Juegos eróticos (20: Juego de rol)

-"¿Que planes hay para esta noche?", te pregunto -"Pues la verdad es que no sé", contestas, "supongo que descansar y ver la tele... a no ser que me ofrezcas algo mejor". -"Tal vez...", dije sonriendo, -"¿Te apetece otro jueguecito nuevo...?

-"¿Que planes hay para esta noche?", te pregunto

-"Pues la verdad es que no sé", contestas, "supongo que descansar y ver la tele... a no ser que me ofrezcas algo mejor".

-"Tal vez...", dije sonriendo, -"¿Te apetece otro jueguecito nuevo, sentir nuevas sensaciones?".

-"Por supuesto", dices rápidamente, -"¿qué hay que hacer?".

-"Yo me voy ahora, tu te arreglas y te espero de aqui unos minutos en la calle".

-"Perfecto".

-"Ah... por cierto, ponte algo... atrevido".

-"Claro", dices entre risas, "siempre lo hago".

-"No", te digo con una sonrisa misteriosa, "como siempre no. Esta noche quiero que vayas mas allá, que seas intrépida y desvergonzada como nunca".

Me miras un momento a los ojos intentando descubrir lo que me propongo, pero eres incapaz de discernir nada de mi expresión imperturbable, animada tan solo por la misteriosa sonrisilla que aun mantengo.

-"O sea... que me vista como una puta, ¿no?".

Te digo acercándome en tono de confidencia - "Lo que quiero es que cuando las putas te vean, se sientan chicas recatadas... ¿Te ves capaz?"

La pregunta te pilla un poco de sorpresa y durante unos segundos te quedas pensativa. ¿Eres capaz de hacer lo que te estoy pidiendo? Yo nunca te he defraudado y realmente té esta matando la curiosidad... por no hablar del gusanillo de excitación que empieza a removerse en tus entrañas, de modo que pones cara de auto confianza total y dices:

-"Por supuesto que soy capaz".

-"Bien", te digo, "Lo veremos luego".

Y sin decir mas, doy media vuelta y me marcho de allí. Te quedas un par de segundos parada, hasta que reaccionas y comienzas a caminar hacia la ducha. No dejas de darle vueltas a la cabeza, intentando imaginar lo que he planeado, y al final decides que esperaras los acontecimientos y te dejaras llevar.

Te das una larga ducha relajante, tras la cual te envuelves en un albornoz y vas a tu cuarto, abres el armario.

La verdad es que se trata de todo un reto... quieres realmente satisfacerme pero no tienes muy claro como vas a vestirte.

Te pones manos a la obra sacando prendas del armario. Cuando tienes suficiente ropa sobre la cama, dejas que el albornoz resbale por tu piel cayendo hasta el suelo y quedas desnuda frente al espejo.

Tras una corta deliberación, te inclinas por una minifalda antes que un pantalón ceñido. Comienzas a seleccionar y descartar prendas y, tras un buen rato, por fin te contemplas ante el espejo con la indumentaria definitiva.

Unas botas de cuero altas, hasta justo por encima de las rodillas, de color blanco, unas medias, también blancas, hasta medio muslo, una minifalda de lycra superceñida blanca, de cintura baja y muy muy corta, tanto que por muy poco llega a cubrir completamente la redondez de tus nalgas y debajo un tanga de cintura baja como la minifalda, que se nota un poco su forma bajo la lycra. Un sujetador blanco de encaje muy bonito, que deja buena parte del pecho al descubierto, y encima una especie de suéter de punto blanco con forma de red, muy corto dejándote toda la cintura al aire y con la gracia de que los agujeros de la red son aproximadamente del tamaño de una moneda mediana, de manera que se te ve el sujetador perfectamente.

Satisfecha de ti misma y segura de que me causaras una gran impresión, te pones un abrigo largo y sales de casa en dirección a donde habíamos quedado.

Te saludo con un suave beso en los labios y apartándome un paso de ti, te mira a los ojos y te digo: - "Muy bien, quítate el abrigo y muéstrame como te has vestido".

A esa hora, pasaba alguna que otra persona por la calle, la mayoría jóvenes que sin duda habían quedado para salir de marcha esa noche. Miras a un lado y a otro y te quitas el abrigo, posando con un sensual movimiento de caderas y esperando mi reacción.

  • "Vaya...", digo con expresión de fastidio, - "parece que no me comprendiste del todo... o quizá sea que no te atreves a mas que esto..."

Te quedas alucinada ante mis palabras y me miras como si me hubiese vuelto loco.

  • ¿Co... como dices?

-"Lo que oyes...", dije lanzando una nueva mirada critica, -"el conjunto tiene posibilidades, pero para acercarte a lo que yo te pedía al menos tendrías que quitarte las bragas, que se te notan mucho, y el sujetador también por supuesto".

-"¿¡¡Queee!!? ¿Es que te has vuelto loco?¿Quieres que se me vean las tetas?"

-"Bueno...", dije un poco dudoso, -"tal vez no haya sido una buena idea después de todo, mejor lo dejamos..."

-"No, espera...", me dices dudando, "¿estas hablando en serio? ¿lo de la ropa?".

-"Mira, se me había ocurrido un juego que podría ser divertido, pero si no te atreves y te sientes incomoda la cosa no tiene sentido..."

Me miras fijamente durante un momento, y te digo a ti misma "pero que narices...", y tras mirar a un lado y al otro de nuevo, metes las manos bajo la minifalda y tiras del tanga hasta que resbala por tus piernas, enganchándose a las botas, lo coges con cuidado y lo guardas en un bolsillo del abrigo. Bajo mi sonriente mirada, desabrochas con manos temblorosas el cierre del sujetador y lo sacas por una manga, guardándolo también en un bolsillo del abrigo. Mientras recorro tu cuerpo con mi mirada tu sientes el aire nocturno en contacto directo con tu rajita, bajo la falda y los pezones que comienzan a ponerse duros asomando sin problemas por los grandes agujeros del suéter. De esta manera, los pezones han dejado de ser redonditos, para crecer y alargarse, como si de diminutos penes se tratase.

-"Bien", te digo con aire satisfecho, -"la idea es esta: tu te vas a esa esquina y esperas, yo llego y te contrato como a una puta, tu aceptas y a partir de ahí... obedeces a tu contratante... en todo... ¿te animas?"

Muerta de curiosidad por saber hasta donde pretendo llegar, asientes con la cabeza y te diriges hasta la esquina, con el abrigo colgado del brazo y adoptas una postura sexy. Al momento me acerco y te lanzo una mirada que no reconoces en mil, cargada de lascivia y deseo.

-"¿Cuánto por hacer todo lo que te diga esta noche, zorra?"

-"Eehh... 30 euros", dices por decir algo. El insulto te ha descolocado... y al mismo tiempo te ha producido cierta sensación excitante, de algo prohibido y peligroso -.

-"Genial, me gusta que las putas me salgan baratas", digo mientras te tiendo unos billetes.

Te guardas el dinero y yo rodeo tu cintura con mi brazo, para conducirte caminando por la calle. Intentas ponerte el abrigo por el camino, pero te lo impido con una sonrisa en el rostro. Mientras andamos, mi mano recorre a gusto tu culo, palpándolo y sobándolo sin ningún recato.

Por fin llegamos a un pub de la zona, bastante grande y concurrido. Al entrar sientes como los adolescentes que se agolpan en la puerta te devoran las tetas con sus ojos.

-"¿Has visto como te miraban esos niñatos, putita", te susurro al oído mientras entramos, "Seguro que te pones cachonda solo con verlos".

La verdad es que la situación comienza a resultarte excitante, lo cual, unido a la curiosidad que sientes, empieza a convertir todo esto en algo bastante atractivo. Entre empujones y algún que otro manoseo a tu culo, no sabes si de mi o de cualquier otro, llegamos al fondo del pub, donde algunas personas bailan y otras beben apoyadas en la barra y en la pared.

Me dirijo hacia un hueco de la barra y me apoyo en ella, de forma que me quedo frente a ti, semidesnuda, mientras te contemplo. -"Muy bien putita, enséñame como mueves ese cuerpazo", te digo recostándome en la barra y mirándote sonriente.

Te quedas en blanco un momento, pero no tardas en reaccionar y empiezas a bailar frente a mi. Te gusta bailar de forma sensual, moviendo las caderas y deslizando las manos por tu cuerpo. Sientes como todos los que te rodean te observan y clavan sus ojos en tus tetas, debido a que en la penumbra del local, con el suéter de red casi resultan más visibles que si las llevases desnudas. Sin embargo eres más consciente de lo corta y ceñida que es tu falda y de la ausencia de braguitas bajo ella. De modo que cada dos por tres haces como que acaricias tus caderas y tus muslos para alisar la lycra e impedir que esta se vaya subiendo poco a poco con tus movimientos.

Unos minutos después de comenzar a bailar, te indico con un dedo que te aproximes a mí. Al acercarte, pongo una mano sobre tu culito para sobártelo y aproximo mi rostro al tuyo hablándote al oído:

-"Me gusta mucho como mueves tu culito al bailar, putita, y vas a continuar así, pero lo que no me gusta es que estés tirando de tu falda cada dos por tres... si no te gusta enseñar, para otro día no te las pongas tan cortas, pero ahora las dejas tranquilas. Así que ya sabes, sigue bailando y ni se te ocurra rozar la falda con tus manos".

Dicho esto, vuelvo a apoyarme en la barra con una sonrisa satisfecha en el rostro. Te quedas un poco alucinada, tanto por mis palabras y lo que implican, como por el hecho de haberte excitado por mi forma de dirigirme a ti, como si realmente fueras una puta que no me importa lo mas mínimo.

Sin pararte a pensar demasiado en ello, continuas bailando tal y como estabas haciendo hasta ese momento.

Rápidamente notas como tus continuos movimientos de caderas empiezan a tener efecto en tu faldita, y de forma mecánica tus manos se dirigen hacia ella para alisarla, pero antes de poder tocarla, un gesto negativo de mi cabeza te frena e intentas disimular el movimiento con un paso de baile. No tardas en sentir como la lycra se va deslizando hacia arriba por tus caderas, de forma inexorable.

No puedes negar que la situación esta poniéndote a tope y finalmente decides que esta noche vas a saltarte todos los limites, así que te dejas llevar y con los brazos en alto, tu cuerpo empieza a moverse al ritmo sinuoso de la música. Mientras tus pechos prácticamente desnudos se bambolean de manera escandalosa, la faldita continua deslizándose por tu culito hacia arriba. Sin embargo esta vez la ignoras, o al menos eso intentas aparentar. Continuas moviéndome sin atreverte a mirar cuanto estas enseñando ya, aunque estas casi segura de que el comienzo de tus nalgas esta ya al descubierto.

Te das cuenta de que estas tan excitada que vas perdiendo el control. Te sientes a merced de tus sensaciones, y no puedes hacer otra cosa que gozar de la dureza extrema de tus pezones, del calor intenso que va creciendo en tu rajita, cada vez mas húmeda, y por supuesto del roce de la lycra, que vas sintiendo como se desliza mas y mas arriba. Continuas tu baile cada vez mas frenético y salvaje, tus caderas se mueven de forma obscena y provocativa, y tus brazos permanecen en alto, de tal manera que tus tetas se alzan mas aun de lo habitual.

De pronto la música cambia radicalmente de ritmo al empezar otra canción, y algo desorientada te fijas en mi, que me acerco y te susurro al oído que te pongas bien la falda.

Aturdida aun, miras hacia abajo y observas como la minifalda se a convertido en poco menos que un cinturón elástico alrededor de tu cintura, de modo que tanto tu redondo culito, como tu recortado monte de venus están total y absolutamente al descubierto y a la vista de todo el mundo. Con el corazón a mil por hora y esforzándote por no parecer demasiado sorprendida, te colocas la falda lo mas dignamente que puedes, con una sonrisa en el rostro. En tu mente no dejas de imaginarte, con el culo y el coño desnudos, las piernas algo separadas, y moviendo tus caderas como si te estuviesen follando allí mismo. Observas que la gente que te rodea no tiene ojos mas que para ti, ves expresiones divertidas, sonrisas cómplices y miradas de depredador...

-"No ha estado mal putita", te digo mientras rodeo tu cintura con mi brazo, -"Ahora vas a ir a la barra a tomar una copa y charlas con el camarero hasta que yo te diga que nos vayamos, ¿entendido?

Asientes con la cabeza y te diriges en dirección a la barra. En cuanto llegas, yo me sitúo detrás de ti, y rodeo tu cintura, ahora con los dos brazos, en un gesto aparentemente cariñoso mientras beso de vez en cuando tu cuello.

  • "Hola", dice haciéndose el disimulado pero incapaz de no fijar su mirada en tus pechos semidesnudos y los pezones completamente erectos, -"¿que deseas tomar?".

  • "Una coca cola", contestas mientras notas mi mano deslizándose por tu muslo derecho.

  • "Enseguida te la preparo", te contesta mientras mira de reojo mi mano que acaricia la parte interna de tu muslo, peligrosamente cerca de la minifalda...

  • "Oye putita", digo lo bastante alto como para que lo oiga, "quiero follarte ya, ¿nos vamos?"

  • "Claro cariño", dices mientras te ruborizas, "olvida la coca cola, adiós".

No oyes su respuesta pues te empujo hacia la salida mientras intentas averiguar si te has ruborizado por vergüenza o por excitación. Una vez fuera te pones el abrigo y comenzamos a caminar hacia casa sin decir una palabra, llevándote aun de la cintura. En cuanto llegamos al portal, te diriges hacia la puerta del ascensor, pero te cojo del brazo y tras quitarte el abrigo, te digo que vamos a subir por las escaleras.

Empiezas a subir las escaleras cuando, de repente, sientes que te levanto de un tirón la minifalda y te la dejo enrollada a la cintura como la tuviste en el pub tras bailar. Té giras hacia mí, confusa, y te digo con una sonrisa:

-"¿Que pasa putita? Quiero ver como meneas ese precioso culito que tienes mientras subes las escaleras... ¿algún problema? Por cierto... como se te ocurra subir muy rápido, te dejo en pelotas en medio del pasillo".

Me susurras un no y empiezas a subir los seis pisos que nos separan del apartamento. Durante todo el trayecto puedes sentir mis ojos clavados en tu culito y haces verdaderos esfuerzos por no subir corriendo los tramos de escalones. Sabes perfectamente que mientras subimos me estas mostrando tu coñito, con los labios separándose y rozándose al subir las escaleras. Casi puedes ver mi sonrisa de satisfacción al observar lo mojada que tienes tu rajita.

Por fin llegamos al sexto y das gracias al cielo por hacer que ningún vecino decidiese salir de casa en ese instante. Una vez dentro del piso, tiro el abrigo sobre el sofá y mirándote con expresión lujuriosa te digo:

-"Y ahora vamos a ver si además de estar buena, te comportas como una putita de verdad".

  • "Pues claro que si", dices con rapidez, casi con ansia.

-"Bien, pues quítate la falda, arrodíllate, cierra los ojos y abre la boca".

Mi orden te pilla completamente por sorpresa, abres los ojos con asombro, tardas un poco en decidirte, pero finalmente lo haces.

-"Quiero que me hagas una buena mamada, pero tienes varios condicionantes para lograr que sea buena, tienes que masturbarte tu a la vez que me la chupas y tienes que llegar al orgasmo a la vez que yo, tienes cinco minutos exactos para hacerlo y cuando me corra quiero que abras los ojos, saques la polla de tu boca y que toda mi leche salga por tu cara, ¿entendido?"

Asientes con la cabeza, sin abrir los ojos.

-"Bien, sacame la polla y empieza ya".

A tientas buscas mis pantalones, los desabrochas y los bajas, luego bajas mis calzoncillos y a tientas con tu boca empiezas a buscar mi polla con los ojos cerrados.

Cuando la encuentras ya esta tiesa, la metes en tu boca y empiezas a chuparla, con una mano la coges y la empiezas a meter y sacar de tu boca, mientras con la otra mano te masturbas. Empiezas bien.

Luego la sacas de la boca y sujetándola con la mano empiezas a sacar tu lengua y a recorrerla desde la base hasta la punta, en la punta juegas con tu lengua, das vueltas, luego la metes de nuevo en tu boca, solo la punta y con la lengua das vueltas al capullo, me encanta sentir el calor de tu lengua.

Luego te la metes en tu boca cerrando los labios, como si te estuviera follando por la boca y despues la metes todo lo que puedes, casi te la metes entera.Yo te animo a metértela toda dentro con mis manos en tu cabeza guiando tus movimientos adelante y atrás.

Con tu boca cerrada tienes que respirar por la nariz, y noto tu respiración más agitada, noto que se acerca tu orgasmo.

-"Han pasado 4 minutos", te digo.

Tu aceleras tu mamada, ahora la metes todo lo que puedes en tu boca, apretando fuerte tus labios en torno a mi polla, dejas de masturbarte, pones tus manos en mi culo y te metes la polla en la boca, siento como te la metes entera, hasta que mi pubis toca en tu nariz, mueves mi culo para que mi polla entre del todo en tu boca, lo aprietas, lo acaricias, luego bajas tu mano y vuelves a masturbarse, tu orgasmo esta muy cercano.

Yo sujeto tu cabeza con mis manos y la muevo fuerte, clavo la polla varias veces hasta el fondo de tu boca, aplasto tu nariz contra mi pubis, y noto como tus movimientos se hacen desacompasados, como pierdes el control, haste que noto como te corres como una salvaje.

Sentir como te corres hace que yo me corra al momento, saco mi polla de la boca, la cojo con la mano y termino de correrme en tu cara, mientras mantienes la boca abierta, gimiendo, corriéndote aún, y mi semen se esparce por tu frente, por tus ojos, por en tus mejillas, por tu boca abierta e incluso resbala hasta tus pechos y tu vientre ....

Mientras me corro no dejas de masturbarte y tienes un segundo orgasmo aun mas bestia que el anterior.

Cuando acabamos los dos..... te dejas caer al suelo.

-"Uff qué fuerte, qué gustoooooooooooo".

-"Lo has hecho muy bien, eres una zorrita deliciosa, una buena mamadora de pollas".

Te ayudo a levantarte, y nos damos un sabroso beso, mientras acaricio tus pringosos pechos empapados de mi semen. Aprovecho para empezar a hacerte un suave "masaje", repartiendo mi lechita por todo tu cuerpo. Al sentir como suspiras, comienzo a tocar tu coño aun húmedo.

Con una mano te acaricio muy despacito tu clítoris, metiendo un poco los dedos en tu coño mientras con la no dejo de acariciarte con los restos de semen. Acaricio tus tetas, tu vientre, tu espalda, tu culo... meto un poco un dedo en él, y noto como estas a punto de llegar rápidamente a otro orgasmo, así que te sigo tocando sin parar.

Mis dedos empiezan a acariciar un poco más tu clítoris, a entrar un poco más en tu coño, mi otra mano se deslizaba por tu culo, mi dedo, lubricado con mi semen, acaricia su entrada, y se mete un poco, luego lo paso por tu coño para recoger su humedad, lubricarlo mas y vuelvo a entrar.

Noto como tus piernas empiezan a temblar, como te agarras más fuerte a mi, como abres más tus piernas mientras mis dedos recorren tu clítoris, entran en tu coño, entran en tu culo, y tu te abres mas y mas, subes una pierna y la pones en mi cintura con lo que tu coño queda completamente abierto y mis dedos pueden penetrarte con más facilidad.

Empiezas a temblar entera, te estas corriendo como nunca mientras mi mano no deja de acariciar tu clítoris y dos dedos entran en tu culo.

Finalmente, con un gran suspiro, terminas de correrte.