Juegos eróticos (19: Bestial)
Me he dado cuenta de que tu mayor zona erógena son tus pechos. No son muy grandes, caben dentro de mi mano... pero tus pezones son enormes. Ocupan casi todo el espacio y son súper sensibles. Continuamente los estoy tocando para que tengas una experiencia sexual placentera. Deseas tanto que alguien mame tus pechos que se me ocurre una idea salvaje y perversa...
Me he dado cuenta de que tu mayor zona erógena son tus pechos. No son muy grandes, caben dentro de mi mano... pero tus pezones son enormes. Ocupan casi todo el espacio y son súper sensibles. Continuamente los estoy tocando para que tengas una experiencia sexual placentera.
Deseas tanto que alguien mame tus pechos que se me ocurre una idea salvaje y perversa....
Voy a la cocina y traigo un bote de miel. Poco a poco empiezo a untar la miel en tus pechos. Tu, sobre la cama, totalmente indefensa y con los ojos vendados te dejas hacer sin saber cuales son mis intenciones.
Y no son otras que sea mi pequeña gatita quien lo haga. Pero no quiere... rehúsa a hacerlo y solo quiere tomar miel de mi mano. Así que comienzo a llevarla poco a poco de mi mano hacia tu cuerpo tendido en la cama, hacia tus pechos. Tarda un poco pero al final se sube sobre tu barriga y es espectacular...
Cuando sientes un animal sobre tu cuerpo das un fuerte respingo. Aunque no te veo los ojos, tu cara es una mascara de terror, de miedo, pero eso forma parte del juego.
Me indicas que no con la cabeza, gritas pidiendo que pare, que no estas preparada para esto, pero no estas en condiciones de negociar, estas totalmente atada e indefensa ante mis caprichos.
Tienes muchos reparos pero poco a poco no puedes resistir la estimulación que estas recibiendo. Empiezas a sentir una satisfacción sin igual, algo que no has sentido en toda tu vida, te gustaría que te lamiera prácticamente todo el cuerpo. Su lengua es un sueño... enorme y muy húmeda. Tiene mas movimiento que las lenguas humanas, es magnífica.
Es una sensación completamente nueva para ti.... y para mí, ya que tus pechos nunca habían sido lamidos por una lengua como esta.
Unto más y más miel y ella sigue lamiendo y lamiendo. Me encantaría encontrar una forma de que te mamara, pero no se me ocurre nada.
En el fondo no es necesario, con las lamidas basta. Su lengua es enorme y rodea todo tu pezón, para recoger toda la miel.
La gatita va lamiendo desde la base hasta la punta. Lo hace en orden y tu disfrutas cada centímetro de su avance. Una vez en la punta se queda sentada sobre tu cuerpo esperando que ponga más.
Después repito la operación, pero esta vez quiero más. Supongo que nunca has sentido una lengua como esta por tu clítoris, así que creo que ya es hora de que alguien lo haga.
Dejo caer una buena cantidad de miel ahí abajo, por todo el interior y el exterior de tus labios interiores y exteriores y por supuesto en tu clítoris. Mientras lo hago noto como te humedece el pensar en como acabara mi travesura.
Y la gatita comienza a lamerte, dando largos lametazos y poco a poco va más y más rápido. Te hace gritar y gemir de placer. Es lo mejor que has sentido nunca.
Estas completamente húmeda y ella lame la miel junto con tus fluidos y eso te vuelve loca.
Te sientes la mujer más feliz de la tierra con todas esas lamidas. Un poco de miel se mete entre tus nalgas, dentro de tu chochito y ella se acomoda, quiere sacarla de allí. No va a desperdiciar ni un poco. Así que decido ayudarla y separo tus nalgas y tus piernas. Se pone en medio de ellas y lame hasta el fondo.
Es lo mejor. Empiezas a lanzar muchos gemidos de placer. Te pongo otro poco de miel en los pechos y en tus nalgas. Ella elige tus pechos primero y los lame deliciosamente.
Cuando se acaba la miel de tus pechos baja a tus nalgas y comienza a lamer como nunca lo ha hecho, muy rápido, como si quisiera hacerte acabar enseguida. La miel cae entre tus nalgas como la vez anterior. Le hago espacio y lame ahí, mientras yo no dejo de frotarte el clítoris y ella lame y lame.
Pongo un poco mas en tus pechos y regresa a ellos, y sigo frotándote y frotando, más rápido que nunca. Ella sigue en tus pezones, centímetro a centímetro...
Sigue dando largos lametazos y poco a poco va más y más rápido. Te gusta tanto que de tu coño salen chorros de fluidos que ella se bebe con pasión, mientras comienzo a abrirte el coño con los dedos para que pueda adentrarse mas con su lengua rasposilla y a la vez juguetona, empiezo a acariciar tus tetas.
Tu orgasmo esta cerca. Lo siento, lo veo venir. Sientes tanta excitación que caes en una especie de trance mientras un brutal orgasmo explota en tu cuerpo dejándote tan extasiada que no me te das cuenta ni de cuando el animalito se va, empachado de miel y de coño húmedo y chorreoso.