Juegos

Me encanta que seas tan obediente conmigo. Esperemos que no se entere tu marido. Dedicado a mi pecosa amiga.

Juego

Nos vamos de viaje el viernes, a pasar juntos el fin de semana. Prepara sólo esto. Llevarás en una bolsa de viaje el siguiente vestuario: la blusa transparente, la que te regaló tu marido; un par de faldas, las dos cortas pero una de ellas que sea amplia; Sólo podrás meter unas bragas en la bolsa. Quiero que sean blancas. El sujetador será negro, con encajes, como a  mí me gusta. Ya sabrás dónde tienes que dejar la bolsa.

Como siempre, sales puntual de tu trabajo. Te sigo. Me gusta mirarte desde atrás. Tú no sabes dónde estoy. Estás muy guapa caminando directa, decidida hacia el parking. Es excitante ver el meneo de tu culito mientras avanzas presumida y coqueta. Buscas la plaza. Te lo he mandado por e-mail. Es la C-35. Bajas andando hasta el tercer sótano. Te doy una planta de ventaja. Tus tacones resuenan solitarios.

Una nota pegada en la columna. Unas claves y unos símbolos. Son las instrucciones. Miras hacia los lados. No me ves pero ya intuyes que te estoy observando. Metes la mano tras la pared tal y como te he ordenado y tu mano busca el sobre oculto. Allí tendrás las verdaderas instrucciones y la matrícula del vehículo que he alquilado.

Estoy lejos y no puedo ver tu cara pero juraría que te has puesto hasta colorada. Parece que dudas. Puede que te eches atrás. ¿Te arrepentirás en el último momento?

Vamos por la carretera; No dices nada. Paras en la gasolinera que he escogido. Está muy apartada; He buscado una en la que no suele haber nadie.

Yo me haré el dormido. Allí tendrás que entrar al baño y vestirte con la ropa de la bolsa; pagas en metálico para que el de la gasolinera vea el antes y el después. Quiero que disfrute con tu cambio, con tu transformación. La blusa tiene que estar abierta hasta algo más del canalillo. Tiene que verse el encaje del sujetador y por supuesto las pecas que decoran tus preciosas tetas.

Al sentarse como si no quisieras que se arrugue la falda, te la subes y doblas; que al menos vea tus bragas, desde luego verá tus muslos.

Seguiré haciéndome el dormido.

En cuanto arranques tocaré tus pechos metiendo mi mano por dentro de la blusa. No puedes soltar el volante. Te sacaré las tetas por encima del sujetador. Quiero que el sostén te las apriete, que te las marque. Ya sabes que en cualquier momento comprobaré si tu coño está húmedo o no.

Busca un camino apartado y métete en él. Sigue con las tetas por encima del sujetador.

Baja del coche. Ponte como si la policía te fuera a registrar. Un poco inclinada hacia adelante. Que te cuelguen las tetas. Levantaré tus faldas. Te miro. Quiero que te sientas observada. Sabes que te miro con lujuria pensando en lo que podría hacerte. Sabes que me estás excitando. Voy a masturbarte un poco. No lo hago para darte placer. Lo hago para calentarte. Te voy a hacer más puta todavía. No mires, no puedes volver la cara.

Aparto las bragas. Dejo que mi pene se roce con tus nalgas. Le sentirás acercarse a tu ojete. Te le abro un poco con los dedos. Empujo. Siente su cabeza. Nada más. Luego se meterá entre los labios de tu coño. Sobo obscenamente tus nalgas. Un buen azote. Mis dedos se marcan en tus glúteos.

Vuelvo a restregar mi polla por tus agujeros. Tal vez te penetre. Tal vez. No sé por qué agujero. Aun no lo he decidido. Tu culo sobresale tentador. Tanto que no puedo resistirme. Empujo. Chillas. Vuelvo a empujar con más energía. Me encanta sodomizarte con fuerza, sobre todo sabiendo que tu marido jamás te ha hecho nada similar.

Tu coño está calado. Dejo que mis dedos se impregnen. Untaré los pezones con tus jugos. Les embadurnaré con tu olor.

Cierra los ojos y ponte en cuchillas. Ofréceme los pechos. Sí, poniendo las manos por debajo y levantándolos para mí. Cierra la boca. Me masturbo, restriego mi polla por tu cara. Cuando me corra derramaré mis líquidos en ti. Dejaré un poco en cada pecho. El resto en tus labios. Súbete el sujetador sin limpiarte, que deje algo de mancha. Y lo que quede extiéndetelo tu sola por el cuello, detrás de las orejas, como si fuera perfume. Vas a oler a puta.

Colócate y sube en el asiento de copiloto. Ni se te ocurra cerrar las piernas.

Paramos en un puti-club. Hay muchos coches aparcados. Cuanto más lleno esté mejor. Algo me dice que no estás sorprendida del todo. Directos a la barra; preguntas al camarero por los baños; te muestras impaciente como si fuera una urgencia fisiológica. Que te vean entrar al baño de señoras. Quítate el sujetador y las bragas dejando medio abierta la puerta. Al menos que te vea alguna puta. Tócate el coño, caliéntatele. Acaríciate los pechos, pellízcate los pezones con la blusa abierta de par en par. Siéntete desnuda. No te abroches la blusa del todo deja un buen escote. Antes de volver a la barra echa un ojo por el local. Pasea entre los tíos.

Al caminar haz bailar disimuladamente las tetas. Que se note que están libres y preparadas. Mírales directamente, a la cara. Déjate sobar el culo si se acercan a ti o pasas cerca de ellos. Eres una guarra más. Por su puesto, si quieren verte o tocarte las tetas permíteselo. Compórtate como ellas.

Búscame en la barra. Si estoy con alguna puta da lo mismo. Acércate.

Bebe despacio la consumición. Si hay taburete siéntate abriendo un poco las piernas, que se intuya que tu coño está desnudo, que está disponible. Sonríe. Abre las piernas para que se suba la falda. Mira descarada a los tipos que estén a nuestro lado. Si se dirigen a ti no rechaces la conversación. Luciendo tu anillo de casada juega descuidadamente con la solapa de la blusa para que se abra. Enséñales las tetas. Lleva la conversación a ese terreno. Con astucia hazles saber que no te molesta que te miren ni que te toquen. Consigue que lo hagan. Y tú tócales disimuladamente la polla a ver si ya está dura. Si te toca alguna puta tú devuelve las caricias, pero arrímate a un tío para que te sobe.

Seguramente haya muchas guarras en ropa interior provocando a los clientes con la lencería. Tú harás lo mismo. Preguntarás a quien te esté metiendo mano si le gustaría verte así, si le excita. Dile que te espere. Vete otra vez al baño. Fuera faldas. Desnúdate del todo. Luego comienza a vestirte. Primero el sujetador. Pero deja los pechos medio fuera. Los pezones casi sobresaliendo. Parte de su aureola al aire. Ponte las bragas blancas. Mételas entre los labios de tu coño y apriétalas bien. Tiene que notarse que estás cachonda. Tiene que tener una mancha. Colócalas y súbelas hacia arriba, que dibujen perfectamente la vulva. Todos tienen que ver que eres una guarra y estás caliente.

Coloca la blusa y no te abroches todos los botones, sólo te abrocharás los dos últimos. Sal y regresa.

Vuelve con él. Ahora si te van a tocar como a una puta. Prueba con otros. Pasea por el local. Quiero ver cómo te tocan el culo, los pechos, el coño si hace falta. Tráete alguno a nuestro lado. Consigue que alguno se anime.

Preséntanos a tu conquista. Explícale que estás casada, que te han llevado allí para que te toquen como a una cualquiera. Tu marido no sabe nada. Has acudido libre y voluntariamente. Es un juego de tu amante. Además, a ti te gusta sentirte como una puta y qué mejor sitio que un puticlub. ¿No te parece?

Siéntate en la banqueta. Deja que te suelte el corchete del sujetador; que meta la mano por dentro: que sopese tus tetas. Tal vez en la penumbra no se distingan bien. Dile que tus tetas están llenas de pecas. Puede que las quiera ver o contar. Sin quitarte la blusa, saca el sostén y permite que te sobe los dos pechos. Deja que desabroche toda tu blusa.

Pide whisky. Sí, que pague él. A cambio podrá tocarte aun más. Mete los dedos en la copa. Acaricia con ellos uno de tus pezones. Ahora sabrán a whisky. Repítelo, pero ahora tendrás que coger un hielo y acariciarte no solo el pezón, también el pecho. Si lo quiere hacer él deja que lo haga.

Siéntate en el borde de la banqueta. Deja que te abrace, que te meta mano. Restriega tu coño contra su polla. Muévete como si te estuviera follando. ¿Conseguirías que se manchara los pantalones? Inténtalo zorra.

Permite que su lengua lama tu cuello, tu rostro. La boca no, a las prostitutas no se las besa en la boca.  Si quiere lamer o morder tus pezones podrá hacerlo. Permítele incluso que te toque el coño. Enséñaselo si te lo pide, apártate un lateral de las bragas. ¿Le gustará tu coño con tanto pelo? La mayor parte de las putas o se lo han depilado o apenas lo tienen adornado con su vello.

Te preguntará por qué lo llevas así. Menudo aprieto. Explícale por qué le tienes tan frondoso, explícale que es una obsesión de tu marido, si, que a tu marido le vuelven loco los coños peludos y que nunca te le ha dejado ni siquiera retocar. Te lo prohibió incluso cuando comenzabais a ser novios.

El que tu coño tenga tanto pelo tiene una ventaja: puede enroscar los dedos, tirar de él hasta hacerte chillar... Mírale con picardía, con provocadora sensualidad... ¿No quieres probar lo que me hace mi marido? Claro que también puede tener un inconveniente: ¿dónde está el agujerito? Es divertido jugar a encontrarlo ¿no crees?

Deja que manosee tu coño, que meta en el los dedos, que pellizque tu clítoris, que meta toda la mano si quiere. Que dilate hasta el elástico de las bragas... Hasta que no estés bien manoseada no nos iremos.

Si puta si, tendrás que hacer todo esto y puede que más.

Vamos al aparcamiento; por el camino desabróchate completamente la blusa, las tetas al aire. En cuanto aparque alguien arrodíllate entre los coches, que vean perfectamente lo que vas a hacerme. No me toques la polla con las manos, sólo con la boca. Una de las manos acariciará mis huevos, la otra excitará tus tetas, de vez en cuando tu coño.

Si se quedan mirando, deja mi polla y mírales. Provócales, invítales sonriendo. Fuera bragas. Colócalas encima del capó del coche. Reinicia la mamada. Si se acercan pueden tocarte lo que quieran. Si te enseñan la polla podrás acariciársela. Nada más. Puede que quieran correrse. Ofréceles las tetas. No te podrás limpiar. El olor del semen impregnará tus pechos.

Desnúdate del todo antes de subir al coche. Luego si quieres te vistes o no, volvemos a casa, pero antes pasaremos por la vieja carretera. Si esa donde se ofrecen las prostitutas paseando por el arcén. Quiero que las veas. Quiero que contemples como follan en los asientos de atrás del coche. Mañana por la noche tal vez tú podrías estar en su lugar. Si paseando por el arcén medio desnuda buscando algún cliente.

Bastará mirarte a los ojos para saber que estás caliente, muy caliente. Muy bien. Bájate y súbete al capó. Ofréceme tu coño, ábrelo con las manos. Por fin te voy a follar. Miras hacia los dos lados. Ves como hay unas cuantas parejas follando. A ti también te están viendo. No te importa, todo lo contrario te excita. Eres una puta más.

Dúchate y límpiate bien el coño. Por cierto, despídete de los pelos. Vete pensando qué le dices a tu marido.

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