Juerga. (3) La venganza.
Vi que se acercó y sentí como su verga, tocaba mi panochita. Empecé a temblar. No lo hagas, no lo hagas, pensé.
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-Te vi con los 3. –Me dijo.
-¿Con cuales 3? –Respondí.
Estaba asustada, excitada. Mi cuerpo no respondía, no me podía agachar a agarrar mi bikini.
-Con esos 3 calenturientos. Vi lo que hicieron. –Dijo.
-Y ¿Tu? Con esa chava. –Le dije. –Bien destapados en la alberca.
-Solo me dejó caliente, traíamos la ropa puesta. Al igual que como a ti te dejaron. –Me dijo.
Se sentó a lado de mí. Se bajó el short y saltó su verga. Empecé a temblar, me mojé.
-Yo no hice nada. –Le dije, sin quitarle la vista a su verga.
-Y ¿Por qué estas paralizada? ¿Desnuda? Y No le quitas la vista a mi verga –Me dijo. Caí totalmente.
Me agarró de la cabeza y me agachó hasta su verga. Se la empecé a mamar. El chavo tomó el ritmo, me empujaba la cabeza. Sentía que me llegaba hasta la garganta y casi me ahogaba. Con todas mis fuerzas me salí, dejé de mamársela y agarré aire.
-Ponte el condón para que me la metas. –Le dije.
Se quitó el short y sacó el condón. Se lo puso y se quedó sentado, me puse encima de él y me clavé. Estaba muy mojada, no batallé para metérmela toda. Me quedé un rato clavada sin moverme.
Lo vi y lo besé. Empecé a moverme.
-Espero que tú no seas como ellos. –Le dije refiriéndome a los 3 que me había cogido antes.
-Claro que no. –Me dijo.
Me levantó un poco y empezó a moverse, rápido, con fuerza. Me bombeaba muy fuerte. Podía escuchar la música de la casa, nadie oiría mis gemidos. No los ahogué, me destapé.
-Mas. Mas. Así, fuerte, dame. –Le dije. –Me vengo, sigue, sigue, no pares.
Continuó con sus movimientos hasta que me llegó el orgasmo. Gemí fuerte. Me dejé caer en su verga, a disfrutar del orgasmo. Pero él no se detuvo.
-Ponte el cuatro. –Me dijo, quitándome de encima de él.
Me salí del auto y puse las manos en la cajuela y me empiné. Andaba muy caliente, quería más y no me importaba estar fuera del auto y que nos vieran.
El chavo se puso detrás de mí y me la clavó rápido. Entró fácil.
Empezó a bombearme. Rápido, sus piernas golpeaban con fuerza mis nalgas.
-Empuja más fuerte. –Le dije.
Estuvo bombeándome rápido, fuerte hasta que me llegó otro orgasmo. Lo empujé con mis nalgas para indicarle que se detuviera.
-Que rico. –Gemí. –Que rico. –Gemí. –Ahora dame tu lechita.
Me volteé y me puse de rodillas frente a su verga. Empecé a masturbarlo y a mamársela y a los 30 segundos:
-Me vengo, no pares. –Me dijo.
Metí mi boca, y se la jalé hasta que sentí chorros de semen golpear mi paladar. Pensé que nunca terminaría. Llenó mi boca completamente. Cuando sentí que ya no salió semen, saqué la verga y tragué la lechita.
El chavo se dirigió al auto y se puso el short.
-¿Así son todos de fríos por acá? –Le pregunté mientras me dirigía al auto por mi bikini.
-¿Cómo? –Me preguntó el chavo.
-Acabo de coger con 4 chavos y ninguno me dijo ni una palabra al terminar.
-Ya entendí tu pregunta. –Me dijo. –Es la primera fiesta a la que vienes, ¿verdad?
-No. He ido a muchas.
-Pero aquí a la playa. –Especificó. –Cuando se hacen estas fiestas en la playa y en esta época, la gente solo viene a tomar y a tener sexo con cualquiera que se les atraviese.
-No entiendo. –Dije. Era verdad, no entendía.
-Sí. Por ejemplo. Yo no conozco a ninguna de las personas de esa casa, ni fui invitado a la fiesta. –Me dijo con una sonrisa. –Iba pasando por aquí y entré. Hablé con una chava y estuvimos un rato fajando. Te vi que cogiste con varios y por eso vine contigo.
-O sea, ¿te aprovechaste de mí? –Le pregunté.
-Tú querías y yo quería, ¿Cuál es el problema?
Empecé esto con la excusa de quitarle galanes a mi hermana pero terminé cogiendo con otro. Si quería.
-Me voy. –Me dijo. –Disfruta, nadie recuerda nada al día siguiente. -Y lo vi perderse entre la playa.
Y de nuevo estaba sola, en el auto, pero ahora si satisfecha. Pensé en todo lo que había pasado desde que llegué, y solté una carcajada.
-Soy bien puta. –Me dije a mi misma.
Cerré el auto con llave y de nuevo fui a la casa. Entré y ya había menos gente, me fue fácil encontrar a mi hermana y a mi novio que seguían sentados en el sillón.
-Hola. –Los saludé con una sonrisa.
-Y ¿La toalla? –Me preguntó mi hermana.
“La toalla” , me asusté.
-Y vienes un poco sudada. –Siguió diciendo Olga. Rafa me miraba como divirtiéndose.
“Cállate” , pensaba.
-Las toallas, las bajamos, porque no encontré nada. Y vengo sudada porque caminé mucho, no encontraba el auto.
Los dos me miraron, luego se miraron. Ya no abundaron más en el tema. Nos la pasamos los 3 sentados en el sillón, viendo a todos. Se dio la 1am, la gente se empezó a ir. Las 2am, Olga se fue a dormir. Las 3am, me fui al cuarto.
En el camino, en otros cuartos, podía escuchar algunos gemidos. Pensaba en mis primos y sus parejas. Y quizá en otras personas. Entré a mi cuarto y ahí estaba sola Olga en la cama.
Me acosté con el bikini. A los 30 minutos siento que Olga se levanta.
-¿Estas despierta? –Me preguntó.
-Sí.
-Voy al baño. –Y salió.
Me llegó el arrepentimiento de todo lo que había hecho. Había disfrutado de 4 vergas en una noche. Aunque 3 no me habían dado mucho placer, ni siquiera las sentí mucho, me la metieron. Pero al ver a mi hermana, aun virgen, supe que había valido la pena. Todo por ella.
Pasaron 10 minutos y mi hermana no regresaba. 15 minutos y pensé mal. Me levanté y salí del cuarto. Había silencio total. Caminé hasta el baño. Me detuve al escuchar la voz de mi hermana.
-… a la noche lo haremos tu y yo. –Dijo.
“¿Lo harán?” , pensé. Sentí un nudo en el estomago.
-Ya nos dijo que nos iba ayudar con July, él la va a entretener mientras nosotros lo hacemos. –De nuevo dijo mi hermana.
“¿Rafa está con ellos? Y ¿Con quién va a coger?” , apenas me iba a asomar para ver quién era cuando:
-Hola prima. –Escuché la voz de mi prima. Me asusté. -¿Sigues despiertas? –Me dijo.
-Y tu también. –Le dije.
-Ven, vamos al cuarto, allá hablamos. –Me dijo. Me tomó de la mano y me jaló de regreso al cuarto.
Ya no pude ver con quien estaba hablando mi hermana.
Entramos al cuarto. Mi prima iba un poco ebria.
-Y ¿Olga? –Preguntó.
-En el baño. – “O planeando como perder su virginidad” .
En eso entra mi hermana al cuarto.
-Ven Olga, aquí. –Señaló la cama mi prima. –No hagas mucho ruido.
Nos sentamos los 3 en la cama.
-Sé que están chicas aun, pero dejen les pregunto algo: ¿Han tenido sexo? –Nos preguntó.
-¿Por qué preguntas? –Respondí asustada. “¿Me habrá visto?” .
-Es que muchos amigos me preguntaron por ustedes y me dijeron que estaban bien ricas. –Dijo mi prima. Mi hermana sonrió. Yo me apené. –Sé que tienes novio July, pero en estas fiestas nadie sabe qué pasa, todos nos perdemos. Te puedo asegurar que Rafa ya se acostó con una.
Me puso a pensar su comentario. “Si se acostó con alguien, me lo tengo bien merecido” . Me invadió la tristeza. “Lo amo, pero me lo merezco por puta” . Mi prima dijo:
-Uno de mis amigos quiere hacerlo contigo.
-¿Qué? –Me sorprendió su comentario, tan directo.
-En mi puedes confiar. Yo te puedo ayudar, pruebas una vez algo diferente, tu novio no se entera y ya. –Dijo mi prima.
-¿Tú has engañado a tu novio? –Pregunté.
-Somos abiertos de mente, disfrutamos de nuestro sexo. No lo llamamos engañar.
Se hizo el silencio.
-Y ¿Tu, Olga? –Le preguntó a mi hermana.
-No he tenido sexo aun.
-Ahí hay varios que me dijeron que quieren contigo.
-No. –Respondí rápido. –Ella no tendrá su primera vez con cualquiera.
Se rió mi prima. La miró, y ella voltea a ver a mi hermana y le guiña el ojo.
-Bueno, vamos a dormir. –Nos dijo. –Hoy seguirá la fiesta más tarde.
Nos acomodamos las 3 en la cama y dormimos.
Escuché ruidos. Abrí los ojos. Mi hermana ya no estaba, mi prima seguía durmiendo. Veo el reloj, son las 3pm. Me levanto. Salgo del cuarto y voy al baño. Veo a mi hermana con mi primo y sus amigos y amigas. Traen la cámara de video. Están a risa y risa.
Entro al baño, luego regreso al cuarto y ahí me quedo un rato. Dan las 4pm, salgo y vamos a la playa a bañarnos.
Estuvimos jugando, mi novio, mi hermana, mi primo y todos sus amigos y amigas. Poco a poco el juego estaba subiendo de tono; a veces se me acercaba uno de los amigos de mi primo y “jugando”, me tocaba la nalga, fingiendo que me cargaba. Otras veces, se me pegaban y sentía sus paquetes.
Incluso, lo hacían con mi hermana y con sus demás amigas. Estas también se acercaban a mi novio y lo tocaban o se dejaban tocar por él. Poco a poco sentía como me calentaba y seguí el juego, siempre cuidando a mi hermana, que no se pasaran con ella.
Como a excusa de dar un golpe, fingía que no le daba y pude tocar algunas vergas. Otras veces, cuando todos nos juntábamos, tocaba de lleno las vergas de algunos. También sentía como descaradamente me agarraban las nalgas y en otras veces, sentía sus dedos en mi panochita.
Sin duda me entraron unas ganas enormes de coger en ese momento.
Para calmar mi calentura, me separé un poco de ellos. Me mojé un rato y luego salí del agua y me senté en la arena a verlos. En ocasiones miraba a mi hermana tocar a mi novio, pero de forma descarada, y a Rafa tocarla.
Me dio miedo y al mismo tiempo excitación. Me los imaginé cogiendo. Borré la imagen. “Nunca lo harán” .
-Hola, July. –Escuché la voz de mi prima.
-Hola. -Volteé a saludarla. No venia sola, venia con su novio.
Se sentaron junto a mí.
-Se ve que se están divirtiendo. –Dijo mi prima.
-Sí. –Respondió el chavo. –Como nosotros. ¿Te acuerdas?
-Como lo voy a olvidar. –Y se rió mi prima.
No dije nada. No sabía de lo que estaban hablando. Solo los escuchaba. Miraba como seguían jugando. De repente me llegó un pensamiento. La plática en la noche entre mi prima, mi hermana y yo. “Este es el chavo que quiere conmigo, su novio” . Me puse nerviosa.
Nadie habló por unos momentos. Vi que llegaron algunas personas a la casa con cerveza, bocinas, hieleras. Estaba nerviosa. Necesitaba salir de ahí.
-Pri… prima. –Tartamudeé. Tragué saliva. –Voy a la casa a arreglarme. Veo que ya están llegando.
-Mi novio es el chavo del que te hablé. –Me dijo. Entendí de inmediato.
Me levanté, la tomé de la mano y la jalé lejos de él.
-¿Qué te pasa? ¿Estás loca? –Le dije. –Es tu novio.
Mi prima rió.
-No te rías. –Le reclamé
-Cálmate, July. –Me dijo. –Es solo sexo, no va a pasar nada más. Nadie se va a enterar.
No dije nada.
-Ustedes se van al cuarto ahorita mismo. –Me dijo. –Nosotros, entretenemos un rato a tu novio.
Silencio.
-¿Qué van hacer para que no se entere? –No supe porque pregunté eso.
-Así me gusta. –Me dijo divertida. –Yo tengo mis mañas. Tu solo vete con él ahorita mismo y disfruta. No te preocupes por lo demás.
Me quedé un rato callada. Me tomó de la mano y fuimos a la casa. Entramos a nuestro cuarto.
-Espera aquí. –Me dijo. –Y no te asusté cuando bajes su short. –No la escuché muy bien.
Empecé a temblar.
Estuve cerca de 10 minutos sola en ese cuarto. Me mataba la ansiedad. Me senté en la cama. Escuché la puerta, y se abrió. Volteé y vi al novio de mi prima. Andaba en short y playera sin manga.
Me puse más nerviosa de lo que estaba. Se acercó, se sentó a mi lado y me dio un beso que no respondí.
-Espera. –Le dije.
-¿Qué pasa? –Me dijo con una sonrisa en su rostro.
-¿Qué… que… vamos hacer? –No supe que preguntar, no sabía que hablar.
-Vamos a coger. –Me dijo.
No dije nada. Bajé la cabeza.
-¿No quieres? –Me preguntó.
-Sí. –Respondí. Era verdad, si quería.
-¿Qué pasa entonces?
-¿Cómo lo va a entretener? A mi novio. –Le pregunté.
-Se lo va a coger. –Me dijo, sin más.
-¿Qué? – “ ¿Escuché bien?” – ¿Cómo? ¿Qué quieres decir?
-Pensé que ya habían quedado. –Me dijo.
-Quedado ¿En qué? –Pregunté algo desconcertada.
-En que tú y yo cogeríamos y ella y tu novio, ella le trae ganas. ¿No lo hablaron? –Me preguntó.
“Mi prima es una puta, quiere que su novio coja conmigo y ella quiere, ¿coger con mi novio? Rafa no sería capaz.” , pensé.
-Espérame aquí. –Le dije sin darme cuenta de lo que había dicho.
Salí del cuarto a buscar a mi prima. Fui a la playa y no estaban, ni mi prima ni mi novio.
-Olga. –Le hablé a mi hermana. Salió del agua y vino. -¿Has visto a Rafa?
-Sí, se fue con la prima. Creo que fueron a la casa. –Me dijo.
Mi corazón latió muy de prisa.
-Voy a buscarlos. –Y regresé a la casa. El novio de mi prima estaba esperándome.
-¿Qué pasa? –Me preguntó. No respondí.
Busqué cuarto por cuarto, esperando encontrarlos y no encontrarlos. Pero no estaban en ninguno.
-Se fueron. –Me dijo el novio. –A la casa de una de sus amigas.
“Rafa ¿Aceptó?” , no lo podía creer. Me quedé callada y me enojé por dentro. Luego recordé que anoche me habían cogido 4 hombres diferentes. “Me lo merezco” , pensé. Estos pensamientos no me quitaron mi enojo. Tomé de la mano al novio de mi prima y lo jalé hasta un cuarto. Cerré la puerta, rodeé su cuello con mis brazos y nos besamos.
“Si ella se coge a mi novio, yo me cogeré al de ella” .
Me tomó de la cintura y me empezó a acariciar, luego puso sus manos en mi espalda y las bajó hasta mis nalgas. Las masajeó, las apretó. No dejábamos de besarnos.
En mi cabeza no existía nada más que regresarle la moneda a mi prima. Iba a darle la mejor cogida a su novio, para que se enojara.
-Acuéstate para mamarte la verga. –Le dije.
-Empezamos bien. –Me dijo.
-¿En serio? –Me animó mas a seguir hablando de esta manera. –Quiero mamártela, metérmela toda en la boca. Quiero que me des tu lechita. –Le dije todo esto, mientras le agarraba la verga por encima de su short.
-Muy rico.
Se acostó. Me puse encima de él. Lo besé y me empecé a mover, como si me estuviera penetrando. Pude sentir como su verga se ponía erecta. Le besé su cuello, le quité su playera, estaba ejercitado, bajé por su pecho, su estomago. Me hinqué frente a su paquete.
Lentamente le bajé el short, mientras lo miraba a los ojos con una cara perversa, sacando mi lengua. Pude ver como el tronco de su verga iba apareciendo, estaba gruesa. Sin quitarle completamente el short, lamí el tronco. Bajé un poco más el short, parecía que no llegaba al final.
Cuando lo bajé completamente, y se lo quité, me levanté y pude ver su verga: Era enorme, grandísima. Y muy gruesa. Me la imaginé entrando en mi panochita, me mojé toda. Me entró un miedo enorme. Yo era chiquita. “¿Cómo va a entrar eso en mi?” , pensé.
-Mámamela. –Me dijo.
Estaba totalmente arrepentida. Ya no quería seguir ahí. El novio de mi prima se levantó y me acercó a él. Me besó mientras me tomaba de la mano y la guiaba hasta su enorme verga. Lo empecé a masturbar mientras, me quitaba mi playera y me besaba mis pechos.
-Tienes unos pechos enormes. –Me dijo.
Por más que pensaba en algo agradable, para calentarme, no podía. Tenía mucho miedo.
Me acostó en la cama, me quitó el short y mi ropa interior. Se puso el condón, luego me empezó a meter sus dedos en mi panochita.
Empecé a gemir y sentí como me mojaba.
-Ya estas lista. –Me dijo. –Te debo el sexo oral para la otra, andabas en el agua y sabes a arena.
No respondí, solo deseaba que no me metiera aquella cosa enorme. Vi que se acercó y sentí como su verga, tocaba mi panochita. Empecé a temblar. “No lo hagas, no lo hagas” , pensé.
Lo que en un momento, parecía algo realmente agradable, se convirtió en una tortura para mí.
Empujó su verga, sentí su cabecita dentro de mí. Arqueé mi espalda, tuve un orgasmo. Mi verga empez a apretar la verga del novio de mi prima. Lo que al principio pensé que sería dolor, no era tanto como lo creí. Poco a poco empecé a sentir placer.
El chavo, puso sus brazos a lado de mí, y me agachó a chupar mis pechos. Poco a poco la fue metiendo, sentía como se abría paso.
-Despacio. Hazlo despacio. –Le dije.
Me dolía, me gustaba. Era una sensación muy diferente. Muy rica.
Seguía empujando. “Ahí, hasta ahí. Detente” , pensé.
Empujó y la metió toda. Me dolió mucho.
-Sácala. –Le dije y lo empujé.
Sonriendo me dijo:
-¿Qué pasó?
-Nada. –Estaba sentada. Apenada.
Pensé en que era más mi miedo, que el dolor que había sentido. Me había gustado pero no quería seguir ahí.
-Ya no quiero. –Le dije, entre susurros.
-No te escuché. –Me dijo.
Vi como se acercó, quitó el condón y me hizo una señal para que se la mamara.
-No quiero. –Le repetí.
No se movió. Seguía con su verga cerca de mi cara. La vi. “Hay que acabar con esto” , pensé. La tomé con las manos y me la metí a la boca. Empecé un mete y saca despacio. Quería probar hasta donde me llegaba, pero no me la podía meter ni a la mitad.
Fue lento, despacio, lo hacía con cuidado. Sentí sus manos en mi cabeza, pero me movía a mi ritmo. Se empezó a mover despacio, a empujar su verga contra mí. No la metía mucho, no me fue desagradable.
Estuvimos así unos 5 minutos. Quería que terminara. Quería salir de ahí.
Empujó mas fuerte, sentí su verga chocar contra mi garganta y luego continuó normal. No le hice mucho caso a lo que hizo.
Ahora dos empujones profundos.
Salí. Lo vi. Me vio. No dijimos nada.
Pasaron 10 minutos sin hacer nada más. Se la estaba mamando, ponía en práctica todos mis métodos para hacerlo venir pero no podía. Le mamaba y masajeaba sus bolas. Le llenaba de saliva su verga. Me movía rápido y lento, lo masturbaba, pero nada. Luego de 15 minutos:
-Me vengo. –Dijo.
-Dame tu lechita. -No quería parecer novata, me la metí a la boca lista para recibir el semen.
Cuando me la metí, me agarró fuerte de la cabeza y me empujó hasta su verga. Empujaba su verga como si me estuviera penetrando.
-Me vengo. Me vengo. –Decía entre gemidos.
No podía quitarme. Era demasiado fuerte. Tuve una sensación realmente desagradable. “Por favor, detente. Detente” .
Se detuvo, pero sin dejar de empujarme y sentí como me mi boca se llenaba de leche. Un chorro, dos chorros, tres chorros… fueron los segundos más largos de mi vida. Ya no sentí nada y me soltó.
Empecé a toser, a respirar y a tirar, en la cama, toda la saliva y el semen que traía en mi boca.
Tuve el peor sexo. Me sentía muy mal. Traía los ojos llorosos. Vi que el chavo se puso su ropa.
-No aguantas nada. –Me dijo. –Te falta mucho, no disfrutas como otras.
No respondí. Seguía recuperándome. El novio de mi prima, salió del cuarto y me quedé ahí sola, desnuda.
Escuché música y reaccioné rápido. Estaba es una fiesta y en cualquier momento podía entrar alguien y verme. Me levanté como pude, y me puse la ropa rápido. Seguía mal. Salí del cuarto, ya había gente en la casa. Corrí al baño a limpiarme. Me arreglé un poco, me limpié la boca con mucho jabón. Me odiaba y me estaba castigando. “Por puta” .
Me recuperé, abrí la puerta del baño y salí…
Continuará…