Jugando

Descubro a otro Jorge

Jorge cambio en el mismo instante, en que me metió la polla después de follarme su padre, lo note, fue a buscar su placer sin pensar en mí, aún a pesar de que decía que me quería y le correspondía.

Aún así nuestra relación, seguía siendo maravillosa, el era la persona extraordinaria de la que me había enamorado, era encantador, atento, gentil.... Pero su cambio se produjo en nuestras relaciones íntimas. Al día siguiente de aquello, y después de un día normal y corriente, una vez que habíamos cenado y visto algo de televisión nos fuimos a la cama. Al momento de acostarme, Jorge se avalanzo sobre mí, hundió mi cabeza sobre el colchón apretando con una de sus manos, con la otra inmovilizo mis brazos a la espalda y me penetro, sin juegos previos, sin nada, con violencia, con rapidez, debido a su acción, note dolor y ardor, pero  ni una queja salió de mi boca, supongo que en la antigüedad las relaciones sexuales serían así, el macho montaba a la hembra cuando le parecía y su interés era el placer propio.

Así fueron transcurriendo nuestros encuentros, yo, encontraba el placer en la incertidumbre de en que momento y como me follaria Jorge. Nunca era igual, y podía ser en cualquier momento o lugar. Su padre, Damián, empeoró rápidamente, y en una de las visitas que le hicimos al hospital, me follo en el baño de la habitación.

Una tarde, Jorge me telefoneó a mi despacho y me dijo que vendría a recogerme para tomar algo por ahí. Me gustaba la idea, de salir con él, así porque así, y disfrutar de la compañía de mi hombre. Cuando me llamo diciendo que me esperaba en la calle salí volando, me introduje en el coche y le dije que donde íbamos.

Sorpresa cariño, hoy vamos a hacer algo diferente y placentero para los dos.

Desconocia donde nos dirigíamos, daba igual, iba con mi amor.

Llegamos a un parque, fuera de la ciudad, allí se practicaba la prostitución, putas, chaperos y travestis, dividos por zonas. Al poco, Jorge paro a la altura de una travesti de color, hablo con ella brevemente, yo no podía escucharlos, y al momento la morena entró en la parte trasera del coche.

Joana, pásate atrás con nuestra amiga, quiero disfrutar de un buen espectáculo.

La morena, tenia aspecto masculino, llevaba una peluca, de color castaño sucia y despeinada, sus pechos eran pequeños y desalineados,  olia a una mezcla de sudor y colonia barata. Su polla negra, reposaba ya, sobre sus muslos, era larga y se veía gruesa.

Vi en los ojos de Jorge lo que quería que hiciera, aquel pene olia mal, enseguida identifique su aroma, aún así lo introduje en mi boca, aguantando la repugnancia que me producía, su sabor me resultó también conocido. Ese pene había estado alojado en un culo no hacía mucho.

Cariño, no seas tan fina, usa la lengua, naciste para comer rabos. Jorge me hablaba y ordenaba lo que tenía que hacer.

Emplee todas mis ganas, pero esa culebra negra, no aumentaba de tamaño, se notaba que en su último combate había trabajado bien. La morena exajeraba sus gemidos, pero ni aún así, fue capaz de poner erecta su polla. Jorge se dio cuenta, y dijo que ya estaba bien. La pago lo convenido y la despidió.

Joana, me debes 100€.

Saque de mi bolso el dinero y se lo fui a dar. Lo rechazo, y me dijo que me lo ganará de una manera mejor. Me explico que le gustaría verme haciendo lo que la negra. Mi respuesta fue quitarme el tanga, repasar mis labios, y desabrochar los botones de mi vestido hasta casi dejar mis tetas al aire. Solo le pedí, que vigilará de cerca, por si pasaba algo.

Al momento de estar en aquella rosaleda, sola y de pie, paro a mi altura una furgoneta de reparto, era un hombre rapado, con barba, de unos cuarenta años.

Ey golfa, no te conocía por aquí, me gustan tus tetas, cuanto por follarte a pelo?

Yo no había pensado en follar con nadie sin protección, pero no iba a quedar mal con Jorge, el cual me veía en su coche a unos 20 metros.

60€ cariño y te la chupo primero.

Acepto mi tarifa, y subí a su coche, avanzó un poco y paramos, enseguida se tiro encima de mi, y comenzó a comerme las tetas, sus manos apretaba todo mi cuerpo, yo hacía como la morena y exajeraba mis gemidos. Mis manos buscaron su bragueta y encontré un pene pequeño y duro. Agaché mi cabeza y lo chupe, olia también a sudor y orín, pero no era tan desagradable como el de la morena. No tenía problema en sorberlo, se acomodaba con facilidad en mi boca, sus huevos eran pequeños también, los lami, y enseguida me reclamo para metermela, intuí, que iba a ser una penetracion rápida, y así fue, al poco de introducirla note ese calor que trasmite el semen al contacto con el recto. Pago mi servicio y me cito en el mismo sitio a la semana siguiente.

Baje del coche, vi partir a mi cliente, y casi sin tiempo de limpiarme llegó otro coche. Este era un chico de poco más de veinte años.

Quiero correrme en tu cara y tus tetas, no quiero follar, te doy 70€,que me dices?

Le sonreí, y rodee el auto, para subir. Mire a Jorge, y vi en su cara toda la morbosidad que nunca le había conocido.

El chico, muy educado, espero, a verme recostada, para ponerse encima de mí como cabalgandome, saco su pene, no muy grande tampoco, y empezó a pajearse, yo le animaba, y le invitaba a hacerlo más deprisa.

Vamos, amor, que rica polla tienes, que grande es, riegame con tu leche.

Eso le excito tanto, que empezó a darme tralllazos de leche, disparando a mi cara.

Me limpie con toallitas que el chico me ofreció. También me habló de verme otro día, me despedí de él, y baje del coche.

Llege a la altura de Jorge, e igual que una puta con su chulo le di el dinero.

Toma cabron, tus 100€ y 30 de intereses.

Jorge se rio. Como un caballero me abrió la puerta del coche.

Para mañana te tengo algo mejor, gracias por ser tan zorra Joana.