. Afortunadamente alguien se había equivocado de número, lo que agradeció pues le dio la oportunidad de bajar trabajosamente de la cama y dirigirse al cuarto de baño. A su amiga Jenny, no la despertaba ni una estampida de búfalos.

Después de pasar casi media hora en el baño, Denny salió de éste arrebozada en una amplia sábana absorbente y buscó afanosamente algún analgésico para tratar de calmar su malestar de cabeza, pero no logró encontrar ninguno, eso le hizo trajinar la cartera que había usado la noche anterior. Al abrirla, le sorprendió ver en su interior un fajo de billetes de cien dólares cada uno, lo que al contabilizarlos sumaron un total de mil quinientos, más tres papelillos blancos con una nota que decía "Si sientes malestares de cualquier tipo en tú cuerpo, inhala la cuarta parte de este papelillo por vía nasal y muy pronto te sentirás aliviada".

A Denny no le importó tanto el dinero, ya que su malestar no la dejaba pensar en otra cosa que no fuera quitarse ese dolor, por lo que al no encontrar los analgésicos sin pensarlo dos veces, probó los polvillos recomendados, sintiendo en su inhalación el mismo característico olorcillo de los absorbidos la noche dejada atrás y después de un par de minutos, se le fueron despejando sus dolencias y malestares hasta sentirse casi totalmente recuperada y dispuesta a ordenar sus ideas que hasta esa hora le eran muy difusas. Recordaba todos los detalles vividos la noche anterior, pero no sabía si había sido un sueño o era una realidad, como tampoco recordaba como o quien la había traído hasta el apartamento de Jenny. Ya en el cuarto de baño se había percatado del estado en que se encontraba su pobre vagina, enrojecida y muy inflamada, su garganta con difonía e irritada al igual que los bordes de la lengua. Sus senos con los pezones enrojecidos. Ahí cayó en la noción que no había sido un sueño sino una realidad. Despertó a su amiga, a quien debió ayudar para trasladarla al cuarto de baño, pues también estaba convertida en una calamidad humana, debiendo aplicar la misma dosis de estimulantes para no verla sufrir al igual que lo hiciera ella. Sólo una hora más tarde le llamó Harold, desde San Diego y después de esa llamada, celebrando con buen humor, tomó el fajo de billetes de su cartera, los lanzó al aire cayendo sobre su cabeza, cual hojas de otoño que danzan en el aire antes de tocar tierra. ¡Soy profesional del sexo! --- ¡ Soy una ramera asquerosa! --- ¡Soy una trotona levanta miembros! --- ¡Soy, soy! --- ¡Oh! – Por favor ni yo misma se quién soy, ¡ Dios Mío! --- Terminada esta arenga se tendió boca abajo sobre la cama y echó a llorar desconsoladamente, su amiga que la observaba con interés al principio, la dejó que se desahogara con su llanto, se daba cuenta de lo que le estaba sucediendo, ya que ella también había padecido en alguna oportunidad ese tipo de crisis y sólo su necesidad de sobrevivencia la habían hecho salir adelante.

Jenny, después de algunos momentos y viendo que el llanto no cesaba e iba en aumento, se acercó junto al lecho y acariciando sus manos y su espalda la persuadió a la calma

¿ Cómo es posible caer tan bajo? --- No me lo explico, creo que Harold no merece que le haga una cosa así—murmuraba entre sollozos la abatida mujer --- ¿Cómo pude tener sexo con tantos hombres monstruos en una sola noche? ¡Cómo!. Te imaginas, he sacado la cuenta y son ocho, ni más ni menos. ¿En qué, nos hemos convertido?

Se te ha olvidado contar a ese negro caliente que nos trajo en el auto y después que te zumbó dos veces, tuve que echarlo con amenazas ,sino iba a seguir conmigo. –Le recordaba Jenny.

¡Oh! – De ese no me acuerdo, ni sé como llegamos hasta aquí. – Manifestaba Denny, un poco más calmada.

Que te ibas a acordar, si venías muerta, a tal punto que el tipo debió cargarte en vilo y meterse contigo al ascensor. Yo le expliqué al conserje que te traíamos de la Posta Médica, por una afección renal con reposo absoluto.

¡Nueve hombres! -- ¡Dios mío! – ¡Dios mío!. – Repetía una y otra vez la pobre Denny, mientras hacía tocaciones con una loción refrescante sobre la zona de su martirizada vagina.

Mañana mismo me busco otro apartamento, si no esos gorilas en cualquier momento vendrán por mí para satisfacer sus trabajos extras como el de anoche.--- Comentaba Jenny.

Me parece una muy buena determinación --- dijo Denny – para luego interrogar: ¿Te diste cuenta adonde nos llevaron anoche y de donde habrán salido esos tres tipos con esas tremendas cosas?.

Por favor no me preguntes que yo estoy mucho más perdida que tú, pudo ser un manicomio, una base de reparaciones camineras, un matadero o una prisión, no sé, aunque el que no se me va a olvidar tan fácilmente fue ése enanillo tan tierno y empeñoso que con ganas me fui dos veces con él.

A mí me pasó algo similar --- comento Denny --- Lo sentía tan feliz cuando me lo hacía que fue con el único al que le puse todo mi empeño, por que quizás era la única ocasión que habrá tenido el pobrecillo de fornicar a mujeres normales como nosotras, cerraba los ojos y me imaginaba estar haciéndolo con mi Ronny, al fin su miembro era tan formidable como el de mi bebé.

Hasta pronto........... Melissa