Juegos mentales. Capítulo 3

La relación continúa al igual que los problemas.

Capítulo 3

Así pasó un mes, Rebeca había sido linda, sus muestras de afecto cada vez se hacían más evidentes, mi forma de ser me obligaba siempre a buscarle una razón a todo, incluyendo a las acciones de mi novia, había llegado a la conclusión de que le costaba ser afectuosa quizá por sus padres o porque la habían lastimado anteriormente, pero mientras más pasaba conmigo más me quería y confiaba en mi como para arriesgarse a mostrarme su verdadero yo.

Era lunes, me pidió que no entrara a clases, que me fuera con ella, no lo dudé ni un momento y pasamos de largo ante la escuela, caminamos unas cuadras más y llegamos a ese gran parque que tanto me gustaba, guardaba muchos recuerdos de ese lugar, podía sentir mi infancia entera en ese sitio, no pude evitar recordar y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro.

Caminamos a una de las zonas más apartadas, nos sentamos en el pasto y comenzamos a platicar, realmente nunca profundizábamos en nada, yo sabía que tenía una hermana 4 años menor que ella, su padre era contador y su madre sólo se dedicaba al hogar, fuera de eso yo no conocía más de su vida. De mi sólo sabía que soy hija única, que mi padre es administrador de una aseguradora y que mi madre es vendedora independiente. Tantas veces quise contarle de mi pasado con Geraldine, de cómo acepté ser lesbiana, pero nunca me lo permitió, yo sólo sabía que ella era bisexual, pero sus padres no sabían nada, en cambio mis padres eran conscientes de lo que era, pese a que les costó un tiempo aceptarlo terminaron haciéndolo al ver con los años que no era sólo una etapa, tenían dos años de saberlo.

Otra cosa que yo conocía era su fecha de cumpleaños, el 10 de febrero, su signo zodiacal entonces era Acuario, yo nací el 1 de agosto, soy leo. Su música favorita era el metal, su grupo favorito era Diablo Swing Orchestra, comencé a escuchar ese tipo de música por ella y realmente me gustó, pero ella no compartía mis gustos musicales, mi grupo favorito era Pxndx, escuchaba rock clásico, AC/DC, Guns N´ Roses, Queen, Scorpions, entre otros, además siempre me gustó conocer más, no me encerraba en un género, me gustaba escuchar a los grupos más conocidos del momento pero sobre todo a los que no lo eran, aquellos que no solían ser comerciales, que iban empezando su carrera, conocer lo diferente.

No teníamos similitud en nada, ella se la pasaba de fiesta en fiesta, yo prefería quedarme en casa a leer, o salir a caminar por las tardes/noches, mojarme bajo la lluvia, ver películas. Tuve mi momento de rebeldía ocasionado por la desilusión que me provocó Geraldine, mi primer año y medio de preparatoria me la pase en todas las fiestas organizadas por mis compañeros y no sólo eso, se había convertido en una costumbre para mi comprar alcohol y tomar cada noche en mi habitación, padecía de insomnio y así pasaba las horas, eso lo seguía haciendo hasta que Rebeca apareció y me sacó de ese mundo o al menos eso pensé.

Algo que se había convertido en algo común, fue que al menos una vez a la semana veníamos a mi casa para tener relaciones, me había acostumbrado a su forma brusca y salvaje de entregarse hasta que para mi sorpresa yo también comencé a hacerlo así, lo cual a ella le gustaba.

Rebeca: -¿En qué piensas mi amor?-

Elizabeth: -En lo lindo que ha sido este tiempo contigo-

Rebeca: -Opino igual, hablando de eso- se dirigió a su mochila y sacó una foto nuestra enmarcada que habíamos tomado hace una semana en el salón de clase. -Feliz primer mes juntas, sé que no es normal celebrar los meses, sino los años, pero ha sido maravilloso estar contigo este tiempo y me alegra que seas mi novia. -

Elizabeth: -¡Que hermosa!- dije mientras la abrazada y besaba su mejilla. -Eres la mejor novia, no me esperaba algo así, yo no preparé nada- dije con tristeza y sintiéndome poco considerada con ella.

Rebeca: -Hay algo que podrías darme- respondió mientras hacía pequeños gemidos en mi oído.

Elizabeth: -Entonces hay que empezar a caminar-

Me provocaba un poco de tristeza romper con tan lindo momento, pocas veces estábamos fuera de la escuela juntas y cuando lo hacíamos sólo era para tener sexo en mi casa, yo moría por ir al cine y quería aprender a patinar en hielo, pero siempre me decía que no era posible y perderme de esa mañana en un lugar hermoso me generaba más pesar pero era lo que ella quería y para que negarlo, también me gustaba el placer que producía en mí, así que empezamos la caminata a mi casa, en media hora estábamos atravesando la puerta de mi casa.

Elizabeth: -¿No quieres algo de comer?- pregunté poniendo mi mochila en el sofá.

Rebeca: -Te quiero a ti- respondió mientras me abrazaba por atrás y comenzaba a besar mi cuello.

Me giré para quedar frente a ella, comencé a besarla y sin separarnos fuimos subiendo las escaleras a mi habitación, alzó los brazos y retiré su blusa, desabroche su pantalón, me dio un empujón y terminé acostada en la cama, rápidamente me quitó la ropa dejándome totalmente desnuda, se quitó el resto de su ropa, observé cada parte de su cuerpo, pero me centré en su mirada, esperaba ver destellos de amor en sus ojos, en ocasiones podía apreciar como brillaban al mirarme, acompañados de una sonrisa. Se acercó a mí, besó mis piernas, mi cadera, mordió mi abdomen tan fuerte como para que soltará un pequeño gemido de dolor y mi cuerpo se sobresaltara, siguió dándome mordidas hasta llegar a mis pechos, inició por el derecho, lo metía en su boca como si quisiera ahogarse con él, lamió mis pezones mientras con su mano apretaba mi pecho izquierdo, abrí mis piernas para que se acomodara entre ellas, sentí su sexo mojado contra el mío y su cadera inició un duro movimiento, mordía mi cuello y soltaba pequeños gemidos, nuestra humedad se hacía más evidente y podía sentir sus jugos combinarse con los míos, aumentó la velocidad, me embestía fuertemente, mi orgasmo se acercaba, sujeté fuertemente sus nalgas y la acerqué contra mí, le di una fuerte nalgada, soltó un enorme gemido el cual me ayudó a obtener un placentero orgasmo.

Le di la vuelta, se recostó, abrí sus piernas, contemplé su sexo totalmente depilado,  le di unas cuantas mordidas en las piernas, que provocaron suaves gemidos, me sujetó del cabello y me llevó hacia sus labios vaginales, los cuales comencé a lamer, me apretaba con fuerza contra su sexo, en ocasiones sentía que me faltaba el aire, pero continúe chupando sus labios, pasaba mi lengua en círculos por su clítoris, decidí penetrarla, introduje dos dedos de manera rápida, la penetraba velozmente mientras frenéticamente estimulaba su clítoris con mi lengua, no tardó mucho en tener un orgasmo. Me recosté tratando de recuperarme y respirar normalmente.

Se puso de pie y comenzó a vestirse, mientras yo la observaba desde la cama.

Elizabeth: -¿Preparamos algo de desayunar?-

Rebeca: -No, debo irme-

Elizabeth: -¿cómo que debes irte? Me hiciste faltar a la escuela para estar juntas y ahora resulta que te vas. ¿Qué tienes que hacer? - dije alzando la voz, me encontraba muy molesta.

Rebeca: -Veré a Camila, debo acompañarla a comprar unas cosas. No te molestes amor- me dio un pequeño beso. -Te veo mañana-

Elizabeth: -Ni siquiera piensas volver, muy bien-

Se marchó sin decir nada más, no sabía ni cómo sentirme, era un lío con mis emociones, me cansaba un poco que Camila siempre aparecía. El timbre de mi celular me sacó de mis pensamientos.

Elizabeth: -Bueno-

Sara: - ¿Dónde diablos estás? Te he estado buscando por todas partes. -

Elizabeth: -No fui a la escuela, me quedé en mi casa- mentí pues sabía que me iba a salir con un sermón.

Sara: -Mira que conveniente, seguro de la nada quisiste quedarte, pero ya hablaremos más tarde de eso, ¿olvidaste que tenemos examen verdad? Más vale que salgas corriendo o no alcanzarás a llegar. -

Elizabeth: - ¡Mierda! Lo olvide por completo, voy para allá-

Comencé a cambiarme lo más rápido que pude y tomé un taxi, sólo tenía 5 minutos para llegar, afortunadamente lo logré, pero ciertamente no había estudiado, así que no aspiraba a una buena calificación, y así fue, saqué 6, la profesora me entregó mi examen, en su rostro se dibujaba una expresión de decepción, yo me sentía igual, me había esforzado tanto por mejorar mis calificaciones, ansiaba entrar a la universidad y ya había afectado demasiado mi historial académico con mis horribles calificaciones de mis 3 semestres anteriores.

Salí al pasillo, me recargué en el barandal del edificio y me quedé como acostumbraba, mirando la ciudad, el tercer piso permitía ver los edificios a los lejos, las casas, incluso el parque a unas cuadras, me perdí en mis sentimientos mientras miraba las nubes.

De pronto sentí que alguien me quitó el examen de la mano.

Sara: -¡Qué diablos Elizabeth!- dijo preocupada y enojada.

Elizabeth: -Cómo odio que me digas por mi nombre…ya sé, no tienes que decirme nada, ya sé que soy una completa decepción, no imaginas como me siento- dije sin mirarla y con una profunda tristeza.

Sara: -Ya me dirás la verdad-

Elizabeth: -¿De qué hablas?-

Sara: -No viniste por Rebeca, ¿Cierto?-

Elizabeth: -Me conoces tan bien- una lágrima recorrió mi mejilla.

Sara: -¿Qué pasó?- preguntó mientras colocaba su mano en mi hombro.

Elizabeth: -Me pidió que no viniéramos y que fuéramos a mi casa, tuvimos relaciones, yo pensé que estaríamos juntas toda la mañana, que sería algo lindo y al terminar sólo se vistió y dijo que vería a Camila- respondí limpiando mi mejilla.

Sara: -Te lo he dicho todo este tiempo, no me da buena espina esa chica, es insoportable, engreída y sólo te esta dañando, no entiendo por qué no te alejas. -

Elizabeth: -Por la misma razón por la cual no te alejas de ese chico que está casado y con un hijo. - dije enojada.

Sara: -Que golpe tan bajo, estamos hablando de ti, pero bueno, tú sabrás que haces, debo ir a mi otra clase. - respondió dolida mientras se alejaba.

Desde hace más de un mes Sara conoció a un hombre en el trabajo de su mamá, era guardia de seguridad del edificio, cada que iba por su mamá se encontraba con este chico de 24 años, estaba casado y tenía un pequeño de 2 años, sus platicas continuaban hasta que hace dos semanas el chico le pidió tener una relación si así podría llamarse y Sara aceptó pese a todo lo que sabía de él.

Me sentía molesta, pero sabía que ella me decía esas cosas porque me quería, así como yo le aconsejaba buscar a alguien más, pero bueno, ninguna seguía sus propios consejos.

Al terminar las clases fui a buscarla, la vi en el patio con sus compañeros de sus otras materias. Llegué y la abracé por atrás.

Elizabeth: -De verdad lo siento, perdóname, soy una tonta- susurré en su oído.

Sara: -No te preocupes mi amor, te perdono- se dio la vuelta y me abrazó.

Sus amigos sólo nos observaban, me sentí incómoda al sentir sus miradas, no entendía por qué nos veían de esa forma.

Ricardo: -De verdad que se ven tan lindas juntas, que bueno que demuestren el cariño que se tienen sin importarles lo que digan los demás. –

-“¿Acaso piensan que somos pareja?”- me pregunté en mi mente, mientras me separaba de ella.

Sara: -Obvio que no me avergüenza amar a esta chica- dijo felizmente mientras entrelazaba su mano con la mía. Yo sólo la miraba desconcertada.

Fabiola: -Pues muchas felicidades, me enorgulleces amiga-

Sara: -Tan lindos ustedes dos, los quiero, debemos irnos, esta mujer debe darme amor- se despidió con un beso en la mejilla de ellos, yo sólo les dije adiós un tanto avergonzada.

Mientras caminábamos a la salida comenzamos a platicar.

Elizabeth: -¿por qué hiciste eso?- dije riéndome más por la vergüenza que por otra cosa.

Sara: -Es divertido que piensen que soy lesbiana, ¿que no saben que me encantan los penes? no te ofendas, pero no tienes lo que me gusta- comenzó a reírse como nunca.

Elizabeth: -No todo es un pene, créeme, hay mejores cosas y con una chica no tiene comparación- dije entre risas.

Sara: -¿Entonces el sexo es muy bueno con Rebeca?-

Mi risa se eliminó por completo, me quedé callada un momento, me hacía la misma pregunta y trataba de responderla.

Elizabeth: -Pues se cumple el objetivo, pero no creo que sea muy bueno, igual sólo he estado con Geraldine, pero con ella era todo distinto- respondí mirando al suelo un tanto triste.

Sara: -¿Distinto en qué?-

Elizabeth: -Igual y sólo es porque fue mi primera vez con alguien, me sentía nerviosa, temerosa y no sólo sentía que entregaba mi cuerpo sino todo de mi-

Sara: -Te recuerdo que para ese entonces ella ya te engañaba-

Elizabeth: -Lo sé, por eso digo que quizá fue eso, era mi primera vez, pero con Rebeca sólo siento que el único fin es tener un orgasmo, no siento que me entregue más de si y la verdad es que yo tampoco lo hago, no siento amor al hacerlo-

Sara: -Te entiendo, sólo es sexo, ¿Qué sientes por ella? -

Elizabeth: -Yo siento que amor, pero igual tengo dudas con todo eso, a veces es linda, a veces es muy grosera, no lo sé-

Sara: -Pero no vas a dejarla ¿verdad? -

Elizabeth: -No, no quiero hacerlo- dije soltando un gran suspiro.

Sara: -Bueno, hagamos algo, yo ya no cuestionaré tu relación con Rebeca y tú no cuestionarás la mía con Efraín, sólo si nos pedimos opiniones las daremos, ¿trato? -

Elizabeth: -Me parece bien mi amor- le dije mientras la abrazaba.