Jugando a ser protitutas (1)

Como dos bellas dueñas de casa por efectos del alcohol y del deseo, deciden disfrazarse de rameras callejeras y asi salen a buscar clientes. no podran imaginarse lo que les sucedio.

LO QUE NOS SUCEDIÓ POR JUGAR A SER PROSTITUTAS.

Los nombres de los personajes de este relato han sido cambiados, para convertir en anónima su verdadera identidad........ La Autora.

Durante esos primeros diez días, después de su retorno del Lago Selton, San Diego. California, Denny, viuda de 29 años, que recién descubre la fascinación del sexo con

Ronny, su joven vecino y el matrimonio de amigos formado por Virginia y George, quienes tuvieron en suerte de contar con su presencia como visita en esa maravillosa cabaña veraniega de aquel singular lago. Después de pasar esos días cargados de sexo y orgías con sus amigos, ella de retorno en su casa, quiso aislarse y descansar de todos esos avatares, pues había sido tan exigente su vida sexual en un lapso tan corto de tiempo, que durante esos primeros días sin sexo, comprendió en la tranquilidad y soledad de su alcoba, que se había convertido en una adicta sexual, ella que en su matrimonio había mantenido un vida con su fallecido marido, tan esquiva en lo sexual, tan hermosamente recatada y temerosa de alguna aventura, hoy la falta de sexo la mantenía sobre excitada tanto de día como de noche.

Durante sus sueños su excitación se acrecentaba al pasar por su mente en forma repetitiva, todas las imágenes de su desenfreno vacacional y le empezaba a mortificar la imperiosa necesidad de desahogo. Últimamente le asaltaba dormida la fantasía de verse convertida en prostituta callejera; viéndose acosada por hombres que la tomaban en la calle y la introducían a sus carros fornicándola con ansias descontroladas al interior de estos carros o en un banco de plaza o detrás de cualquier puerta, sintiéndose preocupada cada vez que ello volvía a su mente durante el día. Esto era dable imaginar al pasar de una vida casi monacal-religiosa, al otro extremo, en que se le produce una verdadera explosión sexual convirtiendo a su privilegiada naturaleza física y mental en una fuente de deseos inagotables, para un núcleo de afortunados hombres o niños hombres que le ayudaron hacer cambiar su actitud frente al sexo al hacer de ella un objeto altamente excitante y provocadora de goces ilimitados de placer sexual.

Al finalizar su primer mes de actividades, debió viajar a Los Angeles, USA., por necesidades comerciales y aprovechó de hospedarse en un lindo apartamento que arrendaba su amiga Jenny, hermana de Virginia, donde permanecería hasta el día lunes, por lo que ése Viernes por la noche se habían programado para salir a tomarse unos tragos o a cenar en algún lugar exclusivo.

Reunidas en la sala de estar del acogedor apartamento, se propusieron dar descanso a la fatiga laboral del día, vistieron ropas livianas y destapando una botella de brandy fueron conversando de una y otra cosa, donde indudablemente la cuestión sexo no escapaba a sus comentarios. Denny, comentaba a su amiga sobre su alta sensibilidad erótica que la atacaba especialmente de noche, teniendo sueños de los que se deleitaba mucho, pero que ya la estaban mortificando.

¡ Mira amiguita! --- Lo que a ti te hace falta es la gran verga de Ronny, por eso te vienen todos esos sueños que te pueden volver loca, ya que tú cuerpo lo necesita como una droga.

¿Y que quieres que haga, que salga a la calle a ofrecerme a los hombres?

¡Eso! --- Si hasta lo has soñado, ¿Porque no hacerlo?

¡Oh! – Te imaginas, eso sería la máxima locura que se me habría ocurrido en mi vida. No por favor déjame seguir soñando que así no corro ningún riesgo.

No me vas a negar que sería una experiencia fantástica – insistía entusiasmada Jenny – total es una aventura de una noche y existe la posibilidad que tú eliges con quien te vas, además yo tengo la dirección de un lugar maravilloso para estas cosas.

En realidad sería como una muy buena experiencia y una increíble diversión, dado que ninguna de las dos lo va a tomar como una profesión u oficio – dijo reaccionando Denny, después de alzar el brazo con otra copa de licor.

Así como lo pensaron, lo hicieron. Era medianoche del Viernes para sábado en Los Angeles y el boulevar Lincoll, bullía cómo todos los fines de semana, de gente en busca de diversión y aventuras. Las salas de espectáculos con sus multicolores luces de neón al más puro estilo de Las Vegas, daban el brillo intenso que se impregnaba en la vista de los noctámbulos y le entregaba energías para vivir a plenitud las fantasías que le ofrecía la noche. Las dos bellas mujeres lucían extraordinariamente sexi, con vestimentas acordes a su disfraz de prostitutas, con un recargado maquillaje y atrevidas falditas que les permitía mostrar toda la exquisita mercadería de una sola vez.

Buscaron afanosamente un lugar donde estacionar el auto, que conducía Jenny. Pero donde encontraban un espacio libre, ya contaban con otras compañeras de la noche alertas a la llegada de cualquier cliente y defendían su lugar comercial a brazo partido. En su deambular vieron la posibilidad de ocupar un espacio junto a una iluminada plazoleta la que se encontraba libre de competencia. Les costó algún tiempo decidirse a bajar del automóvil, pero al observar normalidad se bajaron y caminaron cual perfectas novatas, no más de veinte pasos del vehículo. El efecto del licor consumido las ponía valientes y audaces en el actuar. Hombres y mujeres que les veían, las miraban de pie a cabeza. Uno que otro tipo, al ver carne nueva en el sector, se les acercaban y les pedían tarifa, pero al no ser los clientes del gusto de ellas, los rechazaban.

Se detuvo un auto junto a ellas y su conductora llamó a Jenny.

¡Hola gatitas! – ¿Ustedes son nuevas por aquí?--- Buscamos acción lesbiánica y pagamos cien por cada una.

Sigue tú camino, que esa no es nuestra especialidad – contestó Jenny.

Les ofresco ciento cincuenta y lo vamos a pasar bomba. – Habló ahora la acompañante.

Te dije que no --- ¡ Adiós!.-

Y volvieron a la espera.

Otro coche se detuvo ocupado por una joven pareja, ella bajó el vidrio y le dijo a Denny: Somos matrimonio y estamos celebrando el aniversario número cinco, creo que eres nuestro regalo perfecto --- sube --- invitó visiblemente nerviosa la agradable mujer.

Trabajamos las dos juntas, --- contestó Denny --- con la seguridad de una profesional de la noche. --- si lo quieres así ¡ vamos!.

En esos instantes, sintieron el rechinar de frenos de un carro y desde una elegante limosina bajaron tres hombres de color y sin dar ninguna explicación las tomaron de un brazo y las subieron a la fuerza al carro. De nada le sirvió reclamar y tratar de negarse a abordar el coche, Jenny exigía explicaciones mientras la lanzaban sobre el asiento trasero, no así Denny que no podía reponerse del gran susto que le había producido el forcejeo con los hombres.

¡Tendrás que ir a explicar este secuestro al tribunal, junto a tus gorilas! --- maldito hijo de perra!--- Gritó fuera de sí Jenny---, quién estaba acostumbrada a tratar con hombres de distinta ralea, mientras su amiga más sumisa observaba los decorados y estilos del elegante penthouse, donde habían sido conducidas. Después de algunos minutos de espera en una pequeña sala, las llevaron a la presencia de quien todos con mucho respeto señalaban como el "Jefe Joe". Un tipo de piel oscura, relativamente joven, de aproximadamente un metro noventa de estatura, poseedor de una dentadura alba y reluciente, vestido con refinamiento casi aristocrático, en su mano derecha ensortijada con un llamativo anillo de brillantes, sostenía un habano a medio consumir. Junto al Jefe Joe, le acompañaban dos de los tres hombres causantes del rapto.

Puedes guardar tus palabrotas y tú rabia, para el rufián que las envió a invadir mis territorios, porque para que ustedes sepan, en la noche yo soy el único amo desde Hall Park, hasta el boulevar Princeton y no permito que ninguna asquerosa ramera por muy apetecible que se crea, ejerza en esta área, sin que sea de mi corral y sin que pague como corresponde los desvelos y sacrificios que el Bello Joe, hace por sus "Pollitas" ¿Está claro?.

Aquí lo único claro es que nosotras no somos ni tus pollitas ni lo que tú te imaginas, o acaso con tú experiencia o en tú calidad de falso amo, no te da tú negra cabeza para darte cuenta que somos personas decentes y no las callejeras que te alimentan tus emputecidos vicios --- concluyó echando chispas por la boca la envalentonada Jenny--- ante la sorpresa de Denny que apretaba sus dientes por efectos del terror que sentía en esos momentos.

Una bofetada en pleno rostro, propinada por Joe, lanzó a la enardecida Jenny, sobre el amplio sofá que se encontraba a espaldas de la mujer.

He sido muy tolerante contigo maldita "Perra Blanca", -- Bufó el negro --- y agradece que no te mando al infierno ahora mismo, nada más porque me han caído del cielo para un trabajito que les tengo reservado y las necesito así decentitas como esta hermosa criatura que me parece muy cooperadora. (Refiriéndose a Denny )

Señor Joe, lo que dice mi amiga es verdad, aquí ha habido una lamentable equivocación – Hablaba suplicante la dulce Denny. Mientras uno de los guardaespaldas de Joe, que se había dedicado a registrar los bolsos de las mujeres, mostraba a su jefe una buena cantidad de tarjetas encontradas en el bolso de Jenny, de hoteles del Estado de California y otros del gran país, además tarjetas de visita de varones y algunas de ella, que la calificaban cómo Manager Turist. -Assisten.Pers - Ejecutive – Vip. Que para el astuto Joe, no eran ningún misterio del tipo de mujeres que usaban esas tarjetas.

¿Así que señoritas decentes? –¿ Ese oficio lo conozco y parece que se ha echado a perder bastante como para que busquen clientes en la vía pública – aseveró Joe

De nada sirvieron los ruegos de las mujeres ante Joe, quien para amedrentarlas, les mostró un vídeo tomado a ambas practicando la prostitución en la vía pública y una foto trucada donde aparecen las dos siendo conducidas por la policía, arrestadas por ejercer el oficio de callejeras, las que según Joe serían entregas a un influyente diario, lo que las dejaría en una situación muy embarazosa, a cambio de ello deberían participar en una fiesta íntima de amigos, donde tendrían un muy buen trato, una buena paga y se olvidarían del asunto. Como las alternativas que tenían no permitían una mejor opción, se resignaron a pagar su propia locura con firmando su aceptación por asistir a la misteriosa fiesta.

Así se habla mis queridas nenitas, el Bello Joe, velará por ustedes y hará que se sientan como verdaderas reinas ¿ Okey?.

A un batir de palmas un hombre se llevó a Jenny a la sala de maquillaje, siendo Denny, introducida a la elegante alcoba del jefe Joe, donde el propio Joe la hizo sentar sobre su fantástica cama y después le sirvió un trago de su propio mini bar que tenía dentro de la habitación. El fabuloso hombre de raza negra se acercó a Deny y la recorrió con su vista de arriba abajo, le miró a los ojos y dio un suave beso en los labios temblorosos de la mujer, después fue quitando una a una las prendas que cubrían su anatómico cuerpo, quién muy pronto se vio de pie junto a la cama completamente desnuda calzando solamente sus finos zapatos negros de altos tacos. El hombre volvió a mirarla extasiado del tremendo atractivo de la mujer, le volvió a besar en la boca para bajar después hasta los erguidos y hermosos senos de la mujer los que primero acarició con una suavidad especial, para luego succionar de ellos con su boca., dos minutos después ambos desnudos se entregaban a las caricia, fue la misma Deny quien ayudo a calzar el condón en el imponente miembro de Joe, para después ser penetrada con especial galantería y sutileza despertando excitante reacciones de parte de ella que se dejó mansamente llevar por el ritmo que imponía el hombre hasta que sus cuerpos sintieron al unísono el sumo placer de un agitado orgasmo.

Después de consumar el acto sexual se produjo un silencio en la pareja y cada uno tenía fija la vista en el techo o cielo raso de la alcoba, Denny trató de levantarse para dirigirse a la sala de baño y averiguar que pasaba con su amiga Jennifer, pero la mano de Joe la detuvo como una garra automática:

Quiero que te quedes conmigo Denisse, yo te daré protección especial y no tendrás necesidad de salir a buscar el dinero a las calles-- ¿Me entiendes?

Por favor llámame Denny y quiero que entiendas de una vez por todas que no pertenecemos a este oficio ni a tú mundo, somos personas decentes y nuestro pecado fue hacer una humorada sin pensar jamás que esto nos iba a ocurrir.

Así será querida, pero tú ya eres de mi propiedad y nadie se escapa así tan pronto de Joe.

Si me sigues reteniendo en contra de mi voluntad me veré en la obligación de llamar a mi abogado y te acusaré de rapto y de proxeneta y tú bien sabes que significa eso.

¡No me amenaces perra! --- en el vídeo el magistrado verá que la raptada goza en la cama más que el raptor.

No me digas que has filmado todo.

A tres cámaras querida --- rió Joe.

Cuarenta y cinco minutos mas tarde, ambas mujeres transformadas en dos elegantes bellezas llenas de sensualidad, abordaban la misma limosina que las había traído anteriormente, ahora con rumbo desconocido. Su estado anímico era diametralmente opuesto al terror de sus rostros cuando antes habían descendido del carro. A Jenny ya se le había pasado su mal humor y hasta hizo las pases con Joe, después que este les pidiera disculpas por su arrebato. La doble porción de Borbón que le fuera servida para relajar sus nervios agregado a ello la absorción nasal de unos misteriosos polvillos blancos que sorpresivamente les fueran aplicado en sus narices, fueron suficientes para alcanzar el cambio que Joe deseaba. En el interior del elegante coche, las mujeres se sentían alegres y optimistas, haciendo comentarios picarescos entre ellas y mostrándose deseosas de vivir la experiencia que sin pensar mucho habían planificado después de un comentario sobre los sueños eróticos en que estaba cayendo Deny. Lo que nunca imaginaron era que a menos de dos horas en que se habían puesto en acción con su broma, estaban convertidas en profesionales y se dirigían raudas al encuentro con clientes que con toda seguridad habían pagado un alto precio a Joe por tener sus favores.

Al pasar por la plazoleta donde había quedado el auto de Jenny, estacionado, bajó uno de los hombres para trasladarlo a un lugar seguro, dentro de los dominios de Joe.

La Prisión Santa Bárbara, era un recinto carcelario privado, perteneciente al nuevo sistema de administración penitenciario, que ya cumplía los primeros cinco años de funcionamiento. El Oficial Mark Worttman, era un tipo que acostumbraba, tras el pago de algunas suculentas sumas de dinero a dar ciertas licencias a los convictos, lo que incluía favores especiales con mujeres, alcohol, a veces drogas, pornografía etc.

Aldo Paglionni, un capo mafioso que purgaba una pena por tráfico de estupefacientes y homicidio. A pesar de disponer de muchos recursos económicos, sus abogados aún después de dos años no habían podido conseguir su libertad vigilada. Paglionni, buscaba diferentes forma de divertirse dentro de la prisión, auspiciando una serie de veladas y concursos, las que solventaba de sus propios ingresos. Aprovechando las debilidades y vicios sexuales del Oficial Worttman, propuso a este hacer un concurso entre los reos condenados y que estuvieran tras las rejas por más de cinco años, consistiendo este, en que aquellos tres reclusos que poseyeran la verga más grande, como premio pudieran participar en una noche de orgía al interior de la prisión con un par de hermosas mujeres y en la que él también estaría presente. No le fue fácil a Worttman, aceptar la petición por las consecuencias que le podría traer este sexual asunto, por lo que pidió a Paglionni, lo dejara planificar todo en unos diez días y al término de este plazo le daría a conocer los costos y la forma en que se iba a llevar a cabo.

La selección de los candidatos dentro del penal se llevó a cabo con especial discreción por parte de Worttman y dos de sus ayudantes incondicionales quienes también recibían su tajada en dólares por ayudar a montar el evento. Se eligieron diez hombres cuya reputación era reconocida en el ámbito carcelario, mediante la exibición de una cinta pornográfica de alto contenido erótico y un trago de alcohol los hombres pasaban a un pequeño cuarto donde le era medido el miembro obteniendo de esta simple forma a los tres ganadores.

Tal como se había planificado, la limosina condujo a las mujeres hasta una puerta de administración de la prisión, fue todo tan rápido y sorpresivo que las bellas no se dieron cuenta, donde habían llegado y menos el terreno en que pisaban, dado que un par de cuadras antes, les fue vendada la vista y sólo debieron seguir los pasos de sus celadores, que les fueron indicando el camino. La venda les fue quitada después de un lastimero recorrido, al interior de la sala donde se efectuaría el rito sexual, no sin antes sentir invadidas sus narices por una nueva dosis de cocaína pura. La dependencia en semi penumbra dejaba ver dos camas separadas a cada extremo de la habitación y cubiertas con albas sábanas, una mesa y algunas sillas. El comité de recepción lo formaban cuatro hombres, que parecían haber sido sacado de un tenebroso cuadro de Rodulphis, Sus físicos y rostros tan dispares, produjeron un estremecimiento en los cuerpos y mentes de las mujeres. Cubiertos de batas de levantarse y calzando zapatillas livianas, se mostraron muy solícitos a recibir a tan bellas mujeres, que para ellos eran sacadas de algún concurso de belleza, pues quedaron sorprendidos por el muy buen físico y la belleza de ellas, en especial la vista de los cuatros, se clavaron en la dulce y angelical Denny.

Al primer contacto, ellas pudieron percatarse que sus anfitriones ya tenían en el cuerpo algunas dosis de Whisky y que debajo del batón estaban completamente desnudos.

Tras una ventana polarizada, observaba las escenas el Jefe Worttman, un subalterno de este, más dos hombres de Joe, que protegían a las mujeres, adentro el que comandaba el grupo era Paglionni, quien a simple vista era el más distinguido y normal entre los cuatros,. Junto a él, el ganador del certamen "El Tuerto Dixon", un esquelético y esmirriado individuo, quien en una reyerta entre ebrios había perdido en su juventud un ojo, ahora contaba con treinta y ocho aporreados años y la oportunidad que se le presentaba en esta cálida noche casi otoñal, no se le había dado jamás en su vida.

Nadie se explicaba como se le había desarrollado en forma tan imponente el miembro, mientras su físico asimilaba al de un prisionero de campo de concentración, pero así y todo, al medir los miembros en el concurso, ganó por una pulgada a su más cercano oponente, al "Oso Siberiano", como le llamaban a Aaron Shake, por su tremenda figura, de casi dos metros de altura y 130 kilos de peso, pelo largo y ensortijado, al igual que su tupida barba, que le daba una visión de hombre de las cavernas. Y al otro lado de la balanza el sello opuesto de Aron, "El Enano Rasputín", llamado así por su pequeñísima estatura y por su origen ruso y ex artista de un circo de esa nacionalidad, quién purgaba condena por haber sido acusado de asalto y violación a una acaudalada y solitaria mujer de sesenta años, aunque su abogado alegaba inocencia, en atención que esta dama conocedora de lo bien dotado del enano, concertó una visita a su residencia y fue tanta su fogosidad, que producto de su desenfreno, le sobrevino un ataque cardíaco y dejó de existir con el hombrecillo sobre ella. Para desgracia de nuestro enano, la fogosa viuda al venirle la muerte, apretó de tal forma el pene del hombrecillo, dejándolo acoplado a su vagina, por lo que sufrió una fuerte succión y sólo pudo safarse con auxilio médico.

Este era el equipo ganador del concurso creado por Paglionni, que tomaba palco en el centro del cuarto, para deleitarse viendo en acción a estos gladiadores del placer.

Continua esta historia en el N° 2 de este relato.