Jugando a ser la mejor de todas las putas
Daniel era un hombre muy atractivo y con un sexapil que le daba su apariencia de hombre maduro, aunque solo es siete años mayor que yo, se ve muy bien para su edad 36 años, hace muchos años que no lo veía y este tiempo le había sentado de maravilla.
Daniel era un hombre muy atractivo y con un sexapil que le daba su apariencia de hombre maduro, aunque solo es siete años mayor que yo, se ve muy bien para su edad 36 años, hace muchos años que no lo veía y este tiempo le había sentado de maravilla.
Pero tenía un gran defecto era el esposo de mi mejor amiga y ya con eso no podía verlo de otra manera, estaba más que prohibido.
Después de casi 10 años de vivir lejos de este país, volvieron a casa, durante ese tiempo nunca perdí el contacto con ella, es más por el contrario casi todos los días nos hablábamos y ese lazo de amistad creció bastante, se convirtió en un complicidad en la cual entre nosotras no había secretos y las dos disfrutábamos de cada uno de las aventuras y placeres que podíamos tener, nos contábamos todo con el fin de salir de nuestras rutinas como esposas y amas de casa.
En una de nuestras conversaciones ella me contaba cómo eran las noches de pasión con su esposo, al cual según ella ya no amaba como antes y mucho menos le despertaba ningún tipo de deseo sexual.
Desde ese primer dia que nos vimos en una fiesta de bienvenida que la familia les organizo, si vi una forma especial de Daniel al mirarme, pues bailo conmigo casi toda la noche, fui su pareja de baile, algunos tragos hicieron que esta situación fuera normal para todos los presentes, aunque recuerdo que toda la noche me repitió que era una linda garota, pero me convenci que había sido algo de mi impresión y un efecto secundario de los tragos.
Paso una semana en volver a verlos, los invite a mi casa a almorzar, dicho almuerzo se convirtió en una noche de copas, en la cual si vi su insistencia en darle mas trago a mi esposo y a mi mejor amiga, en ese momento no paso por mi mente cual podía ser su intensión.
Al ver que mi amiga ya estaba bastante pasada de tragos les ofrecí que se quedaran en mi cuarto y pasaran la noche en casa, pues no estaba en condiciones de salir.
Cuando fuimos a acostar a Marcela, el intento darme un beso, aunque no lo permití la verdad tengo que confesar que la idea no me molesto pues yo también estaba un poco pasada de tragos y para mi desgracia él no me era del todo indiferente.
Así que para evitar que algo pasara decidí salir del cuarto y dejarlos instalados.
Pero aunque no recuerdo como fue solo se que paso y no lo pude evitar, cuando reaccione estaba con Daniel en la sala de mi casa, besándonos con mucha pasión y con la firme decisión de no dejar pasar esta oportunidad pues la verdad ya estaba muy excitada y con ganas de probar algo diferente.
En fin en mi mente ya solo estaba el momento presente, es decir que me olvide que tanto mi esposo como Marcela estaban en la parte superior de la casa, y me dedique a complacerlo en todas sus peticiones y jugar a ser la mejor de todas las putas y dejar un muy buen recuerdo de su visita a nuestro país.
Además no lo quedo muy difícil encontrar mi punto de excitación máximo, pues por un regalo que él le había hecho a mi esposo horas antes yo decidí regalarle mis tetas, vaya que le gustaron, miden 99 cms, son apenas para ser acariciadas con muchas ganas por unas manos grandes, y precisamente eso fue lo que hizo, me las comió por muchísimo tiempo, mientras yo estaba sentada frente a él y sintiendo todo eso dentro de mí.
Después para estar más cómodos nos bajamos al tapete, ahí hicimos de todo y en todas las posiciones, luego en la otra silla, en el sofá, en fin aunque no medí exactamente el tiempo sé que si fuéramos casi dos horas de solo sexo ilícito, prohibido y pasional, durante este tiempo no paro de hablarme y decirme lo mucho que le había gustado desde el momento en que me vio y lo bonita que le parecí y al mismo tiempo me confirmaba lo mismo que en algún momento mi amiga e contaba acerca de su vida íntima y lo fría que era por parte de los dos, tal vez por esto mi esfuerzo por complacerlo, pues por mi parte a pesar de llevar 14 años con mi esposo aún tenemos una vida sexual muy activa estamos casi todos los días de la semana, nos compenetramos muy bien y hacemos múltiples cosas para evitar la monotonía normal de un matrimonio. Aunque mi invitado de la noche lo noto pues repetía constantemente que se veía que era una mujer muy ardiente y complaciente en la cama, pero debo confesar que en esto no se equivocó.
Cuando todo término subimos a dormir cada uno con nuestra pareja como si nada hubiera pasado.
Al día siguiente en la mañana fue uno de los momentos más incomodos por los que he pasado, la verdad me sentía bastante mal por lo que había hecho pero en el fondo aun sentía una excitación profunda por la complicidad de nuestras miradas sin mirarnos.
Después de un grato desayuno se marcharon de la casa como si nada hubiera pasado y nuestra vida siguió como si nada.
En medio de esta noche totalmente loca intercambiamos nuestros números de celular y obvio me llamo, ya consiente totalmente las primera veces no pude responderle, pues obvio no era nada correcto lo que había pasado, pero con el pasar de los días la verdad no quise que esta corta historia no tuviera un final, así que accedí a que nos viéramos para tomar un delicioso coctel de despedida, pues ya él debía volver a su realidad fuera de este país, pero yo quería que llevara el mejor de los recuerdos aunque eso lo dejo para mi próxima historia……..