Juegos perversos
Salía de ducharme tras un cansado día de trabajo y observe a mi esposa en la cama desnuda en una posición muy sugerente aunque inocente, mientras veía su novela de las 7 no pude más que sentirme afortunado de tenerla y de golpe me llego una terrible excitación de pensar que alguien más pudiera disfrutar de esta visión tan erótica.
Salía de ducharme tras un cansado día de trabajo y observe a mi esposa en la cama desnuda en una posición muy sugerente aunque inocente, mientras veía su novela de las 7 no pude más que sentirme afortunado de tenerla y de golpe me llego una terrible excitación de pensar que alguien más pudiera disfrutar de esta visión tan erótica.
Sin más le solté:
-sabes me gustaría que un día saliéramos de fiesta y te vistieras bien zorrita con minis de esas que te gustan tanto usar pero sin nada debajo para poder tocarte tu panochita cada que quisiera.
- estas loco, y si alguien se da cuenta.
-mejor así nos dará mas morbo hacerlo sin que puedan hacer nada mas que ver.
y si alguien conocido nos ve.
pues lo hacemos lejos en otra ciudad, nos vamos de vacaciones a cuba, como hemos planeado tantas veces y allí jugaremos un poco.
Judith se quedo con una sonrisa muy prometedora en la cama mientras terminada de ponerme mi bóxer para dormir.
Y como no hay plazo que no se cumpla llegamos a la Habana, era una temporada realmente calurosa ideal para que Judith vistiera lo mas ligera posible. Con una camisita de franela y una microfalda y unas zapatillas de plataforma para verse un poco alta pues ella apenas rebasa el 1.60 de estatura. Y comenzaron las travesuras apenas al cruzar la calle para llegar al hotel, la faldita de mi esposa se levantaba con el viento de los automóviles dejando al aire su panochita que por un instante estuvo a la vista de todos dejandome sin aliento y a ella muy coqueta de reojo me volteo a mirar pues detrás de ella cargaba nuestro equipaje y sudaba mirando a todos lados en busca de los mirones que quizás por lo caluroso del dia no había dejándonos un poco decepcionados y a la vez excitados.
Después de registrarnos en el hotel nos dispusimos a recorrer la ciudad buscando algún lugar donde pudiéramos poner nuestro juego exhibicionista en práctica.
Llegamos a las puertas de un club que parecía muy exclusivo y nos formamos esperando entrar pero la espera se prolongo por un buen rato y Judith lucia cada ves mas impaciente lo cual nos estaba dejando un mal sabor de boca y pensando en que se frustraría una vez mas nuestra fantasía, sin mas que hacer mas que esperar un poco mas o irnos ella se giro y se apoyo en una baranda de metal lo que con la posición de desgano de ella, la corta falda y la ausencia de ropa interior dio una muestra tremendamente erótica de sus encantos lo cual dejo estupido al seguridad de la entrada que sin mas abrió el paso al club ante la alegría de mi esposa que no se había dado por enterada de el afortunado incidente. Yo en cambio iba mas caliente que nunca y estaba a punto de eyaculacion con lo que apenas entrando le pedí que fuera por unas bebidas en lo que iba de prisa al baño a liberar un poco de esa tensión que me embargaba.
Tras liberar mi pene de su encierro eyacule abundantemente pensando en la rosada panochita de Judith que esta noche había ya hecho su debut en sociedad, me limpie como pude y Salí en busca de mi mujer quien platicaba animadamente con un joven mulato quien se veía muy interesado en llevarla con el a un privado pero ella le decía que venia acompañada y este insistía que solo seria un rato lo cual me lleno de celos por un momento, pensé mejor las cosas, no era momento para escenas que pudieran dar al traste con la diversión.
La jale safandola del brazo de este que se quedo con cara de frustración mientras que triunfal me llevaba a mi esposa a un sitio apartado en donde pudiera bailar para mi mostrándome con descaro sus nalgas y su panocha mientras bailaba los ritmos cubanos y como un sultán con su mejor odalisca contemplaba extasiado los conteneos de cadera de Judith que cada vez se hacían mas sugerentes y eróticos, atrayendo muchas miradas con nuestra total complacencia.
El sitio comenzaba a estar cada vez mas lleno y un nutrido grupo de mirones nos rodeaban mirando con deseo y admiración el sensual baile que ejecutaba Judith de nuevo el mulato se acerco y con la intención de bailar cerca de nosotros, acercándose cada vez mas con el pretexto de que la muchedumbre cerraba el circulo poco a poco hasta que este finalmente mi esposa lo tuvo a su espalda y ella dejo que la tomara de la cintura y pegándole el paquete con el ritmo de un baile cada vez mas frenético, cada cierto tiempo ella se inclinaba para tomar una copa dejando a la vista el nacimiento de sus nalgas y un poco mas enardeciendo al negro que ya tenia una protuberancia marcada bajo el pantalón de tela que portaba. El tipo desesperado llego a un punto que ya sin pena tomo fuertemente a Judith de la cadera y comenzó a embestir contra su trasero golpeando groseramente sus nalgas con la inflamada verga, lo cual fue demasiado y parándome le lance un golpe directo a la cara, y en instantes eso se desmadro de quien sabe donde salieron los de seguridad y nos llevaron a rastras a mi esposa, al negro y a mi a la parte trasera de el club.
parece caballero que quiere jugar con fuego sin salir quemado. dijo el que parecía ser el jefe de seguridad.- desde que entro y antes hemos observado el jueguito que se traen usted y su acompañante pues no creo que sea su esposa esta mujer para exhibirla de esta manera, y ha estado provocando a todos los clientes habituales, entre ellos aquí el joven Ricco quien es cliente distinguido.
Mire yo no sabia era solo un juego de pareja, dejémoslo así y ya nos vamos.
De irse nada, para remediar el contratiempo dejémosle una hora a esta chica con el señor y después de eso se podrán ir.
Judith asustada no que les pasa no tienen derecho a tratarnos así, yo no voy a ningún lado sin mi esposo ya dejen que nos vayamos.
No hubo mas dialogo y fuimos conducidos a una habitación en la planta alta que al parecer estaba equipada para esos menesteres, sin esperar mas reclamos el mulato que ahora sabíamos se llamaba Ricco, arrebato las prendas que tenían encima la blusita y la microfalda no opusieron mucha resistencia y esta vez el publico para mi mujer seria de 4 guardias de seguridad y el desgraciado de Ricco que muy seguro se ensañaría con ella, Pero la actitud de este cambio y sabiéndose con tiempo se prodigo en recorrer la anatomía de Judith quien alterada y fuera de si no atinaba a moverse, de la coqueta de hacia unos minutos no quedaba nada, ahora era una muñeca que se movía a donde quiera que el tipo quisiera.
Se recostó a su lado, y con los dedos constato la humedad que tras el baile erótico realizado continuaba presente en la vagina de Judith y con ella como lubricante hurgaba en sus entrañas el tiempo que con un dedo estimulaba su clítoris, por fin al parecer dio con lo que buscaba y con sus largos dedos logro llegar a ese punto donde mi esposa comenzó a gemir mientras miraba fijamente a los ojos de Ricco. Cuando considero tener la lubricación necesaria, se acomodo entre sus piernas y comenzó a frotar con la cabeza de su falo la cavidad vaginal de Judith y con los dedos alternaba en frotar su clítoris y meterlos provocando espasmos involuntarios de placer en Judith.
El tiempo pasaba y ya llevaba media hora en esta situación de frotaciones, dedeo y masturbación. La tensión era demasiada, mientras miraba toda esta situación me tocaba mi pene tratando de acomodarlo para ocultar la molesta erección y la evidente mancha de semen que humedecía mi pantalón, pues había eyaculado una vez mas con semejante panorama de Judith que ahora con cada incursión de los dedos de Ricco en su interior ella empujaba hacia arriba pidiendo una mayor penetración, quizás de algo mas grueso y caliente, su mirada se cruzaba con la mía que apenado la desviaba, ya faltaban solo 10 minutos para cumplir la hora y Ricco se apoyo en ambas manos guiando su negra macana a la encharcada y ansiosa vulva de Judith que decía:
-Si, Ricco métemelo, ya no aguanto mas necesito algo adentro duro que me llene.
- Por favor lo necesito ya.
Ricco- mira ya esta lista tu mujercita, si quieres puedes tomar mi lugar, ya he cobrado mi deuda. Pero tienes que satisfacerla ya pues no puede esperar mas, tu mismo la has escuchado.
Trate inútilmente de lograr una erección mientras Judith restregada su panocha contra el duro falo que permanecía en la entrada en espera de mi respuesta. Y esta no llego a tiempo.
-como amigos te espere un rato, pues es tu esposa y tienes derecho a satisfacerla, pero como estas un poco indispuesto y soy muy buena onda y hospitalario con tu permiso
Mi esposa tomo de las nalgas a Ricco y lo jalo sobre de ella, logrando una profunda penetración y acompañada de un gruñido de satisfacción de ambos.
El negro comenzó un firme y acompasado bombeo el cual hacia crujir la cama con el peso de ambos y a cada profunda embestida mi esposa lanzaba un grito de dolor y parte de la verga de Ricco aun quedaba fuera cosa de 5 o 6 centímetros, pero este parecía decidido a alojar todo aquello en el fondo de ella y alzándole una de sus piernas como ejecutando una llave de lucha logro empujarle dentro lo que quedaba de verga logrando que Judith se desmadejara sobre la cama exhausta y con las piernas de par en par ya solo recibía en silencio las acometidas de Ricco acompañándole con tenues pujidos.
Descargo una buena cantidad de semen en Judith que bufo aliviada y satisfecha, pero estaba visto que esto aun no terminaba y haciéndola girar sobre su propio eje la puso bocabajo mientras continuaba bombeando con fuerza hasta lograr sin salirse de ella una nueva erección. La alzo un poco dejándola empinada y froto su falo con la vagina rebosante de mi mujer quien estoy seguro sabia lo que seguía pero ya no tenia fuerzas ni ganas de oponerse. Y con lentitud y firmeza apunto su negra arma al sonrosado botoncito del ano de Judith y poco a poco fue empujando hasta lograr introducir parte del glande. Y luego lo saco constatando la ligera dilatación y el fuerte quejido de mí esposa quien con lágrimas en sus ojos mordía con fuerza las sabanas.
Tomo el lubricante que traía un paquete de condones y con este se cubrió el pene y esta vez se lanzo a fondo, hasta topar con las redondas nalgas, y desgarrando el esfínter, Judith con ojos llorosos y suplicantes me pedía que parara aquello, pero nada podía hacer contra esos 4 gorilas.
por favor detén esto no aguanto mas, que ya termine.
y dejándose vencer se desmadejo y con ello Ricco se encontró con la grupa de Judith en perfecta posición para ser taladrada durante un buen rato sin resistencia hasta que descargo una vez lanzando un bufido placentero llenando el intestino de mi mujer, quien por primera vez recibía semen en esa parte de su cuerpo. Sin sacar del culito de mi esposa su pene apretó su manguera desde la base como si de un dentífrico se tratara para quizás dejar por completo toda la mayor carga posible de semen y una vez que considero esto exitoso, saco su falo con lentitud haciendo que su esfínter dejara salir poco a poco esa vara que lo había invadido dejando a su paso grumos de espesa leche producto de una satisfactoria venida.
Terminada la faena Ricco procedió a vestirse y muy fresco se marcho con los guardias dejándonos por fin solos, Judith sollozaba apenada, adolorida, decepcionada, y yo solo pensaba en la ardiente erección que había logrado en el transcurso de su tortura y mientras ella permanecía boca abajo la acomode un poco y procedí a penetrar con cuidado su delicioso culito tratando de no provocar mas daños de el que ya tenia y con un poco de coraje comprobé que la dilatación de este era tal que apretaba muy poco mi excitado pene aun así logre con unas pocas embestidas una placentera descarga.
Logrando llenar por tercera vez en esa noche a mi mujer, quien se quedo quieta mientras yo masajeaba mi pene tratando de imitar a Ricco tratando de depositar la mayor cantidad de leche posible en su interior.
Después de un par de horas Judith logro incorporarse y con mi ayuda nos dirigimos a la salida, y de ahí nos fuimos directo al aeropuerto sin reparar siquiera en el contenido de nuestras maletas, ella solo quería poner tierra de por medio y yo pensaba en como lograr conservarla a mi lado después de este episodio provocado por mi estupida calentura y exhibicionismo.