Jugando a los dados

El verano de Carlos cambió en el momento que se tropezó con su nueva vecina en el rellano.

El Sol de Junio que entraba por la ventana lo despertó. Abrió los ojos con pereza, mirando con dificultad el reloj de la mesita, las 10 de la mañana, el calor había provocado una fina película de sudor por su cuerpo desnudo y mal tapado por la fina sábana, la cabeza le latía al ritmo de la resaca y la falta de sueño… y ella continuaba durmiendo, desnuda, a su lado.

Temía que al despertar se hubiera marchado, o que solo fuese una fantasía provocada por el alcohol. Pero no. Ella continuaba en la cama.

Se levantó para correr las cortinas y ahuyentar los rayos del Sol. Al levantarse se quedó contemplándola, su cuerpo, también cubierto de sudor, su cabello negro y rizado, sus generosos pechos, subiendo y bajando al ritmo de una respiración pausada, sus pezones rosados y grandes, el vello de su sexo, sus piernas largas.

Corrió las cortinas y se volvió a meter en la cama, se quedó contemplando el movimiento del ventilador del techo, y pensando en lo que había sucedido en estos últimos días el sueño lo encontró.

--------------------------------------- Vacaciones ---------------------------------------

El verano comenzaba hoy, acabados sus exámenes, Carlos llegó al apartamento por la mañana, antes que nadie. Sus padres aun trabajarían hasta el mes de Julio, y él podría disfrutar de un mes de independencia, por lo menos de lunes a jueves, ya que sus padres acudirían los fines de semana.

Había pensado quedarse en la ciudad, pero la diáspora de sus compañeros ya se había producido, y cambiar el agobio de la ciudad por la playa le apetecía.

El resto de amiguetes del bloque no llegaría hasta Julio, pero prefería el descanso y el relax, sobre todo después de los exámenes finales, que, gracias a dios, había superado con éxito. Ya quedaba menos para acabar la carrera.

Pasó todo el lunes acondicionando el apartamento, limpiando y organizándose sus cosas. Tras cenar una pizza se quedó dormido en el sofá, acariciado por la brisa de la playa.

Su rutina esos primeros días era simple. Se levantaba pronto, corria una horita por la playa, se pasaba el día en la playa o en la piscina, a ratos con el lector electrónico, a ratos dormitando, pues poca gente había todavía en el bloque, un par de parejas de jubilados y poco más. Por la noche veía un par de películas hasta quedarse dormido.

--------------------------------------- El escarabajo verde ---------------------------------------

Todo comenzó a cambiar durante su segunda semana. El domingo se estaba despidiendo de sus padres en el aparcamiento, cuando la vio por primera vez, bajando las maletas de su escarabajo verde.

Cuando el coche de sus padres se alejó, él volvió a entrar en el patio, la mujer estaba esperando al ascensor, lo primero que le llamó su atención fueron sus piernas, largas, acentuadas por unos short muy cortos. Era una mujer alta, alrededor de metro ochenta.

-       No funciona – dijo él.

La mujer dio un respingo.

-       Lo siento, no pretendía asustarte – contesto Carlos, esbozando una sonrisa.

-       Menudo susto, ¿no funciona? No me fastidies...

-       Deja, yo te ayudo. ¿A qué piso vas?

-       Al quinto, pero no te molestes por favor, puedo hacer varios viajes.

-       No te preocupes, yo también voy al quinto. ¿Tú eres nuestra nueva vecina? Me llamo Carlos. De la puerta 9

-       Yo Eva, puerta 10, encantada.

Nos dimos dos besos, y no pude evitar mirar de reojo el escote maravilloso que ofrecía su top negro.

-       Parece muy tranquilo esto no? – Dijo Eva detrás mío.

-       Sí, hasta mediados de Julio no empieza a llenarse, pero de todas maneras no está excesivamente masificado, afortunadamente los alemanes y los ingleses prefieren Benidorm. – bromee.

-       Jeje. Mejor

Cinco pisos y muchos escalones y sudor después llegamos a nuestro destino.

-       Bueno Carlos. Muchísimas gracias. Si tuviese algo en la nevera te lo ofrecería.

-       No te preocupes, si necesitas cualquier cosa ya sabes dónde estoy.

-       De verdad muchas gracias. Te debo una.

--------------------------------------- Crema ---------------------------------------

Llegó a la piscina a las 11 de la mañana, directamente de la playa, acalorado y chorreando sudor. Se le habían pegado un poco las sabanas hoy, y correr más tarde de las 10 empezaba a ser un suicidio, como estaba comprobando.

Dejó sus cosas en el césped y se metió bajo la ducha de la piscina, dejando que el agua lo enfriase y limpiase el sudor.

Ya refrescado, extendió la toalla bajo la sombra del árbol y se sentó en ella, apoyando la espalda en la palmera. Hoy se le habían adelantado. El sr Jesús y su esposa ya estaban tostando sus arrugas al sol, y calculó que en pocos minutos aparecerían un par de parejas más, como durante la anterior semana, pues en el aparcamiento sólo estaba la novedad del escarabajo verde.

La mañana iba pasando como las páginas (digitales) del libro que tenía entre manos, cuando su voz me sacó de las oscuras historias de policías alcohólicos y psicópatas atormentados.

-       Buenos días Carlos. Te molesta que me ponga aquí?

-       Buenas, no en absoluto. ¿Ya te has acomodado?

-       Sí, acabo de terminar todo. Que coñazo.

Eva se quitó el pareo y el top que llevaba, luciendo un bikini negro que le sentaba de maravilla. Se tumbó en la toalla y mientras me contaba cómo había dejado su apartamento se iba echando crema por las piernas.

Fue en ese momento cuando mi mente se disparó… la verdad es que nunca me habían llamado la atención las mujeres de su edad, que tendría ¿38? ¿40? Si, las miraba de vez en cuando, pero nunca como estaba viendo a Eva. La crema blanca se deslizaba por sus piernas mientras ella la extendía con sus manos, iba desapareciendo, dejando su piel brillante a su paso…estaba ensimismado mirándola…

-       Me ayudas?

-       Ein? Dime?

-       Por la espalda, por favor.

-       Sí, sí, claro.

-       Pues eso, de momento lo he alquilado para este verano, y tengo opción de compra si me interesa, ya veremos…- continuó relatando ella.

Eche crema, blanca y densa, en una de mis manos y se la extendí por los hombros a Eva. Fui extendiéndole la crema, hipnotizado por el efecto que causaba en su piel, por su tacto suave y deslízate. Bajé por la espalda, con cuidado de no mancharle el bikini, por los riñones, despacio, embadurnándola. Y pasó lo que os estáis imaginando querido lector, comencé a notar que la huevera del bañador rozaba mi miembro, que poco a poco, iba despertándose. Afortunadamente acabé de darle crema, mientras ella continuaba hablando. Ahora de la decoración del apartamento.

-       Ya está Eva.

-       Gracias cariño.  Y bueno? Que hace un jovencito como tu aquí solo?

-       Mis padres están en la ciudad trabajando, y acabe los exámenes hace poco y decidí venirme aquí a descansar y desconectar un poco.

-       ¿Qué estas estudiando?

-       Historia del arte.

Continuamos hablando hasta la hora de comer. Eva era escritora y estaba buscando un sitio donde desconectar y comenzar una nueva novela. El tiempo pasó volando y nos fuimos a comer, cada uno a su casa.

--------------------------------------- Ducha ---------------------------------------

Serían las 5 y media de la tarde cuando me desperté de la siesta, el calor cada día era más insoportable, pegajoso y húmedo, por lo que me fui directo a la ducha…allí, bajo el agua, comencé a pensar en Eva, en la crema, en su escote con el top, en su bikini que al salir del agua se ajustaba y marcaba el sueño de sus labios…mi mano busco mi miembro, ya erecto. Empecé a acariciarlo, suavemente, bajo el agua, cerrando los ojos, dejando que mi mente volara con la imagen de Eva arrodillada ante mí, introduciéndoselo en la boca, el placer me embargaba, aceleré el ritmo, imaginado poseer a aquella madura, el orgasmo estaba a punto de llegar, con los ojos cerrados fantasee con acabar en los generosos pechos de mi vecina, la imagen de Eva acostada, con mi leche sobe sus tetas, acariciando mi esperma, mirándome a los ojos…fue en ese mismo momento cuando sucedió todo a la vez…estallé en un orgasmo enorme, el semen salió despedido, impactando contra la pared de la ducha, las piernas me temblaban…justo al mismo tiempo que el timbre de la puerta sonaba… ¿Quién podría ser?

Cerré el grifo y limpie mi miembro con la toalla, enrollándome esta como pude y tratando de disimular la erección que todavía me duraba. Abrí la puerta y allí estaba ella…casi me muero de la vergüenza,  al salir así, notaba como mi miembro iba disminuyendo poco a poco, expulsando aun algunas gotas de esperma.

-       Disculpa Carlos, no sabía que estabas en la ducha.

-       No pasa nada, ¿necesitas algo?

-       Sí, tenía un problemillas, pero ya vendré después.

-       No te preocupes, dime – dije mientras sujetaba con fuerza la toalla por miedo a que se cayera.

-       Es que el portátil me estaba fallando y soy un poco negada, pero no te preocupes, que no me corre prisa.- dijo nerviosa.

-       Dame 10 minutos que me cambie y me paso a echarle una ojeada, vale?

-       Gracias Carlos, tarda lo que quieras.

--------------------------------------- Virus ---------------------------------------

-       Tienes un virus… ¿Has hecho alguna copia de seguridad últimamente?

-       Pues no…no me jodas…tengo todos los apuntes de la nueva novela en el portátil…no puedo perderlos…por dios…

-       Tranquila, un segundo…que en casa tengo un disco duro…pasamos toda tu información y luego arreglamos el virus.

-       Muchas gracias Carlos, de verdad. Que suerte de tenerte aquí… si no creo que me da algo... – el alivio se notaba en sus palabras, se había estado paseando mientras miraba el portátil y, por primera vez desde que nos conocimos, casi no había pronunciado palabra.

Estábamos en su terraza, tomando una cerveza a última hora de la tarde, esperando a que el portátil acabase de formatearse, fumando un cigarro, hablando mientras mirábamos al mar.

Eva estaba sentada, con las piernas extendidas, apoyadas en la barandilla de la terraza.

-       Tienes unas piernas preciosas… - mi cerebro me jugó una mala pasada, pues en esto estaba pensando, y lo dije en voz alta...

-       Muchas gracias Carlos.

-       Oye, tengo que irme, tengo que arreglar unas cosas en casa. – mentí, me puse muy nervioso y, dios sabe porque, solo quería salir de allí. – Te dejo el disco duro y te pasas tus cosas vale. Te podrás arreglar?

-       Sí, claro…

Me levante y me fui hacia la puerta…

-       Oye Carlos, me has salvado la vida, ¿qué te parece si mañana te invito a comer?

-       No hace falta de verdad, no ha sido molestia…

-       No voy a aceptar un no, mañana vamos a una playa y luego comemos por ahí, que todavía no he probado el agua del mar. Además necesito un guía, que no conozco nada de la zona.

-       Está bien, yo me encargo, quedamos a las 11, te va bien.

-       Perfecto. Hasta mañana Carlos.

-       Hasta mañana Eva.

Una vez en casa, cenando a solas, decidí ponerme alguna película,

"Mierda, el disco duro lo tiene Eva…y dentro está el porno…madre mía…que vergüenza…"

Acabe la cena y con ese pensamiento me fui a la cama…esperando que Eva no lo viese…

--------------------------------------- Vistas en la cala ---------------------------------------

-       Buenos días Eva, estás lista?

-       Sí. ¿Y esa nevera?

-       He pensado que tampoco era justo que me invitases a comer, de verdad que no me ha supuesto nada echarte una mano, así que he preparado la comida y he puesto a enfriar unas cervezas y refrescos.

-       Jajaja eres un Sol. Venga vamos. Que me apetece tostarme un rato.

Cogimos su escarabajo y nos fuimos a una pequeña cala que conocía, había ido varias veces allí con algún ligue, era de difícil acceso y solo conocida por la gente del pueblo, por lo que estaríamos más tranquilos.

Llegamos a la cala y, efectivamente, estaba solo ocupada dos o tres  parejas más. Monte la sombrilla y estiramos las toallas al sol.

Eva se quitó el top y el pareo, hoy lucía un bikini negro, con unos aros de metal en el costado, y en la parte de arriba unos triángulos negros apenas contenían sus pechos.

-       Me ayudas? – le dije ofreciéndole el bote de crema.

-       A ver, date la vuelta.

Sentir la fría crema por mis hombros, sus manos calientes resbalando por mi espalda…empecé a excitarme, recordando las fantasías del día anterior en la ducha…

-       Ya está. Te toca.

-       Ok. Vamos a ver…

Comencé a extender la crema por sus hombros, poco a poco…

-       Espera un segundo, desabróchame el "suje" por favor. Odio las marcas del bikini. Espero que no te importe…

-       A mí? – dije mientras desabrochaba rápidamente el bikini, no fuese a cambiar de opinión. – Yo encantado, siempre es un placer alegrar la vista…jejeje

Eva se rio mientras yo seguía extendiendo la crema…poco a poco, despacio, no quería que se terminase ese instante.

-       Ya está guapa, a tostarse toca.

-       Gracias. La verdad que no sé qué haría sin ti, me estaría aburriendo como una ostra estos días. Y no hubiese descubierto nunca esta cala, es preciosa, y tan tranquila.

-       Te las hubieras arreglado sin mí. – le dije mientras sacaba la botella de agua de la nevera. - ¿Quieres agua?.-

Al girarme casi se me cae la botella de las manos. Esperaba ver a Eva boca abajo, tomando el Sol, sin embargo estaba al revés, y fue la primera vez que pude ver sus tetas, generosas, redondas, firmes, el pezón rosado desafiaba al cielo, la aureola rosada, perfecta.

-       Si, gracias guapo.- Dijo incorporándose y agarrando la botella.

Estuvimos tomando el sol toda la mañana, riéndonos  charlando. Comimos sentados bajo la sombrilla, nos bañamos y dejamos que las olas nos acariciasen en la orilla. Y ella no se tapó en todo el día.

Eran las 7 de la tarde, cuando el Sol comenzó su perezoso camino a la cama. Estábamos sentados en la orilla contemplando las resaca de las olas, en silencio, cada uno con sus pensamientos, cuando los escuchamos.

A esas horas en la cala solo había una pareja a parte de nosotros. Una mujer rubia de unos 25 años y un señor mayor que ella. El rumor de sus gemidos nos llegó suave, casi inaudible, inconfundible…poco a poco se fue elevando el tono. Eva y yo nos giramos, y los vimos. Ella lo cabalgaba, sin pudor alguno, la vimos de espaldas, encima del hombre, gimiendo cada vez más, cada vez moviéndose más rápido.

-       Creo que será mejor que nos vayamos.

Hice un amago de incorporarme pero Eva me cogió del brazo.

-       Espera, si nos ven se pararan. Deja que acaben.

Yo guarde silencio, en parte por asombro y en parte por lo morboso de la situación. Los dos los mirábamos fijamente, hipnotizados. La mujer rubia echo su cabeza hacía atrás mientras se corría con un fuerte gemido, el hombre silencioso, arqueo su espalda a los pocos segundos, señal de que él también había acabado.

Miré de reojo a Eva y vi que sus pezones estaban duros y erguidos, casi tanto como mi miembro, que se marcaba con total claridad bajo el bañador.

-       Vamos, ahora ya podemos irnos.

Recogimos las cosas en silencio, yo intentando (sin éxito) disimular mi erección, ella vistiéndose. Evitando mirar a la pareja, que se dirigían desnudos al agua.

Al entrar en el coche nos miramos…y estallamos en una fuerte carcajada, nerviosos y un poco excitados. Volvimos de vuelta a casa riéndonos y comentando el polvo que acabamos de presenciar, sin tapujos, creo que era la primera vez que hablaba con una mujer de la manera que hablaba con Eva, me sentía cómodo, tranquilo y nervioso al mismo tiempo, la confianza que en solo dos días se había ido forjando entre los dos me asombraba.

De camino le confesé que yo había ido allí con alguna amiga, pero siempre de noche, sin mirones.

-       Ahh pillín, por eso me has llevado allí, para ver si caía…jejeje

Los colores me subieron de repente.

-       No Eva, no era mi intención- balbucee.

-       Jajaja es broma Carlos, es broma..jejeje

-       Bueno, ha sido una delicia de día Carlos.

-       Si, la verdad es que sí.

Los dos nos quedamos mirándonos en el rellano, con pocas ganas de entrar cada uno en su casa, incomodos por una despedida que no queríamos.

-       Bueno, hasta mañana- Eva se me acerco y me dio un beso en cada mejilla, demorándose unos instantes en el segundo beso, sintiendo sus labios, suaves y carnosos, sobre mi piel…

-       Adiós – acerté a contestar, casi con un susurro…

Ella abrió la puerta y comenzó a entrar en su casa, cuando, de repente, encontré el valor para lanzarle una pregunta.

-       Eva – ella se volvió despacio- ¿te gustaría cenar conmigo?, voy a estar solo y puedo preparar algo para los dos, no sé, si te apetece y no te has cansado ya de mi compañía…

-       Jeje, claro, es una gran idea. ¿Te parece bien a las 10?

-       Claro, dúchate tranquila y cuando quieras…ya sabes donde vivo.

-       Jejeje. Nos vemos en un rato cielo.

-       En un rato…hasta luego bombón.

Entonces ella me guiño el ojo, y sonriendo dio media vuelta y entro en su casa.

--------------------------------------- La cena ---------------------------------------

Al sonar el timbre se le desataron los nervios…

-       Guau, estás guapísima – exclamé, llevaba una falda y una blusa negra semitransparente, que insinuaba y acentuaba sus curvas, y unas chanclas con plataformas que la elevaban un poco más…

-       Muchas gracias adulador. He traído una botella de vino para acompañar.

-       Perfecto. Pasa a la terraza, ya está todo listo.

Y así era, en la terraza la mesa estaba dispuesta ya, la comida y las copas preparadas.

-       Una cena a la luz de la Luna. Señorita -  Dije al retirarle la silla para que se sentara.

-       Muchas gracias caballero. - Dijo riéndose – Hacía tiempo que no me trataban con tanta atención.

La cena fue desapareciendo, como el vino, mientras charlábamos de nosotros, le conté los planes que tenía al acabar la carrera, ella me contó que iba a escribir su quinta novela, con la promesa de darme esa misma noche la primera que escribió y que tenía en su casa.

Las palabras caían, cuando nos dimos cuenta el vino se nos había acabado.

Tras tomarnos un café y continuar hablando y riendo, recogimos la mesa, ella estaba radiante, y yo, con miedo, aprovechaba cada contacto que teníamos. El roce de las manos al recoger los platos, acariciar su cintura mientras pasaba a su lado en la cocina…

--------------------------------------- Mentiroso ---------------------------------------

-       ¿Me ofreces una copa?

-       Claro, vamos a ver que tengo por ahí….

Me fui  para la cocina mientras ella estaba en la terraza, observando la playa y la luna.

-       Sólo he encontrado una botella de Jack Daniels , lo quieres con cola o prefieres el desafío…- dije sonriendo.

-       ¿El desafío? ¿eso de que va? – sus ojos me estudiaron con curiosidad.

Deje el cubilete con los dados encima de la mesa, junto a la botella.

-       ¿Sabes jugar al mentiroso?

-       Un poco ¿por?

-       Normalmente se apuntan letras... ¿las cambiamos por chupitos?

-       Jeejjeje, me parece bien, saca los vasos.

Así comenzamos la partida, entre risas, al principio ella iba bebiendo un poco más que yo, pero en seguida le cogió el ritmo al juego…

-       Creo que deberíamos parar ya…- el mareo era considerable, siempre he conocido y respetado mis límites con el alcohol, y estaba a dos o tres chupitos de llegar a ese punto.

-       Jejeje ahora que voy ganando…no te lo crees ni tú!

-       Jajaja no he dicho dejar de jugar!!! Te estaba dando vidilla..jejeje

-       Jajaja. Creo que tienes un poco de razón…en lo de beber…jejeej porque te estoy dando una paliza…

-       Ajajaja. Vale estamos de acuerdo, que propones?

Eva se me quedo mirando fijamente, con un brillo especial en los ojos…

-       Verdad o prenda.

-       Acepto – Dije sin dejar de mirarla.

Creo que en ese instante los dos supimos al instante como acabaría la noche, y que ninguno de los dos se atrevía o quería dar el primer paso, queríamos ver a donde nos llevaban los dados…

-       Empieza… - le pase el cubilete, encendí dos cigarros, pasándole uno a ella… y bajo la luna los dados empezaron a bailar sensualmente indicándonos el camino.

La primera en golpear fue ella, dando una calada a su cigarro y mirándome fijamente hizo su elección:

-       Prenda.

-       Jeje ok.

Me levante y me quite la camisa. Desabroche los botones despacio, bajo la mirada atenta de aquellos ojos marrones. Le arroje la camisa a ella, que la cogió al vuelo.

-       De momento es tuya, guárdamela.

-       Está en buenas manos…

Los dados seguían su baile, y le volvieron a sonreír a Eva.

-       Verdad, no me puedes mentir. Eh pillín.

-       Dispara guapa.

-       Anoche echaste de menos tu disco duro. – pregunto con la sonrisa más pícara que jamás había visto.

-       No…estaba servido – dije guiñándole un ojo.

-       Jajaja. Lo sabía… al salir de la ducha ¿verdad?…se te notaba bajo la toalla, como esta tarde, en la playa….

-       Jaja… venga…tira que he respondido a dos preguntas…gana otra mano y te contesto… si todavía tienes alguna duda- respondí guiñándole un ojo

Ahora me tocó a mí elegir.

-       Prenda…y no vale el calzado…que te veo las intenciones…

-       Jajaja me has pillado…

Desabrochó su blusa y me la pasó, quedándose en sujetador, un sujetador negro que alzaba sus pechos, de manera imponente.

-       Ya veremos si te lo devuelvo…además, aunque no me toqué te voy a decir una verdad…

Eva arqueó la ceja, divertida, esperando mi confesión.

-       No quería que te quitases las sandalias…Me encanta como te quedan.

-       Jajajaja. Eres un adulador…

Los dados siguieron rodando por la mesa, ocultándose en el cubilete, deslizándose verdades y mentiras, las risas, cada vez más nerviosas, aparecían con cada jugada.

-       Maldición – exclamé al levantar el cubo y descubrir que Eva no mentía.

-       Jajaj…Toma.  – gritó levantando los brazos, provocando el meneo de sus tetas…hipnotizándome. – quiero tus pantalones – sentenció.

Me levanté y me quité los pantalones, me di rápidamente la vuelta dispuesto a sentarme antes de que notara el bulto que poco a poco crecía en bajo unos bóxer apretados.

-       Un momento jovencito…dame los pantalones. – ordenó.

Los recogí del suelo y me acerqué a dárselos.

-       Y ahora quieto un segundo…que te vas a sentar y no podré verte…

Así que me quede parado, delante de ella, que me observaba atentamente el bulto que crecía en mis calzoncillos…

-       Ya puedes sentarte…- dijo en apenas un susurro, sin apartar la vista de mis atributos.

La siguiente mano la gané yo, y antes de que pudiera elegir ella se adelantó.

-       Elijo yo… toma.

Ocultó las manos bajo la mesa y, levantando un poco el culo de asiento, volvió a sacarlas, sujetando la falda que ya no llevaba.

-       Gracias – cogí la falda que me ofrecía. – pero no es justo, yo no te he visto…

-       Jejeje, es verdad…a cambio te confesaré una cosa…yo sí que aproveché tu disco duro anoche.- confesó guiñándome un ojo.

-       Jajaja. Eso está bien, ¿viste alguna peli de tu agrado?

-       Sólo parte de alguna… tira anda – me pasó el cubilete.

Seguimos jugando y de nuevo me volvió a ganar..

-       Siiiiii…ya sabes lo que quiero…dijo extendiendo sus brazos.

-       Toma anda…

Me quite los calzones bajo la mesa y se los lancé…pero no a las manos, sino fuera del alcance de estas…cayendo al suelo…Eva se levantó y se agachó a por ellos, dejándome ver un primer plano de su culo…y del tanga que llevaba…

-       Creo que en esta hemos empatado ¿no? – dijo al girar y verme  observándola

Estaba de pie,  con mi ropa interior entre sus manos.  Recorrí con mi vista sus piernas y la parte delantera del tanga…donde se marcaban ligeramente los labios de su sexo.

-       No…yo he salido ganando…

Se volvió a sentar en silencio y continuamos la partida…cada vez más tensa, alargando el final que  esperábamos…

-       Full de Jotas – Ases. – le dije arrastrándole el cubilete.

Sobre la mesa habían dos jotas y un as. Ella se me quedó mirando.

-       No te miento.

Levantó con fuerza el cubilete, dejando al descubierto una jota y un as… me tocaba a mi exigir el tributo…

-       Por lo poco que me has mostrado me ha parecido que lo que llevas es un conjunto ¿no? Sería una pena que se separaran…

-       Jejeje. Eres muy malo. – dijo mientras se desabrochaba el sujetador.

Sus pechos se bambolearon con el movimiento, los pezones, erguidos y desafiantes, mi polla, rígida y dura.

Entonces Eva se levantó, despacio, y se fue acercando a mí, con el sujetador colgando de la mano, yo me gire en la silla, esperándola, hipnotizado con el vaivén de sus tetas…

-       Toma -  me dijo mientras dejaba caer el sujetador sobre mí – coge lo que es tuyo – dijo mirándome a los ojos.

Despacio, con total devoción alce las manos y baje la vista. Tenía su ombligo a la altura de mis ojos. Lo toqué despacio, acariciándolo suavemente. Deslicé las puntas de los dedos despacio por su piel, acercando mis labios a su pubis. Al rozar con los labios su piel ella me detuvo, levantado mi cabeza, vi su rostro entre los pechos, sonriéndome, con los ojos entrecerrados…

-       Todavía no…aún no ha ganado nadie la partida…coge tu premio y acabemos el juego…

Me soltó la cabeza y dejó caer sus brazos… yo baje mis manos, deslizándolas por sus caderas hasta tocar la tela de su tanga. Lo agarré y comencé a bajarlo, lentamente…el vello de su sexo asomo perezoso mientras lo bajaba, recortado y oscuro, albergando la promesa del paraíso.

No tuve prisa, ella se dejaba hacer…con un leve gemido separo las piernas…por las que deje caer el tanga, que cayó en el suelo. Desnudo y erecto como jamás lo había estado, me agache a recogerlo. Acaricie sus pies suavemente, primero uno…desde el tobillo hasta la punta de los dedos, en ese momento ella lo levanto y yo cogí una parte del tanga…para continuar con el ritual en el otro pie, sin embargo esta vez comencé a acariciarle desde mitad del muslo, no levante la vista para verla, aunque su respiración, pesada y honda, me indicaba el grado de excitación que tenía. Por fin, con el tanga en la mano (tanga que no estaba seco), me levanté, quedando frente a frente, desnudos, mirándonos con el deseo a flor de piel.

-       Acabemos la partida. – le dije.

-       Es la última mano…

Se marchó a su silla, mientras yo servía dos chupitos más, que nos bebimos en silencio, hasta que ella arrojó los dados, deslizó el cubilete hacia mí y me sonrío…

-       Pareja de Damas…

----------------------------- El ganador se lleva todo -----------------------------

-       Trio de Damas al Rey…

Sonreí cuando Eva levantó el cubilete y vio lo que había bajo él.

-       Mentiroso, esto no va a acabar así…

Dejo las dos damas sobre la mesa y agitó el cubilete con los tres dados dentro. Las tetas le bailaban al son de los dados y eso me estaba poniendo a cien…junto a hecho de que amos estuviésemos jugando a los dados borrachos y desnudos…

Arqueó las cejas al ver lo que había dentro del cubo…y con una sonrisa radiante me espeto:

-       Póker de señoritas al As.

-       Si venga??!! No me jodas… - acerqué el cubo hacia mi…

Era prácticamente imposible que en los tres dado hubiesen salido 2 damas y un as…pero ¿por qué subir tanto la apuesta y arriesgarse?

Levanté el cubilete para mí, dando por buena su apuesta…y allí estaban…dos damas y un negro…maldita sea…

-       Eres mala persona -  dije haciéndome el indignado mientras ella se echaba a reír.- A ver si hay suerte…bueno…más – dije clavando sus ojos en ella. Y sonriendo.

El cubilete voló y golpeó la mesa, quedando solo el silencio roto por la brisa que venía del mar y el canto de algún grillo solitario.

Levanté el cubilete…

-       Tú ganas…- dije con pesar.- Estoy en tus manos.

-       Yujuuu!!! – gritó alzando los brazos. – Ven aquí cielo…

Me levanté de la silla y me acerqué a Eva, desnudo, por primera vez Eva me veía así. Me acerqué a ella. Con la polla durísima y erguida. Eva giró su silla, quedando frente a mí.

-       Tú has ganado…dime que deseas…

Eva se levantó de la silla y acerco su boca a mi oreja…

-       Eres mío…- dijo acariciando mi polla. - Esta noche eres mío…tus labios son míos, tu cuerpo es mío…tu polla es mía…fóllame…

Ya no podíamos aguantar más, los dos, desnudos, borrachos, excitados por un juego que había dosificado nuestro deseo hasta hacerlo fuego en nuestros cuerpos. La cogí de la cintura, mientras mi boca buscó la suya, nuestras lenguas se fundieron, luchando sin descanso, nuestros sexos se pegaban al cuerpo del otro, sentía el vello de su coño apretarse contra mi pubis, contra mi polla. con la respiración entrecortada nos separamos. La levanté y la puse encima de la mesa…ella se tumbó, tirando el cubilete de los dados…dejando al descubierto una Dama.

----------------------------- El premio -----------------------------

La Luna nos iluminaba, observando desde la distancia nuestros cuerpos, desnudos, bebidos…desatados.

Eva estaba tumbada sobre la mesa de la terraza…jadeando... levante con parsimonia una de sus piernas, sujetándola por el tobillo, mientras mi lengua se deslizaba desde la parte interior de la rodilla hasta el talón, despacio. Al llegar al talón besé su tobillo y me quedé mirándola.

-       Tu premio…- comencé mientras le quitaba la sandalia y dejaba que esta cayera al suelo- empezaré por tus pies…

Presioné suavemente la planta del pie, mientras me introducía el dedo pequeño en la boca, sin dejar de mirarnos… Eva jadeaba con fuerza, y yo iba cambiando de dedo a dedo, lamiéndolos, besándolos, acariciando su empeine.

Cambié de pie y repetí la operación, hasta acercarme los dos a la boca y continuar lamiéndolos, desde la planta hasta los dedos, cambiando el ritmo…los gemidos de Eva eran cada vez más graves, más necesitados…

Mis labios comenzaron desde el tobillo a deslizarse por sus piernas, despacio, recreándome en cada centímetro de su piel, mientras ella apretaba su pecho con una mano… sujetándose con la otra a la mesa. Cuando llegué a la parte interior de su muslo la respiración de Eva se había descontrolado, soltó su pecho y me cogió la cabeza con las dos manos, acercándola a su sexo, caliente y húmedo.

-       Todavía no…- dije moviendo la cabeza- vas a desear no haber ganado…- sentencié sonriendo.

Volvía a besar su muslo, esta vez en la otra pierna, acercándome cada vez más a la tierra prometida. Eva, necesitada, acercaba su sexo a mi boca moviendo sus caderas, a lo que yo respondía besándole el otro muslo. Hasta que al final besé su sexo. Sólo un beso, intenso, fuerte, que provocó un grito de placer y que Eva arquease su espalda. Pero no iba a ser tan fácil…bese el pelo rizado y mojado de su coño, despacio, suave, trazando círculos con la lengua alrededor de su entrada.

Ella abría las piernas, entre gemidos y jadeos.

-       Por… favor…comételo…

No necesitaba más. Mi lengua recorrió su sexo, de abajo a arriba, despacio, mientras con los dedos separaba sus labios. Comencé a succionar despacio, a darle besos.

-       Ahh…ahh… si…sigue…por…ahhhhhhhh!!!

Eva soltó un grito, desgarrador en mitad de la silenciosa noche, cuando mi dedo entró en su coño, completamente empapado. Empecé a follarla así, con el dedo y la boca, despacio, rápido, despacio otra vez.

-       Carlos…siiií…fóllame…asi….asiii… -

Se apretaba las tetas con furia, juntándolas, pellizcándose los pezones, tirando de ellos. Esta imagen me volvió loco. La polla me palpitaba…y bajé el ritmo, los besos, el dedo, muy despacio…

-       Ahhh ahhh ahhh me… corro…me…voy ahhh…correr…ahhhh..dios… ahhhh…ahhh….AHHHHH

Eva estalló en un orgasmo terrible, arqueando la espalda, gritando de placer, la botella y los vasos cayeron al suelo…mientras yo seguía devorando su coño, despacio.

Con una sonrisa en los labios levanté la cabeza y me incorporé. Eva estaba tumbada en la mesa, estremeciéndose, agarrándose un pecho, mientras que con la otra se apartaba el pelo enmarañado de su cara, con los ojos cerrados y mordiéndose el labio.

-       Joder…- dijo jadeando. – menudo regalo me has dado…

-       Y sólo es el primero- dije besándole el ombligo.

Eva se sentó en el borde de la mesa, comenzó a masturbarme, lentamente…

-       Vamos a la cama…necesito más…

Entramos en la habitación a trompicones, besándonos. Chocamos contra la pared, y le alcé los brazos, cogiéndola de las muñecas. Nuestros sexos se rozaban, y podía notar su coño, caliente y mojado por sus fluidos y los míos, restregarse por mi polla. Le solté de las muñecas y le agarré las tetas, juntándolas, para degustar los pezones, que erectos por la excitación me desafiaban. Me metí uno en la boca, succionándolo… haciendo gemir a Eva, cambié de pezón, metí la cara entre sus dos enormes tetas, lamiéndole el canalillo mientras las apretaba con fuerza.

-       Ahhh…comételas…son tuyas… ¿te gustan? Comételas…así así…

Sus palabras me hicieron perder el control…nunca había estado tan cachondo…le solté una teta y mi mano fue a buscar su sexo, que comencé a acariciar, introduciendo un dedo…luego otro…

-       Ohhh…Ohh….sigue… sigue…

Los dedos se deslizaban, entraban y salían suavemente, estaba empapada…casi no podía más…le di la vuelta y la empuje contra la cama…yo me puse encima de ella, cogiéndola de las manos, sobre su espalda…ella abrió sus piernas, y yo metí mi polla…entre ella y la cama, nuestros sexos estaban pegados…ella grito al sentir el contacto…

-       Por favor…fóllame ya…métemela…por favor…- gimió Eva.

-       Tú te vas a quedar así…quietecita- le susurré al oído mientras me movía lentamente, masturbándola con mi polla.- te vas a correr y después voy a ir a por un condón para follarte como mereces…

-       No…ahora no…por favor…métemela...por…favor…ahh…ahhahha …me corro… me corro Carlos…por….fa…vor…

Al oírla aceleré el ritmo, gruñendo de placer al rozarme con ella…

-       Córrete Eva…córrete en mi polla…es tuya…

-       Sí…sí…cabrón…si si si si ahha aahah ahah aha..me corro me corro me corrroooohhhh.

Eva llegó al orgasmo…la notaba temblar bajo mi cuerpo, la notaba correrse sobre mi polla… me separé de ella, acercándome a la mesita de noche cogí un preservativo de uno de los cajones y me lo puse…mi polla palpitaba.

Ella continuaba tumbada en la cama, recuperándose…decidí no darle mucha tregua.. me acerqué y levanté sus caderas…

-       Carlos espera…dame un…uuuhhh

La penetré rápidamente, hasta el fondo…quedándome quieto…la cogí de las caderas. Y empecé a sacar mi polla despacio. Para volver a introducirla rápidamente…una vez…y otra…

-       Ahh…ahhh… - gemía del placer… - ¿te gusta?

-       Sí…fóllame así…¿querías follarte a tu vecina madura? ahh…ahhh…

Cada vez iba más rápido…

-       Ahhh…vecina…me encanta Eva…me encanta follarte…así…así….

-       Vamos…vamos…fóllate a tu vecina…así...fuerte…fóllame…fuerte…

-       Me corro Eva… me voy a correr…

-       Dentro…no…quiero tu leche…encima de mi…dámela…

Eva se separó de mí, sacando la polla de su coño. Se dio la vuelta… y me quitó rápidamente el condón…

Me pajeo con fuerza…alternando sacudidas profundas con bombeos rápidos.

-       Córrete para mi…córrete ahora cabrón…córrete sobre mi…

-       Ahhh ahha ahhh sii sii sisiisis….ahhhh

Una corrida inmensa salió despedida, sobre los pechos de Eva, cubriéndolos de semen…Eva continuó masturbándome…despacio…para después meterse mi polla en su boca, y limpiarla…saboreando mi leche…acariciándose la corrida entre sus tetas se sacó la polla de la boca…y mirándome fijamente me dijo…

-       Sabe a látex… - rió Eva mientras jugueteaba con el semen que corría por sus tetas.

Ambos reímos, ella se levantó y fue al baño a limpiarse. Yo la observaba desde el umbral de la puerta.

-       Quédate a dormir…- dije mientras la abrazaba por la espalda…besándole suavemente el cuello.- Por favor…

----------------------------- Despertar -----------------------------

Abrió los ojos, agobiado por el calor…estaba sólo en la cama…de fondo se oía el rumor del agua correr en la ducha…se incorporó y se dirigió al baño.

La puerta estaba abierta…igual que la ducha.

-       Buenos días. – dije desde el umbral de la puerta, mirando como el agua corría por el cuerpo desnudo de Eva.

-       Buenos días guapo. – respondió. - ¿Una ducha para empezar el día con energía?

-       Por supuesto. – dije entrando en la ducha, cerrando tras de mi la mampara. – Gracias por quedarte- dije besándola suavemente en los labios, abrazándola por la cintura.

Comenzamos a besarnos despacio, bajo el agua.

-       Gracias a ti por lo de anoche…lo necesitaba…

Comencé a besarle el cuello. Acariciando su cuerpo mojado.

-       Necesito algo…- me dijo al oído mientras me mordía la oreja. – me muero de ganas de…

Eva comenzó a bajar, acariciándome y besándome. Hasta llegar a mi verga, ya erecta.

La tomó entre sus manos…

-       Pásame el jabón. – me dijo.

Apreté la botella, dejando caer el líquido en la palma de su mano. Ella lo extendió con delicadeza por mi miembro, mientras lo masturbaba lentamente…poco a poco. Mi polla, enjabonada, estaba en la gloria. Pajeada suavemente por Eva.

-       Agua.- me ordenó

Le dí la alcachofa de la ducha y comenzó a rociar mi polla, sin dejar de pajearme, estaba en la gloria. Cuando ya no quedaba jabón, ella bajo la alcachofa, situándola entre sus piernas…

-       Ahhhh- gimió. – ahahhhh

Cerrando los ojos se metió la polla en la boca, despacio, saborendola.

-       Ahhh si… que bien…

Ella continuó la mamada, con devoción, gruñendo por el placer que le daba el chorro de agua en su coño.

Alternaba lametones con mamadas profundas. Se sacaba la polla de la boca para masturbarme rápidamente mientras con la lengua lamía el capullo, para volver a metérsela entera en la boca.

-        Me corro Eva… me corro…

Sacó la polla de su boca y me miró fijamente, masturbándome a una velocidad endiablada…

-       Correte mi niño…dame tu leche…ayer me quedé con ganas de comerte esta polla preciosa que tienes…de que me follarás la boca como has hecho ahora…de que te corras en mi cara…vamos mi niño…dame toda tu leche…dámela…dámela…dámela…

-       AHHHHHHHH – Grité cuando me corrí. Un chorro de leche saltó sobre la cara de Eva…densa y abundante, una corrida de película, un segundo chorro volvió a mancharla…el tercer y cuarto chorro se estrellaron contra su paladar y garganta, pues me comía la polla con furia, desesperada. Apretando la alcachofa en su coño ella llegó también al orgasmo.

Se levantó, con restos de semen en la cara, que recogió con un dedo que se llevó a la boca. Sonriendo y con picardía me preguntó si había tenido un buen despertar…

-       Un despertar increíble.

Ella continuaba con restos de leche en la cara, y sin dejar de mirarnos enchufé el grifo. El agua nos empapó otra vez, limpiándola. Nos abrazamos bajo el agua, en silencio, disfrutando del momento.

Ese fue el principio del verano, un verano de sorpresas donde Eva y Carlos vivieron el verano más caliente de su vida. ¿Continúa su historia hasta hoy? Quizás en el próximo relato se lo cuente.

¿FIN?