Juerga. (1) Inicio del fin de semana.

De repente me sentí mal. Mientras descargaba el orgasmo, recordé todas las cosas que había hecho a las espaldas de mi novio. Sentía que no merecía la rica sensación que estaba teniendo, que no merecía el amor que me daba.

ABRIL 2007

Era fin de semana, entré al baño de mi casa.

Cerré la puerta del baño con llave, tomé mi celular y marqué su número.

-Hola. –Me saludó.

-¿No nos vamos a ver tampoco hoy? –Le dije, casi reclamándole, pero en voz baja.

-Ya te dije que no puedo. –Me dijo enojado.

-Andas muy raro desde hace unos días. –Le dije. –Después de ayudarte con el profe, nos vimos y cogimos tú y yo durante una semana. Luego la semana pasada, no pudimos porque me llegó lo que le llega a las mujeres. Y ahora, esta semana no quisiste verme ni un día. Es raro. ¿Qué te pasa?

-Nada. –Respondió el novio de mi amiga Marcela, Víctor.

-¿Cómo que nada? Y tu primo, ¿No puede venir? –Le pregunté desesperada.

-No, ahora que tiene novia, sale mucho con ella. Y ¿Tu novio? –Me preguntó.

-Aquí está en mi casa. No vamos a salir, quiere quedarse a ver películas toda la tarde, y como están mis papás en casa, no habrá acción. –Le dije, con un tono de decepción. –Desde que me dijo que sería diferente conmigo, ya no hemos tenido nada de sexo.

-Se ve que tu novio no te conoce nada. Eres una mujer que disfruta de la verga y haces de todo cuando coges. Cualquier hombre te quisiera tener y...

-No cualquiera. –Lo interrumpí. –Tu no.

-No he tenido tiempo. –Me dijo. –Pero me encanta como coges y te cogería siempre. Pero tengo que ver y atender a Marce, es mi novia y la amo, recuérdalo.

-Tú recuerda que no la debes de meter cuando estemos hablando tú y yo. Lo de nosotros es sexo nada más. –Le dije.

-Sí, claro. –Me dijo.

-Solo recuerda, que en estas dos semanas de vacaciones, esta boquita no se tomará tu lechita. –Le dije con un tono infantil.

-Tendremos tiempo de sobra para hacer eso luego de las vacaciones. –Me dijo.

-Me despido. Hoy me masturbaré pensando en tu verga. Besos.

-Besos en tu panochita.

Colgué. Me vi en el espejo y estaba un poco roja y sudada. Me mojé un poco el cuello y salí.

Me dirigí al cuarto, donde mi hermana Olga y mi novio Rafa estaban acomodando todo para ver la película. Terminaron y nos acostamos en la cama.

Estábamos Rafa y yo juntos, yo recargada en su pecho. Y mi hermana a mi lado, recargada en la cabecera de la cama. No recuerdo mucho de la película, no la miraba por estar muy caliente. Cierro mis ojos y a la media hora siento que mi hermana se levanta y sale del cuarto.

En cuanto cerró la puerta mi novio saltó:

-Mámamela antes de que regrese. –Me dijo. Escuché el sonido del zipper de su pantalón.

Abrí los ojos y la vi. Estaba frente a mí, a muy pocos centímetros. Ya estaba erecta. Su cabeza, apuntaba a la mía. No podía dejar de verla, estaba hipnotizada.

-Pero, ¿Si regresa? –Le pregunté. La verdad es que no me importaba si regresaba, era capaz de comerme esa verga en ese momento. Pero debía controlarme, estaba en mi casa, con mis papás. Ellos tenían un buen concepto de mí, no el de una mamadora de vergas.

-Entonces empieza, sino te quedas sin verga. Te encanta mamarla. –Me dijo.

Me sorprendieron sus palabras, que eran verdad. Tomé la verga con la mano, me agaché un poco y me la metí a la boca.

La llené de saliva, eso me gustaba mucho y sabía que a los hombres les fascina. Arriba-abajo, lento luego rápido. Sabía que no tenía mucho tiempo, quería leche, y si no me apuraba, no la iba a sacar. Empecé a pensar en técnicas.

-Bájate el pantalón. –Le dije. –Quiero chuparte las bolas, masajearlas, tocarlas con mi lengua. Quiero jalarte más cómoda la verga. Quiero que me des tu lechita

-Y ¿si viene alguien y nos descubre? –Me dijo Rafa.

Yo estaba muy caliente, la quería y no podía detenerme.

-Olvídate de eso. La quiero. –Le dije.

-Has cambiado mucho. –Me dijo.

No dije nada. Era cierto, nunca había tenido esta actitud con Rafa. Debía mantenerme más tranquila, no quería levantar sospechas con él y que descubriera que le soy infiel.

-Es que… -Adopté una actitud más tranquila, más tierna. –Hace mucho que no nos amamos. Eres mi novio, te amo, nos amamos.

-Sí, entiendo lo que quieres decir. Pero sabes que ahorita no podemos hacer mucho. –Me dijo.

-Está bien, ahorita solo haremos esto. –Le dije con un tono tierno.

De nuevo me incliné y me metí la verga a la boca. Se la mamé lentamente, como una inexperta, y no es que fuera experta, pero quería darle a entender que no había mamado otras vergas, solo la de él. Luego de unos 2 minutos:

-Que rico la mamas. Estoy a punto de venirme. –Me dijo, gimiendo.

Me apliqué un poco más para darle una sensación deliciosa. Pasé mi lengua por su cabeza, hasta que me llenó la boca de leche que recibí con mucho gusto. Tragué y luego me dediqué a pasar mi lengua por su verga para limpiarla.

-Para eso querían estar solos ¿eh? –Escuché la voz de mi hermana.

Abrí los ojos y me desperté sobresaltada. Golpeé mi cabeza en la barbilla de mi novio Rafa, sentí a mi lado, que mi hermana se sobresaltó también.

-Me pegaste fuerte. –Dijo Rafa.

Mi hermana soltó la carcajada.

-Lo siento. –Dije mientras me sobaba la cabeza.

Rápido me di cuenta que había estado soñando. Sentí mojado en mi entrepierna, había tenido un orgasmo.

-Estabas bien dormida. –Dijo Rafa.

-Sí, hicimos mucho ruido y ni así te despertaste. –Dijo Olga, mi hermana. –Hasta mi mamá vino y nos trajo algo de comer. Y la película también ya se está terminando. Dormiste mucho rato.

No dije nada.

-Hay que seguir viendo la película. –Dijo Rafa.

Me acomodé un poco y vimos el final de la película. Cuando se terminó vimos otra película y la tarde se nos fue ahí.

El sueño caliente que había tenido, provocó que se me calmaran un poco las ganas. A eso de las 9pm, Rafa se fue. Estuvimos afuera de mi casa, en su auto, un rato. Nos besamos un poco.

En ese ratito que tuvimos, recordé un poco el sentimiento de amor que me provocaba estar con la persona que amaba. “No todo es sexo” , fue mi último pensamiento antes de dormir.

Al siguiente, desperté por el sonido de la puerta. Miré el reloj y era casi mediodía.

-¡July! –Me gritó Olga, entrando feliz a mi cuarto.

-¿Qué pasó? Olga –Pregunté, todavía media dormida.

-Mis tíos hablaron. –Dijo emocionada. –Nos invitan a pasar el próximo fin de semana en su casa, y ahí queda cerca la playa.

-¿En serio? –Dije emocionada.

-Sí. Solo que mis papas no quieren, porque no pueden ir. –Dijo Olga.

Nos quedamos en silencio.

-Pero ¿Qué dicen? –Le pregunté.

-Sí nos dan permiso, pero que no pueden ir a dejarnos. Está lejos. –Me dijo. -Y ¿Si invitamos a Rafa? –Me dijo emocionada. –Y si ¿Rafa nos lleva?

-Es buena idea, pero no creo que mis papás y mis tíos acepten. –Le dije con tono triste.

-Les voy a decir. –Me dijo y salió emocionada.

Recordé que Rafa me había invitado a ir a la playa y ni siquiera les había dicho a mis papás. No me iban a dejar aunque fuera toda su familia. Era más que obvio que menos iban a permitir que mi novio nos llevara a un viaje de 4 horas.

Me desperté, me arreglé y salí. Almorcé. Y el día pasó todo muy normal. Más o menos para eso de las 8pm me habló mi mamá.

-Ven al comedor, quiero hablar contigo. –Me dijo. Me asusté.

Me senté en la mesa, fingiendo estar tranquila.

-Mira. –Me dijo. –Olga está muy emocionada y quiere ir a la playa. Ya le dije que nosotros no podemos ir a dejarlas.

-Sí, eso me dijo en la mañana. –Le dije.

-Pero tampoco quiero que crean que no queremos dejarlas ir. –Dijo. –Olga me dijo que Rafa quizá las pueda llevar. No me desagrada la idea pero solo tengo un pendiente.

“Si” , festejé en mi mente.

-¿Cuál es? –Pregunté

-En estos días Rafa cumple años. ¿Cuántos?

-20 años. –Respondí.

-Y tú también cumples años en estos días. 17 años.

Asentí. *ATENCION: NO RECUERDO SI LES DIJE EL DIA DE MI CUMPLEAÑOS.

-La cosa esta así. Yo confió en ti, y confió en Rafa y no me han dado motivos para pensar otra cosa. –Dijo. -El viaje que harán será muy largo y estarán solos y de fiesta viernes, sábado y domingo.

No dije nada. Solo escuchaba.

-Se ve que se quieren mucho, a pesar de su edad, pero también sé, que por su edad, las hormonas, junto con el amor, pueden provocar algo más. –Dijo.

Silencio. Me vio. Era mi turno de hablar.

-Mamá, nos amamos mucho y no te niego que al menos yo, he sentido la necesidad de demostrarle mi amor. Rafa me respeta a mí y a ustedes.

-Sigue. –Me seguía mirando fijamente. Volteé mi mirada.

-Lo hemos hablado, sobre hacerlo, pero siempre decimos que hay que esperar a la persona correcta y el momento correcto. Te soy sincera, para mi él es la persona correcta.

Se hizo el silencio. No levanté mi mirada, pero sentía la de mi mamá.

-No tomaré las decisiones por ti. Ya estas grande, tu sabes que hacer. Nosotros ya te enseñamos lo que es mejor para ti. –Me dijo.

-Mamá. No ha pasado nada entre nosotros. Y te prometo que si pensamos en hacerlo, primero lo hablaría contigo para que me aconsejes si está bien o mal. Y te prometo que no pasará nada en este viaje. Solo queremos salir a divertirnos un rato.

Me abrazo.

-Me siento más tranquila, hija. Invita a Rafa y dile que si las lleva. –Me dijo.

-Gracias mamá. -Grité de la emoción.

Corrí, le di la noticia a mi hermana y luego le hablé a Rafa, que rápidamente aceptó. Me sentí un poco mal porque toda la plática que tuve con mi mamá fueron mentiras, sin embargo, había obtenido el permiso y tendría 3 días de sexo con Rafa.

No estuvimos tranquilas mi hermana y yo durante la semana. Fuimos a comprar ropa; bikinis, shorts, sombreros, gorras, lentes, etc, todo lo necesario para el fin de semana en la playa.

VIERNES ABRIL 2007

A las 9am llegó Rafa a mi casa. Estuvo un rato hablando con mi mamá y mi papá y casi a las 10am emprendimos el viaje mi hermana Olga, mi novio Rafa y yo.

Fuimos platicando en el camino de todo y de nada. Fueron como 4 horas de camino, hasta que llegamos a la casa de mis tíos. Llegamos entre 2pm y 3pm.

-Pasen. –Nos recibió mi tía. –Sus primos salieron a comprar unas cosas, se acaban de ir.

-Hola, señora. –Saludó Rafa.

-Hola. –Saludamos mi hermana y yo.

-Tú eres el famoso Rafa, el novio de July. –Le dijo a mi novio. Mi novio se sonrió apenado. -Mi hermana habló para decirme que te dijera que las cuidaras bien, ¿está bien? –Dijo mi tía.

-Venimos a divertirnos y a pasárnosla bien, todo con medida. –Dijo mi novio.

-Eso es bueno. –Festejó mi tía.

-¿Dónde ponemos nuestras cosas? Tía. –Pregunté.

-No las bajen, creo que van a ir a pasar el fin de semana a la casa de un amigo de uno de sus primos. –Dijo mi tía. –Tiene una casa en la playa.

-¿Cuántos años tienen los primos? –Preguntó Rafa.

-Los dos hombres 25 y 20, y mi hija 22. –Respondió mi tía.

-Ya están grandes. –Le dije a Rafa.

-Sí. –Respondió mi tía. –El mayor y mi hija van a ir con sus novios. El menor no tiene novia.

Nadie dijo nada.

Pasó alrededor de media hora y llegaron mis primos. No eran feos; El mayor era moreno, tenia panza, chica, pero se le notaba. Más alto que yo, pero menos que Rafa. La muchacha era a perlada, era alta, casi como Rafa y muy delgada. El menor, era el que mejor se mantenía, venia sin playera, tenia cuerpo muy marcado, moreno y más alto que Rafa. Nos saludamos. Preparamos todo y salimos rumbo a la playa.

Mis primos en un auto y nosotros 3, en el de Rafa. Nos desviamos para recoger a las parejas de mis primos. La novia de mi primo era más o menos de mi estatura, tenía mucha cadera. El novio de mi prima, tenía un aire de que ella lo mandaba. Muy guapo, blanco y cabello rubio.

Nos mandaron a nuestro auto al hermano menor. A los 40 minutos de haber salido de la casa de mis tíos, llegamos a la casa en la playa.

Bajamos y nos dirigimos a la casa. Nos recibió el amigo del mayor; era igual que él, no era feo y tenía su pancita. Salió su novia, muy parecida a la novia de mi primo. Todos saludamos.

-Y ¿Dónde están los demás? –Preguntó mi primo mayor.

-A la noche llega una pareja y mañana otras dos parejas. –Dijo el amigo.

-Más tarde llegan dos amigas y un amigo. –Dijo mi prima.

-De acuerdo. –Respondió el amigo. –Mientras les mostraré donde se van a quedar. Son 5 cuartos, nos vamos a dividir sino, no cabemos. Mujeres con mujeres y hombres con hombres. –Y Guiñó el ojo.

Pasamos a la casa, muy bonita.

-Tres cuartos serán para ustedes las mujeres. –Dijo el amigo. -Nosotros los hombres somos más pero nos acomodamos como quiera.

Por la confianza, quedamos en que mi hermana, mi prima y yo dormiríamos en un cuarto. Si llegaban muchas mujeres, podría entrar una más. Había dos cuartos mas disponibles.

Me habló Rafa y decidimos salir a dar un paseo a la playa. Caminamos por toda la orilla, agarrados de la mano. Había un poco de gente. En ese momento me olvidé por completo de todo; de lo que había hecho, de las infidelidades, del sexo. Era un momento perfecto.

Me tomó de la cintura por atrás, y me besó el cuello mientras caminábamos. En ese momento no sentí excitación, sentí amor, deseé entregarme en ese momento a él. Nos alejamos del agua y nos adentramos en la arena. Vimos que las casas, las personas, los autos se miraban muy chiquitos. Estábamos muy lejos de todo.

Pasamos un par de montañas de arena. Ya no se escuchaba nada, no había gente cerca. “Momento y lugar perfecto para hacer el amor” , pensé. Y así fue.

Rafa me tomó de la mano y me volteo hacia él. Me puso sus manos en mi cintura, yo le rodeé su cuello con las mías y nos besamos. Fue un beso perfecto.

-Te amo. –Me dijo.

-Yo también te amo. –Le dije.

Nos acostamos en la arena. Rafa se puso a un lado de mí. De nuevo se unieron nuestros labios. Rafa me acariciaba la pierna, la cintura, mi estomago. Yo tenía mis manos en su espalda. La acariciaba.

Con algo de dificultad, Rafa me desabrochó el short, era chico, llegaba a la mitad de mis piernas. Arriba no traía playera, traía la parte del bikini. Se notaban unos pechos enormes. Me quitó el short y quedé en bikini.

Rafa andaba en short y playera, bajé mi mano y se le notaba su erección en el short.

Me hizo a un lado el bikini y metió sus dedos en mi panochita. Yo metí mi mano en su short y empecé a jalársela. De nuevo nos besamos.

Estuvimos unos 5 minutos dándonos placer, hasta que me llegó un orgasmo muy rico, diferente a lo que había sentido con Víctor o el profe. Este era amor completamente.

-No traje condones, se me quedaron en la casa. –Me dijo.

-No hay problema, sería perfecto si naciera un hijo nuestro de esta noche. –Lo dije sin pensar.

Me quitó el bikini, y él se quitó su short. Vi su verga, la extrañaba tanto. Se puso encima de mí y me la metió de un golpe. No batalló en entrar, estaba muy lubricada. Me encendió. Se quedó un rato adentro, sin moverse, viéndome, viéndolo.

-Quítate la parte de arriba. –Me dijo.

Entre la excitación, el dolor, lo rico que sentía, me levanté un poco para quitarme el bikini. Saltaron mis pechos. Tomó uno con una de sus manos.

-Hace mucho que no los miraba, que no los sentía, que no los tenía en mis manos. –Acercó su boca y se metió uno en la boca. Sentía su lengua, sus labios. –Que no los probaba. Han crecido un poco. –Me dijo.

-Son solo tuyos. Haz lo que quieras con ellos. –Dije.

Se agachó, me besó y se empezó a mover lentamente. Yo también me moví, a su ritmo.

La tarde estaba cayendo, estábamos entre las montañas de arena, nadie nos miraba, nadie nos podía descubrir. Estaba haciendo el amor con mi novio, con la persona que mas amaba. Me penetraba lenta, pero profundamente. Nos estábamos besando, Rafa pasaba su mano por mis pechos, luego las bajaba a mi cintura, donde me acariciaba para luego bajarla a mi pierna.

Recordé lo rico que era amarnos, no tener sexo.

A los 3 minutos, arqueé mi espalda. Me llegó un orgasmo.

-Te amo. –Le dije entre gemidos.

Rafa no dijo nada.

De repente me sentí mal. Mientras descargaba el orgasmo, recordé todas las cosas que había hecho a las espaldas de mi novio. Sentía que no merecía la rica sensación que estaba teniendo, que no merecía el amor que me daba.

Sin terminar el orgasmo, lo tomé de sus nalgas y lo empujé hacia a mí. Ya no quería seguir sintiendo lo rico que me hacía sentir.

-Dame tu semen. –Le dije todavía entre gemidos. –Rápido.

No dijo nada pero aumentó su velocidad.

“Ya termina, por favor. No quiero sentir esto” , pensé. Me gustaba pero no era justo.

Pasaron 2, 3 minutos y Rafa no terminaba. Sentí que me llegaba un nuevo orgasmo. Me dejé llevar.

-Más fuerte, más rápido, más. –Le gritaba.

Rafa se levantó y se puso de rodillas, me levantó las piernas y empezó a bombearme fuerte y rápido.

-Sigue, sigue, sigue. –Le dije.

Con cada embestida, soltaba un gemido.

A los 20 segundos me llegó el segundo orgasmo. Riquísimo. “No puede ser, otra vez lo estoy disfrutando” , pensé.

Rafa al notar mi orgasmo, se detuvo un rato. Me bombeaba lentamente de nuevo.

Rafa si estaba irreconocible. La última vez que estuve con él, no había estado tan intenso como esta vez. Sin duda, coger con su prima le había ayudado a mejorar. Lo miré, sentí que no tenía para cuando terminar.

Bajé de nuevo mis manos y agarré sus bolas, las empecé a masajear mientras me penetraba.

-Que rico. –Me dijo. –Harás que me venga rápido.

-Eso quiero. –Le dije con una voz infantil.

De nuevo se movió un poco más rápido y empezó a gemir. Su rostro cambió y me di cuenta que ya no tardaría en venirse. A los 40 segundos sentí que se puso tieso y se detuvo; un empujón, otro, otro. Sentí el semen en mi panochita, y escurrir por mis piernas.

Se acercó y nos besamos. Sentí su verga flácida, y se salió. Se acostó a mi lado y me puse en su pecho.

Pasaban mil cosas en mi cabeza, sobre todo arrepentimiento. No era justo lo que le hacía y lo que me hacía sentir. La noche nos atrapó, nos vestimos y nos fuimos a la casa.

Durante el camino de regreso pensaba “Nunca es tarde para cambiar, Rafa no sabe de mis infidelidades. Puedo dejarlas y volver a amarlo. El se lo propuso, dejó a su prima, yo también puedo.”

Lo abracé y nos fuimos abrazados todo el camino. De nuevo sentí su amor y de nuevo me llegó el amor que le tenía.

Llegamos a la casa. Se escuchaba música. A fuera estaban dos parejas, las saludamos. Entramos a la casa y me sorprendió ver lo que había: muchísima gente.

Entre la gente, salió mi hermana y nos habló:

-¿A dónde fueron? –Nos preguntó Olga.

-A caminar. –Le dijo Rafa.

-Si, como no. –Le respondió con tono sarcástico. Y se perdió entre la gente de nuevo.

El fin de semana apenas estaba iniciando.